Hijas de Dios (1999)

Capítulo 8

"El obrero es digno de su salario"

Dios ha resuelto este asunto--Si las mujeres hacen el trabajo que no es el más agradable para muchos de los que trabajan en palabra y doctrina, y si su obra testifica que están llevando a cabo un trabajo que ha sido manifiestamente descuidado, ¿no debería esa obra considerarse tan rica en resultados como la obra de los ministros ordenados? ¿No debiera eso imponer el empleo de esa obrera?...

Este asunto no deben resolverlo los hombres. El Señor ya lo ha resuelto. Debéis cumplir vuestro deber con las mujeres que trabajan en el Evangelio, cuya obra testifique que son indispensables para llevar la verdad a las familias. Su obra es justamente lo que debe hacerse y debiera estimularse. En muchos sentidos una mujer puede impartir a sus hermanos un conocimiento que los hombres no pueden darles. La causa sufriría una gran pérdida sin esa clase de trabajo realizada por las mujeres. Una vez tras otra el Señor me ha mostrado que las maestras son tan necesarias como los hombres para la obra que Dios les ha asignado.--El Evangelismo, 360 (1903).

Las mujeres deben recibir pago por su trabajo--Hay esposas de ministros, como las hermanas Starr, Haskell, Wilson y Robinson, que han sido obreras dedicadas y fervientes. Han dado estudios bíblicos y han orado con las familias, y han sido tan exitosas en su trabajo personal como sus esposos. Estas mujeres dedican todo su tiempo, y sin embargo se les ha dicho que no recibirán nada porque sus esposos ya reciben un sueldo. Les he dicho que sigan adelante, que estas decisiones han de ser revisadas. La Palabra dice: "El obrero es digno de su salario". Lucas 10:7. Cuando se tomen tales decisiones, voy a protestar en el nombre del Señor. Y voy a considerar mi deber crear un fondo con el dinero de mi diezmo para pagar a estas mujeres que están cumpliendo una labor tan esencial como la de los ministros. Este diezmo será utilizado para la misma línea de trabajo que realizan los pastores: pescar y cazar almas.

Sé que estas fieles obreras debieran recibir un sueldo en proporción al que reciben los ministros. También ellas tienen una carga por las almas, y no debiera tratárselas injustamente. Estas hermanas brindan su tiempo para educar a los nuevos creyentes en la fe, y deben pagar a las personas que trabajan para ellas. Todas estas cosas deben hacerse con justicia y en el debido orden. Los lectores de pruebas reciben su salario en la casa editora; los que hacen labores domésticas reciben su paga de dos y tres dólares a la semana. Yo misma y otros tenemos que pagar por esas labores. Sin embargo, las esposas de los ministros, que cargan con una tremenda responsabilidad y dedican todo su tiempo, no reciben cosa alguna por su labor.--Manuscript Releases 12:160 (1898).

Carta al capitán Enrique Norman

La mujer debiera recibir un sueldo adecuado a su trabajo--Mi hermano en Cristo Jesús: Me siento muy agradecida a mi Padre celestial porque ha contestado nuestras oraciones en la forma y el tiempo que él consideró oportuno. A menudo en nuestra experiencia hemos estado en aprietos, pero el Señor ha respondido nuestras oraciones y nos ha bendecido grandemente. Una y otra vez hemos presentado nuestro caso ante el Señor, luchando con él como lo hizo Jacob antes de encontrarse con su hermano Esaú. Hace algunos meses se me dio la indicación de solicitar ayuda a nuestros hermanos en Norteamérica. El Señor dijo: "Persiste en orar, y persiste en pedir. Yo me moveré sobre esos corazones y los medios que he dispuesto llegarán". Desde que recibí esta comunicación del Señor no he sentido desconfianza. Me he despertado durante las noches con estas palabra en mis labios: del Señor es la plata y el oro, y no nos abandonará en esta emergencia.

¡Cuán maravillosos son los caminos de nuestro Señor! Su gloria es impartirnos las cosas que más necesitamos. Durante la noche he visto el poderoso brazo de la Omnipotencia extendido hacia nosotros para guiarnos y dirigirnos hacia adelante. "Marchad hacia adelante--dijo el Señor--conozco vuestro caso y os enviaré ayuda. Persistid en la oración. Tened fe en mí. Vosotros pedís por la gloria de mi nombre y recibiréis. Seré honrado ante aquellos que critican vuestro fracaso financiero. Ellos verán a la verdad triunfar gloriosamente. Todo lo que pidiéreis en mi nombre, creyendo, lo recibiréis".

