Hijas de Dios

Capítulo 9

El ministerio en el vecindario

Se necesitan mujeres en los diversos ramos de la obra--En las variadas ramas de la causa de Dios hay un amplio campo en el cual nuestras hermanas pueden rendir un buen servicio para el Maestro. Muchos ramos de trabajo misionero son descuidados. En las diferentes iglesias, mucho trabajo que se deja sin hacer, o que se hace imperfectamente, podría realizarse bien con ayuda de nuestras hermanas, si son debidamente instruidas. Por medio de los diversos ramos del esfuerzo misionero local, ellas pueden alcanzar una clase de personas a las cuales no llegan nuestros pastores. Entre las nobles mujeres que tuvieron el valor moral de decidirse en favor de la verdad para este tiempo, se encuentran muchas que tienen tacto, percepción y habilidad, y que pueden llegar a ser obreras de éxito. Se necesitan las labores de tales mujeres cristianas.--El Evangelismo, 341 (1914).

Amigos en la familia de Dios--Si un miembro de la familia de Cristo cae en tentación, los demás deben velar por él con bondadoso interés, para detener los pies que empiezan a descarriarse por senderos erróneos y para ganarlo a una vida pura y santa. Dios requiere que cada miembro de su iglesia realice este servicio [...].

Esto también es obra misionera, y ayuda tanto a quienes la realizan como a las personas por quienes se hace. El bondadoso interés que manifestamos en el círculo del hogar, las palabras de afecto que hablamos a nuestros hermanos y hermanas nos preparan para trabajar por los miembros de la casa del Señor, con quienes, si permanecemos leales a Cristo, viviremos durante la eternidad. Cristo dice: "Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida". Apocalipsis 2:10. Puesto que esto es así, ¡con cuánto cuidado deberían los miembros de la familia del Señor velar por sus hermanos y hermanas! Haceos amigos de ellos. Si son pobres y necesitan alimento y vestido, atended sus necesidades temporales tal como lo hacéis con sus necesidades espirituales. Así seréis una doble bendición para ellos.--El Evangelismo, 259 (1898).

Amigos de las familias en necesidad--Las hermanas pueden hacer mucho para alcanzar y suavizar los corazones. Allí donde estéis, mis hermanas, actuad con sencillez. Si visitáis un hogar donde hay niños, mostrad interés por ellos. Que vean que los amáis. Si uno de ellos está enfermo, ayudad a la angustiada y cansada madre a aliviar el dolor del niño sufriente aplicándole tratamientos.--The Review and Herald, 11 de noviembre de 1902.

Todos tienen una parte en la obra de Dios

Nuestras hermanas pueden hacer mucho--Nuestras hermanas no están haciendo comparativamente nada cuando podrían hacer mucho. Cristo busca frutos en la vida y el carácter de muchos profesos cristianos pero, como en el caso de la higuera estéril, encuentra solo hojas. Las hermanas pueden trabajar eficientemente buscando suscriptores para nuestras revistas. De esta manera pueden traer luz a muchas mentes. La obra de distribución, de folletos y del colportaje evangélico puede ser llevada a cabo tanto por nuestras hermanas como por nuestros hermanos.

Satanás está bien ocupado en su departamento de publicaciones diseminando literatura que rebaja la moral y envenena las mentes de los jóvenes. Las publicaciones infieles se están diseminando ampliamente por toda la tierra. ¿Por qué no se interesa cada miembro de la iglesia en diseminar las publicaciones que elevarán la mente de muchos y los pondrán en contacto directo con la verdad? Estos folletos y revistas tienen el propósito de iluminar al mundo y han sido efectivos en convertir almas. Siembran la semilla del evangelio y pueden traer tantas almas a Cristo como la Palabra predicada, y así por este medio han surgido iglesias enteras.

