La predicación para lograr una decisión final
Mediante lecciones sencillas y no por la elocuencia--Aquel que, en su predicación, se fija por blanco supremo la elocuencia, da a la gente ocasión de olvidar la verdad que está mezclada con su oratoria. Desvanecida la emoción, se verá que la Palabra de Dios no se fijó en la mente, y que los oyentes no ganaron en entendimiento. Pueden hablar elogiosamente de la elocuencia del predicador, pero no habrán sido llevados más cerca de la decisión. Hablan del sermón como hablarían de una función de teatro, y del predicador, como de un actor. Pueden volver para escuchar la misma clase de discurso, pero se irán sin haber sentido impresión alguna y sin haber sido alimentados.
No son discursos floridos lo que se necesita, ni un desbordamiento de palabras sin sentido. Nuestros predicadores han de predicar de una manera que ayude a la gente a comprender la verdad vital.--Obreros Evangélicos, 160, 161 (1915).
Hay almas indecisas en todas las reuniones--Hay almas en toda congregación que están dudando, que están casi persuadidas a ser completamente para Dios. La decisión se hace para el tiempo y por la eternidad; pero muy a menudo ocurre que un pastor no tiene el espíritu y el poder del mensaje de verdad en su propio corazón, y por ende no se hace ningún llamamiento directo a esas almas que están temblando en la balanza. El resultado es que las impresiones no se profundizan en el corazón de los convencidos; y salen de la reunión sintiéndose menos inclinados a aceptar el servicio de Cristo que cuando vinieron. Deciden esperar una oportunidad más favorable; pero ésta nunca llega.--Testimonies for the Church 4:447 (1880).
Algunos escuchan su último sermón--Algunas personas pueden estar escuchando su último sermón, y otras nunca más estarán en una situación donde podrán recibir la explicación de la cadena de la verdad y donde se hará una aplicación práctica de ella a su vida. Cuando se pierde esa preciosa oportunidad, se pierde para siempre. Si Cristo y su amor redentor hubiesen sido exaltados en relación con la teoría de la verdad, esto podría haberlos llevado al lado del Salvador.--Testimonies for the Church 4:394 (1880).
Un llamamiento en todo sermón--Con la unción del Espíritu Santo, que le dé una preocupación por las almas, no despedirá a la congregación sin presentar ante ella a Jesucristo, el único refugio del pecador, haciendo un fervoroso llamamiento que llegue al corazón de los oyentes. Debe pensar que tal vez no habrá de encontrarse nunca más con estos oyentes hasta el gran día del Dios Todopoderoso.--Testimonies for the Church 4:316 (1879).
En todo discurso debieran efectuarse fervorosos llamamientos a los oyentes para que abandonen sus pecados y se vuelvan a Cristo.--Testimonies for the Church 4:396 (1880).
Pedid decisiones--En nuestros congresos se realizan demasiado pocos esfuerzos de reavivamiento. Hay demasiado poca búsqueda del Señor. Los servicios de reavivamiento deben realizarse desde el comienzo hasta el final de las reuniones. Deben efectuarse los más resueltos esfuerzos para despertar a la gente. Vean todos que sois fervientes porque tenéis un mensaje maravilloso del cielo. Decidles que el Señor viene en juicio, y que ni reyes ni gobernantes, riqueza ni influencia, serán de ayuda alguna para evitar los juicios que pronto han de caer sobre la tierra. Al final de cada reunión deben pedirse decisiones.--Testimonies for the Church 6:64, 65 (1900).
Hay que proclamar osadamente la verdad del sábado--Ahora es cuando el verdadero día de reposo debe presentarse a la gente mediante la pluma y la voz. Cuando el cuarto mandamiento del Decálogo y los que lo observan son ignorados y despreciados, los pocos fieles saben que es el momento de no ocultar su rostro sino de exaltar la ley de Jehová desplegando el estandarte sobre el cual está inscripto el mensaje del tercer ángel: "Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús". Apocalipsis 14:12...
La verdad no debe ser ocultada, no debe ser negada ni disfrazada, sino que debe ser reconocida plenamente y proclamada con osadía.--Carta 3, 1890.
Dos extremos en la decisión--Existen dos extremos que deben ser evitados; uno consiste en rehuir declarar todo el consejo de Dios, siguiendo el espíritu de pastores oportunistas que en esta era claman: "Paz, paz; y no hay paz", y entretejiendo en sus labores un elemento que apela a los sentimientos pero que deja el corazón sin cambio alguno...
El segundo extremo consiste en azotar constantemente a la gente y hablarles de una manera ruda y no cristiana, de modo tal que los oyentes piensen que estáis enojados.--Carta 43, 1886.
La exposición del ministro puede malograr la decisión--En el pasado, la obra del Hno.-----me ha sido presentada en símbolos. Lo veía presentando a la gente una vasija llena con las frutas más hermosas, pero al ofrecerlas lo hacía con una actitud tal que nadie quería tomar ninguna. Así ha ocurrido con mucha frecuencia con las verdades espirituales que él ofrece a la gente. En su presentación de esas verdades a veces introduce un espíritu cuyo origen no está en el cielo. A veces se pronuncian palabras y se dan reproches con un celo y una energía tales que hacen que la gente se aleje de las hermosas verdades que él tiene para ella.
He visto al Hno.-----cuando el Espíritu enternecedor de Dios estaba sobre él. Su amor por la verdad era genuino, y no era tan sólo algo que él pretendía poseer. Había cultivado y fomentado este amor, el que aún está en su corazón. Pero nuestro hermano tiene una manera deficiente de manifestar la compasión, la ternura y el Espíritu de Cristo... Tiene necesidad del aceite santo que corre de los conductos de oro y se derrama en los corazones de los hombres. Este aceite debe llenar su corazón y cuando él lo reciba el Espíritu de Dios estará con él.--Manuscrito 120, 1902.
Es grave rechazar la luz--Cuando la convicción es desatendida, cuando la evidencia es rechazada, los hombres se ven obligados a adoptar una postura de activa oposición y obstinada resistencia.--Manuscrito 13, 1892.
Un trabajo fervoroso por las almas--Trabajad por la salvación de las almas como si estuvierais a la plena vista de todo el universo del cielo. Todos los ángeles de la gloria están interesados en la obra que se realiza por la salvación de las almas. No estamos despiertos como debiéramos. Todos los miembros de la hueste angélica son nuestros ayudadores. "Jehová en medio de ti, poderoso, él salvará; gozaráse sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cantar". ¿Entonces por qué trabajamos con valor y fe? "En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos". Sofonías 3:16. Tan sólo tened fe. Orad y creed, y veréis la salvación de Dios.--Carta 126, 1896.
Llamamientos e invitaciones de altar
Instese a las almas a decidirse--Es la obra del Espíritu Santo convencer a las almas de su necesidad de Cristo. Muchos están convencidos de pecado, y sienten su necesidad de un Salvador que perdona el pecado; pero están meramente insatisfechos con sus objetivos y blancos, y si no hay una aplicación resuelta de la verdad a sus corazones, si no se hablan las palabras en el momento debido, invitándolos a la decisión ante el peso de la evidencia ya presentada, los convictos siguen adelante sin indentificarse con Cristo, se desvanece la áurea oportunidad, y no se han entregado, y se apartan más y más de la verdad, se apartan de Jesús y nunca hacen su decisión por la causa del Señor.
El ministro no ha de presentar ahora la Palabra de Dios de una manera tal que meramente convenza de pecado en una forma general, sino que ha de elevar a Cristo ante sus oyentes. Lo que Cristo pide de ellos ha de hacerse claro. La gente ha de ser instada a decidirse precisamente ahora, a colocarse del lado del Señor.--Carta 29, 1890.
Hay que asegurar la respuesta de los oyentes--El pastor ----- ha tenido un éxito admirable en esta serie de reuniones. Su método ha consistido en hacer que la Biblia se explique a sí misma; y el Espíritu Santo ha convencido a muchos corazones acerca de la verdad. A la gente no le queda otro recurso que aceptar un claro "Así dice Jehová"... Ha presentado sus conferencias únicamente en la noche, después que los hombres salen de sus trabajos y están en condiciones de asistir. Después de unas pocas semanas presentó el sábado, y una vez más hizo que la Biblia respaldara cada declaración.
La primera reunión en la que se habló del sábado se llevó a cabo en la carpa grande. Después de que el pastor hubo terminado de hablar, se realizó una reunión social en la que pidió que se pusiesen de pie todos los que estaban convencidos de la verdad y que habían decidido obedecer la Palabra de Dios. Cincuenta personas respondieron; se anotaron sus nombres y se fijó la fecha para una reunión en la que darían testimonios. Muchos tenían cosas excelentes para decir...
Después de varias semanas, se hizo otro llamamiento a los que habían decidido obedecer la verdad. Respondieron entre 25 y 30 personas. En esta reunión había varios ministros, y éstos dieron un testimonio admirable.--Carta 372, 1906.
La respuesta de los oyentes a la verdad en el movimiento de 1844--Esta es la forma en que era proclamada en 1842, 1843 y 1844... El orador no pronunciaba palabras innecesarias, pero la Escritura era presentada claramente. Con frecuencia se hacía un llamamiento a los que creían las verdades que habían sido probadas por medio de la Palabra, y se los invitaba a levantarse, y como resultado de esto respondía un gran número de personas. Se ofrecían oraciones en beneficio de los que deseaban recibir una ayuda especial.--Manuscrito 105, 1906.
Reconozcamos las manifestaciones nuevas de convicción--A mis hermanos que ministran diría: Toda nueva manifestación de convicción obrada por la gracia de Dios en las almas de los no creyentes, es divina. Todo lo que podáis hacer para atraer a las almas ai conocimiento de la verdad, es un medio de permitir que brille la luz, la luz de la gloria de Dios, como brilla en el rostro de Cristo Jesús. Guiad las mentes hacia Aquel que guía y dirige todas las cosas. Cristo será el maná y el rocío espiritual para las almas recién convertidas. En él no hay tiniebla alguna. A medida que hombres de comprensión espiritual realicen estudios bíblicos con ellos, diciéndoles cómo entregarse al poder del Espíritu Santo, para que puedan estar firme y plenamente establecidos en la verdad, se irá revelando el poder de Dios.--Manuscrito 105, 1906.
Frecuentes invitaciones públicas--Descartad toda apariencia de apatía e inducid a la gente a pensar que hay vida o muerte en estas solemnes cuestiones, según que las reciban o las rechacen. Al presentar verdades decisivas, preguntad a menudo quién está dispuesto ahora, después de haber oído ellos las palabras de Dios, y después de haberles señalado su deber, a consagrar a Cristo Jesús sus corazones y sus mentes con todos sus afectos.--Carta 8, 1895.
Hablad personalmente a los que hacen preguntas--Al terminar las reuniones, debe haber una investigación personal sobre el terreno con cada uno. A cada uno se le debe preguntar cómo piensa tomar estas cosas, y si se propone hacer una aplicación personal de ellas. Entonces debéis vigilar y observar si éste o aquél manifiesta interés. Cinco palabras que se les hable en privado, harán más que todo lo que el discurso ha hecho.--Manuscrito 19b, 1890.
El Espíritu Santo da eficacia al llamado--Si buscáis al Señor, descartando todo mal hablar y todo egoísmo, y continuáis perseverando en oración, el Señor se acercará a vosotros. Es el poder del Espíritu Santo lo que concede eficacia a vuestros esfuerzos y a vuestras invitaciones. Humillaos ante Dios, para que con el poder divino podáis elevaros a una norma más alta.--Manuscrito 20, 1905.
El amor de Jesús conmueve los corazones--Dios y su Hijo amado deben ser presentados a la gente con toda la abundancia del amor que han manifestado hacia el hombre. Para destruir las barreras del prejuicio y de la impenitencia, el amor de Cristo debe figurar en cada discurso. Haced saber a los hombres cuánto los ama Jesús y mostradles las evidencias que él les ha dado de ese amor. No hay otro amor que podría compararse con el amor que Dios ha manifestado por el hombre mediante la muerte de Cristo en la cruz. Cuando el corazón está lleno con el amor de Jesús, esto puede presentarse a la gente y tendrá efecto en los corazones.--Carta 48, 1886.
Ayudad a las almas a convertirse
La experiencia de la conversión genuina--Se me ha mostrado que muchos tienen ideas confusas con respecto a la conversión. Han oído repetir a menudo desde el púlpito las palabras: "Os es necesario nacer otra vez". "Debéis tener un nuevo corazón". Estas expresiones los han preocupado. No podían comprender el plan de salvación.
