Cuando resuene el fuerte pregón
La verdad ha de triunfar pronto--El fin se acerca; avanza sigilosa, insensible y silenciosamente, como el ladrón en la noche. Concédanos el Señor la gracia de no dormir por más tiempo, como otros lo hacen, sino que seamos sobrios y velemos. La verdad está a punto de triunfar gloriosamente, y todos los que decidan ahora ser colaboradores con Dios triunfarán con ella. El tiempo es corto; la noche se acerca cuando nadie podrá trabajar.--Testimonios Selectos 5:228 (1909).
Conversiones como en el Pentecostés--Viene el tiempo cuando habrá tantas personas convertidas en un día como las hubo en el día de Pentecostés, después que los discípulos recibieron el Espíritu Santo.--The Review and Herald, 29 de junio de 1905.
Todavía hay miles que entrarán en la luz--Hay muchos que no han prestado atención a la invitación del Evangelio; han sido probados, pero al parecer se les han presentado obstáculos montañosos que han bloqueado su marcha hacia adelante. Mediante la fe, la perseverancia y el valor, muchos superarán esas obstrucciones y entrarán en la luz gloriosa.
Casi inconscientemente se han erigido barreras en el camino estrecho y angosto; se han colocado piedras de tropiezo en el camino; pero todo esto será quitado. Las salvaguardias que los falsos pastores han colocado alrededor de su grey llegarán a ser como nada; miles entrarán en la luz y trabajarán para difundir la luz. Las inteligencias celestiales se combinarán con los instrumentos humanos. Estimulada en esta forma, la iglesia se levantará y brillará, y aplicará todas sus energías santificadas al conflicto; en esta forma se cumple el designio de Dios, y así es como se recuperan las perlas perdidas.
Hace mucho que los profetas discernieron esta obra grandiosa, captaron la inspiración de la hora, y trazaron admirables descripciones de las cosas que estaban por suceder.--The Review and Herald, 23 de julio de 1895.
Muchos apóstatas regresarán--Cuando realmente se desate la tormenta de la persecución sobre nosotros, las verdaderas ovejas oirán la voz del verdadero pastor. Se realizarán esfuerzos abnegados para salvar a los perdidos, y muchos que se han descarriado del redil volverán de nuevo a seguir al gran Pastor. Los hijos de Dios avanzarán juntos y presentarán al enemigo un frente unido... El amor de Cristo, el amor de nuestros hermanos, testificará ante el mundo de que hemos estado con Jesús y hemos aprendido de él. Entonces el mensaje del tercer ángel se acrecentará hasta llegar a ser un fuerte pregón, y toda la tierra será iluminada con la gloria del Señor.--Testimonies for the Church 6:401 (1900).
Influidos por la prensa--Dios hará pronto grandes cosas por nosotros, si nos allegamos humildes y confiados a sus pies... Más de mil personas se convertirán en un solo día, la mayor parte de las cuales adjudicarán sus primeras convicciones a la lectura de nuestras publicaciones.--The Review and Herald, 10 de noviembre de 1885.
Se repetirá el poder de 1844--El poder que dominó a la gente con tanta vehemencia en el movimiento de 1844, se revelará de nuevo. El mensaje del tercer ángel avanzará, no en tono de susurro, sino con potente voz.--Testimonies for the Church 5:252 (1885).
El fuerte clamor--Durante el fuerte clamor, la iglesia, ayudada por las interposiciones providenciales de su exaltado Señor, difundirá el conocimiento de la salvación tan abundantemente que la luz será comunicada a toda ciudad y pueblo. La tierra será llena del conocimiento de la salvación. Tan abundantemente habrá coronado de éxito el Espíritu renovador de Dios a los agentes intensamente activos, que la luz de la verdad presente brillará por todas partes.--The Review and Herald, 13 de octubre de 1904.
La razón de la demora
Postergada por misericordia--La larga noche de tinieblas es penosa, pero la mañana es postergada por misericordia, porque si el Señor viniera, muchos serían hallados desapercibidos. El deseo de Dios de que su pueblo no perezca ha sido la razón de tan larga demora.--Testimonies for the Church 2:194 (1868).
