El Ministerio Pastoral

Capítulo 17

Las relaciones dentro de la iglesia

Practicad una paciente ternura hacia las faltas de otros--Cristo no vino para ser servido, sino para servir; y cuando su amor reina en el corazón, seguiremos su ejemplo. Si nosotros mantenemos siempre presente en la mente los actos injustos y crueles de otros, nos será imposible amarlos como Cristo nos ha amado; pues hay muy pocas personas que no revelan rasgos de carácter desamigables al ser tratados de cerca. Hasta los mejores de nosotros tenemos rasgos desagradables; y al seleccionar amistades debemos escoger aquellos que no se alejarán de nosotros cuando se enteren que no somos perfectos. Necesitamos tolerancia mutua. Debemos amarnos y respetarnos unos a otros a pesar de las faltas e imperfecciones que no podemos dejar de ver; pues éste es el espíritu de Cristo. Se deben cultivar la humildad y la desconfianza propia, y una paciente ternura hacia las faltas de otros. Esto acabará con todo egoísmo mezquino y nos hará grandes de corazón y generosos.--The Signs of the Times, 5 de marzo de 1885.

Los representantes de Cristo

A través de sus ministros, Cristo se mueve visiblemente sobre la tierra--Los embajadores de Cristo tienen una obra solemne e importante, que algunos consideran con demasiada liviandad. Mientras Cristo es el ministro del santuario celestial, es también, a través de sus delegados, el ministro de su iglesia en la tierra. Habla al pueblo por medio de hombres elegidos, y lleva a cabo su obra por su intermedio, como cuando, en los días de su humillación, andaba visiblemente en la tierra. Aunque han pasado siglos, el transcurso del tiempo no ha cambiado la promesa que hizo al separarse de sus discípulos; "He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Mateo 28:20. Desde la ascensión de Cristo hasta el presente, hombres ordenados por Dios, que derivaron su autoridad de él, han tenido que enseñar la fe. Cristo, el verdadero Pastor, dirige su obra por intermedio de estos subpastores. De modo que la posición de los que trabajan en el ministerio de la Palabra y enseñan la doctrina, viene a ser muy importante. Ruegan a la gente, en lugar de Cristo, que se reconcilien con Dios.--Joyas de los Testimonios 1:525.

Todo ministro que no tiene el amor de Jesús en su corazón, lo revelará en sus actos--Siento tristeza por las almas pobres, que no pudiendo encontrar alivio, acuden a la Hna. White. Yo deseo que ellas tengan confianza en que los pastores del rebaño cuidarán de la grey del Señor. Todo ministro de Cristo que no tiene el precioso amor de Jesús en el corazón, lo revelará en sus actos. El Señor Jesús ha dado a cada hombre lecciones preciosas de instrucción en su Santa Palabra. El Señor Jesús es nuestro modelo. La imagen impresa de Cristo será manifiesta en todo el carácter de quienes se rindan completamente a él. Entonces los poderes mentales y físicos serán renovados día a día; pues el verdadero creyente está comiendo diariamente de la carne y bebiendo de la sangre del Hijo de Dios. Jesús dice, "La carne nada aprovecha. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida".--The Ellen G. White 1888 Materials, 1276.

Camine con El, hable de El, e imite a Cristo--Ministrar abarca mucho más que la mera predicación. A fin de cumplir la sagrada e importante obra cargada de intereses eternos, el ministro debe ser un hombre de una devoción vital, o su obra no será aceptada por Dios. Debe ser un hombre que no tenga una exaltada opinión de sí mismo o de su propia habilidad, sino alguien que perderá el sentido de su importancia ante la exaltada visión que él tiene de la incomparable misericordia y amor de Jesucristo. Es entonces cuando camina muy cerca de Dios. Su vida religiosa y su verdadera santidad, las que lleva con él dondequiera que va, y que están entretejidas en todos sus trabajos, lo hacen un obrero eficiente y de éxito. El es un colaborador con Cristo Jesús, y es fiel en su trabajo asignado, como Cristo fue fiel en su trabajo. No se exaltará a sí mismo, en palabra o acciones, pero en conversación privada hablará de Cristo; orará a Cristo y predicará a Cristo. Esta es la clase de ministerio que prueba que el obrero ha sido llamado y escogido de Dios para su obra sagrada.--The Review and Herald, 22 de febrero de 1887.

Dependa más de su conocimiento de Cristo que de lo que aprende de los libros--En esta época, justamente antes de la segunda venida de Cristo en las nubes del cielo, el Señor llama a hombres que estén dispuestos a ser fervorosos y a preparar a un pueblo para que espere el gran día del Señor. Los hombres que han pasado largos períodos en el estudio de los libros no están revelando en sus vidas ese ministerio fervoroso que es esencial para este tiempo del fin. No dan un testimonio sencillo y directo. Los ministros y los estudiantes necesitan la infusión del Espíritu de Dios. Los llamamientos realizados con fervor y oración de parte de los mensajeros de almas íntegras crearán convicciones. No se necesitará que hombres eruditos hagan ésto, porque ellos dependen más de la ilustración obtenida en los libros que en su conocimiento de Dios y de Jesucristo a quien él ha enviado. Todos los que conozcan al Dios verdadero y viviente, también conocerán a Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios, y predicarán a Jesucristo y a él crucificado.--Mensajes Selectos 2:173.

Los pastores Cristocéntricos tienen iglesias crecientes--He sentido angustia en el alma al ver el verdadero estado de las cosas. Hay hombres deshonestos en nuestras iglesias; hay hombres licenciosos. En esta gran asociación [Míchigan] hay decadencia en lugar de un constante adelanto hacia una norma más elevada y santa. Y es poca la labor adecuada hecha por los ministros en las iglesias, porque muchos no sienten la carga por las almas por quienes trabajan. La verdad no ha santificado sus propios corazones.