Muchos han marchado a los tumbos hacia la ruina debido a las erróneas doctrinas enseñadas por algunos pastores concernientes al cambio que ocurre en la conversión. Algunos han vivido en la tristeza durante años, esperando alguna señalada evidencia de que eran aceptados por Dios. Se han separado en gran medida del mundo, y hallan placer en asociarse con el pueblo de Dios; sin embargo, no osan profesar a Cristo, porque temen que sería presunción decir que son hijos de Dios. Están esperando el cambio extraordinario que han sido inducidos a creer que está relacionado con la conversión.
Después de un tiempo, algunos de éstos reciben evidencia de su aceptación por Dios, y entonces son inducidos a identificarse con su pueblo. Ellos hacen datar su conversión desde este tiempo. Pero se me ha mostrado que fueron adoptados en la familia de Dios antes de este tiempo. Dios los aceptó cuando sintieron dolor por el pecado, y habiendo perdido su deseo por los placeres del mundo, resolvieron buscar a Dios fervientemente. Pero al no comprender la sencillez del plan de salvación, perdieron muchos privilegios y bendiciones que podrían haber reclamado si solamente hubieran creído, cuando por primera vez se volvieron a Dios, que él los había aceptado.
Otros caen en un error aún más peligroso. Son gobernados por los impulsos. Sus simpatías se despiertan y consideran esta irrupción de sentimientos como una evidencia de que son aceptados por Dios y están convertidos. Pero los principios de su vida no han cambiado. Las evidencias de una genuina obra de gracia en el corazón han de fundarse, no en los sentimientos, sino en la vida. "Por sus frutos--dijo Cristo--los conoceréis".
Muchas preciosas almas que desean fervorosamente ser cristianas están sin embargo tropezando en la oscuridad, esperando que sus sentimientos sean poderosamente sacudidos. Tratan de que un cambio especial ocurra en sus sentimientos. Esperan que alguna fuerza irresistible sobre la cual no tengan dominio, se posesione de ellos. Pasan por alto el hecho de que el creyente en Cristo ha de obrar su salvación con temor y temblor.
El pecador convencido tiene algo que hacer además de arrepentirse; debe obrar su parte para que sea aceptado por Dios. Debe creer que Dios acepta su arrepentimiento, de acuerdo con su promesa: "Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es menester que el que a Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan".
La obra de gracia en el corazón no es una obra instantánea. Se efectúa por una vigilancia continua y cotidiana y creyendo en las promesas de Dios. A la persona arrepentida y creyente, que alberga fe y anhela con fervor la gracia renovadora de Cristo, Dios no la devolverá vacía. Le dará gracia. Y los ángeles ministradores la ayudarán mientras persevera en sus esfuerzos para avanzar.--Manuscrito 55, 1910.
Las conversiones no son todas iguales--No todos están constituidos de la misma manera. No todas las conversiones son iguales. Jesús impresiona el corazón y el pecador renace para vivir una vida nueva. A menudo las almas han sido atraídas a Cristo sin que mediara una convicción violenta, ni desgarramiento del alma, ni terrores llenos de remordimiento. Miraron a un Salvador que había sido elevado; y vivieron. Vieron la necesidad del alma; vieron la suficiencia del Salvador y sus requerimientos; oyeron su voz diciendo: "Seguidme", y se levantaron y lo siguieron. Esta conversión fue genuina, y la vida religiosa tan decidida como la de otras personas que sufrieron toda la agonía de un proceso violento.--Carta 15a, 1890.
Las conversiones no son precisas ni metódicas--Los hombres que calculan justamente cómo deben dirigirse los ejercicios religiosos, y que son muy precisos y metódicos en la tarea de difundir la luz y la gracia que creen tener, sencillamente no tienen mucho del Espíritu Santo...
Aunque no podemos ver el Espíritu de Dios, sabemos que hombres que han estado muertos en la iniquidad y en los pecados, se convencen de sus faltas y se convierten bajo su influencia. Los descuidados y los decarriados aprenden a obrar con seriedad. Los endurecidos se arrepienten de sus pecados y los incrédulos llegan a creer. Los jugadores, los borrachos y los licenciosos se tornan formales, sobrios y puros. Los rebeldes y los obstinados se tornan humildes y semejantes a Cristo. Cuando vemos estos cambios en el carácter podemos tener la seguridad de que el poder de Dios que convierte ha transformado a todo el hombre. No hemos visto al Espíritu Santo, pero hemos visto la evidencia de su trabajo en el carácter de los que han sido cambiados, de los que habían sido pecadores endurecidos y empedernidos. Así como el viento descarga su violencia sobre elevados árboles y los derriba, así también el Espíritu Santo puede obrar en los corazones humanos, y ningún hombre finito puede limitar la obra de Dios.
El Espíritu de Dios se manifiesta en diversas formas en hombres diferentes. Una persona, bajo la acción de este poder puede temblar ante la Palabra de Dios. Sus convicciones pueden ser tan profundas que sentimientos huracanados y tumultuosos parecen luchar en su corazón, y todo su ser queda postrado a causa del poder de la verdad que convence. Cuando el Señor habla de perdón al alma penitente, ésta se llena de ardor, de amor a Dios y de fervor y energía, y el espíritu vivificador que ha recibido no puede ser reprimido. Cristo es en él como una fuente de agua que brota para vida eterna. Sus sentimientos de amor son tan profundos y ardientes cuanto profunda era su aflicción y agonía. Su alma es como la fuente profunda de la que brota su agradecimiento y su alabanza, su gratitud y su gozo, hasta que las arpas celestiales resuenan con acordes de júbilo. Tiene una historia que contar, pero no en una forma precisa, común ni metódica. Es un alma rescatada por los méritos de Cristo y todo su ser ha sido conmovido por la comprensión de la salvación de Dios.
Otras personas son llevadas a Cristo en una forma más apasible. "El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu". Juan 3:8. No es posible ver el instrumento que obra, pero pueden apreciarse sus efectos. Cuando Nicodemo dijo a Jesús: "¿Cómo puede hacerse esto?" Jesús le contestó: "¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?" Juan 3:9, 10. Ahí estaba un maestro de Israel, un hombre destacado entre los sabios, un hombre que suponía ser capaz de comprender la ciencia de la religión y que sin embargo tropezaba en la doctrina de la conversión. No quería admitir la verdad, porque no podía comprender todo lo que se relacionaba con la forma de obrar del poder de Dios, y sin embargo aceptaba los hechos de la naturaleza aunque no pudiese explicarlos ni aun comprenderlos. Como otros que han vivido en todos los tiempos consideraba que las formas y las ceremonias perfectamente predeterminadas eran más esenciales para la religión que la acción profunda del Espíritu de Dios.--The Review and Herald, 5 de mayo de 1896.
La conversión conduce a la obediencia--La conversión del alma humana no es de pequeña consecuencia. Es el mayor milagro realizado por el poder divino. Los resultados reales se alcanzan al creer en Cristo como Salvador personal. Purificados por la obediencia a la ley de Dios, santificados por una observancia perfecta de su santo sábado, confiando, creyendo, esperando pacientemente, y ocupándonos fervorosamente en nuestra propia salvación, con temor y temblor, aprenderemos que es Dios el que obra en nosotros así el querer como el hacer según su beneplácito.--Manuscrito 6, 1900.
La santificación se obtiene sólo por la práctica de la verdad--El hombre no debe leer solamente la Palabra de Dios, suponiendo que un conocimiento casual de esta Palabra producirá en él una reforma del carácter. Esta obra puede realizarla tan solamente Uno que es el camino, la verdad y la vida. Ciertas doctrinas de la verdad pueden ser firmemente sostenidas. Pueden ser repetidas una y otra vez, hasta que los que las sostienen piensen que en realidad están en posesión de las grandes bendiciones que estas doctrinas representan. Pero pueden sostenerse las mayores y más poderosas verdades, y sin embargo, ser mantenidas en el atrio exterior, donde ejercen poca influencia para hacer completa y fragante la vida cotidiana. El alma no es santificada por la verdad que no se práctica.--Carta 16, 1892.
El profesar las doctrinas, o ci ser miembro de la iglesia no reemplaza a la conversión--Todas las personas, los encumbrados o los humildes, si no están convertidos, se hallan en un pie de igualdad. Los hombres pueden volverse de una doctrina a otra. Esto se hace y continuará haciéndose. Los papistas pueden cambiar del catolicismo al protestantismo; sin embargo, pueden no saber nada del significado de las palabras: "Os daré corazón nuevo". El aceptar nuevas teorías y unirse con una iglesia no le da nueva vida a ninguna persona, aun cuando la iglesia con la cual se una esté cimentada sobre el fundamento verdadero. La relación con una iglesia no reemplaza a la conversión. El aceptar el credo de una iglesia no es de ningún valor para ninguna persona si el corazón no experimenta un verdadero cambio...
Debemos tener más que una creencia intelectual en la verdad. Muchos de los judíos estaban convencidos de que Jesús era el Hijo de Dios, pero eran demasiado orgullosos y ambiciosos para entregarse. Decidieron resistir la verdad, y mantuvieron su oposición. No recibieron la verdad en su corazón así como es en Jesús. Cuando la verdad es considerada como la verdad únicamente por la conciencia; cuando el corazón no es estimulado y hecho receptivo, tan sólo la mente resulta afectada. Mas cuando la verdad es recibida como verdad por el corazón, ha pasado por la conciencia y ha cautivado el alma con sus principios puros. Es colocada en el corazón por el Espíritu Santo que revela su hermosura a la mente, para que su potencia transformadora se manifieste en el carácter.--The Review and Herald, 14 de febrero de 1899.
La conversión como resultado de un esfuerzo unido--En la obra de rescatar a las almas perdidas que perecen, no es el hombre el que efectúa la obra de salvarlas; es Dios quien trabaja con él. Dios obra y el hombre obra. "Coadjutores somos de Dios". Debemos trabajar en diferentes formas e idear métodos distintos permitiendo que Dios obre en nosotros para revelar la verdad y revelarlo a él como el Salvador que perdona el pecado.--Carta 20, 1893.
Ayudad al pecador necesitado--Instemos a tiempo y fuera de tiempo, amonestando a los jóvenes, rogando a los pecadores, manifestando el amor que Cristo tuvo por ellos. Cuando brota de los labios del pecador el clamor: "¡Oh, mis pecados, mis pecados, temo que sean demasiado graves como para ser perdonados!", animad su fe. Elevad a Cristo cada vez más arriba, diciendo: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Cuando se oye el clamor: "Dios, sé propicio a mí pecador", señalad al alma temblorosa el refugio de un Salvador que perdona el pecado.--Manuscrito 138, 1897.
Los ángeles se regocijan--La conversión de las almas a Dios es la obra más grandiosa y más elevada en la cual los seres humanos pueden tomar parte. En la conversión de las almas, se revelan la tolerancia de Dios, su amor inconmensurable, su santidad y su poder. Toda verdadera conversión lo glorifica, y hace que los ángeles prorrumpan en cánticos. "La misericordia y la verdad se encontraron: la justicia y la paz se besaron".--Carta 121, 1902.
Reunid a los interesados
Muchos miran anhelosamente al cielo--En todo el mundo, hay hombres y mujeres que miran fijamente al cielo. Oraciones, lágrimas e interrogaciones brotan de las almas anhelosas de luz en súplica de gracia y de la recepción del Espíritu Santo. Muchos están en el umbral del reino esperando únicamente ser incorporados a él.--Los Hechos de los Apóstoles, 80 (1911).
Id en pos de los perdidos--Cuando nos empeñamos con todo nuestro corazón en la obra, estamos estrechamente aliados con los ángeles; somos colaboradores con los ángeles y con Cristo; y hay una simpatía entre el cielo y nosotros, una simpatía santa y elevada. Nos acercamos un poco más al cielo, a las huestes angelicales y a Jesús. Empeñémonos, pues, en esta obra con todas nuestras energías.
No os canséis de la obra. Dios nos ayudará. Los ángeles nos ayudarán; porque éste es su trabajo, y constituye precisamente la obra con la cual están tratando de inspirarnos...
Se trata de una obra de la cual debéis haceros cargo con fervor; y cuando encontréis una oveja errante, llamadla al redil; y no la dejéis a menos que la veáis reintegrada con seguridad allí. Permita el cielo que el Espíritu que estaba en nuestro divino Señor descanse sobre nosotros. Esto es lo que queremos. El nos dice: "Que os améis los unos a los otros, como yo os he amado". Id a buscar la oveja perdida de la casa de Israel.--Manuscrito 3, 1877.
