JESÚS acepta con gozo los servicios de cualquier ser humano que se entrega a él. Asocia lo humano con lo divino, a fin de comunicar al mundo los misterios del amor encarnado. Sea este amor el objeto de vuestras conversaciones, de vuestras oraciones y de vuestros cantos: llenad el mundo con el mensaje de su verdad, y llevad este mensaje hacia las regiones lejanas.
Los seres celestiales están listos para cooperar con nosotros, a fin de revelar al mundo lo que pueden llegar a ser los seres humanos, y lo que puede cumplirse por su influencia, para la salvación de las almas que están a punto de perecer. Una persona verdaderamente convertida está tan llena del amor de Dios, que anhela comunicar a otros el gozo que posee. El Señor desea que su iglesia manifieste al mundo los esplendores de la santidad y que demuestre el poder de la religión cristiana. El cielo se ha de reflejar en el carácter del cristiano. El cántico de agradecimiento y alabanza debe ser oído por aquellos que están en las tinieblas. Esforzándonos por hacer bien a otros, hemos de expresar nuestra gratitud por las buenas nuevas del Evangelio, por las promesas que encierra y las seguridades que nos da. Al realizar esta obra, impartiremos rayos de justicia celestial a las almas cansadas, inquietas y dolientes. Este ministerio es como un manantial abierto al viandante cansado y sediento. Los ángeles de Dios asisten a cada obra de misericordia y amor.
Nuestro ejemplo
La obra de Cristo debe servirnos de ejemplo. Continuamente iba de un lugar a otro haciendo bienes. En el templo y en la sinagoga, en las calles de las ciudades, en los mercados y en los talleres, a la orilla del mar y sobre los montes, predicaba el Evangelio y sanaba a los enfermos. Su vida de servicio desinteresado debe servirnos de manual. Su tierno amor compasivo condena nuestro egoísmo y la dureza de nuestro corazón.
Doquiera fuera, Jesús esparcía bendiciones a su paso. Entre los que profesan creer en él, ¿cuántos hay que han aprendido sus lecciones de bondad, tierna compasión y amor desinteresado? Oídle dirigiéndose a los que están débiles, cansados y desvalidos: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar." Mateo 11:28. Nada podía cansar su paciencia, ni reprimir su amor.
El Salvador nos invita a realizar esfuerzos pacientes y perseverantes en favor de millones de almas esparcidas en todo país, que perecen en sus pecados, como náufragos en una playa desierta. Los que quieran participar de la gloria de Cristo deben también tomar parte en su ministerio y ayudar a los débiles, a los miserables y desanimados.
Hagan de la vida de Jesús su estudio constante aquellos que emprenden esta obra. Sean animados de un celo intenso, y empleen todas sus aptitudes en el servicio del Señor. Los esfuerzos sinceros y exentos de egoísmo obtendrán preciosos resultados. Es del gran Maestro de quien los obreros recibirán su mejor educación. Pero los que no comuniquen a otros la luz recibida verán un día que han experimentado una pérdida espantosa.
Los seres humanos no tienen derecho a pensar que puedan tener límites sus esfuerzos en pro de la salvación de las almas. ¿Se cansó Cristo alguna vez en su obra? ¿Retrocedió él alguna vez ante el sacrificio y las privaciones? Los miembros de la iglesia deben realizar los mismos esfuerzos perseverantes e incansables. Obedientes a la orden del Maestro, deben estar siempre listos para obrar. Dondequiera que encontremos un trabajo que hacer, cumplámoslo mirando constantemente a Jesús. Centenares de almas serían ganadas para Cristo si los miembros de nuestras iglesias siguiesen esas instrucciones. Si cada miembro de la iglesia fuese un misionero vivo, el Evangelio sería anunciado en poco tiempo en todo país, pueblo, nación y lengua.
El resultado de un esfuerzo ferviente
Todo talento santificado debe ser alistado para proclamar la verdad presente. Si las fuerzas del enemigo ganan la victoria ahora, será porque las iglesias descuidan la tarea que Dios les ha dado. Durante años nos ha sido presentada la tarea que debía ser cumplida, empero muchos han estado durmiendo. Si los adventistas del séptimo día se levantan ahora, para cumplir la obra que se les asignó, la verdad será presentada por la potencia del Espíritu Santo de una manera clara y distinta en las ciudades hasta ahora descuidadas.
Cuando todo el corazón sea puesto en la obra, se verá la eficiencia de la gracia de Cristo. Los centinelas colocados sobre los muros de Sión deben mantenerse alerta y despertar a los que los rodean. El pueblo de Dios debe ser tan ferviente y fiel en la obra del Maestro que todo egoísmo quede separado de su vida. Entonces todos trabajarán en perfecta armonía, y se revelará el brazo del Señor, cuyo poder se manifestó en la vida de Cristo. La confianza volverá a nacer y habrá unidad en las filas de la iglesia.