Oh, hay necesidad de una labor ferviente, devota y de abnegación; la de predicar la verdad, predicar a Cristo, al Cristo vivo. Oh, si todos nuestros obreros fueran obreros juntamente con Dios, sin malgastar el tiempo, sin jugar con las responsabilidades sagradas, ni con la solemne verdad sagrada, cuya presentación es decisiva en el destino de las almas, sino representando a Cristo en todas las cosas, velando por las almas como quienes tendrán que dar cuenta, día a día, hora por hora, viviendo en el canal de luz. Este es el único camino que pueden seguir sin temor en las iglesias, y entre la gente de las ciudades y aldeas, difundiendo la luz recibida del Sol de Justicia.

Para poder hacer esto, deben dedicar mucho tiempo a la oración. Hermanos, sean prestos en la oración. Cuando se encuentren en la sociedad, cuando estén obligados a estar entre gente frívola, descuidada y desconsiderada, no deberán descender a su nivel, ni participar en pláticas bajas y frívolas, sino elevar sus peticiones al cielo, para que el Dios de toda gracia guarde sus almas en el amor de Cristo. Cuando los obreros estén así conectados con Dios, habrá crecimiento continuo en cada iglesia bendecida con esta labor en Míchigan.--Sermons and Talks, 73, 74.

Muchos ministros pueden hablar de doctrina, pero son ignorantes en cuanto a las lecciones de Cristo--El ministro no le puede dar a otros aquello que él mismo no posee. Si Cristo no mora en el alma, ¿cómo puede ser presentado a otros con armoniosas palabras de amor? Muchos son capaces de hablar acerca de puntos doctrinales, pero son ignorantes acerca de las lecciones de Cristo. Tales hombres no pueden ser una bendición ni en el púlpito, ni en el seno de los hogares.--The Review and Herald, 2 de septiembre de 1890.

El amor genuino por Cristo guiará directamente a una obediencia sincera de toda la ley de Dios--Aunque los hombres profesen regocijarse en la intercesión y la gracia de Jesucristo, no debe olvidar que la armonía con Cristo no puede ser ganada mientras haya un espíritu de en su corazón en contra de los mandamientos de su Padre. El amor, un amor genuino a Jesucristo, guiará directamente a una obediencia sincera de toda la ley de Dios, y habrá el más profundo arrepentimiento cada vez que quebranten, o enseñen al hombre con su ejemplo a quebrantar uno de los mandamientos más insignificantes de Dios. Los ministros que calman la conciencia de la gente al participar con ellos en la transgresión por cualquier causa, se están regocijando en la iniquidad. Y cuando Cristo venga para juzgar, los corazones más obstinados, los jactanciosos más confiados de sus logros religiosos mientras quebrantaban la ley de Dios, se desmayarán y fallarán, y entonces toda excusa será silenciada, todo corazón corrupto en su desobediencia será revelado tal cual es. Habrán recriminaciones entre los compañeros por echar desprecio sobre la ley de Dios; pero las denuncias más severas se echarán sobre el ministro infiel que profesó ser enviado de Dios para enseñarles el camino de la salvación. El tentador y el tentado sufrirán condenación de acuerdo a su responsabilidad y al daño causado al guiar a las almas a la transgresión. De todos los crímenes que Dios castigará, ninguno es a su vista tan grave como aquel que tienta y anima a otros a pecar. Dios espera que sus ministros en todos lugares se muestren siempre decididamente del lado del Señor, leales y fieles a sus mandamientos en un mundo rebelde, reprendiendo así al desobediente aún cuando sea difícil o contrario a sus sentimientos naturales. "Los que me honran", dice Dios, "Yo los honraré". Dios espera que quienes llevan su comisión scan fieles y leales, y que exalten la dignidad de sus demandas.--The Signs of the Times, 20 de mayo de 1880.

No se vista con la justicia de Cristo, y pisotee su regla de justicia--La ley irradia convicción por todos lados. Los pecadores desean ser liberados de ella, y muchos que se llaman cristianos visten su almas pecaminosas e hipócritas con las vestiduras de justicia de Cristo, y pisotean la gran regla de justicia de Dios. La adoración ofrecida a Dios por esta clase, es semejante a la ofrenda de Balaam en favor de Balac. Ambas son igualmente ofensivas para Dios.--The Signs of the Times, 2 de diciembre de 1880.

La congregación--El deber del pastor

Los buenos pastores aman a sus ovejas--El predicador portador de la verdad sagrada para estos últimos días debe ser lo opuesto a todo esto y, mediante una vida de santidad práctica, marcar plenamente la distinción existente entre el pastor falso y el pastor legítimo. El Buen Pastor vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. El ha manifestado en sus obras su amor por sus ovejas. Todos los pastores que trabajan bajo el Gran Pastor poseerán sus características; serán mansos y humildes de corazón. Una fe semejante a la de un niño trae descanso al alma y también actúa por amor y se interesa siempre en otros. Si el Espíritu de Cristo mora en ellos, serán como Cristo y harán las obras de Cristo.--Testimonies for the Church 4:377.

Puede suceder que los pastores se cuiden más ellos mismos que a sus ovejas--Hno. R., me fue mostrado el marcado contraste entre los requerimientos de la Palabra de Dios y el curso que ha tomado su labor. Usted ha sido descuidado en sus palabras y en su comportamiento. Las ovejas han llevado la carga de cuidar de su pastor, de amonestar, de corregir, de exhortar, y de llorar por la conducta imprudente de su pastor, quien, al aceptar su nombramiento, reconoce que él es el portavoz de Dios. Sin embargo cuida de sí mismo mucho más que de las pobres ovejas. No ha sentido preocupación por las almas. Usted no ha salido a sus labores llorando y orando por las almas de los pecadores que podrían ser convertidas. Si hubiera hecho esto estaría sembrando semillas que brotarían después de muchos días y llevarían fruto para la gloria de Dios.--Testimonies for the Church 3:234.

