Individualidad
El peligro de seguir a los hombres--"Se nos aproxima una gran crisis. Si los hombres se rinden a otros hombres, como ha sido la costumbre durante los últimos quince años, perderán sus propias vidas, y por su ejemplo otros también se perderán. Los soldados de Dios deben vestirse de toda la armadura de Dios. No se nos exige que nos vistamos de armaduras humanas, sino que nos ciñamos con la fortaleza de Dios. Si mantenemos siempre a la vista la gloria de Dios, nuestros ojos serán ungidos con el ungüento celestial, lo que nos capacitará para ver más profundamente, y desde una perspectiva más amplia, lo que es en realidad el mundo. Al mismo tiempo que discernimos su falta de honradez, su picardía, su egoísta servicio al ojo, su fingimiento y jactancia--su falta de un equitativo trato honesto en los asuntos ordinarios de la vida, y su codiciosa avaricia--, podemos asumir la postura, por precepto y ejemplo, de representar a Cristo y rescatar a las personas del mundo por medio de nuestros sanos principios, nuestra firme integridad, nuestro odio de toda simulación y nuestra santa temeridad en reconocer a Cristo". Carta 4, 1896, p. 13, 15, 16, (1 de julio de 1896, a "Los hombres en posiciones de responsabilidad").
El juicio individual no es supremo--"Siempre ha habido en la iglesia quienes se inclinan constantemente hacia la independencia individual. Parecen incapaces de comprender que la independencia de espíritu puede inducir al agente humano a tener demasiada confianza en sí mismo, y a confiar en su propio juicio más bien que respetar el consejo y estimar debidamente el juicio de sus hermanos, especialmente de quienes ocupan los puestos que Dios ha señalado para la dirección de su pueblo. Dios ha investido a su iglesia con especial autoridad y poder, que nadie tiene derecho a desatender y despreciar; porque el que lo hace desprecia la voz de Dios.
"Los que se inclinan a considerar su juicio individual como supremo están en grave peligro. Es un plan estudiado de Satanás separarlos de los que son canales de luz y por medio de quienes Dios ha obrado para unificar y extender su obra en la Tierra. Descuidar o despreciar a quienes Dios ha señalado para llevar las responsabilidades de la dirección en relación con el avance de la verdad, es rechazar los medios que ha dispuesto para ayudar, animar y fortalecer a su pueblo. Cualquier obrero de la causa de Dios que pase por alto a los tales y piense que la luz divina no puede venir por ningún otro medio que directamente de Dios, se coloca en una posición donde está expuesto a ser engañado y vencido por el enemigo".--Obreros Evangélicos, 459.
Individualidad mal entendida--"Algunos obreros trabajan con toda la fuerza que Dios les dio, pero no han aprendido todavía que no deben trabajar solos. En vez de aislarse, trabajen en armonía con sus colaboradores. A menos que lo hagan, su actividad obrará inoportunamente y de una manera equivocada. Su obra contrarrestará muchas veces lo que Dios quisiera que se hiciese, y así su trabajo será peor que inútil".--Ibíd. 503.
Métodos individuales de trabajo--"Por otro lado, los dirigentes del pueblo de Dios deben precaverse contra el peligro de condenar los métodos de los obreros que sean inducidos individualmente por el Señor a hacer una obra especial que muy pocos están preparados para hacer. Sean los hermanos que llevan responsabilidades lentos para criticar cualquier actuación que no armonice perfectamente con sus métodos de labor. Nunca deben suponer que todo plan debe reflejar su propia personalidad. No teman confiar en los métodos de otros; porque al privar de su confianza a un colaborador que, con humildad y celo consagrado, está haciendo una obra especial de la manera señalada por Dios, retardan el progreso de la causa del Señor".--Joyas de los Testimonios 3:407.
Ideas y puntos de vista amplios--"Tengo un mensaje que dar a algunos que ocupan cargos de responsabilidad en la Asociación del Sur de California. A partir de su experiencia se ve que han perdido ese verdadero fervor que concede la presencia del Espíritu Santo, el que les enseñaría a subyugar al yo y a andar humildemente en el camino de Cristo. El obrero que desempeña responsabilidades que no llega a ser un humilde seguidor de Cristo hará mucho daño a la causa de Dios, porque amoldará y adaptará la experiencia de la Asociación a normas comunes y vulgares. La sagrada obra que manejamos, si es realizada con un espíritu de consagración, nunca rebajará la experiencia de una sola persona.
"El hombre que no tenga ideas y puntos de vista amplios es inepto para ser presidente de una Asociación o dirigente en medio del pueblo de Dios. Es el privilegio y deber de los que llevan responsabilidades en la causa ser aprendices en la escuela de Cristo. El profeso seguidor de Cristo no debe seguir los dictados de su propia voluntad; su mente debe estar entrenada para pensar los pensamientos de Cristo, e iluminada para comprender la voluntad y el modo de obrar de Dios. Esta clase de creyente será un aprendiz de los métodos de trabajo de Cristo". Carta 276, 1907, p. 1, 2, (5 de septiembre de 1907, a J. A. Burden).
Elección del personal
Seleccionar a los hombres con cuidado--"Los hombres que actúen como presidentes de las asociaciones de los estados deben ser seleccionados cuidadosamente. Desempeñen luego estos hombres las responsabilidades de la Asociación de la manera más cabal, ferviente y piadosa. Si no están calificados para actuar en forma cuidadosa y con éxito, no los conservéis en su puesto".--Testimonios para los Ministros, 322.
Gran cuidado al escoger a los hombres--"Se debería ejercer gran cuidado al escoger a hombres para ocupar cargos de responsabilidad como guardianes de las iglesias. Mis hermanos, no hagan ciegamente esta elección, para no dar a la grey de Dios un ejemplo que les enseñe a desgarrar y devorar. Los hombres que llevan responsabilidades en la causa de Cristo deberían ser hombres de oración y humildad. Deben actuar como hombres que en todos sus tratos con sus hermanos sean guiados por el Espíritu de Dios. Deben dar un ejemplo de justicia. En forma sagrada deben velar por la reputación de quienes están haciendo la obra de Dios".--Advent Review and Sabbath Herald, 14 de noviembre de 1907.
Los presidentes deben escoger ayudantes--"En la reunión de Jackson, el Hno._____ dijo: 'Yo tomaré la presidencia de la Asociación de Míchigan'. Entonces me sente frente a él y, en la forma más clara y sencilla que pude, le expliqué lo que el Señor quería que hicieran los hombres en puestos de responsabilidad. Que ellos debían escoger ayudantes. Él necesitaba uno a su lado; y si hubiera dos o tres que pudieran trabajar junto a él, y que él no hiciese el trabajo, sino que tratara de educarlos, sería mucho mejor, y así ellos serían entrenados para el trabajo.
"Yo le dije: '¿Qué vamos a hacer? No debiéramos irnos de aquí sin educar a algunos obreros'. 'Bien--respondió él--, es lo correcto que hay que hacer'. Pero, hasta donde yo sepa, él nunca movió un dedo, ni siguió el consejo que le fue dado, ni en un solo punto". Manuscrito 19b, 1890, (14 de julio de 1890, "Métodos de trabajo y de conducir congresos").
Los errores no son evidencia de ineptitud--"¡Cómo sufre mi corazón al ver a presidentes de Asociación que asumen la responsabilidad de seleccionar a quienes pueden amoldar para trabajar con ellos en el campo! Eligen a quienes no van a discrepar con ellos, sino que se van a limitar a actuar como máquinas. Ningún presidente tiene derecho de hacer esto. Dejen que otros hagan planes y, si fallan en algunas cosas, no consideren eso como evidencia de que no son capaces de ser pensadores. Nuestros hombres más responsables han tenido que aprender a usar su juicio mediante prolongada disciplina. En muchas cosas ellos han mostrado que su trabajo podía haber sido mejor". Testimonios para los Ministros, 304; Carta 12, 1885, (28 de octubre de 1885, a los Hnos. Butler y Haskell).
Escoger a hombres sabios--"Durante años el Señor nos ha estado instruyendo para que escojamos a hombres sabios--hombres devotos de Dios--, hombres que saben cuáles son los principios del cielo--hombres que han aprendido lo que significa caminar con Dios--, y poner sobre ellos la responsabilidad de atender los asuntos administrativos relacionados con nuestra obra. Esto está de acuerdo con lo descripto en el capítulo 6 de Hechos. Tenemos que estudiar este plan, porque fue aprobado por Dios. Hagamos lo que dice la Palabra".--Advent Review and Sabbath Herald, 5 de octubre de 1905.
Escoger a hombres de confianza--"[Dios] enseñará a su pueblo a usar de circunspección y a elegir juiciosamente a hombres que no traicionarán los cometidos sagrados. Si en los días de Cristo era necesario que los creyentes usasen de prudencia para la elección de los hombres que habrían de asumir las responsabilidades, cuánto mayor será en este tiempo nuestra necesidad de obrar con gran discreción. Debemos presentar a Dios cada caso, y en oración ferviente pedir al Señor que elija por nosotros".--Joyas de los Testimonios 3:412.
El cuidado en la elección de dirigentes--"Al Señor le ha agradado presentarme muchas cosas acerca de la vocación y la labor de nuestros ministros, especialmente de aquellos que fueron nombrados presidentes de Asociación. Debe ejercerse gran cuidado en la elección de hombres para ocupar estos puestos de confianza. Debe orarse fervientemente para recibir la iluminación divina".--Obreros Evangélicos, 427.
Escoger a hombres que tengan una fe viva--"Los que sean así designados sobreveedores de la grey deben ser hombres de buena reputación; hombres que den evidencia de no tener solamente un mero conocimiento de las Escrituras, sino una experiencia en la fe y la paciencia, para que con mansedumbre instruyan a los que se oponen a la verdad. Deben ser hombres de perfecta integridad, no novicios, sino estudiantes inteligentes de la Palabra, capaces también de enseñar a otros, sacando de su tesoro cosas nuevas y viejas; hombres que en su carácter, palabras y porte, honren la causa de Cristo, enseñando la verdad y viviendo en conformidad con ella, desarrollándose hasta alcanzar la plena estatura en Cristo Jesús. Esto significa el desarrollo y fortalecimiento de toda facultad por el ejercicio, para que los obreros se califiquen para llevar mayores responsabilidades a medida que la obra crezca".--Obreros Evangélicos, 427.
Delegar responsabilidades
Compartir la responsabilidad--"Los hombres dirigentes deben delegar responsabilidades sobre otros y permitirles trazar planes e idear medios y ponerlos en ejecución, de manera que puedan adquirir experiencia. Déseles una palabra de consejo cuando sea necesario, pero no se les quite el trabajo porque se piensa que están cometiendo errores. Dios se apiade de su causa cuando se siga sin discusión la mente y el plan de un solo hombre. El Señor no sería honrado si existiera ese estado de cosas. Todos nuestros obreros deben tener oportunidad de ejercer su propio juicio y discreción. Dios ha dado talentos a los hombres que él se quiere que usen. Les ha dado mente y quiere que sean pensadores, y que tengan sus propios pensamientos y sus propios planes, en lugar de depender de otros para que piensen por ellos.
"Creo que he presentado este asunto muchas veces delante de ustedes, pero no veo que hayan cambiado su comportamiento. Queremos que todos nuestros hombres responsables deleguen responsabilidades en los demás. Asignen a otras personas ciertas tareas que los obliguen a trazar planes y a usar su buen juicio. No los eduquen para que dependan del juicio de ustedes. Los jóvenes deben ser adiestrados para ser pensadores. Hermanos míos, no crean ni por un instante que su forma de obrar es perfecta y que los que se relacionan con ustedes deben ser su sombra, el eco de sus palabras, y que deben repetir sus ideas y ejecutar sus planes".--Testimonios para los Ministros, 302, 303.
Mirar a Dios y no al hombre--"Tuve una larga conversación con el Hno. Bell. Le dije muchas cosas. Traté de explicarle en qué nuestros dirigentes se habían equivocado y habían obstaculizado la obra que estaban tan ansiosos de hacer progresar. Cada uno pensó que él era la persona que tenía que asumir todas las responsabilidades, y se extendieron sobre demasiado terreno y fallaron en educar a otros para pensar, actuar, ser custodios y aligerar cargas, porque no les dieron oportunidad de hacerlo.
"Yo le dije que no era el plan de Dios que las cosas estuvieran así. Él había actuado de esa manera, y había acumulado sobre sí mismo tantas cargas que no tenía fuerzas para llevarlas y no podía hacer justicia en nada. Dios le dio a cada hombre su trabajo de acuerdo con la habilidad de cada uno y, cuando un hombre albergó la idea que debía asumir toda la responsabilidad porque creía que podía hacer las cosas en forma un poco más perfecta que otros, cometió pecado contra sí mismo y contra sus hermanos. Él estaba educando a la gente a que lo miraran, a que esperaran que todo debía pasar a través de él, y no fueron educados para mirar a Dios y esperar que Dios hiciera grandes cosas para ellos. Ellos dependieron de otros y confiaron en otros en vez de confiar en el Dios viviente; por tanto, muchos no tienen la experiencia que deberían tener y que los convertiría en obreros eficientes". Carta 24, 1883, p. 1, 2, (23 de agosto de 1883, a Willie y Mary White).