Cada discípulo de Cristo puede tener una parte en esta obra. Que los folletos, las revistas y los libros sean diseminados por doquiera. Llevad con vosotros un paquete de folletos seleccionados que podáis distribuir cuando se presente la oportunidad. Podéis vender literatura, o prestarla o regalarla según sea el caso; con esto se obtendrán magníficos resultados.--The Review and Herald, 10 de junio de 1880.

Estad seguras de trabajar para Jesús--Nuestras hermanas no se hallan exentas de hacer su parte en la obra de Dios. Todo aquel que ha gustado los poderes del mundo por venir, tiene una sagrada labor que cumplir en la viña del Señor. Nuestras hermanas podrían mantener sus manos ocupadas produciendo exquisitos artículos para embellecer su hogar o para regalarlos a sus amigos. Podría pensarse que una gran cantidad de estos materiales están produciendo un buen fundamento. Pero, ¿Será que Jesús considerará estas exquisitas pequeñeces como un sacrificio vivo para él? ¿Será que pronunciará sobre esos obreros las palabras: "Yo conozco tus obras [...] y has trabajado arduamente por causa de mi nombre"? Apocalipsis 2:2-3.--The Review and Herald, 31 de mayo de 1887.

Todos podemos hacer obra misionera a nuestro alrededor--Nuestras hermanas se han excusado con facilidad de llevar responsabilidades que requieren esfuerzo mental; y sin embargo esta es la disciplina que necesitan para perfeccionar su experiencia cristiana. Pueden hacer obra misionera y tener un interés personal en la distribución de folletos y revistas que representan correctamente nuestra fe. No todos pueden ir a los campos misioneros lejanos, pero todos pueden hacer algo a su alrededor [...].

Como cristianos, debiéramos tener el profundo sentimiento de que nuestro tiempo, nuestras energías y nuestros talentos han sido comprados por un precio infinito. No somos nuestros para usar nuestro tiempo en cosas que gratifican nuestros gustos y nuestro orgullo. Como hijos de luz, debemos difundir la luz a otros. Debiéramos estudiar la manera de glorificar mejor a Dios, y de trabajar para salvar y bendecir a las almas por las que Cristo murió. Al trabajar para bendecir a otros, estaremos añadiendo fuerza y coraje a nuestras propias almas, y estaremos recibiendo la aprobación de Dios. Centenares de nuestras hermanas podrían hoy estar trabajando si quisieran [...].

Aquellas que no están haciendo nada debieran salir a trabajar. Que cada hermana que se siente una hija de Dios asuma la responsabilidad de hacer lo que esté a su alcance. Las características más nobles se adquieren a través del renunciamiento y la benevolencia en beneficio de otros.--The Review and Herald, 12 de diciembre de 1878.

Sembrad sobre todas las aguas--Si nuestras hermanas usaran el tiempo que les ha sido dado por Dios en ferviente oración y estudio de su Palabra, él les daría sabiduría celestial para descubrir qué clase de obra pueden realizar con la gracia que les ha sido concedida, para salvar las almas que están a su alrededor. Nuestras hermanas pueden comenzar la obra misionera en su propia casa; entonces pueden extenderse a trabajar inteligentemente por sus vecinos. Si se interesaran en esta tarea podrían sembrar las semillas de verdad. Debemos sembrar sobre todas las aguas, "porque no sabemos cuál es lo mejor, si esto o aquello". Eclesiastés 11:1, 6. Lo que sí sabemos es que esta clase de obra da resultados; y son resultados eternos. Es como construir el fundamento con oro, plata y piedras preciosas, materiales que no perecen ni se consumen. Y la primera tarea que debemos realizar personalmente es nuestra consagración a Dios.--The Review and Herald, 6 de noviembre de 1888.

Obreros juntamente con Dios

Orar por los amigos personales--Dios puede hacer mucho más de lo que pedimos o pensamos si solo confiamos en él plenamente. ¿Creeremos en él y avanzaremos con fe, esperanza y coraje, tomándonos de la mano del Todopoderoso? [...]. Que todos aquellos que profesan creer en la verdad presente puedan mantener principios puros y santos en sus vidas. Si nuestras hermanas sintieran que pueden hacer mucho y se consagraran a Dios, serían de gran ayuda. Si hablaran y obraran con sabiduría divina entre sus conocidos, podrían hacer mucho bien.