Los ministros no consagrados desaniman a los miembros--Su caso, Hno. R, es semejante a esto. Pero la responsabilidad de un ministro de Cristo, quien debe amonestar al mundo de un juicio venidero, es de mayor importancia que la de un trabajador común, pues las cosas eternas son de mayor consecuencia que las temporales. Si el ministro del Evangelio cede a su inclinación en vez de ser guiado por el deber; si es indulgente consigo mismo a expensas de la fortaleza espiritual, y como resultado se mueve indiscretamente, las almas se levantarán en el juicio para condenarlo por su infidelidad. La sangre de las almas será hallada en sus vestiduras. Le puede parecer al ministro no consagrado una cosa sin importancia el ser vacilante, impulsivo, y falto de consagración; construir y luego destruir; descorazonar, angustiar, y desanimar a las mismas almas que han sido convertidas por la verdad que él ha presentado. Es algo triste perder la confianza de aquellos por quienes ha estado trabajando para salvar. Pero el resultado de que el ministro siga un rumbo equivocado nunca será completamente comprendido hasta que el ministro pueda ver como Dios ve.--Testimonies for the Church 3:243.

¿Qué excusa puede tener un pastor por permitir que el rebaño se extravíe?--¿Para que sirve un pastor, sino para vigilar cada peligro, no sea que las ovejas sean lastimadas o destruidas por los lobos? ¿Qué excusa puede presentar un pastor por permitir que las ovejas se extravíen de los pastos verdes, y que sean heridas, dispersadas y devoradas por los lobos? ¿Cómo puede prevalecer una excusa hecha por el pastor que las ovejas lo extraviaron a él; que dejaron los pastos verdes y lo desviaron del camino? Una excusa tal hablaría muy fuerte en contra de la habilidad del pastor de poder cuidar de las ovejas. Ya no se le podría tener confianza como pastor fiel, capaz de cuidar de las ovejas, y traerlas de vuelta cuando se extravíen del camino correcto.--Testimonies for the Church 1:314, 315.

La confesión de sus propias faltas alienta un espíritu de confesión en la iglesia--Los que profesan ser siervos del Dios viviente deben estar dispuestos a ser siervos de todos, en vez de creerse exaltados sobre los hermanos, y deben poseer un espíritu bondadoso y cortés. Si llegan a errar, deben estar dispuestos a confesarlo cabalmente. La sinceridad de las intenciones no puede usarse como excusa por no confesar los errores. La confesión no reduciría la confianza de la iglesia en el mensajero, mientras que él daría un buen ejemplo; se alentaría un espíritu de confesión en la iglesia, y el resultado sería una dulce unión. Los que profesan ser maestros, deben ser dechados de piedad, mansedumbre y humildad, es decir, deben poseer un espíritu bondadoso, a fin de ganar almas para Jesús y la verdad de la Biblia. Un ministro de Cristo debe ser puro en su conversación y en sus acciones. Debe recordar siempre que está manejando las palabras de la inspiración, las palabras de un Dios santo. Debe recordar también que la grey ha sido confiada a su cuidado, y que él ha de llevar sus casos a Jesús e interceder por ellos como Jesús intercede por nosotros ante el Padre.--Primeros Escritos, 102, 103.

Ayude a su iglesia a entender porque no debe esperar que el ministro los atienda--Mi corazón se ha llenado de tristeza al dar una mirada al campo y ver lugares áridos. ¿Qué significa ésto? ¿Quienes son los representantes de Jesucristo? ¿Quién siente preocupación por las almas que no pueden recibir la verdad hasta que se les lleva? Nuestros ministros están rondando por las iglesias, como si el ángel de misericordia no estuviera haciendo esfuerzos por salvar almas.

Dios hace responsables a estos ministros de las almas de aquellos que están en oscuridad. El no los llama para ir a los campos que no necesitan médico. Establezcan sus iglesias con el entendimiento de que no deben esperar que el ministro los atienda y los esté alimentando continuamente. Ellos tienen la verdad; saben qué es la verdad. Deben tener sus propias raíces. Deben excavar bien profundo, para que puedan llegar alto y aún más alto. Deben estar bien arraigados y cimentados en la fe.--The Ellen G. White 1888 Materials, 1752.

La congregación--El deber de los miembros

Los miembros deben luchar con Dios en favor de sus ministros--Hermanos y hermanas, ¿se han olvidado que sus oraciones deben elevarse, como las hoces afiladas de los labriegos en el extenso campo de cosecha? Mientras los jóvenes salen a predicar la verdad, ustedes deben tener sesiones de oración en su favor. Deben orar para que Dios los conecte con él y les dé sabiduría, gracia, y conocimiento. Deben orar para que sean protegidos de los ataques de Satanás y se mantengan puros de pensamiento y santos de corazón. Yo les suplico a los que temen al Señor que no pierdan el tiempo en pláticas triviales o en trabajo innecesario para gratificar el orgullo o para satisfacer el apetito. Permitan que el tiempo así redimido sea empleado en luchar con Dios en favor de sus ministros. Sostened sus manos como lo hiciera Aarón y Hur con las manos de Moisés.--Testimonies for the Church 5:162.

Los miembros deben trabajar con sus ministros, en vez de imponerles cargas--Yo les insto, mis hermanos y hermanas, a depender más ustedes mismos de la fortaleza de Jesús. No pongan el peso de sus perplejidades y cargas sobre sus ministros. Cristo les ha invitado a venir a él, quien llevará sus cargas. Si se quedan en un estado de incredulidad y falta de consagración a Dios, están poniendo su peso sobre el corazón de sus ministros, y les quitan mucho tiempo y fuerza, los cuales Dios require que usen en dar el mensaje a quienes no lo han escuchado. Hermanos, ¿no trabajarán unidos con los embajadores de Cristo en la búsqueda de la ganancia de almas a la verdad? Cuando se sientan tentados a la incredulidad y al desánimo, encontrarán el mejor remedio para esto hablando de la fe a otros, y presentando la verdad a los que están en tinieblas. Extiendan sus esfuerzos a sus vecinos, y a aquellos que no tienen el privilegio de tener reuniones. Planten las semillas de la verdad junto a todas las aguas, y animen los corazones de los siervos de Dios cuando los visiten, mostrándoles que ustedes no han estado inactivos, sino que han sido instrumentos, para que uno o más hayan sido traídos de las tinieblas a la luz. Se pueden mantener lejos del desaliento y la duda al hacer suya la práctica de orar diariamente, para que la bendición de Dios descanse sobre los hombres que están presentando el solemne mensaje de amonestación al mundo. Dejen que sus oraciones sigan a los siervos de Dios como hoces agudas en el campo de cosecha. Dios escuchará las súplicas fervientes de su pueblo. Las oraciones de fe moverán el brazo de Dios.--The Signs of the Times, 4 de septiembre de 1879.

