Servicio Cristiano

Capítulo 2

Un llamamiento a nuestros jóvenes

Un mandato divino

El Señor ha designado a los jóvenes para que acudan en su ayuda.--Joyas de los Testimonios 3:105.

Con semejante ejército de obreros, como el que nuestros jóvenes, bien preparados, podrían proveer, ¡cuán pronto se proclamaría a todo el mundo el mensaje de un Salvador crucificado, resucitado y próximo a venir!--La Educación, 263, 264.

Tenemos hoy un ejército de jóvenes que puede hacer mucho si es debidamente dirigido y animado. Queremos que nuestros hijos crean la verdad. Queremos que sean bendecidos por Dios. Queremos que participen en planes bien organizados para ayudar a otros jóvenes. Prepárense todos de tal manera que puedan representar debidamente la verdad, dando razón de la esperanza que hay en ellos, y honrando a Dios en cualquier ramo de labor donde estén calificados para actuar. Boletín de la Asociación General 5: No2, 29, 30; 24 de enero de 1893.

Los jóvenes en la obra de la iglesia

En nuestras iglesias, se necesitan los talentos juveniles, bien organizados y preparados. Los jóvenes harán algo con sus rebosantes energías. A menos que estas energías estén encauzadas debidamente, los jóvenes las emplearán de alguna manera que perjudicará su propia espiritualidad, y resultará para daño de aquellos con quienes se asocien.--Obreros Evangélicos, 223.

Cuando los jóvenes dan su corazón a Dios, no cesa nuestra responsabilidad hacia ellos. Hay que interesarlos en la obra del Señor, e inducirlos a ver que él espera que ellos hagan algo para adelantar su causa. No es suficiente demostrar cuánto se necesita hacer, e instar a los jóvenes a hacer una parte. Hay que enseñarles a trabajar para el Maestro. Hay que prepararlos, disciplinarlos y educarlos en los mejores métodos de ganar almas para Cristo. Enséñeseles a tratar de ayudar de una manera tranquila y modesta a jóvenes compañeros. Expónganse en forma sistemática, los diferentes ramos del esfuerzo misionero en que ellos pueden tomar parte, y déseles instrucción y ayuda. Así aprenderán a trabajar para Dios.--Obreros Evangélicos, 222, 223.

En los primeros años

Manifiéstense la bondad y la cortesía del ministro en su trato con los niños. Debe siempre tener presente que son hombres y mujeres en miniatura, miembros jóvenes de la familia del Señor. Pueden estar cerca del Maestro y serle muy caros, y si se los instruye y disciplina debidamente, le prestarán servicio aun en su juventud.--Joyas de los Testimonios 1:530.

No se pase por alto a los jóvenes; déjeselos participar en el trabajo y la responsabilidad. Hágaseles sentir que tienen que contribuir a beneficiar a otros. Aun a los niños debe enseñárseles a hacer pequeñas diligencias de amor y misericordia para los que son menos afortunados que ellos.--Joyas de los Testimonios 3:68.

Los padres debieran enseñar a sus hijos el valor y el debido uso del tiempo. Enséñeseles que vale la pena luchar para hacer algo que honre a Dios y beneficie a la humanidad. Aun en sus tempranos años pueden ser misioneros para Dios.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 315.

El futuro que espera a los jóvenes

Y más de un muchacho de hoy día que crezca como Daniel en su hogar de Judea, estudiando la Palabra de Dios y sus obras y aprendiendo lecciones de servicio fiel, se hallará aun ante asambleas legislativas, en tribunales de justicia, o en cortes reales, como testigo del Rey de reyes.--La Educación, 255.

Timoteo era sólo un joven cuando fue escogido

Pablo vió a Timoteo fiel, firme y sincero, y lo escogió como compañero de labor y de viaje. Las que habían enseñado a Timoteo en su infancia fueron recompensadas viendo al hijo de su cuidado unido en estrecho compañerismo con el gran apóstol. Timoteo era sólo un joven cuando fué escogido por Dios como maestro; pero sus principios habían sido tan bien establecidos por su primera educación que era digno del puesto de ayudante de Pablo. Y aunque joven, llevó responsabilidades con mansedumbre cristiana.--Los Hechos de los Apóstoles, 166.

