PARTE I - LA MANTEQUILLA
Una reforma progresiva
Sea progresiva la reforma alimenticia. Enséñese a la gente a preparar alimentos sin mucho uso de
leche o mantequilla. Expliquémosle que llegará pronto el tiempo en que será peligroso usar huevos,
leche, crema o mantequilla, porque las enfermedades aumentan proporcionalmente a la maldad que
reina entre los hombres. Se acerca el tiempo en que, debido a la iniquidad de la especie caída, toda la
creación animal gemirá bajo las enfermedades que azotan nuestra tierra.
Dios dará a su pueblo capacidad y tacto para preparar alimentos sanos sin aquellas cosas. Descarte
nuestro pueblo todas las recetas malsanas.
La mantequilla es menos nociva cuando se la come con pan asentado que cuando se la emplea
para cocinar, pero por regla general es mejor abstenerse de ella.
Reemplazada con aceitunas, crema, nueces y alimentos sanos
Las aceitunas pueden prepararse de tal manera que se puedan ingerir con buen resultado en cada
comida. Las ventajas que se procuran con el uso de mantequilla pueden obtenerse con el consumo de
aceitunas debidamente preparadas. El aceite de las aceitunas alivia el estreñimiento, y para los tísicos y
para los que tienen estómago inflamado e irritado es mejor que cualquier droga. Como alimento, es
mejor que cualquier aceite obtenido de segunda mano de los animales.
Convenientemente preparadas, las aceitunas, lo mismo que las oleaginosas, pueden reemplazar la
mantequilla y la carne. El aceite tal como se ingiere en la aceituna, es muy preferible al aceite animal y
a la grasa. Es laxante. Su uso beneficiará a los enfermos de consunción y podrá curar o aliviar las
inflamaciones del estómago.
El negocio de los "alimentos sanos"* necesita los medios y la cooperación activa de nuestros
hermanos, para que pueda realizar la obra que debe hacer. Su propósito es suplir a la gente con
alimentos que reemplacen la carne, y también la leche y la mantequilla, las cuales, debido a las
enfermedades del ganado, se están haciendo más y más objetables.
No es lo mejor para los niños
A los niños generalmente se les permite comer carnes, especias, mantequilla, queso, cerdo,
pasteles suculentos, y condimentos. También se les permite comer en forma irregular y entre comidas
alimentos malsanos. Estás cosas hacen su obra de desarreglar el estómago, excitar los nervios a una
acción antinatural, y debilitar el intelecto. Los padres no se dan cuenta que están sembrando la semilla
que producirá enfermedad y muerte.
El uso abundante obstruye la digestión
No debe colocarse mantequilla sobre la mesa; porque si se pone, algunos la usarán con
demasiada abundancia, y esto obstruirá la digestión. Pero para Ud. mismo, Ud. puede ocasionalmente
usar un poco de mantequilla sobre el pan frío, si esto hace los alimentos más apetitosos. Esto hará
mucho menos daño que limitarse a la preparación de alimentos que no son sabrosos.
Cuando no puede obtenerse la clase más pura de mantequilla
Yo como solamente dos comidas al día, y todavía sigo la luz que me fue dada hace treinta y
cinco años. No empleo carne. En cuanto a mi, he definido el asunto de la mantequilla. No la uso. Esta
cuestión debe definirse fácilmente en cada lugar donde no pueda obtenerse el artículo en su forma más
pura. Tenemos dos buenas vacas lecheras,
una Jersey y una Holstein. Usamos crema, y todos están satisfechos con ésta.
No han de ser clasificados con la carne
La leche, los huevos y la mantequilla no deben clasificarse con la carne. En algunos casos el uso
de huevos es beneficioso. No ha llegado el tiempo en que debamos decir que se debe descartar
completamente el consumo de leche y huevos. Hay familias pobres cuya alimentación consiste
mayormente en pan y leche. Tienen poca fruta, y no pueden comprar los alimentos a base de
oleaginosas. Al enseñar la reforma pro salud, como en toda otra obra evangélica, debemos tener en
cuenta la situación de la gente. Hasta que podamos enseñarle a preparar alimentos saludables,
apetitosos, nutritivos, y sin embargo, poco costosos, no estamos libres para presentar los principios más
adelantados de la alimentación saludable.