Los miembros no deben esperar que el ministro haga el trabajo de la iglesia--Los ministros no deben hacer el trabajo que pertenece a los laicos, fatigándose así, e impidiendo a otros que cumplan con su deber. Deben enseñar a sus miembros cómo trabajar en la iglesia y en la comunidad, para levantar la iglesia, para hacer la reunión de oración más interesante, y para entrenar como misioneros a jóvenes talentosos. Los miembros de iglesia deben cooperar activamente con los ministros, haciendo de su vecindario su campo de labor misionera. Las iglesias que son débiles y con pocos miembros, deben ser custodiadas por sus iglesias hermanas.--The Review and Herald, 12 de octubre de 1886.

Los miembros que dependen del ministro para recibir poder, se tornan en almas estériles--El éxito de la iglesia no depende de los esfuerzos y el trabajo del predicador activo, sino de la devoción individual de los miembros. Cuando los miembros dependen del ministro como su fuente de poder y rendimiento, se tornan completamente impotentes. Ellos se embeberán de sus impulsos, y serán estimulados por sus ideas, pero cuando los deje, se hallarán en una condición más desesperante que antes que les rindiera sus servicios. Yo espero que ninguna de las iglesias de la tierra dependa del ministro como apoyo para su vida espiritual, pues ésto es peligroso. Cuando Dios les da luz, deben alabarlo a él. Si exaltan al mensajero, se tornarán en almas estériles. Tan pronto como una iglesia pide los servicios de un ministro en particular, y los miembros sienten que debe quedarse con ellos, es tiempo que sea cambiado a otro campo, para que ellos aprendan a ejercitar la habilidad que Dios les ha otorgado. Que la gente salga a trabajar. Que agradezcan a Dios por el ánimo que han recibido, y entonces manifiesten que han forjado en ellos una buena obra. Que cada miembro de iglesia sea un agente viviente, activo para Dios, en la iglesia y fuera de ella. Todos debemos ser educados para ser independientes, no incompetentes e inútiles. Que se vea que Cristo es la cabeza de la iglesia, no el ministro. Los miembros del cuerpo de Cristo tienen una parte que hacer, y no podrán ser hallados fieles a menos que hagan su parte. Que una obra divina sea forjada en cada alma, hasta que Cristo contemple su imagen reflejada en sus seguidores.--The Signs of the Times, 27 de enero de 1890.

Los ministros y miembros negligentes se desaniman mutuamente--La negligencia de parte de los ministros ha desanimado a los miembros, y la falta de interés, sacrificio propio, y aprecio por el trabajo de parte de los miembros ha desanimado a los ministros.--Testimonies for the Church 5:257.

Desacuerdo

Cuando existe desacuerdo entre el pastor y los miembros, debe hacerse algo inmediatamente--El tema del ministerio cristiano debe ser presentado bajo una nueva luz ante las mentes de los miembros. Yo le ruego que estudie la Palabra de Dios sobre este punto. Si usted piensa que un ministro está cometiendo errores, es su deber ir a él en amor y mansedumbre y presentarle el asunto. Puede ser que usted no tenga la idea correcta acerca de sus motivos o de su trabajo, y por un malentendido se torne frío con él, cierre la puerta de su corazón, y falle en recibir su mensaje o en apreciar su trabajo. Cuando existe desacuerdo entre el ministro y los miembros, decididamente algo anda mal, ya sea con él o con los miembros, y algo debe hacerse inmediatamente para lograr una reforma en quien sea que esté errando. No se le debe dejar preguntándose qué significa tanta frialdad e indiferencia. No se le debe dejar buscar en vano para saber por qué no puede alcanzar los corazones de la gente con el mensaje que Dios le ha dado, y por qué la puerta de los corazones ha estado cerrada; porque él puede darse cuenta que no se le aprecia, y que no puede tener amistad con quienes se le ha enviado a trabajar. ¿Ha dicho él alguna palabra, o hecho algo que lo ha herido en alguna forma, y él no sabe que lo ha lastimado? Entonces vaya a él, dígale sus faltas a solas, y permita que la frialdad y la amargura de espíritu que se ha creado por un acto inconsciente de parte de él, sea cambiado por uno de respeto y amor.--The Review and Herald, 25 de julio de 1893.

Sea bondadoso con aquellos que se le oponen--Si el ministro, cuando está frente a su congregación, ve una sonrisa de incredulidad en el rostro de sus opositores, debe actuar como si no la viera. Si alguien fuera tan descortés como para reírse y manifestar su desprecio, no refleje el ministro el mismo espíritu ni en su voz ni en su actitud. Mostrad que vosotros no manejáis tales armas.--Testimonios para los Ministros, 248.

El período de servicio

Algunos ministros necesitan mudarse antes que sus defectos de carácter causen que la gente pierda la confianza--Cuando usted, Hno. F, primero comienza su labor en algún lugar, generalmente goza de la confianza de la gente; pero después de ser conocido más a fondo, sus defectos de carácter llegan a ser tan notorios que muchos pierden la confianza en su fidelidad. Así pues, recaen las censuras sobre todos los ministros de la denominación. Una estadía corta en un lugar no lastimaría su reputación. Mientras está ocupado en su trabajo con empeño, presionado por influencias opositoras, su mente se absorbe en el trabajo que está desempeñando, y usted no tiene ni el tiempo ni la oportunidad para pensar y reflexionar en sí mismo. Pero cuando ha terminado el trabajo, y comienza a pensar en sí mismo, como suele suceder, comienza a mimarse, a tornarse infantil, cortante, e irascible, y así daña grandemente la obra de Dios. Usted manifiesta este mismo espíritu en la iglesia, y así su influencia es tremendamente dañada en la comunidad, en algunos casos irremediablemente. Usted ha exhibido frecuentemente un espíritu infantil de contienda, aún al trabajar por la conversión de las almas a la verdad; y las impresiones hechas han sido terribles en aquellos que fueron testigos. Ahora, una de dos cosas debe hacerse: o es usted un hombre consagrado en su hogar, con su familia, y en la iglesia, siendo tierno y paciente en todo momento, o no debe establecerse en una iglesia; pues sus defectos se harán notorios, y el Redentor a quien profesa amar y servir será deshonrado.--Testimonies for the Church 4:344.

