La oración es tan esencial como el alimento diario
La oración cotidiana es esencial para crecer en la gracia, y aun para la misma vida espiritual, así como el alimento físico es indispensable para el bienestar temporal. Debemos acostumbrarnos a elevar a menudo nuestros pensamientos en oración a Dios. Si la mente divaga, debemos traerla de vuelta; mediante el esfuerzo perseverante se transformará por fin en algo habitual. Ni por un momento podemos separarnos de Cristo sin peligro. Podemos tener su presencia que nos ayude a cada paso únicamente si respetamos las condiciones que él mismo ha establecido.—Mensajes para los Jóvenes, 112, 113.Orar es una necesidad espiritual
Aunque Cristo había dado la promesa a sus discípulos de que recibirían el Espíritu Santo, esto no disminuyó la necesidad de la oración. Oraban con más fervor aun; y continuaban orando de común [22] acuerdo. Quienes están comprometidos ahora en la solemne obra de preparar a un pueblo para la venida del Señor, también deberían continuar en oración.—Gospel Workers 1892:371.La oración es la vida del alma
“La oración es una necesidad porque es la vida del alma. La oración en familia, la oración en público, tienen su lugar, pero es la comunión secreta con Dios la que sostiene la vida del alma”.—La Educación, 252.La oración es necesaria para la salud espiritual
Varias veces por día debieran consagrarse momentos preciosos, áureos, a la oración y al estudio de las Escrituras, aunque solo fuese para memorizar un texto, a fin de que la vida espiritual pueda existir en el alma. Los intereses variados de la causa se constituyen en alimento para la reflexión y son una inspiración para nuestras oraciones. La comunión con Dios es sumamente esencial para la salud espiritual, y es en esa comunión solamente que podremos obtener la sabiduría y el juicio recto tan necesarios en la realización de cada deber.—Testimonies for the Church 4:459.El ejemplo de Cristo demuestra la necesidad de la oración
Si los que hacen oír las solemnes notas de amonestación para este tiempo pudiesen comprender cuán responsables son ante Dios, verían la necesidad que tienen de la oración ferviente. Cuando las ciudades eran acalladas en el sueño de la medianoche, cuando cada hombre había ido a su casa, Cristo, nuestro ejemplo, se dirigía al monte de las Olivas, y allí, en medio de los árboles que le ocultaban, pasaba toda la noche en oración. El que no tenía mancha de pecado, el que era alfolí de bendición; Aquel cuya voz oían a la cuarta vela de la noche, cual bendición celestial, los aterrorizados discípulos, en medio de un mar tormentoso, y cuya palabra levantaba a los muertos de sus sepulcros, era el que hacía súplicas con fuerte clamor y lágrimas. No oraba por sí, sino por aquellos a quienes había venido a salvar. Al convertirse en suplicante, y buscar de la mano de su Padre nueva provisión de fuerza, salía refrigerado y vigorizado como sustituto del hombre, identificándose con la humanidad doliente y dándole un ejemplo de la necesidad de la oración.Jesús presentó la necesidad de la oración
Instó a los hombres a reconocer la necesidad de la oración, el arrepentimiento, la confesión y el abandono del pecado. Les enseñó a ser honrados, tolerantes, misericordiosos y compasivos, recomendándoles amar no solo a quienes los amaban, sino a los que los odiaban y los trataban despectivamente. En todo esto estaba revelándoles el carácter del Padre, quien es longánimo, misericordioso, lento para la ira y lleno de bondad y verdad.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 30.La oración fue una necesidad para Daniel
Daniel estaba sujeto a las más severas tentaciones que pueden asaltar a los jóvenes de hoy en día; sin embargo era fiel a la instrucción religiosa recibida en los primeros años. Se hallaba rodeado por influencias calculadas para trastornar a los que vacilasen entre los principios y las inclinaciones; sin embargo, la Palabra de Dios lo presenta como un carácter intachable. Daniel no osó confiar en su propio poder moral. La oración era para él una necesidad. Hizo de Dios su fortaleza, y el temor del Señor estaba constantemente delante de él en todas las transacciones de la vida.—La Temperancia, 134, 135.El progreso espiritual depende de la oración