He sido instruida a menudo acerca del camino a seguir en casos de perplejidad. Cuando existe un sincero deseo de hacer la voluntad de Dios; cuando no hay consideraciones personales o egoístas de por medio, el Señor escuchará y responderá la oración.

Si confiamos en las promesas que Dios ha dado en su Palabra, podemos marchar con seguridad hacia adelante a pesar de las aparentes dificultades. El Señor nos brindará ayuda mediante hombres que, movidos por el Espíritu, suplirán nuestra necesidad. Cada programa que legalmente busque el avance en la obra de salvar a las almas que perecen, tendrá éxito. Debemos reconocer las providencias especiales de Dios. El Señor nos autoriza a orar, y declara que escuchará las oraciones de aquellos que no confían en su propia, finita sabiduría, sino en el Poder infinito. Será honrado por aquellos que se acercan a él y le sirven fielmente. "Tú guardarás en completa paz, a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado". Isaías 26:3.

El Señor lo ha hecho a usted un mayordomo de sus medios, y agradezco a mi Padre celestial por haberlo impresionado a identificarse con la causa de hacer avanzar su reino en esta tierra. El modo de acción más seguro es permanecer unido a la Palabra de Dios. Al cristiano se lo invita a llevar sus cargas a Dios en oración, y a unirse a Cristo por las cuerdas de una fe viviente.

Mi hermano en Cristo, tengo un pedido que hacerle. ¿Podría dedicar una cierta suma para crear un fondo para la educación de los obreros que se dedican a dar estudios bíblicos a las familias, después que las reuniones evangelizadoras han terminado? Durante este mismo tiempo podemos también realizar reuniones para niños los sábados y domingos por la tarde. Hemos seguido este plan durante las reuniones evangelizadoras que tuvimos aquí. Cuando colocamos la carpa aquí en Newcastle, no había un solo guardador del sábado. Desde entonces, miles han tenido la oportunidad de escuchar la verdad, y sabemos que muchos de ellos la escucharon con alegría. Parecían estar hambrientos por la verdad.

Simultáneamente con las reuniones para adultos, resolvimos tener reuniones para niños. Fueron elegidos los mejores maestros. Durante la semana teníamos entre cien y ciento veinte niños; en los sábados y domingos asistían entre trescientos y cuatrocientos. Les fueron dadas preciosas lecciones del amor de Cristo y de su voluntad de salvar a todos los que se allegan a él. Los niños se comportaban bien, y cuando volvían a sus hogares les contaban a sus padres acerca de las lecciones que habían recibido. Algunos de estos padres han aceptado la verdad.

Hemos continuado con las reuniones en carpa aquí en Newcastle, después que terminaron las reuniones evangelizadoras. Treinta y cinco almas se convirtieron y fueron bautizadas, y quedan muchas más interesadas. Se han producido conversiones extraordinarias entre hombres que no habían asistido a una reunión religiosa en carpa por años. Fumadores y bebedores que se vieron como transgresores de la ley en el espejo del Evangelio, se han arrepentido y aceptado a Cristo como su Salvador personal. Los ministros están asombrados al ver a estos hombres fumadores y bebedores, dejar de fumar y de beber y convertirse. Les parece un verdadero milagro.

Se ha alquilado una casa donde viven los pastores y sus esposas, y aquellos que están siendo entrenados para dar estudios bíblicos casa por casa. Se le pide a la gente que invite a sus amigos y vecinos a estas reuniones, y se les da oportunidad de hacer preguntas acerca de las lecciones presentadas. Hay ocasiones en que se manifiesta un profundo interés. Tengo una gran confianza en este método de labor. Estos obreros que están pescando y cazando las almas de los hombres y mujeres, trabajan arduamente desde la mañana hasta la noche; a menudo no terminan sus visitas antes de las diez de la noche.

Ahora se ha comenzado a trabajar en la localidad de Wallsend, un suburbio de Newcastle ubicado a unos quince kilómetros, y en Maitland, que está a treinta kilómetros de Newcastle. Este es un campo grande de labor y emplearemos obreros de tiempo completo para hacer la tarea. El pastor Haskell y su esposa están ahora trabajando en Newcastle. Tienen mucha habilidad y buen tacto para enseñar la verdad tanto en público como casa por casa. Aparte del pastor Haskell habrá otros obreros e instructores bíblicos. En esta área se necesitan no menos de doce obreros porque el campo es muy grande.

En el pasado he dedicado algunos medios para sostener esta clase de trabajo. Pero los fondos están agotados debido a que hay pedidos continuos. Se ha comenzado trabajo misionero en muchas ciudades.

