El Evangelismo

Capítulo 4

Los planes para la campaña pública

Sigamos el modelo del evangelista maestro

Estudiemos los métodos de Jesús--Si alguna vez ha sido esencial que entendamos y sigamos los métodos correctos de enseñanza e imitemos el ejemplo de Cristo, es ahora.--Carta 322, 1908.

Cómo se encontraba Jesús con la gente--Si queréis acearos a la gente en forma aceptable, humillad vuestros corazones delante de Dios y aprended sus caminos. Obtendremos mucha instrucción para nuestra obra de un estudio de los métodos de trabajo de Cristo y de su manera de encontrarse con la gente. En la narración evangélica encontramos el relato de cómo trabajaba por todas las clases, y de cómo mientras trabajaba en las ciudades y los pueblos, millares eran atraídos a su lado para escuchar su enseñanza. Las palabras del Maestro eran claras y distintas, y eran pronunciadas con simpatía y ternura. Llevaban consigo la seguridad de que eran la verdad. Era la sencillez y el fervor con que Cristo trabajaba y hablaba lo que atraía a tantas personas a él.

El gran Maestro trazaba planes para su obra. Estudiad estos planes. Lo encontramos viajando de un lugar a otro, seguido por multitudes de ansiosos oyentes. Cuando podía, los conducía fuera de las ciudades atestadas a la quietud del campo. Allí oraba con ellos y les hablaba las verdades eternas.--The Review and Herald, 18 de enero de 1912.

En las sinagogas y junto al mar--Cristo recorría "toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo". Mateo 4:23. Predicaba en las sinagogas porque así podía llegar hasta las muchedumbres que se reunían en ellas. Luego salía y predicaba junto al mar y en las grandes vías por donde viajaba la gente. Las verdades preciosas que él tenía que proclamar no debían limitarse únicamente a las sinagogas...

Cristo podía ocupar el lugar más encumbrado entre los maestros más destacados de la nación judía. Pero él prefirió llevar el Evangelio a los pobres. Fue de un lugar a otro a fin de que los que estaban en los caminos y en los vallados pudieran oír el Evangelio de la verdad. Trabajó en la forma en que desea que trabajen sus obreros de la actualidad. Junto al mar, en la ladera de la montaña y en las calles de la ciudad, se oía su voz que explicaba las Escrituras del Antiguo Testamento. Sus explicaciones eran tan diferentes de las explicaciones de los escribas y los fariseos, que atraían la atención de la gente. Enseñaba como uno que tenía autoridad, y no como los escribas. Proclamaba el Evangelio con claridad y poder.--Carta 129, 1903.

Métodos peculiarmente suyos--Asistía a las grandes fiestas de la nación, y a la multitud absorta en las ceremonias externas le hablaba de las cosas del cielo y ponía la eternidad a su alcance. A todos les traía tesoros sacados del depósito de la sabiduría. Les hablaba en lenguaje tan sencillo que no podían dejar de entenderlo. Valiéndose de métodos peculiares, lograba aliviar a los tristes y afligidos. Con gracia tierna y cortés, atendía a las almas enfermas de pecado y les ofrecía salud y fuerza.

El Príncipe de los maestros procuraba llegar al pueblo por medio de las cosas que le resultaban más familiares. Presentaba la verdad de un modo que la dejaba para siempre entretejida con los más santos recuerdos y simpatías de sus oyentes. Enseñaba de tal manera que les hacía sentir cuán completamente se identificaba con los intereses y la felicidad de ellos. Tan directa era su enseñanza, tan adecuadas sus ilustraciones, y sus palabras tan impregnadas de simpatía y alegría, que sus oyentes se quedaban embelesados. La sencillez y el fervor con que se dirigía a los necesitados santificaban cada una de sus palabras.--El Ministerio de Curación, 14, 15 (1905).

Jesús estudia los rostros--Ni siquiera la muchedumbre que con tanta frecuencia seguía sus pasos era para Cristo una masa confusa de seres humanos. Hablaba y exhortaba directamente a cada mente y se dirigía a cada corazón. Observaba los rostros de sus oyentes, notaba cuando se iluminaban, notaba la mirada rápida y comprensiva que revelaba que la verdad había llegado al alma, y en su corazón vibraba en respuesta una cuerda de gozo afín.--La Educación, 227 (1903).

Se interesaba en la humanidad caída--En todo ser humano, cualquiera fuera el nivel al cual hubiese caído, veía a un hijo de Dios, que podía recobrar el privilegio de su relación divina.--La Educación, 75 (1903).

Sencillez, discurso directo, repetición--La enseñanza de Cristo era la sencillez personificada. Enseñaba como quien tiene autoridad. Los judíos esperaban y pretendían que la primera venida de Cristo se produjera con todas las manifestaciones de gloria que habían de acompañar su segunda venida. El gran Maestro proclamaba la verdad a la humanidad, y muchos de sus oyentes podían no ser educados en las escuelas de los rabinos ni eu la filosofía griega. Cristo pronunciaba la verdad de una manera sencilla y directa, dando fuerza vital a cada una de sus declaraciones y haciéndolas impresionantes. Si él hubiera levantado su voz en un tono forzado, como habitualmente ocurre con muchos predicadores en estos días, el carácter conmovedor y la melodía de la voz humana se hubieran perdido, y mucha de la fuerza de la verdad se hubiera destruido...

En sus discursos Cristo no presentaba delante de ellos muchas cosas a la vez, no fuera que su mente se confundiese. Hizo que cada punto fuera claro y distinto. No desdeñaba la repetición de las verdades viejas y familiares que están en las profecías si servían para sus propósitos de inculcar ideas.--Manuscrito 25, 1890.

Cautivaba las mentes más destacadas--Aunque las grandes verdades pronunciadas por nuestro Señor eran formuladas en un lenguaje sencillo, estaban revestidas de una belleza tan singular que interesaban y cautivaban a los grandes intelectos...

Jesús presentó la parábola del hijo pródigo con el fin de exponer acertadamente el cuidado tierno, amante y misericordioso ejercido por su Padre. Aunque sus hijos yerren y se aparten de él, si se arrepienten y vuelven, él los recibe con el gozo manifestado por un padre terrenal que recibe a su hijo perdido durante largo tiempo pero que regresa arrepentido.--Manuscrito 132, 1902.

Los niños entendían--La manera de Cristo de presentar la verdad no puede ser mejorada... Las palabras de vida eran presentadas con tal sencillez que un niño podía entenderlas. Hombres, mujeres y niños estaban tan impresionados por su manera de explicar las Escrituras que captaban hasta la misma entonación de su voz, colocaban el mismo énfasis en sus palabras, e imitaban sus gestos. Los jóvenes captaban su espíritu de servicio, y trataban de imitar sus maneras llenas de gracia, haciendo lo posible por asistir a los que veían en necesidad.--Counsels on Health, 498, 499 (1914).

Engastaba las gemas en la armazón de la verdad--En sus enseñanzas. Cristo no sermoneaba como lo hacen los ministros actuales. Su obra consistía en edificar la armazón de la verdad. Juntó las preciosas joyas de las cuales se había apropiado el enemigo colocándolas en la armazón del error. El las reengastó en la trama de la verdad, para que todos los que recibieran la palabra pudieran ser enriquecidos por este medio.--Manuscrito 104, 1898.

Añadía nueva fuerza al mensaje--Cristo estaba siempre listo para responder al que preguntaba con sinceridad por la verdad. Cuando sus discípulos venían a él pidiéndole la explicación de alguna palabra que había hablado a la multitud, gustosamente les repetía su lección.--Carta 164, 1902.

Atraía por amor--Cristo atraía hacia sí los corazones de sus oyentes por la manifestación de su amor, y entonces, poco a poco, a medida que iban siendo capaces de soportarlo, les descubría las grandes verdades del reino. Debemos aprender a adaptar nuestras labores a las condiciones de la gente: a encontrar a los hombres donde están. Aunque las exigencias de la ley de Dios han de ser presentadas al mundo, no debemos olvidar nunca que el amor, el amor de Cristo, es el único poder que puede suavizar el corazón e inducir a la obediencia.--The Review and Herald, 25 de noviembre de 1890.

Restringía la verdad--El gran Maestro tenía en sus manos todo el mapa de la verdad, pero no lo descubría enteramente a sus discípulos. Les abría únicamente aquellos temas que eran esenciales para su progreso en la senda del cielo. Había muchas cosas con respecto a las cuales su sabiduría le hizo guardar silencio.

Así como Cristo retuvo de sus discípulos muchas cosas sabiendo que entonces no les era posible entenderlas, hoy en día retiene muchas cosas con respecto a nosotros, porque conoce nuestra capacidad limitada de comprensión.--Manuscrito 118, 1902.

En entrevistas personales--La obra de Cristo se componía mayormente de entrevistas personales. Manifestaba una fiel consideración por el auditorio de una sola alma; y esa sola alma ha compartido con millares los, conocimientos recibidos.--The Review and Herald, 9 de mayo de 1899.