Si hablaran menos de asuntos que no son importantes, y oraran más fervientemente a Jesús pidiendo por sus amigos personales que no están en la verdad, y rogaran que él ilumine sus mentes, sus oraciones de fe harían mucho bien. Nuestras hermanas pueden ser obreras juntamente con Dios. Y cuando esta vida termine, podrán mirar hacia atrás en su experiencia y ver que su vida no fue un desierto estéril, sino un campo que dio flores y frutos por su trabajo.--Manuscript Releases 7:40-41 (1874).

Una juventud entrenada para servir a otros

Organizados para servir--Jóvenes y señoritas: ¿Queréis alistaros como soldados de Cristo y formar sociedades que pongan todas sus habilidades, talentos y tacto al servicio del Maestro para salvar a las almas de la ruina? Que se organicen sociedades de jóvenes en cada iglesia [...]. ¿Se organizarán los jóvenes y señoritas que realmente aman a Jesús para trabajar como obreros no solamente por los miembros, sino por los que no son de la fe?--The Signs of the Times, 29 de mayo de 1893.

Instruidos en métodos prácticos de obra misionera--Para el crecimiento de nuestras iglesias se necesita ahora el concurso de obreros sabios que puedan discernir y desarrollar los talentos que se encuentran en la iglesia, para ponerlos al servicio del Maestro. Aquellos que visitan las iglesias deben dar instrucción acerca de cómo dar estudios bíblicos y hacer obra misionera. Que haya una clase para la preparación de los jóvenes que desean trabajar y quieren aprender cómo hacerlo. Nuestros jóvenes y señoritas debieran ser educados para llegar a ser obreros en el hogar, en el vecindario y en la iglesia.--The Review and Herald, 15 de mayo de 1888.

Los jóvenes pueden dirigir reuniones--Antes de que presentara este asunto a los estudiantes del Colegio de Avondale [Australia], eran muy pocos los que se habían dedicado a hacer obra misionera, visitando a las familias, distribuyendo literatura y dirigiendo estudios bíblicos en las zonas cercanas. Muchos de los estudiantes tenían la misma teoría sostenida en otros colegios, que es mejor aprender todo lo que se pueda mientras se está en el colegio, y esperar hasta salir del mismo para hacer obra misionera [...].

Cuando estudiamos qué sería lo mejor para las iglesias de la región y para los estudiantes del colegio que habían tenido una experiencia en trabajar para Cristo, se consideró que lo mejor era animar a algunas personas de cierta experiencia a salir del colegio por una semana y dedicarse a visitar las iglesias, dirigir reuniones, y unirse a los obreros de esas iglesias en un trabajo ferviente por aquellos que necesitaban ayuda. Siete estudiantes fueron enviados juntamente con el pastor Haskell para visitar la iglesia de Stanmore; iglesia en la que el pastor Haskell había realizado una labor amorosa y eficiente.

Al principio, algunos consideraron que perder una semana de clases era algo muy serio; les había costado mucho venir al colegio, y aparentemente para algunos era la última ocasión de asistir a clase; consideraban cada una de ellas como una preciosa oportunidad. Sin embargo, después de algunas reflexiones aceptaron con gozo el plan. Al levantar la cruz, se levantaron ellos mismos. No fue fácil, sino que se trasladaban de lugar en lugar. Pero fueron recibidos con alegría y encontraron almas solitarias que estaban sedientas por ayuda espiritual. Mientras saciaban la sed de otros, sus propias almas fueron saciadas. Cuando volvieron al colegio, estaban llenos de gozo y valor; su fe se había desarrollado con el trabajo y estaban listos para animar a sus compañeros.

