El Ministerio Médico

Capítulo 14

Enseñanza de los principios de salud

El evangelio de la salud

Los principios de la reforma pro salud se encuentran en la Palabra de Dios. El evangelio de la salud debe ligarse firmemente al ministerio de la palabra. Es el propósito del Señor que la influencia transformadora de la reforma pro salud sea una parte del último gran esfuerzo hecho para proclamar el mensaje del evangelio. Nuestros médicos deben ser obreros para Dios. Deben ser hombres cuyas facultades sean santificadas y transformadas por la gracia de Cristo. Su influencia debe estar ligada a la verdad que debe darse al mundo. La obra de la reforma pro salud revelará el poder que Dios le ha conferido cuando esté unida en forma perfecta y completa con el ministerio del evangelio. Bajo la influencia del evangelio la obra médica misionera hará grandes reformas.--Manuscrito 172, 1899.

La primera obra

Si hemos de contribuir a la elevación de las normas morales de cualquier país donde se nos pida servir, debemos empezar por corregir los hábitos físicos de la gente. Un carácter virtuoso depende de la acción correcta de las facultades de la mente y el cuerpo.--Consejos sobre la salud, 506.

Educad en las leyes de la vida

La bendición de Dios reposará sobre todo esfuerzo hecho para despertar interés en la reforma pro salud; pues ésta se necesita en todas partes. Debe haber un reavivamiento con relación a este aspecto, pues Dios se propone lograr mucho por este medio. Presentad la temperancia con todas sus ventajas referentes a la salud. Educad a la gente en las leyes de la vida para que sepa cómo preservar la salud. Los esfuerzos que se hacen al presente no satisfacen la mente de Dios. La medicación con drogas es una maldición para esta época de mucha información.

Educad alejándoos de las drogas. Usadlas menos y menos y depended más de los elementos de la higiene; entonces la naturaleza responderá a los médicos de Dios: el aire puro, el agua pura, el ejercicio adecuado y una conciencia clara.

Muchos podrían recuperarse sin un grano de medicina, si aplicaran a su vida las leyes de la salud. Rara vez tienen que utilizarse los medicamentos. Establecer la obra y hacerla avanzar sobre principios higiénicos requerirá esfuerzos pacientes, sinceros y prolongados. Pero que la oración y la fe fervientes se combinen con vuestros esfuerzos, y vendrá el triunfo. Por medio de esta obra enseñaréis a los pacientes, y también a otros, cómo atender a los enfermos sin recurrir al uso de drogas.--Carta 6a, 1890.

La ciencia del renunciamiento

Si todos los enfermos se curaran por la oración, muy pocas personas tendrían oportunidad de conocer las formas adecuadas de comer, beber y vestir. Las personas vinculadas con nuestros sanatorios deben comprender su deber de educar a los pacientes en los principios de la vida saludable.

Los enfermos tienen sus lecciones que aprender. Se les debe negar toda preparación de alimento que retarde o que impida la recuperación de la salud. Deben aprender la ciencia del renunciamiento, comiendo alimentos sencillos preparados en forma simple. Han de vivir mucho a la luz del sol, el que debe hallar cabida en todos los cuartos del edificio. Deben darse conferencias acerca de los temas de la salud. Estas conferencias abrirán entendimientos embotados, y en la mente se fijarán verdades que nunca se habían tomado en cuenta.--Carta 63, 1905.

Consejo a un médico del sanatorio

Durante la noche yo hablaba [en sueños] con usted. Tenía algunas cosas que decirle acerca de la alimentación. Yo le hablaba libremente, diciéndole que tendría que hacer cambios en sus ideas acerca de la alimentación que debe darse a los que, siendo del mundo, vienen al sanatorio. Estas personas han vivido en forma inadecuada, comiendo con mucha materia grasa, y sufren como resultado de la complacencia del apetito.

Necesitan una reforma en sus hábitos de comer y beber. Pero esta reforma no puede hacerse de una vez. El cambio debe ser gradual. Los alimentos saludables que se colocan delante de ellos deben ser apetitosos. Quizás ellos han ingerido tres comidas diarias durante toda su vida, de una alimentación muy rica en grasa. Es un asunto importante alcanzar a estas personas con las verdades de la reforma pro salud.

