Hijas de Dios (1999)

Capítulo 10

La obra de temperancia

Elena G. de White tenía una amplia definición de lo que es temperancia:

"La verdadera temperancia nos enseña a abstenernos por completo de todo lo perjudicial, y a usar cuerdamente lo que es saludable".--La Temperancia, 122. Sin embargo, en este capítulo trataremos principalmente el tema de la temperancia relacionado a la abstinencia de bebidas alcohólicas. Elena G. de White era una persona muy apreciada en sus presentaciones acerca de la temperancia. Sentía una gran responsabilidad por este tema, y a menudo lo presentaba a grandes audiencias. Los principios que aquí se presentan pueden ser aplicados al abuso de cualquier substancia.

Influir en favor de la temperancia--Los abogados de la temperancia fracasan en cumplir con su deber a menos que ejerzan una influencia por precepto y por ejemplo, con su voz, su pluma y su voto, en favor de la prohibición y de la abstinencia total.--The Review and Herald, 8 de noviembre de 1881.

Parte del mensaje del tercer ángel--En nuestra obra debe dedicarse más atención a la reforma pro temperancia. Todo deber que exige reforma entraña arrepentimiento, fe y obediencia. Significa elevar el alma a una vida nueva y más noble. De modo que toda verdadera reforma tiene su lugar en la obra del mensaje del tercer ángel. Especialmente la reforma pro temperancia exige nuestra atención y apoyo. En nuestros congresos debemos llamar la atención a esta obra y hacer de ella un asunto de viva importancia. Debemos presentar a la gente los principios de la verdadera temperancia y solicitarle que firme la promesa de abstinencia. Debe dedicarse atención especial a los que están esclavizados por los malos hábitos. Debemos conducirlos a la cruz de Cristo...

En otras iglesias hay cristianos que se destacan en defensa de los principios de la templanza. Debemos procurar acercarnos a estos obreros y preparar el terreno para que nos acompañen. Debemos invitar a hombres grandes y buenos a que secunden nuestros esfuerzos por salvar lo que se ha perdido...

Únicamente la eternidad habrá de revelar lo que ha alcanzado este ministerio, y cuántas almas enfermas de duda y cansadas de la mundanalidad y de la agitación, fueron llevadas al gran Médico que anhela salvar hasta lo sumo a cuantos acuden a él. Cristo es un Salvador resucitado, y hay sanidad en sus alas.--Joyas de los Testimonios 2:398-399 (1900).

No perder oportunidad de unirse a la obra de temperancia--Lamento que no haya habido un interés más vivo entre nuestro pueblo de estos últimos años para magnificar esta rama de la obra del Señor. No podemos permitirnos perder una oportunidad de unirnos con la obra de temperancia en cualquier lugar. Aunque la causa de la temperancia en los países extranjeros no siempre avanza tan rápidamente como desearíamos, no obstante en algunos lugares los esfuerzos de los que están empeñados en ella se han visto correspondidos con un éxito señalado. En Europa encontramos a la gente firme en este punto. En cierta ocasión en que acepté una invitación para hablar a un gran auditorio sobre temperancia, la gente me hizo el honor de colgar la bandera norteamericana sobre el púlpito. Escucharon mis palabras con la más profunda atención y al finalizar la charla me tributaron un sincero agradecimiento. En toda mi obra sobre este asunto, nunca recibí una palabra irrespetuosa.--La Temperancia, 200-201 (1907).

La juventud puede ser una gran fuerza en favor de la temperancia--No hay otra clase de personas que pueda realizar mejor trabajo en la guerra contra la intemperancia que la juventud temerosa de Dios. En este tiempo, los jóvenes debieran unirse como un ejército y trabajar firme y decididamente en contra de cada forma de indulgencia egoísta que destruye la salud. ¡Qué poder serían para el bien! ¡Cuántos serían salvados de desmoralizarse en esos salones y jardines con música y otras atracciones que intentan atraer a la juventud! La intemperancia es hermana de la profanidad y la licencia. Que cada joven temeroso de Dios se coloque la armadura y vaya al frente. Colocad vuestros nombres en cada promesa de abstinencia que se presente; de esta manera estaréis influyendo para que otros firmen la promesa. Que no haya excusa débil que pueda apartaros de tomar este paso. Trabajad por el bien de vuestras propias almas y por el bien de otros.--The Youth's Instructor, 16 de julio de 1903.