En las fiestas--Cuando era invitado a una fiesta, Cristo aceptaba la invitación para poder sembrar la simiente de la verdad en el corazón de los presentes mientras estuviera sentado a la mesa. El sabía que la simiente así sembrada brotaría y produciría fruto. Sabía que algunos de los que estaban sentados a la mesa con él responderían luego a su llamamiento: "Sígueme". Es nuestro el privilegio de estudiar los métodos de enseñanza de Cristo, mientras iba de un lugar a otro sembrando por doquiera la semilla de la verdad.--Manuscrito 113, 1902.

El plan preparatorio de Jesús--Cristo envió a sus discípulos de dos en dos, a los lugares donde él iría posteriormente.--Manuscrito 19, 1910.

¿Era correcto el método de Cristo?--La Majestad del cielo viajaba de un lugar a otro a pie, enseñando al aire libre, a la orilla del mar y en la montaña. Así atraía a la gente. ¿Somos nosotros mayores que nuestro Señor? ¿Era correcto el método que él empleaba? ¿Hemos estado obrando sin sabiduría al mantener la sencillez y la piedad? No hemos aprendido la lección todavía como debiéramos. Cristo declara: Tomad mi yugo de sujeción y obediencia sobre vosotros, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.--Carta 140, 1898.

Modelando y corrigiendo en el servicio de Cristo--La obra de los discípulos necesitaba ser modelada y corregida por la más tierna disciplina, y abriendo ante los demás el conocimiento de la palabra que ellos mismos habían recibido; y Cristo les daba instrucción especial con respecto a su conducta y a su obra. En su propia vida les había dado un ejemplo de estricta conformidad a las reglas que ahora trazaba para ellos. No habían de entrar en controversias. Esta no era su obra. Tenían que revelar y defender la verdad en sus propios caracteres, y por medio de fervorosa oración y meditación, manifestar su experiencia personal en un genuino cristianismo. Esto se hallaba en decidido contraste con la religión de los fariseos y saduceos. Tenían que llamar la atención de sus oyentes a verdades aún mayores que todavía no habían sido reveladas. Debían arrojar la flecha, y el Espíritu de Dios la dirigía al corazón.--The Review and Herald, 10 de febrero de 1898.

Planes para evangelizar en forma más amplia

Es el momento para realizar una obra más agresiva--La verdad debe proclamarse a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Ha llegado el momento de llevar a cabo una obra mucho más agresiva en las ciudades y en todos los campos descuidados donde no se ha trabajado.--The Review and Herald, 23 de junio de 1904.

Planes juiciosos--Se nos pide que ahora realicemos una obra diligente. En esta crisis ningún esfuerzo realizado desmayadamente tendrá éxito. Debemos buscar las almas en todo trabajo que realicemos en las ciudades. Hay que trazar planes juiciosos para que esa obra pueda ser hecha en la forma más ventajosa.--The Review and Herald, 27 de septiembre de 1906.

Pescando en aguas profundas--Hay quienes piensan que su deber consiste en predicar la verdad, pero no se atreven a aventurarse lejos de la playa, y por lo tanto no pescan ningún pez. Prefieren ir entre las iglesias y recorrer una y otra vez el mismo terreno. Informan que pasaron momentos agradables y que realizaron una visita placentera, pero buscamos en vano las almas que han sido convertidas a la verdad por medio de sus esfuerzos. Estos ministros navegan demasiado cerca de la costa. Deben ir a las aguas profundas y arrojar sus redes en el lugar donde se encuentran los peces. No hay falta de trabajo. Podrían haber cientos de obreros empleados en la viña del Señor donde ahora hay un solo.--The True Missionary, febrero de 1874.

Un desafío para los dirigentes--Pregunto a los encargados de nuestra obra: ¿Por qué se omiten tantos lugares? Considerad los pueblos y las ciudades que aún no se han trabajado. Hay muchas grandes ciudades en América que no se han trabajado, no solamente en el sur sino también en el norte. En cada ciudad de América debería haber algún monumento de Dios. Sin embargo puedo nombrar muchos lugares donde la luz de la verdad aún no ha brillado. Los ángeles del cielo están esperando que los instrumentos humanos entren en los lugares donde todavía no se ha dado testimonio en favor de la verdad presente.--The Review and Herald, 30 de diciembre de 1902.

Despéjense nuevas tierras y establézcanse nuevos centros--Preparad obreros para que vayan a los lugares poblados y a las zonas rurales. Necesitamos plantadores juiciosos que trasplanten árboles a diferentes localidades y los rodeen de las condiciones necesarias para que crezcan. El Pueblo de Dios tiene el deber ineludible de entrar en nuevos lugares. Poned en acción las fuerzas para despejar nuevas tierras y para establecer nuevos centros de influencia dondequiera que se presente la ocasión de hacerlo.--Manuscrito 11, 1908.

Id más allá de los centros que se han endurecido al Evangelio--Recordemos que como pueblo a quien se ha confiado una verdad sagrada, hemos sido descuidados y definidamente infieles. La obra ha quedado restringida a unos pocos centros, de tal modo que la gente que vive en ellos se ha endurecido al Evangelio. Resulta difícil causar un impacto en quienes han oído hablar tanto acerca de la verdad y que sin embargo la han rechazado. Se ha gastado demasiado en unos pocos lugares, mientras que muchísimas ciudades han quedado sin amonestar y sin trabajar.

Ahora todo esto pesa sobre nosotros. Si nos hubiéramos esforzado decididamente para alcanzar a las personas que, si se convirtieran, expondrían correctamente lo que la verdad presente puede hacer en favor de los seres humanos, cuánto más adelantada estaría nuestra obra. No es justo que unos pocos lugares gocen de todas las ventajas en tanto que otros lugares queden desatendidos.--Carta 132, 1902.

Planes anticipados para entrar en nuevos lugares--Día y noche me parece oír esta declaración: "Avanzad; añadid nuevo territorio; entrad en nuevos lugares con la carpa y presentad el último mensaje de amonestación al mundo. No hay tiempo que perder. Dejad mi monumento en todo lugar donde vayáis. Mi espíritu irá delante de vosotros y la gloria del Señor será vuestra retaguardia".

No lejos de aquí hay otros pueblos donde habría que celebrar reuniones de reavivamiento espiritual el próximo año. Este es el plan que Dios desea que se siga en la conducción de su obra. Los que durante años han recibido instrucciones de entrar en nuevos campos con la carpa, y que sin embargo han celebrado las reuniones de reavivamiento espiritual en el mismo lugar durante años, necesitan convertirse ellos mismos, porque no obedecen la palabra del Señor.--Carta 174, 1900.

Avancemos por fe

Avancemos por fe; los medios vendrán--¿Podemos esperar que los habitantes de estas ciudades vengan a nosotros y digan: "Si venís a nosotros y nos predicáis os ayudaremos a hacer vuestra obra"? Ellos no saben nada acerca de nuestro mensaje. El Señor quiere que hagamos brillar nuestra luz delante de los hombres de tal manera que su Espíritu Santo pueda comunicar la verdad a los honestos de corazón que la están buscando. Al hacer esta obra, encontraremos que los medios fluirán a nuestras tesorerías, y tendremos recursos con los cuales llevar adelante una obra aún más amplia y abarcante.

¿No avanzaremos con fe, como si tuviéramos millares de pesos a nuestra disposición? No tenemos la mitad de la fe que debiéramos tener. Hagamos nuestra parte en amonestar a estas ciudades. El mensaje amonestador debe ir a la gente que está a punto de perecer, sin amonestar, sin salvar. ¿Cómo podemos demorarnos? A medida que avancemos, los medios vendrán. Pero debemos avanzar por fe, confiando en el Señor Dios de Israel.

Noche tras noche me resulta imposible dormir a causa de la gran preocupación que me oprime por las ciudades no amonestadas. Noche tras noche oro y trato de idear métodos por los cuales podamos entrar en las ciudades y dar el mensaje amonestador. Porque existe un mundo para ser amonestado y salvado, y hemos de ir al este y al oeste, al norte y al sur, y trabajar inteligentemente por las personas que nos rodean por todas partes. Cuando nos hagamos cargo de este trabajo, veremos la salvación de Dios.--Manuscrito 53, 1909.

Seguid la providencia de Dios que abre puertas--Si queremos seguir la providencia de Dios que prepara las oportunidades, veremos con prontitud toda puerta abierta, y aprovecharemos hasta el máximo toda ventaja que esté a nuestro alcance... Tenemos miedo de aventurarnos y correr riesgos en esta gran obra, temiendo que las inversiones de medios no traigan resultados. ¿Qué ocurrirá si los medios son usados, y sin embargo no podemos ver las almas salvadas por ellos? ¿Qué ocurrirá si se produce una pérdida de una porción de nuestros medios? Mejor trabajar y mantenerse activos que no hacer nada. Vosotros no sabéis cuál prosperará, si esto o lo otro.

