El cuarto concilio Misionero Europeo se realizó en Great Grimsby, Inglaterra, del 27 de septiembre al 4 de octubre de 1886. Los informes de los obreros muestran las grandes dificultades con que tropezaba cada ramo de la obra. Una mañana, antes de la reunión, un grupo de obreros se reunió en torno a la estufa en el salón de reuniones para relatar algunas de sus experiencias y de sus chascos. Los buenos salones para reuniones públicas eran muy costosos. La clase de gente que se deseaba alcanzar no asistiría a los salones más baratos. Las carpas pronto se gastaban en el clima húmedo. Las puertas de los mejores hogares no se abrían al obrero bíblico en sus esfuerzos por hacer obra de casa en casa; y en las casas donde las puertas se abrían fácilmente, las mentes eran lentas para comprender la importancia de la obediencia a verdades impopulares. "¿Qué se puede hacer?", era la pregunta.
Consagración, valor, confianza
Durante una serie de reuniones realizadas en Great Grimsby, precisamente antes del Concilio, la Sra. White había dado varios discursos para señalar la importancia de la consagración, el valor y la confianza. Al terminar un sermón sobre la experiencia de los discípulos en relación con la resurrección de Jesús, ella dijo:
"Debemos aprovechar toda oportunidad que tengamos día tras día para vencer las tentaciones del enemigo. La vida es un conflicto, y tenemos a un enemigo que nunca duerme. El está vigilando constantemente para destruir nuestras mentes y desviarnos de nuestro precioso Salvador, quien dio su vida por nosotros. ¿Elevaremos la cruz que se nos ha dado? ¿O permitiremos que nos domine una complacencia egoísta, y perderemos una eternidad de bendición? No podemos consentir en pecar; no podemos aceptar la idea de quebrantar la ley de Dios.
"La pregunta que nos confronta no es: ¿Cómo ganaré más dinero en este mundo? La pregunta no debe ser: ¿Serviré a Dios? ¿Serviremos a Dios, o a Baal? 'Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová' Josué 24:15.
"Yo no espero recibir toda mi felicidad en el más allá. Experimento felicidad ya a lo largo de mi camino. Sin embargo tengo pruebas y aflicciones; pero fijo la mirada en Jesús. Es en los lugares estrechos y difíciles donde él está precisamente a mi lado, y podemos comulgar con él, y colocar todas nuestras cargas sobre Aquel que las lleva todas y decir: 'Oh Señor, no puedo llevar por más tiempo estas cargas'. Entonces él nos dice: 'Mi yugo es fácil, y ligera mi carga' Mateo 11:30. ¿Lo creéis? Yo lo he probado. Yo lo amo; lo amo. Veo en él un encanto inigualable. Y deseo alabarlo en el reino de Dios.
"¿Quebrantaremos nuestro corazón de piedra? ¿Recorreremos toda la trayectoria de la espinosa senda que Jesús transitó desde el pesebre hasta la cruz? Vemos las manchas de sangre. ¿Albergaremos el orgullo del mundo? ¿Trataremos de hacer del mundo nuestra norma? ¿O saldremos de en medio de ellos? La invitación es: 'Salid de en medio de ellos, y apartaos ... y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas' 2 Corintios 6:17, 18.
"¡Oh, qué exaltación es ésta, la de ser miembros de la familia real, hijos del Rey celestial; la de tener al Salvador del universo como nuestro Rey de reyes, que nos conoce por nombre! ¡Qué dicha la de que seamos herederos de Dios y aspiremos a la herencia inmortal, la sustancia eterna! Este es nuestro privilegio. ¿Lograremos el premio? ¿Lucharemos la batalla del Señor? ¿Continuaremos batallando hasta las mismas puertas? ¿Seremos victoriosos?
"Yo he decidido que debo obtener el cielo, y quiero que vosotros lo tengáis. Nunca habría venido desde California a Europa, si no hubiera querido deciros cuán precioso es el Salvador, y cuán preciosa es la verdad que tenemos.