Permítase que otros tengan sus convicciones
Debemos recordar que hay una gran cantidad de mentes diferentes en el mundo, y no podemos
esperar que todos vean en la misma forma como nosotros lo que se refiere al asunto del régimen. Las
mentes no corren exactamente
por el mismo cauce. Yo no como mantequilla, pero hay miembros de mi familia que lo hacen. No se
coloca en mi mesa; pero yo no hago problema porque algunos miembros de mi familia decidan comerla
ocasionalmente. Muchos de nuestros hermanos concienzudos tienen mantequilla en sus mesas, y yo no
me siento bajo obligación alguna de forzarlos a proceder de otra manera. Nunca debe permitirse que
estas cosas produzcan perturbación entre los hermanos. Yo no puedo ver la necesidad de la
mantequilla, donde hay abundancia de fruta y crema esterilizada.
Los que aman y sirven a Dios deben poder seguir sus propias convicciones. Podemos no sentirnos
justificados y hacer como ellos hacen, pero no debemos permitir que las diferencias de opinión creen
desunión.
No puedo ver otra cosa sino que Ud. está haciendo lo mejor posible para vivir los principios de
la reforma pro salud. Estudie la economía en todas las cosas, pero no elimine del régimen los alimentos
que el organismo necesita. Con respecto a las frutas secas oleosas (nueces), hay muchos que no pueden
comerlas. Si a su esposo le gustan los productos lácteos, déjelo que los consuma hasta que esté
convencido de que esto no es lo mejor para su salud.
Cautela contra los extremos
Hay peligro de que al presentar los principios de la reforma pro salud algunos estén en favor de
hacer cambios que tendrían malos resultados en lugar de producir beneficio. La reforma pro salud no
debe ser impuesta de una manera radical. Según lo que es ahora la situación, no podemos decir que la
leche y los huevos y la mantequilla deben ser totalmente descartados. Debemos ser cuidadosos para no
hacer innovaciones, porque bajo la influencia de
una enseñanza extremista hay almas concienzudas que irán a los extremos. Su apariencia física
perjudicará la causa de la reforma pro salud; porque pocos saben cómo reemplazar aquello que
descartan.
Si bien se han dado advertencias con relación a los peligros de enfermedad que derivan de la
mantequilla y al mal que ocasiona el uso copioso de huevos por parte de las criaturas, no debe
considerarse como violación de nuestros principios el consumo de huevos provenientes de gallinas bien
cuidadas y convenientemente alimentadas. Los huevos contienen ciertos principios que obran
eficazmente contra determinados venenos.
Algunos, al abstenerse de leche, huevos y mantequilla, no proveyeron a su cuerpo una alimentación
adecuada y como consecuencia se han debilitado e incapacitado para el trabajo. De esta manera, la
reforma pro salud ha sido desacreditada. La obra que nos hemos esforzado por levantar sólidamente
sufre confusión a causa de las extravagancias que Dios no ha ordenado, y las energías de la iglesia se
ven estorbadas. Pero Dios intervendrá para contrarrestar los resultados de ideas tan extremistas. El
propósito del Evangelio es reconciliar la raza pecaminosa. Debe llevar a pobres y ricos a los pies de
Jesús.
Los pobres dicen, cuando se les representa la reforma pro salud: "¿Qué comeremos? No tenemos
con qué comprar las frutas secas oleosas (nueces)". Se me ha dicho que cuando predique el Evangelio a
los pobres, los inste a comer el alimento más nutritivo. No puedo decirles: "No debéis comer huevos o
leche o crema. No debéis usar mantequilla en la preparación de los alimentos". El Evangelio debe ser
predicado a los pobres, y todavía no ha llegado el tiempo para prescribir el régimen más estricto...
