El Evangelismo

Capítulo 14

El instructor bíblico

La enseñanza de la Biblia es su objetivo

Necesidad de un reavivamiento en el estudio de la Biblia--Por todo el mundo se necesita un reavivamiento en el estudio de la Biblia. Ha de llamarse la atención, no a los asertos de los hombres, sino a la Palabra de Dios. Cuando esto se haga, se realizará una obra poderosa. Cuando Dios declaró que su Palabra no volvería a él vacía, quiso decir todo lo que dijo. El Evangelio ha de ser predicado a todas las naciones. La Biblia ha de ser abierta ante la gente. Un conocimiento de Dios es la más alta educación, y cubrirá la tierra con su maravillosa verdad, como las aguas cubren el mar.--Manuscrito 139, 1898.

La obra bíblica ha sido señalada por el Padre Celestial--Nuestra obra nos ha sido señalada por nuestro Padre Celestial. Hemos de tomar nuestra Biblia y salir para amonestar al mundo. Hemos de ser la mano ayudadora de Dios para salvar a las almas: canales por los cuales día tras día su amor pueda fluir a los que perecen.--Testimonies for the Church 9:150 (1909).

Un método nacido del cielo--El plan de celebrar estudios bíblicos es una idea de origen celestial. Muchos son los hombres y mujeres que pueden dedicarse a este ramo del trabajo misionero. Pueden desarrollarse así obreros que serán poderosos para Dios. Por este medio la Palabra de Dios ha sido dada a millares; y los obreros se han puesto en contacto personal con gente de todas las naciones y lenguas. La Biblia penetra en las familias, y sus verdades sagradas penetran en la conciencia. Se ruega a los hombres que lean, examinen y juzguen por sí mismos, y deben llevar la responsabilidad de recibir o rechazar la ilustración divina. Dios no permitirá que esta preciosa obra hecha para él quede sin recompensa. Coronará de éxito todo esfuerzo humilde hecho en su nombre.--Obreros Evangélicos, 200 (1915).

La obra bíblica es un método cabal--En toda ciudad donde se inicia la obra, ha de colocarse un sólido fundamento para una obra permanente. Han de seguirse los métodos del Señor. Efectuando trabajo de casa en casa, dando estudios bíblicos en el círculo de las familias, el obrero puede obtener acceso a muchas personas que están buscando la verdad. Por medio del estudio de las Escrituras, de la oración y el ejercicio de la fe, el obrero ha de enseñar a la gente el camino del Señor.--Testimonies for the Church 7:38 (1902).

En algunos lugares la obra bíblica es mejor que el esfuerzo público--Se me mostró en cierta oportunidad un lugar en el cual se había realizado un esfuerzo público en carpa. Se hicieron grandes preparativos, y los gastos fueron cuantiosos. Se trabajó lo suficiente como para despertar a toda la comunidad, y en un sentido ésta fue despertada; pero fue despertada para que la gente se precaviera de los peligrosos errores sostenidos por los que predicaban la verdad. Se dio la voz de alarma, y se repitieron vez tras vez falsedades. Se instó a la gente a no asistir, con gran resultado. Los obreros se vieron chasqueados en sus esfuerzos, porque solamente unos pocos asistieron para escuchar, y muy pocos decidieron obedecer la verdad.

Se me mostró ese mismo lugar en otra oportunidad. Vi a dos obreros bíblicos sentados en el círculo de una familia. Con la Biblia abierta ante ellos, presentaron al Señor Jesucristo como el Salvador que perdona el pecado. Sus palabras fueron habladas con frescura y poder. Se ofreció una fervorosa oración a Dios, y los corazones fueron enternecidos y subyugados por la influencia dominante del Espíritu de Dios. A medida que la Palabra de Dios era explicada, vi una luz suave y radiante que iluminaba las Escrituras y dije suavemente: "Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa".

Estos obreros no se jactaban, sino que eran humildes y contritos de corazón, dándose cuenta siempre de que el Espíritu Santo era su eficiencia. Bajo su influencia divina, la indiferencia se disipó, manifestándose un fervoroso interés. La preciosa luz fue comunicada de vecindario en vecindario. Altares familiares que habían estado derribados, se erigieron de nuevo, y muchos se convertían a la verdad.--Carta 95, 1896.

La explicación de la Palabra--Donde estamos nosotros, donde está la gente, hay que llevar a cabo un esfuerzo fervoroso. La Palabra de Dios ha estado, por así decirlo, oculta bajo un almud. Esa Palabra debe explicarse a los que ahora ignoran sus requerimientos. Escudriñad las Escrituras con los que están dispuestos a que se les enseñe. La obra puede ser pequeña en sus comienzos, pero otros se unirán para promoverla; y mientras se realice un esfuerzo ferviente, con fe y dependencia en Dios, para esclarecer e instruir a la gente en las sencillas verdades de la Palabra, los que escuchan captarán el significado del verdadero discipulado.--Carta 30, 1911.

Trabajen por las personas y sean consejeros sabios

Nuestro ejemplo afecta nuestro consejo--Cuando tratemos de aconsejar o amonestar a cualquier alma en cuya experiencia haya sobrevenido alguna crisis, nuestras palabras tendrán únicamente el peso de la influencia que nos hayan ganado nuestro propio ejemplo y espíritu. Debemos ser buenos antes que podamos obrar el bien. No podemos ejercer una influencia transformadora sobre otros hasta que nuestro propio corazón haya sido humillado, refinado y enternecido por la gracia de Cristo. Cuando se efectúe ese cambio en nosotros, nos resultará natural vivir para beneficiar a otros, así como es natural para el rosal producir sus flores fragantes o para la vid sus racimos morados.--El Discurso Maestro de Jesucristo, 108, 109 (1896).

El ministerio personal en el trabajo con la Biblia--Es necesario acercarse a la gente por medio del esfuerzo personal. Si se dedicara menos tiempo a sermonear y más al servicio personal, se conseguirían mayores resultados. Hay que aliviar a los pobres, atender a los enfermos, consolar a los afligidos y dolientes, instruir a los ignorantes y aconsejar a los inexpertos. Hemos de llorar con los que lloran y regocijarnos con los que se regocijan. Acompañada del poder de persuasión, del poder de la oración, y del poder del amor de Dios, esta obra no será ni puede ser infructuosa.--El Ministerio de Curación, 102 (1905).

Mujeres como mensajeras de misericordia--Necesitamos grandemente mujeres consagradas que, como mensajeras de misericordia, visiten a las madres y a los niños en sus hogares, y las ayuden en los deberes cotidianos de la casa, si hay necesidad, antes de comenzar a hablarles con respecto a la verdad para este tiempo. Encontraréis que por este método tendréis almas como resultado de vuestro ministerio.--The Review and Herald, 12 de julio de 1906.

Alcancemos los corazones interesándonos en los enfermos--Hermanos y hermanas, consagraos al servicio del Señor. No dejéis pasar ninguna ocasión favorable. Visitad a los enfermos y dolientes y manifestadles interés verdadero. Si es posible, haced algo para su mejoría. Así ganaréis sus corazones y podréis hablarles del Salvador.--Joyas de los Testimonios 3:302 (1909).

Sed un amigo para la familia--Las hermanas pueden hacer mucho para alcanzar el corazón y enternecerlo. Dondequiera que estéis, hermanas mías, trabajad con sencillez. Si estáis en un lugar donde hay niños, mostrad interés en ellos. Hacedles ver que los amáis. Si alguno está enfermo, ofreceos para darle tratamientos; ayudad a la madre que está cargada de preocupación y ansiosa de aliviar a su hijo que sufre.--The Review and Herald, 11 de noviembre de 1902.

Las personas se salvan como individuos, no en masa--La sal tiene que unirse con la materia a la cual se la añade; tiene que entrar e infiltrarse para preservar. Así, por el trato personal llega hasta los hombres el poder salvador del Evangelio. No se salvan en grupos, sino individualmente. La influencia personal es un poder. Tenemos que acercarnos a los que queremos beneficiar.--El Discurso Maestro de Jesucristo, 34 (1896).

Se necesitan mujeres como consejeras--Si alguna mujer, no importa quién sea, se confía a vuestra simpatía1, ¿ha de tomarla Ud. y animarla, y recibir cartas de ella y sentir una responsabilidad especial para ayudarla? Hermano mío, debe Ud. cambiar su conducta con respecto a tales asuntos, y presentar un ejemplo correcto ante los pastores que colaboran con Ud. Guarde su simpatía para los miembros de su propia familia, la cual necesita todo lo que pueda darles.

Cuando una mujer está en dificultad, lleve ella sus problemas a una mujer. Si esta mujer que ha recurrido a Ud. tiene causa de queja contra su esposo, debe llevar su problema a alguna otra mujer que pueda, si fuere necesario, hablar con Ud. con respecto a ello, sin ninguna apariencia de mal.

