Consejos sobre Mayordomía Cristiana

Capítulo 22

Educación impartida por los ministros y dirigentes de la iglesia

Sobre quienes se dedican al ministerio pesa una gran responsabilidad que es extrañamente descuidada. A algunos les agrada predicar, pero no realizan obra personal en las iglesias. Hay una gran necesidad de instrucción concerniente a las obligaciones y los deberes hacia Dios, especialmente con respecto a pagar honradamente el diezmo. Nuestros ministros se sentirían muy apesadumbrados si no se les pagara prontamente por su trabajo; ¿pero considerarán ellos que debe haber sustento en la tesorería de Dios para mantener a los obreros? Si dejan de cumplir con todo su deber en lo que atañe a la educación del pueblo para que éste sea fiel en el pago de lo que pertenece a Dios, habrá escasez de recursos en la tesorería para promover la obra de Dios.

El veedor de la grey de Dios debería cumplir fielmente su deber. Si por la sola razón de que una cosa no le agrada decide dejarla para que otro la haga, no está siendo un obrero fiel. Debe leer en Malaquías las palabras del Señor con las que acusa al pueblo de robar a Dios al retener los diezmos. El Dios poderoso declara: "Malditos sois con maldición". Malaquías 3:9. Cuando el que ministra en palabra y doctrina ve que el pueblo adopta una conducta que acarreará esta maldición sobre él, ¿cómo puede descuidar su deber de instruirlo y amonestarlo? Cada miembro de iglesia debería ser enseñado a ser fiel en el pago honrado del diezmo.--Testimonies for the Church 9:250, 251.

Instrucción a los nuevos conversos

Un obrero no debe nunca dejar sin hacer alguna parte del trabajo porque no es agradable ejecutarla, pensando que el predicador que vendrá después la hará en su lugar. Cuando tal es el caso, si el segundo predicador sigue al primero y presenta los derechos que Dios tiene sobre su pueblo, algunos retroceden, diciendo: "El predicador que nos anunció la verdad no mencionó estas cosas", y se ofenden a causa de la palabra. Algunos se niegan a aceptar el sistema del diezmo; se apartan y ya no andan más con los que creen y aman la verdad. Cuando se les presentan otros temas, contestan: "No nos enseñaron así", y vacilan en progresar. ¡Cuánto mejor habría sido que el primer mensajero de la verdad educase fiel y cabalmente a estos conversos en todos los puntos esenciales, aunque fuese menor el número de personas añadidas a la iglesia por medio de sus labores! Dios preferiría que hubiese seis personas cabalmente convertidas a la verdad antes que sesenta que lo profesasen y no fuesen verdaderamente convertidas.

Es parte de la obra del predicador enseñar a los que aceptan la verdad por sus esfuerzos a traer el diezmo al alfolí, en reconocimiento de su dependencia de Dios. Los nuevos conversos deben ser plenamente instruidos acerca de su deber en cuanto a devolver al Señor lo que le pertenece. La orden de pagar el diezmo es tan clara que no hay ni sombra de excusa para violarla. El que descuida de dar instrucciones acerca de este punto, deja sin hacer una parte muy importante de su obra.

Los ministros deben también hacer sentir a la gente la importancia de llevar otras cargas en relación con la obra de Dios. Nadie está eximido de la obra de benevolencia. Debe enseñarse a la gente que cada departamento de la causa de Dios debe recibir su apoyo y atraer su interés. El gran campo misionero está abierto delante de nosotros, y este tema debe ser agitado, vez tras vez. Debe hacerse comprender a la gente que no son los oidores, sino los hacedores de la palabra, quienes obtendrán la vida eterna. Y se le ha de enseñar también que los que lleguen a ser participantes de la gracia de Cristo no sólo han de dar de su sustancia para el progreso de la verdad, sino que han de darse a sí mismos a Dios sin reserva.--Obreros Evangélicos, 382-384.

El deber del pastor

Que la iglesia designe a pastores o ancianos que se hayan consagrado al Señor Jesús, y que esos hombres comprendan que se elige a dirigentes que se desempeñarán fielmente en la obra de reunir el diezmo. Si los pastores demuestran que no están capacitados para ese cargo, si dejan de destacar ante la iglesia la importancia de devolver a Dios lo que le pertenece, si no se preocupan de que los dirigentes de iglesia que dependen de ellos sean fieles, y de que el diezmo sea llevado a la tesorería, están en peligro. Están descuidando un asunto que implica una bendición o una maldición para la iglesia. Deberían ser relevados de su responsabilidad y habría que poner a prueba a otros hombres.

Los mensajeros del Señor deberían preocuparse de que los miembros de las iglesias cumplan fielmente sus requerimientos. Dios dice que debería haber alimento en su casa, y si el dinero de la tesorería es usado indebidamente, si se considera correcto que las personas usen el diezmo en la forma como les plazca, el Señor no puede bendecir. No puede sostener a los que piensan que pueden hacer lo que quieran con lo que pertenece a él.--RH Supplement, 1 de diciembre de 1896.