Los hombres quieren invertir dinero en derechos de patentes y marcas, y están dispuestos a hacer frente a fuertes pérdidas, y esto se toma como algo corriente; pero en la obra y en la causa de Dios, los hombres se sienten temerosos de aventurarse. Las inversiones financieras les parecen una pérdida irrecuperable que no trae resultados inmediatos cuando se las efectúa en la obra de salvar almas. Los mismos medios que en forma tan cautelosa se invierten ahora en la causa de Dios y que son egoístamente retenidos, serán tirados dentro de poco con los ídolos a los topos y murciélagos. El valor del dinero pronto será subestimado cuando la realidad de las escenas eternas se abra al entendimiento del hombre.

Dios tendrá hombres que aventurarán cualquier cosa para salvar almas. Aquellos que no quieran avanzar hasta que puedan ver cada paso del camino claramente delante de ellos, no serán de ningún beneficio en este tiempo para hacer progresar la verdad de Dios. Debe haber ahora obreros que avancen en las tinieblas así como en la luz, y que perseveren valientemente bajo los desánimos y los chascos, trabajando aún con fe, con lágrimas y paciente esperanza, sembrando a lo largo de todas las aguas, confiando que el Señor producirá el crecimiento. Dios llama hombres de fibra, de esperanza, de fe y de resistencia para trabajar con este propósito.--The True Missionary, enero de 1874.

Sed ingeniosos--En estos tiempos no deberíamos dejar sin probar ningún medio en nuestra tarea de amonestar a la gente. Deberíamos interesarnos profundamente en todo lo que sirva para detener la marea de la iniquidad. Trabajad. Tened fe en Dios.--Carta 49, 1902.

No con nuestra fuerza--Me dirijo a vosotros, mis hermanos en el ministerio. Relacionaos más estrechamente con la obra de Dios. Muchas almas que podrían salvarse se perderán, a menos que os esforcéis más decididamente por llevar a cabo vuestra obra con la mayor perfección posible. Hay que realizar una gran obra en -----. Al principio el avance parecerá lento y difícil; pero Dios obrará poderosamente a través de vosotros si tan sólo queréis entregaros completamente a él. La mayor parte del tiempo tendréis que andar por fe, y no por vuestra percepción...

Dondequiera que estéis, por muy difíciles que sean vuestras circunstancias, no habléis de desánimo. La Biblia está llena de ricas promesas. ¿No podéis creer en ellas? Cuando salimos a trabajar por las almas, Dios no quiere que hagamos la guerra por nuestra cuenta. ¿Qué significa esto? Quiere decir que no debemos ir con nuestra propia fuerza, porque Dios ha prometido que él irá con nosotros.--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 128, 129 (1886).

En los primeros días--Obedeciendo la orden de Dios de "Proseguid adelante", avanzamos cuando las dificultades que debíamos vencer parecían imposibilitar la marcha. Sabemos cuánto ha costado llevar a cabo los planes de Dios en el pasado, tarea que nos ha hecho como pueblo, lo que hoy somos. Por lo tanto, que todos tengan muchísimo cuidado de no confundir las mentes en lo que atañe a las cosas que Dios ha dispuesto para nuestra prosperidad y éxito en el adelantamiento de su causa.--Carta 32, 1892.

Dejad los resultados con Dios--La buena simiente sembrada puede permanecer algún tiempo en un corazón frío, mundano y egoísta, sin dar evidencia de que haya arraigado; pero con frecuencia el Espíritu de Dios obra en ese corazón y lo riega con el rocío del cielo, y la semilla que había permanecido oculta durante largo tiempo brota y finalmente lleva fruto para gloria de Dios. En la obra de la vida no sabemos qué ha de prosperar, si esto o aquello. No nos corresponde, como pobres mortales decidirlo. Debemos hacer nuestro trabajo y dejar los resultados con Dios.--Testimonies for the Church 3:248 (1872).

Ayudad a las iglesias que trabajan--Toda asociación, sea grande o pequeña, es responsable de efectuar una labor fervorosa y solemne para preparar a la gente para la venida de Cristo. Las iglesias de la asociación que están deseosas de trabajar, y necesitan ayuda a fin de saber cómo realizar una obra eficaz, deben tener el auxilio necesario. Que cada obrero de asociación despierte para hacer que su campo sea una agencia intensamente activa para la edificación de la obra de Dios. Que todo miembro de iglesia llegue a ser un miembro activo, para edificar los intereses espirituales. Con santo amor, por medio de humilde oración y fervoroso trabajo, cumplan los ministros su parte.--Manuscrito 7, 1908.

Dios maneja el timón--Peligros temibles se hallan delante de aquellos que llevan responsabilidades en la causa de Dios: peligros que el solo pensar en ellos me hace temblar. Pero nos viene este mensaje: "Mi mano está sobre el timón, y no permitiré que los hombres controlen mi obra en estos últimos días. Mi mano maneja el timón, y mi providencia continuará cumpliendo los planes divinos, pese a las invenciones humanas"...

En la gran obra final, nos encontraremos con perplejidades con las cuales no sabremos cómo tratar, pero no olvidemos que los tres grandes poderes del cielo están trabajando, que una mano divina está sobre el timón y que Dios hará que se realicen sus propósitos.--Manuscrito 118, 1902.

Apoyo hasta que la obra termine--Hay que amonestar al mundo. Velad, esperad, orad, trabajad, y no permitáis que nada se haga con rivalidad y vanagloria. Que no se haga nada para aumentar el prejuicio, y en cambio hágase todo lo posible por disminuirlo, dejando entrar la luz, los brillantes rayos del Sol de justicia, para que iluminen las tinieblas morales. Hay que llevar a cabo una gran obra aún y hay que realizar todo esfuerzo posible para revelar a Cristo como el Salvador que perdona los pecados, a Cristo como el portador del pecado, a Cristo como la brillante estrella matutina, y el Señor nos dará su apoyo frente al mundo hasta que hayamos hecho nuestra obra.--Carta 35, 1895.

Evangelismo de la categoria más elevada

Con dignidad llena de gracia y sencillez--Los que realizan la obra del Señor en las ciudades deben poner a contribución un esfuerzo tranquilo, permanente y devoto para la educación de la gente. Aun cuando han de trabajar con fervor para interesar a los oyentes, y para mantener este interés, sin embargo, al mismo tiempo deben guardarse cuidadosamente de cualquier cosa que raye en el sensacionalismo. En esta época de extravagancia y ostentación externa, cuando los hombres creen que es necesario efectuar un despliegue con el propósito de obtener éxito, los mensajeros escogidos por Dios han de ver la falacia de gastar medios innecesariamente para producir un impacto. Mientras trabajan con sencillez, humildad y dignidad llena de gracia, evitando todo lo que sea de una naturaleza teatral, su obra hará una impresión duradera para el bien.

Es cierto que se necesita gastar dinero en forma juiciosa para anunciar las reuniones, y para hacer progresar la obra en forma sólida. Sin embargo, se hallará que la fuerza de cada obrero no reside en estos elementos externos, sino en una confiada dependencia de Dios, en la oración fervorosa por ayuda, en la obediencia a la Palabra divina. Ha de introducirse en la obra del Señor mucho más oración, mucho más semejanza a Cristo, mucho más conformidad con la voluntad de Dios. La ostentación exterior y el despliegue extravagante de medios no realizarán la obra que debe hacerse.

La obra de Dios ha de ser llevada adelante con poder. Necesitamos el bautismo del Espíritu Santo. Necesitamos comprender que Dios añadirá a las filas de su pueblo hombres de habilidad e influencia que han de hacer su parte en amonestar al mundo. No todas las personas que hay en el mundo son licenciosas y perversas. Dios tiene muchos miles que no han doblado la rodilla ante Baal. Hay hombres y mujeres temerosos de Dios en las iglesias caídas. Si esto no fuera así, no se nos daría el mensaje siguiente: "Ha caído, ha caído la gran Babilonia". "Salid de ella pueblo mío". Muchos de los honestos de corazón están esforzándose por obtener el aliento de vida del cielo. Reconocerán o! Evangelio cuando éste les sea llevado en la hermosura y sencillez con la cual es presentado en la Palabra de Dios.--Testimonies for the Church 9:109-111 (1909).

Obreros talentosos y experimentados para las ciudades donde no tenemos obra--A los obreros experimentados habría que encomendarles la tarea de entrar en nuevos lugares. Hay que actuar de tal modo que pueda mantenerse la sagrada dignidad de la obra. Debemos recordar constantemente que los ángeles malignos observan a fin de aprovechar las oportunidades para desbaratar nuestros esfuerzos.

Hay que trabajar en las ciudades. Nos espera un tiempo de grandes pruebas. Por lo tanto, que nadie albergue la vanidad en su espíritu. Los que luchan por la corona de la vida deben hacerlo lícitamente. Debemos emplear todas nuestras capacidades y dones en la obra de salvar las almas que perecen, a fin de ganar a otros para que lleguen a ser colaboradores con Cristo. El conocimiento y las facultades que el Señor ha dado a los hombres y las mujeres aumentarán notablemente a medida que trabajen para edificar su reino.--Manuscrito 19, 1910.