Ud. no parece darse cuenta de que su conducta en este asunto está ejerciendo una mala influencia. Sea cauteloso en sus palabras y en sus acciones.--Carta 164, 1902.

Una obra grandiosa en la que participa el cielo--La obra que Ud. realiza2 al ayudar a nuestras hermanas a sentir su responsabilidad individual hacia Dios es una obra buena y necesaria. Ha sido descuidada durante mucho tiempo. Pero cuando esta obra es expuesta en forma clara, sencilla y definida, podemos esperar que los deberes caseros, en lugar de ser descuidados, sean hechos en forma mucho más inteligente. El Señor desea que siempre destaquemos el valor de un alma humana ante los que no comprenden este valor.

Si pudiésemos tomar las disposiciones necesarias para contar con grupos organizados e instruidos cabalmente acerca de la parte que deberían desempeñar como siervos del Maestro, nuestras iglesias tendrían una vida y vitalidad que han necesitado desde hace mucho. Así se apreciaría la excelencia de las almas que Cristo ha salvado. Nuestras hermanas generalmente pasan un tiempo difícil con sus familias que aumentan y sus aflicciones que otros no comprenden. He anhelado durante mucho tiempo contar con mujeres que puedan ser educadas para que ayuden a nuestras hermanas a superar su desánimo y a sentir que pueden hacer algo para el Señor. Esto está llevando rayos de sol a sus propias vidas, los cuales se reflejan en los corazones de otros. Dios la bendecirá a Ud. y a todos los que se unan a Ud. en esta grandiosa obra.--Carta 54, 1899.

Busquen a los perdidos

Hay que llevar la Biblia a todas las puertas--La Biblia no está encadenada. Se la puede llevar a la puerta de todo hombre y sus verdades pueden ser presentadas a la conciencia de todo ser humano. Hay muchos que, como los nobles bereanos, escudriñan las Escrituras diariamente por sí mismos, cuando les es presentada la verdad, para ver si estas cosas son así. Cristo ha dicho: "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí". Juan 5:39. Jesús, el Redentor del mundo, manda a los hombres no sólo que lean, sino que escudriñen las Escrituras. Esta es una obra grande e importante, y nos está encomendada a nosotros y al hacerla seremos grandemente beneficiados; porque la obediencia al mandato de Cristo no queda sin recompensa. El coronará con señales especiales de su favor este acto de lealtad que consiste en seguir la luz revelada en su Palabra.--Consejos sobre la Obra de la Escuela Sabática, 92, 93 (1889).

Muchos esperan ser incorporados--En todo el mundo, hay hombres y mujeres que miran fijamente al cielo. Oraciones, lágrimas e interrogaciones brotan de las almas anhelosas de luz en súplica de gracia y de la recepción del Espíritu Santo. Muchos están en el umbral del reino esperando únicamente ser incorporados en él.--Los Hechos de los Apóstoles, 89 (1911).

Buscando a los perdidos--Esta obra debe ser una obra decidida. Las ovejas perdidas están en toda la comarca donde Ud. se encuentra. Ud. debe buscar y salvar a los que están perdidos. Estos no saben cómo recuperarse por sí mismos.--Carta 189, 1899.

Encontrando oportunidades para el estudio--En cada ciudad a la que se llega hay que colocar un fundamento firme para establecer la obra en forma permanente. Hay que seguir los métodos del Señor. Mediante el trabajo de casa en casa, leyendo la Biblia a las familias, el obrero puede tener acceso a muchos que buscan la verdad. Abriendo las Escrituras, mediante la oración, ejerciendo fe, hay que enseñar a la gente el camino del Señor.--Testimonies for the Church 7:38 (1902).

Buscando a las almas sinceras--Debo hacer lo mejor posible por dar a nuestro pueblo el mensaje de que el Señor tiene almas sinceras en nuestras ciudades, y que éstas deben ser buscadas. Al Señor no le agrada la exhibición que hemos hecho. Todavía hay muchas ciudades que prácticamente no han sido tocadas. Los que emprendan la tarea de amonestar a los habitantes de nuestras grandes ciudades, obtendrán una preparación en la ganancia de almas para Cristo... ¿Cómo se convertirán a menos que se les exponga la verdad en forma diligente, línea sobre línea y precepto sobre precepto?... Los obreros no pueden pasar su tiempo recorriendo una vez tras otra el terreno entre las iglesias que ya están confirmadas en la verdad, mientras en todas partes hay muchos que nunca han recibido una explicación de la verdad.--Carta 8, 1909.

Los obreros serán guiados a los hogares de los interesados--Luz, luz de la Palabra de Dios: esto es lo que la gente necesita. Si los maestros de la Palabra están dispuestos, el Señor los guiará a una relación más estrecha con la gente. Los guiará a los hogares de los que necesitan y desean la verdad; y cuando los siervos de Dios se dediquen a la tarea de buscar a las ovejas perdidas, sus facultades espirituales serán despertadas y puestas en actividad.--The Review and Herald, 29 de diciembre de 1904.

Con una fuerza diez veces mayor--Si se dedicara la mitad del tiempo que ahora se ocupa en la predicación a las visitas de casa en casa, se verían resultados favorables. Se realizaría mucho bien, porque los obreros podrían acercarse más a la gente. El tiempo empleado en tranquilas visitas a las familias, y mientras se habla a Dios en oración, se lo alaba con himnos, y se explica su Palabra, con frecuencia hará más bien que una serie de reuniones públicas. Muchas veces las mentes son impresionadas diez veces más mediante los llamamientos personales que por cualquier otra clase de trabajo. La familia a quien se visita en esta forma recibe un testimonio personal. Los miembros que realizan esas visitas no se encuentran en una reunión promiscua en la que no puedan explicar a su prójimo las verdades que escuchan. Se les habla fervorosamente y con bondadosa solicitud. Se les permite expresar libremente sus objeciones, y cada una de ellas puede contrarrestarse con un "así dice Jehová". Si esta obra es hecha con humildad por aquellos cuyos corazones están imbuidos con el amor de Dios, se cumplirán estas palabras: "La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples". Salmos 119:130.--Carta 95, 1896.

Algunas personas parecen inabordables--Los que trabajan para Dios encontrarán que algunas personas son inabordables. Parecen ofenderse porque se invade la intimidad de su fe y devoción, y no consideran con bondad a los colaboradores de Dios. Estos obreros deben apartar su vista del yo para fijarla en Jesús y dar cuidadosa atención a las instrucciones que se encuentran en su Palabra.--Carta 5, 1896.

Las mujeres en la evangelización

En este tiempo de crisis--El Señor tiene una obra para las mujeres así como para los hombres. Ellas pueden ocupar sus lugares en la obra del Señor en esta crisis, y él puede obrar por su medio. Si están imbuidas del sentido de su deber, y trabajan bajo la influencia del Espíritu Santo, tendrán justamente el dominio propio que se necesita para este tiempo. El Salvador reflejará, sobre estas mujeres abnegadas, la luz de su rostro, y les dará un poder que exceda al de los hombres. Ellas pueden hacer en el seno de las familias una obra que los hombres no pueden realizar, una obra que alcanza hasta la vida íntima. Pueden llegar cerca de los corazones de las personas a quienes los hombres no pueden alcanzar. Se necesita su trabajo.--The Review and Herald, 26 de agosto de 1902.

Mujeres que lleven la obra en el corazón--Las mujeres que tienen la obra en el corazón, pueden realizar una tarea en los distritos en que residen. Cristo habla de las mujeres que lo ayudaron a presentar la verdad a los demás, y Pablo habla también de mujeres que trabajaron con él en el Evangelio. Pero cuán limitada es la obra hecha por las que podrían hacer un gran trabajo si quisieran.--Carta 31, 1894.

Cuando mujeres creyentes sienten preocupación por las almas--He pensado que con su experiencia, bajo la supervisión de Dios, Ud. podría ejercer su influencia para poner en acción formas de trabajo donde las mujeres puedan unirse juntamente para laborar con el Señor. Ciertamente debería haber un gran número de mujeres dedicadas a ministrar a la humanidad doliente, a elevarla y educarla para que crean--nada más que para que crean--en Jesucristo nuestro Salvador. Y a medida que las almas se den al Señor Jesús, y se entreguen completamente, comprenderán la doctrina...

Me siento apenada porque nuestras hermanas de los Estados Unidos no están haciendo más de lo que podrían hacer por el Señor Jesús. Si esperan en Cristo, recibirán valor, fuerza y fe para realizar la obra. A muchas mujeres les gusta hablar. ¿Por qué no podrían hablar las palabras de Cristo a las almas que perecen? Cuanto más estrechamente nos relacionamos con Cristo, tanto más aprende el corazón la condición desesperada de las almas que no conocen a Dios, y que no sienten la deshonra que están infligiendo a Cristo quien las ha comprado por precio.