Asíos de Cristo y atraed a los hombres--Con una mano los obreros deben asirse de Cristo, mientras que con la otra deben tomar a los pecadores y acercarlos al Salvador.--The Review and Herald, 10 de septiembre de 1903.
Tened fe y esperanza, y atraed, sí, atraed a las almas al banquete evangélico.--Carta 112, 1902.
Puede ser que no los alcancéis más--Es tanto nuestro deber de preocuparnos por los interesados de un congreso después que termina, como velar por los que surgen durante su transcurso, porque la próxima vez que vayáis, si ellos estaban impresionados y convencidos y no se rindieron a esa convicción, os resultará más difícil que antes hacer una impresión en su mente, y no los podréis alcanzar de nuevo.--Manuscrito 19b, 1890.
Es difícil obtener la decisión ahora--En nuestros días es un asunto difícil hacer que los que profesan creer la verdad posean un conocimiento experimental de su poder vitalizador y santificador. Esto ha sido experimentado en los años pasados, pero la forma ha ocupado el lugar del poder, y su sencillez se ha perdido en una rutina de ceremonias.--Manuscrito 104, 1898.
Una parábola sobre la cosecha--En un sueño que tuve el 29 de septiembre de 1886, andaba yo con un numeroso grupo de personas que buscaban fresas... Así transcurrió el día, y se hizo muy poco. Al fin dije:
Hermanos, Uds. dirán que esta excursión no ha tenido éxito. Si trabajan así, no me extraña que no lo obtengan. El éxito o fracaso dependen de cómo se dedican al trabajo. Hay fruta aquí; ya veis que yo he encontrado. Algunos de Uds. han estado revisando en vano los matorrales bajos; otros han encontrado unas pocas fresas; pero no tomaron en cuenta los matorrales altos, simplemente porque no esperaban encontrar fruta en ellos. Ya ven que la fruta que yo he recogido es grande y está madura. Antes de mucho madurarán otras fresas y podremos recorrer de nuevo los matorrales. Así es como se me enseñó a juntar fruta. Si Uds. hubieran buscado cerca del carro, habrían encontrado fruta tan fácilmente como yo...
El Señor puso estos fructíferos matorrales en medio de estos lugares muy poblados, y espera que Uds. los encuentren. Pero Uds. estuvieron demasiado ocupados en comer y en divertirse. No vinieron al campo con una ardiente resolución de encontrar fruta...
Si trabajan de la debida manera, enseñarán a los obreros más jóvenes que las cosas como el comer y recrearse son de menor importancia. Ha costado duro trabajo traer el carro de provisiones hasta el terreno, pero Uds. pensaron más en las provisiones que en la fruta que debían llevar a casa como resultado de sus labores. Deben ser diligentes, recoger primero la fruta que está más cerca, y luego buscar la que está más lejos; después pueden volver a trabajar de nuevo cerca, y así tendrán éxito.--Obreros Evangélicos, 142, 145, 146 (1886).
Luchad a brazo partido con Dios por las almas--Si tenemos el interés que tuvo Juan Knox cuando rogaba ante Dios por Escocia, tendremos éxito. El clamaba: "¡Dame a Escocia, oh Señor, o perezco!" Y cuando nos hacemos cargo de la obra y luchamos a brazo partido con Dios, diciendo: "Debo tener almas; nunca abandonaré la lucha", hallaremos que Dios mirará con favor nuestros esfuerzos.--Manuscrito 14, 1887.
No forcéis los resultados--Cuando un interés está por concretarse, sed cuidadosos de no querer madurarlo demasiado repentinamente, mas mantened la confianza de la gente, si es posible, para que las almas que están en el valle de la decisión encuentren la senda verdadera, el camino y la vida.--Carta 7, 1885.
Métodos de confirmar decisiones
Cristo hablaba directamente a sus oyentes--Ni siquiera la muchedumbre que con tanta frecuencia seguía sus pasos era para Cristo una masa confusa de seres humanos. Hablaba y exhortaba directamente a cada mente y se dirigía a cada corazón. Observaba los rostros de sus oyentes, notaba cuándo se iluminaban, notaba la mirada rápida y comprensiva que revelaba que la verdad había llegado al alma, y en su corazón vibraba en respuesta una cuerda de gozo afín.--La Educación, 227 (1903).
El vigilaba el rostro cambiante--Jesús vigilaba con profundo fervor los rostros cambiantes de sus oyentes. Los que expresaban interés y placer le causaban gran satisfacción. A medida que las saetas de la verdad penetraban hasta el alma a través de las barreras del egoísmo, y obraban contrición y finalmente gratitud, el Salvador se alegraba. Cuando su ojo recorría la muchedumbre de oyentes y reconocía entre ellos rostros que había visto antes, su semblante se iluminaba de gozo. Veía en ellos promisorios súbditos para su reino. Cuando la verdad, claramente pronunciada, tocaba algún ídolo acariciado, notaba el cambio en el semblante, la mirada fría y prohibitiva que le decía que la luz no era bienvenida. Cuando veía a los hombres rechazar el mensaje de paz, su corazón se transía de dolor.--El Deseado de Todas las Gentes, 214, 215 (1898).
Predicad para lograr decisión--Sed fervorosos y positivos al dirigiros a la gente. Vuestro tema puede ser excelente, y el mismo que la gente necesita, pero haríais bien en mezclar declaraciones positivas con ruegos persuasivos...
Presentad el claro "así dice el Señor" con autoridad, y exaltad la sabiduría de Dios en la Palabra escrita. Inducid a la gente a decidirse; mantened la voz de la Biblia siempre ante ellos. Decidles que habláis lo que sabéis y que testificáis de aquello que es verdad, porque Dios lo ha dicho. Sean vuestras predicaciones cortas y al punto, y al mismo tiempo exigid una decisión. No presentéis la verdad de una manera formal, mas permitid que el corazón sea vitalizado por el Espíritu de Dios, y que vuestras palabras sean habladas con tal certidumbre, que los que oyen sepan que la verdad es una realidad para vosotros.--Carta 8, 1895.
No erréis el blanco--No estimuléis la presentación de las Escrituras en forma alguna que despierte vanagloria en la persona que abre la Palabra para enseñarla a otros. La obra para este tiempo debe ubicar a los alumnos y a los obreros en un lugar donde traten con los temas en forma seria, solemne y sencilla, para que no haya tiempo mal empleado en esa gran obra. No erréis el blanco. El tiempo es demasiado corto para revelar todo lo que debía conocerse; se requerirá la eternidad para conocer la extensión y la profundidad de las Escrituras. Hay verdades que tienen más importancia para unas almas que para otras. Se necesita habilidad para educar en el conocimiento de las Escrituras.--Manuscrito 153, 1898.
Un progreso continuo--No podemos pensar: "Poseemos toda la verdad, comprendemos los pilares principales de nuestra fe, y por lo tanto podemos descansar en nuestro conocimiento". La verdad es una verdad en progreso, y debemos andar en la luz que cada vez aumenta más.
Cierto hermano preguntó: "Hna. White, ¿cree Ud. que debemos comprender la verdad por nosotros mismos? ¿Por qué no podemos tomar las verdades que otros han reunido, y creerlas porque ellos han investigado esos temas y entonces quedar libres para actuar sin recargar las, facultades mentales con la investigación de todos esos temas? ¿No cree Ud. que esos hombres que han hecho brillar la verdad en el pasado estaban inspirados por Dios?"
No me atrevo a decir que no fuesen enviados por Dios, porque Cristo conduce a toda verdad; pero en lo que atañe a la inspiración en el sentido más pleno de la palabra contesto: No...
Debemos tener una fe viva en nuestros corazones y avanzar en la búsqueda de un mayor conocimiento y de una luz más perfecta.--The Review and Herald, 25 de marzo de 1890.
Avanzad contra el enemigo--Vivimos en un tiempo peligroso y necesitamos esa gracia que ha de hacernos valientes en la lucha para desbandar las tropas enemigas. Apreciado hermano, Ud. necesita más fe y más osadía y decisión en su trabajo. Necesita más empuje y menos timidez... Nuestra lucha es agresiva. Sus esfuerzos son demasiado débiles; Ud. necesita más fuerza en su trabajo, de lo contrario se verá frustrado por sus resultados. Hay ocasiones cuando Ud. debe cargar contra el enemigo. Debe estudiar para encontrar otros métodos para alcanzar a la gente. Vaya directamente hacia las personas y hable con ellas... Hágales comprender que tiene un mensaje que significa la vida, la vida eterna para ellos si lo aceptan. Si hay un tema que debería entusiasmar el alma es el de la proclamación del mensaje final de misericordia a un mundo que perece. Pero si la gente rechaza este mensaje encontrará que esto tiene un sabor de muerte para ellos. Por lo tanto hay que trabajar con diligencia para que sus labores no scan en vano. Ojala que Ud. comprenda esto y que imponga la verdad a la conciencia con la ayuda del poder de Dios. Revista de fuerza sus palabras y haga que la verdad parezca indispensable a las mentes educadas.--Carta 8, 1895.
Se necesita agresividad--Se necesita prudencia; pero aun cuando algunos de los obreros sean cautelosos y avancen lentamente, si no están unidos con ellos en la obra otros que vean la necesidad de ser agresivos, se perderá mucho; las oportunidades pasarán, y no se percibirá la providencia de Dios que abre las puertas.
Cuando las personas que están bajo la convicción no son inducidas a hacer una decisión en la primera oportunidad posible, hay peligro de que la convicción se desvanezca gradualmente...
Con frecuencia, cuando una congregación está en el preciso momento en que el corazón se halla preparado para el asunto del sábado, este tema se demora por temor a las consecuencias. Esto se ha hecho, y el resultado no ha sido bueno. Dios nos ha hecho depositarios de una verdad sagrada; tenemos un mensaje, un mensaje salvador, que se nos ordena dar al mundo, y que está preñado de resultados eternos. A nosotros como pueblo se nos ha confiado una luz que debe iluminar al mundo.--Carta 31, 1892.
El poder del Espíritu para la victoria--Hablad a las almas que están en peligro, e inducidlas a contemplar a Jesús sobre la cruz, muriendo para que le fuera posible perdonar. Hablad al pecador con vuestro propio corazón desbordando del tierno y piadoso amor de Cristo. Haya profundo fervor, pero no tonos ásperos y fuertes en la voz del que está tratando de ganar al alma para que mire y viva. Consagrad en primer lugar vuestras propias almas a Dios. Al mirar a nuestro Intercesor en el cielo, sea quebrantado vuestro corazón. Luego, ablandado y subyugado, podéis dirigiros a los pecadores arrepentidos como quienes os dais cuenta del poder del amor redentor. Orad con estas almas, colocándolas por la fe al pie de la cruz; conducid sus mentes juntamente con vuestra mente, y fijad el ojo de la fe donde contempléis a Jesús, el que lleva el pecado. Inducidlos a desviar su mirada de sus propios seres pecaminosos dirigiéndola hacia el Salvador, y la victoria será ganada.
El ministerio del Espíritu Santo que obra en el alma es nuestra gran necesidad. El Espíritu es completamente divino en los elementos que utiliza y en su demostración. Dios desea que tengáis dotes espirituales llenas de gracia; entonces trabajaréis con un poder que nunca antes conocisteis. El amor, la fe y la esperanza se harán presentes en forma permanente. Podéis avanzar con fe, creyendo que el Espíritu Santo os acompaña.--Carta 77, 1895.
El Espíritu Santo impresiona la verdad--Es el Espíritu Santo el que hace que la verdad sea impresionante. Mantened la verdad práctica siempre delante de la gente.--Testimonies for the Church 6:57 (1900).
Nuestras palabras y nuestra conducta influyen en la decisión--Cuando vi a esta congregación ayer, pensé: Las decisiones han de venir después de esta reunión y durante la misma. Habrá algunos que harán para siempre su resolución de seguir bajo el negro estandarte de los poderes de las tinieblas; algunos resolverán seguir el estandarte ensangrentado del Príncipe Emanuel. Nuestras palabras, nuestra conducta, la manera en que presentamos la verdad, pueden inclinar a las gentes en favor o en contra de la verdad; y necesitamos en todo discurso, sea o no doctrinal, que Jesucristo sea presentado en forma definida, como Juan declaró: "He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo".