De una manera elevada, refinada y concienzuda--A través de los siglos, Dios ha sido preciso con respecto al planeamiento y a la realización de su obra. En esta época, él ha dado a su pueblo mucha luz e instrucción con respecto a cómo su obra ha de llevarse adelante: de una manera elevada, refinada y concienzuda; y él se agrada de aquellos que en su servicio realizan los designios divinos.--The Review and Herald, 14 de septiembre de 1905.

En un plano elevado--Durante los años del ministerio terrenal de Cristo, mujeres piadosas colaboraron en la obra que el Salvador y sus discípulos llevaban a cabo. Si los que se oponían a esta obra hubiesen podido encontrar cualquier cosa extraña en la conducta de esas mujeres, esto habría bastado para cerrar la obra de inmediato. Pero mientras las mujeres trabajaban con Cristo y los apóstoles, toda la obra era conducida en un plano tan elevado que la colocaba por encima de toda sombra de sospecha. Las mentes de todos eran dirigidas hacia las Escrituras, antes que a los individuos. La verdad se proclamaba en forma inteligente y de manera tan sencilla que todos podían comprenderla...

En este mensaje hay una admirable coherencia que atrae a la razón. No podemos permitir que personas excitables actúen entre nosotros de tal manera que pudieran destruir nuestra influencia sobre la gente a quien deseamos alcanzar con la verdad.--Manuscrito 115, 1908.

Evitad los métodos indignos--En tanto que es bueno ejercer economía, la obra de Dios debe mantener siempre su elevada y noble dignidad... No rebajéis la obra de Dios. Hay que presentarla como algo que pertenece a Dios; que no lleve ninguna impronta humana, sino la divina. El yo ha de perderse de vista en Jesús...

Se ha perdido mucho al seguir las ideas equivocadas de nuestros buenos hermanos cuyos planes eran estrechos, y ellos rebajaban la obra a sus ideas y modalidades peculiares, de manera que las clases más altas no eran alcanzadas. La apariencia de la obra impresionaba las mentes de los no creyentes como si fuera de muy poco valor, como un movimiento disidente con teorías religiosas que no merecían su atención. Mucho se ha perdido por falta de métodos sabios de trabajo.

Debe hacerse todo esfuerzo posible para dar dignidad y carácter a la obra. Deben realizarse esfuerzos especiales para obtener la buena voluntad de los hombres que están en posiciones de responsabilidad, sin sacrificar los principios de la verdad y la justicia, pero sacrificando nuestros propios métodos y maneras de acercarnos a la gente. Podría lograrse mucho más usando mayor tacto y discreción en la presentación de la verdad.--Carta 12, 1887.

La doctrina debe soportar la crítica de los grandes hombres--"Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna". Toda posición en favor de la verdad tomada por nuestros hermanos tendrá que soportar la crítica de los más grandes intelectos; los más encumbrados de los grandes hombres del mundo serán puestos en relación con la verdad, y por lo tanto toda posición que tomemos debiera ser examinada críticamente y probada con las Escrituras. Ahora parece que pasáramos inadvertidos, pero no será siempre así. Están obrando movimientos que nos pondrán sobre el tapete, y si nuestras teorías de la verdad pueden ser desmenuzadas por los historiadores o los más grandes hombres del mundo, eso será hecho.

Cada uno debe saber individualmente qué es la verdad, y estar preparado para dar razón de la esperanza que tiene, con mansedumbre y reverencia, no con orgullo, jactancia o suficiencia propia, sino con el Espíritu de Cristo. Nos acercamos al tiempo cuando nos encontraremos solos para responder de nuestras creencias. Los errores religiosos se están multiplicando y entrelazándose con el poder satánico que rodea a la gente. Apenas hay una doctrina de la Biblia que no haya sido negada.--Carta 6, 1886.

El evangelista y su equipo

El evangelismo y los evangelistas--Cuando pienso en las ciudades donde se ha hecho tan poca obra, en las que viven tantos miles de personas que deben ser advertidas del pronto regreso del Salvador, experimento un intenso deseo de ver a hombres y mujeres que avancen en la realización de la tarea con el poder del Espíritu y con el amor de Cristo por las almas que perecen...

Me siento muy perturbada. En cada ciudad debe llevarse a cabo una obra. Los obreros deben ir a nuestras grandes ciudades y celebrar reuniones de reavivamiento. En esas reuniones hay que emplear los mejores talentos, a fin de proclamar la verdad con poder. Hay que llevar a personas que posean los dones más variados...

Deben introducirse nuevos métodos. El pueblo de Dios debe despertar a las necesidades del tiempo en que vivimos. Dios tiene hombres a quienes llamará a su servicio--hombres que no llevarán a cabo la obra en la forma sin vida como se ha realizado en el pasado...

En nuestras ciudades populosas el mensaje debe presentarse como una lámpara encendida. Dios buscará obreros para que realicen esta tarea, y sus ángeles irán delante de ellos. Nadie estorbe a estos hombres designados por Dios. No lo permitáis. Dios les ha asignado su tarea. Preséntese el mensaje con tanto poder que los oyentes sean convencidos.--The Review and Herald, 30 de septiembre de 1902.

Se necesitan hombres fuertes--Invito a nuestros ministros a considerar este asunto. Desígnense hombres fuertes para que trabajen en los grandes centros.--Manuscrito 25, 1908.

Diversidad de talentos--En nuestras reuniones celebradas en carpas debemos contar con oradores que puedan realizar una buena impresión en la gente. Las habilidades de un solo hombre por inteligente que éste sea son insuficientes para satisfacer las necesidades. Hay que llevar a esas reuniones una diversidad de talentos.--Manuscrito 104, 1902.

Un segundo hombre es una buena inversión--El Señor desea que su obra se lleve a cabo con solidez. Entrar en un nuevo campo implica un cuantioso gasto. Pero el desembolso adicional en que se incurriría al designar un segundo hombre para que ayude al Hno.-----será una inversión que proporcionará dividendos. Siento la necesidad de insistir en este asunto debido a que hay mucho que está en juego. Oró al Señor para que impresione vuestra mente a fin de que hagáis su voluntad.--Carta 261, 1905.

Para retener la atención de grandes auditorios--El Señor ha dado a algunos ministros la habilidad de reunir a grandes congregaciones y de retener su atención. Al trabajar en el temor de Dios sus esfuerzos serán apoyados por la obra profunda del Espíritu Santo en los corazones humanos...

Se me ha encargado que despierte a los centinelas. El fin de todas las cosas está cerca. Ahora es el tiempo oportuno. Que nuestros ministros y presidentes de asociaciones manifiesten su tacto y su habilidad al presentar la verdad ante públicos numerosos en nuestras ciudades. Al trabajar con sencillez, los corazones se enternecerán. Recordad que mientras presentáis el mensaje probatorio para este tiempo, vuestro propio corazón será enternecido y avivado por la influencia subyugadora del Espíritu Santo, y ganaréis las almas. Cuando estéis frente a las multitudes en las ciudades recordad que Dios es vuestro ayudador y que mediante su bendición podéis presentar un mensaje de tanta calidad que llegará a los corazones de los oyentes.--Manuscrito 53, 1910.

Hombres y mujeres deben enseñar la verdad--En nuestras ciudades se necesitan maestros sabios--hombres y mujeres capaces de enseñar las verdades de la Palabra. Presenten éstos la verdad en toda su sagrada dignidad y con sencillez santificada.--The Review and Herald, 25 de enero de 1912.

Pablo, el evangelista viajero--La vida de Pablo fue una vida de actividades intensas y variadas. De ciudad en ciudad y de país en país, él viajaba, contando la historia de la cruz, ganando conversos para el Evangelio y estableciendo iglesias.--Obreros Evangélicos, 60 (1915).

Obreros fuertes y valerosos--Hombres y mujeres débiles y ancianos no deberían enviarse a trabajar en las ciudades atestadas y malsanas. Ponedlos a trabajar donde sus vidas no sean sacrificadas inútilmente. Nuestros hermanos que llevan la verdad a las ciudades no deben ser obligados a poner en peligro su salud en medio del ruido, la agitación y la confusión, si es posible obtener para ellos lugares apartados.

Los que están empeñados en la difícil y molesta obra en las ciudades deberían recibir todo estímulo posible. No los critiquen los hermanos descomedidamente. Debemos cuidar a los obreros del Señor que presentan la luz de la verdad a los que moran en las tinieblas del error.--Carta 168, 1909.

Ventajas de trabajar en parejas

Jesús envié a un hermano con otro--Llamando a los doce en derredor de si. Jesús les ordenó que fueran de dos en dos por los pueblos y aldeas. Ninguno fue enviado solo, sino que el hermano iba asociado con el hermano, el amigo con el amigo. Así podían ayudarse y animarse mutuamente, consultando y orando juntos, supliendo cada uno la debilidad del otro. De la misma manera envió más tarde a setenta. Era el propósito del Salvador que los mensajeros del Evangelio fuesen asociados de esta manera. En nuestro propio tiempo, la obra de evangelización tendría mucho más éxito si se siguiese fielmente este ejemplo.--El Deseado de Todas las Gentes, 303 (1898).