Apoyad la temperancia--La cuestión de la temperancia debe recibir un decidido apoyo por parte del pueblo de Dios. La intemperancia intenta tomar la delantera, y la indulgencia propia se está incrementando; por eso son tan necesarias las publicaciones que tratan acerca de la reforma en la salud. Esta literatura es la mano ayudadora del Evangelio para llevar a las almas a investigar la Biblia y para entender mejor la verdad. La nota de amonestación contra el gran mal de la intemperancia debe oírse, y para ello cada guardador del sábado debiera estudiar y practicar la instrucción contenida en nuestros libros y revistas sobre salud. Más que esto: debieran hacerse esfuerzos fervorosos para circular esta publicaciones entre los vecinos.--PUR, Noviembre 20, 1902.

Nuestra relación con la unión de mujeres por la temperancia cristiana

Elena G. de White apreciaba grandemente el trabajo de esta organización de mujeres en pro de la temperancia. Siempre favorecía la cooperación de nuestros obreros con esta digna causa. Este principio de cooperación puede aplicarse también a otras organizaciones con fines humanitarios.

Podemos unirnos a otras damas en el trabajo de

temperancia--La Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana es una organización a la que podemos unirnos de corazón para la promoción de los principios de temperancia. Se me ha dado luz en cuanto a que no debemos aislarnos de ellas sino que, sin sacrificar ningún principio de nuestra parte, debemos unirnos con ellas tanto como sea posible para trabajar por las reformas en el area de la temperancia. Y con seguridad podemos hacerlo en el asunto del cierre definitivo de las cantinas.--The Review and Herald, 18 de junio de 1908.

Trabajar con la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana--En este tiempo debemos mostrar un decidido interés por el trabajo de la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana. Nadie que quiera tener una parte en la obra de Dios, puede perder interés en los grandes objetivos de esta organización en el área de la temperancia. Sería una gran cosa si en nuestros congresos invitáramos a las representantes de esta Unión a participar en nuestro programa. Esto les ayudaría a conocer los principios de nuestra fe, y abriría el camino para que podamos unirnos a ellas en el trabajo de temperancia. Si lo hiciéramos, veríamos que la temperancia es mucho más de lo que algunos de los nuestros han pensado. En varios asuntos las obreras de esta organización han avanzado más que nuestros dirigentes. El Señor tiene preciosas almas allí que pueden ayudarnos grandemente en nuestros esfuerzos para hacer avanzar la causa de la temperancia. Y la educación que tiene nuestro pueblo en las verdades de la Biblia y en la ley de Jehová, puede capacitar a nuestras hermanas a impartir a estas nobles representantes de la temperancia algo que será beneficioso para su bienestar espiritual. Entonces, en lugar del prejuicio y de los malos entendidos que han existido en el pasado, se puede crear una corriente de simpatía y unidad.--The Review and Herald, 15 de octubre de 1914.

Sra. Henry, dirigente de la unión de mujeres por la temperancia

La Sra. Henry, una de las dirigentes de la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana, se convirtió al Adventismo mientras era paciente de nuestro Sanatorio de Battle Creek. Aunque en ese tiempo la Hna. White vivía en Australia y no habían tenido la oportunidad de conocerse personalmente, rápidamente se hicieron amigas por correspondencia. El siguiente extracto de cartas de Elena G. de White dirigidas a la Sra. Henry, muestra el tipo de relación que puede existir entre las damas adventistas y las representantes de esta organización de temperancia.

Me sentiré muy complacida cuando pueda sentarme a su lado y conversar acerca de los diversos incidentes en su experiencia. Tengo un ferviente deseo de conocerla, y no es imposible que aun en esta vida nos veamos cara a cara. Cuando supe de la gracia de Dios hacia usted, me sentí muy agradecida a mi Padre celestial por haber hecho que la luz de la verdad resplandeciera en las cámaras de su mente y en el templo de su alma. A través del océano Pacífico podemos tomarnos de la mano de la fe y gozar de dulce comunión. Me regocijo por las oportunidades que tiene de encontrarse con la gente. Alabo al Señor por lo que ha hecho por usted; porque el gran Médico, que nunca ha perdido un caso, la ha sanado y ahora tiene la oportunidad de contar a la gente su experiencia con el amante y bondadoso Redentor.--Manuscript Releases 7:155 (1898).