La obra podría haber sido terminada--Si el propósito de Dios de dar al mundo el mensaje de misericordia hubiese sido llevado a cabo por su pueblo, Cristo habría venido ya a la tierra, y los santos habrían recibido su bienvenida en la ciudad de Dios.--Joyas de los Testimonios 3:72 (1900).
Sé que si el pueblo de Dios se hubiera mantenido en una relación viviente con él, si hubiera obedecido su Palabra, estaría hoy en la Canaán celestial (Boletín de la Asociación General, 30 de marzo, 1903)
Satanás nos ha sacado ventaja--Si todo centinela de los muros de Sion hubiera dado a la trompeta un sonido certero, el mundo habría oído este mensaje de amonestación. Pero la obra está atrasada en años. Mientras los hombres dormíamos, Satanás nos ha sacado ventaja.--Testimonies for the Church 9:29 (1909).
La promesa de Dios no ha fallado--Los ángeles de Dios en sus mensajes dados a los hombres representan el tiempo como algo muy corto. Así es como siempre me ha sido presentado. Es cierto que el tiempo ha sido más largo de lo que habíamos esperado en los primeros días del mensaje. Nuestro Salvador no apareció tan pronto como lo esperábamos. ¿Pero ha fallado la Palabra de Dios? ¡Nunca! Debiera recordarse que las promesas y las amenazas de Dios son igualmente condicionales.
Dios ha encomendado a su pueblo una obra que debe terminarse en la tierra. El mensaje del tercer ángel debía predicarse, las mentes de los creyentes debían dirigirse hacia el santuario celestial, donde Cristo había entrado para realizar expiación por su pueblo. Había que llevar adelante la reforma del día de reposo. La brecha abierta en la ley de Dios debía ser reparada. El mensaje debía proclamarse en alta voz para que todos los habitantes de la tierra pudieran recibir la advertencia. El pueblo de Dios debía purificar sus almas mediante la obediencia a la verdad y estar preparado para presentarse delante de él sin mancha en el momento de su venida.
Si los adventistas, después del gran chasco de 1844, se hubieran aferrado a su fe y hubieran ido unidos en pos de la providencia de Dios que abría el camino, y si hubieran recibido el mensaje del tercer ángel y si lo hubieran proclamado al mundo con el poder del Espíritu Santo, habrían visto la salvación de Dios, el Señor hubiera obrado con poder mediante sus esfuerzos, la obra se habría terminado y Cristo habría venido para recibir a su pueblo y darle su recompensa. Pero en el período de duda e incertidumbre que siguió después del chasco, muchos de los creyentes del advenimiento perdieron su fe... En esta forma la obra fue estorbada y el mundo quedó en tinieblas. Si todo el cuerpo adventista se hubiera unido en torno de los mandamientos de Dios y de la fe de Jesús, ¡cuán ampliamente diferente habría sido nuestra historia!
No era la voluntad de Dios que se demorara así la venida de Cristo. Dios no tenía el propósito de que su pueblo, Israel, vagara cuarenta años por el desierto. Prometió guiarlos directamente a la tierra de Canaán, y establecerlos allí como un pueblo santo, sano y feliz. Pero aquellos a quienes primero se les predicó, no entraron "a causa de incredulidad". Hebreos 3:19. Sus corazones estaban llenos de murmuración, rebelión y odio, y Dios no pudo cumplir su pacto con ellos.
Durante cuarenta años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de Canaán. Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años". Mensajes Selectos 1:78 (1883). Traducción revisada.
No lo culpéis a Dios--Tal vez tengamos que permanecer aquí en este mundo muchos años más debido a la insubordinación, como les sucedió a los hijos de Israel; pero por amor de Cristo, su pueblo no debe añadir pecado sobre pecado culpando a Dios de las consecuencias de su propia conducta errónea.--Carta 184, 1901.
Podemos apresurar el día--Mediante la proclamación del Evangelio al mundo, está a nuestro alcance apresurar la venida de nuestro Señor.--El Deseado de Todas las Gentes, 572 (1898).
