Mensajes Selectos, Tomo 2

Capítulo 28

Declaraciones referentes al empleo de drogas

Respuesta a una pregunta acerca del uso de drogas

Sus preguntas, diría yo, están contestadas en buena medida, si es que no definitivamente, en How to Live. La expresión "drogas tóxicas" se refiere a los artículos que Ud. ha mencionado. Los medicamentos más sencillos son menos dañinos proporcionalmente a su sencillez; pero en muchísimos casos son empleados cuando no son necesarios. Hay hierbas y raíces sencillas que cada familia puede utilizar por su propia cuenta sin tener más necesidad de llamar a un médico de la que tendría de llamar a un abogado. No creo que pueda darle una lista de medicinas compuestas y administradas por los médicos que sean perfectamente inofensivas. Además, no sería acertado iniciar una controversia sobre este tema.

Los médicos están muy dispuestos a utilizar sus mixturas, y yo me opongo decididamente a recurrir a tales cosas. Nunca curan; puede ser que cambien la dificultad creando otra peor aún. Muchos de los que prescriben tales drogas, no las tomarían ellos mismos ni las darían a sus hijos. Si tienen un conocimiento cabal del cuerpo humano, si comprenden la delicada y admirable maquinaria humana, deben saber que estamos hechos en forma maravillosa, y que ni una sola partícula de esas poderosas drogas debería introducirse en el organismo humano viviente.

Cuando se me mostró este asunto y vi los tristes resultados de la medicación con drogas, se me dijo que los adventistas del séptimo día deberían establecer instituciones de salud y descartar todas estas invenciones destructoras de la salud, y que los médicos deberían tratar a los enfermos basándose en los principios de la higiene. La mayor preocupación debería consistir en tener enfermeras bien preparadas y médicos de primera clase para educar "mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá". Isaías 28:10.

Enseñad a la gente a corregir los hábitos y las prácticas relacionados con la salud, recordando que una onza de prevención vale más que una libra de curación. Las conferencias y los cursos de estudio con referencia a este asunto demostrarán ser del más elevado valor.--Carta 17a, 1893.

Otras declaraciones esclarecedoras

¿Ejercen un efecto pernicioso?--No debería introducirse en el cuerpo humano ninguna cosa que ejerza sobre él una influencia perniciosa.--Medical Ministry, 228 [Manuscrito 162, 1897, titulado "How to Conduct Sanitariums"].

Los remedios más sencillos pueden ayudar a la naturaleza sin dejar efectos perniciosos después de su uso.--Carta 82, 1897 [al Dr. J. H. Kellog].

Sustancias que envenenan la sangre.--En nuestros sanatorios propiciamos el uso de remedios sencillos. Desaprobamos el empleo de drogas, porque éstas envenenan el torrente sanguíneo. En estas instituciones deberían darse instrucciones razonables acerca de la alimentación, la bebida, el vestido, y la manera de vivir a fin de mantener la salud.--Counsels on Diet and Foods, 303 [Sermón predicado en Lodi, California, el 9 de mayo de 1908].

No hay que pensar en remediar el desarreglo con la añadidura de una carga de drogas venenosas.--El Ministerio de Curación, 180 (1905).

Toda droga perniciosa.--Toda droga perniciosa que se coloca en el estómago, sea por prescripción médica o por la propia determinación, y que violente el organismo humano, perjudica toda la maquinaria.--Manuscrito 3, 1897 [Manuscrito General].

Destruyen las fuerzas vitales.--Las drogas siempre tienen la tendencia a debilitar y destruir las fuerzas vitales.--Medical Ministry, 223 [Manuscrito General titulado "Los sanatorios"; 1887].

Preparaciones tóxicas que producen efectos perjudiciales.--Los siervos de Dios no deberían administrar medicamentos cuando saben que producirán efectos perjudiciales sobre el organismo, aun cuando alivien el sufrimiento momentáneamente. Toda preparación venenosa a base de productos de los reinos vegetal y mineral, introducida en el organismo, ejercerá una influencia maligna, afectará el hígado y los pulmones, y perturbará el organismo en general.--Spiritual Gifts 4a:140 (1864).

Consecuencias mortíferas de las drogas venenosas.--Los remedios sencillos de la naturaleza ayudarán a restablecerse sin producir las consecuencias mortíferas que tan a menudo experimentan los que utilizan las drogas venenosas. Estas destruyen la capacidad del paciente para ayudarse a sí mismo. Hay que enseñar a los pacientes a poner en práctica esta facultad aprendiendo a comer alimentos sencillos y saludables, y rehusando recargar el estómago con una variedad de alimentos en una sola comida. Todo esto debería formar parte de la educación de los enfermos. Habría que dar conferencias para enseñar a conservar la salud, a evitar la enfermedad y a reposar cuando el descanso es necesario.--Carta 82, 1908 [A los médicos y al gerente del hospital de Loma Linda].