Pero para inducirlas a adoptar una dieta acertada, usted debe presentarles una cantidad abundante de alimentos sanos y apetitosos. Los cambios no deben ser tan abruptos que hagan que estas personas rechacen la reforma pro salud en lugar de ser atraídas a ella. Los alimentos que se les sirvan deben estar preparados en forma esmerada, y ser más apetitosos que los que usted y yo ingerimos...

Escribo esto porque estoy segura de que el Señor quiere que usted tenga tacto al relacionarse con la gente donde está, en sus tinieblas y su complacencia propia. En cuanto a mí, estoy en favor de una dieta frugal y sencilla. Pero no será lo mejor colocar delante de los pacientes autocomplacientes y del mundo una dieta tan estricta que los aleje de la reforma pro salud. Esto no los convencerá de la necesidad de un cambio en sus hábitos en el comer y el beber. Coloque delante de ellos los hechos. Edúquelos para que vean la necesidad de una dieta sencilla y natural, y que hagan el cambio en forma gradual. Deles tiempo para que respondan al tratamiento y a la instrucción que se les da. Trabaje y ore. Llévelos en forma tan suave como sea posible.--Carta 331, 1904.

Cómo presentar los principios de alimentación saludable

El Señor desea que todo ministro, todo médico y todo miembro de iglesia sea prudente al no presionar a los que son ignorantes de nuestra fe para que hagan cambios súbitos en la dieta, colocándolos de esta forma en una prueba prematura. Exaltad los principios de la reforma pro salud, y permitid que el Señor guíe a los que sean rectos de corazón. Éstos escucharán y creerán. El Señor no requiere que sus mensajeros presenten las magníficas verdades de la reforma pro salud de una manera que cree prejuicio en la mente de otros. Que nadie coloque una piedra de tropiezo delante de los que andan en las oscuras sendas de la ignorancia. Aun en el elogio de una cosa buena, no es lo mejor ser demasiado entusiasta, no sea que alejemos del camino a los que vienen para escuchar. Presentad los principios de la temperancia en su forma más atractiva.

Guiad a la gente

No debemos actuar presuntuosamente. Los obreros que llegan a nuevos territorios para levantar iglesias no deben crear dificultades al tratar de hacer prominente el asunto de la alimentación. Deben ser cautelosos para no trazar las líneas muy finitas. De lo contrario se crearán impedimentos para que otros avancen. No empujéis a la gente. Guiadlos. Predicad la Palabra como es en Cristo Jesús. El periódico de la salud os ayudará a aprender no sólo cómo preparar una alimentación saludable y cómo dar tratamientos a los enfermos, sino también cómo instruir a los demás en estas materias. Los obreros deben hacer un esfuerzo resuelto y perseverante recordando que no todo puede aprenderse de una sola vez. Han de tener una firme determinación de enseñar a la gente con paciencia.

Doquiera se lleve la verdad, se debe instruir a la gente acerca de la preparación de los alimentos saludables. Dios desea que en todo lugar la gente reciba instrucción por parte de maestros expertos en cómo utilizar inteligentemente los productos que pueden sembrar u obtener con facilidad en sus secciones del país. De esta forma los pobres, como también los que están en mejores circunstancias, pueden aprender a vivir en forma saludable.--Carta 135, 1902.

Trabajo perdido si no hay instrucción

A menos que se eduque a las personas para que dejen atrás toda práctica errónea y cesen de complacer el apetito pervertido, es un trabajo perdido enseñar a la gente que acuda a Dios en busca de curación para sus enfermedades. Se les debe instruir para que utilicen las provisiones que Dios ha dado. Rechazar los remedios que tienen a su alcance porque no se está pagando a un médico y no permitir la entrada del aire puro y la luz del sol que Dios ha dado a cada cuarto de la casa, muestra una falta de fe en él. La fe en el poder de Dios para curar las enfermedades está muerta a menos que el enfermo use la luz que Dios le ha dado al colocar sus hábitos en armonía con los principios correctos.--Manuscrito 86, 1897.