Es privilegio de todo cristiano, no solamente esperar, sino apresurar la venida de nuestro Señor Jesucristo. Si todos los que profesan su nombre estuvieran llevando frutos para su gloria, cuán rápidamente todo el mundo sería sembrado con la simiente del Evangelio. Pronto la última cosecha sería levantada, y Cristo vendría para reunir el precioso grano.--Testimonies for the Church 8:22, 23 (1904).
Cuando termine el mensaje--[La venida del Señor] no demorará más que el tiempo que tome la tarea de presentar el mensaje a toda nación, lengua y pueblo. ¿Olvidaremos nosotros, los que pretendemos ser estudiantes de las profecías, que la tolerancia de Dios para con los impíos es una parte del vasto y misericordioso plan por el cual él está tratando de lograr la salvación de las almas?--The Review and Herald, 18 de junio de 1901.
Poder para terminar la obra
Por qué muchos han fracasado en la salvación de las almas--Muchos presentan las doctrinas y teorías de nuestra fe; pero su presentación es como sal sin sabor; pues el Espíritu Santo no está trabajando por medio de su ministerio falto de fe. No han abierto el corazón para recibir la gracia de Cristo; no conocen la operación del Espíritu; son como harina sin levadura; pues no hay ningún principio activo en toda su labor, y dejan de ganar las almas para Cristo. No se apropian de la justicia de Cristo; es un manto que no ha sido usado por ellos, una plenitud desconocida, una fuente no aprovechada.--The Review and Herald, 29 de noviembre de 1892.
Hemos de trabajar con intensidad para impresionar a los no creyentes--Necesitamos mayor intensidad en la causa de Cristo. El solemne mensaje de la verdad debe ser dado con una intensidad que impresione a los no creyentes de que Dios está obrando con nuestros esfuerzos, de que el Altísimo es nuestra fuente viva de fortaleza.--The Signs of the Times, 9 de diciembre de 1886.
Cuando coloquemos nuestros corazones en unidad con Cristo, y pongamos nuestra vida en armonía con su obra, el Espíritu que descendió sobre los discípulos en el día de Pentecostés descenderá sobre nosotros.--The Review and Herald, 30 de junio de 1903.
Con el celo de los apóstoles--El celo por la gloria de Dios impulsó a los discípulos a presentar un testimonio de la verdad con grandioso poder. ¿No debiera este celo inflamar nuestros corazones con un anhelo de contar la historia del amor redentor de Cristo y de éste crucificado? No debe este poder de Dios ser revelado en forma aún más notable hoy en día de lo que fue en el tiempo de los apóstoles?--The Signs of the Times, 17 de febrero de 1914.
La fuente de su poder--Después de la ascensión de Cristo, los discípulos se reunieron en un lugar para suplicar humildemente a Dios. Y después de escudriñar el corazón y de realizar un examen personal durante diez días, quedó preparado el camino para que el Espíritu Santo entrara en los templos del alma limpios y consagrados. Cada corazón quedó lleno con el Espíritu como si Dios quisiera mostrar a su pueblo que era su prerrogativa bendecirlos con la más escogida de las bendicones celestiales... La espada del Espíritu refulgió a diestra y siniestra. Dotada de un nuevo poder penetró hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos. La idolatría que había estado mezclada con el culto del pueblo fue deste rrada. Se añadió nuevo territorio al reino de Dios. Lugares que habían sido improductivos y que habían estado desolados hicieron oír sus alabanzas a él.--The Review and Herald, 10 de junio de 1902.
Sintieron la preocupación por las almas--Notad que fue después que los discípulos habían logrado la perfecta unidad, y ya no luchaban entre sí por conquistar el lugar más elevado cuando el Espíritu fue derramado sobre ellos. Eran de un solo sentir. Todas las diferencias habían sido puestas a un la do. Y el testimonio presentado acerca de ellos después que el Espíritu había sido dado, es el mismo. Notad las palabras: "Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma". El Espíritu de Aquel que murió para que los pecadores pudieran vivir, animaba a toda la congregación de los creyentes.