Cuando las mujeres creyentes sientan preocupación por las almas y por los pecados de los demás, estarán trabajando en la forma como Cristo lo hizo. No considerarán demasiado grande ningún sacrificio que deban realizar para ganar almas para Cristo. Y todos los que sienten este amor por las almas, son nacidos de Dios; están preparados para seguir en sus pisadas, y sus palabras y voz serán talentos empleados al servicio del Maestro; el nutrimento mismo que fluye de la cepa madre hacia sus propias almas refluirá en forma evidente por los conductos del amor hacia las almas que se están marchitando y secando.

En esta obra hay una fuente de educación constante. El deseo de llegar a ser una bendición para los demás pone de manifiesto la debilidad y la ineficacia del obrero. Este lleva el alma hacia Dios en oración, y el Señor Jesús proporciona luz y su Espíritu Santo, y así se llega a comprender que es Cristo el que quebranta y derrite los corazones duros.--Carta 133, 1898.

Se las necesita en varios ramos de la obra--En las variadas ramas de la causa de Dios hay un amplio campo en el cual nuestras hermanas pueden rendir un buen servicio para el Maestro. Muchos ramos de trabajo misionero son descuidados. En las diferentes iglesias, mucho trabajo que se deja sin hacer, o que se hace imperfectamente, podría realizarse bien con la ayuda de nuestras hermanas, si son debidamente instruidas. Por medio de los diversos ramos del esfuerzo misionero local, ellas pueden alcanzar una clase de personas a las cuales no llegan nuestros pastores. Entre las nobles mujeres que tuvieron el valor moral de decidirse en favor de la verdad para este tiempo, se encuentran muchas que tienen tacto, percepción y habilidad, y que pueden llegar a ser obreras de éxito. Se necesitan las labores de tales mujeres cristianas.--The Review and Herald, 10 de diciembre de 1914.

La parte de las mujeres en la evangelización--En las diversas ramas de la obra misionera local, la mujer modesta e inteligente puede usar sus facultades hasta su más alta posibilidad. ¿Quién puede tener un amor tan profundo por las almas de los hombres y mujeres por los cuales Cristo murió, como aquellos que son participantes de su gracia? ¿Quién puede representar la verdad y el ejemplo de Cristo mejor que las mujeres cristianas que están practicando ellas mismas la verdad?--The Review and Herald, 10 de diciembre de 1914.

Como consejera, compañera y colaboradora--La mujer, si aprovecha sabiamente su tiempo y sus facultades, confiando en Dios para obtener sabiduría y fuerza, puede estar en un pie de igualdad con su esposo como consejera, compañera y colaboradora, y sin embargo, no perder su gracia o modestia femenina. Puede elevar su propio carácter, y a medida que lo hace, va elevando y ennobleciendo el carácter de su familia, y ejerciendo una poderosa aunque inconsciente influencia sobre los que la rodean. ¿Por qué no habrían las mujeres de cultivar el intelecto? ¿Por qué no habrían de responder al propósito de Dios para su vida? ¿Por qué no podrían ellas darse cuenta de sus propias facultades, conscientes de estos poderes que les son dados por Dios, luchar para hacer uso de ellos en la medida máxima para servir a los demás, para hacer progresar la obra de reforma, de verdad y de verdadero bien al mundo? Satanás sabe que las mujeres tienen un poder de influencia para el bien o para el mal; por lo tanto él trata de alistarlas en su causa (Good Health, junio, 1880).

El poder de una vida consecuente--Las esposas, las madres y las obreras jóvenes tienen una misión admirable. Si así lo desean, pueden ejercer a su alrededor una influencia para el bien. Pueden dar testimonio en favor de la sencillez de la verdad siendo modestas en el vestir y comportándose discretamente. Así pueden hacer brillar su luz delante de todos para que otros puedan ver sus buenas obras y glorificar a su Padre que está en los cielos. Una mujer verdaderamente convertida ejercerá una poderosa influencia transformadora en favor del bien. Puede ayudar a su esposo en su trabajo y al mismo tiempo estimularlo y ser una bendición para él. Cuando la voluntad y la conducta se sujetan al Espíritu de Dios, no hay límite para el bien que puede realizarse.--Manuscrito 91, 1908.

Deben aprender a llevar la carga--Nuestras hermanas, las jóvenes, las de edad madura y las ancianas, pueden desempeñar una parte en la terminación de la obra para este tiempo; y al hacerlo a medida que tienen oportunidad obtendrán una experiencia del valor más alto. Al olvidarse del yo crecerán en la gracia. Al ejercitar la mente en esta dirección, aprenderán cómo llevar cargas para Jesús.--The Review and Herald, 2 de enero de 1879.

Los que trabajan en el hogar--Los que emplean a hombres o mujeres para que les ayuden en el trabajo de la casa debieran pagarles un sueldo justo. Y al mismo tiempo debieran manifestarles un justo aprecio. No permitáis que piensen que su fidelidad en el servicio no es apreciada. Su trabajo es tan esencial como la obra de los que dan estudios bíblicos, y debieran recibir palabras de aprecio. Con frecuencia anhelan recibir compasión y simpatía, y por lo tanto no debiera privárselos de estos afectos, porque los merecen.

Las personas que cocinan y llevan a cabo las demás tareas en el hogar están tan dedicadas al servicio de Dios como las que se dedican a la obra bíblica. Y tienen más nece cidad de simpatía y compasión, porque en los ramos espirituales de la obra el espíritu se mantiene contento, animoso y confortado. Y recordad que todos somos siervos. La persona que lleva a cabo las tareas de vuestra casa no es menos estimada por el Señor que aquella cuya tarea consiste en dar estudios bíblicos.--Manuscrito 128, 1905.

Se llama a hombres y mujeres a la obra bíblica

Combinad los talentos para efectuar una obra decisiva--Cuando ha de realizarse una obra grande y decisiva, Dios escoge a hombres y mujeres para hacer su obra, y esta obra sentirá la pérdida si los talentos de ambas clases no son combinados.--Carta 77, 1898.

Tanto las mujeres como los hombres pueden dedicarse a la tarea de introducir la verdad donde puede tener éxito y ser puesta de manifiesto.--Testimonies for the Church 9:128 (1909).

Algunas mujeres se adaptan a la obra bíblica--Hay mujeres que se adaptan especialmente a la obra de dar estudios bíblicos, y tienen mucho éxito al presentar a los demás la Palabra de Dios en su sencillez. Llegan a ser una gran bendición para alcanzar a las madres y a sus hijas. Es ésta una obra sagrada, y las que se ocupan en ella debieran recibir aliento.--Carta 108, 1910.

Se llama a la obra a mujeres de color--Ultimamente, a medida que se me han mostrado las urgentes necesidades de este campo, he podido dormir muy poco. Hay que llevar a cabo obra médica entre este pueblo [la gente de color], y hay que prepararlos en enfermería, en el arte de cocinar y en otros importantes ramos de trabajo. Entre ellos hay quienes debieran ser preparados para trabajar como maestros, obreros bíblicos y colportores.--Carta 221, 1904.

Hombres de color preparados--Hay que preparar y educar cuidadosamente a hombres de color para que den estudios bíblicos y lleven a cabo series de conferencias en carpas en su propio pueblo. Hay muchos que son capaces y que debieran ser preparados para esta obra.--Testimonies for the Church 9:207 (1909).

Estudios bíblicos por hombres de comprensión espiritual--Los corazones se han impresionado y las almas se han convertido cuando Ud. ha presentado las grandiosas verdades que son las piedras de toque de la Biblia, las verdades de la gracia de Cristo. En su trabajo debiera tener la ayuda de hombres de comprensión espiritual para que colaboren con Ud., para que durante el día den estudios bíblicos a los nuevos conversos y les enseñen a someterse al poder del Espíritu Santo, a fin de que esas almas sean plena y firmemente establecidas en la verdad. Necesitan instrucción personal con respecto a muchos asuntos.--Carta 376, 1906.

Preparad a hombres y mujeres para la obra bíblica--El pastor Haskell y su esposa estaban dirigiendo estudios bíblicos por las mañanas, y por las tardes los obreros en preparación salían a hacer visitas de casa en casa. Estas visitas misioneras, y la venta de muchos libros y periódicos, abrieron el camino para la realización de estudios bíblicos. Cerca de cuarenta hombres y mujeres asistían a las clases de la mañana, y un buen número de estos estudiantes se ocupaba en la obra de la tarde.--The Review and Herald, 29 de noviembre de 1906.

El visitador evangélico

Tanto instructores como visitadores bíblicos--Hay algunas personas con cierta experiencia que debieran, en ocasión de todo esfuerzo público que realizan en las iglesias moribundas, así como en nuevos lugares, seleccionar a hombres y mujeres de edad madura para ayudarlos en la obra. Así obtendrán conocimiento, interesándolos en el esfuerzo personal, y veintenas de ayudantes se están preparando como instructores bíblicos, colportores y visitadores de las familias.--Carta 34, 1886.