"Debéis estudiar la Biblia, porque ella os habla de Jesús. Al leerla, observaréis los encantos incomparables de Jesús. Quedaréis prendados del Hombre del Calvario, y a cada paso podréis decirle al mundo: 'Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz'. Habéis de representar a Cristo ante el mundo. Podéis mostrar al mundo que tenéis una esperanza grande junto con la inmortalidad. Podéis beber de las aguas de salvación. Enseñad a vuetros hijos a amar y temer a Dios. Anheláis que los ángeles celestiales estén en vuestras moradas. Anheláis que el Sol de Justicia brille en las cámaras oscuras de vuestra mente. Entonces vuestros labios expresarán alabanzas a Dios.
"Jesús ha ido a preparar mansiones para nosotros, El dijo: 'No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis' Juan 14:1-3. Tengo la mirada puesta en esas mansiones; no en las mansiones terrenales, porque éstas antes de mucho serán derribadas por el violento terremoto. Anhelo las mansiones celestiales que Cristo ha ido a preparar para los fieles.
"No tenemos hogar aquí; sólo somos peregrinos y extranjeros, y estamos en marcha hacia un país mejor, el celestial. Poned la mira en estas cosas, y mientras lo hacéis, Cristo estará precisamente a vuestro lado. Que Dios nos ayude a ganar el don precioso de la vida eterna".
Algunos de los obreros respondieron con testimonios que manifestaban su fe y determinación. Algunos creían que ella no comprendía las dificultades del campo. Otros buscaban algo en que basar sus esperanzas de un éxito futuro.
Dispersando las tinieblas
Durante los primeros días del concilio, uno de los oradores, después de referirse a algunas de las barreras que se oponían al progreso del mensaje, solicitó que la Sra. White expresara sus puntos de vista para indicar qué más podría hacerse, y si podían esperarse cambios en las condiciones en las cuales los obreros estaban luchando.
En respuesta a esta pregunta, la Sra. White declaró que vendrían cambios que abrirían puertas hasta entonces cerradas, cambios en muchas cosas que alterarían las condiciones y despertarían las mentes del pueblo para comprender y apreciar la verdad presente. Se producirían tumultos políticos, y cambios en el mundo industrial, y un gran despertar religioso, que prepararía las mentes para escuchar el mensaje del tercer ángel. "Sí, habrá cambios--ella les aseguró--, pero no hay razón para que esperéis. Vuestra obra ha de seguir adelante, presentando la verdad con sencillez, levantando la luz de la verdad ante el pueblo".
Entonces les dijo cómo el asunto le había sido presentado en visión. A veces le fueron presentadas las multitudes de nuestro mundo a quienes va dirigido el mensaje divino de amonestación de que Cristo viene pronto, como envueltas en una neblina y en nube de densas tinieblas, tal como lo describe Isaías, quien escribió: "Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones". Isaías 60:2.
Mientras en la visión estaba observando esta escena con intenso pesar, su ángel acompañante dijo: "Observa", y al mirar ella de nuevo, aparecieron pequeños rayos de luz, como las estrellas que brillan débilmente en la oscuridad. Al aguzar la vista, la luz se fue haciendo más brillante, y el número de luces aumentaba, porque cada luz encendía otras luces. A veces estas luces se reunían como para animarse mutuamente; y de nuevo se separaban, yendo cada vez más lejos y encendiendo más luces. Así la obra avanzaba hasta que todo el mundo fue iluminado con su brillo.
En conclusión ella dijo: "He aquí una descripción de la obra que habréis de hacer. 'Vosotros sois la luz del mundo' Mateo 5:14. Vuestra obra ha de elevar la luz para ser vista por aquellos que os rodean. Mantenedla con firmeza. Levantadla un poco más alto. Encended otras luces. No os desaniméis si la vuestra no es una gran luz. Aunque sea pequeña, mantenedla en alto. Permitid que brille. Haced lo mejor, y Dios bendecirá vuestros esfuerzos".1
Primera visita a Escandinavia
Durante los dos años que la Hna. White pasó en Europa, visitó Dinamarca, Suecia y Noruega tres veces. Al final del concilio misionero realizado en Basilea durante el mes de septiembre de 1885, los delegados de Escandinavia rogaron que ella visitara su campo tan pronto como le fuera posible; y aunque sus amigos de Suiza le dijeron que el verano era un tiempo mejor para viajar por el norte de Europa, ella decidió aventurarse por fe, confiando en que Dios le daría fuerzas para soportar las penurias del viaje.
