Mensajes para los Jóvenes (1967)

Capítulo 115

La hora del culto

Para despertar y fortalecer el amor hacia el estudio de la Biblia, mucho depende del uso que se haga de la hora del culto. Las horas del culto matutino y vespertino deberían ser las más dulces y útiles del día. Entiéndase que no deben interponerse a esas horas pensamientos inquietos y faltos de bondad; reúnanse los padres y los niños para encontrarse con Jesús y para invitar a los santos ángeles a estar presentes en el hogar. Los cultos deberían ser breves y llenos de vida, adaptados a la ocasión, y variados. Todos deberían tener parte en la lectura de la Biblia, aprender y repetir a menudo la ley de Dios. Los niños tendrán más interés si a veces se les permite que escojan la lectura. Hacedles preguntas acerca de lo leído y permitidles que también las hagan ellos. Mencionad cualquier cosa que sirva para ilustrar su significado. Si el culto no es demasiado largo permitid que los pequeñuelos oren y se unan al canto, aunque se trate de una sola estrofa.

A fin de dar al culto el carácter que debe tener, es necesaria alguna preparación. Los padres deberían consagrar diariamente algún tiempo al estudio de la Biblia con sus hijos. Sin duda, se requerirá esfuerzo, reflexión y algún sacrificio para llevar esto a cabo, pero el esfuerzo será ricamente recompensado.--La Educación, 181.