Se llama a los jóvenes como visitadores evangélicos--Hay muchas actividades en las cuales los jóvenes pueden hallar oportunidad de hacer esfuerzos útiles. Hay que organizarlos y educarlos cabalmente en grupos para que trabajen como enfermeros, visitadores evangélicos, obreros bíblicos, colportores, ministros y evangelistas misioneros médicos.--Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 532 (1913).

Mujeres que pueden hacer visitas--Las mujeres pueden realizar una buena obra para Dios si primeramente aprenden la preciosa e importante lección de la mansedumbre en la escuela de Cristo. Podrán beneficiar a la humanidad presentando a la gente la plena suficiencia de Jesús...

Muchas personas a quienes se les ha confiado algún humilde ramo de trabajo que hacer por el Maestro, pronto llegan a estar insatisfechas y piensan que deben ser maestros y directores. Quieren abandonar su humilde ministerio, que es tan importante en su lugar como las responsabilidades mayores. Los que han sido destinados para realizar visitas, pronto llegan a pensar que algún otro puede hacer esta obra, que algún otro puede hablar palabras de simpatía y ánimo, e inducir a los hombres de una manera humilde y silenciosa a una comprensión correcta de las Escrituras. Pero se trata de una obra que exige mucha gracia, mucha paciencia y un acervo siempre creciente de sabiduría...

Ninguna obra que se realice por el Maestro puede considerarse inferior y de menor cuantía... Si se efectúa con alegría, humildemente y con la mansedumbre de Cristo, resultará para la gloria de Dios.--Carta 88, 1895.

Las mujeres en el ministerio público

La eficacia de la obra de las mujeres--Las mujeres pueden ser instrumentos de justicia, que presten un santo servicio. Fue María la que predicó primero acerca de un Jesús resucitado... Si hubiera veinte mujeres donde ahora hay una, que hicieran de esta santa misión su obra predilecta, veríamos a muchas más personas convertidas a la verdad. La influencia refinadora y suavizadora de las mujeres cristianas se necesita en la gran obra de predicar la verdad.--The Review and Herald, 2 de enero de 1879.

Los esposos unidos en la obra--Hay mujeres que debieran trabajar en el ministerio evangélico. En muchos sentidos harían mayor bien que los ministros que no visitan como deben la grey de Dios.--Manuscrito 43a, 1898.

Se necesita sabiduría para elegir a los maestros del Evangelio--Hay que elegir para la obra a hombres sabios y consagrados que puedan realizar un buen trabajo en la tarea de alcanzar a las almas. También debiera elegirse a mujeres que puedan presentar la verdad en forma clara, inteligente y directa. Necesitamos obreros que comprendan la necesidad de que en los corazones se realice una obra de la gracia más profunda; a los tales habría que animarlos a dedicarse a un fervoroso esfuerzo misionero. Hace mucho que existe la necesidad de más obreros de esta clase. Podemos orar fervorosamente: "Señor, ayúdanos a ayudarnos unos a otros". El yo debe sepultarse en Cristo, y debemos ser bautizados con el Espíritu Santo de Dios. Entonces se revelará en nuestra manera de hablar, en nuestro espíritu y en nuestra manera de trabajar el hecho de que el Espíritu de Dios nos está guiando.

Como obreros necesitamos a hombres y mujeres que comprendan las razones de nuestra fe y comprendan cuál es la obra que debe llevarse a cabo para comunicar la verdad, y que rehúsen hablar palabras que debiliten la confianza de cualquier alma en la Palabra de Dios o que destruyan el compañerismo que debiera existir entre los que tienen la misma fe.--Carta 54, 1909.

Una instructora bíblica se dirige a la congregación--Cada semana relata su historia; un alma o dos almas reciben la verdad, y el cambio maravilloso en los rasgos de su vida y en su carácter es tan evidente para sus vecinos, que la convicción producida por la misma vida de sus vecinos guía a otros a la verdad; y actualmente están investigando las Escrituras con diligencia...

Las hermanas R y W están haciendo una obra tan eficaz como la de los pastores; y en algunas reuniones, cuando todos los pastores han tenido que salir, la hermana W toma la Biblia y se dirige a la congregación.--Carta 169, 1900.

Una hermana habla a la congregación--Creemos que la organización es necesaria en la iglesia, pero no en algo que prescriba con toda precisión la forma en la que debemos trabajar, porque todas las mentes no son alcanzadas por los mismos métodos...

Cada uno tiene su propia lámpara que mantener encendida. Mucho más luz brilla de esa lámpara en la senda del descarriado que la que podría dar toda una procesión de antorchas dispuestas para un desfile y espectáculo público. ¡Oh, que obra podría realizarse si no nos esforzáramos más allá de lo que podemos hacer!

Enseñe esto, hermano mío. Hay muchos caminos que se abren delante de Ud. Hable a la congregación cuando quiera que pueda hacerlo; utilice toda la influencia que pueda ejercer en su asociación con los demás para introducir la levadura en la masa. Cada hombre y cada mujer tiene una obra que hacer para el maestro. La consagración personal y la santificación a Dios se llevará a cabo mediante los métodos más sencillos, antes que por medio de la exhibición más imponente.--The Review and Herald, 9 de mayo de 1899.

Clases bíblicas dirigidas por mujeres en los congresos--Nuestros congresos han de ser dirigidos de tal manera que sean escuelas para la educación de los obreros. Necesitamos tener una mejor comprensión de la división del trabajo, y educar a todos para que sepan cómo realizar cada parte de la obra con éxito. Dense cortos discursos, y entonces realícense clases bíblicas. Esté seguro el orador de fijar la verdad en las mentes. Las mujeres inteligentes, si son verdaderamente convertidas, pueden realizar una parte en esta obra de dar clases bíblicas. Hay un amplio campo de servicio para las mujeres, así como para los hombres.--Carta 84, 1910.

La preparación y la base cultural

El valor de obreros bien preparados--Dios pide obreros; pero él necesita a las personas que estén dispuestas a someterle su voluntad, y que enseñarán la verdad como es en Jesús. Un obrero que ha sido preparado y educado para la obra, que es dirigido por el Espíritu de Cristo, realizará mucho más que diez obreros que salen con un conocimiento deficiente y con una fe débil. El que trabaja en armonía con el consejo de Dios, y en unidad con los hermanos, será más eficiente para hacer bien que diez personas que no se percaten de la necesidad de depender de Dios y de actuar en armonía con el plan general de la obra.--The Review and Herald, 29 de mayo de 1888.

Instructores bíblicos egresados de nuestras escuelas--En toda escuela que Dios ha establecido habrá, como nunca antes, demanda de instrucción bíblica. Nuestros estudiantes han de ser educados a fin de ser instructores bíblicos, y los maestros de Biblia pueden realizar una obra realmente maravillosa, si ellos mismos aprenden del gran Maestro.

La Palabra de Dios es verdadera filosofía, verdadera ciencia. Las opiniones humanas y la predicación sensacionalista valen muy poco. Los que están imbuidos de la Palabra de Dios pueden enseñarla de la misma manera sencilla en la cual Cristo la enseñó. Demasiado depende de la enseñanza de las Escrituras para aquellos que están en tinieblas, para que usemos una palabra que no pueda ser entendida fácilmente...

Hay necesidad de obreros que se acerquen a los no creyentes, sin esperar a que estos últimos se acerquen a ellos, obreros que busquen a la oveja perdida, que hagan obra personal, que den una instrucción clara y definida.

Debe ser el blanco de nuestras escuelas proporcionar la mejor instrucción y preparación para los obreros bíblicos. Nuestras asociaciones deben tratar de que nuestras escuelas estén provistas de maestros que sean cuidadosos y que tengan una profunda experiencia cristiana. El mejor talento ministerial debiera ser llevado a los colegios.--Manuscrito 139, 1898.

Una educación amplia que incluya la obra bíblica--El Señor quiere que el colegio sea también un lugar donde se obtenga preparación en los trabajos femeninos: arte culinario, tareas domésticas, corte y confección de vestidos, teneduría de libros, lectura correcta y pronunciación. Las alumnas deben estar en condiciones de ocupar cualquier puesto que se les ofrezca: directoras, maestras de escuela sabática, obreras bíblicas. Deben prepararse para enseñar en las escuelas para niños.--Carta 3, 1898.