El mes de octubre y la primera mitad de noviembre lo pasó en Copenhague, Estocolmo, Grythyttehed, Orebro y Cristianía. La Sra. White estaba acompañada por su secretaria, la Srta. Sara McEnterfer, por su hijo, W. C. White, y por el pastor J. G. Matteson, que era el guía, intérprete y colaborador. En los diversos lugares donde se reunían creyentes para escuchar su mensaje, éste era recibido con un interés reverente. Excepto en Cristianía, donde la feligresía de la iglesia era de 120, las congregaciones no eran grandes. El sábado 31 de octubre, ocasión en que hermanos de otras iglesias llegaron a la reunión, había como 200 presentes. Un domingo ella habló en el salón de los trabajadores a un auditorio de 800. El próximo domingo, por pedido del presidente de una poderosa sociedad de temperancia, habló a un grupo de 1.300 personas reunidas en el gimnasio militar, sobre la importancia de enseñar en cada hogar los principios de temperancia. Este tema fue presentado desde un punto de vista bíblico, e ilustrado con experiencias de caracteres bíblicos.
Segunda visita a Escandinavia
La Sra. White realizó la segunda visita a Escandinavia durante el verano de 1886, en compañía de su hijo y de la Srta. McEnterfer. Durante la primera parte de su viaje, la Srta. Christina Dahl actuó como guía e intérprete.
La más importante de las reuniones a las cuales asistió durante este viaje fue la de Orebro, Suecia. Aquí la Asociación Sueca realizó su sesión anual, del 23 al 28 de junio, y durante ella se organizó una sociedad de publicaciones y una asociación de escuela sabática. Cada una de estas entidades abarcaba la obra de Dinamarca, Suecia y Noruega.
Una semana antes de iniciarse esta conferencia, el pastor Matteson había comenzado un curso de instrucción para colportores y obreros bíblicos. En la realización de este curso recibió la ayuda del pastor A. B. Oyen, de Cristianía, y del pastor O. H. Olsen, que acababa de llegar de los Estados Unidos. "Educación" era el santo y seña entre los dirigentes en aquellos días, y el pueblo estaba ávido de aprender. Este curso para obreros se iniciaba cada mañana a las seis y media con oración y reunión de testimonios. A las nueve se daba una clase de contabilidad; a las once y treinta se daba instrucción acerca de cómo hacer obra misionera local. La instrucción relativa a cómo dar estudios bíblicos se daba a las cuatro de la tarde; y a las ocho de la noche había un servicio de predicación. Toda hora del día era considerada preciosa tanto por los maestros como por los alumnos.
A la sesión de la Asociación que siguió asistieron regularmente unos 65 observadores del sábado. De las diez iglesias de Suecia, nueve estaban representadas por 23 delegados. La Sra. White habló seis veces en las reuniones de la primera hora de la mañana, y cinco veces en otras oportunidades. Dirigiéndose a un grupo de creyentes, pequeño pero resuelto, dijo:
"Al principio, la obra es dura y lenta. Ahora es cuando todos deben poner el hombro para levantar la carga y llevarla adelante. Debemos avanzar, aunque tengamos delante el mar Rojo y montañas inaccesibles del otro lado. Dios ha sido con nosotros y ha bendecido nuestros esfuerzos. Debemos trabajar con fe. 'El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan' Mateo 11:12. Hemos de orar, creer que nuestras oraciones son escuchadas, y entonces trabajar.
"Ahora la obra puede parecernos pequeña; pero debe haber un comienzo antes de que haya progresado. 'Primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga'. La obra puede comenzar débilmente y su progreso por un tiempo puede ser lento; sin embargo, si se empieza de una manera saludable, habrá un progreso firme y sustancial.2 Debe ponerse una norma elevada delante de aquellos que acaban de aceptar la fe. Ellos deben ser educados a ser cuidadosos en su habla y circunspectos en su conducta, dando evidencia de que la verdad ha hecho algo por ellos, y esparciendo así por su ejemplo la luz sobre los que están en tinieblas...