Consejos acerca de la administración de drogas

Se las necesita raramente. Useselas cada vez menos.--La medicación a base de drogas, tal como se la práctica generalmente, es una maldición. Enseñad a no utilizar las drogas. Useselas cada vez menos y confíese más en los recursos de la higiene, porque entonces la naturaleza responderá a la acción de los médicos de Dios: el aire puro, el agua pura, el ejercicio adecuado y una conciencia limpia. Los que persisten en el uso del té, del café y de la carne sentirán la necesidad de drogas; pero muchos podrían recuperar la salud sin emplear la mínima cantidad de medicina si tan sólo obedeciesen las leyes de la salud. Utilícense las drogas raramente--Counsels on Health, 261 (1890).

Procurad disminuir su uso.--En su práctica, los médicos deberían procurar disminuir cada vez más el empleo de las drogas en vez de acrecentarlo. Cuando la doctora A acudió al Instituto para la Salud dejó de lado sus conocimientos y sus prácticas de la higiene y administró las pequeñas dosis homeopáticas para casi cada enfermedad. Esto iba en contra de las instrucciones que Dios había dado. De este modo nuestro pueblo, que había sido enseñado a evitar las drogas en casi todas sus formas, estaba recibiendo una educación diferente Carta 26a, 1889[A un médico destacado en la obra institucional].

No es necesario emplear drogas potentes.--Los primeros esfuerzos de un médico deberían encaminarse a educar a los enfermos y a los que padecen en cuanto a las medidas que deberían adoptar para evitar las enfermedades. Podemos hacer un enorme bien al procurar instruir a todas las personas con quienes nos relacionamos acerca de los mejores métodos para prevenir las enfermedades y los sufrimientos, el quebrantamiento de la salud y la muerte prematura. Pero los que no se preocupan por emprender un trabajo que pesará sobre sus facultades físicas y mentales, estarán dispuestos a prescribir medicamentos a base de drogas que pondrán el fundamento en el organismo humano para un mal dos veces mayor que el que pretenden aliviar.

El médico que tenga el valor moral para poner en peligro su reputación al ilustrar el entendimiento mediante hechos concretos, al mostrar cuál es la naturaleza de la enfermedad y al enseñar a prevenirla, y al denunciar la peligrosa práctica de recurrir a las drogas, tendrá una tarea muy penosa, pero vivirá él y ayudará a que vivan otros... Si es un reformador, hablará claramente del apetito pervertido y del efecto funesto de la falta de sobriedad en el vestir, en el comer y en el beber, en el esfuerzo excesivo para llevar a cabo una gran cantidad de trabajo en un tiempo determinado, todo lo cual ejerce una influencia funesta sobre el temperamento, y sobre las facultades físicas y mentales...

Los hábitos correctos, practicados con inteligencia y perseverancia, harán desaparecer la causa de la enfermedad, y no será necesario recurrir a drogas poderosas. Muchos avanzan paso a paso en sus complacencias pervertidas, con lo cual introducen una condición tan apartada del orden natural como puede ser posible. Medical Ministry, 221, 222 [Manuscrito General titulado "Los sanatorios", 1887].

Tal como se la práctica generalmente.--La medicación a base de drogas, tal como se la práctica generalmente, es una maldición.--Healthful Living, 246 (1888).

Son menos peligrosas si se las administra con sabiduría.--No administréis drogas. Es cierto que, cuando se las administra con sabiduría, las drogas pueden no ser tan peligrosas como lo son generalmente; pero en las manos de muchos serán perjudiciales para la propiedad del Señor. Carta 3, 1884[A los obreros del hospital de Santa Elena].

Se las descarta casi enteramente.--Nuestras instituciones se han establecido para proporcionar a los enfermos un tratamiento dirigido por métodos higiénicos, descartando casi enteramente el uso de drogas... Los hombres que tienen tan poca consideración por la vida humana que tratan el cuerpo tan cruelmente al administrarle sus drogas, tendrán que rendir una cuenta terrible a Dios... No se nos puede disculpar si, por ignorancia, destruimos el edificio de Dios poniendo en nuestros estómagos drogas venenosas bajo una variedad de nombres que no comprendemos. Es nuestro deber rehusar todas esas prescripciones.

Queremos edificar un hospital [en Australia] donde las enfermedades puedan curarse mediante las propias provisiones de la naturaleza, y donde la gente pueda ser enseñada a tratarse a sí misma cuando está enferma; donde se aprenda a comer con temperancia alimentos sanos, y donde se enseñe a rehusar toda clase de narcóticos--té, café, vino fermentado, y estimulantes de todo tipo--y a descartar la carne de animales muertos. Temperance, 88, 89 [Manuscrito 44, 1896].