Las esposas de los ministros ayudan a sus esposos y realizan tareas que ellos quizá no podrían hacer. Pero para dedicar este tiempo, deben emplear personas que puedan hacerles las tareas de la casa. El hacer este tipo de obra misionera requiere el mejor talento, y estas damas debieran recibir un sueldo adecuado. Sin embargo, por la escasez de medios, nuestras hermanas han recibido muy poco. Obreros menos calificados, que aún requieren instrucción por precepto y por ejemplo, reciben una libra por semana para pagar su hospedaje. Pero las esposas de los obreros no han recibido nada.

Quisiera crear un fondo para pagar a estas dedicadas mujeres que son las mejores para dar estudios, y para emplear más obreros como instructores bíblicos. Y ahora voy directamente al punto: ¿Me confiaría usted algunos medios para que se los administre y podamos utilizarlos para educar y sostener obreros, y para construir humildes casas de culto? Yo misma he invertido medios en cada uno de los templos que se han construído en Australia para nuestro pueblo, excepto uno.

Pienso que le he expuesto mi pedido claramente. Si usted lo desea, puedo enviarle un estado de cuenta cada seis meses para que sepa cómo ha sido invertido su dinero.

He tomado la determinación de hacer avanzar la obra aquí; y para hacerlo, había pedido un préstamo de mil libras en Africa. La fecha de devolución se cumplió unos meses atrás, pero pudimos renovarlo por un año más, al cuatro y medio por ciento de interés. También he solicitado dinero en Norteamérica al cinco y seis por ciento, y aunque no estoy presionada a devolverlo en un tiempo fijo, en algún momento será necesario devolverlo. Aquellas personas que me prestaron este dinero, consideraban que estaría más seguro conmigo que en el banco. Ahora algunas de ellas, especialmente una o dos que son viudas, están en circunstancias difíciles y debemos devolverles su dinero. Le menciono esto para que sepa por qué le estoy solicitando ayuda para crear este fondo para mantener obreros en el campo de labor.--Carta 83, 1899.

Cuando el esposo y la esposa trabajan juntos, ambos debieran recibir remuneración--Una y otra vez he repetido la instrucción que el Señor me ha dado concerniente a la apertura de nuevos centros para que las grandes ciudades puedan oír las verdades del mensaje del tercer ángel...

La página impresa no puede cumplir sola lo que el ministro con su presencia puede hacer. El puede explicar las Escrituras a la gente, orar con ellas, apelar a sus corazones, y hacer efectivas las verdades de la Biblia. Este trabajo no puede ser hecho simplemente por uno o dos hombres. Muchos hombres y mujeres que tienen la habilidad de predicar y enseñar, deben ser llamados para esta tarea...

Enviemos hombres y mujeres de fe y consagración a dar este último mensaje de amonestación al mundo. Cuando sea posible, que el pastor y su esposa trabajen juntos. A menudo la esposa puede estar al lado de su esposo y cumplir una noble tarea. Puede visitar los hogares de la gente y hacer un trabajo por las mujeres de esas familias que su esposo no puede realizar...

El pastor Haskell y su esposa han unido sus esfuerzos en la Asociación de California. Las condiciones en ese lugar demandaban la capacidad de ambos. No cuestionemos el derecho que la Hna. Haskell tiene de recibir remuneración por su trabajo. El doctor Kress y su esposa también son capaces de unir sus esfuerzos misioneros. Nadie cuestionaría el derecho de la Hna. Kress de recibir un salario. Y ellos pueden cumplir mucho más trabajando juntos que si lo hicieran separadamente.--Manuscript Releases 12:165-167 (1909).

Es una injusticia no pagar a las mujeres por su fiel trabajo--Está bien que los ministros sean pagados por su obra. Y si el Señor llama a la esposa tanto como al esposo a llevar la carga y a dedicar tiempo y energías a visitar las familias y abrir las Escrituras con ellas, aunque la esposa no haya sido ordenada por la imposición de manos, cumple una tarea ministerial. ¿Acaso sus labores no cuentan para nada, y el salario de su esposo debería ser el mismo que el de otro siervo de Dios cuya esposa no se dedica a la obra sino al cuidado de su familia?

Mientras estaba en Norteamérica se me brindó luz sobre este tema. Se me dio instrucción sobre asuntos que deben ser considerados. Se ha hecho una injusticia con aquellas mujeres que trabajan con tanta dedicación como sus esposos, y cuya tarea es reconocida por Dios y considerada tan importante como la de sus esposos. El método de pagar a los hombres sin hacerlo a las esposas que trabajan, no cuenta con la aprobación de Dios. Es una injusticia y un error. El Señor no favorece este plan. Si este método se sigue en nuestra Asociación, nuestras hermanas se desanimarán y dejarán de hacer la obra en la que debieran estar envueltas.

