Mensajes para los Jóvenes (1967)

Capítulo 93

La edificación del carácter cristiano

Hay libros de vital importancia a los cuales ni miran nuestros jóvenes, debido a que no son tan interesantes para ellos como algunas lecturas livianas.

Debiéramos aconsejar a nuestros jóvenes que echen mano de ese material de lectura como cosa que se recomienda de por sí, para la edificación del carácter cristiano. Los puntos más esenciales de nuestra fe debieran grabarse en la memoria de nuestros jóvenes. Tienen ellos una vislumbre de dichas verdades, pero no una familiaridad tal con ellas que los induzca a considerar su estudio favorablemente. Nuestros jóvenes debieran leer aquello que tenga sobre su ánimo un efecto saludable y santificador. Esto es lo que necesitan a fin de poder discernir lo que es religión verdadera. Hay mucha lectura buena que no es santificadora.

Ahora es nuestro momento y oportunidad de trabajar por la juventud. Decidles que estamos en una crisis peligrosa, y que necesitamos saber discernir la verdadera piedad. Nuestra juventud necesita ser ayudada, levantada y alentada, pero de la manera debida; no, por ejemplo, como ella lo querría, sino de la manera que le ayude a tener mentes santificadas. Necesita religión buena y santificadora más que cualquier otra cosa.

Yo no espero vivir mucho tiempo. Mi obra está casi hecha. Decid a nuestra juventud que deseo que mis palabras la estimulen a aquella manera de vida que ha de ser más atrayente a las inteligencias celestiales y que su influencia sobre otros sea la más ennoblecedora.

La recomendación de un escogido curso de lectura

En visiones de la noche estuve seleccionando y poniendo aparte libros que no son de beneficio alguno para los jóvenes. Debiéramos escoger para ellos libros que los estimulen a la sinceridad en la vida y los guíen a la comprensión de la Palabra. Esto me ha sido presentado en lo pasado, y pensé comunicárselo y poner de relieve su validez. No podemos dar a nuestra juventud lectura inútil. Se necesitan libros que sean una bendición para la mente y el alma. Estas cosas se consideran con demasiada ligereza; por tanto, nuestro pueblo debiera familiarizarse con lo que estoy diciendo.

No creo que tendré más "testimonios" para nuestro pueblo. Nuestros hombres de sólida inteligencia saben lo que es bueno para la elevación y la edificación de la obra. Pero con el amor de Dios en sus corazones, les es necesario ir más y más hondo en el estudio de las cosas de Dios. Estoy muy ansiosa de que nuestra juventud tenga la debida clase de lectura; entonces los mayores la procurarán también. Debemos mantener nuestros ojos sobre la atracción religiosa de la verdad. Debemos mantener abiertos la mente y el cerebro a las verdades de la Palabra de Dios. Satanás se acerca cuando los hombres están desprevenidos. No debemos estar satisfechos porque el mensaje de amonestación haya sido presentado una vez. Debemos presentarlo repetidamente.

Podríamos empezar un curso de lectura tan intensamente interesante que atrajera a muchas mentes e influyera en ellas. Si se me dispensa la vida para un trabajo ulterior, alegremente ayudaré a preparar libros para los jóvenes.

Hay una obra que hacer para los jóvenes por medio de la cual sus inteligencias serán formadas y modeladas por la santificadora verdad de Dios. Es mi sincero deseo que nuestra juventud halle el verdadero significado de la justificación por la fe y la perfección de carácter que ha de prepararla para la vida eterna. No espero vivir mucho tiempo, y dejo este mensaje para los jóvenes a fin de que el objeto que se propongan no se frustre.

Exhorto a mis hermanos a estimular a los jóvenes a mantener la belleza y la gracia de Dios sumamente exaltadas. Trabajad y orad constantemente para que comprendáis el elevado valor de la verdadera religión. Reclamad la bendición y atractivo de la santidad y de la gracia de Dios. He sentido pesar con respecto a esto por cuanto sé que es descuidado.

No tengo seguridad de que mi vida dure mucho tiempo, pero siento que soy acepta al Señor. El sabe lo mucho que he sufrido al presenciar las bajas normas de vida adoptadas por los así llamados cristianos.

He sentido que era imperativo que la verdad se viera en mi vida y que mi testimonio alcanzase a la gente. Deseo que hagáis todo lo que podáis para colocar mis escritos en manos de la gente en tierras extranjeras.

Decid a los jóvenes que ellos han tenido muchas ventajas espirituales. Dios quiere que hagan fervientes esfuerzos para presentar la verdad a la gente. Tengo la impresión de que es mi especial deber decir estas cosas.--Fundamentals of Christian Education, 547-549.