Si hubiere más oración entre nosotros, más ejercicio de la fe viviente y menos dependencia de los demás, habríamos avanzado mucho más en inteligencia espiritual de lo que avanzamos hasta aquí. Necesitamos una vivencia profunda e individual del corazón y el alma. Entonces seríamos capaces de decir lo que Dios está haciendo y cómo está trabajando. Necesitamos tener una experiencia viviente en las cosas de Dios; no estamos seguros a menos que la tengamos. Hay quienes tienen una buena vivencia con Dios, y hablan acerca de esto, pero cuando repasamos dicha vivencia, nos damos cuenta que no está de acuerdo con un “así dice Jehová”. Si hubo un tiempo en nuestra historia en el que necesitamos humillar nuestras almas delante de Dios, es ahora. Necesitamos ir a Dios con fe de que todo está prometido en la Palabra, y luego caminar en toda la luz y el poder que da Dios.—The Review and Herald, 1 de julio de 1909.La oración: una necesidad diaria
La religión debe comenzar con el vaciamiento y la purificación del corazón, y debe ser nutrida por la oración diaria.—Testimonies for the Church 4:535.La oración nos conecta con el cielo
Los creyentes que se vistan con toda la armadura de Dios y que dediquen algún tiempo diariamente a la meditación, la oración y el estudio de las Escrituras, se vincularán con el cielo y ejercerán una influencia salvadora y transformadora sobre los que los rodean. Suyos serán los grandes pensamientos, las nobles aspiraciones, y las claras percepciones de la verdad y el deber para con Dios. Anhelarán la pureza, la luz, el amor y todas las gracias de origen celestial. Sus sinceras oraciones penetrarán a través del velo. Esta clase de personas poseerá una confianza santificada para comparecer ante la presencia del Infinito. Tendrán conciencia de que la luz y la gloria del cielo son para ellos, y se convertirán en personas refinadas, elevadas y ennoblecidas por causa de esta asociación íntima con Dios. Tal es el privilegio de los verdaderos cristianos.—Testimonios para la Iglesia 5:105, 106.La oración como la primera actividad del día
Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: “Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti”. Este es un asunto diario. Cada mañana conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a él, para ponerlos en práctica o abandonarlos según te lo indicare su providencia. Sea puesta así tu vida en las manos de Dios, y será así cada vez más semejante a la de Cristo.—El Camino a Cristo, 69, 70.La oración es un deber
Nada tiende más a fomentar la salud del cuerpo y del alma que un espíritu de agradecimiento y alabanza. Resistir a la melancolía, a los pensamientos y sentimientos de descontento es un deber tan positivo como el de orar.—El Ministerio de Curación, 194.Cuanto menos deseo sintamos, más debemos orar
Oremos mucho más cuanto menos sintamos la inclinación de tener comunión con Jesús. Si así lo hacemos quebraremos las trampas de Satanás, desaparecerán las nubes de oscuridad, y gozaremos de la dulce presencia de Jesús.—Exaltad a Jesús, 366.La oscuridad rodea a quienes olvidan la oración
Y si el Salvador de los hombres, el Hijo de Dios, sintió la necesidad de orar, ¡cuánto más nosotros, débiles mortales, manchados por el pecado, no debemos sentir la necesidad de orar con fervor y constancia!Satanás engaña a quienes no oran
Todos los que no escudriñan fervientemente las Escrituras, ni someten todo deseo y propósito de la vida a esa prueba infalible, todos los que no buscan a Dios en oración para obtener el conocimiento de su voluntad, se extraviarán seguramente de la buena senda, y caerán bajo la seducción de Satanás.—Testimonios para la Iglesia 5:179.Las tentaciones hacen necesaria la oración