Agradezco al Señor con toda mi alma y corazón, y con toda mi voz, por el hecho de que usted haya sido una dirigente prominente e influyente en la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana. En la providencia de Dios, ha sido traída a la luz para obtener un conocimiento de la verdad... Ahora usted debe traer esa luz y ese conocimiento a su trabajo, al asociarse con mujeres cuyos corazones han sido suavizados por el Espíritu de Dios, y que están buscando la verdad como un tesoro escondido. Por veinte años se me ha mostrado que la luz de la verdad llegaría a las damas relacionadas con la obra de temperancia. Sin embargo he visto con tristeza que muchas de ellas se están tornando a la política, y se han opuesto a Dios. Han entrado en debates, cuestiones y teorías que no necesitaban entrar. Cristo dijo: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida". Juan 8:12.

Creo firmemente que el Señor la está dirigiendo para que mantenga los principios de la temperancia claros y distintos, y en toda su pureza, en conexión con la verdad para estos últimos días. Aquellos que quieran hacer su voluntad, conocerán de la doctrina. El Señor ha designado que las mujeres aprendan de él la mansedumbre y humildad de corazón, y cooperen con el más grande Maestro que el mundo ha conocido. Cuando esto ocurra, no habrá luchas por la supremacía, ni orgullo por la opinión personal. Se comprenderá que la mente y la voz, y toda habilidad, son sólo talentos prestados, dados por Dios para ser utilizados en su obra, y para ser devueltos con creces al Dador de los mismos. Se espera que crezcamos en capacidad, en influencia y en poder, puestos los ojos en Jesús; y al hacerlo, seremos cambiados en su semejanza.

El trabajo de la mujer es un poder en el mundo. Sin embargo, ese poder se pierde si al estar frente a la Palabra de Dios y escuchar un "así dice el Señor" se rehúsa a obedecer. La gran dificultad del alma es dejar de lado sus supuestas obras meritorias. No es fácil comprender lo que significa quitar al yo del puesto de honor en el servicio a Dios. Inconscientemente le damos prioridad a los atributos de nuestro carácter y a las opiniones de nuestra mente, aun ante la presencia de Dios, en nuestras oraciones, en nuestro culto y en nuestro servicio. No percibimos que somos absolutamente dependientes de la dirección del Espíritu Santo. Se espera que el yo haga una obra que simplemente no puede hacer. Este es el gran peligro de las mujeres que trabajan en la obra de temperancia.

El Señor le pide que no se separe de la organización de temperancia. Ellas necesitan toda la luz que usted pueda darles. Y usted necesita aprender de Jesús, no de ellas. Ilumine ese camino con toda la luz que le sea posible. Usted puede estar de acuerdo con ellas en base a los principios puros y elevados que trajeron esa organización a la existencia. "He aquí--dijo Cristo--, yo os envío como ovejas en medio de lobos". Mateo 10:16. Si él envió a sus discípulos a tal misión ¿no podrá acaso trabajar a través suyo para abrir las Escrituras a quienes están en el error? Inhale la fragancia del amor que Cristo ha revelado por la humanidad caída, y salga a enseñar la verdad tal como es en Jesús.

Sólo el Espíritu Santo es capaz de desarrollar en el corazón humano aquello que es aceptable a la vista de Dios. El Señor le ha dado capacidades y talentos que deben ser preservados incorruptibles en su simplicidad. Mediante Jesucristo usted puede hacer una buena obra. A medida que las almas se conviertan, únalas a sus esfuerzos por enseñar a las otras mujeres que quieren ser enseñadas a vivir y trabajar inteligentemente y en unidad.--Loma Linda Messages, 232-233; Carta 118, 1898.

Mi hermana, estoy tan feliz que usted no haya cortado los lazos con la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana. Puede ser que tenga que hacerlo, pero no todavía. Mantenga su posición. El Señor trabajará con usted y le dará las palabras que deba hablar. Puede que vea cosas que usted no puede aprobar, pero no se desanime. Yo oro y confío que usted será revestida cada día de la justicia de Cristo.--Loma Linda Messages, 233; Carta 54, 1899.

Mi hermana, espero que usted mantenga su influencia en la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana a fin de atraer a muchas preciosas almas a la verdad. El Señor está llevando a muchas a examinar la verdad, y usted no debe desanimarse. Siembre sobre todas las aguas; y éstas son buenas aguas sobre las cuales sembrar las semillas de la verdad. No hable públicamente de las doctrinas prominentes de nuestra fe. No sería sabio hacerlo en forma demasiado definida. El aceite de la gracia se derramará consciente e inconscientemente a través de su influencia y hará saber que usted tiene la luz de la vida. Y esta luz iluminará a otros mediante su testimonio positivo y directo en asuntos que son aceptados por todos. Esto tendrá una influencia notable.--Loma Linda Messages, 234; Carta 96, 1899.