Educad, educad, educad

Debemos educar, educar, educar, en forma afable e inteligente. Debemos predicar la verdad, orar la verdad y vivir la verdad, colocando sus influencias gratas y portadoras de vida al alcance de los que no la conocen. Al colocar a los enfermos en contacto con el Dador de la vida, sus facultades mentales y corporales se renovarán. Pero para que esto ocurra, ellos deben practicar el renunciamiento, y ser temperantes en todas las cosas. Sólo de esta forma pueden ser salvos de la muerte física y espiritual, y lograr la restauración de la salud.

Cuando la maquinaria humana funciona en armonía con los planes vivificadores que Dios le dio, como se muestra en el evangelio, la enfermedad se vence y la salud brota de nuevo en forma espontánea. Cuando los seres humanos trabajan en unión con el Dador de la vida, quien ofrendó su sangre por ellos, la mente se llena de gozo. Se santifican el cuerpo, la mente y el alma. Los seres humanos aprenden del Gran Maestro, y todo lo que ellos observan ennoblece y enriquece los pensamientos. Los afectos afloran en felicidad y agradecimiento al Creador. La vida del hombre que ha sido renovada a la imagen de Cristo es una luz que brilla en la oscuridad.--Carta 83, 1905.

Las obras del ministerio

Digo a los maestros de nuestras escuelas, a los ministros, médicos y enfermeros: si quisierais, tendríais éxito en revelar las verdades del mensaje del tercer ángel. Esto no se logrará meramente predicando la Palabra, sino por las acciones de un ministerio de amor. Es el espíritu de la Palabra lo que necesitamos urgentemente. Los que tienen el Espíritu de Cristo harán sus obras.

Se me ha instruido a guiar a nuestro pueblo al capítulo 58 de Isaías. Leed detenidamente este capítulo para que comprendáis la clase de ministerio que comunicará vida a las iglesias. La obra del evangelio debe avanzar mediante nuestra liberalidad tanto como por nuestras acciones. Cuando encontréis almas dolientes que necesiten ayuda, dádsela. Cuando halléis a hambrientos, alimentadlos. Al hacer esto estaréis obrando a semejanza del ministerio de Cristo. La santa obra del Maestro fue una labor benévola. Que en todas partes se aliente a nuestro pueblo a tener una parte en ella.--Manuscrito 7, 1908.

Enseñad la abnegación

La obra que habéis estado haciendo en las ciudades tiene la aprobación de Dios... Lo que habéis hecho demuestra que si nuestros médicos y ministros trabajan unidos en la presentación de la verdad a la gente, se pueden alcanzar más personas de las que han sido influidas sólo por la obra del ministro...

Presentad al pueblo la necesidad de resistir la tentación de complacer el apetito. Es aquí donde muchos fallan. Explicadles cuan íntimamente están relacionados el cuerpo y la mente y mostradles la necesidad de mantener a ambos en la mejor condición posible. Las charlas acerca de salud que dais en las reuniones serán uno de los mejores medios de hacer publicidad a nuestros sanatorios...

Abstinencia y salud

La mente de cada enfermo debe ser inducida a aferrarse de la esperanza de liberación de algún peligro especial. Dirigidles palabras optimistas, palabras de aliento. A algunos que patrocinan nuestros sanatorios, el Señor sanará si se abstienen del uso del licor y de las drogas, y utilizan medios sencillos e inofensivos para contrarrestar la enfermedad ocasionada por un apetito pervertido. Si hacen su parte para quebrantar el ensalmo del enemigo mediante una firme resistencia a la tentación, y se rinden a Aquel que dio su vida por las almas pecaminosas, llegarán a ser hijos e hijas de Dios.

Todos los que complacen el apetito malgastan las energías físicas y debilitan el poder moral, tarde o temprano sentirán la retribución que sigue a la transgresión de la ley física.

Cristo dio su vida para comprar la redención para el pecador. El Redentor del mundo sabía que complacer el apetito estaba ocasionando la debilidad física y el embotamiento de las facultades perceptivas para que las cosas sagradas y eternas no se discernieran. Él sabía que la complacencia propia estaba pervirtiendo las facultades morales, y que la mayor necesidad del hombre era la conversión del corazón, la mente y el alma, de la vida de complacencia propia a una de autocontrol y renunciamiento.