Si los ministros quedan mucho tiempo en una iglesia, la gente aprende a fijar la vista en ellos en vez de en Dios--Me ha sido mostrado que los predicadores no deben ser retenidos en el mismo distrito año tras año, y que no debe presidir el mismo hombre durante largo tiempo en una asociación. Un cambio de dones es para bien de nuestras asociaciones e iglesias.

A veces los predicadores no se han sentido dispuestos a cambiar de campo de labor; pero si entendiesen todas las razones que hay para hacer los cambios, no retrocederían. Algunos han pedido quedar un año más en el mismo campo, y con frecuencia se les ha concedido su petición. Han sostenido que tenían planes para hacer una obra mayor que antes. Pero al fin del año, reinaba un estado de cosas peor que antes. Si un predicador ha sido infiel en su obra, no es probable que remedie el asunto permaneciendo más tiempo. Las iglesias se acostumbran a la dirección de aquel hombre, y piensan que deben mirarlo a él en vez de mirar a Dios.--Obreros Evangélicos, 434.

La asociación

Los pastores han sido tratados con un desprecio temerario por aquellos que están en puestos altos--Aunque somos criaturas pecadoras y sin valor, a través de una conexión vital con Cristo podemos aún ser renovados en conocimiento y en verdadera santidad, y reflejar así la gloria y la imagen de nuestro Creador y Redentor, y ser hechos idóneos para cuidar de sus ovejas y corderos. No solamente han sido las ovejas y corderos tratados con dureza, sino que aún los pastores mismos han sido tratados con un desprecio temerario. Se ha hablado de ellos en una forma que muestra que muchos en puestos altos y bajos tienen poca cortesía para tratar a los ministros ordenados de Dios. Las iglesias mismas han sido educadas de tal manera que han tenido muy poco respeto hacia quienes predican la Palabra de Dios, y que por años han dado prueba completa de su ministerio. Pero esta forma de tratar a los ministros y a los miembros de la familia de Dios debe cambiarse. La bendición de Dios no puede descansar sobre quienes manifiesten poco respeto hacia los que laboran juntamente con él.--The Review and Herald, 24 de octubre de 1893.

Los ministros no deben actuar independientemente de las opiniones de sus hermanos--Aunque tenemos una obra individual y una responsabilidad individual delante de Dios, no hemos de seguir nuestro propio juicio independiente, sin considerar las opiniones y los sentimientos de nuestros hermanos; este proceder conducirá al desorden en la iglesia. Es deber de los ministros respetar el juicio de sus hermanos; pero sus relaciones mutuas, así como las doctrinas que enseñan, deben ser examinadas a la luz de la ley y el testimonio; entonces, si los corazones son dóciles para recibir enseñanza, no habrá divisiones entre nosotros. Algunos están inclinados a ser desordenados, y están apartándose de los grandes hitos de la fe; pero Dios está induciendo a sus ministros a ser uno en doctrina y en espíritu.--Testimonios para los Ministros, 30.

El pastor y el presidente

Debe haber armonía entre los pastores y sus presidentes--Durante los últimos cuarenta años el Señor me ha estado revelando la necesidad de armonía de acción de parte de los ministros y los presidentes de las asociaciones. El presidente de una asociación debe ser cuidadoso en dar respeto a todos los que laboran junto con Dios. La mente y el juicio de un hombre no debe controlar. Los ministros que están conectados con él en la obra han de ser respetados y amados; la crítica no debe tener lugar en el trabajo. Que la envidia y conjeturas malignas sean expulsadas del alma. Nada puede contristar más al Espíritu de Dios que la disensión y el menosprecio de la hermandad. A fin de tener prosperidad en la obra, debe haber confianza en nuestros hermanos, y unión con los que están trabajando tan presta y desinteresadamente como nosotros. Hay quienes no poseen un carácter armonioso en todos los aspectos, sin embargo Dios los ha aceptado como sus obreros juntamente con Cristo. Entonces, cuán fuera de lugar es que uno se separe del otro porque sus ideas y juicios no están de acuerdo en todas las cosas.--The General Conference Bulletin, 11 de febrero de 1895.

Los presidentes de las asociaciones deben instar a sus ministros a trabajar como es debido--¿No se podrá hacer algo para instar a los presidentes de las asociaciones a que sean conscientes de sus obligaciones? Oh, si pudieran entender que su puesto de confianza sólo aumenta e intensifica su responsabilidad. Si cada presidente sintiera la necesidad de una mejora diligente de sus talentos al planear formas y medios para instar a los ministros a que trabajen como debieran, qué cambio se operaría en cada asociación. ¿Se dan cuenta estos hombres que el escrutinio solemne del trabajo de cada hombre comenzará pronto en el cielo? Cuando el Maestro se fue, dio a cada hombre de todas las épocas y de cada generación, su trabajo; y él nos dice a todos nosotros, "Negociad entre tanto que vengo". ¿Han pensado los ministros cuán abarcantes son estas palabras? Ciertamente puede haber sólo un paso entre ellos y la muerte. ¿Cómo está el informe de los deberes sagrados encomendados para ser sabiamente mejorados?, los talentos mal empleados, las horas perdidas, las oportunidades descuidadas, los deberes abandonados, las iglesias enfermizas, el rebaño del Señor debilitado por no tener su porción de alimento a su debido tiempo.--Appeal and Suggestions to Conference Officers (Ph 2) 20, 21.

El trabajo del presidente de la asociación no es hacer el trabajo de los demás, sino ver que estén trabajando lo mejor posible--La iglesia militante no es la iglesia triunfante, pero está integrada por hombres y mujeres sujetos a errar. De la manera en que los soldados del ejército deben ser entrenados y disciplinados para un servicio activo, los soldados de Cristo deben ser educados para ser útiles en su causa. Puede ser mucho más fácil para un presidente de asociación hacer el trabajo él mismo, que dirigir el trabajo de otros; pero es su deber dar un vistazo al campo, y ver que todos estén trabajando lo mejor posible. Los jóvenes deben estar desarrollando sus talentos, y preparándose para ser útiles en el futuro; y los ministros de más edad y experiencia no deben ser dejados usando sus energías en trabajos que otros podrían hacer y que estarían dispuestos a hacerlos si se les enseñara.--The Review and Herald, 22 de abril de 1884.