Los discípulos no pidieron una bendición para ellos mismos. Estaban preocupados con la carga de las almas. El Evangelio había de ser conducido hasta los últimos confines de la tierra, y ellos reclamaban el poder que Cristo había prometido. Fue entonces cuando el Espíritu Santo fue derramado y millares se convirtieron en un solo día.--The Signs of the Times, 17 de febrero de 1914.
Una iglesia despertada--Cuando tengamos una consagración completa y sincera al servicio de Cristo, Dios reconocerá el hecho mediante un derramamiento de su Espíritu sin medida; pero esto no ocurrirá mientras la mayor parte de la iglesia no esté trabajando juntamente con Dios.--The Review and Herald, 21 de julio de 1896.
La tierra iluminada--Vi raudales de luz que salían de las ciudades y de los pueblos, de la montaña y del llano. La Palabra de Dios era obedecida, y en cada ciudad y cada pueblo, monumentos eran levantados a su gloria. Su verdad era proclamada en todo el mundo.--Testimonios Selectos 5:145 (1909).
Veíase a centenares y miles de personas visitando las familias y explicándoles la Palabra de Dios. Los corazones eran convencidos por el poder del Espíritu Santo, y se manifestaba un espíritu de sincera conversión. En todas partes las puertas se abrían de par en par para la proclamación de la verdad. El mundo parecía iluminado por la influencia divina.--Testimonios Selectos 5:220 (1909).
Por medio de instrumentos humildes--Cuando llegue el tiempo de hacerlo con gran poder [la proclamación del mensaje del tercer ángel], el Señor obrará por conducto de humildes instrumentos, dirigiendo el espíritu de los que se consagren a su servicio. Los obreros serán calificados más bien por la unción de su Espíritu que por la educación en institutos de enseñanza. Habrá hombres de fe y de oración que se sentirán impelidos a declarar con santo entusiasmo las palabras que Dios les inspire. Los pecados de Babilonia serán denunciados. Los resultados funestos y espantosos de la imposición de las observancias de la iglesia por la autoridad civil, las invasiones del espiritismo, los progresos secretos pero rápidos del poder papal--todo será desenmascarado. Estas solemnes amonestaciones conmoverán al pueblo. Miles y miles de personas que nunca habrán oído palabras semejantes, las escucharán.--El Conflicto de los Siglos, 664, 665 (1888).
Multitudes se unirán al ejército del Señor--Muchos... serán vistos corriendo de aquí para allá impulsados por el Espíritu de Dios para llevar la luz a otros. La verdad, la Palabra de Dios, es como fuego en sus huesos, y los llena con un deseo ardiente de iluminar a los que están en tinieblas. Muchos, aun entre los indoctos, ahora proclaman las palabras del Señor. Los niños son impulsados por el Espíritu para ir y declarar el mensaje del cielo. El Espíritu se derrama sobre todos los que cedan a sus indicaciones, y arrojando de lado toda maquinaria humana, sus reglas limitativas y métodos cautelosos, declararán la verdad con el poder del Espíritu. Multitudes recibirán la fe y se unirán a los ejércitos del Señor.--The Review and Herald, 23 de junio de 1895.
Miles de voces hacen resonar la amonestación--Vendrán siervos de Dios con semblantes iluminados y brillantes de santa consagración, y se apresurarán de lugar en lugar para proclamar el mensaje celestial. Miles de voces predicarán el mensaje por toda la tierra. Se realizarán milagros, los enfermos sanarán y signos y prodigios seguirán a los creyentes. Satanás también efectuará sus falsos milagros, al punto de hacer caer fuego del cielo a la vista de los hombres. Es así como los habitantes de la tierra tendrán que decidirse en pro o en contra de la verdad.