La victoria de Cristo es una lección para nosotros

Cristo soportó la prueba en el terreno del apetito, y por casi seis semanas resistió la tentación en beneficio del hombre. Aquel largo ayuno en el desierto iba a ser una lección para la raza caída durante todas las edades. Cristo no fue vencido por las fuertes tentaciones del enemigo, y esto es alentador para toda alma que lucha contra la tentación. Cristo ha hecho posible que todo miembro de la familia humana resista la tentación. Todos los que vivan vidas piadosas pueden vencer como Cristo lo hizo, por la sangre del Cordero y por la palabra de su testimonio. Aquel largo ayuno del Salvador lo fortaleció para subsistir. Dio evidencia a los hombres de que empezaría la obra de vencer precisamente donde comenzó la ruina: en el punto del apetito...

Responsabilidad de médicos y ministros

Necesitamos la influencia del ejemplo correcto de nuestros médicos y de nuestros ministros. Que ellos ejerciten su inteligencia en el control del apetito, para que se fortalezcan así sus facultades mentales y morales. Hasta donde sea posible, que adopten tales hábitos de vida que las energías físicas y mentales se utilicen en forma equilibrada. El ejercicio de la voz al hablar es una práctica saludable. Enseñad y vivid prudentemente. Aferraos firmemente a la posición de que todos, aun nuestros dirigentes, necesitan ejercitar un buen sentido común en el cuidado de su salud, equilibrando en forma segura el ejercicio del cuerpo y del cerebro.--Carta 158, 1909.

Restaurantes saludables como escuelas

El interés de los obreros los llevará a ofrecerse para trabajar en diversas líneas de esfuerzo misionero. Se establecerán restaurantes donde se preparen comidas saludables. ¡Pero con cuánto cuidado sebería realizarse esta obra!

Cada uno de estos restaurantes debería ser una escuela. Sus obreros deben mantenerse constantemente estudiando y experimentando con el fin de mejorar la preparación de los alimentos saludables. Esta obra de instrucción debe poderse llevar a cabo en las ciudades en una escala mucho mayor que en los lugares pequeños. Pero dondequiera que haya una iglesia, se debería dar instrucción relativa a la preparación de alimentos sencillos y saludables para beneficio de los que desean vivir de acuerdo con los principios de la reforma de la salud. Y los feligreses deben impartir la luz que reciben sobre estos asuntos a los habitantes de su vecindario.--Testimonios para la Iglesia 7:111.

Instrucción en hogares y escuelas

En San Bernardino, la doctora _____ ha hallado muchas puertas abiertas a la obra educativa. Hace como tres meses empezó a dar estudios de arte culinario, de vestimenta saludable y de higiene general a algunas de las familias de nuestra propia iglesia. En sus labores recibió ayuda de algunos de los auxiliares del sanatorio que podían hacer demostraciones prácticas de cocina saludable y de enfermería sencilla.

Se invitó a los vecinos a presenciar estas demostraciones, y algunos que estaban presentes por invitación solicitaron que se dieran estudios similares en sus hogares, a los cuales ellos pudieran invitar a algunos de sus amigos. De esta forma la obra creció rápidamente, hasta que la doctora _____ no pudo seguir atendiendo todas las invitaciones que recibía. Su labor fue presentada a la atención del superintendente de las escuelas públicas, y ante su invitación ella dio pláticas de salud para mil quinientos jóvenes de las escuelas de la ciudad. Su cooperación con la Liga de Temperancia de Mujeres Cristianas le ha dado la oportunidad de relacionarse con muchas damas excelentes. Esfuerzos como éstos son factores poderosos para disipar de la mente de muchos el prejuicio que existe contra nuestro pueblo.--The Review and Herald, 1 de agosto de 1907.

Cooperación con otros obreros de la temperancia

Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para cooperar con los medios celestiales para la promulgación de la verdad y la justicia en la tierra. No podemos hacer una mejor labor que unirnos--siempre que lo hagamos sin comprometernos--, con los obreros de la Liga de Temperancia de Mujeres Cristianas. Hace años considerábamos la propagación de los principios de la temperancia como uno de nuestros deberes más importantes. De esta forma debemos hacerlo hoy. Nuestras escuelas y sanatorios deben revelar el poder de la gracia de Cristo para transformar la vida. Deben ser factores importantes en la causa de la temperancia.--Carta 274, 1907.

