Los padres deben conocer a sus hijos
Algunos padres no los comprenden a éstos [sus hijos], ni los conocen verdaderamente. A menudo hay una gran distancia entre padres e hijos. Si los padres quisieran compenetrarse plenamente de los sentimientos de sus hijos, y desentrañar lo que hay en sus corazones, se beneficiarían ellos mismos.El estímulo y el elogio
A los niños les gusta la compañía, y raras veces quieren estar solos. Anhelan simpatía y ternura. Creen que lo que les gusta agradará también a la madre, y es natural que acudan a ella con sus menudas alegrías y tristezas. La madre no debe herir sus corazones sensibles tratando con indiferencia asuntos que, si bien son baladíes para ella, tienen gran importancia para ellos. La simpatía y aprobación de la madre les son preciosas. Una mirada de aprobación, una palabra de aliento o de encomio, serán en sus corazones como rayos de sol que muchas veces harán feliz el día.Los padres deben ser los confidentes del niño
Los padres deben animar a sus hijos a confiar en ellos, a presentarles las penas de su corazón, sus pequeñas molestias y pruebas diarias."No hay tiempo."
"No hay tiempo -dice el padre;- no tengo tiempo que dedicar a la educación de mis hijos, ni a sus placeres sociales y domésticos." Entonces Vd. no debiera haber asumido la responsabilidad de una familia. Al no concederles el tiempo que les toca en justicia, los priva de la educación que debieran recibir de Vd. Si tiene hijos, tiene una obra que hacer, en unión con la madre, en, lo que se refiere a la formación del carácter de esos hijos.Con los hijos en trabajos y juegos
Dedicad parte de vuestras horas libres a vuestros hijos; asociaos con ellos en sus trabajos y deportes, y conquistad su confianza. Cultivad su amistad.Consejos a los padres reservados y autoritarios
Existe el peligro de que tanto los padres como los maestros ordenen y dicten demasiado, mientras que no mantienen suficientes relaciones sociales con sus hijos o alumnos. Con frecuencia se muestran demasiado reservados y ejercen su autoridad en una forma fría y carente de simpatía, que no puede conquistar el corazón de sus hijos y alumnos. Si hiciesen acercar a los niños a sí y les demostrasen que los aman, y manifestasen interés en todos sus esfuerzos, y aun en sus juegos, siendo a veces niños entre los niños, podrían hacer muy felices a estos y conquistarían su amor y su confianza. Y los niños respetarían y amarían más temprano la autoridad de sus padres y maestros.Las malas compañías compiten con el hogar
Satanás y su hueste están haciendo arduos esfuerzos para desviar la mente de los niños, y éstos deben ser tratados con franqueza, ternura y amor cristianos. Esto os dará una poderosa influencia sobre ellos, y les hará sentir que pueden depositar una confianza ilimitada en vosotros. Rodead a vuestros hijos de los encantos del hogar y de vuestra sociedad. Si lo hacéis, no tendrán mucho deseo de trabar relaciones con otros jóvenes. . . . A causa de los males que imperan hoy en el mundo, y de la restricción que es necesario imponer a los hijos, los padres deben tener doble cuidado de ligarlos a sus corazones y de dejarles ver que desean hacerlos felices.Los padres deben familiarizarse con sus hijos
No debe levantarse una valla de frialdad y retraimiento entre padres e hijos. Intimen los padres con sus hijos; procuren entender sus gustos y disposiciones; compartan sus sentimientos, y descubran lo que embarga sus corazones.