Deben ser obreros experimentados: no simples muchachos y niñas--El trabajo ministerial no puede ni debe ser confiado a muchachos, ni tampoco el trabajo de dar estudios bíblicos ser confiado, a niñas no experimentadas, que ofrecen sus servicios y están dispuestas a asumir posiciones de responsabilidad, pero que carecen de experiencia religiosa, y que no tienen una educación y una preparación cabales. Deben ser probados para ver si soportan la prueba; y a menos que hayan desarrollado un principio firme y concienzudo para ser todo lo que Dios quisiera que fueran, no representarán correctamente nuestra causa y nuestra obra para este tiempo solemne.

Nuestras hermanas encargadas de esta obra en toda misión, deben tener una profundidad de experiencia obtenida de los más experimentados y que comprenden las maneras y formas de trabajar. Las actividades misioneras resultan constantemente perjudicadas por la carencia de obreros que tengan la debida clase de mentalidad, y la devoción y piedad que representen correctamente nuestra fe.--Christian Education, 45, 46 (1894).

La obra exige inteligencia--Los jóvenes no deben asumir la obra de explicar las Escrituras y dar conferencias sobre las profecías, cuando no tienen un conocimiento de las importantes verdades bíblicas que tratan de explicar a los demás. Pueden ser deficientes en los ramos comunes de la educación, y por lo tanto dejar de hacer la cantidad de bien que podrían hacer si hubieran tenido las ventajas de una buena escuela. La ignorancia no aumentará la humildad o la espiritualidad de ningún profeso seguidor de Cristo. Las verdades de la Palabra divina pueden ser apreciadas mejor por un cristiano intelectual. Cristo puede ser glorificado mejor por aquellos que lo sirven con inteligencia. El gran propósito de la educación es habilitarnos para usar las facultades que Dios nos ha dado, de una manera tal que represente mejor la religión de la Biblia y promueva la gloria de Dios.--Testimonies for the Church 3:160 (1872).

Obreros cabalmente preparados--Se representa al tercer ángel volando por en medio del cielo, lo cual muestra que el mensaje ha de surcar la anchura y la longitud de la tierra. Es el mensaje más solemne que jamás fuera dado a los mortales, y todos los que se relacionan con la obra deben, en primer lugar, sentir su necesidad de una educación, y de un proceso de preparación bien completo para la obra, con referencia a su futura utilidad; y debe haber planes hechos y esfuerzos realizados para el progreso de esa clase de personas que esperan relacionarse con alguno de los ramos de la obra.--The Review and Herald, 21 de junio de 1887.

El maestro debe conocer los verdaderos principios de la verdad--Aseguraos de que conocéis realmente los principios de la verdad; y luego, al tratar con opositores, no lo haréis en vuestra propia fuerza; un ángel de Dios estará a vuestro lado, para ayudaros a contestar toda pregunta hecha. Día tras día, habéis de estar encerrados, por así decirlo, con Jesús; y entonces vuestras palabras y vuestro ejemplo tendrán una fuerte influencia para el bien.--Obreros Evangélicos, 111 (1915).

Urge tener más instructores bíblicos preparados--Quisiera crear un fondo para costear el sueldo de esas mujeres devotas que son los obreros más útiles para dar estudios bíblicos. También me siento inducida a decir que debemos educar a más obreros para dar estudios bíblicos.--Carta 83, 1899.

Los requisitos de los instructores bíblicos

El calibre de las mujeres para la obra de Dios--Se necesitan mujeres de principios firmes y de carácter decidido, mujeres que crean que en realidad vivimos en los últimos días, y que tenemos el último solemne mensaje de amonestación que debe ser dado al mundo. Deben sentir que están ocupadas en una obra importante, en el esparcimiento de los rayos de luz que el cielo ha hecho brillar sobre ellas. Nada disuadirá a esta clase de personas de su deber. Nada las desanimará en la obra. Tienen fe para trabajar para el tiempo y para la eternidad. Temen a Dios y no serán desviadas de la obra por la tentación de posiciones lucrativas y perspectivas atrayentes. El sábado del cuarto mandamiento es guardado en forma sagrada por ellas, porque Dios ha colocado su santidad sobre él y les ha ordenado observarlo. Preservarán su integridad a toda costa... Son ellas las personas que representarán correctamente nuestra fe, cuyas palabras serán habladas con propiedad, como manzanas de oro con figuras de plata... Hermanas, Dios os llama a trabajar en el campo de la mies y ayudar a reunir las gavillas.--The Review and Herald, 19 de diciembre de 1878.

Energías frescas y no estropeadas--A fin de que la obra pueda avanzar en todos los ramos, Dios pide vigor, celo y valor juveniles. El ha escogido a los jóvenes para que ayuden en el progreso de su causa. Para hacer planes con mente clara y ejecutarlos con mano valerosa, se requiere energía fresca y no estropeada. Los jóvenes están invitados a dar a Dios la fuerza de su juventud, para que por el ejercicio de sus poderes, por reflexión aguda y acción vigorosa, le tributen gloria, e impartan salvación a sus semejantes.--Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 413 (1913).

Se necesitan jóvenes que no sean arrastrados por las circunstancias, que anden con Dios, oren mucho, y hagan esfuerzos fervientes para obtener toda la luz que puedan.--Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 415 (1915).

Mujeres que perseveran--Todas las que trabajan para Dios deben reunir los atributos de Marta y los de María: una disposición a servir y un sincero amor a la verdad. El yo y el egoísmo deben ser eliminados de la vida. Dios pide obreras fervientes, que sean prudentes, cordiales, tiernas y fieles a los buenos principios. Llama a mujeres perseverantes, que aparten su atención del yo y la conveniencia personal, y la concentren en Cristo, hablando palabras de verdad, orando con las personas a las cuales tienen acceso, trabajando por la conversión de las almas.--Joyas de los Testimonios 2:405 (1900).

Mujeres capaces de tomar decisiones--Hay mujeres nobles que han tenido el valor moral de tomar decisiones en favor de la verdad guiándose por el peso de las evidencias. Han aceptado concienzudamente la verdad. Poseen tacto, percepción y buena habilidad, y podrían ser obreras de éxito para su Maestro. Se necesitan mujeres cristianas.--The Review and Herald, 19 de diciembre de 1878.

La fuerza del carácter y el poder de la influencia--Algunos de los que se ocupan en el servicio misionero son débiles, sin nervios ni espíritu, y se desalientan por cualquier cosa. Carecen de impulso y de los rasgos positivos de carácter que dan fuerza para hacer algo; les falta el espíritu y la energía que encienden el entusiasmo. Los que anhelen éxito deben ser animosos y optimistas. Deben cultivar no sólo las virtudes pasivas, sino también las activas. Han de dar la blanda respuesta que aplaca la ira, pero también han de tener valor heroico para resistir al mal. Con la caridad que todo lo soporta, necesitan la fuerza de carácter que hará de su influencia un poder positivo.--El Ministerio de Curación, 397 (1905).

Id al fondo de cada tema--Si sois llamados a ser maestros en cualquier ramo de la obra de Dios, sois también llamados a aprender en la escuela de Cristo. Si asumís la sagrada responsabilidad de enseñar a otros, aceptáis el deber de ir al fondo de cada tema que tratáis de enseñar.--Consejos sobre la Obra de la Escuela Sabática, 33 (1892).

Valor, fuerza, energía, perseverancia--La vida cristiana es más de lo que muchos se la representan. No consiste toda ella en dulzura, paciencia, mansedumbre y benevolencia. Estas virtudes son esenciales; pero también se necesita valor, fuerza, energía y perseverancia. La senda que Cristo señala es estrecha y requiere abnegación. Para internarse en ella e ir al encuentro de dificultades y desalientos, se requieren hombres y no seres débiles...

Algunos no tienen firmeza de carácter. Sus planes y propósitos carecen de forma definida y de consistencia. De poco sirven en el mundo. Esta flaqueza, indecisión e ineficacia deben vencerse. Hay en el verdadero carácter cristiano algo indómito que no pueden sojuzgar las circunstancias adversas. Debemos tener enjundia moral, una rectitud inaccesible al temor, al soborno y a la adulación.--El Ministerio de Curación, 397, 398 (1905).

Vigilancia y precisión--La causa de Dios exige hombres que puedan ver rápidamente y actuar en forma instantánea en el debido momento y con poder. Si esperáis medir cada dificultad y pesar cada perplejidad a la cual hacéis frente, haréis muy poco. Tendréis obstáculos y dificultades a cada paso, y debéis con firme propósito decidir vencerlos o de lo contrario os vencerán.--Testimonies for the Church 3:497 (1875).

Método y rapidez en toda obra--Vuestra habitación puede contener muchos pequeños adornos colocados allí para provocar admiración; pero si tenéis en cuenta la gloria de Dios, haríais bien en retirar esos pequeños ídolos. Al sacarlos, quitarles el polvo y volverlos a colocar en su lugar, se pierden muchos momentos preciosos que deberían emplearse en un trabajo útil. Pero si no quitáis esas chucherías, entonces hay otra lección que debéis aprender. Debéis ser expeditivos. No toméis soñadoramente cada adorno, manteniéndolo en la mano como si os resistierais a devolverlo a su lugar. Los que son lentos en sus movimientos tienen el deber de mejorar en este sentido. El Señor ha dicho: "En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor". Romanos 11:12.

