¿Por qué nos dio ojos, oídos y boca?
Dios dio a los hombres ojos para que contemplasen las maravillas de su ley. Les dio oídos para que escuchasen la predicación de su mensaje. Dio a los hombres el talento del habla para que presentasen a Cristo como el Salvador que perdona los pecados. Con el corazón el hombre cree para obtener justicia, y con la boca formula su confesión para ser salvado.Cómo obtiene Satanás acceso al alma
Todos deben custodiar los sentidos, no sea que Satanás obtenga la victoria sobre ellos; porque son las vías de acceso al alma.Satanás procura confundir los sentidos
La obra de Satanás consiste en inducir a los hombres a no tener en cuenta a Dios, a absorber de tal manera su atención que no pensarán en su Hacedor. La educación que recibieron fue de un carácter tal que contribuyó a confundir la mente y eclipsar la luz verdadera. Satanás no quiere que la gente conozca a Dios; y si puede poner en ejecución juegos y representaciones teatrales que confundan los sentidos de los jóvenes para que perezcan seres humanos en las tinieblas mientras que en derredor suyo brilla la luz, queda bien complacidos.No puede entrar sin nuestro consentimiento
Quisiéramos presentar a nuestro pueblo el hecho de que Dios proveyó para que no seamos tentados más allá de lo que podemos soportar, y que para toda tentación preparará una salida. Si vivimos totalmente para Dios, no permitiremos que nuestra mente se entregue a imaginaciones egoístas.Impidámosle todo acceso
Todos los que llevan el nombre de Cristo necesitan velar, orar y guardar las avenidas del alma; porque Satanás está obrando para corromper y destruir, si se le concede la menor ventaja.No leer, ver ni oír lo malo
El apóstol [Pedro] procuró enseñar a los creyentes cuán importante es impedir a la mente divagar en asuntos prohibidos o gastar energías en cosas triviales. Los que no quieren ser víctimas de las trampas de Satanás deben guardar bien las avenidas del alma; deben evitar el leer, mirar u oír lo que puede sugerir pensamientos impuros. No debe permitirse que la mente se espacie al azar en cualquier tema que sugiera el enemigo de nuestras almas. El corazón debe ser fielmente vigilado, o males de afuera despertarán males de adentro, y el alma vagará en tinieblas.Abrir la puerta es debilitar la resistencia
No procure saber cuán cerca del precipicio puede andar sin caer en él. Evite la primera aproximación al peligro. No se puede jugar con los intereses del alma. Su capital es su carácter. Aprécielo como si fuese un áureo tesoro. La pureza moral, el respeto propio, un gran poder de resistencia, son cosas que deben retenerse firme y constantemente. No debe haber una sola desviación de la reserva, pues un solo acto de familiaridad una sola indiscreción, puede exponer el alma a la perdición al abrir la puerta a la tentación y debilitar el poder de resistencia.Satanás quisiera eclipsarla
Satanás ha obrado de continuo para eclipsar las glorias del mundo futuro y para desviar toda la atención hacia las cosas de esta vida. Ha procurado arreglarlo todo para que nuestros pensamientos, ansiedades y labores se dediquen tan completamente a las cosas temporales que no podamos ver ni comprender el valor de las realidades eternas. El mundo y sus cuidados ocupan demasiado lugar en nuestros pensamientos y afectos mientras que Jesús y las cosas celestiales lo tienen por demás pequeño. debemos desempeñar concienzudamente todas las obligaciones de la vida diaria, pero es también esencial que cultivemos sobre todo un santo afecto por nuestro Señor Jesucristo.Los ángeles celestiales nos ayudarán
Siempre debiéramos recordar que agentes invisibles, malos y buenos, obran para apoderarse del control de la mente. Actúan con poder invisible pero efectivo. Los ángeles buenos son espíritus ministradores que ejercen una influencia celestial sobre el corazón y la mente, mientras que el gran adversario de las almas, el diablo, y sus ángeles se esfuerzan de continuo para lograr nuestra destrucción. . . .