Consejos para los Maestros

Capítulo 42

La Educación Practica

EL TRABAJO manual útil es parte del plan del Evangelio. El gran Maestro, envuelto en la columna de nube, dio a Israel directivas para que a todo joven se le enseñase algún trabajo útil. Por lo tanto, era costumbre de los judíos, tanto de las clases más ricas como de las más pobres, enseñar a sus hijos e hijas algún oficio útil, para que si se presentaban circunstancias adversas, no tuviesen que depender de otros, sino que pudieran proveer a sus propias necesidades. Podían ser instruidos en los ramos literarios, pero debían también adiestrarse en algún oficio. Esto era considerado como parte indispensable de su educación.

Ahora, como en los días de Israel, todo joven debe ser instruido en los deberes de la vida práctica. Cada uno debe adquirir cierto conocimiento de algún ramo manual por medio del cual, si fuera necesario, pudiera ganarse la vida. Esto es esencial, no sólo como una salvaguardia contra las vicisitudes de la vida, sino por su influencia sobre el desarrollo físico, mental y espiritual. Aun cuando fuese seguro que uno no habría de necesitar recurrir al trabajo manual para su sustento, se le debiera enseñar a trabajar. Sin ejercicio físico, nadie puede tener una constitución sana y salud vigorosa, y la disciplina del trabajo bien regulado, no es menos esencial para obtener un espíritu fuerte y activo que para adquirir un carácter noble.

Los alumnos que han obtenido conocimiento de los libros sin adquirir un conocimiento del trabajo práctico no pueden aseverar que tienen una educación simétrica. Las energías que debieran haberse consagrado a los quehaceres de diversos ramos, han sido descuidadas. La educación no consiste en usar solamente el cerebro. El trabajo físico es parte también de la educación esencial para todo joven. Falta de una fase importante de la educación si no se enseña al alumno a dedicarse a un trabajo útil.

El ejercicio saludable de todo el ser dará una educación amplia y abarcante. Todo estudiante debe dedicar una parte de cada día al trabajo activo. Así adquirirá hábitos de laboriosidad y se fomentará en él un espíritu de confianza propia, y al mismo tiempo estará a salvo de muchas prácticas malas y degradantes que son a menudo resultado de la ociosidad. Y todo esto está de acuerdo con el objeto primordial de la educación, porque al estimular la actividad, la diligencia y la pureza, nos ponemos en armonía con el Creador.

El mayor beneficio no es el que se obtiene del ejercicio tomando como juego o simplemente como ejercicio. Se obtiene ciertos beneficios por estar al aire puro, y también, por ejercitar los músculos; pero si la misma cantidad de energía se dedica a ejecutar un trabajo útil, el beneficio será mayor. Habrá contentamiento, porque ese ejercicio entraña un sentido de utilidad y la aprobación de la conciencia por un deber bien cumplido.

Los alumnos deben salir de nuestras escuelas dotados, de eficiencia cabal, a fin de que cuando dependan de sus propios recursos, tengan conocimientos que puedan usar, útiles para tener éxito en la vida. Es esencial el estudio diligente, pero también lo es el trabajo arduo y laborioso. El juego no es esencial. El dedicar las facultades físicas a la diversión no es muy favorable para tener una mente bien equilibrada. Si el tiempo empleado en el ejercicio físico que paso a paso conduce al exceso, fuese dedicado a trabajar de acuerdo con los métodos de Cristo, la bendición de Dios descansaría sobre el obrero. La disciplina que para la vida práctica se obtiene del trabajo físico combinado con el esfuerzo mental, queda endulzada, al reflexionar en que ella hace a la mente y al cuerpo más idóneos para cumplir la obra que Dios requiere que los hombres hagan. Cuanto más perfectamente sepan los jóvenes cumplir deberes de la vida práctica, tanto mayor será el gozo tendrán día tras día por ser útiles a otros. La mente educada para disfrutar del trabajo provechoso se amplía; la preparación y la disciplina se hace idónea para ser útil; porque adquiere el conocimiento esencial que permite a su poseedor beneficiar a otros.

No puedo hallar en la vida de Cristo ejemplo de dedicase tiempo al juego y a la diversión. El fue el educador para la vida presente y la futura; sin embargo no he podido hallar un caso en que enseñara a sus discípulos a buscar diversiones para obtener ejercicio físico. El Redentor del mundo da a cada uno su obra y le ordena. "Negociad entre tanto que vengo" ( Luc. 19: 13 ). Al hacer esto, el corazón se entusiasma por la empresa. Todas facultades del ser quedan alistadas en él esfuerzo por obedecer. Tenemos una vocación elevada y santa. Los maestros y los alumnos han de ser mayordomos de la gracia Cristo, y deben ser siempre fervorosos.