LA BUENA VOLUNTAD DEBE GUIAR
Pero deseo decir que cuando llegue el tiempo en que ya no sea seguro usar leche, crema, mantequilla y
huevos, Dios lo revelará. No hay que defender los extremos en la reforma pro salud. El problema de
usar leche, mantequilla y huevos será resuelto de por sí. Por el momento no tenemos ninguna
preocupación en este sentido. Que vuestra moderación sea conocida por todos los hombres.
PARTE II - LA MANTECA DE CERDO Y LA GRASA
Muchos no creen que esto constituye un deber, y por lo tanto no intentan preparar alimentos en
forma debida. Esto puede hacerse de una manera sencilla, saludable y fácil, sin el uso de tocino (grasa
de cerdo), mantequilla, o carne. La habilidad debe unirse con la sencillez. Para hacerlo, las mujeres
necesitan leer, y luego poner en práctica con paciencia lo que han leído.
Las frutas, los cereales, las legumbres y las hortalizas, preparados de una manera sencilla, sin
ninguna clase de grasas ni especias, constituye, juntamente con la leche o la crema, el régimen
alimenticio más saludable.
Los alimentos deben prepararse con sencillez, y sin embargo con una delicadeza que despierte el
apetito. Debéis
descartarla grasa de vuestra alimentación. Ella contamina cualquier alimento que preparéis.
Más de una madre pone una mesa que es una trampa para su familia. Viejos y jóvenes se sirven
en abundancia carne, mantequilla, queso, artículos de repostería muy dulces, alimentos con especias y
condimentos. Estas cosas hacen su obra para descomponer el estómago, excitar los nervios y debilitar
el intelecto. Los órganos productores de sangre no pueden convertir tales cosas en buena sangre. La
grasa cocinada con los alimentos los hace difícil de digerir.
No creemos que las papas fritas sean saludables, pues se usa más o menos grasa o mantequilla en
su preparación. Las papas bien cocidas al horno o hervidas, servidas con crema y un poco de sal, son
las más saludables. La porción sobrante de papas y batatas se prepara con un poco de crema y un poco
de sal y se vuelve a cocinar al horno sin freírla; es excelente.
Que todos los que se sienten a su mesa vean en ella alimentos bien cocinados, higiénicos y
deliciosos. Sea muy cuidadoso con respecto a su forma de comer y beber, Hno.----------, de manera que
no siga teniendo un cuerpo enfermo. Coma regularmente, y consuma sólo alimentos exentos de grasas.
Un régimen sencillo, libre de especias, de carne y de grasas de todas clases, resultará una
bendición para vosotros, y ahorrará a su esposa una gran cantidad de sufrimiento, aflicción y
desaliento.
Los cereales y las frutas preparados sin grasa, y en una condición tan natural como sea posible,
deben ser los alimentos para las mesas de todos los que pretenden estar preparándose para trasladarse al
cielo.
PARTE III - LA LECHE Y LA CREMA
Parte de un régimen nutritivo y agradable
Dios ha proporcionado al hombre abundantes medios para regalar un apetito no pervertido. El ha
desplegado ante el ser humano los productos de la tierra: una variedad abundante de alimentos que son
apetitosos para el gusto y nutritivos para el organismo. De estas cosas, nuestro benévolo Padre celestial
dice que podemos comer con libertad. Las frutas, los cereales y las legumbres, preparados de una
manera sencilla, sin especias y grasas de ninguna clase, constituyen, con la leche o la crema, el régimen
alimenticio más saludable. Imparten nutrición al cuerpo, y dan un poder de resistencia y un vigor
intelectual que no son producidos por un régimen estimulante.
Los alimentos deben ser preparados de modo que sean apetitosos y nutritivos. No debe
despojárselos de lo que nuestro organismo necesita. Yo hago uso de un poco
de sal y siempre lo he hecho, porque la sal, lejos de ser nociva, es indispensable para la sangre. Las
legumbres debieran hacerse más agradables aderezándolas con un poco de leche o crema, o su
equivalente. . .
Algunos, al abstenerse de leche, huevos y mantequilla, no proveyeron a su cuerpo una alimentación
adecuada y como consecuencia se han debilitado e incapacitado para el trabajo. De esta manera, la
reforma pro salud ha sido desacreditada. . .