Su carta en la que me contaba su experiencia con la Unión de Mujeres por la Temperancia me dejó muy feliz. Cuando la leí, dije: "Gracias a Dios. Esta siembra tiene mucho valor". Estoy contenta, muy contenta. Ciertamente el Señor ha abierto el camino; haga lo posible por mantenerlo abierto. Hay un trabajo que usted puede cumplir; preserve sus energías para tales esfuerzos. Asista a las reuniones importantes mientras pueda. Serán ocasiones difíciles, pero cuando el Señor pide a sus amados realizar una tarea especial, también envía a sus ángeles para que estén a su alrededor.

Hay muchas preciosas almas que el Señor desea alcanzar con la luz de la verdad. Hay que ayudarlas a comprender las Escrituras. He sentido un intenso interés por las obreras de la organización de temperancia. Estas heroicas mujeres saben lo que significa mantener la individualidad. Desearía verlas victoriosas con los redimidos alrededor del gran trono blanco. Mis oraciones rogarán en su favor para que tenga la oportunidad de asistir a las grandes reuniones, y que su voz pueda ser oída en defensa de la verdad.

No me atrevo a darle consejo acerca de cómo hacerlo. Usted conoce el terreno, y Cristo también lo conoce. Esté segura que él trabajará con usted, por usted, y mediante usted.

Debiera ser un gran motivo de ánimo en su trabajo el pensar en la compasión y tierno amor de Dios por aquellos que buscan la luz y oran para encontrarla. Debiéramos tener sesiones de oración para pedirle al Señor que abra el camino para que la verdad penetre en esa fortaleza donde Satanás quiere colocar su trono, y para que él disperse las sombras que el enemigo quiere echar sobre el camino de aquellos a quienes quiere engañar y destruir. Tenemos la promesa, que más bien es una seguridad, de que "la oración eficaz del justo puede mucho". Santiago 5:16.--Loma Linda Messages, 234; Carta 231, 1899.

El trabajo que usted está haciendo para ayudar a nuestras hermanas a sentir su responsabilidad individual ante Dios, es un trabajo bueno y necesario. Ha sido descuidado por mucho tiempo. Sin embargo, cuando se lo presenta en una forma clara, simple y definida, esperamos que las hermanas entiendan que las tareas del hogar, en lugar de ser descuidadas, deben ser hechas con mayor inteligencia. El Señor no nos pide colocar esta responsabilidad sobre aquellas que no aprecien el valor del alma humana...

Cristo, nuestro Salvador, apreció la excelencia del alma. Hablando en forma general, a nuestras hermanas les ha sido difícil entender este tema, debido a la dimensión siempre creciente de sus familias y a sus pruebas. He deseado encontrar mujeres que pudieran actuar como educadoras para levantarlas por encima de sus desánimos y hacerles sentir que pueden hacer una obra para el Señor. Este esfuerzo que usted hace está trayendo rayos de luz a sus vidas, que a su vez se reflejan sobre otros corazones. Que Dios la bendiga a usted y a quienes se unirán con usted en esta gran obra...

Mi hermana, si pudiéramos, deberíamos hablar a menudo a nuestras hermanas, e ir con ellas en lugar de decirles "id". Llevadlas a sentir como nosotros debiéramos y a percibir con toda su fuerza el valor del alma humana. La idea de que se nos instruye para que, a su vez, lleguemos a ser instructores, debiera estar impresa en la mente de cada miembro de la iglesia.

Creemos en la organización de la iglesia; pero eso no significa que debemos dictar la forma precisa en que la obra debe ser hecha. No podemos alcanzar todas las mentes con los mismos métodos. No debiéramos permitir nada que interfiera entre un siervo de Dios y otras almas. La obra se realiza individualmente: un creyente trabajando por un pecador...

Mi hermana, enseñe estas cosas. Se han abierto muchos caminos frente a usted; utilice la oportunidad de dirigirse a grandes audiencias cada vez que pueda hacerlo. Use cada jota de influencia para introducir la levadura dentro de la masa. Cada hombre y cada mujer tiene una obra que hacer para el Maestro. Una consagración personal; una vida santificada para Dios, y el uso de métodos simples, van a lograr más que cualquier idea que se intente imponer por la fuerza...

