Dios promete escuchar y responder las oraciones
Cristo es el eslabón de unión entre Dios y el hombre. Ha prometido su intercesión personal empleando su nombre. Coloca toda la virtud de su justicia al lado del suplicante. Cristo ruega por el hombre, y el hombre necesitado de la ayuda divina, ruega por sí mismo en la presencia de Dios usando el poder de la influencia de Aquel que dio su vida por el mundo. Cuando reconocemos ante Dios nuestro aprecio por los méritos de Cristo, se añade fragancia a nuestras intercesiones. ¡Oh, quién puede valorar esta gran misericordia y amor! Al acercarnos a Dios mediante la virtud de los méritos de Cristo, estamos revestidos con sus vestiduras sacerdotales. Él nos coloca cerca de su lado rodeándonos con su brazo humano, mientras que con su brazo divino se aferra del trono del infinito. Sus méritos, como fragante incienso, los pone en un incensario en nuestras manos, para estimular nuestras peticiones. Promete escuchar y responder nuestras súplicas.—Comentario Bíblico Adventista 6:1078.Cuando pedimos, Dios responde
Forma parte del plan de Dios concedernos, en respuesta a la oración hecha con fe, lo que no nos daría si no se lo pidiésemos así.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 580.Jesús es quien presenta al padre nuestras pobres palabras
Cada oración sincera es oída en el cielo. Tal vez no sea expresada con fluidez; pero si procede del corazón ascenderá al santuario donde Jesús ministra, y él la presentará al Padre sin balbuceos, hermosa y fragante con el incienso de su propia perfección.—El Deseado de Todas las Gentes, 620.Quienes oran reciben poder adicional
Todos son responsables por sus actos mientras estén en este mundo de prueba. Todos tienen poder para controlar sus acciones si lo desean. Si son débiles en la virtud y la pureza de los pensamientos y actos, pueden obtener ayuda del Amigo de los desvalidos. Jesús está familiarizado con todas las debilidades de la naturaleza humana, y si se le suplica, dará fortaleza para vencer las más poderosas tentaciones. Todos pueden obtener esta fortaleza si la buscan con humildad.—Conducción del Niño, 440.Dios responde nuestras oraciones cuándo y cómo lo considera mejor
Todo santo que se allega a Dios con un corazón fiel, y eleva sus sinceras peticiones a él con fe, recibirá contestación a sus oraciones. Vuestra fe no debe desconfiar de las promesas de Dios, porque no veáis o sintáis la inmediata respuesta a vuestras oraciones. No temáis confiar en Dios. Fiad en su segura promesa: “Pedid, y recibiréis” (Juan 16:24) Dios es demasiado sabio para errar, y demasiado bueno para privar de cualquier cosa buena a sus santos que andan íntegramente. El hombre está sujeto a errar, y aunque sus peticiones asciendan de un corazón sincero, no siempre pide las cosas que sean buenas para sí mismo; o que hayan de glorificar a Dios. Cuando tal cosa sucede, nuestro sabio y bondadoso Padre oye nuestras oraciones, y nos contesta, a veces inmediatamente; pero nos da las cosas que son mejores para nosotros y para su propia gloria. Si pudiésemos apreciar el plan de Dios cuando nos envía sus bendiciones, veríamos claramente que él sabe lo que es mejor para nosotros, y que nuestras oraciones obtienen respuesta. Nunca nos da algo perjudicial, sino la bendición que necesitamos, en lugar de algo que pedimos y que no sería bueno para nosotros.Dios da sabiduría en respuesta a la oración
El Señor nos ha dado la promesa: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela a Dios, el cual da a todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada”. Está en el orden de Dios: que aquellos que llevan responsabilidades se reúnan a menudo para consultarse mutuamente, y para orar con fervor por la sabiduría que él solo puede impartir. Unidamente presentad vuestros problemas a Dios. Hablad menos; mucho tiempo preciosos se pierde en hablar sin traer ninguna luz. Únanse los hermanos en ayuno y oración para obtener la sabiduría que Dios ha prometido que supliría liberalmente.—Testimonios para los Ministros, 507, 508.La gracia de Cristo está disponible aun antes de que oremos
Aun antes de que oración sea pronunciada, o el anhelo del corazón sea dado a conocer, la gracia de Cristo sale al encuentro de la gracia que está obrando en el alma humana.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 131.Podemos reclamar sus promesas con audacia
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. Presentad esta promesa cuando oráis. Tenemos el privilegio de ir ante Dios con santa osadía. Si le pedimos con sinceridad que haga brillar su luz sobre nosotros, nos oirá y contestará. Pero debemos vivir en armonía con nuestras oraciones. No tienen valor si caminamos en dirección opuesta a ellas. He visto a un padre que, después de leer un pasaje de las Escrituras y orar, con frecuencia, casi tan pronto como se levantaba de sus rodillas, comenzaba a regañar a sus hijos. ¿Cómo podía contestar Dios la oración que se había ofrecido? Y si después de haber increpado a sus hijos, un padre ora, ¿beneficia esa oración a los hijos? No, a menos que sea una oración de confesión a Dios.— Conducción del Niño, 472.Los ángeles nos ayudan en respuesta a nuestras oraciones
Cuando esté por hablar apasionadamente, cierre la boca. No diga una palabra. Ore antes de hablar, y los ángeles del cielo vendrán a ayudarle y a echar a los ángeles malos que quisieran inducirla a deshonrar a Dios, lanzar reproches contra su causa y debilitar su propia alma.—Testimonios para la Iglesia 2:75.El evangelio progresará rápidamente como respuesta a la oración
Dios obraría poderosamente a favor de sus hijos hoy si ellos se colocaran totalmente bajo su dirección. Necesitan que el Espíritu Santo more constantemente con ellos. Si hubiese más oración en los concilios de los que llevan responsabilidades, si los corazones se humillaran más delante de Dios, veríamos abundante evidencia de la dirección divina, y nuestra obra haría rápidos progresos.— Testimonios para la Iglesia 8:249.La oración nos dará poder para vencer
Debemos llevar puesta la completa armadura de Dios, y estar listos en todo momento para sostener el conflicto con las potestades de las tinieblas. Cuando nos asalten las tentaciones y las pruebas, acudamos a Dios para luchar con él en oración. No dejará que volvamos vacíos, sino que nos dará fortaleza y gracia para vencer y quebrantar el poderío del enemigo. ¡Ojalá que todos viesen estas cosas en su verdadera luz y soportasen las fatigas como buenos soldados de Jesús! Entonces Israel podría seguir adelante, reconfortado en el Señor y en la potencia de su fortaleza.—Primeros Escritos, 46.Las bendiciones serán proporcionales a nuestra fe
Oren con fe. Y asegúrense de colocar sus vidas en armonía con sus peticiones, de modo que puedan recibir las bendiciones que han demandado. Que no se debilite su fe, porque las bendiciones que se reciben son proporcionales a la fe que se ejerce. “Conforme a vuestra fe os sea hecho”. “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. Mateo 9:29; 21:22. Oren, crean, y regocíjense. Canten himnos de alabanza porque él les ha contestado las oraciones. Acéptenlo al pie de la letra, “porque fiel es el que prometió”. Hebreos 10:23. No se pierde ninguna súplica sincera. El canal está abierto; la corriente está fluyendo. Lleva propiedades salutíferas en sus aguas, derramando una corriente restauradora de vida y salud y salvación.—Testimonios para la Iglesia 7:260.