Justamente en ese tiempo, una forma severa de gripe asoló la región. Primero apareció en las ciudades y se extendió a las zonas rurales. Como se podía esperar, también alcanzó el colegio. Había muchos enfermos alrededor de nosotros. Y los estudiantes de la práctica de enfermería se ofrecieron voluntariamente para ayudar a los enfermos cuando fuera necesario. Así que fueron enviados de dos en dos para dar tratamiento y ayudar a los más debilitados.

Estas experiencias prepararon sus corazones para recibir y apreciar el valor de la obra misionera como parte de su instrucción y educación. Y cuando el plan fue presentado en el colegio y en la iglesia durante una semana de oración, tanto los estudiantes como los profesores aceptaron la sugerencia y encontraron oportunidades de trabajar en todas direcciones. Los sábados y domingos por la tarde, entre dieciséis y veinte estudiantes salían a tener reuniones de oración, estudios bíblicos, reuniones para los jóvenes, y predicación en cerca de diez lugares. Ya podemos ver un resultado de este trabajo: los que lo hacen han sido grandemente bendecidos. Los otros resultados se verán en el futuro.--The Review and Herald, 4 de octubre de 1898.

Una carta misionera a María Chase

María Chase era la sobrina de Jaime White, hija de su hermana Mary.

Querida sobrina María: Deseo escribirte algunas líneas. Mi interés por ti no ha disminuido aunque me he sentido muy desilusionada por tu caso. Al parecer, tu deseo de llegar a ser cristiana ha disminuido, y tengo una dolorosa ansiedad en cuanto a tu futuro y perspectivas.

No sé si puedo comprender tu presente estado mental, y si estoy preparada para ayudarte. Podría estar en mejores condiciones de hacerlo, si supiera que tú sinceramente deseas ser una cristiana humilde. Quizá deseas serlo, pero debido a tu último fracaso puedes haberte desanimado. Quizá pensaste que la confianza que otros tenían en ti ha sido traicionada, y que ya no van a creer nuevamente en ti cuando hagas nuevos esfuerzos en el futuro.

Pero María, si la vida cristiana todavía tiene encantos para ti, y ves tu pecaminosidad y tu condición perdida sin Cristo, te aconsejo comenzar otra vez con todo fervor. Busca al Señor con mansedumbre. Puedes estar muy desconfiada de ti misma, y tienes razones para estarlo. Pero Dios es fiel, y te aconsejo por la salvación de tu alma que pruebes otra vez y fervientemente busques llegar a ser una seguidora de Cristo. Nadie puede hacer este trabajo por ti. Es una obra entre Dios y tu propia alma, que debe soportar la prueba del Todopoderoso.

Quiero invitarte a buscar aquellas cosas que te traerán paz. Durante toda tu vida has estado buscando ansiosamente los placeres terrenales y las diversiones mundanas, pero solo has encontrado espinas en el camino del placer mundano. Una desilusión tras otra te han llevado a fracasar en tu vida. No has cumplido el propósito que Dios tenía para ti. Tu mente se ha espaciado en las modas, la frivolidad y las exhibiciones. Has sacrificado la sobriedad de pensamiento en el altar de las apariencias, y has dejado de lado aquellas consideraciones e intereses eternos que son más elevados y valiosos que las consideraciones terrenales, como son los cielos más altos que la tierra.

Satanás siembra el camino ancho que lleva a la perdición con flores tentadoras. Pero aquellos que transitan por este camino de muerte, pronto aprenden por experiencia que esas flores se marchitan tan pronto como se las recibe, y en lugar de perfume exhalan un olor desagradable y nauseabundo.

María, ¿no quisieras dedicar a Dios el poco tiempo que se nos da para asegurar tu felicidad presente y eterna? Te ruego que lo hagas con todo fervor. No rindas culto a tu apariencia personal que de ninguna manera recibe el favor de Dios. Dios se agrada de la dignidad moral. Pedro dice: "Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible adorno de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios". 1 Pedro 3:3-4.