Llegará el tiempo cuando tal vez tengamos que dejar algunos de los alimentos que usamos ahora, como
la leche, la crema y los huevos; pero no necesitamos crearnos dificultades por restricciones prematuras
y exageradas. Esperemos que las circunstancias lo exijan y que el Señor prepare el camino.
El peligro de la leche de procedencia dudosa
La leche, los huevos y la mantequilla no deben clasificarse con la carne. En algunos casos el uso
de huevos es beneficioso. No ha llegado el tiempo en que debamos decir que se debe descartar
completamente el consumo de leche y huevos. Hay familias pobres cuya alimentación consiste
mayormente en pan y leche. Tienen poca fruta, y no pueden comprar los alimentos a base de
oleaginosas. Al enseñar la reforma pro salud, como en toda otra obra evangélica, debemos tener en
cuenta la situación de la gente. Hasta que podamos enseñarle a preparar alimentos saludables,
apetitosos, nutritivos, y sin embargo, poco costosos, no estamos libres para presentar los principios más
adelantados de la alimentación saludable.
Sea progresiva la reforma alimenticia. Enséñese a la gente a preparar alimentos sin mucho uso de leche
o mantequilla. Expliquémosle que llegará pronto el tiempo en que
será peligroso usar huevos, leche, crema o mantequilla, porque las enfermedades aumentan
proporcionalmente a la maldad que reina entre los hombres. Se acerca el tiempo en debido a la
iniquidad de la especie caída, toda la creación animal gemirá bajo las enfermedades que azotan nuestra
tierra.
Siempre hemos usado un poco de leche y un poco de azúcar. Nunca hemos denunciado tal cosa,
ora sea en nuestros escritos o en nuestra predicación. Creemos que el ganado llegará a estar tan
enfermo que estas cosas tendrán que ser descartadas, pero no ha llegado todavía el tiempo en que el
azúcar y la leche sean totalmente eliminados de nuestras mesas.
Los animales de los cuales se obtiene la leche no son siempre sanos. Pueden sufrir enfermedades.
Una vaca puede estar aparentemente sana por la mañana y morir antes de la noche. En tal caso estaba
enferma por la mañana, y su leche también; pero no lo sabíais. La creación animal está llena de
enfermedades.
Según la luz que me ha sido dada no pasará mucho tiempo antes que tengamos que abandonar
todo alimento animal. Aun la leche tendrá que ser descartada. La enfermedad se acumula rápidamente.
La maldición de Dios está sobre la tierra, porque el hombre la ha maldecido.
Esterilización de la leche
Si se hace uso de leche, debe ser bien esterilizada, pues con esta precaución hay menos peligro
de enfermedad.
Llegará el tiempo cuando no será seguro usar leche. Pero si las vacas son sanas y la leche se
hierve bien no hay necesidad de crear un tiempo de angustia con anticipación.
Un sustituto de la mantequilla
Yo tomo solamente dos comidas al día, y todavía sigo la luz que me fue dada hace treinta y cinco
años. No empleo carne. En cuanto a mí, he definido el asunto de la mantequilla. No la uso. Esta
cuestión debe definirse fácilmente en cada lugar donde no pueda obtenerse el artículo en su forma más
pura. Tenemos dos buenas vacas lecheras, una Jersey y una Holstein. Usamos crema, y todos están
satisfechos con ésta.
No puedo ver la necesidad de mantequilla donde hay abundancia de fruta y crema esterilizada.
No ponemos mantequilla sobre nuestra mesa. Nuestras verduras están cocinadas generalmente
con leche o crema y resultan muy apetitosas... Creemos que una cantidad moderada de leche de una
vaca sana no es objetable.