El mensaje no será llevado adelante tanto con argumentos como por medio de la convicción profunda inspirada por el Espíritu de Dios. Los argumentos ya fueron presentados. Sembrada está la semilla, y brotará y dará frutos. Las publicaciones distribuidas por los misioneros han ejercido su influencia; sin embargo, muchos cuyo espíritu fue impresionado han sido impedidos de entender la verdad por completo o de obedecerla. Pero entonces los rayos de luz penetrarán por todas partes, la verdad aparecerá en toda su claridad, y los hijos de Dios, de corazón recto, romperán las ligaduras que los tenían sujetos. Los lazos de familia y las relaciones de la iglesia serán impotentes para detenerlos. La verdad les será más preciosa que cualquiera otra cosa. A pesar de los poderes coaligados contra la verdad, un sinnúmero de personas se alistarán en las filas del Señor.--El Conflicto de los Siglos, 670 (1888).
El descenso del Espíritu Santo sobre la iglesia es esperado como si se tratara de un asunto del futuro; pero es el privilegio de la iglesia tenerlo ahora mismo. Buscadlo, orad por él, creed en él. Debemos tenerlo y el cielo está esperando concederlo.--The Review and Herald, 19 de marzo de 1895.
La lluvia tardía--Que los cristianos... pidan con fe la bendición prometida, y la recibirán. El derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue la lluvia temprana, y glo riosos fueron los resultados. Pero la lluvia tardía será aún más abundante.--The Signs of the Times, 17 de febrero de 1914.
Esta hora de oportunidad
La obra para estos días--El mensaje del tercer ángel está adquiriendo las proporciones del fuerte clamor y no debéis sentiros con libertad de descuidar el deber actual y aun albergar la idea de que en algún tiempo futuro seréis los recipientes de una gran bendición, cuando ocurra un maravilloso reavivamiento sin ningún esfuerzo de vuestra parte... Habéis de tener hoy vuestro vaso purificado, para que esté listo para el rocío celestial, listo para los aguaceros de la lluvia tardía; pues la lluvia tardía vendrá, y la bendición de Dios llenará toda alma que esté purificada de toda contaminación. Es nuestra obra hoy en día rendir nuestras almas a Cristo, para que estemos preparados para el tiempo del refrigerio de la presencia del Señor: preparados para el bautismo del Espíritu Santo...
En vez de vivir en expectación de alguna oportunidad especial de excitación, hemos de aprovechar sabiamente las oportunidades actuales, haciendo lo que debe hacerse, a fin de que las almas puedan salvarse. En lugar de agotar las facultades de nuestra mente en especulaciones con respecto a los tiempos y las sazones que el Señor ha colocado en su solo poder, y retenido de los hombres, hemos de entregarnos al control del Espíritu Santo, para realizar nuestros deberes actuales, para dar el pan de vida, sin ser adulterado por las opiniones humanas, a las almas que están pereciendo por falta de la verdad.--The Review and Herald, 22 de marzo de 1892.
Oportunidades sin precedentes--En estos días de viajes, las oportunidades de relacionarse con los hombres y mujeres de todas las clases y de muchas nacionalidades, son mucho mayores que en los días de Israel. Las vías públicas se han multiplicado por millares. Dios ha preparado maravillosamente el camino. Los recursos de la prensa, con sus múltiples facilidades, están a nuestras órdenes. La Biblia y las publicaciones en muchos idiomas, que presentan la verdad para este tiempo, están a nuestra disposición, y pueden ser rápidamente llevadas a todas partes del mundo.
Hemos de dar la última amonestación de Dios a los hombres, y ¡cuánto no debería ser el fervor que manifestemos en estudiar la Biblia, y el celo que revelemos en esparcir la luz!--The Review and Herald, 25 de enero de 1906.
Dios provee estas oportunidades--Estamos amenazados por una crisis. Mediante el poder del Espíritu Santo ahora debemos proclamar las grandes verdades para estos últimos días. No pasará mucho tiempo antes que todos hayan oído la advertencia y hecho su decisión. Entonces vendrá el fin... Dios es el gran Maestro Mayor de la obra, y mediante su providencia prepara el camino para que su obra se cumpla. Proporciona oportunidades, abre líneas de influencia y canales de trabajo. Si su pueblo está atento para captar las indicaciones de su providencia y si está listo para cooperar con él, verá realizarse una gran obra.--Testimonies for the Church 6:24 (1900).