La responsabilidad de los dirigentes de la iglesia

Los ancianos y dirigentes de la iglesia tienen el deber de instruir a la gente acerca de este asunto tan importante, y deben poner orden en las cosas. Como obreros juntamente con Dios, los dirigentes de la iglesia deben actuar con firmeza en lo que concierne a este asunto claramente revelado. Los pastores mismos deben ser estrictos en cumplir la letra de las órdenes de la Palabra de Dios. Los que ocupan cargos de responsabilidad en la iglesia no deben ser negligentes, sino que deben preocuparse de que los miembros sean fieles en el cumplimiento de su deber... Que los ancianos y los dirigentes de la iglesia sigan las instrucciones de la Palabra Sagrada, e insten a sus miembros acerca de la necesidad de ser fieles en el pago de las promesas, los diezmos y las ofrendas.--The Review and Herald, 17 de diciembre de 1889.

Enséñese a los pobres a ser liberales

Con frecuencia, los que reciben la verdad se hallan entre los pobres en bienes terrenos; pero no deben hacer de ello una excusa para descuidar aquellos deberes que les incumben en reconocimiento de la preciosa luz que han recibido. No deben dejar que la pobreza les impida allegarse tesoros en los cielos. Las bendiciones que están al alcance de los ricos lo están también al de los pobres. Si son fieles en emplear lo poco que poseen, su tesoro en los cielos aumentará de acuerdo con su fidelidad. Es el motivo, no la cantidad, lo que hace valiosas sus ofrendas a la vista del cielo.--Obreros Evangélicos, 234.

Para un estudio adicional

Los diezmos y las ofrendas en Israel.--Historia de los Patriarcas y Profetas, 564-568. El diezmo existía antes del tiempo de Moisés.--Joyas de los Testimonios 1:372. Es tan duradero como la ley de Dios.--Joyas de los Testimonios 1:385. Tal como el sábado el diezmo es sagrado.--Joyas de los Testimonios 1:375. Un arreglo preciso hecho por Jesucristo mismo.--Joyas de los Testimonios 3:35. No ha sido abrogado ni reducido.--Joyas de los Testimonios 1:371. A cargo de la conciencia y generosidad de los hombres.--Joyas de los Testimonios 1:373. Un reconocimiento de su derecho por la creación y la redención.--Joyas de los Testimonios 3:77-80. Dios pone su mano sobre nuestras posesiones: "Conságrame tus diezmos".--Testimonies for the Church 9:245. Un asunto de sencilla honradez.--La Educación, 133, 134. Dios aborrece el espíritu de codicia.--Los Hechos de los Apóstoles, 272, 273. La liberalidad no es una gracia natural sino cultivada.--Testimonies for the Church 5:271, 272. El mensaje de Malaquías.--Joyas de los Testimonios 3:35-42. Nadie debe robar a Dios siguiendo las inclinaciones del corazón egoísta.--Testimonies for the Church 5:481. Al usar el diezmo para pagar deudas seculares, el hombre se hace doblemente deudor.--Joyas de los Testimonios 3:41; Testimonies for the Church 1:220. Cuando estamos en armonía con Dios no preferiremos a nadie antes que él.--Testimonies for the Church 6:103, 104. Se estorba el mensaje cuando se detienen los diezmos.--Testimonies for the Church 9:52. El resultado de pagar fielmente los diezmos.--Joyas de los Testimonios 1:368; Joyas de los Testimonios 3:36; Joyas de los Testimonios 1:552-554; Los Hechos de los Apóstoles, 272. Abundancia de recursos para llevar a cabo la obra de Dios.--Joyas de los Testimonios 2:41. Una prueba para ver si somos dignos de la vida eterna.--Joyas de los Testimonios 1:390. Adversidad a causa de la retención egoísta.--Testimonies for the Church 1:221; Joyas de los Testimonios 1:564; Testimonies for the Church 4:484, 620; Testimonies for the Church 2:661, 662; Testimonies for the Church 5:151, 152. No hay excusa para la ignorancia o el descuido.--Joyas de los Testimonios 3:37, 38; Testimonios para los Ministros, 310-312. Considerado como robo en los libros del cielo.--Joyas de los Testimonios 1:373, 374. Cuando se paga el diezmo, lo que queda es bendecido.--Joyas de los Testimonios 1:556. Las nueve décimas valen más que las diez décimas.--Joyas de los Testimonios 1:385. Promesa de prosperidad a los fieles.--Testimonies for the Church 5:267, 268. Reclamando la promesa de Malaquías.--Testimonios para los Ministros, 313. Traed con confesión los diezmos retenidos.--Testimonies for the Church 9:51, 52. Pedid que los diezmos sean llevados a la tesorería antes de fin de año.--Testimonios para los Ministros, 310-313. Se pide arrepentimiento y restitución.--Joyas de los Testimonios 1:374. El diezmo es exclusivamente para el ministerio.--Testimonies for the Church 9:249, 250; Obreros Evangélicos, 238. Los profesores de Biblia deben ser pagados con el diezmo.--Joyas de los Testimonios 2:415. Los presidentes de asociaciones y ministros tienen el deber de educar.--Testimonies for the Church 5:374, 375; Testimonies for the Church 9:250; Testimonios para los Ministros, 310-313. Enseñad por precepto y ejemplo.--Testimonies for the Church 9:246. Los que dejan de enseñar no son considerados sin culpa.--Testimonies for the Church 3:269, 270; Testimonios para los Ministros, 312. Hay que enseñar la liberalidad sistemática a los pobres.--Obreros Evangélicos, 234, 235. En caso de duda es preferible exceder las exigencias del deber más bien que sustraer de ellas.--Joyas de los Testimonios 1:564.