Educad a los pobres

Se hicieron preguntas [en visión] en cuanto a la conveniencia de educar a otros para que suplan el lugar de la carne, el té y el café con una alimentación más saludable. ¿Debemos dar a conocer nuestros métodos, y de esta forma cortar de nosotros mismos los beneficios que podríamos recibir al establecer este negocio en las colonias? ¿Debemos revelar la ciencia de cómo preparar estos alimentos saludables? ¿Debemos enseñar a la gente pobre cómo se puede vivir sin usar la carne? ¿Debemos enseñar a la gente pobre cómo llegar a la verdad plantando y cosechando nueces, cómo producir para ellos mismos las cosas que les costaría mucho más si las compraran preparadas por otras manos? ¿Debemos enseñarles cómo preparar ellos mismos estos alimentos?

La voz de la sabiduría

Estas preguntas parecían muy importantes, y difíciles de resolver. Entonces se escuchó la voz de la sabiduría: El tema de la reforma pro salud es un gran terna, un asunto importante, y esta obra misionera debe llevarse a cabo en los caminos y los vallados de la vida. El mensaje del tercer ángel es la verdad presente para 1898, y el tema de la salud está íntimamente conectado con este mensaje como el brazo lo está con el cuerpo. Por lo tanto, debe darse luz con relación a los mejores métodos de presentar la reforma pro salud. La carne es la más grande reproductora de enfermedades que se pueda introducir en el organismo humano. Pero no podéis presentar la reforma pro salud a menos que presentéis los métodos más baratos de vivir. El enemigo no debe tener ventaja en nada. El Señor puede bendecir sólo a los que procuran cumplir todo precepto que él ha dado con relación a esta vida.--Manuscrito 105, 1898.

Propósito de la obra con alimentos saludables

De acuerdo con la luz que Dios me ha dado, el negocio de la alimentación debe hacerse con el propósito de educar a la gente para que viva en forma saludable y económica, no por provecho financiero. Cada uno debe saber qué alimentos se adaptan mejor a sus necesidades individuales.--Carta 82, 1903.

Como el maná

La luz que Dios ha dado y que continuará dando sobre la alimentación debe ser para su pueblo hoy lo que el maná fue para el pueblo de Israel. El maná descendía del cielo, y la gente lo recogía y lo preparaba para su ingestión. De esta forma, en los diferentes países se dará luz al pueblo de Dios para que se preparen los mejores alimentos saludables que sean asequibles allí.

Los miembros de toda iglesia deben cultivar el tacto y el ingenio que Dios les ha dado. El Señor da pericia y entendimiento a todos los que utilicen su habilidad para tratar de aprender cómo combinar la producción de la tierra para hacer alimentos sencillos, fáciles de preparar y saludables, que reemplacen las carnes, para que la gente no tenga excusa para comerlas.--Manuscrito 78, 1902.

El señor enseñará al obediente

En los granos, las frutas, las verduras y las nueces se encuentran todos los elementos que necesitamos. Si venimos al Señor con una mente sencilla, él nos enseñará cómo preparar una alimentación saludable, libre de la infección de la alimentación a base de carne.--Manuscrito 27, 1905.

Instrucción en el arte de cocinar

Necesitamos una educación genuina en el arte de cocinar... Formad clases donde podáis enseñar a la gente cómo hacer buen pan y cómo mezclar ingredientes para hacer combinaciones saludables con los granos y las verduras. Tal educación será una ayuda en crear un deseo entre nuestro pueblo de salir de las ciudades, para obtener terrenos en el campo donde todos puedan sembrar sus propias frutas y verduras.--Manuscrito 150, 1905.

Se necesita una acción unida

Es el propósito del Señor que en todo lugar los hombres y las mujeres tengan el privilegio de desarrollar sus talentos preparando alimentos saludables con los productos naturales de la región [donde vivan] de su país. Nadie debe prohibirles que lo hagan. Si miran a Dios, ejerciendo su habilidad y su ingenio bajo la guía de su Espíritu, aprenderán a preparar los alimentos naturales de una alimentación saludable. De esta forma, podrán enseñar a los pobres cómo preparar alimentos que reemplacen la alimentación a base de carne.