Que otros aprendan a llevar responsabilidades--"Estoy hondamente preocupada por sus constantes trabajos agotadores. Por favor, hagan trabajar a otros y trabajen ustedes mucho menos. Dios no quiere que usted y el Pr. Haskell se sacrifiquen. Él desea que ustedes dejen de lado el trabajo y sean más bien planificadores y administradores. Vendrán tiempos cuando vuestros trabajos especiales serán una necesidad positiva, pero yo protesto contra el hecho de que ustedes tomen sobre sí tanto trabajo. Dios no lo requiere de ustedes y ustedes no deben hacerlo. ¿Aceptarán el consejo? ¿Permitirán que otros aprendan a llevar responsabilidades, aunque cometan errores, mientras ustedes sigan viviendo y puedan enseñarles a trabajar?
"Se me ha mostrado que usted y el Pr. Haskell, a la edad que tienen, deben poner cargas sobre otros. Asistan a menos congresos, hablen y trabajen menos en los congresos a los que asisten, y esto forzará a otros a ponerse al frente para obtener una experiencia que es esencial para ellos. Para lograrlo, ustedes deben hacer menos y otros deben trabajar más. Me ha sido mostrado que la obra está creciendo más y más en importancia, y necesitamos la ayuda de manos ancianas. Necesitamos a estos hombres de experiencia como consejeros. No podemos prescindir de ellos. Esta no es la voz de la Hna. White, sino el mensaje de Dios para ustedes. ¿Harán caso ustedes dos? ¿Serán prudentes? ¿Están dispuestos a ser administradores y a trabajar menos?" Carta 117, 1886, p. 6, (25 de junio de 1886, a los Hnos. Butler y Haskell. Edades en ese momento: Butler, 52; Haskell, 53).
El peligro de la exaltación propia--"Ahora bien, mi hermano, yo siento por usted el más profundo interés; sino fuera así, no le habría escrito en la forma que lo hice. Pero en cuanto a mí, tengo que ser fiel. Yo digo las cosas tal como son, y si bien yo quisiera que todos en el sanatorio estuviesen unidos por lazos de perfecta unión, sin embargo no quisiera esa clase y calidad de unión en la que usted es cerebro y juicio para cada uno de ellos, y que ellos consideren cada proposición y plan, cada palabra y acción suya como libre de error c falta. En la multitud de consejeros hay seguridad. Dios no quiere tener muchas mentes a la sombra de la mente de un hombre. Dios ha dado a los hombres cerebros para que los usen, intelectos para que los cultiven, y sean empleados para su gloria; él debe ser el único que amolde, controle y forme las mentes según su propia imagen.
"Los hombres son nada más que hombres, cualquiera que sea su trabajo. Mientras mayor sea la responsabilidad de una posición, más importante es que la persona que ocupa esa posición no reciba más honores o ensalzamiento de lo que sea para su bien. El hecho es que las personas son arruinadas por las alabanzas y los honores que se les otorgan como si fuesen infalibles. Si bien se debe respetar como corresponde a quienes Dios ha confiado talentos más que comunes, ese hombre así investido de cualidades necesita andar más humildemente y más estrechamente con Dios mientras progresa. Toda la influencia que esas aptitudes le confieren, lo harán un hombre mejor, más santo, más manso y humilde, o lo llevarán a pensar lo que otros han pensado: 'No soy un hombre común, y puedo hacer cosas que otros no pueden hacer, y no pecaré'. Este es un error común, pero es también un error destructivo. Tal hombre necesita aprender diariamente importantes lecciones del más grande Maestro que el mundo jamás haya conocido. Cristo tiene que morar en el corazón de ese hombre, así como la sangre tiene que estar en el cuerpo, circulando como un poder vivificante.
"No puedo ser más apremiante en cuanto a este asunto. No puedo recalcar tan poderosamente como quisiera que usted no debería confiar en sí mismo". Carta 7, 1886, (26 de abril de 1886, a J. H. Kellogg).
Dividir responsabilidades--"Me siento un poco preocupada por usted. Soñé que usted me contaba algunas de sus pruebas, y le dije: 'Mi hermano, si usted hubiese tenido el espíritu que tenía Moisés, tendría la ayuda de obreros capaces'. Cuando Moisés tenía muchas cargas, el Señor hizo surgir un Jetro como consejero y ayudador. El consejo fue aceptado, y las cargas que pesaban sobre él fueron repartidas entre otros, y se logró un doble objetivo: Moisés fue aliviado y tuvo una mejor oportunidad para su vida, y los hombres aprendieron a llevar responsabilidades, calificándose para trabajar en posiciones de confianza, con el fin de que Israel no se acostumbrara a mirar a un solo hombre, y pensar que nadie podía hacer algo por ellos a menos que el asunto fuera presentado delante de ese hombre. Sé que es difícil desligarse de algunas responsabilidades y darle a otros una oportunidad de asumirlas, con todas las ventajas que su consejo y conocimiento para ayudarlos. Y a menos que esto se haga antes de no mucho tiempo, ellos tendrán que asumir la pesada dirección sin la instrucción y el consejo que ahora tienen el privilegio de tener".--Carta 64, 1886.
La sabiduría de Dios tiene que ser entretejida en la experiencia diaria--"Con la gracia de Cristo en el ser, usted puede ser poderoso por medio de Dios, haciendo retroceder los poderes de las tinieblas. Ningún otro poder sino sólo la verdad lo mantendrá firme, teniendo siempre en vista la gloria de Dios. Los que están estrechamente relacionados con usted tienen solemnes responsabilidades. Usted deposita confianza en ellos, y es su deber aferrarse a Dios, y estar atento a su gloria, tomándose firmemente del brazo de la Omnipotencia, no confiando o apoyándose en algún brazo humano. Ellos deberían utilizar hasta el máximo las facultades que Dios les ha dado, porque tendrán que dar cuenta de ellas al mismo Dios. Deberían estar creciendo constantemente; nunca deben cesar en su progreso. Pero se los debería alistar con toda la ayuda que se les pueda dar como soldados de Jesucristo en esta guerra santa. Todo el conocimiento que el apóstol pueda reconocer como verdadera ciencia, debiera adquirirla hasta donde sea posible. Todo lo que pueda fortalecer o expandir la mente, debiera ser cultivado hasta el máximo de los poderes individuales. Y si bien es privilegio de los que están conectados con usted el adquirir todo esto, solamente unos pocos están alcanzando la norma, y existe el peligro de que ellos sean engañados en cuanto a sus propias adquisiciones. Si no progresan, retrocederán, y usted mismo estará bajo engaño, a menos que la sabiduría que procede de Dios sea entretejida tanto en la experiencia diaria de usted como en la de ellos.
"He pensado en las razones que usted tiene para no confiar responsabilidades a sus obreros; pero usted no ha sido tan chasqueado y afligido como nuestro Redentor lo ha sido por nuestro trabajo chapucero. Hemos demostrado demasiado poca fidelidad hacia quien nos compró con su propia sangre...
"Me siento contenta con cada poquito de interés que usted muestra en asuntos religiosos. La manera de llegar a ser grande y noble es ser como Jesús, puro, santo e incontaminado. Tal como veo las cosas, los honores que usted pueda recibir de mécidos y de grandes hombres no son de mucho valor, pero el honor que puede recibir del Señor es del más alto valor. Yo deseo que usted no llegue a ser casi vencedor, sino completamente vencedor, y más que vencedor por medio de Aquel que lo amó y entregó su propia vida para salvarlo de la ruina. Usted necesita cada día más y mayor confianza en Dios. Yo deseo que usted sea el hombre más feliz que llegue al cielo. Yo deseo que usted esté en paz con Dios aquí, y que pueda estar en el cielo después. Usted tiene que pelear la batalla de la fe con el fin de vencer el escepticismo y la infidelidad". Carta 7, 1886, (26 de abril de 1886, a J. H. Kellogg).
Consejo a un dirigente egoísta--"Mientras usted tiene demasiado que hacer, otros tienen muy poco. Usted no les concede a otros la oportunidad de mejorar en eficiencia por medio de la experiencia práctica. Usted consiente en ser ayudado y asesorado si sus ayudantes dejan que la responsabilidad principal descanse en usted. Especialmente entre sus compatriotas, usted desea ser colocado por sobre todos los demás.
"Pareciera que usted no tiene la habilidad de educar a los jóvenes y darles la oportunidad de hacer aquello para lo cual tienen talentos si se les diera la oportunidad de aprender. Esta es la obra que debiera haber sido hecha, pero que usted dejó sin hacer. Si usted fuese desinteresado, si tuviera la mansedumbre y la humildad de Cristo, aprendería a entrenar a los jóvenes para el servicio útil...
"Usted no busca pacientemente familiarizar a otros con todos los aspectos de la obra. Esto es así porque usted desea ser el primero, y no quiere que otros lleguen a conocer los detalles de la obra, ni que lleguen a ser tan eficientes como usted. Usted tiene demasiado confianza en sí mismo, demasiada alta estima de su propia habilidad. Usted debiera tener hoy a su lado a un gran número de obreros inteligentes a quienes debería haber entrenado. Pero usted ha amoldado las cosas de acuerdo con sus propias nociones estrechas, y por eso todavía permanece casi solo...
"Es su deber cambiar su modo de actuar; aprender a ver y a reconocer habilidad y talento en otros y no solamente en usted. Por amor a Cristo, no trate de señorear sobre su heredad, sino sea un ejemplo para la manada. Ofrezca a otros el beneficio de todo el conocimiento que el Señor le ha dado a usted. Él le ha dado a usted ese conocimiento para que lo imparta. Enseñe a otros todo lo que usted sabe, no de una manera arbitraria, burlándose de sus errores y ridiculizando su ignorancia; sino con un espíritu bondadoso, sentándose usted mismo a los pies de Jesús como un aprendiz. Lleve jóvenes a la casa de la misión y sea su instructor, enseñándoles como si enseñara a estudiantes en una escuela". Carta 10, 1884, (27 de octubre de 1884, a J. O. Corliss).
"En la actualidad, al Señor le agradaría que los que están ocupados en cualquier parte de su obra, se cuidaran contra la tendencia a asumir sobre sí mismos responsabilidades que no han sido llamados a llevar. Algunos de sus siervos deben dirigir los asuntos administrativos relacionados con su obra en la Tierra; otros deben velar por los asuntos espirituales. Cada obrero debe tratar de hacer bien su parte, dejando a otros los deberes que les fueron confiados".--Advent Review and Sabbath Herald, 5 de octubre de 1905.
Confiar en el criterio de otros--"Por otra parte, no piensen [los administradores] que los hombres que siguen sus ideas son los únicos en quienes se puede confiar. A veces ustedes han pensado que porque ellos cumplen su voluntad al pie de la letra son los únicos de quienes pueden depender. Si alguien ejerciera su propio juicio y discrepara con ustedes, se habrían separado de él como si fuera una persona en quien no se puede confiar. Aparten sus manos de la obra y no la tengan tan firmemente asida. Ustedes no son los únicos hombres que Dios puede usar. Den lugar al Señor para que utilice los talentos que él ha confiado a otros hombres, para que la causa pueda crecer. Denle al Señor la oportunidad de usar las mentes de otros hombres. Estamos perdiendo mucho por causa de nuestros planes e ideas estrechos. No obstruyan el camino del progreso de la obra. Permitan, en cambio, que el Señor obre por medio de quienes él quiera. Eduquen, animen a los jóvenes a pensar y a actuar, a proyectar y a planear, con el fin de que tengan una multitud de consejeros".--Testimonios para los Ministros, 303.
No hay realeza en la Iglesia Adventista--"Dios no ha establecido realeza alguna en la Iglesia Adventista del Séptimo Día para controlar todo el cuerpo, o para controlar algún ramo de la obra. No ha dispuesto que la carga de la dirección descanse sobre unos pocos hombres. Las responsabilidades están distribuidas entre un gran número de hombres competentes".--Joyas de los Testimonios 3:240.
Trabajar en equipo
Cada persona tiene su propia línea de servicio--"En 1903 escribí al presidente de una Asociación lo siguiente: 'Por medio de un agente, Cristo Jesús, Dios ha ligado misteriosamente entre sí a todos los hombres. A cada hombre se le ha asignado una línea de servicio especial, y deberíamos ser rápidos en comprender que nuestro deber es cuidarnos de no dejar la obra que nos corresponde e interferir con otros agentes humanos que realizan una obra diferente a la nuestra. A nadie se le ha dado la tarea de interferir en la obra de alguno de sus compañeros, tratando de tomarla en sus manos, porque al manipularla podría perjudicarla. Dios ha dado a cada uno una tarea diferente a la del otro". Manuscrito 29, 1907, p. 9, 10, (enero de 1907, "Responsabilidad individual y unidad cristiana").
Respetarse unos a otros--"Cada uno debe estar en su grupo y su lugar, realizando su trabajo. En estos últimos días, cada uno de ustedes debe hacer una obra para Dios, grande, sagrada y solemne. Cada uno debe llevar el peso de su propia responsabilidad. El Señor está preparando a cada individuo para que haga su propia tarea, y cada uno debe ser respetado y honrado como hermano escogido por Dios, y como precioso a su vista. No se debe escoger a un solo hombre para que se encargue de todos los planes y métodos, mientras otros son dejados fuera. Si así se procediera, se cometerían errores y se harían movimientos equivocados. La obra se atrasaría en vez de adelantar. Nadie necesita temer que otro tenga el puesto de mayor importancia. Todos deben tratarse con imparcialidad y sin hipocresía.
