Muchos están solamente esperando ser juntados--Este etíope simboliza una numerosa clase de personas que necesita ser enseñada por misioneros como Felipe, esto es por hombres que escuchen la voz de Dios y vayan adonde él los envíe. Muchos leen las Escrituras sin comprender su verdadero sentido. En todo el mundo, hay hombres y mujeres que miran fijamente al cielo. Oraciones, lágrimas e interrogaciones brotan de las almas anhelosas de luz en súplica de gracia y de la recepción del Espíritu Santo. Muchos están en el umbral del reino esperando únicamente ser incorporados en él.--Los Hechos de los Apóstoles, 89.
No todas las conversiones son iguales--No todos estamos constituidos de la misma manera. Las conversiones no son todas iguales. Jesús impresiona el corazón, y el pecador renace a una nueva vida. Con frecuencia, las almas han sido atraídas a Cristo sin una convicción impetuosa, sin quebrantamiento del alma, sin terrores de remordimiento. Contemplaron a un Salvador exaltado, y vivieron. Vieron la necesidad del alma, vieron la suficiencia del Salvador, lo que él demanda, oyeron su voz que decía: "Sígueme", y se levantaron y lo siguieron. Esa conversión fue genuina y la vida religiosa fue tan decidida como fue la de otros que sufrieron la agonía de un violento proceso.--Mensajes Selectos 1:208, 209.
No se desaliente si algunas decisiones son lentas--Los sacerdotes quedaron convencidos del poder divino del Salvador. Tuvieron oportunidad de conocer la verdad y sacar provecho de la luz. Si la rechazaban, se apartaría de ellos para no volver nunca. Muchos rechazaron la luz, pero no fue dada en vano. Fueron conmovidos muchos corazones que por un tiempo no dieron señal de serlo. Durante la vida del Salvador su misión pareció recibir poca respuesta de amor de parte de los sacerdotes y maestros; pero después de su ascensión "una gran multitud de los sacerdotes obedecía a la fe".--El Deseado de Todas las Gentes, 231.
La decisión pública
Para obtener decisiones, Cristo debe ser colocado por encima de la teoría--Muchos de nuestros ministros han cometido un grave error al dar discursos completamente dedicados a los argumentos. Hay almas que escuchan la teoría de la verdad y quedan impresionadas por las evidencias que se presentan, y luego, si una parte del discurso revela a Cristo como Salvador del mundo, la semilla sembrada puede brotar y llevar fruto para gloria de Dios. Pero en muchos discursos no se presenta la cruz de Cristo ante la gente. Tal vez algunos estén escuchando el último sermón de su vida y algunos no volverán a estar en condiciones tales que se pueda volver a presentarles la cadena de verdad y darle una aplicación práctica a sus corazones. Esta oportunidad áurea se habrá perdido para siempre. Si Cristo y su amor redentor hubiesen sido ensalzados en relación con la teoría de la verdad, esto podría haberlos hecho inclinarse hacia su lado.--Joyas de los Testimonios 1:525, 526.
La elocuencia puede ocultar la verdad y no producir decisiones--El que usa palabras elocuentes, simplemente hace que la gente olvide la verdad, que está mezclada con su oratoria. Cuando la exitación desaparece, se encuentra que la Palabra de Dios no se ha fijado en la mente; ni se ha obtenido la más simple comprensión. La gente puede salir de la iglesia, y pude hablar admirada de las facultades oratorias del hombre que les ha predicado, pero pueden no haber sido convencidas de la verdad, ni llevadas más cerca del punto de decisión. Ellas hablan del sermón de la misma manera que hablarían de una representación teatral, y del ministro, de la misma manera que si fuera un actor de teatro. Puede que vuelvan de nuevo a escuchar la misma clase de discurso, y puede que de nuevo salgan, sin ser impresionadas, ni alimentadas.--La Voz: Su Educación y Uso Correcto, 311.