La fortaleza adquirida al orar a Dios, unida al esfuerzo individual y a la preparación de la mente para que sea considerada y cuidadosa, prepara a la persona para los deberes diarios y conserva el espíritu en paz bajo toda circunstancia, por penosa que sea. Las tentaciones a que estamos expuestos diariamente hacen de la oración una necesidad. A fin de que podamos ser guardados por el poder de Dios, por medio de la fe, los deseos de la mente debieran ascender en forma constante en oración silenciosa suplicando ayuda, luz, fortaleza y conocimiento. Pero la meditación y la oración no pueden desplazar el ferviente y fiel aprovechamiento del tiempo. Se necesita a la vez trabajo y oración para perfeccionar el carácter cristiano. [31]Ahora debemos orar más que antes
Para progresar en la vida espiritual, tenemos que pasar mucho tiempo en oración. Cuando el mensaje de verdad se proclamó por primera vez, ¡cuánto se oraba! ¡Cuán a menudo se oía en las cámaras, en el establo, en el huerto o en la arboleda la voz intercesora! A menudo pasábamos horas enteras en oración, dos o tres juntos reclamando la promesa; con frecuencia se escuchaba el sonido del llanto, y luego la voz de agradecimiento y el canto de alabanza. Hoy está más cerca el día del Señor que cuando primero creímos, y deberíamos ser más dedicados, más celosos y fervientes que en aquellos primeros días. Los peligros que encontramos son mayores que entonces. Las almas están más endurecidas. Ahora necesitamos ser imbuidos por el espíritu de Cristo, y no deberíamos descansar hasta no recibirlo.—Testimonios para la Iglesia 5:151.Busquemos al señor con todo el corazón
Nuestras oraciones deben estar llenas de ternura y amor. Cuando anhelemos sentir de una manera más profunda y más amplia el amor del Salvador, clamaremos a Dios por más sabiduría. Si alguna vez hubo necesidad de oraciones y sermones que conmuevan el alma, es ahora. El fin de todas las cosas está cercano. ¡Ojalá pudiésemos ver como debiéramos la necesidad de buscar de todo corazón al Señor! Entonces lo encontraremos. ¡Quiera Dios enseñar a su pueblo a orar!—La Maravillosa Gracia, 186, 187.Orar no es tiempo perdido
Tomen tiempo para comenzar su trabajo con oración cada mañana. No piensen que es una pérdida de tiempo; son momentos que vivirán durante las edades eternas. De este modo se tendrá éxito y se obtendrán victorias espirituales. La maquinaria responderá al toque de la mano del Maestro. Verdaderamente vale la pena solicitar la bendición de Dios, y el trabajo no puede ser bien hecho a menos que se comience bien. Cada obrero debe fortalecer sus ma- nos y purificar su corazón antes de que el Señor pueda utilizarlo efectivamente.—Testimonios para la Iglesia 7:185.Pocos aprecian el privilegio de orar
Debemos velar, obrar y orar como si este fuese el último día que se nos concede. ¡Qué intenso fervor habría entonces en nuestra vida! ¡Cuán estrechamente seguiríamos a Jesús en todas nuestras palabras y acciones!Cuanto más cerca nos hallemos del fin, más debemos orar
Las confederaciones aumentan tanto en número como en poder. Estas confederaciones crearán una influencia opositora de la verdad, formarán nuevos grupos de creyentes profesos que obrarán de acuerdo con sus teorías engañosas. La apostasía aumentará. “Algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctri-[33] nas de demonios”. 1 Timoteo 4:1. Los hombres y las mujeres se han unido para oponerse al Señor Dios del cielo, y la iglesia se encuentra despierta a medias solamente a la comprensión de esta situación. Los cristianos profesos deben orar más y realizar un esfuerzo más fervoroso.—Mensajes Selectos 2:440.La victoria se alcanza mediante la sincera oración diaria
Orando diariamente a Dios, recibirán de él sabiduría y gracia para soportar el conflicto y las severas realidades de la vida y salir victoriosos. Solo se puede conservar la fidelidad y la serenidad de la mente mediante la vigilancia y la oración.—Mensajes para los Jóvenes, 78.Debemos separar tiempo para orar
