1
En el seno de mi alma una dulce quietud
Se difunde embargando mi ser
Una calma infinita que solo podrán
Los amados de Dios comprender.
Coro
Paz, paz, cuán dulce paz
la que da nuestro Padre eternal
Le ruego que inunden por siempre mi ser
Sus ondas de amor celestial.
2
¡Que tesoro yo tengo en la paz que me dio!
En el fondo de mi alma ha de estar
Tan seguro que nadie quitarlo podrá
Mientras vea los siglos pasar.
3
Esta paz inefable consuelo me da
Pues descanso tan solo en Jesús
Y en peligro mi alma ya nunca estará
Porque estoy inundado en su luz.
4
Alma triste que en rudo conflicto te ves
Sola y débil, tu senda al seguir
Haz de Cristo tu amigo que fiel siempre es
Y su paz tu podrás recibir.