Debe descartarse toda expresión aguda o cortante que hayáis tenido alguna vez el hábito de emplear, ora se trate de hermanos laicos o pastores; asimismo toda práctica de forzar a las personas a adoptar las posiciones más difíciles, para las cuales no están más preparadas que un infante para recibir manjar sólido. Debe conducirse a la gente. Cristo debe estar entretejido en todo lo que sea de carácter argumentativo, como la misma trama y urdimbre del vestido. Cristo, Cristo, Cristo ha de estar en aquello por doquiera, y mi corazón siente la necesidad de Cristo, me parece, como nunca antes la ha sentido.
Aquí hay personas ignorantes; no saben nada acerca de la verdad; han sido educadas por sus pastores en el sentido de que esto es así y aquello es asá. Cuando la Palabra de Dios es explicada a los hombres, cuando es presentada en su pureza, y ellos ven lo que esa Palabra dice, ¿qué harán ellos? Muy pocos resolverán seguir esa Palabra. Mas os diré: Sed muy cuidadosos acerca de cómo manejáis la Palabra, porque esa Palabra ha de inducir a la gente a hacer su decisión. Dejad que la Palabra sea la que corte, y no vuestras palabras. Pero cuando hacen su decisión, ¿cuál será?--Manuscrito 42, 1894.
Una cosecha tardía--Los sacerdotes quedaron convencidos del poder divino del Salvador. Tuvieron oportunidad de conocer la verdad y sacar provecho de la luz. Si la rechazaban, se apartaría de ellos para no volver nunca. Muchos rechazaron la luz, pero no fue dada en vano. Fueron conmovidos muchos corazones que por un tiempo no dieron señal de serlo. Durante la vida del Salvador, su misión pareció recibir poca respuesta de amor de parte de los sacerdotes; pero después de su ascensión "una gran multitud de los sacerdotes obedecía a la fe". Hechos 6:7.--El Deseado de Todas las Gentes, 231 (1898).
Haced que los oyentes permanezcan accesibles--¿Por qué salió Cristo a la orilla del mar, y se fue a las montañas? Había de dar la Palabra de vida a la gente. Ellos no la comprendían entonces. Una buena cantidad de personas no la comprenden ahora, para hacer su resolución, pero estas cosas están influyendo en su vida; y cuando el mensaje se presente en alta voz, estarán listos para recibirlo. No vacilarán por mucho tiempo; harán su resolución.--Manuscrito 19b, 1890.
Frente al prejuicio y la oposición
La oposición--Los que introducen la levadura de la verdad en la masa de las teorías y las doctrinas falsas, deben esperar oposición. Satanás disparará sus baterías contra los que defienden la verdad, y los portaestandartes deben esperar encontrar muchos desprecios e injurias que son difíciles de sobrellevar.--The Review and Herald, 14 de octubre de 1902.
La reforma crea oposición--Jesús y sus discípulos estaban rodeados de envidia, orgullo, prejuicio, incredulidad y odio. Los hombres estaban llenos de falsas doctrinas, y nada sino el esfuerzo unido y perseverante podía producir alguna medida de éxito; pero la gran obra de salvar almas no podía hacerse a un lado porque hubiera dificultades que vencer. Está escrito, acerca del proceder del Hijo de Dios, que "no se cansará, ni desmayará".
Hay una gran obra ante nosotros. La obra que empeña el interés y la actividad del cielo ha sido confiada a la iglesia de Cristo. Jesús dijo: "Id por todo el mundo; predicad el Evangelio a toda criatura". La obra que debemos realizar en nuestros días encuentra las mismas dificultades a las cuales Jesús hubo de hacer frente, las mismas que los reformadores de todos los tiempos han tenido que vencer; y debemos colocar nuestra voluntad del lado de Cristo, y avanzar con firme confianza en Dios.--The Review and Herald, 13 de marzo de 1888.
El prejuicio rechaza la luz--Existe en el corazón del hombre algo que se opone a la verdad y a la justicia... El milagroso poder de Cristo dio evidencia de que él era el Hijo de Dios. En las ciudades de Judá se presentó una evidencia agobiadora de la divinidad y la misión de Cristo... Pero es difícil hacer frente al prejuicio, y le fue difícil aun a Aquel que era la luz y la verdad, y el prejuicio que llenaba los corazones de los judíos no les permitía aceptar la evidencia dada. Desdeñosamente rechazaron las pretensiones de Cristo.--Manuscrito 104, 1898.
La mejor manera es mantenerse en la afirmativa--A menudo, cuando procuráis presentar la verdad, se despierta oposición; pero si tratáis de hacer frente a la oposición con argumentos, únicamente la multiplicaréis, y no podéis permitiros hacer tal cosa. Manteneos en la afirmativa. Los ángeles de Dios están observándoos, y ellos saben cómo impresionar a aquellos cuya oposición os rehusáis a contestar con argumentos. No os espaciéis en los puntos negativos de los asuntos que surgen, antes bien, reunid en vuestra mente verdades afirmativas, y fijadlas allí por medio de intenso estudio, ferviente oración y sincera consagración. Mantened vuestras lámparas aderezadas y ardiendo, y permitid que los brillantes rayos resplandezcan para que los hombres, contemplando vuestras buenas obras, sean inducidos a glorificar a vuestro Padre que está en los cielos.
Si Cristo no se hubiera mantenido en la afirmativa en el desierto de la tentación, habría perdido todo lo que deseaba ganar. El método de Cristo es el mejor para hacer frente a vuestros oponentes. Fortalecemos sus argumentos cuando repetimos lo que ellos dicen. Manteneos en la afirmativa. Puede ser que el mismo hombre que se os está oponiendo llevará vuestras palabras a su hogar, y será convertido a la sensible verdad que ha llegado a su comprensión.
A menudo he dicho a nuestros hermanos: Vuestros oponentes harán declaraciones, acerca de vuestro trabajo, que son falsas. No repitáis sus declaraciones, antes bien mantened vuestras afirmaciones respecto de la verdad viviente; y los ángeles de Dios abrirán el camino delante de vosotros. Tenemos una gran obra que llevar adelante, y debemos hacerla avanzar de una manera razonable. Nunca nos excitemos ni permitamos que surjan malos sentimientos. Cristo no lo hizo, y él es nuestro ejemplo en todas las cosas. Pues la obra que se nos ha dado para hacer necesita mucho más de la sabiduría celestial, santificada y humilde, y mucho menos del yo. Necesitamos aferrarnos firmemente del poder divino.--Testimonies for the Church 9:147, 148 (1909).
Cuidad las palabras al tratar con la oposición--Cuando tratáis con la oposición, corréis el riesgo de tomar represalias contestando con acritud, si no sois constantemente enternecidos y subyugados por la contemplación de Cristo, y si no oráis: "Sé tú mi modelo". La contemplación constante de Jesús, la aprehensión de su Espíritu, habilitará para presentar la verdad tal como es en Jesús...
El amor debe ser el elemento predominante en nuestro trabajo. Cada orador, cuando habla a personas que no tienen las mismas creencias que nosotros, debe guardarse de realizar declaraciones que puedan parecer severas o que puedan ser consideradas como un juicio. Presentad la verdad, y dejad que la verdad, el Espíritu Santo de Dios, actúe como un censor, como un juez; pero que vuestras palabras no mortifiquen ni hieran el alma...
No pronunciéis ninguna palabra irritante. Guardad para vosotros mismos todos los discursos incisivos que pensáis presentar. Sed leales como el acero a los principios, sed sabios como la serpiente, pero inofensivos como la paloma. Si no queréis que vuestras palabras hieran a otros debéis hablar solamente las palabras que estáis seguros que no serán duras, frías ni severas... De toda la gente del mundo los reformadores deberían ser los más abnegados, los más bondadosos y los más corteses, y deberían aprender los métodos, las palabras y las obras de Cristo.--Carta 11, 1894.
El espíritu de controversia--No tengáis un espíritu de controversia. Los discursos denunciatorios hacen muy poco bien. El método más seguro para destruir las falsas doctrinas consiste en predicar la verdad. Mantened una actitud positiva. Dejad que las preciosas verdades del Evangelio maten la fuerza del mal. Manifestad un espíritu tierno y misericordioso hacia los que yerran. Acercaos a los corazones.--Carta 190, 1902.
El sarcasmo es ofensivo--Cuando en vuestros discursos denunciáis con amargo sarcasmo lo que queréis condenar, a veces ofendéis a vuestros oyentes, y sus oídos son desviados para no oiros más. Evitad cuidadosamente en el discurso toda severidad que pueda ofender a aquellos a quienes deseáis salvar del error; porque será difícil vencer los sentimientos de antagonismo así despertados...
Si erradicáis las cizañas de vuestros discursos, vuestra influencia para el bien será aumentada.--Carta 366, 1906.
No hay que invitar la persecución--Todos recuerden que en ningún caso debemos invitar la persecución. No debemos emplear palabras ásperas ni cortantes. Dejadlas afuera de los artículos que se escriben, suprimidlas de los discursos que se dan. Sea la Palabra de Dios la que corte y la que reprenda; ocúltense los hombres finitos en Cristo y moren con él. Dejad que permanezca el Espíritu de Cristo. Sean todos cuidadosos en sus palabras para no lanzar en una obsecada oposición sobre nosotros a los que no tienen nuestra fe, y para no dar a Satanás la oportunidad de emplear las palabras impremeditadas para bloquear nuestro camino...
Todos necesitamos más del profundo amor de Jesús en el alma, y menos de la vehemencia natural. Corremos el riesgo de cerrar nuestro propio camino al suscitar un decidido espíritu de oposición en los hombres que ocupan cargos de autoridad, antes de que la gente haya sido iluminada con respecto al mensaje que Dios desea que presentemos. Dios no siente agrado cuando por nuestra culpa bloqueamos el camino c impedimos que la verdad llegue hasta la gente.--Manuscrito 95, 1894.
La oposición da publicidad a la verdad--Satanás es fructífero en producir medios para evadir la verdad. Pero os pido que creáis las palabras que os hablo hoy. La verdad de origen celestial está enfrentando las falsedades de Satanás, y esta verdad prevalecerá... La oposición y la resistencia tan solamente servirán para destacar la verdad con líneas nuevas y precisas. Cuanto más se hable contra la verdad, tanto más brillantemente refulgirá. Así se refina el oro precioso. Cada palabra de calumnia hablada contra ella, cada falsa presentación de su valor, despierta la atención, y es el medio que induce a la gente a una investigación más profunda acerca de qué es la verdad salvadora. La verdad llega a ser más altamente estimada. Se revelan una nueva belleza y un mayor valor desde todo punto de vista.--Manuscrito 8a, 1888.
Tratad a los opositores con respeto--Debemos esperar encontrarnos con incredulidad y oposición. La verdad siempre ha tenido que contender con estos elementos. Pero aun cuando debáis hacer frente a la más acerba oposición, no denunciéis a vuestros opositores. Ellos pueden pensar, como lo hizo Pablo, que le están haciendo a Dios un servicio; y con los tales debemos manifestar paciencia, humildad y longanimidad...
El Señor desea que su pueblo siga otros métodos que los de condenar el error, aun cuando la condenación sea justa. El desea que nosotros hagamos algo más que lanzar contra nuestros adversarios cargos que únicamente los desvíen más de la verdad. La obra que Cristo vino a hacer en nuestro mundo no fue la de erigir barreras, y enrostrar constantemente a la gente el hecho de que ellos estaban equivocados. El que espera iluminar a personas engañadas debe acercarse a ellas y trabajar por ellas con amor. Debe llegar a ser un centro de santa influencia.
En la defensa de la verdad, los más amargos opositores deben ser tratados con respeto y deferencia. Algunos no responderán a nuestros esfuerzos, mas se burlarán de la invitación evangélica. Otros, aun aquellos que suponemos han traspasado los límites de la misericordia divina, serán ganados para Cristo. La última obra en el conflicto debe ser la iluminación de los que no han rechazado la luz y la evidencia, sino que han estado en las tinieblas de la medianoche y han trabajado ignorantemente en contra de la verdad. Por lo tanto, tratad a todo hombre como honrado. No habléis ninguna palabra, ni hagáis nada que pueda confirmar a alguno en su incredulidad.--Testimonies for the Church 6:120-122 (1900).
Ayuda en cada emergencia--Cada maestro de la verdad y cada obrero que trabaja con Dios experimentarán severos momentos de prueba, cuando la fe y la paciencia serán probadas. Debéis estar preparados por la gracia de Cristo para seguir adelante, aunque evidentes imposibilidades obstruyan el camino. En cada emergencia contáis con una ayuda instantánea. El Señor permite que encontréis obstáculos para que os volváis a él, quien constituye vuestra fuerza y suficiencia. Orad fervorosamente pidiendo la sabiduría que procede de Dios; y entonces él os abrirá el camino y os concederá preciosas victorias si andáis delante de él con humildad.--Special Testimonies, Series A 7:18 (1874).