Los presidentes de asociación deben educar a los ministros para que eduquen a sus miembros--El presidente de una asociación local está, por su manera de tratar, educando a los ministros que están bajo su dirección, y juntos pueden educar de tal manera a las iglesias que no sea necesario llamar a los predicadores de la asociación de un campo de labor a arreglar dificultades y disensiones de la iglesia. Si los dirigentes de la asociación, como siervos fieles, quieren cumplir sus deberes señalados por el cielo, la obra de nuestras asociaciones no quedará tan enredada en perplejidades como hasta ahora. Y al trabajar así los obreros llegarán a ser hombres fuertes, capaces de llevar responsabilidades, que no fracasarán ni se desalentarán al verse en situaciones duras.--Obreros Evangélicos, 433.

Tenga una actitud alentadora con su presidente, especialmente cuando cometa errores--Mientras su presidente descuidó su trabajo y falló en su deber, la actitud suya no fue nada alentadora. Como una persona de autoridad debería haberse presentado como un hombre de Dios, reprendiendo, exhortando, animando, según lo requería el caso, ya sea que usted aceptara o rechazara su testimonio. Pero él fue fácilmente desalentado, y lo dejó a usted sin la ayuda que todo fiel ministro de Cristo debiera haber brindado. El falló en no estar al tanto de la providencia de Dios, y en no mostrarle a usted su deber y en educarle para las exigencias de este tiempo; pero el descuido del ministro no lo debe descorazonar a usted y llevarle a excusarse por descuidar su deber. Hay una mayor necesidad de energía y fidelidad de parte suya.--Testimonies for the Church 5:281.

Se debe ejercer mucho cuidado en la elección de los presidentes de asociación--Al Señor le ha agradado presentarme muchas cosas acerca de la vocación y la labor de nuestros ministros, especialmente de aquellos que han sido nombrados presidentes de asociación. Debe ejercerse gran cuidado en la elección de hombres que ocupen estos puestos de confianza. Debe orarse fervientemente para recibir la iluminación divina.

Los que sean así designados sobreveedores de la grey deben ser hombres de buena reputación; hombres que den evidencia de no tener solamente un mero conocimiento de las Escrituras, sino una experiencia en la fe y la paciencia, a fin de que con mansedumbre instruyan a los que se oponen a la verdad. Deben ser hombres de perfecta integridad, no novicios, sino estudiantes inteligentes de la Palabra, capaces también de enseñar a otros, sacando de su tesoro cosas nuevas y viejas; hombres que en su carácter, palabras y porte, honren la causa de Cristo, enseñando la verdad y viviendo en conformidad con ella, desarrollándose hasta alcanzar la plena estatura en Cristo Jesús. Esto significa el desarrollo y fortalecimiento de toda facultad por el ejercicio, para que los obreros se califiquen para llevar mayores responsabilidades a medida que la obra crezca.--Obreros Evangélicos, 427.

Los presidentes pueden llegar a ser demasiado conservadores e inflexibles en su liderazgo--Pastor M, como presidente de la Asociación___, usted ha demostrado por su administración en general que es indigno de la confianza puesta en usted. Ha demostrado ser muy conservador, y que sus ideas son muy inflexibles. No ha hecho ni la mitad de lo que podría haber hecho si hubiese tenido el verdadero espíritu de trabajo. Hubiese podido ser mucho más capaz y con más experiencia de la que tiene ahora; hubiese estado mucho más preparado para administrar exitosamente esta sagrada e importante misión, trabajo que le hubiese dado un sólido derecho a la confianza de toda nuestra gente. Pero, como los otros hermanos ministros en su asociación, usted ha fallado en avanzar con la providencia de Dios; no ha demostrado que el Espíritu Santo estuviera impresionando profundamente su corazón, para que Dios pudiera hablar a través de usted a su pueblo. Si en esta crisis usted hace algo que fortalezca la duda y la desconfianza en las iglesias de su asociación, cualquier cosa que evite que la gente se entregue de corazón a esta obra, Dios lo hará responsable. ¿Le ha dado Dios evidencia inequívoca que los hermanos de su asociación están libres de la responsabilidad de poner sus brazos alrededor de la ciudad de ____ como Cristo ha puesto sus brazos alrededor de ellos? Si usted estuviera de parte de la luz, impulsaría esta misión por medio de su fe.--Testimonies for the Church 5:370.

Los presidentes de asociación, más que ningún otro ministro, deben poner el ejemplo de una vida santa--Los presidentes de asociación deben ser hombres a quienes se les pueda confiar completamente la obra de Dios. Ellos deben ser hombres íntegros, no egoístas, devotos trabajadores cristianos. Si son deficientes en estos respectos, las iglesias que están bajo su cuidado no prosperarán. Ellos, aún más que los otros ministros de Cristo, deben poner el ejemplo de una vida santa, y de una devoción altruista por la causa de Dios, para que aquellos que los tienen como ejemplo no sean descarriados. Pero en algunos casos están tratando de servir a ambos, a Dios y a Mammón. No se niegan a sí mismos; no sienten preocupación por las almas. Sus conciencias no son sensibles; cuando la causa de Dios es lastimada, no sienten un profundo dolor. En sus corazones cuestionan y dudan los Testimonios del Espíritu de Dios. Ellos mismos no llevan la cruz de Cristo; no conocen el ferviente amor de Jesús. No son pastores fieles del rebaño al cual han sido llamados a custodiar; y sus registros no son tales que se regocijarán de conocerlos en el día de Dios.--Testimonies for the Church 5:379, 380.