Se deben hacer llamados de decisión en cada reunión--Una acción pronta, enérgica y ferviente puede salvar a un alma indecisa. Nadie puede decir cuánto se pierde al intentar predicar sin la unción del Espíritu Santo. En toda congregación hay almas que están vacilantes, casi persuadidas a entregarse plenamente a Dios. La decisión se hace para ahora y para la eternidad. Pero muy a menudo ocurre que un pastor no tiene el espíritu y el poder del mensaje de verdad en su propio corazón, y por lo tanto no se hace ningún llamado directo a esas almas que están temblando en la balanza. Como resultado, las impresiones no se profundizan en el corazón de los convencidos; y salen de la reunión sintiéndose menos inclinados a aceptar el servicio de Cristo que cuando vinieron. Deciden esperar otra oportunidad más favorable; pero ésta nunca llega. A ese discurso sin Dios, como la ofrenda de Caín, le hizo falta el Salvador. La oportunidad dorada se pierde, y los casos de estas almas son decididos. ¿No es acaso mucho lo que está en juego al predicar de una manera indiferente y sin sentir la carga por las almas?--Testimonies for the Church 4:446.
Invite a la gente a venir al frente--El Señor bendijo en especial la predicación del domingo en la tarde. Todos escucharon con profundo interés, y en el cierre del discurso fue hecha una invitación para que todos aquellos que desearan ser cristianos, y todos los que sintieran que no tenían una conexión viva con Dios, pasaran al frente, y unimos nuestras oraciones con las de ellos por el perdón de los pecados, y en pedir gracia para resistir la tentación. Esta fue una nueva experiencia para muchos de nuestros hermanos en Europa, mas ellos no vacilaron. Parecía que la congregación entera estaba de pie, y lo mejor que pudieron hacer fue sentarse, y buscar todos juntos al Señor. Aquí estaba toda una congregación manifestando su determinación de abandonar el pecado, y de comprometerse fervientemente a la obra de buscar a Dios. En toda compañía hay dos clases de personas: las que están satisfechas consigo mismas y las que se aborrecen. Para las de la primera clase el Evangelio no tiene atractivo, excepto si ellos pueden interpretar porciones separadas para halagar su vanidad. Les encantan esos rasgos peculiares de alta moralidad que creen poseer. Pero muchos de aquellos que ven a Jesús en la perfección de su carácter ven sus propias imperfecciones con tal claridad que casi se desaniman. Tal fue el caso aquí; pero el Señor estuvo presente para instruir y reprobar, para consolar y bendecir como lo requerían varios casos. Oraciones fervientes fueron entonces ofrecidas, no por un sentimiento de felicidad pasajera, sino por un verdadero sentido de nuestra pecaminosidad, y de nuestra desesperanza sin su sacrificio expiatorio. Nunca pareció Jesús ser más precioso que en esta ocasión. Hubo llanto por toda la congregación. La promesa fue comprendida, "El que a mí viene, no le echo fuera". Si el velo se hubiera podido descorrer, hubiéramos visto a los ángeles de Dios listos a ministrar a los humildes, a los penitentes. Después de la oración, cien testimonios fueron dados. Muchos de éstos mostraron una experiencia real y genuina en las cosas de Dios.--The Review and Herald, 3 de noviembre de 1885.
La decisión personal
Cinco palabras habladas en privado harán más que todo un discurso público--Al terminar las reuniones, debe haber una investigación personal sobre el terreno con cada uno. A cada uno se le debe preguntar cómo piensa tomar estas cosas, y si se propone hacer una aplicación personal de ellas. Entonces debéis vigilar y observar si éste o aquel manifiesta interés. Cinco palabras que se les hable en privado, harán más que todo lo que el discurso ha hecho.--El Evangelismo, 211.
Los ministros deben aprender a trabajar en forma diferente e individualmente con cada tipo de temperamento--Como el médico trata con la enfermedad física, así también atiende el pastor al alma enferma de pecado. Y su obra es tanto más importante que la del médico por cuanto la vida eterna es más valiosa que la existencia temporal. El pastor tiene que vérselas con una interminable variedad de temperamentos; y es deber suyo llegar a conocer a los miembros de las familias que escuchan sus enseñanzas, a fin de determinar qué medios ejercerán sobre ellos la mejor influencia para llevarlos en la debida dirección.--Obreros Evangélicos, 353.
