Mensajes Selectos, Tomo 3

Capítulo 2

La unidad en la iglesia

Presentad un frente unido

El testimonio de todo creyente en la verdad ha de ser uno. Todas vuestras pequeñas diferencias, que hacen surgir el espíritu combativo entre los hermanos, son artimañas de Satanás para distraer las mentes del asunto grande y terrible que tenemos delante. La verdadera paz se producirá en el pueblo de Dios cuando por medio de un celo unido y la oración ferviente se perturbe en alto grado la falsa paz que existe. Ahora hay un ferviente trabajo que hacer. Ahora es el tiempo en que podéis manifestar vuestras cualidades de soldados; que el pueblo del Señor presente un frente unido a los enemigos de Dios, de la verdad y la justicia...

Cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre la iglesia temprana, "la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma". Hechos 4:32. El Espíritu de Cristo los hizo uno. Este es el fruto de permanecer en Cristo...

Necesitamos la iluminación divina. Todo individuo está luchando para llegar a ser un centro de influencia, y hasta que Dios no trabaje por su pueblo no verán que la subordinación a él es la única seguridad para toda alma. Su gracia transformadora en los corazones humanos conducirá a la unidad, una unidad que todavía no ha sido lograda, pues todos los que son asimilados por Cristo estarán en armonía los unos con los otros. El Espíritu Santo creará unidad.--Carta 25b, 1892.

La unidad es nuestro credo

La oración de Cristo a su Padre, contenida en el capítulo 17 de Juan, ha de ser el credo de nuestra iglesia. Nos muestra que nuestras diferencias y desuniones deshonran a Dios. Leed todo el capítulo, versículo por versículo.--Manuscrito 12, 1899.

No nos apartemos

En la Palabra de Dios no se da ningún consejo ni autorización a quienes creen que el mensaje del tercer ángel debe guiarlos para que puedan apartarse. Podéis tener este problema resuelto para siempre en vuestra mente. Es el plan de mentes no santificadas lo que estimula un estado de desunión. Los sofismas de los hombres pueden parecer rectos a sus propios ojos, pero no son verdad y justicia. "Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, ... y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo". Efesios 2:14-16.

Cristo es el vínculo de unión en la cadena de oro que une a los creyentes y los mantiene en unidad con Dios. No debe haber separación en este gran tiempo de prueba. El pueblo de Dios está constituido por "conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor". vers. 19-21. Los hijos de Dios constituyen una sola unidad en Cristo, quien presenta su cruz como el centro de atracción. Todos los que creen son uno en él.

Sentimientos humanos inducirán a algunos hombres a tomar la obra en sus propias manos, y la edificación se vuelve entonces desproporcionada. El Señor por lo tanto emplea una variedad de dones para hacer que el edificio sea simétrico. Ni un solo rasgo de la verdad ha de ser escondido o disminuido. Dios no puede ser glorificado a menos que el edificio, "bien coordinado, vaya creciendo para ser un templo santo en el Señor". Esto comprende un tema grandioso, y los que entienden la verdad para este tiempo deben prestar atención a cómo escuchan, y cómo edifican, y como educan a otros a practicarla.--Manuscrito 109, 1899.

Lo que el cielo ratifica

"De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo". Mateo 18:18. Cuando toda especificación que Cristo ha dado haya sido puesta por obra con el verdadero espíritu cristiano, entonces, y solamente entonces, el cielo ratifica la decisión de la iglesia, porque sus miembros tienen la mente de Cristo y hacen lo que él haría si estuviera en la tierra.--Carta 1c, 1890.