Diferentes ramos de actividad
El Señor pide a su pueblo que emprenda diferentes clases de trabajos. El mensaje evangélico debe ser oído tanto en los grandes caminos de la vida como en los senderos perdidos. Los miembros de la iglesia deben hacer obra de evangelización entre sus vecinos que todavía no han recibido plena evidencia de la verdad para nuestro tiempo.
Dios invita a familias cristianas a que se trasladen en medio de las comunidades sumidas aún en las tinieblas y el error, a fin de trabajar para el Maestro con tacto y perseverancia. Se necesita renunciamiento para responder a tales llamadas. Mientras que muchos esperan que toda dificultad haya desaparecido, hay almas que mueren sin esperanza y sin Dios en el mundo. Muchas personas están dispuestas a aventurarse en regiones pestilenciales y sufrir penurias y privaciones por alguna ventaja terrenal o para adquirir conocimientos científicos. ¿Quién está dispuesto a hacer otro tanto para hablar del Salvador? ¿Dónde están los hombres y las mujeres que querrán ir a las regiones necesitadas del Evangelio para anunciar el Redentor a quienes viven en las tinieblas?
Circulación de nuestros impresos
Gran número de los hijos de Dios debe ir con nuestras publicaciones a los lugares donde el mensaje del tercer ángel nunca ha sido proclamado. Nuestros libros deben ver la luz en muchos idiomas distintos. Con estos libros deben salir hombres fieles como colportores evangelistas para llevar la verdad a los que sin ese medio nunca recibirían la luz. Los que emprenden este ramo de actividad deberían también prepararse para hacer trabajo médico misionero. Hay que acudir en auxilio de los enfermos y dolientes. Muchos de los que habrán sido aliviados en esta forma, entenderán y aceptarán las palabras de vida. ...
De casa en casa
En varios estados, hay colonias de agricultores laboriosos y de condición acomodada, que nunca han oído de la verdad para nuestra época. Debe trabajarse en tales lugares. Ese trabajo debe ser emprendido por los miembros de nuestras iglesias. Ellos pueden hacer mucho en favor de sus vecinos, al prestarles o venderles libros, al distribuirles periódicos y darles estudios bíblicos. Si tuviesen un profundo amor por las almas, podrían proclamar el mensaje con tanto poder que muchas personas se convertirían.
Dos obreros bíblicos estaban sentados en medio de una familia. Con la Biblia abierta ante ellos, presentaban al Señor Jesucristo en su carácter de Salvador que perdona los pecados. Elevaban fervientes oraciones hacia Dios y los corazones quedaban enternecidos y subyugados por la influencia del Espíritu Santo. Sus oraciones eran expresadas con sinceridad y poder. Mientras explicaban la Palabra de Dios, vi que una luz suave y radiante iluminaba las Escrituras, y yo susurré: "Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa." Lucas 14:23.
Esta preciosa luz fué comunicada de casa en casa. La costumbre de celebrar el culto de familia, que en ciertos hogares fuera abandonada, revivió y muchos fueron convertidos.
Hermanos y hermanas, consagraos al servicio del Señor. No dejéis pasar ninguna ocasión favorable. Visitad a los enfermos y dolientes y manifestadles interés verdadero. Si es posible, haced algo para su mejoría. Así ganaréis sus corazones y podréis hablarles del Salvador.
Sólo la eternidad podrá revelar el alcance de una obra tal. Otros ramos de actividad se abrirán delante de aquellos que se muestren dispuestos a cumplir sus deberes inmediatos. La mayor necesidad actual no consiste tanto en predicadores sabios y elocuentes como en hombres y mujeres que hayan aprendido de Jesús de Nazaret a ser mansos y humildes, y que, confiados en su poder, irán por los caminos y vallados para dar la invitación: "Venid, que ya está todo aparejado." Lucas 14:17.
Los que conozcan cabalmente la agricultura, que sepan cultivar la tierra y construir pequeñas casas, pueden hacerse muy útiles. Mientras trabajan con sus manos, pueden demostrar por su carácter qué nivel elevado puede alcanzar nuestro pueblo. Agricultores, industriales, albañiles, y otros hombres hábiles en sus oficios deberían trasladarse a los campos que no reciben atención, para cultivar la tierra, establecer industrias, construirse hogares humildes e impartir a sus vecinos el conocimiento de la verdad para nuestra época.
Una obra que conviene a las mujeres
Un vasto campo de actividad se abre delante de las mujeres así como de los hombres. Se necesitan cocineras competentes, costureras y enfermeras. Enseñad a los pobres a cocinar los alimentos, a remendar sus ropas, a atender a los enfermos y a cuidar debidamente sus casas. Debiera acostumbrarse a los niños a hacerse útiles prestando pequeños servicios a los que son menos favorecidos que ellos.
La familia como campo misionero
No olviden los padres el importante campo misionero que tienen en su hogar. Los niños que Dios confió a una madre son para ella un cometido sagrado. "Toma este hijo o hija--dice el Señor--y edúcalo para mí. Dale un carácter pulido a manera de las esquinas de un palacio, para que pueda brillar siempre en los atrios del Señor." La luz y la gloria que irradian del trono de Dios rodean a la madre fiel que se esfuerza en enseñar a sus hijos a resistir la influencia del mal.
