¿Debe una esposa cristiana dejar a un esposo incrédulo?
Me han llegado cartas en las cuales ciertas madres me cuentan las pruebas que soportan en su hogar y me piden consejo. Uno de estos casos servirá para ilustrar muchos otros. El esposo y padre no es creyente, y en todo lo posible dificulta para la madre la educación de sus hijos. Es un hombre profano y grosero, que le habla en palabras insultantes y enseña a los hijos a despreciar la autoridad de ella. Cuando la madre procura orar con ellos, él entra, hace todo el ruido que pueda, estalla en maldiciones contra Dios y acumula viles epítetos contra la Biblia. La hermana está tan desalentada que la vida le resulta una carga. ¿Qué bien puede hacer? ¿En qué beneficia a sus hijos la permanencia de ella en el hogar? Ha experimentado un ardiente deseo de realizar alguna obra en la viña del Señor y se le ha ocurrido que lo mejor podría ser que dejase a su familia, más bien que quedar con ella mientras el esposo y padre enseña constantemente a los hijos a que la desprecien y desobedezcan.Dé un ejemplo de dominio propio
Sé que Vd. tiene pruebas, pero existe a veces un espíritu que tiende a mandar más bien que a atraer. Su esposo necesita ver cada día un ejemplo vivo de paciencia y dominio propio. Esfuércese en todo lo que pueda para agradarle, aunque sin renunciar a un solo principio de la verdad....Consejos a una madre sobrecargada
Ahora que su esposo desvió su rostro de Jesús, Vd. lleva una doble responsabilidad. . . .Mantened los principios cristianos
La familia en cuyo seno no se adora a Dios es como un barco en medio del mar, sin piloto ni timón. La tempestad lo azota y se quiebra contra él, y existe el peligro de que perezcan todos los de a bordo. Considere su vida y la de sus hijos como preciosa por causa de Cristo, porque Vd. tendrá que encontrarse frente al trono de Dios con ellos y con su esposo. Sus firmes principios cristianos no deben debilitarse, sino fortalecerse con cada día que transcurre. Por muy perturbado que esté su esposo, por mucho que se le oponga, debe Vd. manifestar una firmeza cristiana consecuente y fiel. Y luego, diga lo que diga, no podrá menos que respetarla en su fuero íntimo, si es que tiene un corazón de carne.Primero viene lo que Dios requiere
Su nuera me fue mostrada luego. Dios la ama, pero está en servidumbre, temor, temblor, abatimiento y dudas, y se siente muy nerviosa. Esta hermana no debe considerar que debe entregar su voluntad a un joven impío que tiene menos años que ella misma. Debe recordar que su casamiento no destruye su individualidad. Dios tiene para con ella derechos que son más importantes que cualquier derecho terrenal. Cristo la compró con su propia sangre. No se pertenece. Ella no pone toda su confianza en Dios, sino que renuncia a sus convicciones y a su conciencia y se somete a un hombre intolerante y tiránico, incitado por el maligno cada vez que su majestad satánica puede obrar por su medio para intimidar esta alma temblorosa. Ha sido puesta tantas veces en estado de agitación que su sistema nervioso está deshecho, y ella está casi anonadada. ¿Es voluntad del Señor que esta hermana se halle en tal estado y Dios sea privado de su servicio? No. Su casamiento fue un engaño del diablo. Sin embargo, debe ahora hacer lo mejor que pueda, tratar a su esposo con ternura, hacerle feliz en la medida en que pueda hacerlo sin violar su conciencia; porque si él persiste en su rebelión, este mundo será el único cielo que tendrá. Pero no concuerda con la voluntad de Dios que ella se prive de asistir a las reuniones para satisfacer a un esposo despótico que posee el espíritu del dragón.Salvar algo es mejor que perderlo todo
Hno. K., Vd. ha tenido muchos desalientos; pero debe ser fervoroso, firme y decidido a cumplir su deber en su familia, y llevarla consigo si es posible. No debe escatimar esfuerzo alguno para inducirla a acompañarle en su viaje hacia el cielo. Pero si la madre y los hijos no quieren ir con Vd., sino que procuran desviarle de sus deberes y privilegios religiosos, Vd. debe ir adelante, aunque esté solo. Debe vivir en el temor de Dios. Debe aprovechar sus oportunidades de asistir a las reuniones y de obtener toda la fuerza espiritual que pueda, porque la necesitará en días venideros. La propiedad de Lot fue consumida. Si Vd. tuviese que sufrir una perdida no debiera desalentarse; y si puede salvar tan sólo una pare de su familia, será mucho mejor que perderla toda.