"Los que han recibido la verdad pueden ser pobres, pero no deben permanecer ignorantes o seguir teniendo un carácter defectuoso, para dar el mismo molde, por su influencia, a los demás. Cuando la iglesia recibe plenamente la luz, las tinieblas serán disipadas; y si en santidad de carácter ellos guardan paso con la verdad revelada, su luz resplandecerá con un brillo cada vez mayor. La verdad hará su obra de refinamiento, restaurando la imagen moral de Dios en el hombre, y cesarán entonces las tinieblas y las confusiones y la lucha de las lenguas, que es una maldición en muchas iglesias. Apenas se concibe el poder que Dios dará a su iglesia, si sus miembros andan en la luz tan rápidamente como ésta brilla sobre ellos.
"El Señor ha de venir pronto, y el mensaje de amonestación ha de ir a todas las naciones, lenguas y pueblos. Mientras la causa de Dios requiere medios y obreros, ¿qué están haciendo los que viven bajo la luz plena de la verdad presente?"3
Una vez que terminó la sesión de la Asociación Sueca, se emplearon dos semanas en Cristianía, trabajando con fervor por la iglesia y por los obreros de la casa editora. Por entonces se había terminado una nueva casa editora, y los diversos departamentos de la misma se habían instalado ya y estaban trabajando.
Cuando la Sra. White vio los diversos departamentos de la nueva planta publicadora, expresó gran gozo de que, con las facilidades que de esta manera se habían provisto, podían imprimirse periódicos y libros adecuados para el campo en forma aceptable, y podían enviarse para que realizaran su misión. Fue en ocasión de esta visita cuando, al llegar al departamento de prensas, ella declaró que se le había mostrado en una visión, años antes, ese mismo ambiente con sus prensas en marcha como ella las veía ese día.
Las reuniones de Cristianía fueron seguidas por diez días de trabajo en Copenhague, después de lo cual la partida regresó a Basilea.
Quinto Concilio Misionero en Europa
De nuevo, en 1887 la Sra. White pasó el mes de junio en Escandinavia. En compañía de la Sra. Ings había asistido a reuniones muy interesantes de pequeños grupos de observadores del sábado en Voh-winkel y Gladbach, Alemania. En estas reuniones el pastor L. R. Conradi había actuado como guía, traductor y colaborador.
En Copenhague se había visto un crecimiento animador en la iglesia desde la última visita. Allí la sierva de Dios pasó una semana muy ocupada.
La quinta sesión anual del Concilio Europeo de Misiones Adventistas había de realizarse del 14 al 21 de junio en Noruega. El lugar elegido para esa reunión fue Moss, una hermosa ciudad de 8.000 habitantes, a unas dos horas de viaje de Cristianía. Los delegados eran los siguientes:
•Europa Central: B. L. Whitney, Sra. E. G. White, W. C. White y L. R. Conradi.
•Inglaterra: S. H. Lane, Guillermo Ings y J. H. Durland.
•Noruega: O. A. Olsen, K. Brorsen y N. Clausen.
•Dinamarca: E. G. Olsen.
•Suecia: J. G. Matteson.
•Rusia: J. Laubhan.
•Estados Unidos: S. N. Haskell, J. H. Waggoner, D. A. Robinson y C. L. Boyd.
En relación con el Concilio Misionero, se tuvo el primer congreso campestre de la Asociación Noruega. Se erigieron diez tiendas en un hermoso bosque, en las cuales podía acomodarse a unas cien personas. Además, otras cincuenta personas encontraron alojamiento en las casas vecinas. Los delegados de los Estados Unidos y de Europa Central se establecieron en una casa grande y cómoda con vista al fiordo de Cristianía.
En la reunión campestre el idioma prevaleciente fue el noruego, y se siguió el programa normal de un congreso local. En la casa grande el idioma prevaleciente era el inglés, y se realizaron preciosas reuniones de oración. También se celebraron una serie de reuniones administrativas en que se estudiaron los medios que debían usarse para ampliar y fortalecer la obra en todos los países de Europa.
El martes 14 de junio se presentaron animados informes relativos al maravilloso desarrollo de la obra de colportaje durante el año. El pastor Matteson relató incidentes admirables ocurridos durante el invierno anterior en el curso desarrollado para colportores e instructores bíblicos; el pastor Conradi informó de los éxitos de obreros en Alemania y Suiza; el pastor Olsen dio informes animadores de Noruega, y el pastor Hendrickson, de Dinamarca. El pastor Lane informó buenos progresos de parte de los colportores en Inglaterra.