El trabajo industrial

Al establecer nuestras escuelas fuera de las ciudades, daremos a los alumnos oportunidad de adiestrar tanto músculos para trabajar como el cerebro para pensar. Debe enseñárseles a plantar, a cosechar las mieses, a edificar, ser obreros misioneros aceptables en los trabajos prácticos. Por su conocimiento de las industrias útiles, a menudo podrán quebrantar el prejuicio; a menudo podrán prestar tanto servicio que la verdad quedar recomendada por conocimiento que posean.

En nuestra escuela de Australia, educamos a nuestros jóvenes en estos ramos, mostrándoles que a fin de obtener una educación completa, deben dividir su tiempo en la adquisición del saber de los libros y la obtención de un conocimiento del trabajo práctico. Parte del tiempo se dedicaba al trabajo manual. Así aprendían los alumnos a limpiar la tierra, cultivar el suelo y edificar casas; y estas actividades se realizaban mayormente durante el tiempo que de otra manera se habrían dedicado a jugar y buscar diversiones. El Señor bendijo a los estudiantes que dedicaron sus horas a aprender lecciones de utilidad. Se me instruyó que dijese a los dirigentes y maestros de aquella escuela:

"Diversas industrias deben instalarse en nuestras escuelas. La instrucción industrial debe incluir la teneduría de libros, la carpintería y todo lo que abarca la agricultura. Deben hacerse preparativos para enseñar los trabajos de herrería, pintura, zapatería, arte culinario, panadería, lavandería, zurcidos dactilografía e imprenta. Debe dedicarse a este trabajo de adiestramiento toda facultad de que disponemos, para que los alumnos puedan salir bien preparados para los deberes de la vida práctica".

"Debe darse a los estudiantes una educación práctica en la agricultura. Esto será de valor inestimable para muchos en sus trabajos futuros. El adiestramiento obtenido en derribar árboles y cultivar el suelo, así como en los ramos literarios, es la educación que nuestros jóvenes deben procurar. La agricultura abrirá recursos para el sostén propio. Otras actividades, adaptadas a diferentes estudiantes, pueden también llevarse a cabo. Pero el cultivo de tierra impartirá una bendición especial a los obreros. Debemos preparar de tal manera a los jóvenes que se deleitan en el cultivo del suelo."

"Debe ofrecérseles recursos por los cuales muchos puedan, mientras asisten a la escuela, aprender el oficio de carpinteros. Bajo la dirección de obreros expertos, carpinteros aptos para enseñar, pacientes y bondadosos, debe enseñarse a los jóvenes a construir sólida y económicamente. Las viviendas y otros edificios esenciales para los diversos ramos de la obra escolar, deben ser erigidos por los mismo alumnos. Estos edificios no deben apiñarse muy cerca unos de los otros, ni construirse cerca de los edificios escolares propiamente dichos. En la dirección del trabajo escolar, tienen que formarse pequeños grupos a los cuales se les debe inculcar un sentido pleno de su responsabilidad. Todas estas cosas no pueden realizarse en seguida, pero podemos empezar a trabajar con fe."

Con adiestramiento práctico, los alumnos estarán preparados para ocupar puestos de utilidad en muchos lugares. Si en los campos que abre la providencia de Dios es necesario levantar una casa de reunión en alguna localidad, al Señor le agrada que haya entre su propio pueblo personas a quienes haya dado sabiduría y habilidad para realizar el trabajo necesario.

Hagan sus tareas con esmero los alumnos que se dedican a la edificación; y aprendan de estas tareas lecciones que les ayudarán en la edificación de su carácter. A fin de tener un carácter perfecto, deben hacer su trabajo tan perfectamente como sea posible. Dése a cada ramo de trabajo la estabilidad que significa la verdadera economía. Si en nuestras escuelas se cultivase más fielmente de la tierra, y los alumnos cuidasen más desinteresadamente los edificios, desaparecería el amor por los deportes y diversiones, causa tanta perplejidad en nuestra obra escolar.

En cuanto a las alumnas, son muchos los empleos que se les podría proveer para permitirles obtener una educación abarcante y práctica. Debe enseñárseles a hacer vestidos y a cuidar del jardín. Deben cultivar flores y plantar frutillas. Así, mientras se están educando en el trabajo práctico, obtendrán saludable ejercicio al aire libre.

Debe enseñarse la encuadernación y una variedad de otros oficios, que no sólo proveerán ejercicio físico, sino que impartirán conocimiento valioso.