En la tarea de preparar las comidas, haced vuestros cálculos y asignaos todo el tiempo que la experiencia os indique que necesitaréis para cocinar debidamente el alimento y para colocarlo sobre la mesa en el momento debido. Pero es mejor estar listos cinco minutos antes que cinco minutos después. La tarea de lavar los platos también debe realizarse rápidamente y sin embargo con mucho cuidado y escrupulosidad. Los hábitos de lentitud y dilación alargan innecesariamente un trabajo cuya realización no debería demorar tanto. Pero si queréis, podéis vencer el hábito de ser meticulosos y lentos. El ejercicio de la fuerza de voluntad hará que las manos se muevan hábilmente.--The Youth's Instructor, 28 de enero de 1897.

Técnica de la obra bíblica

Estudios bíblicos sencillos y llenos de vida--Debemos levantarnos y cooperar con Cristo... Obedeced la comisión evangélica: Id por los caminos y por los vallados. Visitad tantos lugares como os sea posible. Dirigid estudios bíblicos sencillos y llenos de vida, que tengan una correcta influencia sobre las mentes.--Manuscrito 53, 1910.

Un mensaje que alarme a la gente para que estudie--El mensaje decisivo para este tiempo ha de ser presentado tan sencilla y decididamente que alarme a los oyentes y los induzca a desear el estudio de las Escrituras.--Testimonies for the Church 9:109 (1909).

Enseñad a la gente a acercarse a la Biblia con el espíritu del que aprende--Debería enseñarse al estudiante de la Biblia a acercarse a ella con el espíritu de un discípulo. Debemos escudriñar sus páginas, no en busca de pruebas que apoyen nuestras opiniones, sino para saber lo que Dios dice.--La Educación, 183 (1903).

Todo estudio bíblico debería tener un plan distintamente trazado--Todo maestro debería cuidar que su trabajo tienda a resultados definidos. Antes de intentar enseñar a una persona, debería tener en su mente un plan distintamente trazado y saber qué es lo que se propone llevar a cabo. No debería descansar satisfecho con la presentación de ningún tema hasta que el alumno comprenda el principio que encierra, perciba su verdad, y pueda expresar claramente lo que ha aprendido.--La Educación, 229 (1903).

Sencillez en las palabras--Nunca busquéis palabras que den la impresión de que sois eruditos. Cuanto mayor sea vuestra sencillez tanto mejor comprendidas serán vuestras palabras.--Testimonies for the Church 6:383 (1900).

Una explicación sencilla es mejor que una discusión--La argumentación es buena en su lugar, pero se puede lograr mucho más por medio de sencillas explicaciones de la Palabra de Dios. Cristo ilustraba sus lecciones tan claramente que los más ignorantes podían comprenderlas fácilmente. Jesús no empleaba palabras largas y difíciles en sus discursos; usaba un lenguaje sencillo, adaptado a las mentes de la gente común. En el tema que explicaba no iba más lejos que hasta donde podían seguirlo.--Obreros Evangélicos, 178, 179 (1915).

Pocos argumentos pueden bastar--No es el mejor método ser muy explícito y decir acerca de un punto todo lo que se pueda decir, cuando unos pocos argumentos cubrirían el terreno, y bastarían, para todos los propósitos prácticos, para convencer o acallar a los oponentes.--Obreros Evangélicos, 389 (1915).

Presentad la verdad en un estilo sencillo--En esta época cuando fábulas agradables surgen a la superficie y atraen la mente, la verdad presentada en estilo fácil, apoyada en algunas pocas pruebas indubitables, es mejor que la investigación des tinada a hacer un abrumador despliegue de evidencias; por que entonces las diversas mentes no considerarán el argumente tan distinto como antes de que las evidencias les fueran presentadas. Para muchos, los asertos positivos resultan mucho más convincentes que los largos argumentos. Los tales toman muchas cosas por sentadas y las pruebas no les ayudan a decidir el caso".--Joyas de los Testimonios 1:294 (1872).

Línea sobre línea--Preséntese la verdad tal como es en Jesús, línea sobre línea, precepto sobre precepto, aquí un poquito y allá un poquito.--Testimonies for the Church 9:240 (1909).

El poder de la simpatía cristiana--Las palabras amables dichas con sencillez, junto con pequeñas atenciones, bastarán a veces para disipar las nubes de la tentación y de la duda que cubren las almas. Una simpatía cristiana, del corazón, expresada con franqueza, puede abrir la puerta de los corazones que necesitan el delicado toque del Espíritu del Señor.--Testimonios Selectos 5:146 (1909).

Hallad el camino a sus corazones--Cuandoquiera que podáis obtener acceso a la gente en su hogar, aprovechad la oportunidad. Tomad vuestra Biblia, y abrid ante las personas sus grandes verdades. Vuestro éxito no dependerá tanto de vuestro saber y talento, como de vuestra capacidad para conquistar corazones. Siendo sociables y acercándoos a la gente, podréis reorientar la corriente de sus pensamientos más fácilmente que por el discurso más capaz.--Obreros Evangélicos, 201 (1915).

La enseñanza y la práctica de los principios--Estas cosas no debieran ser enseñadas como una teoría seca. Los que enseñan la verdad deben practicar sus principios. Únicamente reflejando el carácter de Dios en la justicia, la nobleza y la abnegación de sus vidas, pueden impresionar a otros.--La Educación, 38 (1903).

La influencia de la cruz en la salvación de las almas--La cruz del Calvario debe levantarse en alto delante de la gente, para que absorba sus espíritus y concentre sus pensamientos... Los obreros enviarán al mundo rayos de luz, como agentes vivos que alumbren la tierra.--El Discurso Maestro de Jesucristo, 42 (1896).

Contestad las preguntas--La mejor obra que podáis hacer es la de enseñar, educar. Cuandoquiera que encontréis ocasión de hacerlo, sentaos con alguna familia, y permitid que sus miembros hagan preguntas. Luego contestadlas con paciencia y humildad. Llevad a cabo esta obra en conexión con vuestros esfuerzos más públicos. Predicad menos, y educad más, dirigiendo estudios bíblicos y orando con las familias y los grupos pequeños.--Obreros Evangélicos, 201 (1915).

Obra bíblica personal paciente y cabal--Más de un obrero fracasa en su obra porque no se acerca a aquellos que más necesitan su ayuda. Con la Biblia en la mano, debe tratar, de una manera cortés, de aprender las objeciones que existen en la mente de aquellos que empiezan a preguntar: "¿Qué cosa es verdad?" Con cuidado y ternura debe guiarlos y educarlos, como alumnos en una escuela. Muchos deben desaprender teorías que durante mucho tiempo creyeron ser la verdad. A medida que se convencen de que estuvieron en un error acerca de los temas bíblicos, caen en perplejidad y duda. Necesitan la más tierna simpatía y la ayuda más juiciosa; deben ser instruidos con cuidado, y hay que orar por ellos, y velar sobre ellos y guardarlos con la solicitud más amable.--Obreros Evangélicos, 198, 199 (1915).

Donde hay prejuicio--Cristo atraía hacia sí los corazones de sus oyentes por la manifestación de su amor, y luego, poco a poco, a medida que iban siendo capaces de comprenderlas, desplegaba ante ellos las grandes verdades del reino. También nosotros debemos aprender a adaptar nuestras labores a la condición de la gente: a encontrar a los hombres donde están. Aunque las exigencias de la ley de Dios han de ser presentadas al mundo, no debemos nunca olvidar que el amor--el amor de Cristo--es el único poder que puede enternecer el corazón e inducirlo a la obediencia.

Todas las grandes verdades de las Escrituras se centralizan en Cristo; debidamente comprendidas todas conducen a él. Preséntese a Cristo como el alfa y la omega, el principio y el fin del gran plan de redención. Presentad a la gente temas tales que fortalezcan su confianza en Dios y en su Palabra y la induzcan a investigar sus enseñanzas por sí misma. Y a medida que los hombres avancen paso a paso en el estudio de la Biblia, estarán mejor preparados para apreciar la hermosura y la armonía de estas preciosas verdades.--The Review and Herald, 13 de junio de 1912.

La presentación, después de la conversión, de las verdades que constituyen una piedra de toque--No debéis creer que es vuestro deber introducir argumentos sobre la cuestión del sábado al encontraros con la gente. Si las personas mencionan el tema decidles que ésta no es vuestra preocupación ahora. Pero cuando entregan el corazón, la mente y la voluntad a Dios, están entonces preparadas sin prejuicio para pesar la evidencia con respecto a estas verdades solemnes que constituyen una piedra de toque.--Carta 77, 1895.