El Concilio Misionero continuó activamente con su obra por varios días después que los hermanos de las iglesias de Noruega habían regresado a sus hogares. Se trazaron planes y se tomaron resoluciones tendientes a lograr la educación de hombres para el ministerio, y para el establecimiento de una misión para marinos en Hamburgo. El tema que despertó la más entusiasta atención fue el desarrollo de escuelas en cada asociación para preparar colportores. Lo que requirió el estudio más ansioso fue el asunto de preparar e imprimir las publicaciones más adecuadas.
La presencia de los pastores C. L. Boyd y D. A. Robinson, quienes estaban de viaje de los Estados Unidos al gran campo sudafricano, añadió mucho interés a las reuniones del Concilio. Ellos se unieron de todo corazón en el estudio de los difíciles problemas de la obra en Europa; y a la vez trajeron muchos de los problemas sudafricanos para una consideración informal.
Eficiencia en el servicio misionero
Al escribir a estos hermanos concerniente a la gran tarea que tenían delante, la Sra. White destacó la importancia de comenzar bien desde el propio comienzo de la obra. Ella habló de campos donde se podía haber hecho mucho más si la obra no hubiera sido impedida por haberse practicado economías con falta de sabiduría; y declaró que si la obra hubiera comenzado de la debida manera, se habrían empleado menos recursos. Dijo ella:
"Tenemos un cometido grande y sagrado en las elevadas verdades que nos fueron encomendadas. Nos alegramos de que hay hombres que entran en nuestros campos misioneros dispuestos a trabajar con una pequeña remuneración. El dinero no tiene peso en su ánimo frente a los clamores de la conciencia y del deber, a fin de presentar la verdad a los que están en las tinieblas del error en países lejanos, por amor a Cristo y a sus semejantes.
"Los hombres que se dan a sí mismos a la gran obra de enseñar la verdad no son los que pueden ser sobornados con la riqueza o asustados por la pobreza. Pero Dios hará que sus siervos delegados experimenten un constante progreso. A fin de que la obra pueda ser llevada adelante con eficacia, el Señor envió a sus discípulos de dos en dos... Ninguna idea proveniente de un solo hombre, ningún plan de un solo hombre, ha de predominar y controlar la tarea de hacer progresar la obra... El uno no debe separarse del otro, invocando la bondad de sus propios medios y planes. El puede haber sido educado en una cierta dirección, y poseer ciertos rasgos de carácter que resulten perjudiciales para los intereses de la obra si se le permitiera ser el poder dominante.
"Los obreros no han de separarse el uno del otro, sino trabajar juntos en cualquier cosa que interese a la causa de Dios. Y una de las cosas más importantes que debe considerarse es la cultura propia. Se da demasiado poca atención a este asunto. Deben cultivarse todas las facultades a fin de hacer una obra elevada y honorable para Dios. Debe obtenerse sabiduría en mucho mayor medida de lo que suponen muchos de los que han estado trabajando por años en la causa de Dios...
"Mantened el carácter elevado de la obra misionera. Que la pregunta tanto de los hombres como de las mujeres asociados en la labor misionera sea: ¿Qué soy yo? ¿Qué es lo que debo ser yo, y qué es lo que debo hacer? Que cada obrero considere que él no puede dar a otro lo que él mismo no posee. Por lo tanto no debe encastillarse en sus propios métodos y hábitos, sin hacer ningún cambio en procura de lo mejor. Pablo dice: No lo he logrado, pero prosigo al blanco. Los individuos deben lograr un constante progreso, un avance y una reforma para perfeccionar un carácter simétrico y bien equilibrado...
"Hay poco que pueda hacer ninguno de vosotros trabajando solo. Dos o más son mejores que uno si cada uno estima al otro mejor que él mismo. Si alguno de vosotros considera sus planes y modos de trabajo como perfectos, se engaña grandemente. Tomad consejo juntos con mucha oración y humildad mental, dispuestos a ser aconsejados y guiados. Esto os colocará donde Dios será vuestro Consejero...
"No hemos de hacer de las maneras del mundo las nuestras. Hemos de dar al mundo un ejemplo más noble, manifestando que nuestra fe es de un carácter elevado. Tratad a otros como vosotros mismos quisierais ser tratados. Que cada acción revele la nobleza de la verdad. Sed fieles a vuestra fe, y seréis fieles a Dios. Recurrid a la palabra, a fin de descubrir sus instrucciones. Cuando Dios habla, es nuestro deber escuchar y obedecer...