El bautismo y la entrada en la iglesia
El bautismo como requisito de la conversión--El arrepentimiento, la fe y el bautismo son los pasos requeridos en la conversión.--Carta 174, 1909.
Afirmando la decisión en favor del bautismo--Las personas que han sido convencidas por la verdad necesitan que se las visite y que se trabaje por ellas. Los pecadores requieren que se haga por ellos una obra especial para que se conviertan y sean bautizados.--Manuscrito 17, 1908.
La señal de entrada en el reino--Cristo ha hecho del bautismo una señal de entrada en su reino espiritual. El ha hecho de esto una positiva condición con la cual deben cumplir todos los que quieren que se reconozca que están bajo la autoridad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Antes que el hombre pueda encontrar un hogar en la iglesia, antes de traspasar el umbral del reino espiritual de Dios, ha de recibir la impresión del nombre divino: "Jehová, justicia nuestra". Jeremías 23:6.
El bautismo es una solemne renuncia al mundo. Los que son bautizados en el triple nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en el momento de entrar en la vida cristiana, declaran públicamente que han abandonado el servicio de Satanás, y han llegado a ser miembros de la familia real, hijos del Rey celestial. Han obedecido el mandamiento: "Salid de en medio de ellos, y apartaos... y no toquéis lo inmundo". Y para ellos se cumple la promesa: "Y seré a vosotros Padre, y vosotros me seréis a mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso". 2 Corintios 6: 17, 18.--Testimonies for the Church 6:91 (1900).
El juramento de lealtad del cristiano--Cuando los cristianos se someten al solemne rito del bautismo, el Señor registra el voto que hacen de serle fieles. Este voto es su juramento de lealtad. Son bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Así están unidos con los tres grandes poderes del cielo. Se comprometen a renunciar al mundo para observar las leyes del reino de Dios. Por lo tanto, han de andar en novedad de vida. No han de seguir más las tradiciones de los hombres. No han de seguir por más tiempo métodos deshonestos. Han de obedecer los estatutos del reino del cielo. Han de buscar el honor de Dios. Si son fieles a su voto, serán provistos de gracia y poder que los habilitará para cumplir con toda justicia. "A todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre".--Carta 129, 1903.
Conversión cabal a la verdad--La preparación para el bautismo es un asunto que necesita ser considerado cuidadosamente. Los nuevos conversos a la verdad deben ser fielmente instruidos en el sencillo "Así dice el Señor". La Palabra del Señor ha de ser leída y explicada a ellos punto por punto.
Todos los que entran en la nueva vida deben comprender, antes de su bautismo, que el Señor exige afectos indivisos... La práctica de la verdad es esencial. El llevar frutos testifica del carácter del árbol. Un buen árbol no puede llevar malos frutos. La línea demarcatoria será sencilla y distinta, entre los que aman a Dios y guardan sus mandamientos por una parte, y los que no lo aman y descuidan sus preceptos, por la otra. Se necesita una conversión cabal.--Manuscrito 56, 1900.
Se lo acepta cuando se lo comprende--La prueba de discipulado no se aplica tan estrechamente como se debiera a aquellos que se presentan para el bautismo. Debe saberse si los que profesan estar convertidos están simplemente adoptando el nombre de adventistas del séptimo día, o si están tomando su posición del lado del Señor para salir del mundo y separarse y no tocar cosa inmunda. Cuando den evidencia de que entienden plenamente su posición, han de ser aceptados.--Testimonios para los Ministros, 128 (1897).
Una preparación cabal para el bautismo--Los candidatos para el bautismo necesitan una preparación más cabal. Necesitan ser instruidos más fielmente de lo que generalmente se los ha instruido. Los principios de la vida cristiana deben ser presentados claramente a los recién venidos a la verdad. Nadie puede depender de su profesión de fe como prueba de que tiene una relación salvadora con Cristo. No hemos de decir solamente: Yo creo, sino practicar la verdad. Conformándonos a la voluntad de Dios en nuestras palabras, nuestro comportamiento y carácter, es como probamos nuestra relación con él. Cuandoquiera que uno renuncie al pecado, que es la trangresión de la ley, su vida será puesta en conformidad con la ley, en perfecta obediencia. Esta es la obra del Espíritu Santo. La luz de la Palabra estudiada cuidadosamente, la voz de la conciencia, las súplicas del Espíritu, producen en el corazón verdadero amor a Cristo, quien se dio como sacrificio completo para redimir toda la persona: el cuerpo, el alma y el espíritu. Y el amor se manifiesta por la obediencia.--Joyas de los Testimonios 2:389, 390 (1900).
El bautismo de los hijos--Los padres cuyos hijos deben ser bautizados tienen una obra que hacer, tanto en lo que se refiere a examinarse a sí mismos como en cuanto a dar instrucciones fieles a sus hijos. El bautismo es un rito muy sagrado e importante, y su significado debe comprenderse cabalmente. Significa arrepentirse del pecado e iniciar una nueva vida en Cristo Jesús. No debe haber indebido apresuramiento para recibir este rito. Calculen el costo tanto los padres como los hijos. Al consentir en que sus hijos sean bautizados, los padres se comprometen solemnemente a ser fieles mayordomos para con estos hijos, a guiarlos en la edificación de su carácter. Se comprometen a cuidar con interés especial estos corderos del rebaño, a fin de que no deshonren la fe que profesan.
Debe darse instrucción religiosa a los niños desde sus más tiernos años. Debe serles dada no con espíritu de condenación, sino con un espíritu alegre y feliz. Las madres necesitan estar en guardia constantemente, no sea que la tentación llegue a los niños en forma que no la reconozcan. Los padres han de proteger a sus hijos con instrucciones sabias y placenteras. Como los mejores amigos de estos seres inexpertos, deben ayudarles en la obra de vencer, porque para ellos el ser victoriosos significa todo. Deben considerar que sus amados hijos que están tratando de hacer lo recto son miembros más jóvenes de la familia del Señor, y deben sentir intenso interés por ayudarles a andar rectamente en el camino real de la obediencia. Con amante interés, deben enseñarles día tras día lo que significa ser hijos de Dios y entregar la voluntad en obediencia a él. Enseñadles que la obediencia a Dios entraña obediencia a los padres. Esta debe ser una obra de cada día y hora. Padres, velad, velad y orad; y haced de vuestros hijos vuestros compañeros.
Cuando llega el período más feliz de su vida, y en su corazón aman a Jesús y desean ser bautizados, obrad fielmente con ellos. Antes que reciban el rito, preguntadles si es su primer propósito en la vida trabajar para Dios. Entonces explicadles cómo principiar. Las primeras lecciones significan mucho. Con sencillez, enseñadles a prestar su primer servicio a Dios. Presentadles esta obra de la manera que haga más fácil su comprensión. Explicadles lo que significa darse al Señor, hacer exactamente lo que su Palabra indica, bajo el consejo de padres cristianos.
Después de trabajar fielmente, si estáis convencidos de que vuestros hijos comprenden el significado de la conversión y el bautismo, y de que son verdaderamente convertidos, sean bautizados. Pero, repito, ante todo preparaos a vosotros mismos a fin de actuar como fieles pastores para guiar sus pies inexpertos por la senda estrecha de la obediencia. Dios debe obrar en los padres para que ellos puedan dar a sus hijos un buen ejemplo de amor, cortesía y humildad cristiana, y así de una entrega completa del yo a Cristo. Si consentís en el bautismo de vuestros hijos y luego los dejáis hacer como quieren, no sintiendo el deber especial de mantener sus pies en la senda recta, vosotros mismos sois responsables si pierden la fe, el valor y el interés en la verdad.--Joyas de los Testimonios 2:391, 392 (1900).
La preparación de los jóvenes para el bautismo--Los candidatos adultos deben comprender su deber mejor que los jóvenes; pero el pastor de la iglesia tiene un deber que cumplir para con estas almas. ¿Siguen ellos malas costumbres y prácticas? Es deber del pastor tener reuniones especiales con ellos. Déles estudios bíblicos, converse y ore con ellos, y muéstreles claramente lo que el Señor requiere de ellos. Léales la enseñanza de la Biblia acerca de la conversión. Muéstreles cuál es el fruto de la conversión, la evidencia de que aman a Dios. Muéstreles que la verdadera conversión es un cambio de corazón, de pensamientos y propósitos. Han de renunciar a las malas costumbres. Han de desechar los pecados de la maledicencia, los celos y la desobediencia. Deben sostener una guerra contra toda característica mala. Entonces el que cree puede aceptar comprensivamente la promesa: "Pedid, y se os dará". Mateo 7:7.--Joyas de los Testimonios 2:392, 393 (1900).
El examen de los candidatos--La prueba del discipulado no se aplica tan estrictamente como debiera ser aplicada a los que se presentan para el bautismo. Debe saberse si están simplemente tomando el nombre de adventistas del séptimo día, o si se colocan de parte del Señor, para salir del mundo y separarse de él y no tocar lo inmundo. Antes del bautismo, debe examinarse cabalmente la experiencia de los candidatos. Hágase este examen, no de una manera fría y manteniendo distancias, sino bondadosa y tiernamente, señalando a los nuevos conversos el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Háganse sentir a los candidatos para el bautismo los requerimientos del Evangelio.
Uno de los puntos acerca de los cuales los recién convertidos a la fe necesitarán instrucción, es el asunto de la indumentaria. Obrese fielmente con los nuevos conversos. ¿Son vanidosos en el atavío? ¿Albergan orgullo en su corazón? La idolatría del atavío es una enfermedad moral. No debe ser introducida en la nueva vida. En la mayoría de los casos, la sumisión a los requerimientos del Evangelio exigirá un cambio decidido en la manera de vestir.
No debe haber negligencia al respecto. Por amor a Cristo, cuyos testigos somos, debemos tratar de sacar el mejor partido de nuestra apariencia. En el servicio del tabernáculo, Dios explicó todo detalle concerniente a las vestiduras de los que ministraban delante de él. Esto nos enseña que él tiene una preferencia con respecto a la indumentaria de los que le sirven. Fueron muy específicas las instrucciones dadas acerca de las vestiduras de Aarón, porque eran simbólicas. Así la indumentaria de los que siguen a Cristo, debe ser simbólica. En todas las cosas, hemos de ser representantes de él. Nuestra apariencia en todo respecto debe caracterizarse por el aseo, la modestia y la pureza. Pero la Palabra de Dios no sanciona el hacer cambios en el atavío meramente por seguir la moda, a fin de conformarse al mundo. Los cristianos no han de adornar su persona con atavíos costosos o adornos caros.
Las palabras de la Escritura acerca de la indumentaria deben ser consideradas cuidadosamente. Necesitamos comprender lo que el Señor del cielo aprecia, aun en lo referente a vestir el cuerpo. Todos los que busquen sinceramente la gracia de Cristo, escucharán las preciosas palabras de instrucción inspiradas por Dios. Aun el modo de ataviarnos expresará la verdad del Evangelio.
Todos los que estudian la vida de Cristo y practican sus enseñanzas, vendrán a ser como Cristo. Su influencia será como la de él. Revelarán sanidad de carácter. Mientras andan en la humilde senda de la obediencia, haciendo la voluntad de Dios, ejercen una influencia que se hace sentir en favor del progreso de la causa de Dios y la sana pureza de su obra. En estas almas cabalmente convertidas, el mundo debe ver un testimonio del poder santificador de la verdad sobre el carácter humano.
El conocimiento de Dios y de Jesucristo, expresado en el carácter, los exalta sobre todo lo que se estima en la tierra o en el cielo. Es la educación más elevada que haya. Es la llave que abre los portales de la ciudad celestial. Es propósito de Dios que todos los que se visten de Cristo por el bautismo posean este conocimiento. Y los siervos de Dios tienen el deber de presentar a estas almas el privilegio de su alta vocación en Cristo Jesús.--Joyas de los Testimonios 2:393, 394 (1900).
Juzgad por los frutos de la vida--Hay una cosa que no tenemos derecho a hacer, y ésta es juzgar el corazón de otro hombre o impugnar sus motivos. Pero cuando una persona se presenta como candidato para ser miembro de la iglesia, hemos de examinar el fruto de su vida, y dejar la responsabilidad de sus motivos con él mismo. Mas debe ejercerse gran cuidado en aceptar miembros en la iglesia; pues Satanás tiene sus artimañas especiosas por medio de las cuales se propone atestar la iglesia de falsos hermanos por cuyo medio pueda obrar con mayor éxito para debilitar la causa de Dios.--The Review and Herald, 10 de enero de 1893.
