El hogar
El carácter verdadero del ministro se revela en el hogar--Lo que revela nuestro carácter verdadero no es tanto la religión del púlpito como la de la familia. La esposa del ministro, sus hijos y los que son empleados para ayudar en su familia son los mejor preparados para juzgar la piedad de él. Un hombre bueno será una bendición para su familia. Su religión hará mejores a su esposa, sus hijos y sus ayudantes.--El Hogar Cristiano, 322.
El bienestar espiritual de su familia está primero que todo--Ninguna disculpa tiene el predicador por descuidar el círculo interior en favor del círculo mayor. El bienestar espiritual de su familia está ante todo. En el día del ajuste final de cuentas, Dios le preguntará qué hizo para llevar a Cristo a aquellos de cuya llegada al mundo se hizo responsable. El mucho bien que haya hecho a otros no puede cancelar la deuda que él tiene con Dios en cuanto a cuidar de sus propios hijos.--Obreros Evangélicos, 215.
Un ministro necesita mostrar consideración bondadosa como cabeza de la familia antes de tener éxito en la ganancia de almas--Usted debe mostrar en su hogar esa consideración bondadosa, esa ternura, amor, delicadeza, paciencia noble, y verdadera cortesía, que es digna de la cabeza del hogar, antes de tener éxito en la ganancia de almas para Cristo.--Testimonies for the Church 3:556.
Algunos ministros son desviados de su trabajo por los vínculos del hogar--Algunos predicadores se desvían fácilmente de su obra. Se desaniman, o son apartados por los vínculos familiares, y dejan morir por falta de atención un interés naciente. La pérdida que sufre la causa de esta manera, difícilmente puede estimarse.--Obreros Evangélicos, 384.
La esposa
Trate a su esposa con ternura--Trate a su esposa con ternura. Ella necesita todo el cuidado y consuelo y ánimo que usted prometió darle en sus votos matrimoniales. No le dé la menor ocasión para cuestionar su lealtad o su deseo sincero de cumplir con sus obligaciones.--Manuscript Releases 6:47.
El éxito o el fracaso de un ministro depende mucho de la esposa--La esposa de un ministro del Evangelio puede ser una gran auxiliadora y bendición para su esposo, o un estorbo para él en su trabajo. Depende mucho de la esposa que el ministro se eleve día a día en su esfera de utilidad, o que se hunda al nivel ordinario.--El Hogar Cristiano, 323.
Ministros con esposas descontentas producen ministros descorazonados--Me fue mostrada la vida de Cristo. Cuando su abnegación y sacrificio son comparados con las pruebas y sufrimientos de las esposas de algunos de nuestros ministros, hacen que cualquier cosa que ellas llamen sacrificio se hunda en la insignificancia. Si la esposa del ministro habla palabras de descontento y desánimo, la influencia en el esposo es de descorazonamiento, y tiende a incapacitarlo en su trabajo, especialmente si su éxito depende de las influencias que lo rodean. ¿Deberá el ministro en estos casos quedar incapacitado o desconectado de su campo de labor para gratificar los sentimientos de su esposa, que resultan de una falta de voluntad de dar paso al deber en lugar de sus propias inclinaciones? La esposa debe someter sus deseos y placeres al deber, y renunciar a sus sentimientos egoístas por amor a Cristo y la verdad. Satanás ha tenido mucho que ver con el control de las labores de los ministros, mediante la influencia de sus compañeras egoístas y amantes de la comodidad.--Testimonies for the Church 1:451.
Satanás controla a los ministros mediante sus compañeras egoístas, amantes de la comodidad--Satanás está obrando siempre para desalentar y extraviar a los ministros escogidos por Dios para predicar la verdad. La manera más eficaz en que pueda actuar es mediante las influencias del hogar, mediante compañeras que no están consagradas. Si logra regir sus mentes, puede, por su intermedio y con facilidad tanto mayor, obtener acceso al esposo que trabaja para salvar almas por la palabra y la doctrina. ... Satanás ha tenido mucho que ver con el control de las labores de los ministros, mediante la influencia de sus compañeras egoístas, amantes de la comodidad.--El Hogar Cristiano, 323.