"Desde el principio del establecimiento de vuestra obra, comenzad de una manera digna, como Dios quiere, a fin de que deis carácter a la influencia de la verdad, la cual vosotros sabéis que es de origen celestial. Pero recordad que ha de ejercerse mucho cuidado con respecto a la presentación de la verdad. Conducid las mentes en forma cuidadosa. Espaciaos en la piedad práctica, tejiéndola dentro de la trama de los discursos doctrinales. Las enseñanzas del amor de Cristo subyugarán y someterán el terreno del corazón y lo prepararán para el nacimiento de la simiente de la verdad. Obtendréis la confianza de las personas al hacer esfuerzos por conocerlas. Pero mantened el carácter elevado de la obra. Permitid que las publicaciones, las revistas, los folletos, hagan su obra entre la gente, preparando las mentes de la clase lectora para la predicación de la verdad. No escatiméis esfuerzos en este sentido, y la obra, si comienza sabiamente y prosigue sabiamente, tendrá éxito. Pero sed humildes y estad dispuestos a ser enseñados, si queréis enseñar a otros y guiarlos en el camino de la verdad y la justicia".
"¡Avanzad!"
Al pasar en revista el progreso logrado hasta la terminación del año 1887, la Sra. White escribió libremente concerniente a las providencias de Dios en Europa, y a las oportunidades del futuro. Dijo ella:
"Se ha encomendado una gran obra a aquellos que presentan la verdad en Europa... Están Francia y Alemania, con grandes ciudades y enormes poblaciones. Están Italia, España y Portugal, después de tantos siglos de tinieblas, ... abiertos a la Palabra de Dios, abiertos para recibir el último mensaje de amonestación al mundo. Están Holanda, Austria, Rumania, Turquía, Grecia y Rusia, que son el hogar de millones y millones, cuyas almas son tan preciosas a la vista de Dios como las nuestras, y que no saben nada de las verdades especiales para este tiempo.
"Ya se ha hecho una buena obra en estos países. Existen personas que han recibido la verdad, esparcidas como portadores de luz en casi cada país... ¡Pero cuán poco se ha hecho en comparación con la gran obra que tenemos delante! Los ángeles de Dios están conmoviendo las mentes del pueblo, y preparándolas para recibir la amonestación. Se necesitan misioneros en campos en los cuales hasta hoy apenas ha empezado la tarea. Nuevos campos están abriéndose constantemente. La verdad debe ser traducida a diferentes lenguas, para que todas las naciones disfruten de sus influencias puras y vivificantes...
"Los colportores están teniendo un éxito animador en la venta de nuestros libros. Así la luz se está llevando a la gente, en tanto que el colportor--que en muchos casos es alguien que ha perdido su empleo por aceptar la verdad--puede sostenerse con su trabajo. Además, las ventas son una ayuda para la oficina de publicaciones. En los días de la Reforma, monjes que habían abandonado los conventos, y que no tenían ningún otro medio de sostén, viajaban por el país, vendiendo las obras de Lutero, que circularon así rápidamente por toda Europa. La obra del colportaje fue uno de los medios más eficientes para esparcir la luz entonces, y así resultará también hoy...
"Habrá obstáculos que retardarán la obra... Hemos tenido que hacerles frente en todo lugar donde se han establecido misiones. Ha tenido que vencerse la falta de experiencia, las imperfecciones, los errores y las influencias no consagradas. ¡Cuán a menudo estas cosas han obstaculizado el progreso de la causa en los Estados Unidos! No esperamos tener que afrontar menos dificultades en Europa. Algunos de los que estaban relacionados con la obra en estos campos extranjeros, así como en Norteamérica, se han desanimado y, siguiendo la conducta de los espías indignos, han traído un informe descorazonador. Como el tejedor descontento, ellos están mirando del lado erróneo de la tela. No pueden entender el plan del Diseñador; para ellos todo es confusión, y en vez de esperar hasta poder discernir el propósito de Dios, rápidamente comunican a otros su espíritu de duda y oscuridad.
