Un tiempo de grandes pruebas nos espera. Ahora es cuando nos corresponde emplear todas nuestras capacidades, todos nuestros dones, para el adelantamiento de la obra de Dios. Las facultades que Dios nos ha dado deben servir, no para destruir, sino para edificar. Aquellos que están engañados por ignorancia no deben permanecer en esta condición. El Señor dice a sus mensajeros: Id a ellos y decidles que yo os he mandado, sea que quieran o no quieran escuchar.
Cercano está el tiempo cuando los que proclaman la verdad serán perseguidos. La perspectiva no es halagüeña; pero no deben cesar nuestros esfuerzos en favor de los que van a perecer, y por cuyo rescate dió su preciosa vida el Príncipe del cielo. Cuando un medio fracasa, probemos con otro. Pongamos vida en nuestros esfuerzos. Trabajemos por Dios entretanto la vida nos es concedida. En todas las épocas de la historia, los mensajeros de Dios han estado expuestos al oprobio y a las persecuciones por causa de la verdad. Pero dondequiera que los hijos de Dios estén obligados a ir, aun si son desterrados a las islas desiertas, como lo estuvo el discípulo amado, Cristo sabrá donde están; él los confirmará y los bendecirá; los llenará de paz y de alegría.
Muy pronto el mundo entero estará atribulado. Cada cual debe tratar de conocer a Dios. No tenemos tiempo que perder. Con celo y fervor debemos anunciar este mensaje: "A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad, y comed. Venid, comprad, sin dinero y sin precio, vino y leche." Isaías 55:1. "Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia: porque cercana está mi salud para venir, y mi justicia para manifestarse. Bienaventurado el hombre que esto hiciere, y el hijo del hombre que esto abrazare; que guarda el sábado de profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal." Isaías 56:1, 2.
Dios ama a su iglesia con un amor infinito. Nunca deja de velar sobre su heredad. Sólo permite las aflicciones que su iglesia necesita para su purificación, para su bien presente y eterno. Purificará su iglesia así como purificó el templo en el principio y al fin de su ministerio terrenal. Todas las pruebas que inflige a la iglesia tienen por objeto dar a su pueblo una piedad más profunda y una fuerza mayor para hacer triunfar la cruz en todas partes del mundo. El tiene una obra para cada uno. Debe haber un ensanchamiento y progreso constantes. La obra debe extenderse de una ciudad a otra, de país a país y de una nación a otra, prosiguiendo sin cesar su marcha ascendente y hacia adelante, siempre más estable y más firme.
Los inocentes sufren
"Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros ...lleno de gracia y de verdad." Juan 1:14. Mas aquellos que Cristo vino a salvar no quisieron aceptarle. "A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron." Vers. 11. Cediendo a la influencia de Satanás, rechazaron al Mesías y buscaron ocasión de matarle.
Satanás y sus ángeles decidieron hacer la muerte de Jesús tan humillante como fuese posible. Llenaron los corazones de los gobernantes judíos con un odio violento contra el Salvador. Dominados por el enemigo, los sacerdotes y dirigentes incitaron a la multitud a declararse contra el Hijo de Dios. Al afirmar su inocencia, Pilato fué el único que dijo una palabra en su favor. Pero el mismo Pilato, aunque sabía que era inocente, le entregó a los ultrajes de hombres dominados por Satanás.
Hechos similares volverán a producirse en un porvenir cercano. Los hombres dictarán y aplicarán con severidad leyes directamente opuestas a la ley divina. Aunque celosos de sus propios mandamientos, esos hombres se apartarán de un claro "así dice Jehová." Por ensalzar a un falso día de descanso, querrán obligar a los hombres a deshonrar la ley de Dios, esa ley que es la expresión del carácter divino. Aunque inocentes de toda culpa, los siervos de Dios serán entregados a las humillaciones y escarnios de hombres inspirados por Satanás, llenos de envidia y fanatismo religioso.
El asunto del sábado
Mientras profesen estar aliados con el Cielo y pretendan tener carácter de cordero, los poderes religiosos mostrarán por sus hechos que tienen corazón de dragón y que son inspirados y dominados por Satanás. Se acerca el tiempo cuando el pueblo de Dios será perseguido porque santifica el séptimo día. Satanás hizo cambiar el día de reposo con la esperanza de ejecutar su propósito de derrotar los designios de Dios. Procura que los mandamientos de Dios tengan menos poder en el mundo que las leyes humanas. El hombre de pecado, que pensó cambiar los tiempos y la ley, y que siempre oprimió al pueblo de Dios, hará promulgar leyes que obliguen a observar el primer día de la semana. Pero el pueblo de Dios debe permanecer firme por él. Y el Señor obrará en su favor, mostrando claramente que es Dios de dioses.
Dijo: "Vosotros guardaréis mis sábados: porque es señal entre mí y vosotros por vuestras edades." Éxodo 31:13. Nadie debe desobedecer a su mandamiento para huir de la persecución. Pero todos deben considerar las palabras de Cristo: "Mas cuando os persiguieren en esta ciudad, huíd a la otra." Mateo 10:23. Si podéis evitarlo, no os entreguéis en manos de hombres impulsados por el espíritu del anticristo. Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para salvar de la opresión y la crueldad a los que están listos para sufrir por amor de la verdad.
Cristo es nuestro modelo. La resolución del anticristo de llevar a cabo la rebelión empezada por él en el cielo continuará animando a los hijos de desobediencia. La envidia y el odio que sienten hacia los que obedecen al cuarto mandamiento irán sin cesar en aumento. Pero los hijos de Dios no deben esconder su estandarte. No deben desconocer los mandamientos de Dios ni hacer el mal con la multitud para asegurarse una vida fácil.
El Señor alienta a todos los que le buscan de todo corazón. Les otorga su Santo Espíritu, manifestación de su presencia y de su favor. Pero abandonará a los que por salvarse la vida, le abandonen a él. Al procurar salvar esta vida renunciando a la verdad, perderán la vida eterna.
La noche de la prueba va llegando a su fin. Satanás recurre a toda su potencia porque sabe que le queda poco tiempo. Dios castiga al mundo para invitar a todos los que conocen la verdad a esconderse en la Roca y a contemplar la gloria de Dios. No es el momento de encubrir la verdad. Deben hacerse declaraciones positivas. La verdad debe ser expuesta sin disfraz en folletos y libritos, y éstos deben esparcirse como caen las hojas de los árboles en el otoño.