La administración del rito--Cuandoquiera que sea posible, adminístrese el bautismo en un lago claro o arroyo de agua corriente. Y désele a la ocasión toda la importancia y solemnidad que se le pueda impartir. Los ángeles de Dios están siempre presentes en un servicio tal.
El que administra el rito del bautismo debe tratar de que esta ocasión ejerza una influencia solemne y sagrada sobre todos los espectadores. Cada rito de la iglesia debe ser dirigido de manera que su influencia sea elevadora. Nada debe hacerse en forma común o despreciable, ni ponerse al nivel de las cosas comunes. Es necesario enseñar a nuestras iglesias a tener mayor respeto y reverencia por el sagrado servicio de Dios. Mientras los predicadores dirigen los servicios relacionados con el culto de Dios, están educando y preparando a la gente. Los pequeños actos que educan, preparan y disciplinan el alma para la eternidad son de vastas consecuencias para elevar y santificar a la iglesia.
En toda iglesia debe haber mantos bautismales para los candidatos. Esto no debe considerarse como un desembolso innecesario. Es una de las cosas requeridas para acatar la orden: "Empero, hágase todo decentemente y con orden". 1 Corintios 14:40.
No es bueno que una iglesia dependa de mantos prestados por otra. Con frecuencia, cuando se necesitan, no se pueden encontrar, por no haberlos devuelto alguien que los pidió prestados. Cada iglesia debe proveer para sus propias necesidades al respecto. Créese un fondo con este fin. Si toda la iglesia participa en el gasto, no resultará una carga pesada.
Los mantos bautismales deben ser hechos de buen género, de algún color oscuro que el agua no perjudique, y llevar pesos en la parte inferior. Sean vestiduras limpias, de buen corte, y hechas según un modelo aprobado. No debe intentarse adornarlas, ni ponérseles pliegues. Toda ostentación, sea de adorno u otra cosa, queda completamente fuera de lugar. Cuando los candidatos se compenetren de lo que significa el rito, no desearán adornos personales. Nada debe haber, sin embargo, que sea desmañado o feo, pues ofendería a Dios. Todo lo relacionado con este santo rito debe revelar una preparación tan perfecta como se pueda hacerla.--Joyas de los Testimonios 2:395, 396 (1900).
Un servicio bautismal impresionante--La predicación evangélica efectuada en Oakland ha dado como fruto la salvación de preciosas almas. El domingo 16 de diciembre, en la mañana, asistí a un servicio bautismal realizado en Piedmond Baths, 32 catecúmenos fueron sepultados con su Señor en el bautismo, y se levantaron para andar en novedad de vida. Esta fue una escena que los ángeles de Dios presenciaron con gozo... Todo el servicio fue muy impresionante. No hubo confusión, y ocasionalmente se entonó un canto de alabanza o se repitió un versículo.--Manuscrito 105, 1906.
El bautismo de emergencia--Hay que tomar las medidas necesarias para satisfacer el pedido de bautismo realizado por el anciano. El no tiene fuerzas suficientes para ir a ----- o a -----, y la única forma como puede realizarse esta ceremonia consiste en conseguir una tina de baño para bautizarlo en ella.--Carta 126, 1901.
El poder guardador de Dios--Después que el alma creyente ha recibido el rito del bautismo debe recordar que ha sido dedicada a Dios, a Cristo y al Espíritu Santo...
Todos los que estudian la vida de Cristo y practican su enseñanza llegarán a ser como Cristo. Su influencia será como la suya. Manifestarán solidez de carácter. Están establecidos en la fe y no serán vencidos por el diablo a causa de la vanidad o el orgullo. Tratan de andar por la humilde senda de la obediencia, y procuran hacer la voluntad de Dios. Su carácter ejerce una influencia que promueve el progreso de la causa de Dios y contribuye a mantener su obra en una saludable pureza...
En estas almas cabalmente convertidas el mundo encuentra testigos del poder santificador de la verdad sobre el carácter humano. Mediante ellas Cristo da a conocer a todos su carácter y su voluntad. En la vida de los hijos de Dios se manifiesta la bendición que se recibe cuando se sirve al Señor, y lo opuesto de esto se advierte en los que no observan sus mandamientos. La línea de demarcación es bien clara. Todos los que obedecen los mandamientos de Dios son guardados por su gran poder en medio de la influencia corruptora de los transgresores de su ley. Desde el súbdito más humilde hasta el que ocupa la posición de confianza más elevada, todos son guardados por el poder de Dios por medio de la fe en la salvación.--Manuscrito 56, 1900.
Dedicados a Dios--Desde entonces en adelante el creyente debe tener presente que está dedicado a Dios, a Cristo y al Espíritu Santo. Debe subordinar a esta nueva relación, todas las consideraciones mundanales. Ha declarado públicamente que ya no vive en orgullo y complacencia propia. Ya no ha de vivir en forma descuidada e indiferente. Ha hecho un pacto con Dios. Ha muerto al mundo, debe vivir para Dios y dedicarle toda la capacidad que le confió, sin perder jamás de vista el hecho de que lleva la firma de Dios; es un súbdito del reino de Cristo, participante de la naturaleza divina. Debe entregar a Dios todo lo que es y todo lo que tiene, empleando sus dones para gloria de su nombre.
Las obligaciones del pacto espiritual que se hace en el bautismo son mutuas. Mientras los seres humanos desempeñen su parte con obediencia ferviente, tendrán derecho a orar: "Sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel". 1 Reyes 18:36. El hecho de que habéis sido bautizados en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es una garantía de que si pedís su ayuda, estas potestades os ayudarán en toda emergencia. El Señor oirá y contestará las oraciones de los que le siguen sinceramente, llevan el yugo de Cristo y en su escuela aprenden a ser mansos y humildes.--Joyas de los Testimonios 2:396 (1900).
La responsabilidad de la iglesia para con los nuevos conversos--Los hombres y mujeres que sean fieles cristianos sentirán un interés intenso por impartir al alma convencida un correcto conocimiento de la justicia en Cristo Jesús. Si algunos han permitido que el deseo de satisfacción egoísta lo domine todo en su vida, los creyentes fieles deben velar por estas almas como quienes tienen que dar cuenta. No deben descuidar la instrucción fiel, tierna y amante tan esencial para los jóvenes conversos, a fin de que no haya obra hecha a medias. La primera experiencia debe ser correcta.
Satanás quiere que nadie vea la necesidad de una completa entrega a Dios. Cuando el alma no hace esta entrega, no abandona el pecado; los apetitos y pasiones luchan por el dominio; las tentaciones confunden la conciencia, de manera que la verdadera conversión no se realiza. Si todos tuviesen un concepto del conflicto que cada alma debe sostener con los agentes satánicos que están tratando de entrampar, seducir y engañar, habría una labor diligente mucho mayor en favor de los que son jóvenes en la fe.
Con frecuencia estas almas, abandonadas a sí mismas, son tentadas y no disciernen lo malo de la tentación. Hágaseles sentir que es su privilegio solicitar consejos. Déjeseles buscar la sociedad de aquellos que pueden ayudarles. Tratando con aquellos que aman y temen a Dios, recibirán fuerza.
Nuestra conversación con estas almas debe ser de un carácter espiritual y animador. El Señor nota los conflictos de todos los seres débiles que dudan y luchan, y ayudará a todos los que le invocan. Verán el cielo abierto delante de sí, y los ángeles de Dios que bajan y suben por la escalera resplandeciente por la cual ellos están tratando de subir.--Joyas de los Testimonios 2:317, 318 (1900).
El ser miembros de la iglesia--La relación de Cristo y su iglesia es muy íntima y sagrada: él es el esposo y la iglesia la esposa; él la cabeza, y la iglesia el cuerpo. La relación con Cristo entraña, pues, la relación con la iglesia.--La Educación, 261 (1903).
Satanás se opone a que se unan a la iglesia--Es el esfuerzo estudiado de él [Satanás] inducir a los profesos cristianos a alejarse tanto como sea posible de las disposiciones del cielo; por lo tanto, engaña aun a los profesos hijos de Dios y les hace creer que el orden y la disciplina son enemigos de la espiritualidad; que la única seguridad para ellos consiste en dejar que cada uno siga su propia conducta, y permanezca especialmente distinto y alejado de las congregaciones de cristianos que están unidos y trabajando para establecer la disciplina y la armonía de acción. Todos los esfuerzos en ese sentido, son considerados como peligrosos, una restricción de la libertad a que tienen derecho, y por lo tanto se los teme como al papismo. Estas almas engañadas consideran que es una virtud jactarse de su libertad para pensar y actuar independientemente. Ellos no aceptarán al pie de la letra el dicho de ningún hombre. No se haeen responsables ante ningún hombre. Ha sido la obra especial de Satanás, y sigue siéndolo, el inducir a los hombres a sentir que Dios les ordena marchar por sí mismos, y elegir su propio orden, independientemente de sus hermanos.--Carta 32, 1892.
Sin Cristo, el bautismo es un rito sin valor--Es la gracia de Cristo la que da vida al alma. Fuera de Cristo, el bautismo, como cualquier otro rito, es una forma sin valor. "El que es incrédulo al Hijo, no verá la vida".--El Deseado de Todas las Gentes, 152 (1898).
Se requiere la conversión y no solamente el bautismo--La salvación no está en el bautismo, no se recibe con tener los nombres inscriptos en los libros de la iglesia, no se obtiene predicando la verdad. La salvación se consigue mediante una unión vivificante con Cristo que renueva el corazón, y al hacer las obras de Cristo con fe y al trabajar con amor, paciencia, humildad y esperanza. Cada alma unida con Cristo será un misionero viviente para todos los que la rodean.--Carta 55, 1886.
Una advertencia a los evangelistas y los pastores--Nuestros hermanos en el ministerio están fallando definidamente en hacer su obra según los métodos establecidos por el Señor. Fallan en presentar a cada hombre perfecto en Cristo Jesús. No han obtenido experiencia espiritual mediante la comunión personal con Dios, ni un verdadero conocimiento de lo que constituye el carácter cristiano; por lo tanto muchas personas son bautizadas sin estar en condición de recibir este rito sagrado, porque aún están unidas al yo y al mundo. No han visto a Cristo ni lo han recibido por fe.--The Review and Herald, 4 de febrero de 1890.
Un punto débil de nuestra evangelización--La llegada de miembros que no han sido renovados en su corazón y reformados en su vida, es una fuente de debilidad para la iglesia. Este hecho se ignora a menudo. Algunos pastores e iglesias están tan deseosos de obtener un aumento del número que no presentan un testimonio fiel contra los hábitos y prácticas no cristianos. A los que aceptan la verdad no se les enseña que no pueden ser mundanos en su conducta mientras son cristianos de nombre, y estar seguros. Hasta aquí han sido súbditos de Satanás. De aquí en adelante han de ser súbditos de Cristo. La vida debe dar testimonio de que han cambiado de guía.
La opinión pública favorece una profesión del cristianismo. Se requiere poca abnegación o sacrificio para adoptar una forma de piedad y para tener el nombre inscripto en el libro de la iglesia. Por lo tanto, muchos se unen a la iglesia sin llegar a estar previamente unidos con Cristo. En esto triunfa Satanás. Tales conversos son sus agentes más eficaces. Sirven como señuelo para otras almas. Son falsas luces, y tientan a los incautos induciéndolos a la perdición. Es en vano que los hombres traten de hacer la senda del cristiano amplia y agradable para los mundanos. Dios no ha alisado ni ensanchado el camino angosto y escarpado. Si hemos de entrar en la vida, debemos seguir la misma senda que Jesús y sus discípulos recorrieron: la senda de la humildad, de la abnegación y del sacrificio.--Testimonies for the Church 5:172 (1882).
Nuestro blanco: miembros verdaderamente convertidos--Los pastores que trabajan en los pueblos y en las ciudades para presentar la verdad, no deben sentirse contentos, ni deben pensar que su obra está terminada, hasta que los que han aceptado la teoría de la verdad perciban verdaderamente el efecto de su poder santificador y estén en realidad convertidos a Dios. Al Señor le agradaría más tener seis personas verdaderamente convertidas a la verdad como resultado de sus labores, que tener sesenta que hacen una profesión nominal y que sin embargo, no están cabalmente convertidas. Estos ministros deberían dedicar menos tiempo a la predicación de sermones y deberían reservar una parte de sus energías para visitar a las personas interesadas y orar con ellas, instruyéndolas en la piedad "a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre". Colosenses 1:28.