"Pero no es ése el informe que traemos ahora. Después de una estancia de dos años en Europa no vemos más razón de desánimo en la condición de la causa allí que cuando ésta empezó en los diferentes campos de Estados Unidos. Allí vimos cómo el Señor estaba probando el material que había de ser usado. Algunos no soportaron la prueba de Dios. No querían ser labrados y modelados. Todo golpe del buril, toda aplicación del martillo, despertaba su enojo y resistencia. Ellos fueron puestos a un lado, y otro material fue traído para ser probado de la misma manera. Todo esto ocasionó demora. Todo fragmento roto y desprendido causó lamentos. Algunos pensaron que estas pérdidas arruinarían el edificio, pero por el contrario, éste se hizo más fuerte al ser quitados los elementos de debilidad. La obra avanzó en forma segura. Cada día hacía más claro el hecho de que la mano del Señor lo estaba guiando todo, y que un gran propósito corría a través de la obra desde el comienzo hasta el fin. Vemos que también la obra se está estableciendo en Europa.
"Una de las grandes dificultades es la pobreza que afrontamos a todo paso. Esto demora el progreso de la verdad, la cual, como en los siglos anteriores, normalmente encuentra sus primeros conversos entre las clases más humildes. Sin embargo hemos tenido una experiencia similar en nuestro propio país, tanto al este como al oeste de las Montañas Rocosas. Los que primero aceptaron el mensaje eran pobres, pero al disponerse ellos a trabajar con fe para realizar lo que podían con sus talentos, habilidades y medios, el Señor acudió en su ayuda. En su providencia él trajo a la verdad a hombres y mujeres de corazón dispuesto; tenían recursos, y anhelaban enviar la luz a otros. Así ocurrirá ahora. Pero el Señor quiere que trabajemos fervientemente con fe hasta que llegue el tiempo.
"Se ha dado la orden en Europa: '¡Avanzad!' El más humilde de los que trabajan con ahínco por la salvación de las almas es un colaborador con Dios y con Cristo. Angeles ministran en su favor. A medida que avanzamos siguiendo las oportunidades que nos abre su Providencia, Dios continuará abriendo el camino delante de nosotros. Cuanto mayores sean las dificultades que tengamos que vencer, mayor será la victoria obtenida".4
Un notable desarrollo
La Sra. White vivió para ver el día en que había surgido una numerosa feligresía de creyentes adventistas del séptimo día en Europa gracias a los incansables esfuerzos de muchos obreros. Ella se regocijó por la prosperidad que acompañaba a muchos ramos de la obra en diversos países, y por los informes de cantidades de creyentes que aumentaban rápidamente, hasta llegar en 1914 a más de 33.000, número mayor que el total de observadores del sábado que había en todo el mundo cuando ella viajó a Europa.
Y grande fue el regocijo de la Sra. White cuando se le presentaron ejemplares de libros y otras publicaciones en diversos idiomas del campo europeo, producidos por muchos centros publicadores, donde se preparaban impresos denominacionales con una venta total anual de $ 482.000 en 1913.
Mensajes de esperanza y valor
Los mensajes que la Sra. White envió de tiempo en tiempo a los obreros de Europa han estimulado el desarrollo de amplios planes que han traído fortaleza y prosperidad a todos los ramos de la obra. En 1902 ella escribió:
"Hermanos míos, uníos con el Señor Dios de los ejércitos. Sea él vuestro temor y vuestro temblor. Ha llegado el tiempo en que su obra debe ampliarse. Tenemos delante tiempos llenos de problemas; pero si andamos unidos en camaradería cristiana, sin que nadie esté luchando por la supremacía, Dios obrará poderosamente por nosotros.
"Tengamos esperanza y valor. El desánimo en el servicio de Dios es pecaminoso e irrazonable. El conoce cada una de nuestras necesidades. El tiene todo el poder. El puede otorgar a sus siervos la medida de eficacia que requieran sus necesidades. Su amor y compasión infinitos nunca se agotan. El une a la majestad de la omnipotencia la bondad y el cuidado de un tierno pastor. No necesitamos tener ningún temor de que no cumpla sus promesas. Su verdad es eterna. Nunca cambiará el pacto que ha hecho con los que lo aman. Sus promesas a su iglesia son firmes para siempre. El hará de ella una eterna excelencia, un gozo de muchas generaciones".5