Dios da sabiduría a los presidentes de asociación que vienen a él como niños--Presidentes de asociaciones, seréis sabios si decidís ir a Dios. Creed en él. El oirá vuestras oraciones, y vendrá en vuestra ayuda, en mucho menos tiempo del que los medios públicos de locomoción emplearían para transportar a uno, dos, tres, o cuatro hombres desde una gran distancia, a gran costo, para decidir cuestiones que el Dios de sabiduría puede resolver mucho mejor para vosotros. El ha prometido: "Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente, sin reproche; y le será dada". Si humilláis sinceramente vuestros corazones delante de él, vaciáis vuestras almas de la estima propia, elimináis los defectos naturales de vuestro carácter, vencéis vuestro propio amor a la supremacía, y vais a Dios como niños, él os concederá su Espíritu Santo. Cuando dos o tres se ponen de acuerdo con respecto a un asunto, y lo piden al Señor, en el nombre de Jesús, les será hecho.--Testimonios para los Ministros, 323, 324.

El salario

Los obreros no deben ser obligados a aceptar pequeñas remuneraciones por falta de dinero en la tesorería--En lugar de rebajar los gastos de la obra a una cifra inferior, es su deber llevar las mentes de la gente a entender que "el obrero es digno de su salario". Lucas 10:7. Las iglesias necesitan ser impresionadas con el hecho de que es su deber manejar honestamente los asuntos de la causa de Dios, sin permitir que venga sobre ellos el peor sentimiento de culpabilidad por robo, aquel de robar a Dios en los diezmos y las ofrendas. Cuando se hacen arreglos con los obreros de su causa, ellos no deben ser forzados a aceptar pequeñas remuneraciones por falta de fondos en la tesorería. Muchos han sido defraudados de su justo pago de esta forma, y esto es tan deplorable a la vista de Dios como el que retiene los sueldos de quienes están empleados en cualquier otro negocio.--Testimonies for the Church 5:374.

Los sueldos inadecuados demuestran una falta de respeto hacia los ministros--Cuando sus libros son revisados, si hombres egoístas, con su voz o su pluma, limitan al obrero en su salario, lo desaniman y lo deprimen.. Cada ministro debe tener una reserva con que trabajar, algo con que pueda iniciar buenas empresas, dando impulso a la obra con ahínco. El nos dice: "No pondrás bozal al buey que trilla el maíz". Esto es una figura de aquellos que laboran bajo el ojo de Dios por avanzar su causa elevando las mentes de los hombres de la contemplación de las cosas terrenales hacia las celestiales. A éstos ama Dios, y él hará que los hombres respeten sus derechos.--East Míchigan Banner, 29 de marzo de 1905.

Otros empleados de la iglesia

Dios ha ordenado que las mentes talentosas de diferentes vocaciones sean combinadas para realizar su obra--Nadie, sea maestro, médico o ministro, puede esperar ser un conjunto completo. Dios ha dado a cada hombre ciertos dones, y ha ordenado que los hombres estén asociados en su servicio, a fin de que los variados talentos de muchas mentes puedan fusionarse. El contacto de una mente con la otra tiende a alertar el pensamiento y acrecer las capacidades. A menudo las deficiencias de un obrero quedan compensadas por los dones especiales de otros.--Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 506, 507.

El ministro, el maestro, el médico misionero, y el colportor deben respetarse y apreciarse mutuamente--La predicación de la Palabra es un medio por el cual el Señor ordenó que se dé al mundo su mensaje de amonestación. En las Escrituras se presenta al maestro fiel como pastor de la grey de Dios. Se le ha de respetar, y su obra debe ser apreciada. La verdadera obra misionera médica está vinculada con el ministerio, y el colportaje ha de ser parte, tanto de la obra misionera médica como del ministerio.--Joyas de los Testimonios 2:542.

Los médicos misioneros

La obra médica misionera y el ministerio del Evangelio no deben ser separados--La obra médica misionera no debe llevarse a cabo como algo separado de la obra del ministerio evangélico. El pueblo de Dios debe ser uno. No debe haber separación en su obra. El tiempo y los recursos están siendo absorbidos en una obra que se promueve con un fervor excesivo en una sola dirección. El Señor no lo ha establecido en esa forma. El envió a sus doce apóstoles y después a los setenta a predicar la Palabra al pueblo, y les dio poder para sanar a los enfermos y echar fuera a los demonios en su nombre. No hay que separar las dos líneas de trabajo. Satanás inventará toda clase de planes para separar a quienes Dios está procurando unir. No debemos dejarnos descarriar por sus artimañas. La obra médica misionera debe conectarse con el mensaje del tercer ángel tal como la mano está conectada con el cuerpo; y la educación de los alumnos en las especialidades médicas misioneras no está completa a menos que se los prepare para trabajar en relación con la iglesia y el ministerio.--Consejos sobre la Salud, 558.

Los ministros y los obreros médicos deben cooperar entre sí--[Dios] invita a su pueblo a trabajar en armonía perfecta. Invita a los que están empeñados en nuestra obra médica a que se unan con el ministerio, invita al ministerio a cooperar con los obreros misioneros médicos; e invita a la iglesia a asumir el deber que le ha señalado, de sostener en alto el estandarte de la verdadera reforma en su propio territorio, dejando a los obreros preparados y experimentados libres para que avancen en nuevos campos.--Joyas de los Testimonios 2:530.

El médico fiel debe tener tanto derecho a las oraciones del pueblo de Dios como el ministro--Los deberes del médico son arduos. Pocos se dan cuenta del esfuerzo mental y físico al cual está sometido. Debe alistar toda energía y capacidad con la más intensa ansiedad en la batalla contra la enfermedad y la muerte. A menudo sabe que un movimiento torpe de la mano, que la desvíe en la mala dirección, el espacio de un cabello, puede enviar a la eternidad un alma que no está preparada para ella. ¡Cuánto necesita el médico fiel la simpatía y las oraciones del pueblo de Dios! Sus requerimientos en este sentido no son inferiores a los del ministro o misionero más consagrado. Como está muchas veces privado del descanso y del sueño necesarios, y aun de los privilegios religiosos del sábado, necesita una doble porción de la gracia, una nueva provisión diaria de ella, o perderá su confianza en Dios, y el peligro de hundirse en las tinieblas espirituales será mayor para él que para los hombres de otras vocaciones. Y sin embargo, con frecuencia, se le hace objeto de reproches inmerecidos, se lo deja solo, sujeto a las más fieras tentaciones de Satanás, y se siente incomprendido, traicionado por sus amigos.--Joyas de los Testimonios 2:145, 146.