El ideal: abandonar completamente las drogas.--Cuando comprendáis la fisiología en su verdadero sentido, vuestras cuentas de drogas serán considerablemente menores, y finalmente dejaréis por entero de tratar con las drogas. El médico que depende de la medicación a base de drogas en su práctica, demuestra que no comprende le delicada maquinaria del organismo humano. Está introduciendo en el sistema una semilla que nunca perderá las propiedades destructivas a lo largo de toda la vida. Os digo esto porque no me atrevo a ocultarlo. Cristo pagó demasiado por la redención del hombre para que se trate el cuerpo humano en forma tan inmisericorde como se lo ha hecho mediante la medicación a base de drogas.

Hace años el Señor me reveló que deberían establecerse instituciones para tratar a los enfermos sin drogas. El hombre es propiedad de Dios, y el perjuicio que se ha causado a la habitación viviente y el sufrimiento ocasionado por la semilla mortífera sembrada en el organismo humano constituyen una ofensa a Dios. Medical Ministry, 229 [A un médico prominente y a su esposa; 1896].

La presencia divina en la sala de operaciones

Cristo en la sala de operaciones.--Antes de ejecutar una operación crítica, implore el cirujano la ayuda del gran Médico. Asegure al paciente que Dios puede hacerle salir bien de la prueba, y que en todo momento angustioso él es el refugio seguro para los que en él confían.--El Ministerio de Curación, 118 (1905).

El Salvador está presente en la habitación del enfermo y en la sala de operaciones; y su poder, para gloria de su nombre, lleva a cabo grandes cosas (Manuscrito 159, 1899 [Manuscrito "Los privilegios y los deberes del médico cristiano"]).

La cirugía no es una negación de la fe.--Tenemos el privilegio de utilizar todos los medios señalados por Dios de acuerdo con nuestra fe, y luego confiar en Dios cuando hemos pedido el cumplimiento de la promesa. Si hay necesidad de practicar una operación quirúrgica, y el cirujano está dispuesto a encargarse del caso, no constituye una negación de la fe el llevar a cabo la operación. Después que el paciente ha encomendado su voluntad a la voluntad de Dios, confíese y acérquese al Gran Médico, al Poderoso Sanador, y entréguese a él en perfecta confianza. El Señor honrará su fe en la forma que considere mejor para la gloria de su nombre. "Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos". Isaías 26:3, 4. (Manuscrito 67, 1899 [Manuscrito General]).

Jesús guió sus manos.--¿Quién ha estado a su lado mientras Ud. llevaba a cabo esas operaciones críticas? ¿Quién lo ha mantenido sereno y dueño de sí mismo en las crisis, y le ha proporcionado un rápido y agudo discernimiento, una clara visión, nervios firmes y hábil precisión? El Señor Jesús ha enviado a su ángel a su lado para indicarle qué debía hacer. Una mano ha descansado sobre su mano. Jesús, no Ud., ha guiado los movimientos de su instrumento. A veces Ud. ha comprendido esto y lo ha invadido una maravillosa serenidad. No se atrevía a apresurarse, y sin embargo ha trabajado rápidamente sabiendo que no había tiempo que perder. El Señor lo ha bendecido enormemente. Testimonies for the Church 8:187, 188 [Al director médico del hospital de Battle Creek; 1899].

Cuando Ud. buscaba a Dios en sus operaciones difíciles, los ángeles estaban presentes a su lado, y las manos de ellos aparecían como las manos de Ud. realizando la tarea con una exactitud que sorprendía a quienes la presenciaban. Carta 73, 1899[Al médico a quien se alude en el párrafo anterior].

El Vigilante Divino al lado del médico.--Cristo es el médico misionero más grande que ha existido. Nunca pierde un caso. Sabe cómo proporcionar fuerzas y dirección a los médicos que trabajan en esta institución. Está junto a ellos mientras llevan a cabo sus difíciles operaciones quirúrgicas. Sabemos que esto es así. El ha salvado vidas que se habrían perdido si el bisturí se hubiera desviado en lo que corresponde al espesor de un cabello. Los ángeles de Dios asisten constantemente a aquellos por quienes Dios ha dado su vida.

Dios proporciona habilidad y eficiencia a los médicos de esta institución, porque le están sirviendo a él. Saben que su habilidad no les pertenece sino que viene de arriba. Comprenden que junto a ellos hay un Vigilante divino que les da sabiduría y los capacita para actuar inteligentemente en su trabajo (Manuscrito 28, 1901 [Palabras dirigidas a los obreros del hospital de Santa Helena]).