Debemos ser ejemplos vivientes de lo que predicamos--Buscaremos a Dios con ahínco, y como ministros del Señor que predican el Evangelio, pondremos en práctica estas grandes verdades en nuestra vida diaria, mostrando que somos ejemplos vivientes de lo que predicamos, que estamos practicando en nuestra vida cotidiana la santidad. Entonces, por dondequiera que vayamos ejerceremos poder.--Sermons and Talks, 63.
Los ministros que predican de una manera y viven de otra, son lobos con piel de oveja--Llevando la insignia de Cristo, sirven al peor enemigo del Señor, y no se dan cuenta del mandato, "Apártese de iniquidad todo el que invoca el Nombre de Cristo". Jesucristo claramente dice que esta clase de maestros son como lobos con piel de oveja. Hablan de la gracia, predican de la gracia, aparentemente oran por la gracia; pero no tienen la gracia de Cristo en sus corazones. En el púlpito tales ministros podrán aparentar ser excelentes; pero destruyen la fuerza de sus palabras cuando lejos del púlpito ellos mismos siguen tal camino de iniquidad que demuestran ser ministros de pecado, lobos con piel de oveja.--The Signs of the Times, 8 de julio de 1892.
Dejen que los ministros muestren a otros que la verdad ha hecho algo por ellos--Aquellos ministros jóvenes y los hombres que alguna vez han sido ministros, que han sido ásperos y rudos en sus modales, teniendo expresiones en sus conversaciones que no fueron perfectamente modestas y púdicas, no son aptos para dedicarse a esta obra hasta que den evidencia de una reforma completa. Una palabra hablada imprudentemente puede hacer más daño que todo el bien que haría una serie de reuniones dictada por ellos. Ellos dejan la norma de la verdad, que debe ser siempre exaltada, reducida a polvo ante la comunidad. Generalmente, sus conversos no se elevan más que la norma puesta por los ministros. Los hombres que ministran entre los vivos y los muertos deben ser justamente lo que se requiere. El ministro no debe descuidarse un solo momento. El está trabajando para elevar a otros sobre la plataforma de la verdad. Que le muestre a otros que la verdad ha hecho algo por él.--Testimonies for the Church 1:445.
El éxito de los ministros depende de su comportamiento--Los hombres de Dios, fieles, santos, que practican en su vida diaria lo que predican, ejercerán una influencia salvadora. Un discurso poderoso desde el púlpito puede afectar las mentes; pero un poquito de imprudencia de parte del ministro fuera del púlpito, una falta de seriedad en la voz o de verdadera santidad, contrarrestará su influencia, y anulará las buenas impresiones hechas por él. Los conversos serán de él; pero en muchos casos no anhelarán elevarse más alto que su predicador. No habrá hecho en ellos un trabajo a fondo, de corazón. No están convertidos a Dios. El trabajo es superficial, y su influencia será dañina para quienes están realmente buscando al Señor.
El éxito del ministro depende grandemente de su comportamiento fuera del púlpito. Cuando termina de predicar y deja el púlpito, su obra no ha terminado; sólo ha comenzado. Es entonces cuando él debe practicar lo que ha predicado. No debe moverse incautamente, sino mantenerse alerta a su persona, para que lo que haga o diga no sea tomado ventajosamente por el enemigo, y se traiga un reproche sobre la causa de Cristo.--Testimonies for the Church 1:380.
Pedro es un ejemplo de alguien que tropieza y es restaurado--Algunos afirman que si un alma tropieza y cae, nunca puede recuperar su posición, pero el caso que tenemos ante nosotros contradice esto. Antes de su negación Cristo dijo a Pedro: "Tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos". Al confiarle la mayordomía de las almas por quienes había dado su vida, Cristo dio a Pedro la más firme evidencia de su confianza en su restauración. Y se le encargó que alimentara no sólo a las ovejas sino también a los corderos: una obra más amplia y más delicada que la que hasta entonces se le había sido asignada. No sólo se le dijo que presentara la palabra de vida a otros, sino que debía ser un pastor de la grey.--Comentario Bíblico Adventista 5:1125.