El régimen más estricto no es el mejor
Hemos de ser puestos en contacto con las masas. Si presentáramos a esas masas la reforma pro
salud en su forma más extrema, se haría daño. Les pedimos que dejen de comer carne y de tomar té y
café. Eso está bien. Pero algunos dicen que la leche también debe dejarse. Ese es un asunto que debe
manejarse con cuidado. Hay familias pobres cuyo régimen consiste en pan y leche, y si pueden
conseguirla, un poco de fruta . Toda la carne debe ser descartada, pero las verduras deben prepararse en
forma apetitosa con un poco de leche o crema o algo equivalente. Los pobres dicen, cuando se les
presenta la reforma pro salud: "¿Qué comeremos? No podemos comprar las frutas oleaginosas secas
(nueces)". Al predicar el mensaje a los pobres, se me instruye a decirles que coman el alimento que sea
más nutritivo. Yo no puedo decirles: "No debéis comer huevos o leche o crema. No debéis usar
mantequilla en la preparación de los alimentos". El evangelio debe ser predicado a los pobres, y no ha
llegado el tiempo para prescribir la dieta o el régimen más riguroso.
Llegará el tiempo cuando tendremos que descartar algunos artículos del régimen que ahora usamos,
tales como la leche, la crema y los huevos . Pero mi mensaje es que Ud. no debe anticipar el tiempo de
angustia, y así afligirse con la muerte. Espere hasta que el señor prepare el camino delante de Ud.
Le aseguro que sus ideas con respecto a la alimentación para los enfermos no son aconsejables. El
cambio es demasiado grande. Aunque yo descartaría la carne como perjudicial, puede usarse algo
menos objetable, y esto se encuentra en los huevos. No quite la leche de la mesa ni prohiba
que se use en la cocción de los alimentos. La leche debe procurarse de vacas sanas, y debe ser
esterilizada.
Llegará el tiempo cuando no podrá usarse leche con tanta abundancia como ahora; mas no es éste el
tiempo de descartarla. . .
Pero deseo decir que cuando llegue el tiempo en que ya no sea seguro utilizar la leche, la crema, la
mantequilla y los huevos, Dios lo revelará. No han de defenderse los extremos en la reforma pro salud.
El problema de usar leche, mantequilla y huevos se resolverá por sí mismo. Actualmente no tenemos
ninguna preocupación en esta materia. Que vuestra moderación sea conocida por todos los hombres.
Dios proveerá
Vemos que el ganado está enfermándose en gran escala. La tierra misma está corrompida, y
sabemos que llegará el tiempo cuando no será lo mejor usar leche y huevos. Pero ese tiempo no ha
llegado todavía. Sabemos que cuando venga, el Señor proveerá. Se hace la pregunta, muy significativa
para todos aquellos a quienes ésta preocupa: " ¿Pondrá el Señor mesa en el desierto?" Creo que la
respuesta debe ser: Si, Dios proveerá alimento para su pueblo.
En todas partes del mundo se hará provisión para reemplazar la leche y los huevos. Y el Señor nos hará
saber cuando llegue el tiempo de abandonar esos artículos. El desea que todos sepan que tienen un
bondadoso Padre celestial que los instruirá en todas las cosas. El Señor dará arte y habilidad culinaria a
sus hijos en todas partes del mundo, enseñándoles cómo usar, para el sustento de la vida, los productos
de la tierra.
PARTE IV LAS ACEITUNAS Y EL ACEITE DE OLIVAS
Convenientemente preparadas, las aceitunas, lo mismo que las oleaginosas, pueden reemplazar la
mantequilla y la carne. El aceite tal como se ingiere en la aceituna, es muy preferible al aceite animal y
a la grasa. Es laxante. Su uso beneficiará a los enfermos de consunción y podrá curar o aliviar las
inflamaciones del estómago.
Las aceitunas pueden prepararse de tal manera que se puedan ingerir con buen resultado en cada
comida. Las ventajas que se procuran con el uso de mantequilla pueden obtenerse con el consumo de
aceitunas debidamente preparadas. El aceite de las aceitunas alivia el estreñimiento, y para los tísicos y
para los que tienen estómago inflamado e irritado es mejor que cualquier droga. Como alimento, es
mejor que cualquier aceite obtenido de segunda mano de los animales.
El aceite de las olivas es un remedio para el estreñimiento y para las enfermedades de los
riñones.