Las esposas de los pastores que ministran a otros no tienen tiempo de sentirse solas--La luz que el Señor me ha dado en cuanto a las esposas de los pastores es que si sus vidas son mantenidas consagradas cerca de Dios, como es el deber de todos los que laboran junto con él, encontrarán tantas almas a quienes ministrar que no tendrán oportunidad de sentirse solas o de cultivar el egoísmo en ninguna forma. Jesús dice: "Llevad mi yugo, y aprended de mi; que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga". Aquellos que acepten esta invitación no tendrán pensamientos de descontento, ni de soledad. Su trabajo es hacer la voluntad de Cristo. Al hacer esto, tendrán una dulce paz, y descanso del alma.--Manuscript Releases 14:307.
Ser demasiado influido por su compañera puede ser dañino para el ministro--La esposa de uno de nuestros ministros mantuvo a su esposo, un hombre de mente muy sensible, torturado con sugerencias parecidas a las que usted ha proferido. Ella lanzaba sospechas falsas sobre las palabras y acciones de otros, y presentaba sus puntos de vista con tanta convicción, que su esposo pensó que ella poseía un conocimiento superior del carácter. El Señor me dio un mensaje para este hermano y hermana, pero ninguno de ellos lo recibió. El pensó que estaba en lo correcto creyendo que su esposa poseía un discernimiento superior, y que sus sugerencias eran muy acertadas. Cualquier esfuerzo hecho para iluminarlo, o para quitar las impresiones equivocadas que él había recibido, fueron vistas como una trama para engañarlo. Y la lengua incontrolable de su esposa estaba constantemente trabajando. Cualquier empeño por salvarlo del fracaso era interpretado por ella como un deseo de poner a alguien en su lugar. Sus hermanos trabajaron con todas sus fuerzas para salvarlo, pero sus planes fueron interpretados como ardides bien planeados para lastimar su influencia. Así la obra de Dios fue contrarrestada por la influencia del hogar.--Manuscript Releases 12:341.
Obreros con problemas matrimoniales se presentan como víctimas cuando en realidad su compañera es la víctima--No puedo aparecer como justificando su conducta en relación con su vida matrimonial. El abandonar a su esposa y su familia es una ofensa a Dios, y debo presentar el asunto como es ante el presidente de la asociación, el pastor Williams. Yo esperaba que, cuando usted se diera cuenta de su engaño, se arrepentiría de su conducta con el arrepentimiento del cual no hay que arrepentirse. Pero la experiencia en Armadale y la carga que tuve que llevar, hizo que sufriera mucho; y me fueran revelados más plenamente asuntos relacionados con su vida pasada... Usted pensó que podría recibir credenciales de ministro del evangelio pero, si se las hubieran extendido, habrían traído reproche sobre la causa de Dios. Usted se presenta como alguien que ha sido el perjudicado, pero su esposa es la que ha sido más perjudicada. Ella nunca debería haber sido tratada como usted la ha tratado. Usted procedió de tal manera con sus pequeños, que a su esposa no le quedaba más que alejarse de usted. El corazón de ella fue herido, magullado, y quedó prácticamente trastornada por su gobierno despótico y dominante al disciplinar a sus hijos.--Carta 18, 1896.
Los hijos
El primer deber de los ministros es hacia sus hijos--Los deberes propios del predicador lo rodean, lejos y cerca; pero su primer deber es para con sus hijos. No debe dejarse embargar por sus deberes exteriores hasta el punto de descuidar la instrucción que sus hijos necesitan. Puede atribuir poca importancia a sus deberes en el hogar; pero en realidad, sobre ellos descansa el bienestar de los individuos y de la sociedad. En extenso grado, la felicidad de los hombres y mujeres y el éxito de la iglesia dependen de la influencia ejercida en el hogar. Hay intereses eternos implicados en el debido desempeño de los deberes diarios de la vida. El mundo no necesita tanto a grandes intelectos como a hombres buenos, que sean una bendición en sus hogares.--Obreros Evangélicos, 215.