El Señor nos prueba para ver si actuaremos fielmente con el pecado aún con nuestros hombres honorables--Estoy perturbada en relación con el caso del pastor H. No me escribe, y me siento profundamente apenada por él. A veces me parece que el Señor nos está probando para ver si estamos actuando fielmente respecto de la conducta pecaminosa de uno de nuestros hombres honorables.-- Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio.
La ética y los pastores colegas
Los ministros de Cristo deben ser de un mismo sentir y un mismo pensamiento--Los ministros de Cristo deben estar unidos en un mismo sentir y un mismo pensamiento. Deben consultarse el uno al otro. Nadie debe exigirle a sus hermanos que trabajen siguiendo exactamente su plan, sino que cada uno debe conservar su individualidad, y todos deben trabajar por el bien de los otros, considerando a sus hermanos más que a sí mismos. Es la obra de Satanás incitar la envidia y los celos, alienar el afecto, debilitar la confianza, y engendrar desconfianza y sospecha. Todo esto afecta la unidad de la fe en la intercesión con Dios por el débil y el desalentado, por la gracia de Cristo, por la conversión de los pecadores, y corta la bendición que podría ser nuestra.--The Review and Herald, 10 de julio de 1883.
Los ministros que aparentan ser amables y sin embargo abusan de la reputación de sus hermanos, son especialmente peligrosos--La excusa que dan por él es: "O, el Hno. D es un hombre tan bueno. Es el prototipo de la amabilidad y bondad de corazón, y está listo a ayudar en cualquier parte". El Hno. D tiene muchos rasgos excelentes de carácter. No tiene mucha habilidad como predicador, pero pudiera llegar a ser un obrero diligente y fiel. El enemigo ha entrado a través de su concepto de sí mismo. Si no hubiera tenido más alto concepto de sí mismo de lo que debiera, nunca se hubiera atrevido a abusar de la reputación de sus hermanos como lo ha hecho. Por tener libertad para reunir y repetir falsos informes, se ha interpuesto entre el pueblo y el mensaje que Dios ha dado a sus ministros para sobrellevarlos, y prepararlos para el día del Señor. Sus rasgos buenos de carácter lo han hecho mucho más peligroso; pues le han dado influencia. La gente piensa que lo que dice tiene que ser cierto. Si hubiera sido una persona inmoral o pendenciera, no hubiera obtenido la victoria en ganar la confianza de tantos.--Testimonies for the Church 5:289.
Nunca hable en forma degradante de los ministros no importa cual sea su origen--Nuestros ministros en puestos de responsabilidad son hombres a quienes Dios ha aceptado. No importa cuál sea su origen, no importa que puesto hallan tenido antes, ya sea que trabajaran con el arado, en un taller de carpintería, o que hayan gozado de una educación formal, si Dios los ha aceptado, que todo hombre se cuide de lanzar el menor reproche sobre ellos. Nunca hable en forma degradante de ningún hombre, porque él puede ser grande a la vista de Dios, mientras que aquellos que se sienten grandes pueden ser de menos estima para Dios por la perversión de sus corazones. Nuestra única seguridad es colocarnos al pie de la cruz, ser pequeños ante nuestros propios ojos, y confiar en Dios; pues sólo él tiene poder para hacernos grandes.--Testimonies for the Church 4:607, 608.
No copie a otros. Dios le ha dado a usted sus propias habilidades--Dios nunca se propuso que el juicio y los planes de una sola persona fuesen considerados como supremos. El dice: Sois obreros juntamente con Dios. No se dedique ninguna persona a reprimir ni a desanimar. No procure colocar su armadura sobre su hermano, porque él no la ha probado... Y los pastores nunca debieran copiar los gestos, los hábitos, las actitudes, las expresiones ni los tonos de voz de ningún hombre. No deben convertirse en la sombra de nadie, en pensamiento, en sentimiento, en planificación ni en la ejecución del gran todo. Si Dios os ha hecho pastores del rebaño también os ha dado las calificaciones necesarias para llevar a cabo esa obra.--El Evangelismo, 496.