El amor de Dios debe morar en el corazón del maestro de la verdad. Su propio corazón debe estar empapado con ese amor profundo y fervoroso que Cristo poseyó; únicamente entonces fluirá hacia otras personas. Los pastores deberían enseñar que todos los que aceptan la verdad deberían producir frutos para gloria de Dios. Deberían enseñar que el sacrificio de sí mismos debe practicarse diariamente, que muchas cosas que han sido acariciadas deben ser abandonadas, y que muchos deberes, aunque parezcan desagradables, deben realizarse. Los intereses comerciales, las fiestas sociales, el ocio, el honor, la reputación, en suma, todas las cosas, deben someterse al derecho superior y absoluto de Cristo.--Testimonies for the Church 4:317 (1879).
Una cabal consolidación
El evangelista debe completar sus instrucciones--Un obrero no debe nunca dejar sin hacer alguna parte del trabajo porque no es agradable ejecutarla, pensando que el predicador que vendrá después la hará en su lugar. Cuando tal es el caso, si el segundo predicador sigue al primero y presenta los derechos que Dios tiene sobre su pueblo, algunos retroceden, diciendo: "El predicador que nos anunció la verdad no nos mencionó estas cosas", y se ofenden a causa de la palabra. Algunos se niegan a aceptar el sistema del diezmo; se apartan y ya no andan más con los que creen y aman la verdad. Cuando se les presentan otros temas, contestan: "No nos enseñaron así", y vacilan en progresar. ¡Cuánto mejor habría sido que el primer mensajero de la verdad educase fiel y cabalmente a estos conversos en todos los puntos esenciales, aunque fuese menor el número de personas añadidas a la iglesia por medio de sus labores.--Obreros Evangélicos, 382, 383 (1915).
Una obra que no será deshecha--Los ministros no deben dar por terminada su obra antes que aquellos que aceptaron la teoría de la verdad sientan realmente la influencia de su poder santificador, y estén verdaderamente convertidos. Cuando la Palabra de Dios, como aguda espada de dos filos, penetra hasta el corazón y despierta la conciencia, muchos suponen que es suficiente; pero la obra está entonces apenas principiada. Se han hecho buenas impresiones, pero a menos que estas impresiones sean profundizadas por un esfuerzo cuidadoso, hecho con oración, Satanás las contrarrestará. No queden los obreros satisfechos con lo que ha sido hecho. La reja de la verdad debe penetrar más hondo, y lo logrará, por cierto, si se hacen esfuerzos cabales para dirigir los pensamientos y confirmar las convicciones de los que estudian la verdad.
Demasiado a menudo, se deja la obra sin terminar: y en muchos casos tales, no sirve de nada. A veces, después que un grupo de personas aceptó la verdad, el predicador piensa que debe ir inmediatamente a un campo nuevo; y a veces, sin que se hagan las investigaciones debidas, se lo autoriza a ir. Esto es erróneo. El debiera terminar la obra empezada; porque al dejarla incompleta, resulta más daño que bien. Ningún campo es tan desfavorable como el que fue cultivado lo suficiente como para dar a las malezas una lozanía más exuberante. Por este método de trabajo muchas almas han sido abandonadas al zarandeo de Satanás y a la oposición de miembros de otras iglesias que rechazaron la verdad; y muchos han sido arreados donde nunca se los podrá ya alcanzar. Sería mejor que un predicador no se dedicase a la obra si no puede hacerlo cabalmente.
Debe grabarse en la mente de todos los nuevos conversos la verdad de que el conocimiento permanente puede adquirirse únicamente por labor ferviente y estudio perseverante. Por lo común, los que se convierten a la verdad que predicamos no han sido antes estudiantes diligentes de las Escrituras; porque en las iglesias populares se realiza poco verdadero estudio de la Palabra de Dios. La gente espera que los predicadores escudriñen las Escrituras en su lugar y le expliquen lo que ellas enseñan.
Muchos aceptan la verdad sin cavar hondo para comprender sus principios fundamentales; y cuando ella encuentra oposición, se olvidan de los argumentos y pruebas que la sostienen. Han sido inducidos a creer la verdad, pero no han sido plenamente instruidos acerca de lo que es, ni han sido llevados de un punto a otro en el conocimiento de Cristo. Demasiado a menudo su piedad se vuelve formal, y cuando dejan de oír los llamamientos que los despertaron, se quedan espiritualmente muertos. A menos que los que reciben la verdad se conviertan cabalmente, a menos que haya un cambio radical en la vida y el carácter, a menos que el alma se aferre a la Roca eterna, no soportarán la prueba. Después que los deje el predicador, y la novedad desaparezca, la verdad perderá su poder de encanto, y ellos no ejercerán influencia más santa que antes.
La obra de Dios no ha de hacerse al tanteo y con descuido. Cuando un predicador entra en un campo, debe trabajarlo cabalmente. No debe contentarse con su éxito hasta poder, por labor ferviente y la bendición del Cielo, presentar al Señor conversos que tengan un verdadero sentimiento de su responsabilidad, y que harán la obra que les sea señalada. Si él ha instruido debidamente a los que están bajo su cuidado, cuando se vaya a otros campos de labor, la obra no se dispersará; quedará ligada tan firmemente que estará segura.--Obreros Evangélicos, 321-323 (1915).
Hágase una obra cabal--Existe el peligro de que los que realizan reuniones en nuestras ciudades se sientan satisfechos con hacer una obra superficial. Reconozcan los ministros y presidentes de nuestras asociaciones la importancia de efectuar una obra cabal. Trabajen y hagan planes teniendo en cuenta que el tiempo casi ha terminado, y que a causa de esto deben trabajar con redoblado celo y energía.--The Review and Herald, 11 de enero de 1912.
Aun cuando debemos estar siempre listos para aprovechar la oportunidad que depara la providencia de Dios, no debemos trazar planes más amplios, ocupar más posiciones y ramificar la obra más de lo que nos permitan hacerlo la ayuda y los medios que tenemos para consolidar bien la causa y mantener y aumentar el interés ya despertado. Aun cuando existan planes más amplios y campos más extensos que se abran constantemente a los obreros, debe haber ideas más amplias, visión más abarcante con respecto a los obreros que han de trabajar para atraer almas a la verdad.--Carta 34, 1886.
Dejad una obra bien consolidada--Se levantan iglesias y se las abandona mientras se sigue entrando en nuevos campos. Ahora bien, estas iglesias han sido levantadas a gran costo en materia de trabajo y recursos, y luego abandonadas para que se desintegren. Esta es la forma en que las cosas están marchando...
Mientras los deberes dejan de cumplirse precisamente en nuestro círculo inmediato, no debemos anhelar con vehemencia trabajo a una gran distancia y suspirar por él... Dios no quiere que abandonéis todo el trabajo que habéis planeado, y una vez que la gente se inicia en él, que sea descuidado, para que marche por sí mismo y luego resulte más difícil levantarlo que si nunca se hubiera comenzado...
Confío en que consideraréis estos asuntos sinceramente y no os dejaréis llevar por impulsos ni sentimientos. Nuestros pastores deben ser educados y enseñados a hacer su obra en forma más cabal. Deben consolidar la obra y no dejarla deshacerse. Deben cuidar especialmente los intereses que han creado, y no partir lejos para no tener ningún interés especial después de abandonar la iglesia. Mucho de esto se ha hecho.--Carta 1, 1879.
Los intereses de las almas tienen prioridad--Durante años se ha dado instrucción sobre este punto, señalándose la necesidad de cultivar un interés que se ha suscitado, y no abandonarlo en ningún caso hasta que todos se hayan decidido por la verdad, y experimentado la conversión necesaria para el bautismo, uniéndose a alguna iglesia, o formando una ellos mismos.
No hay circunstancias de suficiente gravedad que justifiquen el traslado de un pastor de un lugar donde ya hay un interés creado por la presentación de la verdad. Aun la enfermedad y la muerte son de menor importancia que la salvación de las almas por las cuales Cristo hizo un sacrificio tan inmenso. Los quc sienten la importancia de la verdad, y el valor de las almas por quienes Cristo murió, no abandonarán un interés suscitado entre la gente, cualquiera sea el motivo. Dirán: Dejad que los muertos entierren a sus muertos. Los intereses del hogar, las tierras y las casas, no debieran tener el más mínimo poder de alejarlos de sus campos de labor.
Si los pastores permiten que estas cosas temporales los desvíen de la obra, el único camino a seguir es abandonarlo todo, no poseer tierras ni intereses temporales que tengan una influencia tal que los desvíe de la obra solemne para estos últimos días. Un alma es de más valor que el mundo entero. ¿Cómo pueden los hombres que profesan haberse dedicado a sí mismos a la obra sagrada de salvar almas, permitir que sus pequeñas posesiones temporales absorban sus mentes y sus corazones, impidiéndoles cumplir con la alta vocación que profesan haber recibido de Dios?--Testimonies for the Church 2:540, 541 (1870).
Hay pérdida cuando se deja la obra inconclusa--¿Qué ánimo tenemos--qué ánimo podríamos tener--para llevar a cabo series de conferencias en diferentes lugares que consumen en extenso grado nuestras fuerzas y nuestra vitalidad, para luego retirarnos y dejar que todo se deshaga sin que haya nadie que se haga cargo del trabajo?
A continuación hablaré de lo que yo he experimentado. Después de desembarcar en los Estados Unidos, de vuelta de un viaje por Europa, no fui a una casa sino que me dirigí a un hotel y allí comí, y luego me fui a -----. Ese era el lugar entre todos los demás, donde habría que haber puesto un obrero para que consolidase el trabajo. Había allí gente adinerada y profundamente convencida. Había surgido en aquel lugar un interés admirable. La gente acudía a las reuniones y se sentaba y escuchaba con lágrimas en los ojos; estaban muy impresionados; pero se terminó el trabajo en ese lugar sin dejar a nadie que atendiese a los simpatizantes; así se permitió que todo el trabajo se deshiciese. Estas situaciones no agradan a Dios. Pueden ocurrir dos cosas: o estamos abarcando demasiado terreno y proponiéndonos hacer demasiado trabajo, o bien no se están haciendo los planes en la forma debida.--Manuscrito 19b, 1890.
Les crean un campo difícil a los demás--Los pastores que no son hombres de piedad vital, que crean interés entre la gente pero dejan la obra sin terminar, crean un campo excesivamente difícil para que otros entren y terminen la obra que ellos han dejado de completar. Estos hombres serán probados; y si no hacen su obra más fielmente, después de una nueva prueba que se les dé, serán dejados a un lado como personas que obstruyen el terreno y atalayas infieles.--Testimonies for the Church 4:317 (1879).
Resultados de una obra descuidada--Afianzad cabalmente vuestra obra. No dejéis hilos sueltos para que otros los recojan. No desagradéis a Cristo. Determinaos a tener éxito, y mediante la fuerza de Cristo podréis dar una prueba completa de vuestro ministerio...
Nada es más desanimador para el adelanto de la verdad presente que una obra descuidada hecha por algunos de los ministros en las iglesias. Se necesita un trabajo fiel. Las iglesias están a punto de morir porque no son fortalecidas en la semejanza de Cristo. Al Señor no le agrada la forma descuidada en que las iglesias han sido dejadas debido a que los hombres no son mayordomos fieles de la gracia de Dios. No reciben su gracia y por lo tanto no pueden impartirla. Las iglesias están debilitadas y enfermas debido a la infidelidad de las personas que deberían trabajar con ellas, cuyo deber consiste en velar sobre ellas, y en atender a las almas como quienes saben que han de rendir cuentas.--Manuscrito 8a, 1888.
La duración del esfuerzo y la terminación de la campaña
La duración del esfuerzo no debe ser prescripta--Recordad que ninguna persona puede pronosticar la manera precisa de obrar o limitar el trabajo de un hombre que está en el servicio de Dios. Nadie puede prescribir los días o semanas que uno debe permanecer en cierta localidad antes de ir a otro lugar. Las circunstancias deben dar molde al trabajo de un ministro de Dios, y si él busca a Dios, comprenderá que su obra abarca todos los sectores de la viña del Señor, tanto los que están cerca como los que están lejos. El obrero no ha de reducir su obra a una medida especificada. No debe tener límites circunscriptos, sino que debe extender sus labores doquiera se lo exija la necesidad. Dios es su colaborador; él debe buscar sabiduría y consejo del Señor a cada paso y no depender del consejo humano.