Deberíamos aprender ahora a conocer a Dios, poniendo a prueba sus promesas. Los ángeles toman nota de cada oración ferviente y sincera. Sería mejor sacrificar nuestros propios gustos antes que descuidar la comunión con Dios. La mayor pobreza y la más absoluta abnegación, con la aprobación divina, valen más que las riquezas, los honores, las comodidades y amistades sin ella. Debemos darnos tiempo para orar.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 680.Tenemos que pasar mucho tiempo en oración
Úsese mucho tiempo en oración y en un examen minucioso de la Palabra. Que todos atesoren en sus propias almas los verdaderos conceptos de la fe al creer que el Espíritu Santo les será impartido porque realmente tienen hambre y sed de justicia... Hay que orar más, creer y recibir más, y debe haber una mayor colaboración con Dios.—Exaltad a Jesús, 174.Oremos siempre y como nunca antes
Mirad a Jesús con sencillez y fe. Contemplad al Salvador hasta que vuestro espíritu desfallezca bajo el exceso de luz. Oramos y creemos solo a medias. “Pedid, y se os dará”. Lucas 11:9. Orad, creed, fortaleceos unos a otros. Orad como nunca habéis orado, para que el Señor ponga su mano sobre vosotros, y seáis habilitados para comprender la longitud, la anchura, la profundidad y la altura del amor de Cristo, que sobrepuja todo entendimiento, y estéis henchidos de la plenitud de Dios.—Testimonios para la Iglesia 7:204.La actividad no sustituye a la oración
Al aumentar la actividad, si los hombres tienen éxito en ejecutar algún trabajo para Dios, hay peligro de que confíen en los planes y métodos humanos. Tienden a orar menos y a tener menos fe. Como los discípulos, corremos el riesgo de perder de vista cuánto dependemos de Dios y tratar de hacer de nuestra actividad un salvador. Necesitamos mirar constantemente a Jesús comprendiendo que es su poder lo que realiza la obra. Aunque hemos de trabajar fervorosamente para la salvación de los perdidos, también debemos tomar tiempo para la meditación, la oración y el estudio de la Palabra de Dios. Es únicamente la obra realizada con mucha oración y santifi cada por el mérito de Cristo, la que al fin habrá resultado eficaz para el bien.—El Deseado de Todas las Gentes, 329.Oremos para obedecer leyes impopulares
El acto de colocarse en el lado impopular requiere valor moral, firmeza, decisión, perseverancia y mucha oración. Estemos agradecidos porque ahora podemos acudir a Cristo tal como antaño iban a él en el templo los pobres y los dolientes.—El Evangelismo, 178.Se necesita orar para hacer la obra de Dios
Se necesita mucha oración y el ejercicio más vigoroso de la mente si queremos estar preparados para realizar el trabajo que Dios nos confíe. Muchos nunca alcanzan la posición que podrían ocupar porque esperan que Dios haga para ellos lo que él les ha dado capacidad de hacer por sí mismos. Todos los que hayan de ser útiles en esta vida deben pasar por la escuela de la disciplina mental y moral más severa, y entonces Dios los ayudará combinando el poder divino con el esfuerzo humano.—Conflicto y Valor, 370.La oración es necesaria para entender la verdad
Los temas de la redención son temas importantes, y solo aquellos que están orientados espiritualmente pueden discernir su profundidad y significado. Encontramos nuestra seguridad y gozo al espaciarnos en las verdades del plan de salvación. La fe y la oración son necesarias para poder contemplar las profundas cosas de Dios. Nuestras mentes están tan atadas por ideas estrechas que apenas tenemos una visión limitada de la experiencia que es nuestro privilegio tener. Cuán poco comprendemos el significado de la oración del apóstol, cuando dice: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”.—Dios nos Cuida, 128.La oración es necesaria en el hogar
El afecto no puede durar, ni siquiera en el círculo del hogar, a menos que la voluntad y el temperamento estén en armonía con la voluntad de Dios. Todas las facultades y pasiones deben ponerse en armonía con los atributos de Jesucristo. Si, en el amor y temor de Dios, el padre y la madre unen sus intereses para ejercer autoridad en el hogar, verán la necesidad de orar mucho y de reflexionar seriamente. Y mientras busquen a Dios, sus ojos se abrirán para ver que los mensajeros celestiales están presentes para protegerlos en respuesta a la oración hecha con fe. Vencerán las debilidades de [37] su carácter y progresarán hacia la perfección.—El Hogar Cristiano, 284.La oración es necesaria para conservar nuestros vínculos con Dios