Las clases bíblicas
Se deben celebrar reuniones especiales para dar instrucción bíblica a los interesados--No siga un discurso inmediatamente con otro, sino deje un período de descanso para que la verdad se aferre en la mente, y haya oportunidad para que el ministro y la gente puedan meditar y orar. De esta forma habrá crecimiento en el conocimiento y en la experiencia religiosa. Deben tenerse lecturas bíblicas, y tanto los creyentes como los no creyentes, deben tener la oportunidad de hacer preguntas sobre los puntos que no comprendan plenamente. Aquellos que profesan ser defensores de la verdad, deben hacer preguntas que traerán respuestas que viertan luz sobre la verdad presente. Si alguien hace preguntas que sirven solamente para confundir la mente y sembrar las semillas de la duda, debe aconsejársele que se abstenga de hacer tales preguntas. Debemos aprender cuándo hablar y cuándo guardar silencio, y aprender a sembrar la simiente de la fe, para reflejar la luz y no tinieblas. Deben hacerse reuniones especiales en favor de aquellos que se interesan en la verdad y que necesitan instrucción.--The Review and Herald, 23 de junio de 1891.
Dirija una clase de Biblia en conexión con las reuniones evangelísticas--Hay peligro en pasar demasiado rápido de un punto a otro. Hay que dar lecciones cortas y frecuentes. Su trabajo no es solamente predicar, sino ministrar. El esfuerzo personal en favor de las familias e individuos debe abarcar una porción grande de su trabajo. Después de haber abierto a la gente las preciosas minas de la verdad, todavía hay una gran obra que hacer en favor de los interesados en los temas presentados.
Después de un corto discurso, cambie el orden de los ejercicios, y dé oportunidad a todos los que lo deseen, de participar de una entrevista, o de una clase bíblica, donde puedan hacer preguntas sobre los temas que los preocupan. Hallará gran éxito en relacionarse estrechamente con la gente en estas clases bíblicas. Los obreros que trabajan en conexión con los ministros, deben hacer esfuerzos especiales por guiar con paciencia y bondad a los que tienen preguntas para comprender la verdad.
Si no tiene más que uno para instruir, ése, cuando esté completamente convencido, comunicará la luz a los demás. Estas verdades decisivas son de tan grande importancia que pueden ser presentadas repetidamente para grabarlas en la mente de los oyentes. Las decisiones a las que llegan los hombres en cuanto a estas cosas son de gran significado para ellos.--Special Testimonies on Education 7:7.
Afianzar a los interesados
No se retire del lugar hasta que los interesados hayan tomado su decisión, se hayan bautizado, y entrado a la iglesia--Durante años se ha dado instrucción sobre este punto, señalándose la necesidad de cultivar un interés que se ha suscitado, y no abandonarlo en ningún caso hasta que todos se hayan decidido por la verdad, y experimentado la conversión necesaria para el bautismo, uniéndose a alguna iglesia, o formando una ellos mismos.
No hay circunstancias de suficiente gravedad que justifiquen el traslado de un pastor de un lugar donde ya hay un interés creado por la presentación de la verdad. Aun la enfermedad y la muerte son de menor importancia que la salvación de las almas por quienes Cristo hizo un sacrificio tan inmenso.--El Evangelismo, 238, 239.
No sea solamente un portador de antorchas, sino encienda nuevas luces--En lugar de celebrar campañas gigantescas, celebre varias campañas pequeñas. Y cuando se levanten compañías en los lugares donde se celebren estas reuniones, permita que se construya un lugar de adoración para ellos. No podemos hacerlo de otra manera para que no se pierda el trabajo realizado. Hacerlo de otra forma es como llevar una antorcha a través de un distrito en la noche. Los lugares por donde pasa el que porta la antorcha son iluminados, pero no son muchas las lámparas encendidas por su antorcha, que lleguen a convertirse en obreros verdaderos que alumbren a otros.--Manuscript Releases 15:250.