El mensaje es más que un argumento--Las frases formales y hechas, la presentación de temas meramente argumentativos, no da por resultado ningún bien. El amor subyugante de Dios en los corazones de los obreros será reconocido por aquellos por quienes trabajan. Las almas están sedientas de las aguas de vida. No seáis cisternas vacías. Si les reveláis a ellos el amor de Cristo, induciréis a los hambrientos y sedientos a ir a Jesús, y él les dará el pan de vida y las aguas de la salvación.--Carta 77, 1895.

Relatad vuestra propia experiencia en la conversión--Poned en acción todas vuestras energías espirituales. Decid a aquellos a quienes visitáis que el fin de todas las cosas está cerca. El Señor Jesucristo abrirá los corazones y hará sobre las mentes impresiones duraderas. Procurad arrancar a los hombres y mujeres de su insensibilidad espiritual. Decidles cómo hallasteis a Jesús y cuál ha sido vuestra felicidad desde el día en que empezasteis a servirle. Decidles qué bendición es para vosotros sentaros a los pies de Jesús para aprender las preciosas lecciones contenidas en su Palabra. Habladles de las alegrías que se experimentan en la vida cristiana. Vuestras palabras, cálidas y fervientes, les darán la convicción de que habéis hallado la perla de gran precio. Demuestren vuestras palabras, alegres y animadoras que habéis hallado por cierto la senda más excelente. Este es trabajo misionero auténtico, y al ser hecho, hará que muchos despierten como de un sueño.--Testimonios Selectos 5:153, 154 (1909).

La intercesión del ganador de almas como secreto del éxito--En tiempos pasados, había quienes fijaban su mente en un alma tras otra, diciendo: "Señor, ayúdame a salvar esta alma". Pero ahora escasean mucho los tales casos. ¿Cuántos obran como si se diesen cuenta del peligro que corren los pecadores? ¿Cuántos toman a aquellos a quienes saben que están en peligro, y los presentan a Dios en oración, suplicándole que los salve?--Obreros Evangélicos, 66 (1915).

Lecciones del gran maestro

Presentad la Palabra con el método de Cristo--Si presentáis la Palabra con el método de Cristo, vuestros oyentes quedarán profundamente impresionados con las verdades que enseñáis. Recibirán la convicción de que ésa es la Palabra del Dios viviente.--Testimonies for the Church 9:143 (1909).

Amor paciente e interés en los perdidos--El enseñaba a la gente con amor paciente. Su sabiduría profunda y escrutadora conocía las necesidades de cada alma que estuviese entre sus oyentes; y cuando los veía rechazar el mensaje de paz y amor que él vino a darles, su corazón sentía una angustia muy profunda.--Obreros Evangélicos, 50 (1915).

Mansedumbre y humildad--No había en su conducta mancha de fanatismo intolerante ni de austeridad indiferente. El Redentor del mundo era de una naturaleza muy superior a la de un ángel, pero unidas a su majestad divina, había mansedumbre y humildad que atraían a todos a él.--El Discurso Maestro de Jesucristo, 18 (1896).

La esperanza inspira deseos y fe--En cada ser humano discernía posibilidades infinitas. Veía a los hombres según podrían ser transfigurados por su gracia, en "la hermosura de Jehová nuestro Dios". Al mirarlos con esperanza, inspiraba esperanza. Al saludarlos con confianza, inspiraba confianza. Al revelar en sí mismo el verdadero ideal del hombre, despertaba el deseo y la fe de obtenerlo. En su presencia, las almas despreciadas y decaídas se percataban de que aún eran seres humanos, y anhelaban demostrar que eran dignas de su consideración. En más de un corazón que parecía muerto a todas las cosas santas, se despertaron nuevos impulsos. A más de un desesperado se presentó la posibilidad de una nueva vida.--La Educación, 75, 76 (1903).

Fervor y poder para convencer--Y al escuchar los hombres y las mujeres las verdades que salían de sus labios, tan diferentes de las tradiciones y dogmas enseñados por los rabinos, la esperanza brotaba en sus corazones. En su enseñanza había un fervor que hacía penetrar sus palabras en el corazón con poder convincente.--Obreros Evangélicos, 196 (1905).

Irradiar vida y gozo--Cuando pasaba por pueblos y ciudades, era como corriente vital que derramara vida y gozo por todas partes.--El Ministerio de Curación, 13 (1905).

Debemos estar gozosos. Dios no quiere que haya aquí ningún rostro desapasible; el Señor no quiere que nadie esté sombrío y triste; desea que levantéis vuestro rostro hacia él y le permitáis derramar sobre él el brillo de la luz del Sol de justicia.--Manuscrito 42, 1894.

Cristo enseñaba con autoridad--Pero aunque su enseñanza era sencilla, hablaba como persona investida de autoridad. Esta característica ponía su enseñanza en contraste con la de los demás. Los rabinos hablaban con dudas y vacilación, como si se pudiese entender que las Escrituras tenían un significado u otro exactamente opuesto. Los oyentes estaban diariamente envueltos en mayor incertidumbre. Pero al enseñar, Jesús presentaba las Escrituras con autoridad indudable. Cualquiera que fuese el tema, lo exponía con poder, con palabras incontrovertibles.--El Deseado de Todas las Gentes, 218 (1898).

El deseo de salvar a los pecadores--El mismo intenso deseo de salvar a los pecadores que señaló la vida del Salvador debe señalar la vida de sus verdaderos seguidores.--Testimonies for the Church 7:10 (1902).

Un poder impelente--La pronta obediencia de estos hombres que siguieron a Jesús sin hacerle una pregunta, sin recibir promesa de salario, parece sorprendente; pero las palabras de Cristo eran una invitación que llevaba en sí un poder impelente.--Obreros Evangélicos, 24 (1915).

Resultados de la obra bíblica

Los ángeles están cerca del obrero--A medida que el obrero trata de dar a los demás la luz que Dios le ha dado, el Señor le imparte una luz acrecentada; y haciendo lo mejor de que es capaz, deseando anhelosamente la gloria de Dios, comprende el valor de las almas. Al hacer visitas de casa en casa, abriendo las Escrituras a personas cuyo entendimiento ha sido oscurecido, los ángeles de Dios estarán muy cerca de él, para impresionar el corazón de aquel que está sediento del agua de la vida.--The Review and Herald, 6 de octubre de 1896.

El Señor trabaja con los instructores bíblicos--Preséntense las fuertes razones de nuestra fe basadas en la Palabra de Dios, y prepare la verdad, con su poder santificador, el camino a los corazones y las mentes de los que se encuentran bajo convicción. A medida que los ayudantes dan estudios bíblicos en los hogares de la gente, el Señor obra en las mentes tan ciertamente como lo hace en los servicios públicos.--Carta 160, 1901.

Milagros obrados por medio de la Palabra--Habrá constantemente una lucha a fin de obtener acceso a los corazones de los ignorantes y malvados. ¿Pero no intentaremos individualmente hacerlo por medio de esfuerzos personales, con tanto fervor y fidelidad como debiéramos? ¿No nos mantenemos demasiado distanciados de las pobres almas muertas en transgresiones y pecados? ¿No puede cada uno de nosotros armarse del intenso fervor de Cristo y hacer más?

Temo que no exista la fe que es esencial. ¿No nos fortaleceremos contra los chascos y la tentación a desanimarnos? Dios es misericordioso, y con la verdad que despierta regocijo y que purifica y ennoblece la vida, podemos hacer una obra buena y sólida para Dios. La oración y la fe harán maravillas. La Palabra debe ser nuestra arma de combate. Pueden obrarse milagros por medio de la Palabra; porque es provechosa para todas las cosas.--Carta 75, 1896.

El valor de un alma--El alma que se ha entregado a Cristo es más preciosa a sus ojos que el mundo entero.--El Deseado de Todas las Gentes, 430 (1898).

Si sólo un alma hubiese querido aceptar el Evangelio de su gracia, para salvar a ella sola, Cristo hubiera escogido su vida de penas y humillaciones y su muerte ignominiosa.--El Ministerio de Curación, 126 (1905).

Siga adelante esta obra--Muchos oirán el mensaje, pero rehusarán prestarle oído; sin embargo, la amonestación ha de ser dada a todos en tonos claros y sencillos. No solamente debe presentarse la verdad en las asambleas públicas; debe realizarse obra de casa en casa. Avance esta obra en el nombre del Señor. Los que están empeñados en ella tienen los ángeles del cielo como sus compañeros. Resistirán los ataques hechos por el enemigo contra los que cooperan con Dios.--Carta 140, 1903.