En todas nuestras escuelas debe haber quienes estén preparados para enseñar el arte culinario. Deben dictarse clases para impartir instrucción en esta materia. Los que se están preparando para servir, sufren una gran pérdida cuando no adquieren el conocimiento acerca de como preparar alimentos para que sean a la vez sanos y apetitosos.

La ciencia culinaria no es un asunto de poca monta. La hábil preparación de los alimentos es una de las artes más esenciales. Debe ser considerada como entre las más valiosas de todas, por estar íntimamente relacionada con la vida. Tanto la fuerza física como la mental, dependen en gran medida del alimento que ingerimos; por lo tanto, la persona que prepara el alimento ocupa un puesto importante y elevado.

Tanto a los jóvenes como a las señoritas se les debe enseñar a cocinar económicamente, y a abstenerse de toda carne. No se estimule de ninguna manera la preparación de platos que contengan carne; porque esto es regresar a la oscuridad y a la ignorancia de Egipto, más bien que dirigirse a la pureza de la reforma pro salud.

Especialmente las mujeres deben aprender a cocinar. ¿Qué parte de la educación de una niña es tan importante como ésta ?. Cualesquiera que sean sus circunstancias en la vida, este es un conocimiento que ella puede practicar. Es un ramo de ocupación que tiene una influencia muy directa sobre la salud y la felicidad. Hay religión práctica en un buen pan.

La cultura en todos los puntos de la vida práctica hará a nuestros jóvenes útiles después que salgan de la escuela para ir a países extranjeros. No tendrán entonces que depender de las gentes a quienes vayan para que cocinen o cosan para ellos o les edifiquen casas. Ejercerán mayor influencia si demuestran que pueden enseñar a los ignorantes a trabajar de acuerdo con los mejores métodos y producir los mejores resultados. Se requerirán menos fondos para sostener a tales misioneros, debido a que el trabajo útil y práctico, combinado con sus estudios, les permitió dedicar al mejor uso posible sus facultades físicas. Esto será apreciado en los lugares donde sea difícil obtener recursos. Revelará que los misioneros pueden ser educadores y enseñar a trabajar. Y dondequiera que vayan, todo lo que hayan ganado en este sentido les permitirá destacarse.

Las artes comunes

La habilidad en las artes comunes es un don de Dios. El provee tanto el don como la sabiduría para usarlo correctamente. Cuando él deseaba que se hiciera cierto trabajo en el tabernáculo dijo: "Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte" (Éxo 31: 2, 3). Mediante el profeta Isaías, el Señor dijo: "Estad atentos y oíd mi voz; atended, y oíd mí dicho. El que ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra? Cuando ha igualado su superficie, ¿no derrama el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, y la cebada en el lugar señalado, y la avena en su borde apropiado? Porque su Dios le instruye, y le enseña lo recto; que el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se pasa la rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara. El grano se trilla; pero no lo trillará para siempre, ni lo comprime con la rueda de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de su trillo. También esto salió de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer sabiduría" (Isa. 28: 23-29)

Dios otorga sus dones según le agrada. Concede un don a una persona, y otro don a otra, pero todos son para el beneficio de todo el cuerpo. Está de acuerdo con el designio de Dios que unos sirvan en un ramo de trabajo y otros en otros ramos, sirviendo todos bajo el mismo Espíritu. El reconocimiento de este plan será una salvaguardia contra la emulación, el orgullo, la envidia o el desprecio recíproco. Fortalecerá la unidad y el amor mutuo.

Un número mucho mayor de jóvenes necesita aprovechar las ventajas de nuestras escuelas. Necesitan el curso de adiestramiento manual, que les enseñará a vivir una vida activa y enérgica. Bajo dirigentes sabios, juiciosos y temerosos de Dios, se ha de enseñar a los estudiantes diferentes clases de trabajo. Cada tarea ha de ser dirigida de la manera más cabal y sistemática, tanto como la mucha experiencia y la sabiduría puede permitirnos planear y ejecutar.

Despierten los maestros y vean la importancia de este asunto y enseñen la agricultura y las otras industrias cuya comprensión es esencial para los alumnos. Procuren alcanzar los mejores resultados en cada departamento de trabajo. Introdúzcase en el trabajo la ciencia de la Palabra de Dios a fin de que los estudiantes puedan comprender los principios correctos, y alcanzar la más alta norma posible.

¿Recompensa financieramente?

En muchos espíritus surgirá la pregunta. ¿Puede obtenerse en nuestras escuelas que el trabajo industrial compense financieramente? Y si no puede lograrse, ¿debe llevarse adelante?