Los maestros

La influencia de los maestros cristianos está en la misma categoría que la del ministro cristiano--Aquellos que aceptan la obra de educar a otros, necesitarán paciencia, para poder llevar a sus alumnos de un punto a otro hacia adelante en sus logros intelectuales y espirituales. Los que instruyen en los diversos ramos de la obra, deben sentir cuán grande es la responsabilidad que descansa sobre ellos. Ellos necesitan una gran visión, pues la influencia de su trabajo es de la misma categoría que la del ministro cristiano. Se deben hacer reuniones para dar instrucción, se debe proveer tiempo y se deben proveer los medios de transporte para que todo el conocimiento posible sea impartido durante las reuniones. La obra de cooperar con el ministro evangélico en llevar la verdad presente a todas las naciones, lenguas, y pueblos, es en realidad muy esencial. Debe ser conducida de tal manera que la verdad que profesamos amar sea mantenida en alto.--The Review and Herald, 20 de mayo de 1890.

No debe existir un espíritu de rivalidad entre los ministros, los médicos y los maestros--Esta es mi oración, "Quita de nuestros ministros, nuestros médicos, y nuestros maestros en nuestras escuelas, todo aquello que engendre un espíritu de rivalidad". Ninguno de nosotros debe tener un espíritu de exaltación.--Carta 8, 1910.

El ministerio de los maestros--A menudo le parecerá al maestro que la Palabra de Dios tiene poco efecto en la mente y el corazón de muchos estudiantes; pero si su obra ha sido hecha en el Señor, algunas lecciones de la verdad divina permanecerán en la memoria de los más negligentes. El Espíritu Santo regará la semilla sembrada, y brotará después de muchos días, y llevará fruto para la gloria de Dios.--Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 421.

El Espíritu Santo trabaja con el maestro--Cuando el maestro confíe en Dios en oración, el Espíritu de Cristo vendrá sobre él, y Dios obrará por su medio con el Espíritu Santo sobre las mentes de los demás. El Espíritu llena la mente y el corazón de dulce esperanza, valor e imágenes bíblicas, y todo esto será comunicado a la juventud mediante su instrucción.--Palabras de Vida del Gran Maestro, 101, 102.

Los colportores

Los ministros deberían trabajar en cooperación con los colportores--Se me ha indicado que aun donde la gente oye el mensaje del predicador, el colportor debe realizar su obra en cooperación con el ministro; porque aunque el predicador presente fielmente el mensaje, la gente no lo puede retener todo. La página impresa es por lo tanto esencial, no solo para despertarlos y hacerles comprender la importancia de la verdad para este tiempo, sino para arraigarlos y fundamentarlos en la verdad, y corroborarlos contra los errores engañosos. Los libros y los periódicos son los medios dispuestos por el Señor para mantener constantemente el mensaje para este tiempo delante de la gente. En cuanto a iluminar y confirmar a la gente en la verdad, las publicaciones harán una obra mayor que el solo ministerio de la palabra hablada. Los mensajeros silenciosos que son colocados en los hogares de la gente por la obra del colportor, fortalecerán la obra del ministerio evangélico de todas maneras, porque el Espíritu Santo impresionará la mente de los que lean los libros, como impresiona la mente de los que escuchan la predicación de la palabra. El mismo ministerio de los ángeles que acompaña a la obra del predicador, acompaña también a los libros que contienen la verdad.--Joyas de los Testimonios 2:534, 535.

El colportor ocupa un puesto igual al del ministro del Evangelio--La obra del colportaje es un importante campo de trabajo; y el colportor que teme a Dios y ama la verdad ocupa un puesto igual al del pastor evangélico. ¿Debe entonces el colportor sentirse en libertad, lo que también vale para el pastor ordenado, para actuar por motivos egoístas? ¿Debiera ser infiel a todos los principios de la obra misionera, y vender solamente aquellos libros que son los más baratos o los más fáciles de manejar, dejando de colocar ante la gente los libros que darán más luz, porque al hacerlo pueden ganar más dinero para sí?--Testimonios para los Ministros, 317, 318.

No adule a los buenos colportores para que se hagan ministros mediocres--Por todas partes del campo deben seleccionarse colportores, no del elemento flotante de la sociedad, no de entre los hombres y mujeres que no son buenos para ninguna otra cosa ni han tenido éxito en nada, sino de entre los que tengan buen trato, tacto, aguda previsión y capacidad. Tales son las personas que se necesitan para que sean colportores de éxito. Hombres adecuados para esta labor se enlistan, pero algunos pastores faltos de visión los adularán diciéndoles que sus dones deben ser empleados en un escritorio y no en la simple obra del colportaje. Así esta obra es disminuida. Son influidos a obtener una credencial para predicar, y precisamente las personas que podrían haber sido preparadas para ser buenos misioneros y para visitar a las familias en sus hogares y hablar, y orar con ellas, son llevadas para ser ministros pobres, y el campo donde se necesita tanta obra y donde puede realizarse tanto bien para la causa es descuidado. El colportor eficiente, así como el ministro, debe tener una remuneración suficiente por sus servicios si su obra es hecha con fidelidad.--El Colportor Evangélico, 43, 44.

Los administradores de empresas

Las finanzas deben ser manejadas por aquellos que no han sido apartados para la predicación--Las finanzas de la causa deben ser manejadas adecuadamente por hombres de negocios hábiles; pero los predicadores y evangelistas son apartados para otra línea de trabajo. Dejen que la administración de los asuntos financieros descanse sobre otros que no hayan sido apartados para la obra de la predicación del Evangelio. Nuestros ministros no deben ser pesadamente cargados con los detalles financieros de la obra evangélica llevada a cabo en las grandes ciudades. Los encargados de nuestras asociaciones deben buscar hombres de negocios que se encarguen de los detalles financieros del trabajo en las ciudades. Si tales hombres no pueden ser hallados, permitan que se provean los fondos para entrenar a hombres que lleven estas cargas.--The Review and Herald, 5 de octubre de 1905.