"No se da a cada obrero una misma línea de trabajo; y por esta razón ustedes necesitan consultarse unos a otros con la libertad y confianza que debe existir entre obreros del Señor. Todos necesitamos tener menos confianza en nosotros mismos, y mucha más confianza en quien es el poderoso Consejero que conoce el fin desde el principio.
"Siempre que ustedes se respeten mutuamente, respetarán a Jesucristo. No deben mostrar preferencias, porque el Señor no muestra preferencias hacia sus escogidos. Él dice: 'Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer'. Juan 15:15. Esto representa la misma confianza que al Señor le gustaría que ustedes alberguen los unos para con los otros. A menos que practiquen esto más de lo que lo han hecho en el pasado, no andarán ni trabajarán bajo los dictados del Espíritu de Dios.
"Dios quiere que estén unidos por las agradables cuerdas del compañerismo. Como obreros del Señor, deben presentar sus planes unos a otros. Estos planes deben ser considerados cuidadosamente y con oración, porque el Señor dejará que quienes así no lo hagan, tropiecen en su propia supuesta sabiduría y grandeza superior.
"Ninguna persona debe suponer que su sabiduría está más allá de cualquier error o es infalible. Dios estimará grandemente esa humildad que hace a la persona ser sierva de todos, si el deber así lo exige.
"Sin embargo, al amarse como hermanos y razonar como si fueran un solo ser, un mismo corazón y una misma vida, deben aprender a apoyarse individual y enteramente en Dios. El será su sostén. Al él le agrada que ustedes dependan unos de otros para recibir luz, sabiduría y dirección. El Señor debe ser nuestra sabiduría. Individualmente debemos entender que él es nuestra santificación y nuestra redención. Debemos mirar a él y confiar en él. Él será nuestra ayuda constante en todo tiempo de necesidad.
"No importa cuáles sean nuestros deberes en los diferentes aspectos de la obra, debemos recordar que es Dios quien lo dirige todo. No deben apartarse de él y hacer de la carne humana su brazo de apoyo. Han estado demasiado inclinados a medirse unos con otros y a compararse unos con otros, evaluando la importancia de vuestra obra. ¿No se dan cuenta de que sus comparaciones podrían llevarlos lejos del blanco? No es la posición ni el rango lo que el Señor estima. Dios observa cuanto tienen del Espíritu del Maestro y en qué medida vuestra obra refleja la semejanza de Cristo". Carta 49, 1897, (septiembre de 1897, a los Hnos. Daniells, Colcord, Faulkhead, Palmer, Salisbury).
Un solo hombre no debe controlar--"En las consultas para hacer progresar la obra, ningún hombre ha de ser la fuerza dominante, la voz del conjunto. Los métodos y los planes propuestos deben considerarse cuidadosamente, con el fin de que todos los hermanos puedan pesar sus méritos relativos y decidir cuál debe seguirse. Al estudiar los campos a los que parece llamarnos el deber, es bueno tener en cuenta las dificultades que se encontrarán en ellos".--Joyas de los Testimonios 3:198, 199.
Reunirse para consultarse--"Como hermanos, sitúense donde pueden estar más o menos conectados, consúltense más en sus juntas, y asóciense, en espíritu, en toda vuestra obra. Uno solo entre ustedes no debe ser el consejero de todos". Carta 49, 1897, (septiembre de 1897, "Los obreros en nuestras instituciones").
Hay que compartir responsabilidades--"El servicio a Dios no ha sido encargado al juicio o la elección de un solo hombre, sino distribuido entre los que están dispuestos a trabajar con interés y abnegación. Así todos, según la capacidad y habilidad que el cielo les ha impartido, llevan la responsabilidad que Dios le ha dado.
"Los asuntos importantes de una gran nación fueron encargados a hombres cuyos talentos los hicieron aptos para llevar esas responsabilidades. Algunos fueron escogidos para manejar los asuntos de negocios; otros fueron escogidos para atender los asuntos espirituales relacionados con la adoración a Dios. Todos los servicios religiosos y todos los ramos de negocios deben llevar el sello del cielo. 'Santidad al Señor' debe ser el lema de los obreros en cada departamento. Se consideró esencial que todo fuera conducido con regularidad, propiedad, fidelidad y prontitud". Manuscrito 81, 1900, p. 6, 12, (Diario, 1 de septiembre de 1903 (escrito en 1900), "El reino de Salomón").
Ninguna mente sola puede manejar una Asociación--"Cuando un obrero es elegido para la presidencia de una Asociación, ese cargo en sí no le da el poder o la capacidad que él no tenía antes.
"Una posición elevada no le otorga al carácter virtudes cristianas. El hombre que supone que su mente individual es capaz de planificar y proyectar para todas las ramas de la obra, revela una gran falta de sabiduría. Ninguna mente humana por sí sola es capaz de desempeñar las muchas y variadas responsabilidades de una Asociación que abarca a miles de personas y muchos tipos de tareas.
"Pero me ha sido revelado un peligro mayor que éste, y es el sentir que ha ido creciendo entre nuestros obreros de que los pastores y otros obreros en la causa deben depender de la mente de ciertos dirigentes para que definan sus obligaciones. La mente y el juicio de un solo hombre no debe ser considerado capaz de controlar y amoldar una Asociación.
"El individuo y la iglesia tienen sus propias responsabilidades. Dios ha dado a cada hombre algún talento o talentos para usarlos y mejorarlos. Usando esos talentos aumentará su capacidad para servir". Carta 340, 1907, p. 1, 2, (3 de octubre de 1907, "Los obreros en el sur de California").
Evitar el deseo de ser un gran dirigente--"Los que aceptan las amonestaciones y advertencias que se les dan, andarán por caminos seguros. No cedan los hombres al anhelo de llegar a ser grandes dirigentes, o al deseo de trazar planes independientes para sí mismos y para la obra de Dios. Es fácil para el enemigo actuar por medio de algunos que, a pesar de que ellos mismos necesitan consejo a cada paso, asumen la tarea de custodiar a las personas sin haber adquirido la humildad de Cristo. Necesitan consejo del que dice: 'Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados'. Mateo 11:28.
"Nuestros pastores y dirigentes deben comprender la necesidad de consultar a sus hermanos que han estado mucho tiempo en la obra y que han logrado una profunda experiencia en los caminos del Señor. La tendencia de algunos a ensimismarse, y a creerse competentes para planear y ejecutar de acuerdo con su propio juicio y sus preferencias, los pone en dificultades. Esa forma independiente de actuar no es correcta, y no se debe seguir. Los pastores y docentes de nuestras asociaciones deben trabajar unidos con sus hermanos de experiencia, pidiéndoles consejo y acatándolo".--Testimonios para los Ministros, 501, 502.
Cooperar
Dios coopera con los que cooperan con él--"El Señor coloca a hombres de puestos de responsabilidad no para que ejecuten su propia voluntad, sino la voluntad de Dios. Él da sabiduría a quienes lo buscan y dependen de él como su Consejero. Tan pronto como los hombres representen los puros principios de su gobierno, él continuará bendiciéndolos y manteniéndolos como sus instrumentos para realizar sus propósitos concerniente a su pueblo. Él coopera con quienes cooperan con él". Manuscrito 81, 1900, p. 6, 12, (Diario, 1 de septiembre de 1903 (escrito en 1900), "El reino de Salomón").
El hombre obstinado--"La terquedad es una barrera para el progreso. El obstinado no puede ser convencido de nada que él no vea con sus propios ojos. No entiende lo que significa caminar por fe. Se ciñe a sus propios planes y opiniones, sean éstos correctos o no, porque ya ha adoptado una línea de pensamiento. Se le pueden presentar suficientes razones para demostrarle que está equivocado; sus hermanos alzar sus voces contra sus opiniones y métodos de lograr éxito en la obra; pero él ha levantado una barrera casi inamovible contra toda convicción.
"Un hombre así no debe formar parte de juntas o comisiones. Constitucionalmente está incapacitado para tomar decisiones importantes. Está determinado a no ser convencido. No se pliega a los hombres de experiencia y, por supuesto, es un impedimento en vez de una ayuda. Sugiere sentimientos que no pueden ser apoyados por la experiencia y el criterio de hombres que son tan inteligentes y tan sabios como él. Hará declaraciones como si fuera omnisciente, y sostendrá que sus ideas son totalmente adecuadas. El yo ha sido por tanto tiempo el elemento gobernante, que este desafortunado hombre considera y piensa que es una virtud tener sus propias opiniones. Si sus ideas no se siguen, levantará objeciones a cada momento, ya sea en asuntos de mayor o menos importancia. Se aferra a sus propias palabras, ya sean correctas o equivocadas. Esta práctica, repetida a menudo, crece como un hábito confirmado, hasta que se convierte en un rasgo de carácter". Manuscrito 159, 1898, p. 1, 2, (8 de diciembre de 1898, "No hablar mal de un hombre").
Los que tiran hacia atrás--"Siempre hay unos pocos que piensan, cuando sus hermanos tiran hacia adelante, que es deber suyo tirar hacia atrás. Objetan a todo lo que se propone, y combaten todo plan que ellos mismos no hayan originado. En ello hay una oportunidad para que las personas desarrollen una desordenada confianza propia. Nunca aprendieron en la escuela de Cristo la lección preciosa y de suma importancia de volverse mansos y humildes. Para los que tienen una voluntad fuerte, no hay nada más difícil que renunciar a su parecer y someterse al juicio de otros. Les es difícil ser susceptibles de ser enseñados, afables y fáciles de tratar...
"Los espasmódicos y vacilantes movimientos de algunos que pretenden ser cristianos resultar bien representados por el trabajo de caballos fuertes pero no adiestrados. Cuando el uno tira para adelante, el otro tira para atrás; al oír la voz de su amo el uno se echa hacia adelante, y el otro se queda inmóvil. Si los hombres no avanzan en armonía en la grande y sublime obra para este tiempo, habrá confusión. No es buena señal cuando los hombres se niegan a unirse a sus hermanos y prefieren obrar solos. Depositen los obreros su confianza en los hermanos que se sientan libres para señalar todo apartamiento de los principios correctos. Si los hombres llevan el yugo de Cristo, no pueden tirar separadamente; tirarán con Cristo".--Obreros Evangélicos, 461, 462, 502, 503.
La cooperación y la unidad son esenciales--"No piense ninguna persona que únicamente sus dones son suficientes para la obra de Dios; que sólo él puede llevar a cabo una serie de reuniones y dar perfección a la obra. Sus métodos pueden ser buenos, y sin embargo diversos dones son esenciales. La mente de una sola persona no debe modelar ni dar forma a la obra de acuerdo con sus ideas particulares. Para que la obra sea edificada con firmeza y simetría se requieren diversos dones y diferentes instrumentos, todos ellos bajo la dirección del Señor; él instruirá a los obreros de acuerdo con sus diversas aptitudes. La cooperación y la unidad son indispensables para constituir un todo armonioso en el que cada obrero cumpla la orden que Dios le ha encomendado, se desempeñe correctamente en su posición y supla la deficiencia de otro. Cuando se permite que un obrero trabaje solo, corre el peligro de pensar que su talento es suficiente para constituir un todo bien equilibrado.
"Cuando hay unión entre los obreros, éstos tienen la oportunidad de consultarse mutuamente, de orar juntos y de colaborar en el trabajo. Nadie debería pensar que no puede unirse con sus hermanos porque éstos no trabajan exactamente en la misma especialidad que ellos".--El Evangelismo, 80, 81.
Tomar decisiones
Hombres de acción--"La causa de Dios necesita hombres que puedan ver con rapidez y obrar instantáneamente y con poder en el momento debido. Si aguardáis para medir toda dificultad y pesar toda perplejidad que encontréis, haréis poco. Tendréis a cada paso obstáculos y dificultades que arrostrar, y con propósito firme debéis decidir vencerlos, o de lo contrario ellos os vencerán a vosotros.
"A veces los diversos caminos y propósitos, los diferentes modos de actuar en relación con la obra de Dios, casi pesan con igual fuerza en la mente; y en este punto es cuando se necesita el discernimiento más sutil. Si algo se ha de lograr, debe hacerse en el momento oportuno. La menor inclinación de peso en la balanza debe ser vista y determinarse el asunto enseguida. Las largas demoras cansan a los ángeles".--Obreros Evangélicos, 139, 140.
Dirección temeraria es dirección débil--"Es más excusable tomar a veces una decisión equivocada que estar de continuo en una posición vacilante, inclinados a ratos en una dirección, luego en otra. Ocasionan más perplejidad y abatimiento la vacilación y la duda que el obrar a veces con demasiada premura.
"Me fue mostrado que las victorias más señaladas y las derrotas más terribles han sido muchas veces asunto de minutos. Dios exige rapidez de acción. Las demoras, las dudas, la vacilación y la indecisión frecuentemente dan al enemigo toda clase de ventajas".--Obreros Evangélicos, 140.
Atención pronta pero pesando la evidencia--"Dios ha dado discernimiento a cada individuo, y él quiere que sus obreros usen y mejoren este don. El presidente de una Asociación no debe considerar que su juicio individual debe ser el juicio de todos.
"En ninguna Asociación se deberían aprobar propuestas en forma rápida sin que los hermanos tomen el tiempo para pesar cuidadosamente todos los lados del asunto. Por causa de que el presidente de una Asociación sugirió ciertos planes, a veces se consideró innecesario consultar al Señor al respecto. De esta forma se aceptaron propuestas que no contribuían al beneficio espiritual de los creyentes, y que involucraban mucho más de lo que se podía apreciar en una primera consideración casual. Estos movimientos no están de acuerdo con los planes de Dios.