Confiando en las promesas--Quizá algún tiempo la buena semilla permanezca inadvertida en un corazón frío, egoísta y mundano, sin dar evidencia de que se ha arraigado en él; pero después, cuando el Espíritu de Dios da su aliento al alma, brota la semilla oculta, y al fin da su fruto para la gloria de Dios. En la obra de nuestra vida no sabemos qué prosperará, si esto o aquello. No es cuestión que nos toque decidir. Hemos de hacer nuestro trabajo y dejar a Dios los resultados. "Por la mañana siembra tu simiente, y a la tarde no dejes reposar tu mano". El gran pacto de Dios declara que "todos los tiempos de la tierra; la sementera y la siega... no cesarán". Confiando en esta promesa, ara y siembra el agricultor. No menos confiadamente hemos de trabajar nosotros en la siembra espiritual, confiando en su promesa: "Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié". Isaías 55:11. "Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas". Salmos 126:6.--Palabras de Vida del Gran Maestro, 50, 51 (1900).

Sueldo adecuado para las obreras

Se les debe pagar así como se paga a sus esposos--El ministro y su esposa deben salir juntos cuando esto sea posible. La esposa, con frecuencia puede trabajar junto a su marido cumpliendo una tarea noble. Puede visitar los hogares y ayudar a las dueñas de casa en una forma como su esposo no podría hacerlo...

Elegid a mujeres que desempeñen su parte con fervor. El Señor utilizará a mujeres inteligentes en la obra de enseñar. Y nadie piense que no deben recibir remuneración por sus labores esas mujeres que comprenden la Palabra y tienen habilidad para enseñar. Debiera pagárseles así como se les paga a sus esposos. Hay una gran obra que deben realizar las mujeres en la causa de la verdad presente. Mediante el ejercicio de tacto femenino y el uso sabio de sus conocimientos de la verdad bíblica, pueden eliminar dificultades que nuestros hermanos no podrían enfrentar. Necesitamos obreras para que trabajen en relación con sus esposos, y debiéramos animar a las que desean dedicarse a este ramo del esfuerzo misionero.--Carta 142, 1909.

No sólo las mujeres deben sacrificarse--En nuestro mundo debe llevarse a cabo una gran obra, y en ésta debe emplearse todo talento de acuerdo con los principios de justicia. Si el Señor designa a una mujer para que lleve a cabo cierta obra, su trabajo debe estimarse de acuerdo con su valor. Cada obrero debe recibir su justa paga.

Puede haberse pensado que un buen plan es permitir que la gente dedique sus talentos y su trabajo fervoroso a la obra de Dios sin recibir nada de la tesorería. Pero esto equivale a establecer diferencias, y a retener egoístamente lo que le corresponde a esas obreras. Dios no puede aprobar este plan. Los que inventaron este método pueden haber pensado que hacían un servicio a Dios al no sacar dinero de la tesorería para pagar el trabajo de esas obreras temerosas de Dios y amantes de las almas. Pero con el tiempo habrá que rendir cuentas, y entonces los que ahora piensan que esta extorsión, esta discriminación, es un recurso sabio, se avergonzarán a causa de su egoísmo. Dios ve estas cosas con un criterio muy diferente del criterio con que las ven los hombres finitos.

Los que trabajan con fervor y sin egoísmo, sean hombres o mujeres, llevan gavillas al Maestro; y las almas convertidas por su trabajo llevarán sus diezmos a la tesorería. Cuando se requiera abnegación a causa de la escasez de recursos, no se deje que unas pocas mujeres que trabajan duramente hagan todo el sacrificio. Participen todos en el sacrificio. Dios declara: Odio lo que es robado y se ofrece como ofrenda encendida.--Manuscrito 47, 1898.

Deben ser pagados con el diezmo--El diezmo debiera ir para los que trabajan en palabra y doctrina, sean éstos hombres o mujeres.--Manuscrito 149, 1899.

Un procedimiento que limitará la cantidad de obreras--Se ha cometido a veces una injusticia para con mujeres que trabajan con tanta consagración como sus esposos, y que son reconocidas por Dios como necesarias para la obra del ministerio. El método de pagar a los obreros varones, y de no pagar a sus esposas que participan de sus labores, no es un plan conforme al mandato del Señor, y si se lleva a cabo en nuestras asociaciones, se corre el riesgo de desanimar a nuestras hermanas en cuanto a calificarse para la obra en la cual deben trabajar. Dios es un Dios de justicia, y si los ministros reciben salario por su trabajo, sus esposas, que se dedican a la obra tan desinteresadamente como ellos, deben recibir su paga en adición al sueldo que perciben sus esposos, aun cuando no lo pidan.

Los adventistas del séptimo día no deben de ninguna manera despreciar la obra de la mujer. Si una mujer confía el trabajo de su casa a una ayudante fiel y prudente, y deja a sus niños bajo buen cuidado, mientras ella trabaja en la obra, la asociación debe tener bastante sabiduría para comprender que es justo que reciba salario.--Obreros Evangélicos, 468 (1915).

Dios ha resuelto este asunto--Si las mujeres hacen el trabajo que no es el más agradable para muchos de los que trabajan en palabra y doctrina, y si su obra testifica que están llevando a cabo un trabajo que ha sido manifiestamente descuidado, ¿no debería esa obra considerarse tan rica en resultados como la obra de los ministros ordenados? ¿No debiera eso imponer el empleo de esa obrera?...

Este asunto no deben resolverlo los hombres. El Señor ya lo ha resuelto. Debéis cumplir vuestro deber con las mujeres que trabajen en el Evangelio, cuya obra testifique que son indispensables para llevar la verdad a las familias. Su obra es justamente la que debe hacerse y debiera estimularse. En muchos sentidos una mujer puede impartir a sus hermanos un conocimiento que los hombres no pueden darles. La causa sufriría una gran pérdida sin esa clase de trabajo realizada por las mujeres. Una vez tras otra el Señor me ha mostrado que las maestras son tan necesarias como los hombres para la obra que Dios les ha designado.--Manuscrito 142, 1903.

Palabras de prevención para el instructor bíblico

La obra personal es más cansadora--Se necesitan mujeres así como hombres en la obra que debe hacerse. Las mujeres que se consagran al servicio del Señor, que trabajan por la salvación de otros en la labor de casa en casa, la cual es tan cansadora como presentarse ante una congregación o más aún, deben recibir pago por sus labores.--Manuscrito 149, 1899.

Evitad trabajar en exceso--Hay peligro de que a las mujeres relacionadas con la obra se les exija trabajar demasiado duramente sin los períodos adecuados de descanso. No debe imponérseles a los obreros una exigencia tan severa. Algunos no se perjudicarán, pero otros, que son concienzudos, trabajarán en exceso. Todos, especialmente las mujeres, necesitan períodos de descanso.--Carta 61, 1896.

Somos mortales--Hermano----, espero que sea Ud. muy cuidadoso con respecto a la salud de la hermana----. No le permita trabajar demasiado en una actividad que agota los nervios. Ud. comprenderá lo que quiero decir. Ella necesita comprender que somos mortales, y que si no somos cuidadosos con nuestra salud, podemos perderla.--Carta 44, 1900.

Cuándo obrar independientemente--Hay circunstancias bajo las cuales es propio que una mujer actúe en forma rápida e independiente, tomando ciertas providencias en forma decidida de acuerdo con lo que ella sabe es el camino del Señor. La esposa ha de estar al lado del esposo como su igual, compartiendo todas las responsabilidades de la vida, prestándole el debido respeto a aquel que la eligió como su compañera de toda la vida.--Manuscrito 17, 1891.

Evitad alabar a los hombres y rehuid la familiaridad--Me apena cuando veo a hombres que son alabados, halagados y mimados. Dios ha revelado el hecho de que algunos que reciben estas atenciones no merecen tomar el nombre del Señor en sus labios, y sin embargo, son exaltados hasta los cielos en la estima del hombre finito, que lee solamente la apariencia exterior. Hermanas mías, nunca miméis ni aduléis a los pobres y falibles hombres errantes, ora sean jóvenes o ancianos, casados o solteros. Vosotras no conocéis sus debilidades, y no sabéis si acaso por esas mismas atenciones y esa misma profusa alabanza no provocaréis su ruina. Estoy alarmada de la corta visión y la falta de sabiduría que muchos manifiestan con respecto a esta familiaridad...

A los hombres casados que aceptan la atención, la alabanza y el mimo de las mujeres, debiera asegurárseles que la simpatía y el amor de esta clase no merecen ser obtenidos; son sin valor...

Nuevamente os insto sobre la necesidad de la pureza en todo pensamiento, en toda palabra y en toda acción. Tenemos una responsabilidad individual ante Dios, una obra individual que nadie puede hacer por nosotros. Consiste en hacer al mundo mejor por el precepto, el esfuerzo personal y el ejemplo. Aun cuando debemos cultivar la sociabilidad, no lo hagamos meramente por diversión, sino con un propósito. Hay almas que salvar.--The Review and Herald, 10 de noviembre de 1885.