El plan de Dios para la obra hoy en día--Cuando Jesús envió a sus discípulos a trabajar... ellos no sentían lo que algunos sienten ahora, que prefieren trabajar solos antes que estar acompañados por alguien que no trabaje exactamente como ellos lo hacen. Nuestro Salvador comprendía que unos debían asociarse a otros. El no relacionó con el amado y suave Juan a otra persona del mismo temperamento; sino que relacionó con él al ardiente e impulsivo Pedro. Estos dos hombres no eran iguales ni en disposición ni en método de trabajo. Pedro era rápido y celoso en la acción. Era arrojado y no entraba en transigencias, y a menudo hería; Juan era siempre tranquilo, considerado con los sentimientos de los demás, y venía detrás para consolidar y animar. Así, los defectos de uno eran parcialmente cubiertos por los virtudes del otro.

Dios nunca se propuso que, como regla, sus siervos fueran a trabajar solos. He aquí una ilustración: Aquí hay dos hermanos. No son del mismo temperamento; sus mentes no corren por los mismos cauces. Uno está en peligro de hacer demasiado; el otro deja de llevar las cargas que debe llevar. Si están asociados el uno con el otro, esto podría tener una influencia modeladora sobre cada uno de ellos, de manera que los extremos de sus caracteres no se destacarían en forma tan prominente en sus labores. No sería necesario que estuvieran juntos en toda reunión, pero podrían trabajar en lugares que disten el uno del otro, quince, veinte o aun cuarenta kilómetros, y que fueran lo suficientemente cercanos sin embargo como para que si uno afronta una crisis en su trabajo, pueda llamar al otro en su ayuda. Deberían también reunirse tan a menudo como sea posible a fin de orar y consultarse...

Cuando uno trabaja continuamente solo, está expuesto a llegar a pensar que su método de trabajo está por encima de toda crítica, y no siente ningún deseo particular de que alguien trabaje con él. Pero es el plan de Cristo que alguien esté a su lado, de manera que la obra no sea modelada del todo por la mente de un solo hombre, y así sus defectos de carácter sean considerados como virtudes por él mismo, o por los que lo escuchen.

A menos que el orador tenga a alguien a su lado con quien pueda compartir su trabajo, será colocado muchas veces en circunstancias donde estará obligado a hacer violencia a las leyes de la vida y de la salud. Por otra parte a veces acontecen algunas cosas importantes que lo hacen salir del lugar precisamente en el momento culminante de un interés. Si dos están vinculados con el trabajo, la obra en tales ocasiones no necesitará ser abandonada.--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 126, 127 (1886).

Ventajas del trabajo unido--Es necesario que dos personas trabajen juntas; pues la una puede animar a la otra y juntas pueden aconsejarse, orar y escudriñar la Biblia. Así pueden obtener una luz más amplia sobre la verdad; pues uno verá una fase, y el otro otra fase de la verdad. Si yerran, pueden corregirse mutuamente sus discursos y su actitud, de manera que la verdad no sea subestimada a causa de los defectos de sus defensores. Si los obreros son enviados solos, no habrá nadie que observe y corrija sus errores; pero cuando dos van juntos, puede realizarse una obra educadora y cada obrero puede llegar a ser lo que debe ser: un ganador de almas de éxito.--The Review and Herald, 4 de julio de 1893.

¿Por qué no se hace hoy?--¿Por qué es que nos hemos apartado del método de trabajo que fue instituido por el gran Maestro? ¿Por qué es que los trabajadores en su causa hoy en día no son enviados de dos en dos? "¡Oh!--decís--no tenemos obreros suficientes para ocupar el campo". Entonces ocupad menos territorio. Enviad a los obreros a los lugares donde el camino parece abierto, y enseñad la preciosa verdad para este tiempo. ¿No podemos ver sabiduría en que dos vayan juntos a predicar el Evangelio?--The Review and Herald, 19 de abril de 1892.

La sede de la campaña evangélica

"Estudiad vuestra ubicación"--Entrad en las grandes ciudades, y cread interés entre los encumbrados y los humildes. Haced que vuestro trabajo sea predicar el Evangelio a los pobres, pero no os detengáis allí. Tratad de alcanzar también a las clases más elevadas. Estudiad vuestra ubicación con vistas a permitir que vuestra luz brille hacia los demás. Esta obra debía haberse hecho hace tiempo.--Testimonios para los Ministros, 406 (1896).

Trabajad en salones--Alquílense salones, y preséntese el mensaje con tal poder que los oyentes resulten convencidos. Dios levantará obreros que ocuparán esferas peculiares de influencia, obreros que llevarán la verdad a los lugares menos prometedores.--Manuscrito 127, 1901.

Grandes salones en nuestras ciudades--Deben obtenerse grandes salones en nuestras ciudades, para que el mensaje del tercer ángel pueda ser proclamado por los labios humanos. Millares de personas apreciarán el mensaje.--Carta 35, 1895.

Los salones más populares--Se necesita dinero para llevar el mensaje de amonestación a las ciudades. A veces es necesario alquilar a gran costo los salones más populares, para que podamos atraer a la gente. Entonces podremos darles la evidencia bíblica de la verdad.--Manuscrito 114, 1905.

Comenzad cautelosamente--He sido y aún continúo siendo instruida con respecto a las necesidades de la obra en las ciudades. Debemos obtener los edificios silenciosamente sin definir todo lo que intentamos hacer. Debemos usar gran sabiduría en lo que decimos, no sea que nuestro camino resulte obstaculizado. Lucifer es un trabajador ingenioso, que obtiene de parte de nuestros hermanos todo el conocimiento que puede, a fin de, si tal cosa fuera posible, desbaratar los planes trazados para despertar a nuestras ciudades. Respecto de algunos asuntos, el silencio es elocuencia.--Carta 84, 1910.

Alquilad buenos salones--En algunos lugares, la obra debe empezar de una manera humilde y adelantar lentamente. Es todo lo que los obreros pueden hacer. Pero en muchos casos, se podría hacer desde el principio un esfuerzo más amplio y decidido, y se obtendrían buenos resultados. La obra en ----- podría estar ahora mucho más adelantada si nuestros hermanos, en los comienzos de la obra allí, no hubiesen tratado de trabajar a tan poco costo. Si hubiesen alquilado buenos salones, y ejecutado la obra como quienes poseían grandes verdades, que iban seguramente a triunfar, habrían tenido mayor éxito. Dios quiere que la obra empiece de tal manera que las primeras impresiones hechas sean, hasta el lugar donde alcancen, las mejores que pudieran hacerse.--Obreros Evangélicos, 461 (1915).

Carpas instaladas en los lugares más favorables--Debemos llevar la verdad a las ciudades. Deben instalarse carpas en los lugares más favorables, y realizarse allí reuniones.--The Review and Herald, 25 de mayo de 1905.

Cuidado del terreno donde se instala la carpa--El pastor N hizo instalar en Oakland la gran carpa para reuniones de reavivamiento. Durante los preparativos él estuvo en el lugar y trabajó asiduamente para dejar el terreno que rodea la carpa en la forma más presentable posible.--Carta 352, 1906.

Ventajas de una casa de culto portátil--Quisiera que tuvierais una casa de culto portátil. Esto sería mucho más favorable para vuestra obra que una carpa, especialmente en la estación lluviosa.--Carta 376, 1906.

Los centros de avanzada

Desde los centros de avanzada--Es designio de Dios que nuestros hermanos se establezcan fuera de las ciudades y desde esas avanzadas amonesten a las ciudades, y se levanten en ellas monumentos conmemorativos para Dios. Debe haber una fuerza de influencia en las ciudades, a fin de que el mensaje de amonestación pueda ser escuchado.--The Review and Herald, 14 de abril de 1903.

Como una barrera contra la influencia contaminadora--Debemos realizar planes sabios para amonestar las ciudades, y al mismo tiempo para vivir donde podamos proteger a nuestros hijos y a nosotros mismos de las influencias contaminadoras y desmoralizadoras que prevalecen en esos lugares.--Life Sketches, 410 (1915).

Propiedades rurales de bajo precio--Debemos ser prudentes como serpientes y sencillos como palomas en nuestros esfuerzos por adquirir propiedades en el campo a un bajo precio y desde esos centros de avanzada debemos trabajar en las ciudades.--Special Testimonies, Series B 14:7 (1902).

Con fácil acceso a las ciudades--Desígnense hombres juiciosos que no divulguen sus intenciones, sino que busquen tales propiedades en las zonas rurales, con fácil acceso a las ciudades, apropiadas para establecer pequeñas escuelas de preparación para los obreros, y donde también puedan proporcionarse facilidades para tratar a las personas enfermas y fatigadas que no conocen la verdad. Buscad esos lugares cerca de las ciudades, donde puedan conseguirse edificios apropiados ya sea como obsequio de sus dueños, o comprados a un precio razonable con fondos donados por nuestro pueblo. No construyáis edificios en las ruidosas ciudades.--Medical Ministry, 308, 309 (1909).

Trabajar en las ciudades, pero no vivir en ellas--La verdad debe ser dicha, ora sea que los hombres la escuchen o la rechacen. Las ciudades están llenas de tentaciones. Debemos planear nuestra obra de tal manera que mantengamos a nuestros jóvenes tan lejos como sea posible de esta contaminación.