Un lugar para cada persona
Hay para todo par de manos una obra que hacer. Que todo lo que se haga sirva para elevar el nivel de la humanidad. ¡Hay tantas personas necesitadas de ayuda! Tendrá el corazón desbordante de gozo aquel que, lejos de buscar su propia satisfacción, viva para beneficiar a los que son menos favorecidos. Despiértense los ociosos, y arrostren las realidades de la vida. Tomad la Palabra de Dios y escudriñadla. Si la ponéis en práctica, la vida será para vosotros una realidad viviente, y recibiréis una recompensa abundante.
En su vasto plan, el Señor tiene un lugar para cada uno. No ha dado talento alguno que no sea necesario. ¿Es el talento pequeño? Dios tiene un lugar para él, y si es usado con fidelidad hará precisamente aquello para lo cual Dios lo dió. Los talentos de quien habita una casa humilde se necesitan para la obra de casa en casa, y pueden lograr más que los dones brillantes.
Se presentan miles de ocasiones para ser útiles. Deploramos la debilidad de nuestros recursos frente a los variados y urgentes pedidos de dinero y hombres. Si fuésemos más diligentes, podríamos, ahora mismo, centuplicar los recursos. Mas el egoísmo y la complacencia propia lo impiden. ...
Aun mientras están entregados a sus ocupaciones ordinarias, los hijos de Dios pueden traer almas al Señor. Al hacerlo, tendrán la reconfortante seguridad de la presencia del Salvador. No deben pensar que están abandonados a sus débiles fuerzas. Cristo les dará palabras adecuadas para consolar, animar y fortalecer a las pobres almas que luchan en las tinieblas. Su propia fe será afirmada al ver el cumplimento de la promesa del Redentor. No sólo beneficiarán a otros, sino que la obra que hagan para Cristo será una fuente de bendición para ellos mismos.
Muchos pueden y deben hacer la obra que acabo de mencionar. Hermano mío, hermana mía, ¿qué haces tú para Jesús? ¿Te esfuerzas por ser una bendición para otros? ¿Salen de tus labios palabras de simpatía y amor? ¿Estás realizando esfuerzos fervientes por ganar almas para el Salvador?
Consecuencias de la negligencia
Se hace comparativamente poco trabajo misionero y, ¿cuál es el resultado? Las verdades que el Señor nos dió no son enseñadas. Hay muchos en el pueblo de Dios que no crecen en la gracia. Muchos son dados a la murmuración. Los que nada hacen para ayudar a otros a ver la importancia de la verdad presente tienen que sentirse descontentos de sí mismos. Satanás aprovecha este hecho para impulsarlos a la crítica y la murmuración. Si se dedicasen activamente a conocer y practicar la voluntad de Dios, sentirían una carga tal por las almas que perecen, una preocupación tan viva, que nada podría impedirles obedecer la orden del Maestro: "Id por todo el mundo; predicad el evangelio a toda criatura." Marcos 16:15.
El Señor quiere que su pueblo despierte de su sueño. El fin de todas las cosas se acerca. Cuando los que conocen la verdad colaboren con Dios, se manifestarán los frutos de la justicia. El amor de Dios, revelándose en el esfuerzo misionero, llevará a mucha gente a tener conciencia de la culpabilidad de su conducta. Verán que en lo pasado su egoísmo les impidió colaborar con Dios. Este mismo amor, manifestándose en un ministerio desinteresado, inducirá a muchas almas a creer en la Palabra de Dios tal cual está escrita.
No nos cansemos de trabajar
Dios desea dar a su pueblo el refrigerio del Espíritu Santo, bautizándolo nuevamente en su amor. La falta de poder espiritual no tiene razón de ser en la iglesia. Después de la ascensión de Cristo, el Espíritu Santo bajó sobre los discípulos que esperaban, oraban y creían, con una plenitud y poder que llenó todos los corazones. En lo porvenir, toda la tierra debe ser iluminada con la gloria de Dios. Los que habrán sido santificados por la verdad ejercerán sobre el mundo una santa influencia; una atmósfera de gracia rodeará el mundo. El Espíritu Santo obrará en los corazones, tomando las cosas de Dios y revelándolas a los hombres.
Introducir la verdad en ciertos lugares, y luego carecer de valor, energía y tacto para llevar el asunto adelante, es un gran error; porque se abandona la obra sin hacer el esfuerzo cabal y perseverante que es positivamente esencial en tales lugares. Si las cosas van mal y se levanta oposición, se produce una cobarde retirada, en vez de huir a Dios con ayuno y oración y lloro, y aferrarse por la fe a la Fuente de luz, poder y fuerza hasta que se disipen las nubes y las tinieblas. La fe se fortalece al entrar en conflicto con las dudas y las influencias opositoras. La experiencia adquirida en estas pruebas es de más valor que las joyas más costosas.