Enseñe a nuestras hermanas que la pregunta que deben hacer cada día es:--Señor, ¿qué quieres que haga? Cada vaso consagrado a Dios, recibirá diariamente una medida del santo aceite para que a su vez lo vacíe en otros vasos. Cada día debemos avanzar en nuestro carácter cristiano, y buscar las oportunidades de hacer la obra y la voluntad de Dios. Cada palabra hablada; cada trabajo realizado para Cristo, tendrá una influencia permanente. Hable las palabras que Dios ponga en sus labios y el Señor obrará con usted. No se desanime ni se frustre, aunque vea cosas que no puede aprobar. Oro y ruego que cada día pueda ser revestida de la justicia de Cristo.--The Review and Herald, 9 de mayo de 1899.

Las semillas de la verdad pueden sembrarse en la unión de mujeres

Sólo la eternidad revelará lo que se ha logrado--No creo que haya alguien en nuestro pueblo con un entendimiento tan limitado que fuera a decirle a la Hna. Henry que corte sus lazos con la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana. La hermana Henry puede sembrar las semillas de la verdad en esa sociedad. No es necesario que comparta todo el conocimiento que ha obtenido acerca de temas controversiales, pero puede compartir las buenas nuevas de la salvación. Entonces, cuando los corazones hayan sido suavizados por la obra del Espíritu Santo, y las murallas del prejuicio comiencen a caer, ella podrá presentar la verdad punto por punto. Este trabajo por la unión de mujeres tiene un lado desanimador y cansador, y debiéramos unirnos en apoyar a nuestra hermana. Sólo la eternidad revelará lo que se ha logrado por esta clase de ministerio. Sólo entonces sabremos cuántas almas enfermas de duda y cansadas de la mundanalidad, fueron traídas al gran Médico que quiere salvar hasta lo sumo a los que se allegan a él. Cristo es un Salvador resucitado, y en sus alas hay salud.--Manuscript Releases 7:165 (1899).

La muerte de la Hna. Henry: una pérdida real para la causa de Dios

Tenía una obra que hacer entre los miembros de la Unión de Mujeres--Lamento mucho la muerte de la Hna. Henry. La luz que me había sido dada, indicaba que ella tenía una obra que hacer en la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana, y que sus energías y la capacidad que Dios le había dado, no debían ser utilizadas para servir a nuestro pueblo. Ella podía hacer por esa asociación lo que ninguna otra persona dentro de nuestras filas podía hacer; y Dios la acompañaría en su trabajo.--Manuscript Releases 7:167 (1900).

Un trabajo tierno y amoroso por mujeres de influencia--No presentéis la situación de la Unión de Mujeres como un caso desesperado. Ellas han tenido muy poca luz sobre algunas verdades vitales. Se debe realizar un trabajo con ternura y amor por ellas, y se debe respetar su buena obra... No las condenéis hasta no haber hecho todo lo posible por alcanzarlas, no con estudiados argumentos usados por los ministros, sino mediante el trabajo de mujeres de influencia como hizo la Hna. Henry.--Manuscript Releases 1:125 (1900).

Su influencia fue sabor de vida para vida--La Hna. Henry se dedicó con toda su alma al trabajo de reforma. Su influencia fue un sabor de vida para vida. Vamos a sentir la falta de su obra personal. Su testimonio siempre fue equilibrado, juicioso. Cuando se convenció de la verdad su alma se alegró; y sin buscar ninguna excusa, se unió a la fiesta del Evangelio. Estaba tan gozosa por el privilegio de haber recibido la preciosa verdad que hace sabio para la salvación, que en gratitud por los ricos favores de Dios se sentía obligada a compartirla con otros. De gracia había recibido, y de gracia quería dar. Y cumplió en dar testimonio de la verdad, no sólo como una obligación, sino como un privilegio. Sentía gozo en dar a conocer los caminos de Dios y su salvación, entre todos aquellos a quienes pudiera alcanzar con su influencia. Fue una verdadera misionera; una obrera evangélica. En los registros celestiales su nombre está escrito como una obrera juntamente con Dios. No podemos saber ahora cuántas almas fueron llevadas a Cristo mediante su precioso servicio; la semilla que ella sembró continuará dando frutos, y mostrará gloriosos resultados en el día de la cosecha.--The Review and Herald, 3 de abril de 1900.