Una crisis nacional produce un despertar religioso--Hoy los hombres y las naciones son probados por la plomada que está en la mano de Aquel que no comete error...
Hoy las señales de los tiempos declaran que estamos en el umbral de acontecimientos grandes y solemnes. En nuestro mundo, todo está en agitación. Ante nuestros ojos se cumple la profecía por la cual el Salvador anunció los acontecimientos que habrían de preceder su venida: "Y oiréis guerras, y rumores de guerras... Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambre, y terremotos por los lugares". Mateo 24:6, 7.
El momento actual es de interés abrumador para todos los que viven. Los gobernantes y los estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y autoridad, los hombres y mujeres pensadores de todas las clases, tienen la atención fija en los acontecimientos que se producen en derredor nuestro. Observan las relaciones que existen entre las naciones. Observan la intensidad que se apodera de todo elemento terrenal, y reconocen que algo grande y decisivo está por acontecer, que el mundo se encuentra en vísperas de una crisis estupenda.--La Historia de Profetas y Reyes, 393, 394 (1916).
Nuestro deber en el momento de tregua--Los ángeles están hoy sosteniendo los vientos de la lucha, hasta que el mundo sea advertido de su inminente destrucción; pero se está preparando una tormenta, lista para desencadenarse sobre la tierra, y cuando Dios ordene a sus ángeles que suelten los vientos, habrá una escena tal de lucha que ninguna pluma la puede describir...
El Señor nos ha concedido misericordiosamente un momento de tregua. Todo poder que nos ha sido prestado por el cielo ha de ser empleado en hacer la obra que el Señor nos asignó en favor de los que perecen en la ignorancia...
El pueblo de Dios debe interceder poderosamente ante él por ayuda ahora. Los hijos de Dios deben consagrar la totalidad de sus energías al esfuerzo de proclamar la verdad durante la tregua que ha sido concedida...
Todos los días nos hemos estado asociando con los hombres y mujeres sujetos al juicio. Cada día puede haber sido la línea divisoria para un alma. Cada día alguien puede haber hecho la decisión que determinará su destino futuro.--The Review and Herald, 23 de noviembre de 1905.
Significado del conflicto--No entendemos como debiéramos el gran conflicto que está teniendo lugar entre los agentes invisibles, el conflicto entre los ángeles leales y los desleales. Los ángeles buenos y malos luchan por la posesión de todo hombre. No es éste un conflicto imaginario. No es una batalla ficticia aquella en la cual estamos empeñados. Hemos de hacer frente a los más poderosos adversarios, y nos toca a nosotros determinar cuál ha de vencer. Hemos de encontrar nuestra fuerza donde encontraron la suya los primeros discípulos.--The Signs of the Times, 17 de febrero de 1914.
Reavivamiento del paganismo; el hombre de pecado expuesto--A medida que nos acercamos al fin del tiempo, habrá una demostración cada vez mayor de poder pagano; deidades paganas manifestarán su notable poder, y se exhibirán a sí mismas ante las ciudades del mundo; y esta delineación ha comenzado a cumplirse. Mediante una diversidad de imágenes el Señor Jesús le presentó a Juan el carácter malvado y la influencia seductora de los que se han destacado en su persecución del pueblo de Dios. Todos necesitan sabiduría para investigar cuidadosamente el misterio de iniquidad que figura en forma tan destacada en las postrimerías de la historia de esta tierra... En el tiempo mismo en que vivimos, el Señor ha llamado a su pueblo y le ha dado un mensaje para presentar. Lo ha llamado a exponer la maldad del hombre de pecado, que ha hecho de la ley del domingo un poder distintivo, que ha pensado en cambiar los tiempos y la ley, y ha oprimido al pueblo de Dios que se mantiene firme para honrarlo y guardar el único verdadero día de reposo, el sábado de la creación, como santo para el Señor.--Testimonios para los Ministros, 117, 118 (1895).