Las ciudades han de ser trabajadas desde las avanzadas. Dijo el mensajero de Dios: "¿No serán amonestadas las ciudades? Sí, no por el pueblo de Dios que vive en ellas, sino por los que las visitan, para amonestar a sus habitantes de lo que está por sobrevenir en la tierra".--Carta 182, 1902.

Tal como lo hizo Enoc--Como pueblo que guarda los mandamientos de Dios, debemos salir de las ciudades. Tal como lo hizo Enoc, debemos trabajar en las ciudades pero no vivir en ellas.--Manuscrito 85, 1899.

Lecciones de Lot y de Enoc--Cuando la iniquidad abunda en una nación, siempre ha de escucharse una voz que dé la amonestación y la instrucción, como la voz de Lot fuera oída en Sodoma. Sin embargo, Lot pudo haber preservado a su familia de muchos males si él no hubiera hecho su hogar en esa ciudad malvada y corrompida. Todo lo que Lot y su familia hicieron en Sodoma podría haber sido hecho por ella, aun cuando hubieran vivido en un lugar a cierta distancia de la ciudad. Enoc caminó con Dios, y sin embargo no vivió en medio de alguna ciudad mancillada, con toda clase de violencia y maldad, como lo hizo Lot en Sodoma.--Manuscrito 94, 1903.

Reuniones de barrio y suburbanas

Reuniones evangelísticas en diferentes secciones de las grandes ciudades--Ahora es el momento oportuno de trabajar en las ciudades, porque debemos alcanzar a la gente que vive en ellas. Como pueblo hemos corrido el peligro de concentrar demasiado interés en un solo lugar. Esto no es obrar con buen juicio ni con sabiduría. Ahora debemos despertar interés en las ciudades principales. Hay que establecer numerosos centros pequeños en lugar de unos pocos centros grandes...

Trabajen los misioneros de dos en dos en diferentes secciones de las grandes ciudades. Los obreros de cada ciudad deberían reunirse con frecuencia para consultarse y orar, a fin de que tengan sabiduría y gracia para trabajar juntos con eficacia y en armonía. Estén todos atentos para aprovechar al máximo toda ventaja. Nuestro pueblo debe ceñirse la armadura y establecer centros en las grandes ciudades.--Medical Ministry, 300 (1909).

Alcanzando las secciones de las ciudades que no han sido amonestadas--En todas partes debe haber una fuerza creciente de obreros. Vayan los obreros de dos en dos a trabajar juntos en las diversas secciones de las ciudades que han permanecido sin amonestar durante largo tiempo.--Carta 8, 1910.

Hay que trabajar en todas partes--Vaya un grupo de obreros a una ciudad y trabaje fervorosamente en todas partes para proclamar la verdad. Consúltense mutumente acerca del mejor método para llevar a cabo la obra con el menor gasto posible. Deben llevar a cabo un trabajo cabal y siempre han de exaltar la fase espiritual de su tarea.--Manuscrito 42, 1905.

Hay que levantar carpas en diferentes sectores de la ciudad--Hay que manifestar una táctica más sabia en la ubicación de las carpas para reuniones de reavivamiento; éstas no deberían llevarse a cabo en sitios poco concurridos, porque en las ciudades hay gente que necesita la verdad. Las reuniones espirituales deben realizarse en lugares donde pueda alcanzarse a la gente que vive en las grandes ciudades...

Estas reuniones deben llevarse a cabo en las ciudades o cerca de ellas. Los obreros deben levantar su carpa una vez en un lugar de la ciudad y la próxima en un lugar diferente. A nuestro alrededor viven paganos que necesitan oír el mensaje de amonestación. En las grandes ciudades de América hay que erigir monumentos para Dios.--Carta 164, 1901.

Planes para una obra permanente

Arar la superficie: una cosecha limitada--Nos encontramos en peligro de esparcirnos sobre mayor territorio y comenzar más empresas de las que podemos atender prósperamente, y éstas llegarán a ser una carga agobiadora y dispendiosa. Debemos cuidarnos del peligro de recargar algunos ramos de nuestra obra y dejar algunas partes importantes de la viña del Señor descuidadas. El emprender y planear una gran cantidad de trabajo y no hacer nada perfectamente, sería un mal plan. Hemos de avanzar, pero únicamente con el consejo de Dios. No debemos apartarnos tanto de la sencillez de la obra, que perdamos nuestra percepción espiritual y nos resulte imposible cuidar los muchos ramos acumulados de trabajos y de empresas iniciadas, sin sacrificar a nuestros mejores ayudantes para mantener las cosas en orden. La vida y la salud deben ser objeto de consideración.

Aun cuando debemos estar siempre listos a seguir las providencias de Dios que abren puertas, no debemos trazar planes más amplios en lugares donde nuestra obra está representada, ni ocupar más terreno que aquel en el cual tengamos ayuda y recursos para consolidar bien la obra. El arar superficialmente conduce a una cosecha limitada y dispersa. Sostened y aumentad el interés ya despertado, hasta que la nube avance, y entonces seguidla. Aun cuando hay planes más amplios y campos que se abren constantemente para los obreros, nuestras ideas y puntos de vista deben ampliarse con respecto a los obreros que deben trabajar en nuevos campos en la viña del Señor para traer almas a la verdad.--Carta 14, 1886.

Esparciendo una capa muy delgada--No se inviertan los medios que están a vuestra disposición en tantos lugares que nada satisfactorio pueda lograrse en ninguna parte. Es posible que los obreros esparzan sus esfuerzos sobre tan extenso territorio que nada se haga en forma adecuada en los mismos lugares donde, por la dirección de Dios, la obra deba ser fortalecida y perfeccionada.--Carta 87, 1902.

Meticulosidad en los detalles de una campaña--Si nuestro temperamento activo reúne tal cantidad de trabajo que no tengamos ni la fuerza ni la gracia de Cristo para realizar con comprensión, orden y exactitud, cualquier cosa que emprendamos mostrará imperfección, y la obra será constantemente perjudicada. Dios no será glorificado, por bueno que sea el motivo. Hay una falta de sabiduría que se revela muy sencillamente. El obrero se queja de que tiene constantemente cargas demasiado pesadas que llevar, cuando Dios no se agrada de que asuma tales cargas; y hace que su vida sea una vida de congojas y ansiedades y cansancio, porque no quiere aprender las lecciones que Cristo le ha dado: de llevar el yugo de Cristo y sus cargas más bien que el yugo y las cargas de su propia creación...

Dios quiere obreros inteligentes, que hagan su obra, no en forma precipitada, sino cuidadosa y cabalmente, conservando siempre la humildad de Jesús. Aquellos que consagran atención y esfuerzo duro a los más altos deberes, deben poner cuidado y atención en los deberes más humildes, manifestando exactitud y diligencia. ¡Oh! cuánto trabajo descuidado se realiza, cuántas cosas se dejan sin terminar porque existe un constante deseo de emprender obras mayores. Se pasa por encima del hecho de que la obra se relaciona con el servicio de Dios, porque acumulan tanto trabajo ante sí que nada se hace cuidadosamente. Pero toda la obra ha de soportar el escudriñamiento del Juez de toda la tierra. Los deberes más humildes relacionados con el servicio del Maestro asumen importancia, porque se trata del servicio de Cristo.--Carta 48, 1886.

No debemos despertar nuevos intereses hasta que los otros hayan sido consolidados--No debemos planear grandes comienzos mientras tengamos tan poca fuerza para completar lo que ya ha sido comenzado. No se acometan nuevas empresas antes de tiempo, para absorber en otros lugares los recursos que deben ser empleados para edificar la obra en -----. Los intereses en ese lugar deben quedar firmemente establecidos antes de entrar en otro territorio.--Carta 87, 1902.

Hay que mantener el interés en el mensaje--La experiencia recogida en esta serie de reuniones, además de las instrucciones que he recibido en diferentes oportunidades con respecto a la celebración de reuniones de reavivamiento en las grandes ciudades, me ha inducido a recomendar que cada año se celebre un mayor número de estas reuniones, aunque algunas de ellas sean pequeñas, porque constituyen un medio poderoso para atraer la atención de las masas. Mediante estas reuniones de reavivamiento celebradas en las ciudades, miles de personas serán atraídas para que oigan la invitación a la fiesta: "Venid, que ya todo está preparado". Lucas 14:17.

Después de despertar el interés del público, no debemos terminar estas reuniones, no debemos desarmar las carpas y dejar que la gente piense que todo ha concluido, justamente en el momento cuando cientos de personas han comenzado a manifestar interés. Es precisamente entonces cuando puede llevarse a cabo una gran cantidad de bien por medio de una obra realizada fielmente y con fervor. Hay que dirigir las reuniones en tal forma que se mantenga el interés del público.