Si se descuida el ejercicio de la oración, o se dedica a orar esporádicamente, de vez en cuando, cuando se lo considera conveniente, entonces perderá la conexión con Dios. La vida cristiana se volverá seca y las facultades espirituales no tendrán ya vitalidad. La experiencia religiosa perderá su salud y vigor.—The Signs of the Times, 31 de julio de 1893.La oración es necesaria para la fortaleza espiritual
Pero el motivo de vuestra inquietud es que no acudís en busca de la felicidad a la única fuente verdadera. Estáis siempre procurando encontrar fuera de Cristo el gozo que solo se encuentra en él. En él no hay esperanza frustrada. ¡Cómo se descuida el precioso privilegio de la oración! La lectura de la Palabra de Dios prepara la mente para la oración. Una de las principales razones, de vuestra escasa disposición para acercarnos a Dios mediante la oración es que os habéis incapacitado para esta obra sagrada leyendo historias fascinadoras que han excitado la imaginación y despertado pasiones impuras. La Palabra de Dios llega a ser insípida, se olvida la hora de la oración. La oración es la fuerza del cristiano. Cuando está solo, no se encuentra solo; siente la presencia de Aquel que ha dicho: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días”.—Mensajes para los Jóvenes, 381.La oración es necesaria para entrar al cielo
No hay tal cosa como que podamos entrar en los portales celestiales mediante la complacencia y la necedad, las diversiones, el egoísmo, sino solo mediante constante vigilancia y oración incesante. La vigilancia espiritual de nuestra parte es individualmente el precio de la seguridad. No os desviéis ni una pulgada hacia el lado de Satanás, para que no gane ventaja sobre vosotros.—Comentario Bíblico Adventista 6:1094.La oración nos conserva fieles
Sin oración incesante y vigilancia diligente, corremos el riesgo de volvernos indiferentes y de desviarnos del sendero recto. Nuestro adversario procura constantemente obstruir el camino al propiciatorio, para que no obtengamos mediante ardiente súplica y fe, gracia y poder para resistir a la tentación.—El Camino a Cristo, 94.Roguemos por el derramamiento del Espíritu Santo
Si hemos de aprender de Cristo, debemos orar como los apóstoles oraban cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre ellos. Necesitamos el bautismo del Espíritu de Dios. No estamos seguros ni siquiera una hora mientras descuidamos la obediencia a la Palabra de Dios.—Fundamentals of Christian Education, 537.La oración convierte la debilidad en fortaleza
No ven [muchos creyentes] la importancia del conocimiento ni del control propios. No velan y oran, para no entrar en tentación. Si velaran, reconocerían sus puntos débiles, donde seguramente la tentación los atacará. Al velar y orar pueden proteger de tal modo sus puntos más débiles que se transformarán en los más fuertes, y pueden enfrentar la tentación sin ser vencidos. Cada seguidor de Cristo debiera examinarse diariamente, para que pueda conocer perfectamente su propia conducta.—Testimonios para la Iglesia 2:453.Es necesario que oremos en toda circunstancia
En vuestros negocios, en las amistades que cultivéis durante vuestros ratos de ocio, y en los vínculos que duren toda la vida, iniciad todas vuestras relaciones tras seria y humilde oración. Así probaréis que honráis a Dios, y Dios os honrará. Orad cuando os sintáis desfallecer. Cuando estéis desalentados, permaneced mudos ante los hombres; no echéis sombra sobre la senda de los demás; mas decídselo todo a Jesús. Alzad vuestras manos en demanda de auxilio. En vuestra flaqueza, asíos de la fuerza infinita. Pedid [39] humildad, sabiduría, valor y aumento de fe, para que veáis la luz de Dios y os regocijéis en su amor.—El Ministerio de Curación, 410, 411.