"Muchos, muchos asuntos han sido tratados y aprobados por voto que involucraban mucho más de lo que se anticipaba, y mucho más de lo que los que votaron hubiesen estado dispuestos a aprobar si se hubiesen tomado el tiempo para considerarlos desde todos sus ángulos".--Carta 340, 1907.
Dios no puede usar al dirigente indeciso--"Los que tienen alguna relación con la obra de Dios en cualquiera de nuestras instituciones deben tener comunión con Dios y comprometerse a hacer lo recto bajo toda circunstancia, con el fin de que sepan dónde serán hallados en el día de la prueba. Nadie que esté relacionado con la sagrada obra de Dios puede permanecer en campo neutral. Si un hombre, hasta que este seguro de que no perderá nada, está vacilante indeciso, inestable, revela que es un hombre a quien Dios no puede usar. Pero muchos trabajan de esta manera. No han sido llamados por Dios, o bien no han permitido, definidamente, que los gobernara el poderoso agente del Espíritu Santo".--Testimonios para los Ministros, 403.
Autoridad
Una junta de varios hombres, no de uno solo--"Se hizo necesario organizar a las asociaciones en uniones, para que la Asociación General no ejerciera atribuciones dictatoriales sobre las asociaciones individuales. El poder conferido a la Asociación no debe estar centrado en un solo hombre, o dos hombres, o seis hombres; debe haber una junta de hombres a cargo de las diversas divisiones. Lo demostrado por los dirigentes de la Asociación en el pasado no está de acuerdo con lo ordenado por Dios. Se ha realizado una obra de un carácter que no ha sido aprobado por Dios. El resultado lo tenemos delante de nosotros, en las ruinas donde una vez hubo una gran imprenta con sus costosas instalaciones [la oficina de la Review and Herald en Battle Creek]...
"En la obra de Dios ni un ser humano solo, ni dos ni tres, debe ejercer autoridad monárquica. Los representantes de la Asociación, en la forma como han ejercido autoridad durante los últimos veinte años, ya no estarán justificados para decir: 'El templo del Señor, el templo del Señor somos nosotros'. Los hombres que ocupan cargos de confianza no han estado conduciendo la obra sabiamente.
"El Señor requiere hombres sabios para presidir sobre su obra y para ser pastores fieles de su rebaño". Manuscrito 26, 1903, (3 de abril de 1903, acerca de "La obra de la Asociación General").
Una "llave inglesa" entre las ruedas--"El capítulo 6 de Isaías encierra una lección profunda e importante para todos los obreros de Dios. Estúdienlo con humildad y oración ferviente. También los capítulos 1 y 2 de Ezequiel debieran ser estudiados cuidadosamente. Las ruedas dentro de ruedas representadas en este símbolo significarían confusión para el ojo finito. Pero una mano de sabiduría infinita se revelaba en medio de las ruedas. De la confusión surgía un orden perfecto, pues cada rueda actúa en el lugar correcto y en perfecta armonía con cada una de las otras partes de la maquinaria.
"Se me ha mostrado que los seres humanos desean demasiado poder. Ellos quieren controlar, y el Señor Dios, el Obrero poderoso es dejado fuera de su obra. Los obreros se creen calificados para ocupar el puesto más alto. Que ningún hombre intente manejar la obra que debería ser dejada en las manos del gran YO SOY, y quien planea la forma en que debe hacerse la obra. Sabed que Dios es el instructor de sus siervos, y él obrará por medio de quien el quiera".--Manuscrito 143, 1899.
El uso correcto de la autoridad--"Deseo hablar a mis hermanos que ocupan cargos de confianza. Como administradores de Dios están investidos con la responsabilidad de actuar en lugar de él, como su mano ayudadora. Los que han sido colocados en puestos de confianza deben tener autoridad para actuar, pero nunca deben emplear esa autoridad como un poder para negar ayuda a los necesitados y desamparados. Nunca debe ser ejercida para desanimar o deprimir a una persona que está luchando. Que quienes han sido colocados en puestos de confianza recuerden siempre que Dios desea que ellos ejecuten los pensamientos de Cristo, quien, por creación y redención, es el dueno de todos los hombres". Carta 7, 1901, (17 de enero de 1901, a "Los hermanos que ocupan cargos de confianza").
Tratamos con hombres iguales a nosotros--"Recordemos que no estamos lidiando con hombres ideales, sino con hombres de carne y hueso elegidos por Dios, que son exactamente iguales a nosotros, que cometen los mismos errores que nosotros, y que tienen las mismas ambiciones y flaquezas. Ningún hombre ha sido constituido amo como para gobernar la mente y la conciencia de un semejante. Seamos muy cuidadosos en nuestra manera de tratar la heredad de Dios comprada con su sangre.
"A ningún hombre se le ha asignado la tarea de gobernar sobre sus semejantes. Cada hombre debe llevar su propia carga. Él puede hablar palabras de aliento, fe y esperanza a sus compañeros; puede ayudarles a llevar sus cargas especiales sugiriéndoles mejores métodos de trabajo; pero en ningún caso debe desanimarlos y debilitarlos, no sea que el enemigo obtenga alguna ventaja sobre sus mentes, una ventaja que con el tiempo reaccionaría contra él mismo". Manuscrito 29, 1907, p. 9, 10, (enero de 1907, "Responsabilidad individual y unidad cristiana").
No censurar ni condenar--"Usted ni siquiera se debería permitir pensar desconsideradamente de ellos, mucho menos de sentarse en la silla del juez y censurar o condenar a sus hermanos, cuando en muchos sentidos usted mismo puede ser más merecedor de censura que ellos. Su obra está bajo la inspección de Dios". Carta 21, 1888, p. 10, 11, (14 de octubre de 1888, al Hno. Butler).
El espíritu de autoridad--"En nuestras diversas ocupaciones debe haber dependencia y ayuda mutua del uno para con el otro. No aún el presidente de la Asociación debe ejercer un espíritu de autoridad; porque el puesto no transforma al hombre en una criatura que no puede errar. Todo obrero a quien se le ha confiado el manejo de una Asociación debe trabajar como Cristo trabajó, llevando su yugo y aprendiendo de él su humildad y mansedumbre.
"El espíritu y el proceder de un presidente de Asociación, ya sea en hechos o en palabras, revela si él se da cuenta de sus debilidades y pone su confianza en Dios, o si piensa que su posición de influencia le ha dado una sabiduría superior. Si ama y teme a Dios, si se da cuenta del valor de las personas, si aprecia cada pizca de ayuda que por la gracia de Dios le brinde un hermano obrero, entonces podrá ligar los corazones por medio del amor que Cristo reveló durante su ministerio. Hablará palabras de consuelo al enfermo y apenado. Si no cultiva una manera dominante, sino que tiene presente que Uno es su Maestro, es decir Cristo, entonces podrá aconsejar a los inexpertos, animándolos a que sean la mano ayudadora de Dios". Carta 10, 1903, p. 3, 4, (8 de enero de 1903, a E. R. Palmer y A. G. Daniells).
La personalidad que Dios ha concedido a los hombres--"El poder de gobernar al hombre que ha estado penetrando en nuestras filas no tiene sanción en la Palabra. Satanás se ha introducido para llevar a los hombres a depender de los hombres, y a hacer de la carne su brazo. Se me ha instruido que diga: 'Rompan todo yugo que la invención humana ha fabricado, y presten atención a la voz de Cristo: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga"'. Mateo 11:29, 30.
"El hombre que por ser presidente de una Asociación se atreve a asumir la responsabilidad de decir a sus colaboradores cuál es su deber, está desarrollando una experiencia equivocada. La influencia sólo servirá para destruir la personalidad dada a los hombres por Dios y ponerlos bajo la jurisdicción humana. Esta clase de manejo equivale a poner las bases para la incredulidad. Los hombres que instruyen a sus semejantes a buscar dirección humana, están en realidad enseñándoles que cuando vayan al Señor en busca de consejos y la dirección de su Espíritu con respecto a sus deberes, no deben seguir ese consejo sin ir primero a ciertos hombres para averiguar si eso es lo que deben hacer. En esta forma se desarrolla cierta esclavitud que sólo producirá debilidad e ineficiencia en la iglesia de Dios.
"Los que introducen esta condición lamentable en la experiencia de nuestra obra, y que voluntariamente aceptan la idea de que les ha sido concedido el dominio de la conciencia de otras personas, necesitan comprender que han cometido un grave error. Nunca fue la intención que sus cargos les confirieran la responsabilidad que ellos llegaron a pensar que se les había dado. La señal de peligro se ha levantado ahora contra este mal. Nunca jamás se debe consentir que los hombres se coloquen en una posición que sólo Dios debería ocupar". Carta 344, 1907, p. 3, (1 de octubre de 1907, a A. G. Daniells, G. A. Irwin y W. W. Prescott).
Esta clase de administración tiene que cambiar--"¿Le aconsejó el Señor inventar las diversas maneras de trabajar y controlar mentes humanas? No, yo le digo que no. El caso del pastor Littlejohn ha sido extrañamente mal manejado. Él apeló a mí para que yo corrigiera las cosas, pero yo no he hecho nada acerca del caso; no era tiempo de hacerlo. Su procedimiento al tratarlo a él fue del todo equivocado. Lleva la firma del adversario de las personas. El trato que usted dio a Frank Belden en su trabajo no fue correcto; es fuego extraño, no fuego del leño de Dios. Esta clase de administración tiene que terminarse, o de lo contrario Dios obrará de un modo que no será agradable para quienes hicieron ese trabajo. Esos hombres no estaban en lo correcto, necesitaban una dirección juiciosa, pero los que trataron de dirigirlos necesitaban se dirigidos ellos mismos.
"¿Recibió la aprobación de Dios su estrategia con respecto a Gospel Primer? * No; el principio sobre el que actuó estaba equivocado. Se debe rendir un servicio individual a Dios, y no debe ser controlado por un hombre ni por algún grupo de hombres. Se han hecho movimientos que significan mucho en sus resultados. Un ejemplo lo tenemos en hombres que están sirviendo donde no deberían estar, lo cual está fermentando vuestras asociaciones. Los presidentes de las asociaciones están siendo imbuidos con el espíritu de gobernar, de requerir que los hombres se inclinen ante su juicio; si alguno se rehúsa, el curso que se sigue respecto a ellos es tal que llena el cielo de indignación.
"¿Cómo puede inducir Dios a las iglesias a que contribuyan con sus medios duramente ganados para ser manejados por hombres con suficiencia propia, egoístas y tan arrogantes y dominantes que el desagrado de Dios está sobre ellos? Nuestras instituciones necesitan ser purificadas como lo fue el templo cuando Cristo estuvo en la Tierra. El hombre se enseñorea sobre la conciencia de los hombres, el hombre ordena a sus semejantes como si fuera Dios. Por todas partes en todo el campo este espíritu está leudando los corazones con los mismos propósitos estrechos y egoístas. Debe surgir una reacción, ¿y quién pondrá las cosas en orden? Jesús dice: 'Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame'". Lucas 9:23; Carta 65, 1895, p. 7, 8, (19 de junio de 1895).
El presidente da el ejemplo--"Usted se refiere a su cargo como presidente de la Asociación General, como si esto justificara su curso de acción, el cual usted considera totalmente correcto, pero que, según la luz que el Señor plugo darme, considero equivocado en algunos aspectos. El mismo hecho de que usted ocupa una posición de responsabilidad es la razón porque yo lo insto a mostrar, en todo tiempo y bajo cualquier circunstancia, un espíritu tolerante, cortes y semejante a Cristo. Sus hermanos en el ministerio, quienes respetan a usted y su cargo, serán muy aptos para seguir su ejemplo en el tratamiento de tales cosas. Usted debe ser un ejemplo para sus hermanos, digno de imitación. Sus palabras, su espíritu, su comportamiento, incluso la manera en que usted trata a sus hermanos, están sembrando semillas para bien o para mal. Es tanto su privilegio como su deber, especialmente en la posición de confianza que ocupa, ser del mismo sentir que Dios; entonces usted será fuerte en la fortaleza divina, y manso y humilde como un niñito.
"Aférrese estrechamente a su Biblia, porque sus verdades sagradas pueden purificar, ennoblecer y santificar el ser. Usted debe sostener la verdad y enseñarla tal cual es en Jesús, de lo contrario no tendrá valor para usted. Ante la luz de la verdad de Dios, deje que las opiniones, las ideas y la sabiduría humana aparezcan como son a los ojos de Dios: como necedad. Que ningún hombre sienta que su posición, ya sea como presidente de la Asociación General o de una Asociación local, lo reviste con un poder sobre las conciencias de otros y que sea opresiva en el menor grado, porque Dios no sancionará nada de eso. Él debe respetar los derechos de todos, y tanto más porque está en una posición que otros imitarán una vez que él se vaya.
"Su posición lo pone bajo las más sagradas obligaciones de ser muy cuidadoso en cuanto a la clase de espíritu que usted abriga hacia sus hermanos. Ello están realizando una parte en la causa de Dios lo mismo que usted. ¿No les enseñará y guiará Dios lo mismo que a usted? Usted no debe permitirse ni siquiera pensar de ellos sin bondad, y mucho menos erigirse como juez para censurar y condenar a sus hermanos, cuando quizá usted mismo, en muchos aspectos, puede ser más merecedor de censura que ellos. Su obra está bajo la inspección de Dios". Carta 21, 1888, p. 10, 11, (14 de octubre de 1888, al Hno. Butler).