No importa cuan talentoso sea, si está descuidando a sus propios hijos no está sirviendo mejor a Dios--Quienes se dan cuenta de su deficiencia en un asunto que concierne a la felicidad y la utilidad de generaciones futuras, deberían hacer del tema del gobierno de la familia su estudio más diligente. Como una objeción a esto, muchos señalan a los hijos de los ministros, de los profesores, y de otros hombres de alta reputación por su saber y piedad, y alegan que si estos hombres, con ventajas superiores, fracasan en el gobierno de sus familias, aquellos que están en una situación menos favorable no pueden tener esperanza de triunfar. El asunto a considerarse es, ¿le han dado estos hombres a sus hijos aquello a que tienen derecho, esto es, un buen ejemplo, instrucción fiel, y restricción adecuada? Es por la negligencia de estas normas esenciales, que tales padres dan a la sociedad niños con desequilibrio mental, impacientes con las restricciones, e ignorantes de los deberes de la vida práctica. En ésto le están haciendo un daño al mundo que excede a todo lo bueno que puedan realizar. Esos niños transmiten la depravación de su carácter como una herencia a sus descendientes, y a la misma vez su ejemplo perverso y su influencia corrompen la sociedad y causan estragos en la iglesia. Nosotros no podemos pensar que ningún hombre, sin importar cuan grande sea su capacidad o utilidad, está sirviendo mejor a Dios o al mundo, mientras su tiempo es dedicado a otros intereses en menoscabo de sus propios hijos.--The Signs of the Times, 9 de febrero de 1882.
La influencia negativa de la familia del ministro puede hacer más daño que el bien que hace su ministerio--Hermano B, como ministro de Dios, usted tenía la doble obligación de gobernar bien su propia casa y de tener a sus hijos en sujeción. Pero se ha complacido con su capacidad y ha excusado sus faltas. El pecado de ellos no parecía muy pecaminoso. Usted ha desagradado a Dios y casi arruinado a sus hijos al descuidar su deber, y se ha seguido comportando irresponsablemente después que el Señor lo ha reprendido y aconsejado. El daño que su familia ha ocasionado a la causa de Dios por su influencia en los distintos lugares donde han vivido, ha sido mayor que el bien que han realizado. Usted ha sido enceguecido y engañado por Satanás acerca de su familia. Usted y su esposa han colocado a sus hijos en un pie de igualdad con ustedes. Ellos han hecho lo que han querido. Esa ha sido una gran desventaja en su trabajo de ministro de Cristo, y el descuido de su deber de tener a sus hijos en sujeción ha conducido a un mal todavía mayor, que amenaza destruir su utilidad.--Testimonios para la Iglesia 2:549.
Los pastores que fracasan en el hogar, fracasarán en la iglesia--Quien está comprometido en la obra del ministerio del Evangelio, debe ser fiel en su vida familiar. Es tan esencial que un padre mejore los talentos que Dios le ha otorgado para hacer del hogar un símbolo de la familia celestial, como usar en la obra del ministerio el poder que Dios le ha dado para la ganancia de almas en la iglesia. Como sacerdote del hogar y embajador de Cristo en la iglesia, deberá ejemplificar en su vida el carácter de Cristo. Debe ser fiel en velar por las almas sabiendo que tendrá que rendir cuentas. No debe haber en su servicio ninguna negligencia o trabajo desatendido. Dios no podrá usar a hombres pecadores que no tienen una clara visión de la responsabilidad sagrada involucrada al aceptar un puesto como pastor de iglesia. El que fracasa en ser un pastor fiel y juicioso en el hogar, seguramente fracasará en ser un pastor fiel del rebaño del Señor en la iglesia.--Manuscript Releases 6:49.