Inste a los ministros a corregir su error en vez de reprenderlos--Siga las instrucciones de la Palabra de Dios, al tratar con sus hermanos ministros. Pablo declara, "No reprendas con dureza al anciano, sino exhórtalo como a un padre. A los más jóvenes, trátalos como a hermanos". Habrá ocasiones para hablarles de sus errores a quienes han estado por mucho tiempo en el ministerio, pero que se haga como una petición y no como una reprensión. Los ministros jóvenes han de ser tratados como hermanos, y que Dios nos ayude para ayudarnos unos a otros. Debemos mantener una conexión viva con Dios. Debemos ser vestidos con poder de lo alto mediante el bautismo del Espíritu Santo, para alcanzar una norma más elevada; pues no hay ayuda para nosotros en ninguna otra forma.--The Review and Herald, 5 de abril de 1892.
Las asociaciones no deben descuidar a los ministros ancianos--Si veo que los que están en posiciones de responsabilidad descuidan a ministros ancianos, debo presentar el asunto a aquellos cuyo deber es cuidarlos. Los ministros que han realizado fielmente su obra no han de ser olvidados ni descuidados cuando se quebrante su salud. Nuestras asociaciones no han de descuidar las necesidades de los que han llevado las responsabilidades de la obra. Después de que Juan había envejecido en el servicio del Señor fue desterrado a Patmos. Y en esa isla solitaria recibió más comunicaciones del cielo que las que había recibido durante el resto de su vida.--Mensajes Selectos 1:38.
No deben transar con aquellos que han apostatado, sino tratarlos bondadosamente--Nosotros no hemos de extender nuestros brazos a los hombres que son obras maestras de Satanás por haber hecho su voluntad, como los opositores en el campamento de Adelaide. La verdad ha de presentarse con amonestaciones que hagan temblar los corazones en contrición delante de Dios. El testimonio bien definido y claro debe ser profesado... No hay que transar con aquellos que han apostatado, pero hay que tratarlos bondadosamente, no dando ocasión para que hablen mal de nosotros.--Manuscript Releases 9:363.
Mantenga los errores de los ministros en un círculo tan pequeño como sea posible--Con frecuencia es necesario reprender claramente el pecado y el mal. Pero los ministros que trabajan por la salvación de sus semejantes no deben ser implacables con los errores de unos y otros ni hacer resaltar sus defectos. No deben exponer ni reprender sus debilidades. Deben preguntarse si, en caso de que otro siguiese esta conducta con ellos mismos, produciría el efecto deseado; ¿aumentaría su amor por el que recalcase sus errores, o acrecentaría su confianza en él? Especialmente los errores de los ministros dedicados a la obra de Dios deben ser mantenidos en un círculo tan pequeño como sea posible, porque son muchos los débiles que se aprovecharían del saber que los que ministran en palabra y doctrina tienen debilidades como los otros hombres. Es algo muy cruel que las faltas de un ministro sean expuestas a los incrédulos si ese ministro es tenido por digno de trabajar en lo futuro por la salvación de las almas. Ningún bien puede provenir de esta exposición, sino solamente daño. Al Señor le desagrada esta conducta, porque socava la confianza del pueblo en aquellos a quienes él acepta para llevar a cabo su obra. El carácter de todo colaborador debe ser custodiado celosamente por sus hermanos en el ministerio. Dios dice: "No toquéis... a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas". 1 Crónicas 16:22. Debe cultivarse el amor y la confianza. La falta de este amor y confianza de un ministro hacia otro no aumenta la felicidad del que es deficiente, sino que al mismo tiempo que labra la desdicha de su hermano, él mismo se vuelve desdichado. Hay en el amor mayor poder que en la censura. El amor se abrirá paso a través de las vallas, mientras que la censura cerrará toda vía de acceso al alma.--Joyas de los Testimonios 1:301, 302.