Dictadura
El resultado de la dominación--"Los principios santos que Dios ha dado son representados por el fuego sagrado; pero se ha usado fuego común en lugar del sagrado. De manera sutil se han introducido planes contrarios a la verdad y a la justicia, con el pretexto de que esto o aquello debía ser hecho y porque era para el progreso de la causa de Dios. Pero son maquinaciones de hombres las que llevan a la opresión, la injusticia y la maldad. La causa de Dios debe estar libre de toda mancha de injusticia. No puede obtener ventaja alguna despojando a los miembros de la familia de Dios de su individualidad o sus derechos. Tales prácticas son aborrecibles para Dios...
"El poder despótico que se ha desarrollado, como si los puestos convirtiera a los hombres en dioses, me da miedo, y debería causar temor. Es una maldición donde y quienquiera lo ejerza. Este enseñoreamiento sobre la heredad de Dios creará tal disgusto por la jurisdicción del hombre que resultará en un estado de insubordinación. El pueblo está aprendiendo que no se puede confiar en hombres que ocupan altos puestos de responsabilidad para modelar y formar las mentes y los caracteres de otros hombres. El resultado será la pérdida de confianza incluso en la administración de hombres fieles...
"El espíritu de dominación se está extendiendo a los presidentes de nuestras asociaciones. Si un hombre confía en sus propios poderes y trata de ejercer dominio sobre sus hermanos, creyendo que está investido con autoridad para hacer de su voluntad el poder gobernante, el mejor y único seguro curso de acción es quitarlo de su cargo, no sea que resulte un gran daño, y él pierda su propia vida y ponga en peligro la vida de otros. 'Todos vosotros sois hermanos'. Mateo 23:8.
"Esta disposición de enseñorearse sobre la heredad del Señor causará una reacción a menos que estos hombres cambien su curso de acción. Los que ejercen autoridad deberían manifestar el espíritu de Cristo. Deberían tratar cada caso que requiera su atención de la manera como les gustaría ser tratados. Deberían avanzar con el peso del Espíritu Santo. La posición de un hombre no lo hace ni una jota y ni un tilde mayor a la vista de Dios; es tan sólo el carácter lo que Dios valora". Carta 55, 1895, (19 de septiembre de 1895, a O. A. Olsen).
Cómo se obstruyen las ruedas del progreso--"Si fuera posible, el enemigo obstruiría las ruedas del progreso y evitaría que las verdades del evangelio circularan por todas partes. Con este fin él induce a los hombres a sentir que es su privilegio controlar las conciencias de sus semejantes de acuerdo con sus propias ideas pervertidas. Ellos despiden al Espíritu Santo de sus juntas, y entonces, bajo el poder y en nombre de la Asociación General, inventan reglamentos por medio de los cuales obligan a los hombres a ser gobernados por sus propias ideas y no por el Espíritu Santo...
"Se necesita educación con respecto a los derechos y deberes de los hombres en ejercicio de autoridad y se han enseñoreado sobre la heredad del Señor. Cuando un hombre colocado en un puesto de confianza no sabe qué clase de espíritu debe manifestar al tratar con mentes humanas, necesita aprender los principios básicos en lo que se refiere a su autoridad sobre sus semejantes. Los principios rectos tienen que ser introducidos en el corazón, y entretejidos en la trama y urdimbre del carácter". Carta 83, 1896, (22 de mayo de 1896, a O. A. Olsen).
No imponer yugos sobre los demás--"Al observar cuidadosamente cada instrucción que el Señor ha especificado en cuanto a la armadura cristiana, andarán delante de él suavemente y trabajarán con discreción. No llevarán con ustedes yugos para atar a los hombres a sus planes, ni intentarán hacer que los obreros del Señor estén sujetos a alguna mente finita. Las máximas y los preceptos de los hombres no deben controlar a sus obreros. Que ningún hombre sea colocado en una posición donde pueda dominar sobre la heredad de Dios; porque esto pone en peligro tanto la vida del que señorea como la de quienes están bajo su dominio". Manuscrito 140, 1902, (6 de noviembre de 1902, "Principios para la orientación de hombres en cargos de responsabilidad").
Nadie debe mandar--"Entre los siervos de Dios, nadie debe mandar. Ningún yugo debe ser puesto sobre los que Dios ha comprado como herencia con su sangre. Todo yugo deben ser quebrantado. Los hombres y las mujeres son más preciosos a la vista de Dios de lo que la mente humana puede estimar. Cristo entiende su valor; se sacrificó a sí mismo por su redención. Somos propiedad suya, nos ha comprado con su sangre. No entrega su lealtad a ninguna jurisdicción o poder humano. '...no sois vuestros. Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios, en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios'". 1 Corintios 6:19, 20 (Ibíd.).
"Si fuera posible, libraría su mente de los engaños que lo han encadenado. En su trabajo ha tomado sobre sí demasiadas responsabilidades. Debo decirle que no debería ocupar la presidencia de la Asociación mientras sienta que debe amoldar y labrar la experiencia de otros para conformarla con sus propias ideas. Su curso de acción ha revelado que carece de una percepción sabia. El molde de su carácter es tal que necesita reforma.
"Lo conmino ante Dios a que lleve a cabo una obra de arrepentimiento y reforma. Debe humillarse delante de Dios de manera que pueda ser confiable para representar el carácter sagrado de su obra. Pero la peculiaridad de su temperamento es tal que mientras esté en posición de responsabilidad, siempre estará en peligro de mandar en forma arbitraria. Dios prohíbe que cualquier hombre manifieste una jurisdicción arbitraria sobre la mente de sus hermanos". Carta 380, 1907, (11 de noviembre de 1907, al presidente de una Asociación local).
El peligro de la autoexaltación--"A veces alguien a quien se ha conferido responsabilidad como dirigente, concibe la idea de que está en un puesto de suprema autoridad, y que todos sus hermanos, antes de avanzar, deben ir primeramente a pedirle permiso para hacer lo que creen que se debe hacer. Esa persona se encuentra en una posición peligrosa. Ha perdido de vista la obra del verdadero dirigente del pueblo de Dios. En lugar de actuar como sabio consejero, asume las prerrogativas de un gobernante exigente. Se deshonra a Dios cada vez que se exhibe semejante autoridad y exaltación propia. Nadie que confíe en su propia fuerza ha de erigirse jamás en mente y juicio de alguien a quien Dios está usando en su obra. Nadie debe trazar pautas y reglamentos humanos para gobernar arbitrariamente a sus colaboradores que tienen una experiencia viva en la verdad".--Testimonios para los Ministros, 491, 492.
Liderato no es señorío--"Nadie debe colocarse a sí mismo como gobernante, como señor sobre sus semejantes, para actuar de acuerdo con sus impulsos naturales. No se debería permitir que la voz o influencia de un solo hombre llegue a ser un poder controlador...
"He sido instruida por el Señor para decir que ninguna posición le concede gracia ni hace justo a un hombre. 'El temor de Jehová es el principio de la sabiduría'. Proverbios 9:10. Algunos a quienes se les ha confiado cargos de responsabilidad abrigan la idea de que el puesto es para el engrandecimiento del yo".--Medical Ministry, 164, 165.
No juzgar ni dominar--"Es un acto peligroso investir a los hombres con autoridad para juzgar y gobernar a sus semejantes. Ni a usted ni a nadie se le ha dado el poder de controlar las acciones del pueblo de Dios, y los esfuerzos para lograrlo no deben continuar por más tiempo... Dios ha sido deshonrado por la educación dada a las iglesias del sur de California para mirar a un hombre como su conciencia y criterio. Dios nunca ha autorizado a hombre alguno para ejercer un poder dominante sobre sus compañeros obreros; y aquellos a quienes se les ha permitido que manifiesten un espíritu dictatorial en su trabajo oficial, necesitan experimentar el poder convertidor de Dios en sus corazones. Ellos han colocado al hombre en el lugar donde debería estar Dios". Carta 290, 1907, p. 2, 3, (29 de agosto de 1907).
El presidente de Asociación y la autoridad--"Es un error que una Asociación seleccione como presidente a alguien que considera que su cargo pone en sus manos poderes ilimitados. El Señor me ha instruido para decirle que usted no sabe cuándo emplear autoridad y cuándo refrenarse para no usarla imprudentemente. Usted tiene mucho que aprender antes de poder desempeñar el trabajo de presidente con inteligencia. Usted debe tener en cuenta que en la causa de Dios hay un Dirigente principal, cuyo poder y sabiduría está por encima del de las mentes humanas.
"Dios no tendrá nada que ver con los métodos de trabajo donde se permita a los hombres finitos ejercer dominio sobre sus semejantes. Él pide que se haga un cambio decidido. No se debe escuchar más una voz de mando. El Señor tiene entre sus obreros a hombres humildes y discretos; de entre ellos debería escogerse a quienes dirigirán la obra en el temor de Dios.
"Sería conveniente que se invitara al pastor Cottrell y por lo menos a un obrero de amplia experiencia para intercambiar ideas y considerar los planes que afectan a la obra médica. Dios ha dispuesto que sus siervos desempeñen las responsabilidades de esa Asociación en un espíritu de humildad y dependencia en él". Carta 290, 1907, p. 2, 3, (29 de agosto de 1907, a George W. Reaser).
"Vez tras vez repito la advertencia: 'Nunca pongan como presidente de una Asociación a un hombre que supone que una posición de esta clase le da autoridad para dictaminar y controlar las conciencias de otros. Es natural que el hombre tenga una gran estima de sí mismo; los viejos hábitos luchan por supremacía; pero el hombre que ocupa un cargo de confianza no debería glorificarse a sí mismo.
"El obrero que diariamente subordina su voluntad a la voluntad de Cristo será educado para alejarse de tales ideas. Practicará las virtudes del carácter de Cristo con toda mansedumbre y humildad de pensamiento; y esto dará la preciosa libertad de hijos de Dios a todos los que se supone que serán beneficiados con sus servicios. Ellos estarán libres para actuar de acuerdo con la gracia que les fue concedida, para que todos puedan entender los preciosos privilegies que poseen los santos como miembros del cuerpo de Cristo.
"Aquel a quien se le ha confiado sagradas responsabilidades, siempre manifestará la mansedumbre y la sabiduría de Cristo; porque es ésta la manera en que llega a ser un representante del carácter y los métodos de Cristo. Nunca debería usurpar autoridad u ordenar, o amenazar, diciendo: 'A menos que haga lo que yo digo, usted no recibirá sueldo de la Asociación'. Un hombre que pronuncie tales palabras estará fuera de lugar como presidente de una Asociación. El haría a los hombres esclavos de su juicio". Carta 416, 1907, p. 5, 6, (30 de diciembre de 1907, a A. G. Daniells y W. C. White).
Dios no vindicará proyectos para oprimir a los hombres--"Dios no justificará ningún artificio por medio del cual el hombre pueda regir u oprimir en lo más mínimo a sus semejantes. La única esperanza para los hombres caídos consiste en mirar a Jesús y recibirlo como el único Salvador. Tan pronto como el hombre comienza a hacer una regla férrea para otros hombres, tan pronto como comienza a enjaezar y a guiar a los hombres según su propia mente, deshonra a Dios y pone en peligro su propia vida y las vidas de sus semejantes. El hombre pecaminoso puede hallar esperanza y justicia solamente en Dios; ningún ser humano sigue siendo justo cuando deja de tener fe en Dios y no mantiene una conexión vital con él. La flor del campo debe estar arraigada en el suelo; debe tener el aire, el rocío, la lluvia y el sol. Florecerá solamente al recibir estos beneficios, y todos son de Dios. Así también los hombres. Recibimos de Dios lo que sostiene la vida del ser. Se nos amonesta a no confiar en el hombre, ni hacer de la carne nuestro brazo. Se pronuncia una maldición sobre todos los que lo hacen".--Testimonios para los Ministros, 367.
Cambiar al dictador--"El espíritu de dominio se extiende a los presidentes de nuestras asociaciones. Si un hombre confía en sus propias facultades y trata de ejercer dominio sobre sus hermanos, creyendo que está investido de autoridad para hacer de su voluntad el poder dominante, el procedimiento mejor y el único seguro consiste en quitarle el puesto, para que no se haga un gran daño y él mismo pierda su propia vida y ponga en peligro la vida de otros. 'Todos vosotros sois hermanos'. Mateo 23:8. Esta disposición a dominar sobre la herencia de Dios causará una reacción a menos que estos hombres cambien su conducta. Los que ocupan puestos de autoridad deben manifestar el espíritu de Cristo. Deben tratar como él lo haría con cada caso que requiera atención".--Testimonios para los Ministros, 362.
No controlar las mentes
Revelar el amor de Dios--"No debemos tratar de amoldar a la gente a nuestras propias ideas, inclinaciones y prácticas. Por medio de vidas desinteresadas y consagradas, por el poder del Espíritu Santo obrando en nuestras mentes, debemos revelar, no nuestra propia voluntad o manera de actuar, sino el poder del amor de aquel que se vio a sí mismo por nosotros para que seamos sacados y alejados de nuestros propios rasgos de carácter hacia la perfección del carácter de Cristo. Él murió para que nosotros cultivemos los atributos de su carácter, y elevemos, purifiquemos y alegremos los corazones y la vida de otros". Carta 2, 1898, p. 1, 2, (17 de marzo de 1898, a "Los dirigentes en nuestras iglesias").