Los que reciban esta ayuda a su vez pueden instruir a otros. Tal obra debe hacerse aún. Si se hubiera hecho antes, hoy militarían muchas más personas en la verdad que las que lo hacen, y tendríamos muchas más que podrían dar instrucción que las que hoy tenemos. Aprendamos cuál es nuestro deber, y luego hagámoslo. No debemos ser dependientes y desvalidos, confiando en otros seres humanos.--Manuscrito 85, 1902.

Incentivos para la actividad

Algunos pueden decir: "Si el Señor viene pronto, ¿para qué establecer escuelas, sanatorios y fábricas de alimentos? ¿Qué necesidad hay de que los jóvenes aprendan oficios?"

El propósito del Señor es que mejoremos constantemente los talentos que nos ha otorgado. No podemos hacer esto a menos que los utilicemos. La esperanza de la pronta venida de Cristo no debe inducirnos a la inactividad. En lugar de esto, debe guiarnos a hacer todo lo que nos sea posible para bendecir y beneficiar a la humanidad. Ningún ocioso está sin culpa a la vista del Señor.

La religión de la Biblia nunca hace holgazanes. Creemos que la venida de Cristo está cerca. Por lo tanto, que cada uno haga el máximo con el tiempo que Dios le ha dado para prepararse a sí mismo y a otros para este gran evento. Enseñad la importancia de los deberes de la vida a los que desperdician sus oportunidades.

Trabajad en favor del intemperante y del que usa tabaco, diciéndoles que ningún borracho heredará el reino de Dios y que "No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación". Mostradles el bien que pueden hacer con el dinero que ahora gastan y el bien que podrían hacer con el dinero que ahora emplean en lo que sólo les acarrea daño.--Carta 25, 1902.

Tolerancia con las opiniones ajenas

Debemos recordar que hay una inmensa diversidad de mentes en el mundo, y no podemos esperar que todos consideren exactamente el tema de la alimentación como nosotros lo hacemos. No toda mente corre exactamente por el mismo canal. Yo no como mantequilla, pero hay miembros de mi familia que lo hacen. Ésta no se coloca en mi mesa; pero no me disgusto si algunos miembros de mi familia eligen consumirla ocasionalmente. Muchos de nuestros hermanos entendidos tienen mantequilla sobre sus mesas, y no me siento obligada a tratar de forzarlos a tomar una conducta contraria. Nunca debe permitirse que estas cosas hagan separación entre los hermanos. No puedo ver la necesidad de la mantequilla donde existe abundancia de frutas y de crema esterilizada. Se les debe permitir seguir sus propias convicciones a los que aman y sirven a Dios. Puede ser que no nos sintamos justificados en hacer lo que ellos hacen, pero no debemos permitir que surjan diferencias de opiniones que causen separación. Quiera el Señor ayudarnos a ser tan firmes como una roca en los principios dados en el Sinaí, y a no permitir que las diferencias de opinión se erijan como barreras entre nosotros y nuestros hermanos.--Carta 331, 1904.

Enseñanza de ideas extremistas

Es el deseo y el plan de Satanás introducir entre nosotros a personas que van a grandes extremos: individuos de mente estrecha que son criticones y severos, y muy tenaces en aferrarse a sus propios conceptos de lo que significa la verdad. Serán exigentes y buscarán poner en vigencia deberes rigurosos, e ir a grandes distancias en asuntos de menor importancia, mientras descuidan los asuntos más pesados de la ley: el juicio, la misericordia y el amor de Dios. Por medio de la obra de unas pocas personas de esta clase, todo el cuerpo de guardadores del sábado será considerado como intolerante, farisaico y fanático. A causa de estos obreros se considerará la obra de la verdad como indigna de atención.--The Review and Herald, 29 de mayo de 1888.

La buena cocina es una ciencia

Algunos son llamados a lo que se considera un deber humilde: el de cocinar. Pero la ciencia de cocinar no es un asunto menor. La preparación habilidosa de alimentos es una de las artes más esenciales, que está por encima de la enseñanza de la música o de la costura. Con esto no quiero decir que pasemos por alto la enseñanza de la música o de la costura, porque éstas también son esenciales. Pero más importante aún es el arte de preparar alimentos que sean a la vez saludables y apetitosos. Este arte se debe considerar como de más valor, porque está íntimamente ligado a la vida. Debe recibir más atención, pues para que el cuerpo tenga buena sangre, el organismo requiere una alimentación adecuada. El fundamento de lo que mantiene sana a la gente es la obra médica misionera de la buena cocina.