La obra ha quedado grandemente obstaculizada en muchos campos porque los obreros piden consejo de los que no están trabajando en el campo y no ven ni sienten la demanda, y por lo tanto no pueden comprender la situación tan bien como uno que está sobre el terreno.--Carta 8, 1895.
Hay que analizar cuidadosamente las circunstancias--Cuando se designa a un pastor para que lleve a cabo cierta obra, éste no debe pensar en preguntar al presidente de la asociación durante cuántos días trabajará en esa localidad, sino que debe buscar la sabiduría de Aquel que lo ha puesto en ese trabajo, Aquel que prometió concederle sabiduría y un juicio infalible que concede liberalmente y no retiene nada. Debe considerar cuidadosamente cada parte de la viña que le ha sido designada, y discernir por la gracia que se le ha dado qué debe hacer. Surgirán circunstancias que, si se las considera cuidadosamente, con humildad y fe, buscando la sabiduría de Dios, harán de Ud. un obrero sabio y de éxito.--Carta 8, 1895.
Una obra completa--La obra en ----- debe llevarse a cabo durante todo el tiempo que haya interés en ese lugar. Es necesario encontrar un lugar adecuado para realizar las reuniones... La obra en ----- no debe abreviarse. Durante años he rogado que se lleve a cabo una serie de conferencias en esta ciudad, y ahora que se ha hecho esto, hagamos las cosas en forma debida.--Carta 380, 1906.
La larga campaña de Pablo en Corinto--El Señor Dios de Israel está hambriento de frutos. Pide que sus obreros se extiendan más de lo que lo están haciendo. El apóstol Pablo fue de lugar en lugar, predicando la verdad a los que estaban en las tinieblas del error. Trabajó durante un año y seis meses en Corinto, y comprobó el carácter divino de su misión haciendo surgir una floreciente iglesia, compuesta de judíos y gentiles. Los conversos gentiles eran más numerosos que los conversos judíos, y muchos de ellos estaban verdaderamente convertidos: fueron traídos de las tinieblas a la luz del Evangelio.--Carta 96, 1902.
Esfuerzos más largos en las ciudades--En los esfuerzos públicos hechos en las grandes ciudades se pierde la mitad del esfuerzo porque la obra se clausura demasiado pronto y se va a un campo nuevo... El apresuramiento por terminar un esfuerzo ha resultado frecuentemente en gran pérdida.--Carta 48, 1886.
La determinación del éxito de las reuniones
Dios es el juez del éxito del obrero--Dios, y no el hombre, es el juez de la obra del hombre, y él adjudicará a cada uno su justa recompensa No le es dado a ningún ser humano ser juez entre los diferentes siervos de Dios. El Señor solo es el juez y el galardonador de toda buena obra.--The Review and Herald, 11 de diciembre de 1900.
Si queda una sola alma, la campaña ha tenido éxito--En una visión recibida durante la noche me vi conversando con Ud. Tenía un mensaje para Ud. y se lo estaba presentando. Ud. estaba decaído y se sentía desanimado. Le dije: El Señor me ha pedido que hable a los hermanos -----. Dije que Ud. está considerando su obra casi como un fracaso, pero aunque quede una sola persona en la verdad y permanezca fiel hasta el fin, su obra no podría considerarse como un fracaso. Si una sola madre ha podido ser sacada de su deslealtad y dirigida a la obediencia, Ud. puede estar contento. La madre que decide conocer al Señor enseñará a sus hijos a seguir en sus pasos. La promesa es para los padres, las madres y los hijos...
El Señor no lo juzgará a Ud. por la magnitud del éxito manifiesto de su trabajo. Se me pidió que le dijera que su fe debe mantenerse viva y firme, y en aumento continuo. Cuando Ud. ve que los que tienen oídos no oyen, y los que son inteligentes no comprenden, después de haber hecho su mejor parte, vaya a otros lugares y deje el resultado con Dios. Pero no permita que su fe se debilite.--Carta 8, 1895.
No os desaniméis por los resultados pequeños--La obra que se hace para la gloria y el honor de Dios llevará el sello divino. Cristo respaldará la obra de los que hagan lo mejor de que son capaces. Y a medida que continúen haciendo lo mejor que puedan, aumentarán en conocimiento, y el carácter de su obra se perfeccionará.--Carta 153, 1903.
En comparación con el número de los que rechazan la verdad, los que la reciben serán muy pocos, pero un alma es de mayor valor que varios mundos. No debemos desanimarnos aun cuando nuestra obra no parezca tener grandes resultados.--Carta 1, 1875.
Esfuerzos unidos y continuados para obtener buenos resultados--Los esfuerzos individuales, constantes y concertados producirán la recompensa del éxito. Los que desean llevar a cabo una gran cantidad de bien en nuestro mundo, deben estar dispuestos a hacerlo siguiendo el método de Dios de hacer cosas pequeñas. El que desea alcanzar las alturas más encumbradas de las realizaciones llevando a cabo cosas grandes y maravillosas, fracasará y no podrá hacer nada.
El firme progreso en una buena obra, la repetición frecuente de un servicio fiel, tiene más valor a la vista de Dios que la ejecución de una obra grandiosa, y gana una buena fama para sus hijos y da firmeza a sus esfuerzos. Los que son fieles y leales a sus deberes designados divinamente no son inestables sino que manifiestan firmeza en sus propósitos y avanzan cuando las circunstancias son desfavorables como cuando son favorables. En todo momento están preparados.--Carta 122, 1902.
Los métodos adecuados ganan almas--Cuando en nuestra obra por Dios decidimos seguir con energía los métodos correctos, el resultado será una cosecha de almas.--The Review and Herald, 28 de abril de 1904.
Peligro de idolatrar al pastor--El hecho de que se aplauda y se alabe a un pastor no constituye una evidencia de que haya hablado bajo la influencia del Espíritu. Ocurre con mucha frecuencia que personas recién convertidas, a menos que se las prevenga contra ello, dirigen sus afectos más hacia el pastor que hacia su Redentor. Sienten que han recibido un gran beneficio a causa de los esfuerzos realizados por el ministro. Imaginan que éste posee los dones y las gracias más exaltados, y que nadie más podría desempeñarse tan bien como él; por lo tanto atribuyen una importancia indebida al hombre y a su trabajo. Esta creencia los predispone a idolatrar al hombre y a depender de él más que de Dios; y al obrar de esta manera, no agradan a Dios ni crecen en gracia. Causa un gran daño al pastor, especialmente si éste es joven y si tiene condiciones para llegar a ser un obrero evangélico prometedor...
El ministro de Cristo que está empapado con el Espíritu y el amor de su Maestro trabajará de tal manera que el carácter de Dios y de su Hijo amado sean expresados en la forma más plena y más clara. Se esforzará por conseguir que sus oyentes adquieran conceptos coherentes del carácter de Dios, para que su gloria sea reconocida en el mundo.--Gospel Workers, 44, 45 (1892).
Convertidos al hombre antes que a Cristo--Hace cuatro años el pastor N llevó a cabo una serie de conferencias en----, y la gente acudió voluntariamente a escuchar. Si se hubieran trazado planes adecuados se habría ganado a muchas almas para la verdad. El Hno. N no trabajaba con un método adecuado, porque su propósito principal consistía en reunir una gran congregación por medio de una predicación fantasiosa que era muy diferente de la predicación de Juan, el precursor de Cristo. Muchos firmaron el pacto, pero cuando él se fue quedó demostrado que creían en N, que habían sido atraídos por el hombre y no por Cristo. Muchas de las personas que firmaron el compromiso no estaban convertidas, y cuando quedaron solas retiraron sus nombres.--Carta 79, 1893.
La iglesia del pastor Z--En su trabajo por los que han sido convertidos por sus esfuerzos, Ud. se sentiría muy complacido si ellos fueran llamados "la iglesia del pastor Z". Ud. quisiera manipular sus mentes en forma tal que ellos fuesen guiados por los sentimientos que Ud. elija. Pero Dios no quiere que esto ocurra. Al fijar las mentes en Ud. mismo, Ud. está desconectando a la gente de la fuente de su sabiduría y eficacia. La dependencia de ellos no debe estar en Ud. sino plenamente en Dios. Únicamente así ellos podrán crecer en la gracia. Dependen de Dios para tener éxito, utilidad y poder a fin de ser obreros juntamente con él.--Carta 39, 1902.
Son propiedad de Cristo, no nuestra--Recordemos siempre, hermano -----, que no importa cuán grande y cuán buena sea la obra que hace un agente humano, él no se hace propietario de aquellos que han sido convertidos a la verdad por su medio. Nadie ha de colocarse bajo el control de un pastor que ha sido el instrumento de su conversión. En nuestro ministerio, hemos de traer a las almas directamente a Cristo. Son la propiedad de Cristo, y deben ser siempre responsables sólo ante él. Toda persona posee una individualidad que ningún otro puede reclamar.--Carta 193, 1903.
Dios ha de recibir la gloria del éxito--Después que se ha dado la amonestación, después que la verdad ha sido presentada por medio de las Escrituras, muchas almas serán convencidas. Entonces se necesita mucho cuidado. El agente humano no puede hacer la obra del Espíritu Santo; hemos de ser únicamente canales por los cuales el Señor trabaja. Demasiado a menudo, si una medida de éxito corona el esfuerzo del obrero, se introduce un espíritu de suficiencia propia. Pero no debe haber exaltación del yo; nada debe atribuirse al yo; la obra es del Señor y su precioso nombre ha de recibir toda la gloria. Escóndase el yo en Jesús.--The Review and Herald, 14 de octubre de 1902.
El éxito pierde su lustre con la alabanza propia--Todo hombre que se alaba a sí mismo, empaña el lustre de sus mejores esfuerzos.--Testimonies for the Church 4:607 (1881).
Debe reconocerse plenamente la labor de los obreros asociados--Cada uno ha de efectuar su parte con fidelidad, y cada uno ha de reconocer el trabajo de su colaborador por la parte que realiza. No sea codiciosa vuestra conversación, ni os atribuyáis el crédito a vosotros mismos. Dios ha usado a muchos instrumentos en su obra. Lo que vosotros habéis hecho es solamente una parte de esa obra. Otros han trabajado diligentemente y con oración e inteligencia, y no deben ser pasados por alto. "He aquí que su salario viene con él, y su obra delante de su rostro". En el día del ajuste final de cuentas, Dios computará con justicia el valor de sus siervos, y recompensará a cada hombre de acuerdo con las obras que haya hecho. Dios ha tomado nota de la vida de los obreros abnegados, que se sacri fican a sí mismos y que han realizado la obra en los campos difíciles.
Estas son cosas que habéis de considerar. El Señor no se agrada de sus siervos cuando se adjudican el crédito a sí mismos. En nuestros años maduros, seamos justos, y no nos apropiemos de lo que pertenece a los demás. Se necesitaron años para realizar la obra que ha sido hecha, y un grupo tras otro de nobles obreros han hecho su parte en ella.--Carta 204, 1907.
Limitando a Dios con nuestra actitud--El Señor quiere hacer grandes cosas por los obreros, pero sus corazones no son humildes. Siendo esto así, si el Señor trabajase por medio de ellos, se ensalzarían a sí mismos, se llenarían de amor propio y desacreditarían a sus hermanos.--The Review and Herald, 12 de julio de 1887.
Por qué no hay éxito--La causa del comparativamente escaso éxito de la obra evangélica, a pesar de que ésta cuenta con recursos ilimitados, hay que buscarla en el orgullo de la sabiduría mundana y en la ambición mundana por ocupar el primer lugar. Nuestro Salvador manifestó gozo en su espíritu y dio gracias a Dios al considerar cómo el valor de la verdad, aunque está oculto a los sabios y los prudentes, es revelado a las criaturas--a los que comprenden su debilidad y sienten su dependencia de él.--Manuscrito 118, 1902.
La recompensa de la obra de salvar almas--Se dará una rica recompensa a los verdaderos obreros, que colocan todo lo que tienen en la obra. No existe una bendición mayor de este lado del cielo que la que se experimenta al ganar almas para Cristo. El gozo llena el corazón de los obreros que comprenden que este gran milagro nunca podría haberse obrado por medio de los agentes humanos, sino solamente por medio de Aquel que amó a las almas hasta la muerte. La presencia divina está muy cerca de todo verdadero obrero, induciendo a las almas al arrepentimiento. Así se forma la hermandad cristiana. El obrero y las personas por quienes él trabaja, son tocados por el amor de Cristo. El corazón toca el corazón, y la fusión de alma con alma es como la relación celestial entre los ángeles ministradores.--Manuscrito 36, 1901.