Sensibles y simpáticos--"Hay hombres mejor, mucho mejor, preparados para labrar la tierra que para tratar con mentes humanas; no son sensibles ni simpáticos. Los que presten el mejor y más elevado servicio para Cristo tienen que copiar al Modelo en todas sus asociaciones y transacciones comerciales, y en las cosas espirituales. Dios ve como los hombres no pueden ver el resultado de esta dureza de corazón de unos hacia otros, y es una ofensa para él y una deshonra para su santo Nombre". Carta 16d, 1892, p. 3, (7 de mayo de 1892, al Hno. Haskell).
No amoldar las mentes de otros--"¡Cómo sufre mi corazón al ver a presidentes de Asociación que asumen la responsabilidad de seleccionar a los que pueden amoldar para trabajar con ellos en el campo! Eligen a quienes no van a discrepar con ellos, sino que se van a limitar a actuar como máquinas. Ningún presidente tiene derecho a hacer esto. Dejen que otros hagan planes y, si fallan en algunas cosas, no consideren eso como evidencia de que no son capaces de ser pensadores. Nuestros hombres más responsables han tenido que aprender a usar su juicio mediante prolongada disciplina".--Testimonios para los Ministros, 304.
No anular las mentes de otros--"Hay hombres que hoy debieran ser personas de pensamiento amplio, sabios, de quienes se pudiera depender, pero que no lo son, porque se los ha educado para que ejecuten los planes de los demás. Han permitido que otros les dijeran exactamente lo que debían hacer, y han empequeñecido su intelecto. Su mente es estrecha y no pueden comprender las necesidades de la obra. Son simples máquinas que deben ser impulsadas por el pensamiento de otro hombre".--Testimonios para los Ministros, 303.
"Hermanos, no dependan del presidente de su Asociación o del de la Asociación General para que piense por ustedes. Dios ha dado 'a cada hombre su obra'. Ver Marcos 13:34. Cuando los hombres miran al presidente de la Asociación como su ayudador en todas sus dificultades, el portador de sus cargas, el consejero en sus perplejidades, están haciendo lo contrario de lo que Cristo les ha instruido".--Manuscrito 11, 1883, p. 1.
Dios está dispuesto a enseñar a otros--"La idea de que la mente y el juicio de un hombre puede modelar y dirigir intereses importantes, y que puede ser considerado como una voz para el pueblo, es un gran mal, que ha puesto y continúa poniendo en peligro a la persona colocada en posición de responsabilidad, y también a quienes cooperan con él.
"Dios no ha dado a un solo hombre toda la sabiduría, y la sabiduría no morirá con él. Los que ocupan cargos de confianza deben considerar modestamente las opiniones de los demás como dignas de respeto y probablemente tan correctas como la suya propia. Deberían recordar que Dios ha hecho a otros hombres tan valiosos como a ellos mismos, y que Dios está dispuesto a enseñar y guiar a esos hombres". Manuscrito 55, 1897, (3 de junio de 1897, "El desarrollo de los obreros").
Reconocer que otros también tienen juicio--"Se me ha mostrado que hay una práctica que deberían evitar quienes están en puestos de responsabilidad, porque es perjudicial para la obra de Dios. Los hombres que ocupan cargos no deben enseñorearse sobre la heredad de Dios y mandar en todo lo que los rodea. Muchos han marcado una pauta que desean que los demás sigan en la obra. Los obreros han tratado de seguirla con fe ciega, sin ejercer su propio juicio en asuntos que tenían a mano. Si los que fueron nombrados como directores no estaban presentes, de todos modos siguieron implícitamente sus indicaciones. Pero, en el nombre de Cristo, yo les rogaría que detengan ese proceder. Den a los hombres la oportunidad de ejercer su juicio individual.
"Los hombres que siguen las indicaciones de otros, y que están dispuestos a que otra persona piense por ellos, no son aptos para que se les confíen responsabilidades. Nuestros dirigentes son remisos en este asunto. Dios no ha dado a alguien en especial todo el poder mental que hay en el mundo. Los hombres en posiciones de responsabilidad deberían reconocer en otros algo de sentido común, alguna habilidad para juzgar y prever, y considerarlos capaces de hacer el trabajo que se les ha encomendado.
"Nuestros hermanos dirigentes han cometido un gran error al indicar todos los pasos que los obreros deberían seguir, y esto ha resultado en deficiencias, en la falta de una actitud cuidadosa por parte de los obreros porque han permitido que otros planifiquen todo y ellos mismos no han asumido responsabilidad alguna. Si los hombres que han asumido esta responsabilidad sobre sí mismos salieran de nuestras filas, o muriesen, qué estado de cosas se encontraría en nuestras instituciones.
"Los dirigentes deberían colocar responsabilidades sobre otros, y permitirles planear y ejecutar proyectos, para que puedan obtener experiencia. Denles una palabra de consejo cuando sea necesario, pero no les quiten el trabajo porque ustedes piensan que los hermanos cometen equivocaciones. Que Dios tenga compasión de la causa cuando se siguen las ideas y planes de un solo hombre, sin hacer preguntas. Dios no sería honrado si existiera tal estado de cosas.
"Todos nuestros obreros deben tener la oportunidad de ejercer su propio juicio y discreción. Dios le ha dado talentos que él desea que usen. Él les ha dado mentes y quiere que lleguen a ser pensadores, y que piensen por sí mismos y hagan sus planes, en vez de depender de otros para que pienses y planeen por ellos". Carta 12, 1885, (28 de octubre de 1885, a los Hnos. Butler y Haskell).
La posición no da autoridad para imponerse--"Cada rama de la obra de Dios debe tener reconocimiento: 'Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros; a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo'. Efesios 4:11, 12. Esta escritura muestra que debe haber diferentes clases de obreros, diferentes instrumentos. Cada uno tiene un trabajo distinto. A nadie se requiere que eche mano del trabajo de otro, y aunque le falte la preparación, debe tratar de hacerlo. Dios ha dado a cada uno de acuerdo con su capacidad. Alguien puede pensar que su posición le concede autoridad para mandar a otros obreros, pero esto no es así. Siendo ignorante del trabajo de ellos, él ensancharía donde hay que disminuir, y disminuiría donde habría que ensanchar, porque él solo puede ver la parte de la viña donde está trabajando".--Testimonies for the Church 8:170, 171.
Reprobación
Tiempo para protestar--"¿Guardaremos silencio, por temor a herir sus sentimientos, cuando entre el pueblo de Dios hay quienes se han apartado de la senda de la obediencia humilde, o han exaltado el yo, o se han unido con Satanás en acusar y condenar a los hombres señalados por Dios para ser ministros de salvación? ¿No debiéramos protestar cuando haya hombres en la iglesia que aman más las riquezas que la justicia y que están dispuestos en todo momento a sacar ventaja de su prójimo por medio de procedimientos injustos? ¿Debiéramos guardar silencio, por temor a dañar su influencia, con respecto a los hombres en posiciones de liderazgo y maestros que trabajan bajo el poder de ideas y sofismas espiritistas, engañando a las personas? Satanás aprovechará toda ventaja que pueda obtener con el fin de lograr oscurecer las mentes y dejarlas perplejas en cuanto a la obra de la iglesia, la Palabra de Dios y las palabras de amonestación que el Señor nos ha dado por medio de los testimonios de su Espíritu, para proteger a la pequeña manada de las sutilezas del enemigo".--Manuscrito 72, 1904, p. 6.
Una tarea difícil para Elena de White--"Se me instruyó para que siempre impresionara a los que profesan creer la verdad con la necesidad de practicar la verdad. Esto significa santificación, y la santificación significa el cultivo y desarrollo de cada talento para el servicio del Señor.
"Se me encargó que no descuidara ni pasara por alto a los que eran víctimas de injusticias. Se me encargó especialmente que protestara contra un proceder despótico o arbitrario hacia los ministros del evangelio por parte de los que tienen autoridad oficial. Aunque es desagradable ese deber, debo reprochar al opresor y pedir justicia. Debo presentar la necesidad de preservar justicia y equidad en todas nuestras instituciones.
"Si veo que los que están en posiciones de responsabilidad descuidan a ministros ancianos, debo presentar el asunto a quienes tienen el deber de cuidarlos. Los ministros que han realizado fielmente su obra no han de ser olvidados ni descuidados cuando se quebrante su salud. Nuestras asociaciones no han de descuidar las necesidades de quienes han llevado las responsabilidades de la obra..."--Mensajes Selectos 1:38, 39.
Errores en niveles superiores--"Indudablemente, la Asociación General en su totalidad está abarcando demasiadas responsabilidades de peso. Ellas no podrán ser dirigidas con el presente cuerpo de obreros. Es mejor para nuestros hermanos en Battle Creek pensar más profundamente y orar más fervientemente antes de realizar cualquier movimiento adicional que involucre todos los intereses de las publicaciones. Necesitan las enseñanzas y la conducción del Espíritu Santo de Dios. Que vuestro personal administrativo camine humildemente con Dios y busque sabiduría de él para manejar los intereses acumulados en Battle Creek. Necesitarán un staff mucho más eficiente que el que tienen ahora para realizarlo. El ineficiente cuerpo presente están actuando contrariamente a la voluntad de Dios cuando se encarga de la administración de la obra de publicaciones en todo el campo. En el nombre del Señor, yo protesto contra este estado de cosas".--Folleto 150.
No magnificar nimiedadades
Consejos a un dirigente--"Sé que usted nunca debiera haber ido a Europa solo, por este motivo: Usted emplea demasiado tiempo en los pormenores y descuida la obra que sólo usted puede hacer y que otros no pueden hacer. Usted es tan exigente de que todo se haga de cierta manera, y es tan determinado en ese asunto, que es casi imposible que otros trabajen con usted. Si se enviara ayudantes a Inglaterra usted los ocuparía en cosas sin importancia, en vez de unirlos a su corazón y enseñarlos a ser útiles, de modo que puedan ampliar su campo de acción. En esto hay mucho orgullo de su parte...
"No podemos decir quién será enviado para ayudarlo, pero puedo decirle que cualquiera que trabaje con usted tendrá que soportar pruebas severas, porque sentirá que no goza de la confianza y simpatía que tiene derecho a esperar de usted. Usted manifestará un espíritu frío, una formalidad y una reserva exageradas. Esto los herirá, pero usted será el más perjudicado.
"Se me ha mostrado que usted ha descuidado responsabilidades mayores, mientras ha ocupado su mente en asuntos menores que otros pueden hacer con igual eficiencia que usted mismo. Pero la pérdida de unos pocos centavos en cualquier emprendimiento le parece enorme y lo agravia tan profundamente, que siente que su deber es tener todo bajo su escrutinio; como consecuencia, han sido descuidadas muchas obras buenas y grandes a favor de asuntos de menor importancia. Usted debiera haberse comprometido en hacer planes amplios, y en buscar atentamente los talentos y la influencia que pudiera obtener para efectuarlos". Carta 40, 1879, p. 1, 5, (Circulated 1879).
Ejemplo de cómo corregir cosas menores--"Usted hace una gran montaña de las cosas menores, mientras que trata con indiferencia asuntos de suma importancia porque de su mente no ha desaparecido toda objeción; [de este modo] ha despertado incredulidad en las mentes de otros que habían puesto su confianza en usted. Usted se ha interesado en cosas de menor importancia en otros, llamando la atención a asuntos de vestimenta, actos insignificantes, palabras y cosas que no merecen reprensión o comentarios por parte de usted.
"Su propio ejemplo de santidad será la mayor corrección en cuanto a estas cosas. Usted se ha fijado en estas cosas menores y ha empleado muchas palabras en cuanto a ellas, y usted mismo ha sufrido al irritarse en contra de ellas. Aun cuando haya habido pecado en aquellos a quienes ha reprochado, su pecado es mayor por regañarlos arbitrariamente en cuanto a esos asuntos de menor importancia, mientras que en muchas cosas usted estaba más equivocado que ellos". Carta 5, 1864, p. 2, (22 de febrero de 1864, al Hno. Hutchens).
Haciendo un mundo de un átomo--"¡Cuantas personas que ahora están absortas en las cosas pequeñas de la vida podrían llevar a cabo una noble obra de abnegación y sacrificio! Son ciegos y no pueden ver. Convierte a un mundo en un átomo y un átomo en un mundo. Se han convertido en corrientes superficiales porque no imparten a otros el agua de vida".--El Evangelismo, 160.
No ennfatizar puntos menores--"[En la iglesia -----] algunos habían estado trayendo falsas pruebas, y habían transformado sus propias ideas y nociones en criterio único, magnificando asuntos de pequeña importancia hasta hacerlos pruebas de discipulado cristiano, y colocando cargas pesadas sobre los demás. Así se había infiltrado un espíritu de crítica, un espíritu que encuentra faltas, un espíritu de disensión, que había sido un gran perjuicio para la iglesia. Y se dio a los no creyentes la impresión de que los adventistas, observadores del sábado, eran un conjunto de fanáticos y extremistas, y que su fe peculiar los hacía hoscos, descorteses y de un carácter realmente anticristiano. Así la conducta de unos pocos extremistas impidió que la influencia de la verdad alcanzara a la gente".--El Evangelismo, 160.
Mejorar uno mismo
Los presidentes deben sentir sus responsabilidades--"Se me ha mostrado que los presidentes de nuestras asociaciones no han estado cumpliendo con su deber. No todos están llegando a ser más y más eficientes. Su experiencia se ha rebajado, y mientras no ejerciten sus poderes empleándolos, confiando en Dios para recibir eficiencia, su trabajo será defectuoso en todo sentido. La mera posesión de cualidades no es suficiente; la habilidad deber ser usada diligentemente.