Se comete un error cuando se deja toda la carga del trabajo sobre los ministros. Este arreglo se ha hecho sin consultar con Dios. Algunas damas están enseñando a mujeres jóvenes a dar con éxito estudios bíblicos y visitar las familias. Y estas mujeres que trabajan en la causa de Dios debieran recibir sueldos proporcionados al tiempo que dedican. Dios es un Dios de justicia; y si los ministros reciben sueldo por su trabajo, también sus esposas, que se consagran a la tarea con todo su interés y son obreras juntamente con Dios, debieran recibir un sueldo adicional al de sus esposos, aunque no lo soliciten. Cuando el ministro consagrado y su esposa se unen en el trabajo, debieran recibir el sueldo de dos obreros; esto les permitirá contar con los medios necesarios para invertirlos en la causa de Dios como ellos dispongan. El Señor ha puesto su Espíritu sobre ambos. Y si el esposo muriera y dejara sola a su esposa, ésta estará capacitada para continuar la tarea en la causa de Dios y para recibir el salario por ese trabajo.--Manuscript Releases 5:29-31 (1898).

Que nadie piense que las damas no deben recibir sueldos justos.

Elegid a mujeres que desempeñen su parte con fervor. El Señor utilizará a mujeres inteligentes en la obra de enseñar. Y nadie piense que no deben recibir remuneración por sus labores esas mujeres que comprenden la Palabra y tienen habilidad para enseñar. Debiera pagárseles así como se les paga a sus esposos. Hay una gran obra que deben realizar las mujeres en la causa de la verdad presente. Mediante el ejercicio de tacto femenino y el uso sabio de sus conocimientos de la verdad bíblica, pueden eliminar dificultades que nuestros hermanos no podrían enfrentar. Necesitamos obreras para que trabajen en relación con sus esposos, y debiéramos animar a las que desean dedicarse a este ramo del esfuerzo misionero.--El Evangelismo, 358-359 (1909).

El trabajo de la mujer debe recibir su justa remuneración

Si una mujer es llamada por el Señor a realizar cierta tarea, ese trabajo debiera ser estimado de acuerdo a su justo valor. Algunos pueden pensar que es una buena política permitir que algunas personas dediquen su tiempo y energías a un trabajo sin recibir remuneración. Pero el Señor no aprueba tales arreglos. Cuando debido a la escasez de medios sea necesario mostrar renunciamiento, que la carga no sea distribuida sobre unos pocos. Todos debemos unirnos en hacer sacrificios.--Testimonies for the Church 7:207-208 (1902).

No sólo las mujeres deben sacrificarse--En nuestro mundo debe llevarse a cabo una gran obra, y en ésta debe emplearse todo talento de acuerdo con los principios de justicia. Si el Señor designa a una mujer para que lleve a cabo cierta obra, su trabajo debe estimarse de acuerdo con su valor. Cada obrero debe recibir su justa paga.--El Evangelismo, 359 (1898).

Las mujeres que hacen obra evangélica deben recibir pago--Se me solicitó que visitara Melbourne antes de que se desarmara la carpa, pero debido al calor reinante no fue un pedido muy urgente. El pastor Robinson pensaba que yo debía dar mi testimonio; que se lo necesitaba grandemente. El y su esposa fueron dejados con toda la responsabilidad del trabajo. Debían conducir la Misión, dar estudios bíblicos, y entrenar a varios jóvenes y señoritas como obreros. Su trabajo ha sido pesado. La hermana Robinson empleó a una joven para hacer las tareas de su hogar, y ella está haciendo el trabajo de un ministro. Estas mujeres no han recibido paga, pero esto debe cambiar a su debido tiempo. La causa está siendo restringida por falta de medios.--Manuscript Releases 12:160 (1898).

El diezmo debe ser usado en obra ministerial hecha por hombres o mujeres--Se necesita a las mujeres tanto como los hombres en la obra que debe ser hecha. Las mujeres que se dedican al servicio de Dios; que realizan trabajo casa por casa para la salvación de otros; que hacen una tarea tanto o más agotadora que pararse frente a la congregación, debieran recibir una remuneración por su labor. Si el hombre es digno de su salario, también lo es la mujer.

Dios ha confiado talentos a sus siervos, y él comprende que se pueden cometer errores...Pero no cometamos el error de no corregir la práctica de dar a los ministros sueldos inferiores a los que merecen. Cuando se ven personas que han sido colocadas en posiciones de confianza que están pasando necesidad, que Dios conmueva nuestros corazones para colocar las cosas en su debido lugar. El diezmo debe ser utilizado para aquellos que trabajan en palabra y doctrina, sean hombres o mujeres.--Manuscript Releases 1:263 (1899).