La Música

Capítulo 2

El uso eficaz de la música en Israel

Fijaba las lecciones en la mente

Mientras el pueblo vagaba por el desierto, el canto era un medio de grabar en sus mentes muchas lecciones preciosas. Cuando fueron librados del ejército de Faraón, toda la hueste de Israel se unió en un canto de triunfo. Por el desierto y el mar resonaron a lo lejos las estrofas de júbilo y en las montañas repercutieron los acentos de alabanza: "¡Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido!" Éxodo 15:21. Con frecuencia se repetía durante el viaje este canto que animaba los corazones y encendía la fe de los peregrinos. Por indicación divina se expresaban también los Mandamientos dados desde el Sinaí, con las promesas del favor de Dios y el relato de los milagros que hizo para librarlos, en cantos acompañados de música instrumental, a cuyo compás marchaba el pueblo mientras unía sus voces en alabanza.

De ese modo se apartaban sus pensamientos de las pruebas y las dificultades del camino, se calmaba el espíritu inquieto y turbulento, se inculcaban en la memoria los principios de la verdad y la fe se fortalecía. La acción en concierto servía para enseñar el orden y la unidad, y el pueblo se ponía en más íntima comunión con Dios y con sus semejantes.--La Educación, 39.

Parte del currículum en la escuela de los profetas

Tanto en la escuela como en el hogar, mucha de la enseñanza era oral, pero los jóvenes aprendían también a leer los escritos hebreos, y se ofrecían a su estudio los pergaminos de las Escrituras del Antiguo Testamento. En esas escuelas, los principales temas de estudio eran la Ley de Dios, con las instrucciones dadas a Moisés, la historia y la música sagradas, y la poesía.--La Educación, 47.

Tenía un propósito santo

Intelectos santificados sacaban del tesoro de Dios cosas nuevas y viejas, y el Espíritu de Dios se manifestaba en profecías y cantos sagrados.

Se empleaba la música con un propósito santo, para elevar los pensamientos hacia aquello que es puro, noble y enaltecedor, y para despertar en el alma la devoción y la gratitud hacia Dios. ¡Cuánto contraste hay entre la antigua costumbre y los usos que con frecuencia se le da hoy a la música! ¡Cuántos son los que emplean este don especial para ensalzarse a sí mismos, en lugar de usarlo para glorificar a Dios! El amor a la música conduce a los incautos a participar con los amantes de lo mundano en las reuniones de placer adonde Dios prohibió a sus hijos que fueran. Así, lo que es una gran bendición cuando se lo usa correctamente se convierte en uno de los medios más certeramente empleados por Satanás para desviar la mente del deber y de la contemplación de las cosas eternas.

La música forma parte del culto tributado a Dios en los atrios celestiales, y en nuestros cánticos de alabanza debiéramos procurar aproximarnos tanto como sea posible a la armonía de los coros celestiales. La educación apropiada de la voz es un rasgo importante en la preparación general, y no debe descuidarse. El canto, como parte del servicio religioso, es tanto un acto de culto como lo es la oración. El corazón debe sentir el espíritu del canto, para darle expresión correcta.--Historia de los Patriarcas y Profetas, 644, 645.

Traía a la memoria las historias del pasado

El viaje a Jerusalén, hecho al sencillo estilo patriarcal, en medio de la belleza de la estación primaveral, las riquezas del verano, o la gloria y la madurez del otoño, era una delicia. Desde el anciano canoso hasta el niñito, acudían todos con una ofrenda de gratitud a encontrarse con Dios en su santa morada. Durante el viaje, los niños hebreos oían el relato de los sucesos del pasado, las historias que tanto a los jóvenes como a los viejos les gustaba recordar. Se cantaban las canciones que habían animado a los que erraban por el desierto. Se cantaban también los Mandamientos de Dios que, ligados a las benditas influencias de la naturaleza y a la bondadosa asociación humana, se fijaban para siempre en la memoria de más de un niño o joven.--La Educación, 42.