La ética y el sexo opuesto
Adquiera fibra moral al repetir: "No deshonraré a mi Redentor"--Ud. me pregunta si debe hacer una confesión pública. Mi respuesta es: no. No deshonre al Maestro haciendo público el hecho que un ministro de la Palabra es culpable de un pecado como el que Ud. ha cometido. Ello sería una desgracia para el ministerio. De ninguna manera dé publicidad al asunto. Al hacerlo, cometería una injusticia contra la causa de Dios. Ello haría surgir pensamientos impuros en la mente de muchos de los que oigan repetir tales cosas. No contamine sus labios comunicándole el asunto a su esposa, avergonzándola y haciéndole bajar su cabeza de tristeza. Vaya a Dios y a los hermanos que conocen este terrible capítulo de su experiencia y dígales lo que tiene que decirles, y luego permita que se ofrezcan oraciones en su favor. Cultive la sobriedad. Condúzcase cuidadosamente y ore siempre. Trate de adquirir fibra moral y repita: "No deshonraré a mi Redentor".--Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio 147.
La religión práctica guía a su poseedor a controlar sus afectos--Usted podrá inteligentemente creer la verdad, pero la obra de poner en armonía con su fe cada acto de su vida y cada emoción de su corazón está aún por delante. La oración de Cristo en favor de sus discípulos justo antes de su crucifixión fue: "Santifícalos en tu verdad: Tu palabra es verdad". La influencia de la verdad debe afectar, no solamente el entendimiento, sino también el corazón y la vida. La religión práctica y genuina guiará a quien la posee a controlar sus afectos.--Testimonies for the Church 4:371.
El pecado es pecado aún cuando el seductor sea un ministro--Si las hermanas fuesen nobles y puras de corazón, cualquier insinuación corrupta, aun de parte de sus ministros, sería repelida con tal firmeza que no se repetiría nunca más. Deben ser mentes terriblemente confundidas por Satanás las que escuchan la voz del seductor porque es un ministro, y en consecuencia faltan a los claros y positivos mandamientos de Dios y se engañan pensando que no cometen pecado. Acaso no tenemos las palabras de Juan: "El que dice: Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él". ¿Qué dice la ley? "No cometerás adulterio. Cuando un hombre profesa guardar la santa ley de Dios, y es un ministro de las cosas sagradas, se aprovecha de la confianza que su rango inspira y busca satisfacer sus bajas pasiones, este sólo hecho debiera ser suficiente para hacer ver a una mujer que profesa la piedad que, aunque su profesión es tan exaltada como los cielos, una propuesta impura de parte de él viene de Satanás vestido de ángel de luz. No puedo creer que la Palabra de Dios sea una presencia constante en los corazones de los que tan fácilmente rinden su inocencia y virtud ante el altar de las concupiscencias.--Testimonios para la Iglesia 2:407.
Nunca se aproveche de la confianza que la gente deposita en usted--Cuando los ministros se aprovechan así de la confianza que la gente deposita en ellos y llevan a las almas a la ruina, se hacen tanto más culpables que el pecador común, cuanto más elevada es su profesión. En el día de Dios, cuando se abra el gran libro mayor del cielo, se verá que contiene los nombres de muchos ministros que pretendieron tener pureza en su corazón y en su vida y profesaron que se les había confiado el Evangelio de Cristo, pero se aprovecharon de su situación para seducir a las almas y hacerles transgredir la ley de Dios.--Joyas de los Testimonios 2:34, 35.
Los ministros que están violando el séptimo mandamiento no deben ser confiados con la custodia de las almas--No tengo verdadero fundamento para albergar esperanza con respecto a aquellos que han actuado como pastores del rebaño, y durante años fueron tratados con paciencia por el Dios misericordioso, que los guió con reprensiones, advertencias y ruegos, pero que han escondido sus malos caminos, y han continuado en ellos, desafiando de esta manera las leyes del Dios del cielo al practicar la fornicación. Podemos dejar que se ocupen en su propia salvación con temor y temblor, después que se haya hecho todo lo posible para reformarlos; pero en ningún caso podemos confiarles la custodia de las almas. ¡Falsos pastores! ¿Será posible que los hombres que han estado ocupados en esta obra por tanto tiempo corrompan sus caminos delante del Señor a pesar de su gran experiencia y de la luz especial que tienen?--Testimonios para los Ministros, 428.