Energía y buena voluntad
El éxito no depende tanto del talento como de la energía y de la buena voluntad. No es la posesión de talentos magníficos lo que nos habilita para prestar un servicio aceptable, sino el cumplimiento concienzudo de los deberes diarios, el espíritu contento, el interés sincero y sin afectación por el bienestar de los demás. En la asignación más humilde puede hallarse verdadera excelencia. Las tareas más comunes, realizadas con una fidelidad impregnada de amor, son hermosas a la vista de Dios.--La Historia de Profetas y Reyes, 164 (1916).
No hay lugar para la indolencia
Nadie piense que se halla en libertad para cruzarse de brazos y no hacer nada. El que alguien pueda salvarse en la indolencia e inactividad es completamente imposible. Piensen en lo que hizo Jesús durante su ministerio terrenal. ¡Cuán fervorosos, cuán incansables eran sus esfuerzos! No permitió que nada lo desviara de la obra que le fue encomendada. ¿Estamos siguiendo sus pasos? Él lo abandonó todo para realizar el misericordioso plan de Dios a favor de la humanidad caída. En cumplimiento del propósito celestial, se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. No había tenido ninguna comunión con el pecado--no lo había conocido en absoluto--, pero vino a este mundo, y tomó sobre su vida inmaculada la culpa del hombre pecador para que los pecadores pudieran estar justificados delante de Dios. Luchó contra la tentación venciendo en favor de nosotros. El Hijo de Dios, puro e incontaminado, llevó la penalidad de la transgresión, y recibió el golpe de muerte que trajo liberación a la humanidad.--The Review and Herald, 20 de enero de 1903.
Trabajo enérgico
Los siervos de Dios han de ser "en lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor". El descuido y la ineficacia no son piedad. Cuando nos demos cuenta de que estamos trabajando para Dios, tendremos un sentido más elevado que el que jamás hemos tenido del carácter sagrado del servicio espiritual. Esta comprensión pondrá vida y vigilancia y perseverante energía en el cumplimiento de todo deber. La religión, la religión pura e inmaculada, es intensamente práctica. Nada sino el trabajo ferviente y enérgico tendrá valor en la salvación de los seres humanos. Hemos de hacer de nuestros deberes cotidianos actos de devoción, aumentando constantemente en utilidad, porque consideramos nuestra obra a la luz de la eternidad.--Carta 43, 1902.
Regularidad y prontitud
Dios no tiene lugar para los perezosos en su causa; él quiere obreros reflexivos, bondadosos, afectuosos y fervientes... Las personas que no hayan adquirido hábitos de estricta laboriosidad y economía de tiempo, deben tener reglas fijas para impulsarlas a la regularidad y prontitud.--Obreros Evangélicos, 294 (1880).
Levantarse temprano; trabajar diligentemente
La obra del colportor es elevada y demostrará ser exitosa si él es honrado, ferviente, paciente, y realiza con perseverancia la tarea que ha emprendido. Su corazón debe esta en su trabajo. Debe levantarse temprano y trabajar diligentemente, dando el debido uso a las facultades que Dios le ha concedido. Debe hacerse frente a las dificultades. Si son abordadas con perseverancia incesante, serán vencidas. El obrero debe estar formando constantemente un carácter simétrico. Los grandes caracteres se forman por medio de actos y esfuerzos pequeños.--Manual for Canvassers, 18 (1902).
Fieles al deber
Los que han entrado en el campo del colportaje están en peligro de no sentir la necesidad de ser exigentes en su obra. Están en peligro de llegar a contentarse con realizaciones superficiales, de ser descuidados en sus modales y perezosos en su actividad mental. Debe haber un cumplimiento fiel del deber en el campo del colportaje, porque este es importante y sagrado.--The Review and Herald, 20 de mayo de 1890.
Exactos y diligentes
Recuerden que en cualquier puesto en que sirvan, revelan qué móvil los inspira y desarrollan su carácter. Cuanto hagan, háganlo con exactitud y diligencia; dominen la inclinación a buscar tareas fáciles.--El Ministerio de Curación, 399 (1905).
Cuando trabajemos con diligencia para la salvación de nuestros semejantes, Dios dará éxito a todos nuestros esfuerzos.--Joyas de los Testimonios 3:324 (1909).
Una vez que el colportor haya iniciado su trabajo no debe permitir que se le distraiga, sino que debe perseverar inteligentemente y con toda diligencia concentrarse en un punto. Sin embargo, mientras está colportando no debe descuidar las oportunidades de ayudar a las personas que procuran luz y necesitan el consuelo de las Escrituras. Si el colportor anda con Dios, si pide en oración sabiduría celestial para hacer el bien y solamente el bien en su labor, percibirá prestamente sus oportunidades y las necesidades de los seres humanos con los cuales trata. Aprovechará toda oportunidad de atraerlos a Cristo. En el Espíritu de Cristo, estará listo para dirigir una palabra al cansado.--Manual for Canvassers, 554 (1900).
Relatar los incidentes alentadores
Los que adquieran tal experiencia al trabajar para el Señor debieran escribir un relato de ello para nuestros periódicos, con el fin de que otros puedan ser alentados. Hable el colportor del gozo y la bendición que ha disfrutado en su ministerio como evangelista. Estos informes deben hallar cabida en nuestros periódicos, porque son de gran alcance en su influencia. Serán como dulce fragancia en la iglesia y un sabor de vida para vida. Así se verá que Dios obra con quienes cooperan con él.--Joyas de los Testimonios 2:551 (1900).