"¿Nada se puede idear para despertar en los presidentes de asociaciones un sentido de sus obligaciones? ¿No se darán cuenta que su posición de confianza sólo aumenta e intensifica sus responsabilidades? Si cada presidente sintiera la necesidad de mejorar diligentemente sus talentos para crear medios de despertar a los ministros para que trabajen como deben, ¡qué cambios se verían en cada Asociación!
"El servicio fiel por parte de los directivos y los pastores de las asociaciones aliviará al presidente de la Asociación General de gran parte de sus labores arduas y consumidoras. Se necesita fidelidad a un grado mayor. ¿Se dan cuenta esos obreros que pronto comenzará en el cielo el escudriñamiento solemne de la obra de cada hombre?
"Cuando el Maestro dejó este mundo, dio una tarea a cada hombre en cada época y en cada generación, y a cada uno de nosotros nos dice: 'Ocúpate hasta que venga'. ¿Han pensado los pastores lo que encierran estas palabras? Ciertamente, entre ellos y la muerte podría haber un solo paso. ¿Cómo está el registro de las responsabilidades sagradas que les han sido dadas para que las mejoren con sabiduría? Talentos no empleados, horas gastadas de balde, oportunidades descuidadas, deberes no cumplidos, iglesias enfermizas, un rebaño de Dios no fortalecido por no haber tenido su alimento a tiempo.
"¡¿Y qué se debe hacer?! ¿Debe el presidente de la Asociación General llevar la carga de la negligencia de los presidentes y pastores, y llorar entre el pórtico y el altar, diciendo: 'Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad'? Joel 2:17. ¿Se sentirá él el responsable del sueño profundo, de la parálisis que reina entre el pueblo de Dios?
"Si él sigue trabajando como lo ha hecho para despertar a los descuidados y poner en orden las cosas que otros han descuidado, pronto será incapaz de seguir trabajando, e irá a la tumba antes de tiempo". Manuscrito 8, 1892, (25 de noviembre de 1892, "Cristo y el sufrimiento").
Pensar y planear más--"Los dirigentes de una Asociación que quieren llevar con éxito las cargas que les son impuestas, deben orar, deben creer, deben confiar en que Dios los emplee como agentes suyos para mantener a las iglesias de la Asociación en buen orden de marcha. Esta es la parte de la viña que ellos han de cultivar. Debe manifestarse mucho más responsabilidad personal, mucho más fuerza mental en la labor hecha para el Maestro. Esto ampliará la capacidad de la mente, y hará que se tengan percepciones más agudas acerca de lo que se ha de hacer, y de la forma en que ello ha de ser hecho.
"Hermanos, tendrán que luchar con dificultades, llevar cargas, dar consejos, hacer planes y ejecutarlos, buscando constantemente la ayuda de Dios. Oren y trabajen, trabajen y oren; como alumnos de la escuela de Cristo, aprendan de Jesús".--Obreros Evangélicos, 430, 431.
No criticar
Los que critican a otros--"Los que ocupan posiciones de responsabilidad y tienen menos escrúpulos de conciencia con respecto a su propio curso de acción, son los que más celosamente vigilan para descubrir los errores de otros. El cargo no hace al hombre. Sólo mediante una conexión viva con Dios es implantado e. Espíritu Santo en el corazón. Los que tienen esta conexión son fieles y leales, y no traicionarán la confianza sagrada". Carta 77, 1898, p. 4, (26 de agosto de 1898, a los esposos Waggoner).
Sembrando semillas de dudas e incredulidad--"En el pasado hubo quienes ejercieron sus capacidades y poderes haciendo una obra, con la ayuda del Espíritu Santo, lo que los constituyó en obreros juntamente con Dios. Pero también hubo quienes criticaron su obra, y rechazaron el mensaje que llevaban. Lo mismo sucede hoy. Hay personas en posiciones de responsabilidad que, por medio de sus palabras y acciones, siembran semillas de duda e incredulidad. A estas semillas el Señor las llama cizaña; y los que las siembran están bajo la dirección de ángeles malignos. Trabajan en forma abierta y secreta, tratando de contrarrestar la obra que Dios ha señalado a sus agentes divinos realicen a través de instrumentos humanos. Todos los que hacen esta obra están observando con una mirada defectuosa y pervertida. Su imaginación está inspirada por agencias satánicas, y ven muchas cosas bajo una luz falsa. A menos que se arrepientan, pronto les pesará como a Esaú: no encontrarán lugar para el arrepentimiento, aunque lo busquen con afán y lágrimas". Carta 87, 1896, 6, (25 de agosto de 1896, a O. A Olsen).
El ridículo degrada a la persona--"La cavilación, el ridículo y la tergiversación son cosas que se pueden practicar sólo a expensas de rebajar sus propias vidas. El uso de tales armas no les reporta preciosas victorias, sino que vulgarizan la mente y separan al espíritu de Dios. Las cosas sagradas son degradadas hasta el nivel de las comunes, y se crea una situación que complace al príncipe de las tinieblas, y agravia y aleja al Espíritu de Dios.
"La cavilación y la crítica dejan al ser tan desprovisto del rocío de la gracia como estaban desprovistas de lluvia las colinas de Gilboa. No se puede tener confianza en el juicio de los que se dedican a ridiculizar y a tergiversar. No se puede dar peso a sus consejos y resoluciones. Ustedes deben llevar las credenciales divinas antes de hacer movimientos decisivos para moldear los procedimientos de la causa de Dios".--Notas Biográficas de Elena G. de White, 356.
La crítica invita a la crítica--"La obra de juzgar a su hermano no ha sido encomendada a ningún hombre: 'No juzguéis', dice el Salvador, 'para que no seáis juzgados, porque... con la medida con que medís, os será medido'. Mateo 7:1, 2. Quien toma sobre sí el trabajo de juzgar y criticar a otros, se expone a sí mismo para que lo juzguen y critiquen en la misma medida. Los que están listos para condenar a sus hermanos, harían bien en examinaran sus propias obras y carácter. Hecho honestamente, un examen de esta clase revelará que ellos también tienen defectos de carácter, y que han cometido graves desatinos en su trabajo. Si el gran Juez los tratara como ellos tratan a sus compañeros, lo considerarían falto de bondad y misericordia.
"'Y ¿por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano'--pregunta el Salvador--, 'y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O como dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano'". Mateo 7:3-5.--Advent Review and Sabbath Herald, 14 de noviembre de 1907.
Reuniones de junta
El encuentro con Dios--"Recuerden los que asisten a reuniones de junta que se encuentran con Dios, quien les ha dado su obra. Reúnanse con reverencia y consagración del corazón. Se reúnen para considerar asuntos importantes relacionados con la causa de Dios En todo detalle sus acciones deben demostrar que desean comprender su voluntad acerca de los planes que se han de trazar para el progreso de su obra".--Joyas de los Testimonios 3:196.
Rendir cuentas a Dios--"Que todo aquel que debe sentarse en comisión y reunión de junta escriba en su corazón las palabras: 'Trabajo para este tiempo y para la eternidad; soy responsable ante Dios por los motivos que me impulsan a obrar'. Sea éste su lema. Sea su oración la del salmista: 'Pon, oh Jehová, guarda a mi boca; guarda la puerta de mis labios. No dejes se incline mi corazón a cosa mala, a hacer obras impías'". Salmos 141:3, 4.--Joyas de los Testimonios 3:198.
Más oración--"Si hubiese más oración en las juntas de los que llevan responsabilidades, si los corazones se humillasen más delante de Dios, veríamos abundantes evidencias de la dirección divina, y nuestra obra haría rápidos progresos".--Joyas de los Testimonios 3:242.
No discutir puntos de menor importancia--"En nuestras reuniones administrativas es importante que no se pierda un tiempo precioso en debatir puntos de poca importancia. No debe practicarse la costumbre de críticas mezquinas; porque deja las mentes perplejas y confusas, y envuelve en misterio las cosas más claras y sencillas".--Obreros Evangélicos, 462.
Reuniones de negocio ordenadas--"No malgasten un momento en conversaciones sin importancia; porque los asuntos del Señor deben dirigirse en forma perfecta y eficiente. Si algún miembro de una junta es descuidado e irreverente, recuérdesele que está en la presencia de un Testigo que pesa todas las acciones".--Joyas de los Testimonios 3:196.
Alimentación y toma de decisiones--"Sentados ante mesas abundantemente cargadas, ciertos hombres comen a menudo mucho más de lo que pueden digerir fácilmente. El estómago recargado no puede hacer debidamente su trabajo. El resultado es una sensación desagradable de embotamiento del cerebro, y el espíritu no actúa prestamente. Las combinaciones impropias de alimentos crean disturbios; se inicia la fermentación; la sangre queda contaminada y el cerebro se confunde.
"El hábito de comer en exceso, o de comer demasiadas clases de alimentos en una comida, causa con frecuencia dispepsia. Se ocasiona así un grave daño a los delicados órganos digestivos. El estómago protesta en vano y suplica al cerebro que razone de causa a efecto. La excesiva cantidad de alimento ingerido, o la combinación impropia, hace su obra perjudicial. En vano dan su advertencia las prevenciones desagradables. El sufrimiento es la consecuencia. La enfermedad reemplaza a la salud.
"Puede ser que algunos pregunten: '¿Qué tiene que ver esto con las reuniones de junta?' Muchísimo. Los efectos de comer en forma errónea penetran en las reuniones de concilios y de junta. El cerebro queda afectado por la condición del estómago. Un estómago desordenado produce un estado mental desordenado e incierto. Un estómago enfermo produce una condición enfermiza del cerebro, y con frecuencia le induce a uno a sostener con terquedad opiniones erróneas. La supuesta sabiduría de una persona tal es insensatez para Dios.
"Presento esto como la causa de la situación creada en muchas reuniones de concilio y de junta en las cuales ciertas cuestiones que requerían estudio cuidadoso recibieron poca consideración, y se tomaron apresuradamente decisiones de la mayor importancia. Con frecuencia, cuando debiera haberse tenido unanimidad en la afirmativa, ciertas negativas resueltas cambiaron por completo la atmósfera que reinaba en una reunión. Estos resultados se me han presentado vez tras vez. Expongo estos asuntos ahora, porque se me ha indicado que diga a mis hermanos en el ministerio: 'Por la intemperancia en el comer se incapacitan para ver claramente la diferencia entre el fuego sagrado y el común. Y por esta intemperancia revelan también su desprecio hacia las advertencias que el Señor les ha dado'. La palabra que él les dirige es: '¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en Dios. He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados?" Isaías 50:10, 11.--Testimonios para la Iglesia 7:245, 246.
Finanzas de la obra
Mayordomos fieles - La negligencia es un robo--"Colaboren con el Señor todos los que temen a Dios y sean fieles mayordomos. La verdad debe ir a todas partes del mundo. Se me ha mostrado que muchos en nuestras iglesias están robande a Dios en los diezmos y las ofrendas. El Señor cumplirá en ellos lo que ha declarado. A los obedientes dará ricas bendiciones; a los transgresores, maldición. Todo hombre que lleva el mensaje de la verdad a nuestras iglesias debe cumplir su deber de amonestar, educar y reprender. Todo descuido del deber, que equivale a robar a Dios, implica maldición para el culpable".--Testimonios para los Ministros, 306, 307.
Fidelidad en los diezmos--"Esto no lo pide un hombre; es uno de los mandatos de Dios, por medio del cual se puede sostener su obra y promover su progreso en el mundo. Dios nos ayude a arrepentirnos. 'Volveos a mí--dice él--, y yo me volveré a vosotros'. Malaquías 3:7. Los hombres que quieran cumplir su deber lo encuentran expresado con toda claridad en este capítulo. Nadie puede dar excusas para no devolver su diezmo y dar sus ofrendas al Altísimo".--Testimonios para los Ministros, 307.
No usurpar los recursos necesarios para la causa de Dios--"¿Ha habido algo de este tipo de regocijo entre los que ocupan puestos de responsabilidad en la obra de Dios? Para ellos ha sido un bochorno, y cuando vean lo ofensivo que es su curso de acción ante Dios, se llenarán de vergüenza. La ira de Dios se manifiesta contra los que se regocijan en robar a sus semejantes, los que usurpan los medios que se deben emplear para adelantar la obra. El Señor pregunta: '¿Quién dio esa autoridad a estos hombres?' Han amado más la causa de Dios los que fueron despojados que ellos mismos. Han usado ingeniosamente un talento otorgado por Dios para ser usado para su gloria, con el fin de dificultar la vida de los que, con sinceridad y fervor, han tratado de cumplir la voluntad de Dios. En todo esto han manifestado los atributos de Satanás". Carta 34, 1899, p. 12, (14 de febrero de 1899, a "Hermanos y hermanas").
El costo de las prácticas fraudulentas--"Debemos recordar que las discordias y las transacciones tramposas jamás servirán a la causa de enriquecer las instituciones de Dios. Dios, por medio de su providencia, elimina el dinero granado por medio de ardides fraudulentos. La práctica de artimañas tramposas siempre produce descontento y desunión. Provoca falta de confianza. Se crea la impresión de que hay algunos que constantemente tratan de ganarle a otros en el negocio. Existen quienes siempre tratan de imponer condiciones que no son justas ni rectas porque piensan que pueden imponerlas, y lo harán. Los principios equivocados que por años se han introducido en la obra deben ser eliminados de raíz. El amor fraternal debe prevalecer. Los que creen que pueden obtener lucro para la causa por medio de prácticas fraudulentas y tácticas mundanas, no glorifican a Dios. El Señor no acepta ni una jota y ni un tilde de tales ofrendas. Dios odia tales demostraciones". Manuscrito 16, 1901, p. 14, (25 de febrero de 1901, testimonio a la iglesia de Battle Creek).