Sería sorprendente el obtener de las industrias una compensación financiera inmediatamente de ser iniciadas. A veces Dios permite que se produzcan pérdidas para enseñarnos lecciones que nos ayudarán a no cometer equivocaciones que entrañarían pérdidas mucho mayores. Procuren cuidadosamente descubrir las causas de los que han tenido pérdidas financieras en su trabajo industrial, y esfuércense por remediarlas de tal manera que en lo futuro no ser repita la pérdida.

Recordernos todos que somos miembros de la familia de Dios; y recordemos también que Satanás y toda su hueste están tratando constantemente de obligarnos a cometer errores a fin de que se destruya nuestra confianza en nosotros mismos y en los demás. Pero cuando surgen perplejidades, ¿Nos conformaremos con permanecer en la ignorancia sin hacer nada? No lo permita Dios.

Se producirán fracasos aparentes en la obra, pero esto no debe desalentarnos. Los libros de cuentas pueden demostrar que la escuela sufrió cierto atraso financiero al llevar adelante el trabajo industrial; pero si en estas actividades los estudiantes aprendieron lecciones que fortalecerán la edificación de su carácter, los libros del cielo arrojarán una ganancia que excederá por mucho la pérdida financiera. Hasta el día del juicio no sabremos nunca cuántas almas ha contribuido a salvar este trabajo. Satanás halla travesuras para las manos ociosas; pero cuando los estudiantes se mantienen atareados en el trabajo útil, el Señor tiene oportunidad de obrar por ellos.

Si después de impartir la preparación manual durante un año los directores de la escuela encuentran que ha habido pérdida, procuren descubrir la razón y precaverse contra ella en lo futuro. Pero no prevalezca el espíritu de censura, porque el Espíritu de Cristo queda agraviado cuando se pronuncian palabras de crítica cruel contra los que han hecho lo mejor que podían. En la Palabra de Dios hay palabras de estímulo tanto como de prevención. No permita Dios que sean debilitadas las manos de los que están procurando llevar adelante una actividad.

Quiero instar a que se aliente a nuestras escuelas en sus esfuerzos para el adiestramiento de los jóvenes en la agricultura y otras actividades industriales. Cuando, en los negocios comunes, se inicia algo y se hacen preparativos para el desarrollo futuro, con frecuencia hay una pérdida financiera. Pero recordemos la bendición que imparte a los alumnos el ejercicio físico. Muchos estudiantes han muerto mientras procuraban adquirir una educación, debido a que se limitaban demasiado al esfuerzo mental.

No debemos ser estrechos en nuestros planes. En el adiestramiento industrial hay ventajas que no se perciben, que no pueden ser medidas ni calculadas. No lamente nadie el esfuerzo necesario para llevar adelante con éxito el plan que durante años nos ha sido presentado como de importancia primordial.

Los maestros tendrán que arrostrar pruebas. Los desalientos se acumularán sobre ellos mientras vean que su trabajo no es apreciado. Satanás se esforzará por afligirlos con achaques corporales, esperando inducirlos a murmurar contra Dios, a cerrar sus ojos con respecto a su bondad, su misericordia, su amor y el excelso peso de gloria que aguarda al vencedor. En tales ocasiones, recuerden los maestros que Dios los está conduciendo a una confianza más perfecta en él. Si en su perplejidad quieren mirar a él con fe, los sacará del horno de prueba refinados y purificados como el oro que es probado en el fuego.

Diga la persona apremiada y cruelmente probada: "Aunque él me matare, en él esperaré". "Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación" (Job. 13: 15; Hab. 3: 17,18).

No tengan los maestros favoritos entre los alumnos, ni presten la mayor atención a los estudiantes brillantes y vivos. Los que aparentemente son menos promisorios, son los que más necesitan del tacto y las palabras bondadosas que vincularán su corazón con el maestro.

No se debe confiar en las primeras impresiones. Ciertos alumnos que al principio parecían tardos de compresión, pueden hacer al fin mayores progresos que los que son por naturaleza más vivos. Si son esmerados y sistemáticos en su trabajo, ganarán mucho de lo que los otros no logran. Los que adquieren hábitos de laboriosidad paciente y perseverante, alcanzarán más que los de mente brillante, rápida, llena de vivacidad, quienes, aunque comprenderán rápidamente los puntos, los olvidan con igual facilidad. Los pacientes, aunque más tardos en aprender, avanzarán más que aquellos que aprender tan rápidamente que no necesitan estudiar.

No se debe agobiar a los alumnos con estudios hasta el punto que descuiden la cultura de los modales; y sobre todo, deben insistir en que nada les impida tener sus momentos de oración, que los ponen en relación con Cristo. En ningún caso deben privarse de los privilegios religiosos.