En algunos casos puede ser difícil contar con los servicios de los oradores principales durante algunas semanas con el fin de aprovechar el interés suscitado por las reuniones; puede resultar costoso el alquiler del terreno y tener en pie una cantidad suficiente de carpas familiares con el objeto de mantener la apariencia de una serie de reuniones de reavivamiento efectuadas en carpa; puede ser un sacrificio para varias familias tener que acampar en tiendas con el propósito de ayudar a los pastores y obreros bíblicos en la tarea de visitar los hogares y de dar estudios bíblicos a los interesados, y para invitar a la gente; pero los resultados de esto bien valen el esfuerzo que debe realizarse. Ha sido mediante estos esfuerzos fervorosos y enérgicos como algunas de nuestras reuniones de reavivamiento han sido el instrumento para levantar iglesias fuertes y activas; y es precisamente mediante esta obra decidida como el mensaje del tercer ángel ha de llevarse a los habitantes de nuestras ciudades.--The Review and Herald, 4 de abril de 1899.

Un trabajo organizado y de larga duración--Algunas veces un gran número de oradores colabora durante unos pocos días en una serie de reuniones de reavivamiento, y justamente cuando el interés de la gente ha comenzado a manifestarse plenamente, casi todos ellos se van a otra reunión dejando en el lugar a dos o tres oradores para que luchen contra la influencia deprimente ejercida por la tarea de desarmar y transportar todas las carpas familiares.

Cuánto mejor sería en muchos casos si las reuniones se continuaran durante más tiempo; si de cada iglesia cercana vinieran algunos miembros preparados para quedar en el lugar durante un mes o más a fin de colaborar en las reuniones y para aprender a trabajar en forma aceptable. Si hicieran esto, podrían volver a sus iglesias con una valiosa experiencia. Cuánto mejor sería si algunos de los mismos oradores que despiertan el interés en el público durante las reuniones que cuentan con mayor asistencia, permaneciesen en el lugar para continuar la obra comenzada por medio de un trabajo cabalmente organizado y proseguido durante un tiempo prolongado.--The Review and Herald, 4 de abril de 1899.

La cosecha que no se recoge--Sería mucho mejor, y se realizaría un mayor bien, si hubiese menos reuniones de reavivamiento en carpas y si hubiese un conjunto mayor de personas con diversos dones dedicados al trabajo. Además de esto, habría que permanecer el mayor tiempo posible en un mismo lugar donde se ha despertado interés. Ha habido demasiada prisa por desarmar la carpa. Algunas personas comienzan a ser impresionadas favorablemente y esto hace necesario que se lleven a cabo esfuerzos perseverantes hasta que sus mentes se afirmen y ellos puedan entregarse a la verdad.

En muchos lugares donde se habían levantado las carpas, los ministros permanecieron hasta que el prejuicio comenzó a desaparecer, y entonces algunas personas escuchaban con sus mentes libres de prevención; pero justamente entonces se desarma la carpa y se la envía a otro lugar. Y allí se repiten las idas y venidas, y esto insume tiempo y recursos, y los siervos de Dios ven muy pocos frutos como resultado de estas reuniones de reavivamiento en carpas. Sólo pocas personas son llevadas al conocimiento de la verdad, y los siervos de Dios viendo muy poco resultado en el que puedan gozarse y encontrar ánimo, y que pueda estimularlos a desarrollar sus dones particulares, pierden, en lugar de ganar, su eficacia, su espiritualidad y su poder.--Testimonies for the Church 1:148 (1857).

Obreros para continuar el trabajo--He estado pensando en lo que ocurría cuando la proclamación en alta voz del mensaje del primer ángel fue dada en Portland y en la ciudad de Boston. Los esfuerzos llevados a cabo en esos lugares fueron seguidos por un trabajo continuo similar al que Ud. pastor ----- y Hna. ----- y vuestros colaboradores estáis haciendo. Esta obra es realmente la obra del Señor.--Carta 182, 1906.

Llevad familias que mantengan despierto el interés--Consideramos la localidad de Toronto [Australia] un lugar de veraneo. Todos estos lugares distan de 15 a 30 km de Cooranbong, y deben ser trabajados tan pronto como encontremos familias consagradas que puedan ser ubicadas allí para mantener despierto el interés. Todos estos campos están blancos para la siega, pero no podemos hacer nada sin contar con obreros dedicados que puedan entrar para despertar y mantener el interés.--Carta 76, 1899.

Se necesita una táctica sabia--Se necesita una táctica sabia en la selección de los campos de labor. Deben efectuarse planes antes de entrar en un campo, con respecto a cómo estas almas han de ser cuidadas. ¿Quiénes ministrarán a estas personas que aceptarán la verdad? Han aceptado una verdad impopular. ¿Quién las educará después que hayan aprendido su A B C? ¿Quién dará el molde espiritual a su experiencia?

El trabajar a un alto costo para traer almas a la verdad y entonces dejarlas para que modelen su propia experiencia de acuerdo con las ideas falsas que han recibido y que han entretejido en su experiencia religiosa, dejaría esa obra mucho peor de lo que sería si la verdad nunca les hubiera sido traída. Dejar la obra incompleta y deshaciéndose es peor que esperar hasta que se hagan planes bien delineados para cuidar de aquellos que aceptan la fe.--Carta 60, 1886.

Finanzas y presupuesto

Sentaos y contad el costo--El pueblo de Dios no ha de avanzar ciegamente en la inversión de medios que no tiene y que no sabe de dónde obtener. Debemos manifestar sabiduría en los movimientos que hacemos. Cristo ha trazado ante nosotros el plan en virtud del cual su obra ha de ser realizada. Los que desean edificar mucho, siéntense primeramente y cuenten el costo, para ver si son capaces de terminar el edificio. Antes de empezar a realizar sus planes, deben consultar con consejeros sabios. Si un obrero, al no razonar bien de causa a efecto, está en peligro de hacer movimientos insensatos, sus colaboradores han de hablarle palabras de sabiduría, mostrándole dónde se encuentra el error.--Carta 182, 1902.

Estricta economía--Que todos los que se hagan cargo de la obra en nuestras grandes ciudades sean cuidadosos en este respecto: en ningún lugar debe haber innecesaria inversión de dinero. No es por la ostentación externa como los hombres y mujeres han de aprender lo que abarca la verdad presente. Nuestros obreros han de practicar una estricta economía. Dios prohíbe toda extravagancia. Toda suma de dinero que esté a nuestra disposición ha de ser gastada con economía. No ha de efectuarse ninguna gran ostentación. El dinero de Dios ha de ser empleado para realizar, de la manera en que él lo indica, la obra que él ha declarado que debe ser hecha en nuestro mundo.--Carta 107, 1905.

Comenzad sin ostentación--¿Por qué debemos demorar en comenzar la obra en nuestras ciudades? No hemos de esperar a que se realice algo maravilloso, o que se provea algún costoso aparato, para poder hacer una gran ostentación. ¿Qué es la paja en comparación con el trigo? Si andamos y trabajamos humildemente ante Dios, él preparará el camino delante de nosotros.--Carta 335, 1904.

Un evangelismo equilibrado--Dios prohibe que haya un gran despliegue de medios en pocos lugares, sin considerar las necesidades de los muchos campos que apenas tienen alguna ayuda. La abnegación ejercida por los hermanos de las localidades favorecidas a fin de que pueda darse el auxilio adecuado a los campos necesitados, ayudará en la realización de una obra que traerá gloria a Dios. Nadie puede permitirse edificar una alta torre de influencia en una localidad, mientras se dejan otros lugares sin trabajar. El Señor conceda que nuestro entendimiento sea santificado, y que aprendamos a medir nuestras ideas con el trabajo y las enseñanzas de Cristo.--Carta 320, 1908.

Costeando los gastos de un obrero--En las grandes ciudades han de ponerse a la obra muchos elementos. Los que están ubicados de tal manera que no pueden realizar una parte en el trabajo personal, pueden interesarse en costear los gastos de un obrero que puede ir. No presenten excusas nuestros hermanos y hermanas por no empeñarse en una obra fervorosa. Ningún cristiano vive para sí mismo.--Manuscrito 128, 1901.

Las iglesias deberían financiar la obra en nuevos lugares--Los que conocen la verdad deben fortalecerse mutuamente y decir a los pastores: "Id al campo de la siega en el nombre del Señor, y nuestras oraciones os acompañarán como hoces agudas". Así es como nuestras iglesias deberían dar un testimonio definido en favor de Dios, y también deberían dar sus dones y ofrendas, para que los que van al campo de labor tengan con qué trabajar por las almas.--Manuscrito 73a, 1900.

La provisión de Dios para la obra en la ciudad--He tenido mensajes del Señor, que he transmitido repetidamente a nuestros hermanos, según los cuales hay muchos hombres adinerados que son susceptibles a las influencias e impresiones del mensaje evangélico. El Señor tiene un pueblo que aun no ha escuchado acerca de la verdad. Proseguid en vuestra obra, y las propiedades que se donarán para el adelanto de la verdad utilícense para establecer un centro en -----. Desígnese a las personas debidas, que no han manifestado el espíritu egoísta y codicioso que impide la afluencia de los recursos que deberían emplearse en las grandes ciudades, para que lleven a cabo la obra, porque Dios los reconoce como sus elegidos...