Las finanzas deben ser atendidas por hombres de negocios--"Es un gran error que un pastor que tenga el don de predicar el evangelio con poder, necesite ocuparse constantemente de asuntos financieros. El que proclama la Palabra de vida no ha de permitir que se coloquen sobre él demasiadas cargas. Ellos deben poder dedicar tiempo a estudiar la Palabra y examinarse a sí mismos. Si escudriñan su propio corazón y se entregan al Señor, aprenderán mejor cómo comprender los misterios de Dios...
"Las finanzas de la causa han ser manejadas adecuadamente por hombres de capacidad comercial; pero los predicadores y evangelistas están apartados para otro ramo de trabajo. Descanse el manejo de los asuntos financieros sobre otras personas, y no sobre aquellas que han sido apartadas para la obra de la predicación del evangelio. Nuestros misioneros no han de ser cargados pesadamente con los detalles económicos de la obra evangélica que se realiza en nuestras grandes ciudades. Los que están a cargo de nuestras asociaciones deben encontrar a hombres de negocio para que cuiden de los detalles financieros de la obra en la ciudad. Si no puede hallarse a tales personas, provéanse facilidades para que se eduquen a hombres que lleven esas cargas.
"Algunas veces los encargados de la obra se han equivocado al permitir que se nombre a personas que no tienen tacto y habilidad en los negocios para manejar los intereses financieros de importancia. La aptitud de un hombre para una posición no siempre lo califica para ocupar otra posición. La experiencia es de gran valor. El Señor desea tener en su obra a hombres de inteligencia; hombres calificados para llevar responsabilidades de confianza en nuestras asociaciones e instituciones. Se necesita especialmente financistas consagrados; hombres que lleven los principios de la verdad en toda transacción de negocios. Los encargados de los asuntos financieros no deben asumir otros cargos, cargos que son incapaces de llevar; tampoco la administración debe ser confiada a hombros incompetentes".--Advent Review and Sabbath Herald, 5 de octubre de 1905.
Resultados de hábitos financieros erróneos--"El resultado es que la causa de Dios experimenta perplejidades y dificultades, y se echa un gran peso sobre los que han sido designados para llevar tremendas responsabilidades. Si se permite que continúe esta manera floja de atender los asuntos comerciales, no solamente se permitirá un drenaje de medios de la tesorería, sino que también se cortaran los fondos que provienen de los hermanos. Esto destruirá su confianza en quienes están encabezando la obra y tienen a su cargo el manejo de los fondos, e inducirá a muchos a cesar en sus donaciones y ofrendas".--El Colportor Evangélico, 99 (1999).
Los recursos deben emplearse con sabiduría--"Los hombres en posiciones de confianza deben considerar los medios que pasan por sus manos como rentas de Dios, y que los deben emplear en forma económica. Cuando haya abundancia en la tesorería, no se deben invertir en la construcción de edificios en lugares donde ya existen memoriales para Dios. Centenares de otros lugares necesitan ese dinero, para que ellos también tengan algo establecido que represente la verdad. Debemos trabajar en todos los lugares de la viña del Señor. El poder de emplear y desembolsar el dinero del Señor no se debe dejar al juicio de un solo hombre".--Medical Ministry, 164, 165.
Preparar dirigentes
El deber de entrenar a otros--"Aunque le parezca difícil desentenderse de responsabilidades que otros no pueden asumir, es su deber entrenar a otros para que ocupen posiciones de responsabilidad, para que cuando usted necesite un cambio y descanso, lo cual es su deber, usted pueda tenerlos. Yo pienso que usted y su esposa deberían visitar California. De nuevo usted ha trabajado intensamente bajo una fuerte presión. Dios le ha conservado la vida, pero usted no es inmortal, y usted puede morir lo mismo como han muerto otros antes que usted al tratar de vivir dos años en uno.
"Por años, cuando los asuntos del sanatorio fueron desplegados delante de mí, me fue mostrado que usted estaba recargándose hasta el punto de perjudicarse, y al hacerlo estaba privando a otros de una experiencia. Los que están conectados tan estrechamente con usted en el sanatorio están listos para asentir a cada movimiento que usted haga, y a decir 'sí' a cada propuesta suya, pero sin usar su juicio individual, y sin exigir a sus mentes esfuerzo alguno con el fin de tener opiniones sanas e ideas claras, no prestadas sino propias. Los hombres en puestos de responsabilidad se han calificado a sí mismos en esta dirección por el mismo proceso al cual usted y otros han tenido que someterse para esta clase de trabajo. Ahora bien, si usted releva a esas personas de esta parte responsable del trabajo, entonces sólo serán sus máquinas. Su cabeza planea, proyecta, da vuelta la manivela, le da cuerda, para luego aflojar y dar cuerda nuevamente.
"Esta es una de las razones por la que tenemos tan pocos obreros pensantes hoy día; y esta es la razón por la cual los obreros que usan su cerebro están descendiendo de su puesto y yendo a la tumba, porque han sido cerebro para otros. Yo le diré con claridad, como una madre se lo diría a su hijo: 'Usted ha tenido un decidido fracaso en esto'. En este momento no puedo intentar especificar todos esos errores, pero hay en usted un amor por la supremacía, se de cuenta o no, que si usted no lo hubiera acariciado tendría ahora a su lado a hombres que se hubieran desarrollado como médicos útiles; hombres que estarían desarrollándose constantemente, y de los cuales usted podría haber dependido. Pero usted no les dio todas las ventajas que usted mismo habría reclamado si hubiese estado en su lugar. Ellos necesitaban, y el caso lo requería, que usted hiciera más por ellos de lo que les dio cuando llegaron a cierto punto, con el fin de perfeccionarlos en el trabajo. Lo haya planeado o no, lo haya sabido o no, usted permitió que llegaran a ese punto y no más lejos. Esto no es justo para ellos ni para usted, ni es justo que el sanatorio dependa tanto de un hombre. Las cosas no deberían ser así en ninguna de nuestras instituciones, porque éstos no son los métodos de Dios". Carta 7, 1886, (26 de abril de 1886, a J. H. Kellogg).
El presidente debe educar y entrenar--"El presidente de una Asociación local está, por su manera de tratar, educando a los ministros que están bajo su dirección, y juntos pueden educar de tal manera a las iglesias que no sea necesario llamar a los predicadores de la Asociación de un campo de labor a arreglar dificultades y disensiones en la iglesia. Si los dirigentes de la Asociación, como siervos fieles, quieren cumplir sus deberes señalados por el cielo, la obra de nuestras asociaciones no quedará tan enredada en perplejidades como hasta ahora. Y al trabajar así los obreros llegarán a ser hombres fuertes, capaces de llevar responsabilidades, que no fracasarán ni se desalentarán al verse en situaciones duras".--Obreros Evangélicos, 433.
Ayudar a los inexpertos--"He sido instruida a decir a quienes Dios ha dado muchos talentos: 'Ayuden a los inexpertos; no los desanimen. Demuéstrenles confianza; denles consejos paternales, enseñándoles cómo se enseña a los estudiantes en la escuela. No traten de ver sus errores, sino reconozcan sus talentos no desarrollados, y entrénenlos para hacer un uso correcto de esos poderes. Instrúyanlos con toda paciencia, animándolos a seguir adelante y realizar una obra importante. En vez de mantenerlos ocupados haciendo cosas de menor importancia, denles una oportunidad de adquirir una experiencia por medio de la cual puedan desarrollarse como obreros dignos de confianza Mucho se ganará en esta forma para la causa de Dios'.
"Los que han sido ubicados en cargos de responsabilidad deberían con paciencia tratar de familiarizar a otros con todos los aspectos de la obra. Esto revelará que no tienen el dieseo de ser los principales, sino que están contentos de que otros lleguen a conocer los detalles, y lleguen a ser tan eficientes como ellos mismos. Los que cumplen fielmente su deber en este sentido, con el tiempo tendrán a su lado a un gran número de obreros inteligentes a quienes ellos mismos han entrenado. Si hicieran las cosas de acuerdo con conceptos estrechos y egoístas, se encontrarían casi. solos".--Advent Review and Sabbath Herald, 1 de diciembre de 1904.
Dirigentes temerosos de entrenar a otros--"Si en su ministerio aquellos a quienes enseñamos desarrollan una energía y una inteligencia aún superior a la que nosotros poseemos, deberíamos regocijarnos por el privilegio de tener una parte en el trabajo de entrenarlos. Pero existe el peligro de que algunos que ostentan responsabilidades como maestros y dirigentes, actúen como si el talento y la habilidad les hubiesen sido dados solamente a ellos, y que ellos tienen que hacer todo el trabajo para estar seguros de que está bien hecho. Son propensos a encontrar faltas en todo lo que ellos no han originado. Mucho talento se pierde para la causa de Dios porque muchos obreros, deseando ser los primeros, están dispuestos a guiar pero nunca a seguir. Aunque escudriñan y critican cuidadosamente todo lo que hacen los demás, están en peligro de considerar como perfecto todo lo que sale de sus propias manos".--Advent Review and Sabbath Herald, 1 de diciembre de 1904.
Reconocer el talento--"Todos los que ocupan cargos de responsabilidad deberían considerar que es su deber reconocer el talento. Deberían aprender cómo utilizar a los hombres, y cómo aconsejarlos. Si se cometen equivocaciones no deberían retirarse pensando que era más fácil hacer ellos mismos el trabajo que educar a otros. Los que están aprendiendo deberían ser instruidos con paciencia, precepto tras precepto, linea sobre línea, un poco aquí y un poco allí. Se debería hacer el esfuerzo necesario, por precepto y ejemplo, para enseñarles métodos correctos.
"Muchos de aquellos sobre quienes descansan responsabilidades, que son elegidos como presidentes de asociaciones, no fueron seleccionados por su perfección de carácter, o por sus conocimiento superiores, sino porque el Señor dio a entender que si ellos eran lo suficientemente humildes como para aprender y no pensaban que ya estaban listos para graduarse, él les enseñaría su manera de obrar". Manuscrito 55, 1897, (3 de junio de 1897, "El desarrollo de los obreros").
Confianza en Dios
Hombres de experiencia, probados y temerosos de Dios--"Se ha confiado a hombres jóvenes, sin experiencia, las posiciones que se debían haber concedido a hombres que obtuvieron experiencia en la historia temprana de la obra. Entréguese tales posiciones de confianza a hombres experimentados, temerosos de Dios, probados, hombres que llevarán el mensaje de reprensión enviado por Dios". Carta 35, 1900, p. 1, (13 de febrero de 1900, a la Junta de la Asociación General).
Consejos a un presidente de la Asociación General--"Pastor Olsen, usted tiene que llevar muchas cargas por necesidad, pero no acumule cargas hasta el punto de ser aplastado por ellas. El Señor no quiere presionar a nadie bajo el peso de las cargas hasta el punto de aplastar su vida, y que luego no pueda llevar alguna. Nuestro amante Padre celestial dice a cada uno de sus obreros: 'Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará'. También tenemos el consejo: 'Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros'. 1 Pedro 5:7.
"El Señor considera cada peso antes de permitir que descanse sobre el corazón de quienes son sus colaboradores. El Señor ha llevado tristezas y cargas, y el sabe exactamente lo que son. Él cuida a cada obrero. 'Él cuenta el número de las estrellas', y sin embargo, 'él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas'. Salmos 147:4, 3. El Señor lo invita a colocar su carga sobre él, porque él lo lleva en su corazón.
"Entonces tendrá una fe práctica en Jesús, y creera que él lleva toda carga, sea grande o pequeña. Usted debe entregar sus ansiedades a Jesús, y creer que él las recibirá y las llevará por usted...
"La preocupación es ciega y no puede discernir el futuro. Pero Jesús ve el fin desde el principio, y ha preparado la manera de socorrerlo. '¡Tanto por hacer!' Sí, pero, ¿quién es el Jefe de los obreros? Jesucristo, nuestro Señor. Él ofrece aliviarnos las cargas que llevamos, al colocarse a sí mismo debajo de ellas. Al morar en Cristo, y al morar Cristo en nosotros, podremos hacerlo todo mediante él, quien nos fortalece.
"Y ahora, mi hermano, no se preocupe. No se pase horas irrazonables en juntas. Su cerebro necesita descanso, y su salud se quebrantará a menos que descanse".--Carta 41, 1892.
Mirar a Jesús constantemente--"Ningún hombre es tan superior en poder y autoridad como para que Satanás no lo asalte con tentaciones. Y cuanto mayor responsabilidad conlleve la posición que ocupe, más fieros y determinados serán los ataques del enemigo. Que los siervos de Dios en todas partes estudien su Palabra, y contemplen constantemente a Jesús, para que puedan ser transformados a su imagen. La plenitud inagotable y toda la suficiencia de Cristo están a nuestra disposición si caminamos ante Dios con humildad y contrición de espíritu". Manuscrito 140, 1902, (6 de noviembre de 1902, "Principios para la orientación de hombres en cargos de responsabilidad").