La Música

Capítulo 5

Música religiosa transformada en una trampa de Satanás

La música de la reunión campestre de Indiana en 1900 descrita por testigos oculares--Su impacto casi abrumador

Hay un gran poder que acompaña al movimiento [de la Carne Santa]* que se promueve allí. Atraería casi a cualquiera dentro de su esfera de influencia, si concienzudamente se sientan a escuchar con el menor grado de aprobación, debido a la música que se ejecuta en la ceremonia. Tienen un órgano, un contrabajo, tres violines, dos flautas, tres panderetas, tres cornos y un gran tambor, y tal vez otros instrumentos que no he mencionado. Están tan entrenados musicalmente como cualquier coro del Ejército de Salvación que se haya escuchado alguna vez. De hecho, su esfuerzo de reavivamiento es simplemente una copia del método utilizado por el Ejército de Salvación, y cuando llegan a una nota aguda no se puede oír una palabra de lo que canta la congregación, ni oír nada a no ser los gritos de aquellos que están medio dementes. Luego de un llamado para acercarse al frente para orar, algunos de los líderes siempre venían al frente para incentivar a que otros se adelantaran; entonces comenzaban a tocar los instrumentos musicales, hasta que uno ya no podía pensar con claridad; y, bajo la excitación de estos acordes, consiguen que una gran proporción de la congregación pase al frente una y otra vez (Informe de S. N. Haskell, a E. G. de White, septiembre 25, 1900).

Música bailable con letra sagrada

Tienen un gran tambor, dos panderetas, un contrabajo, dos pequeños violines, una flauta y dos cornetas, un órgano y unas pocas voces. Como himnario tienen Garden of Spices [Jardín de los sainetes] y acompañan las palabras sagradas con melodías bailables. Nunca han utilizado nuestros propios himnarios, excepto cuando hablan los pastores Breed y Haskell; entonces, comienzan y terminan con un himno de nuestro himnario, pero todos los otros cantos son del otro libro. Gritan amenes, "alabado sea el Señor", "gloria a Dios", al igual que en los cultos del Ejército de Salvación. Es perturbador para el alma. Las doctrinas que se predican concuerdan con el resto. "Las pobres ovejas están verdaderamente confundidas" (Informe de la Sra. de S. N. Haskell a Sara McEnterfer, septiembre 12, 1900).

Cantos bulliciosos e histeria autoinducida

Asistí a la reunión campestre en septiembre de 1900, que se llevó a cabo en Muncie, donde fui testigo presencial de la excitación fanática y de las actividades de estas personas. Había numerosos grupos de personas esparcidos por todo el campamento ocupados en discusiones y, cuando estos fanáticos conducían los servicios en el pabellón grande, se condujeron a sí mismos a un alto grado de excitación por el uso de instrumentos musicales tales como: trompetas, flautas, instrumentos de cuerda, panderetas, un órgano y un gran tambor. Gritaban y cantaban sus agitados cantos con la ayuda de instrumentos musicales, hasta que se volvieron realmente histéricos. Muchas veces, luego de estas reuniones matutinas, cuando venían a la carpa que servía de comedor, los vi temblando como si tuvieran parálisis (Informe de Burton Wade a A. L. White, enero 12, 1962).

Comentarios de Elena G. de White sobre la música en la reunión campestre de Indiana en 1900--Una batahola de ruido que confunde los sentidos

Esas mismas cosas que habéis explicado que ocurrían en Indiana, el Señor me ha mostrado que volverían a ocurrir justamente antes de la terminación del tiempo de gracia. Se manifestará toda clase de cosas extrañas. Habrá vocerío acompañado de tambores, música y danza. El juicio de los seres racionales quedará confundido de tal manera, que no podrán confiar en él para realizar decisiones correctas. Y a esto consideran como la actuación del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo nunca se manifiesta en esa forma, mediante ese ruido desconcertante. Esto constituye una invención de Satanás para ocultar sus ingeniosos métodos destinados a tornar ineficaz la pura, sincera, elevadora, ennoblecedora y santificadora verdad para este tiempo. Es mejor no mezclar nunca el culto a Dios con música, que utilizar instrumentos musicales para realizar la obra que en enero pasado se me mostró que tendría lugar en nuestras reuniones de reavivamiento. La verdad para este tiempo no necesita nada de eso para convertir a las almas. El ruido desconcertante aturde los sentidos y desnaturaliza aquello que, si se condujera en la forma debida, constituiría una bendición. El influjo de los instrumentos satánicos se une con el estrépito y el vocerío, con lo cual resulta un carnaval, y a esto se lo denomina la obra del Espíritu Santo.[...]