Dios obrará en los corazones de personas adineradas cuando la Biblia y la Biblia sola, sea presentada como la luz del mundo. En esas ciudades la verdad ha de brillar como una lámpara ardiendo.

Se ha formulado esta pregunta: ¿Por qué habéis hecho vuestra especialidad el trabajar por la clase más baja mientras pasáis por alto a hombres distinguidos y talentosos? Hay un campo que está maduro para la siega, y el Señor tiene los medios con los cuales trabajar esos campos. Hay hombres de grandes capacidades comerciales que aceptarán la verdad, hombres que confían en las Escrituras, quienes, del tesoro del corazón pueden sacar cosas nuevas y viejas. Dirigidos por el Espíritu Santo, estos hombres avanzarán de una manera que despejará las obstrucciones, de tal suerte que el pueblo pueda ser amonestado acerca de la pronta venida del Señor...

En muchos testimonios he declarado que hombres ricos, que tienen el dinero de su Señor, serán inducidos por el Espíritu de Dios a abrir puertas al avance de la verdad en las grandes ciudades. Usarán los medios que se les ha confiado para preparar el camino del Señor, para enderezar camino en el desierto para nuestro Dios.

Los que trabajan en las grandes ciudades deben alcanzar, si fuere posible, a los grandes del mundo, y aun a los dirigentes políticos. ¿Dónde está nuestra fe? Dios me ha presentado el caso de Nabucodonosor. El Señor manifestó su poder para lograr que el rey más poderoso de la tierra lo reconociese como Rey sobre todos los reyes. Obró sobre la mente del orgulloso rey hasta que Nabucodonosor lo reconoció como el "Altísimo", "cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades". Daniel 4:34.--Carta 132, 1901.

Solicitad de los ricos--Presenten los que trabajan en los intereses de la causa de Dios las necesidades de la obra de ----- ante los hombres ricos del mundo. Hacedlo juiciosamente. Decidles lo que estáis tratando de hacer. Solicitad donaciones de ellos. Son los medios de Dios los que ellos tienen y deben ser empleados en iluminar al mundo.

Hay almacenados en el mundo grandes tesoros de oro y plata. Las riquezas de los hombres han sido acumuladas. Id a estos hombres con un corazón lleno del amor por Cristo y por la sufriente humanidad y pedidles que os ayuden en la obra que estáis tratando de hacer para el Maestro. Al ver que vosotros reveláis los sentimientos de benevolencia divinos, será tocada una cuerda en sus corazones. Se darán cuenta de que pueden ser la mano ayudadora de Dios al efectuar obra médica misionera. Serán inducidos a cooperar con Dios, a proporcionar las facilidades necesarias para poner en marcha la obra que debe ser hecha.--Manuscrito 40, 1901.

Otros también deben tener facilidades--El pastor ----- emplea con prodigalidad el dinero que debe ir al sostén de los obreros en diferentes partes del campo. Necesita recordar que otros, además de él mismo, han de tener oportunidad de emplear sus talentos en la obra del Señor. Y ha de dárseles facilidades para el trabajo, de manera que puedan trabajar sin sacrificar la salud y aún la vida misma. Un obrero no ha de absorber una gran cantidad de dinero para realizar su ramo de trabajo de acuerdo con sus propios planes, dejando a su colaborador sin los medios que debiera tener a fin de realizar el trabajo que le fuere asignado. Aun cuando este dinero venga de los que no son de nuestra fe, es el dinero del Señor. Dios no ha ordenado que un obrero tenga superabundancia, mientras sus colaboradores se hallen tan atados por falta de recursos que no puedan realizar la obra que debe ser hecha.--Carta 49, 1902.

Almas convertidas han de proveer recursos--A medida que los hombres y mujeres son guiados a la verdad en las ciudades, los medios comenzarán a entrar. Tan seguramente como las almas honestas se convertirán, sus recursos serán consagrados al servicio del Señor, y veremos un aumento de nuestros medios.--Manuscrito 53, 1909.

Formad un fondo de reserva--La obra evangélica no ha de ser hecha de la manera egoísta y con exaltación propia en que el pastor ----- la ha realizado. Los medios que llegan a las manos de los obreros en la causa del Señor pertenecen a Dios y han de ser empleados de una manera económica. Cuando grandes sumas de dinero sean donadas para la obra, póngase a un lado una parte de estos medios, porque habrá emergencias a las cuales hacer frente en la gran viña del Señor.--Carta 149, 1901.

Buenos administradores para nuevos campos--Tiene mucha importancia un buen comienzo cuando se inicia la obra en un nuevo lugar. Se me ha mostrado que la obra en ----- ha estado trabada sin realizar el adelanto que debería haber hecho si hubiese comenzado bien. Habría podido llevarse a cabo mucho más con un método diferente de administración, y así se habrían insumido menos recursos de la tesorería. Tenemos un legado grande y sagrado en las verdades superiores que nos han sido encomendadas.--Carta 14, 1887.

No debe haber exceso de economía--Aun cuando debemos ser económicos, no hemos de llevar la economía hasta el exceso. Es una de las cosas tristes y extrañas de la vida que los grandes errores se hacen a veces por llevar la virtud de la abnegación hasta el extremo. Es posible que los obreros del Señor sean presuntuosos y lleven demasiado lejos la abnegación que los induzca a pasarlo sin suficiente alimento y sin suficiente vestido a fin de hacer que cada peso alcance el máximo posible. Algunos obreros trabajan en exceso y lo hacen prescindiendo de algunas cosas que deben tener, porque no hay suficiente dinero en la tesorería para sostener el número de obreros que debieran estar en el campo de labor. Habría más dinero si todos trabajaran de acuerdo con el mandato de Cristo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame". Mateo 16:24.--Carta 49, 1902.

Evitad la mezquindad--El objetivo que debe ser tenido en cuenta entre nosotros es el de ser reformadores y no fanáticos. Al tratar con los no creyentes, no manifestéis un despreciable espíritu de ruindad, porque si os detenéis a regatear por una pequeña suma, perderéis al fin una suma mucho mayor. Ellos dirán: "Ese hombre es un estafador; él lo defraudaría y lo despojaría a Ud. de sus derechos si lo pudiera hacer, de manera que manténgase en guardia cuando tenga algo que tratar con él". Pero si en una transacción, una friolera que estaría a vuestro favor, es cedida a la otra persona, ella tratará con vosotros de acuerdo con el mismo plan generoso. La mezquindad engendra mezquindad, la tacañería engendra tacañería. Los que siguen esta conducta no saben cuán mezquina les parece a los demás, especialmente a aquellos que no son de nuestra fe; y la causa preciosa de la verdad queda marcada por este defecto.--Carta 14, 1887.

La administración de la campaña

Los ministros no deben recargarse con los negocios--A cada persona le ha sido asignada su obra. Los que entran en el ministerio se dedican a una tarea especial y deberían entregarse a la oración y a la predicación de la Palabra. Sus mentes no deberían ser recargadas con asuntos comerciales. Durante años el Señor me ha estado indicando que advierta a nuestros ministros contra el peligro de permitir que sus mentes se mezclen tanto en asuntos comerciales que no les quede tiempo para tener comunión con Dios y con el Espíritu. Un ministro no puede mantener su mente en la mejor condición espiritual mientras sea llamado a solucionar pequeñas dificultades en las diversas iglesias. No es ésta la obra que se le ha encomendado. Dios desea utilizar todas las facultades de sus mensajeros escogidos. Su mente no debería ser recargada por largas juntas realizadas en la noche, porque Dios desea que toda su capacidad mental sea utilizada en la proclamación con claridad y fuerza del Evangelio tal como fue enseñado por Jesús.

Cuando el pastor está sobrecargado de trabajo, con frecuencia tiene su tiempo tan ocupado que a duras penas encuentra la ocasión de examinarse a sí mismo para ver si está en la fe. Tiene poquísimo tiempo para meditar y orar. Cristo unió en su ministerio la oración con el trabajo. Dedicó noches enteras a la oración. Los ministros deben buscar a Dios para recibir su Espíritu Santo, a fin de presentar correctamente la verdad.--Manuscrito 127, 1902.

Detalles comerciales a cargo de hombres de capacidad comercial--Es un gran error que un pastor que tenga el don de predicar el Evangelio con poder, necesite ocuparse constantemente de asuntos financieros. El que proclama la Palabra de vida no ha de permitir que se coloquen sobre él demasiadas cargas...

Las finanzas de la causa han de ser manejadas adecuadamente por hombres de capacidad comercial; pero los predicadores y evangelistas están apartados para otro ramo de trabajo. Descanse el manejo de los asuntos financieros sobre otras personas, y no sobre aquellas que han sido apartadas para la obra de la predicación del Evangelio. Nuestros ministros no han de ser cargados pesadamente con los detalles económicos de la obra evangélica que se realiza en nuestras grandes ciudades. Los que están a cargo de nuestras asociaciones deben encontrar hombres de negocio para que cuiden de los detalles financieros de la obra en la ciudad. Si no puede hallarse a tales personas, provéanse facilidades para que se eduque a hombres que lleven estas cargas.--The Review and Herald, 5 de octubre de 1905.