Busca tener ese espíritu manso y apacible. Trata de desechar ese espíritu que te controla en gran medida; que trae el deseo de continuo cambio. Busca la justicia y la mansedumbre. Creo que Dios te dará su gracia si te vuelves a él de todo tu corazón y pones a Cristo en primer lugar. Aprende a servirle. Estudia la Biblia y pídele a Dios que ilumine tu mente para entender sus sagradas enseñanzas que por tanto tiempo has descuidado y despreciado. Vuelca tu atención a las palabras de vida: "Escudriñad las Escrituras".

Durante toda tu vida tu corazón ha estado en rebelión contra Dios. Has despreciado su misericordia y has elegido los placeres mundanales y el servicio a Satanás en lugar del servicio a Cristo. Pero Jesús, con su ilimitada misericordia, aún te invita a elegirlo como tu Salvador para llegar a ser una hija de Dios y heredera de su gloria. Puedes elegir la vida y la salvación, o elegir el culto al yo, y dedicar las preciosas horas de este tiempo de prueba para hacer tu persona atractiva a los ojos de los sensuales y mundanos. Puedes recibir aduladoras palabras de sus labios para después cosechar lo que has estado sembrando: corrupción. Ese pobre cuerpo mortal que ha sido tu dios y tu ídolo, será cortado como el pasto y se marchitará como la hierba verde. ¡Oh, María! cuán doloroso ha sido para mí ver que has dedicado casi completamente tus pensamientos a tu propia persona, a tu vestido, a tu apariencia. Tu mente parece haber estado completamente ocupada en estas cosas.

La Palabra de Dios nos exhorta a estudiar cómo presentarnos ante Dios aprobados. ¿Cuánto has estudiado esta importante lección? Mas bien has buscado la aprobación de los amantes del placer y de los enemigos de Dios, en lugar de tener el elevado deseo y la determinación de propósito de buscar la aprobación de Dios. Él es quien te da la vida y cada cosa que puedes gozar.

Dejo estas líneas escritas con premura, contigo; y oro para que puedan hacerte bien. Te ruego buscar al Señor. Ora mucho; ora y llora. Humíllate delante del Señor confiando únicamente en los méritos de un Salvador crucificado y resucitado; un Salvador que intercede justamente por almas contaminadas del pecado como la tuya. Si otros no te ayudan como tú piensas que debieran hacerlo, no te desanimes. El tuyo es un caso de vida o muerte. Los ángeles de Dios miran con interés para saber si serás vencida por Satanás o, en cambio, si serás vencedora mediante la eficacia de la sangre de Cristo, y colocarás a Satanás bajo tus pies. ¿Elegirás a Cristo como tu parte para siempre?

Ora, María; ora fervorosamente. En primer lugar para que Dios te revele el pecado y la corrupción de tu propio corazón. Que este deseo esté siempre delante de ti, porque es importante que te veas pecadora para sentir la necesidad de buscar perdón mediante la sangre de Cristo. Tu segunda oración debiera ser: "Revélate a ti mismo en mí; revélame tu misericordia y el valor de tu sangre". Toma cuidado de la vida eterna. Tú has comprobado ya el poco valor de las cosas terrenales, y me extraña que aún manifiestes tan poco interés en llegar a ser cristiana. Pero es comprensible, si has hecho de tu apariencia personal tu ídolo. Dios no puede morar en el corazón o la mente de aquel en quien el yo reina supremo. Y Satanás puede usar tu buena apariencia para tu propia destrucción. Si tuviera éxito, probaría que esta ha sido la mayor maldición en tu vida.

¿Qué es la apariencia por sí sola? ¿Qué significa una buena figura sin dignidad moral, bondad de corazón y nobleza en los propósitos? Es solo un barniz que agrada a cierta clase de gente, pero que perecerá en el día de Dios, dejando ver solo la deformidad corrupta del pecado. Busca el cielo; busca la verdadera humildad, y Dios dirigirá tu camino.--Carta 2, 1865.