No debería estimularse esta clase de culto. Este mismo género de influencia advino después de cumplida la fecha de 1844. Ocurrieron las mismas representaciones. Los hombres se agitaron y fueron estimulados por un poder que pensaban era el poder de Dios.--Carta 132, 1900; Mensajes Selectos 2:41, 42.

Música aceptable si fuera "dirigida debidamente", convertida en la trampa de Satanás

El Espíritu Santo no tiene nada que ver con ese desorden perturbador y esa barahúnda que me fueron mostrados en enero pasado. Satanás trabaja en medio del estruendo y de la confusión producida por esa clase de música, la cual, si fuera dirigida debidamente, serviría para alabar y glorificar a Dios. El diablo hace que tenga el mismo efecto que la mordedura ponzoñosa de la serpiente.

Las cosas que han ocurrido en el pasado también acontecerán en el futuro. Satanás convertirá la música en una trampa, debido a la forma en que es dirigida. Dios exhorta a su pueblo, que tiene la luz ante sí en la Palabra y los testimonios, a que lea y considere, y luego que obedezca. Se han dado instrucciones claras y definidas a fin de que todos comprendan. Pero la comezón que experimentan ciertas personas por originar alguna cosa nueva, determina el surgimiento de doctrinas extrañas y destruye en gran medida la influencia de aquellos que podrían ser un poder para realizar el bien, si mantuvieran firme su confianza en la verdad que el Señor les ha dado. Carta 132, 1900; Mensajes Selectos 2:43. (Énfasis añadido.)

Estas personas [en Indiana] fueron arrastradas por un engaño espiritista.--El Evangelismo, 432.

El ruido no es evidencia de la santificación

El Señor me ha indicado que este movimiento de Indiana es del mismo carácter que han tenido los movimientos en los años pasados. En vuestras reuniones religiosas ha habido contorsiones físicas similares a las que he presenciado en relación con aquellos movimientos del pasado.[...]

Había mucha excitación, con ruidos y confusión. No era posible captar claramente lo que estaba ocurriendo. Algunos parecían estar en visión y caían al suelo. Otros saltaban, danzaban y gritaban [...].

La forma en que se han celebrado las reuniones en Indiana, con ruido y confusión, no las recomienda a las mentes concienzudas e inteligentes. Estas demostraciones no contienen nada capaz de convencer al mundo de que poseemos la verdad. El ruido y el alboroto, en sí mismos, no constituyen ninguna evidencia en favor de la santificación, o del descenso del Espíritu Santo. Vuestras demostraciones extravagantes crean únicamente disgusto en las mentes de los no creyentes. Cuanto menos haya de esta clase de demostraciones, tanto mejor será para los participantes y para el pueblo en general.[...]

Surgirán muchos movimientos semejantes en este tiempo, cuando la obra del Señor debería estar en una condición elevada y pura, y no adulterada con supersticiones y fábulas. Debemos estar en guardia, a fin de mantener una estrecha comunión con Cristo y para no ser engañados por las artimañas de Satanás.

El Señor quiere que sus servicios se caractericen por el orden y la disciplina, y no por la agitación y la confusión. No estamos ahora en condiciones de describir con exactitud las escenas que ocurrirán en nuestro mundo en el futuro, pero sí sabemos que este es un tiempo cuando debemos velar y orar, porque el gran día del Señor está cercano. Satanás está reuniendo sus fuerzas. Necesitamos ser precavidos y permanecer serenos, y contemplar las verdades de la Revelación. La agitación no favorece el crecimiento en la gracia que conduce a la verdadera pureza y santificación del espíritu.[...]

Dios exhorta a su pueblo a que ande con sobriedad y con santa compatibilidad con los principios. Deberían tener mucho cuidado de no desfigurar ni deshonrar las santas doctrinas de la verdad mediante actuaciones extrañas, confusión y alboroto. Cuando ocurren estas manifestaciones, los no creyentes son llevados a pensar que los adventistas del séptimo día constituyen un conjunto de fanáticos. Así se crea una situación de prejuicio que impide que las almas reciban el mensaje para este tiempo. Cuando los creyentes proclaman la verdad como está ejemplificada en Jesús, manifiestan una calma santa y serena, y no una tormenta de confusión.--General Conference Bulletin, 23 de abril de 1901; Mensajes Selectos 2:38-41.