Los intrépidos mensajeros de Dios--Ahora, cuando el fin de las cosas terrenales se acerca rápidamente, Satanás realiza desesperados esfuerzos por entrampar al mundo. Inventa muchos planes para ocupar las mentes y apartar la atención de las verdades esenciales para la salvación...
En todas las ciudades sus agentes están organizando empeñosamente en partidos a aquellos que se oponen a la ley de Dios. El gran engañador está tratando de introducir elementos de confusión y rebelión, y los hombres se están enardeciendo con un celo que no está de acuerdo con su conocimiento.--Los Hechos de los Apóstoles, 178, 179 (1911).
Se acerca la culminación y el triunfo
El Evangelio sacudió una vez al mundo--Por medio de la cooperación del Espíritu divino, los apóstoles realizaron una obra que conmovió al mundo. El Evangelio fue llevado a toda nación en una sola generación.
Gloriosos fueron los resultados que acompañaron al ministerio de los apóstoles escogidos por Cristo...
Los apóstoles no cumplían su misión por su propio poder, sino con el del Dios viviente. Su tarea no era fácil. Las primeras labores de la iglesia cristiana se realizaron bajo opresión y amarga aflicción. Los discípulos encontraban constantemente privaciones, calumnias y persecuciones en su trabajo; pero no consideraban sus propias vidas como caras, antes se regocijaban porque eran llamados a sufrir por Cristo. La irresolución, la indecisión, y la debilidad de propósito, no tenían lugar en sus esfuerzos. Estaban dispuestos a gastar y ser gastados. El sentido de la responsabilidad que descansaba sobre ellos, purificaba y enriquecía sus vidas; y la gracia del cielo se revelaba en las conquistas que lograron para Cristo. Con el poder de la omnipotencia, Dios obraba por intermedio de ellos para hacer triunfar el Evangelio.--Los Hechos de los Apóstoles, 426, 427 (1911).
Un firmamento de escogidos--Entre los habitantes de la tierra, hay, dispersos en todo país, quienes no han doblado la rodilla ante Baal. Como las estrellas del cielo, que sólo se ven de noche, estos fieles brillarán cuando las tinieblas cubran la tierra y densa oscuridad los pueblos. En la pagana Africa, en las tierras católicas de Europa y de Sudamérica, en la China, en la India, en las islas del mar y en todos los rincones oscuros de la tierra, Dios tiene en reserva un firmamento de escogidos que brillarán en medio de las tinieblas para demostrar claramente a un mundo apóstata el poder transformador que tiene la obediencia a su ley. Ahora mismo se están revelando en toda nación, entre toda lengua y pueblo; y en la hora de la más profunda apostasía, cuando se esté realizando el supremo esfuerzo de Satanás para que "todos... pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos" (Apocalipsis 13:16), reciban, so pena de muerte, la señal de lealtad a un falso día de reposo, estos fieles, "irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin culpa", resplandecerán como "luminares en el mundo". Filipenses 2:15. Cuanto más oscura sea la noche mayor será el esplendor con que brillarán.--La Historia de Profetas y Reyes, 140, 141 (1916).
La iglesia triunfante--La obra pronto ha de terminar. Los miembros de la iglesia militante que han demostrado ser fieles integrarán la iglesia triunfante.--Carta 32, 1892.
Y nuestro General, que no comete nunca un yerro, nos dice todavía: "Avanzad, entrad en nuevos territorios; enarbolad el estandarte en todo país. 'Levántate, resplandece; que ha venido tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti"'.
Ha llegado el tiempo en que, por medio de los mensajeros de Dios, se está desenvolviendo el rollo ante el mundo. La verdad contenida en los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles, debe ir a toda nación, tribu, lengua y pueblo; debe iluminar las tinieblas de todo continente, y extenderse hasta las islas de la mar. No debe dejarse dilatar esta obra de gran importancia.
Nuestro santo y seña debe ser: ¡Adelante, siempre adelante! Los ángeles de Dios irán delante de nosotros para prepararnos el camino. No podemos deponer nuestra preocupación por las regiones lejanas antes de que toda la tierra esté iluminada por la gloria del Señor.--Obreros Evangélicos, 485, 486 (1915).