A menudo la reforma pro salud se convierte en la deformación de la salud a causa de la preparación de alimentos desabridos. La falta de conocimiento con relación a la cocina saludable debe ser remediada antes que la reforma pro salud tenga éxito.

Son pocos los buenos cocineros. Muchísimas madres necesitan tomar lecciones de cocina, para que puedan colocar delante de la familia una alimentación preparada y servida en forma esmerada.

Antes que los niños tomen lecciones de órgano o de piano deben recibir lecciones de cocina. La obra de aprender a cocinar no necesita excluir la música; pero aprender la música es de menor importancia que aprender a preparar alimentos saludables y apetitosos.

Escuelas de cocina

Deben existir escuelas de cocina vinculadas con nuestros sanatorios y escuelas, donde se dé instrucción acerca de la preparación correcta de los alimentos. En todas nuestras escuelas debe haber personas preparadas para educar a los estudiantes, tanto a hombres como a mujeres, en el arte de cocinar. Especialmente las mujeres deben aprender a cocinar.

Es un pecado colocar en la mesa alimentos mal preparados, porque... la comida concierne al bienestar de todo el organismo. El Señor desea que su pueblo aprecie la necesidad de tener alimentos preparados en tal forma que no agrien el estómago produciendo como consecuencia temperamentos irritados. Que todos recuerden que hay una religión práctica en un buen pan.

Un talento del más alto valor

Que no se considere el trabajo de cocinar como una especie de esclavitud. ¿Qué pasaría con los habitantes del mundo si todos los que se dedican a la cocina abandonaran su tarea con la débil excusa de que no es suficientemente digna? El arte de cocinar puede ser considerado como menos digno que otras ramas de trabajo, pero en realidad está sobre todos los demás. Así considera Dios la preparación de la alimentación saludable. Él tiene en alta estima a los que hacen fielmente el servicio de preparar los alimentos sanos y agradables.

El que comprende el arte de preparar correctamente los alimentos y que utiliza este conocimiento, merece una alabanza mayor que los que se dedican a cualquier otra rama de la obra. Debe considerarse este talento como igual en valor a diez talentos, pues su uso correcto tiene mucho que ver con mantener saludable el organismo humano. Ya que está conectado en forma tan inseparable con la vida y la salud, es el más valioso de todos los dones.--Manuscrito 95, 1901.

Muchos serán rescatados

El Señor me ha mostrado que un sinnúmero de personas serán rescatadas de la degeneración física, mental y moral por medio de la influencia práctica de la reforma pro salud. Se darán pláticas de salud y las publicaciones se multiplicarán. Los principios de la reforma pro salud se recibirán con aprecio, y muchos serán instruidos en este aspecto. Las influencias relacionadas con la reforma pro salud la recomendarán al juicio de todos los que deseen recibir luz, quienes avanzarán paso a paso para aceptar las verdades especiales para este tiempo.--Testimonies for the Church 6:378, 379.

Para estudio adicional

La obra del sanatorio debe impartir educación: Consejos sobre la salud, 218-220, 245, 246; 467-469.

El médico como educador: Consejos sobre la salud, 87-98; 133, 332-333.

Los ministros deben enseñar la reforma pro salud: Consejos sobre la salud, 428; Testimonies for the Church 6:376, 377.

La iglesia debe estudiar los principios de la salud: Consejos sobre la salud, 425-427; Testimonios para la Iglesia 7:63-68.

Debe apoyarse una reforma continua: Consejos sobre la salud, 442-450.

El tacto al enseñar los principios de la salud: Consejos sobre la salud, 435-436.

El uso de las publicaciones de salud y temperancia: Consejos sobre la salud, 442-445, 459-464, 478-479.

La enseñanza de la reforma en la temperancia: Consejos sobre la salud, 429-435.

La enseñanza de los principios de la salud en los congresos campestres: Consejos sobre la salud, 430, 465, 467-469.