Reservas para integrar las filas

Los que entre nosotros han estado llevando cargas van siendo segados por la muerte. Muchos de los que estuvieron al frente, realizando las reformas instituidas por nosotros como pueblo, han pasado ya el meridiano de la vida, y están decayendo en su fuerza física y mental. Con la más profunda preocupación se puede preguntar: ¿Quiénes ocuparán sus puestos? ¿A quiénes serán confiados los intereses vitales de la iglesia cuando caigan los actuales portaestandartes? No podemos sino mirar ansiosamente a los jóvenes de hoy como a quienes deben llevar las cargas y responsabilidades. Ellos deben reanudar la obra donde otros la dejan, y su conducta determinará si la moralidad, la religión y la piedad vital prevalecerán, o si la inmoralidad y la incredulidad corromperán y agostarán todo lo valioso.--Obreros Evangélicos, 70.

Pioneros que trabajan con sacrificio

Debemos manifestar confianza en nuestros jóvenes. Debieran ser pioneros en toda empresa que signifique trabajo y sacrificio, mientras que los recargados siervos de Cristo deben ser apreciados como consejeros, para estimular y beneficiar a los que asestan los golpes más fuertes para Dios.--Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 398.

Se necesitan jóvenes. Dios los llama para los campos misioneros. Por estar comparativamente libres de cuidados y responsabilidades, se encuentran más favorablemente situados para dedicarse a la obra que aquellos que deben proveer educación y sostén a una gran familia. Además, los jóvenes pueden adaptarse más fácilmente a nuevos climas y nuevas sociedades, y pueden soportar mejor los inconvenientes y las penurias. Con tacto y perseverancia, alcanzarán a la gente en su ambiente.--Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 398.

Muchos jóvenes que hayan tenido la debida clase de educación han de ser preparados para el servicio, y animados a elevar el estandarte de la verdad en nuevos lugares por medio de una obra bien planeada y fiel. Asociándose con nuestros misioneros y obreros experimentados en el trabajo que se realiza en las ciudades, obtendrán la mejor clase de preparación. Actuando bajo la divina dirección, y sostenidos por las oraciones de sus colaboradores más experimentados, pueden hacer una obra buena y bendecida. Al unir sus esfuerzos con los de los obreros de más edad y usar sus energías juveniles de la mejor forma, tendrán el compañerismo de los ángeles celestiales; y como obreros juntamente con Dios, tienen el privilegio de cantar y orar y creer, y trabajar con ánimo y libertad. La confianza que les dará la presencia de los agentes celestiales tanto a ellos como a sus colaboradores, los guiará a la oración, a la alabanza y a la sencillez de la verdadera fe.--Testimonies for the Church 9:119.

Ramos de trabajo

Hay muchas actividades en las cuales los jóvenes pueden hallar oportunidad de hacer esfuerzos útiles. Hay que organizarlos y educarlos cabalmente en grupos para que trabajen como enfermeros, visitadores evangélicos, obreros bíblicos, colportores, ministros y evangelistas misioneros médicos.--Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 532.

Debemos enseñar a las personas jóvenes a ayudar a la juventud; y mientras tratan de hacer esta obra, adquirirán una experiencia que las calificará para trabajar en forma consagrada en una esfera más amplia.--Joyas de los Testimonios 2:402.

Debe educarse a jóvenes y señoritas para que se conviertan en obreros en su propio vecindario y en otros lugares. Que todos dispongan su mente y corazón para llegar a ser inteligentes con respecto a la obra para este tiempo, capacitándose para realizar aquello para lo cual se hallan mejor adaptados.--Testimonies for the Church 9:118, 119.

El secreto del éxito

Continuad, jóvenes, conociendo al Señor, y sabréis que "como el alba está aparejada su salida." Tratad de progresar constantemente. Luchad con fervor para identificaros con el Redentor. Vivid por la fe en Cristo. Haced la obra que él hizo. Vivid para la salvación de las almas por las cuales él depuso su vida. Tratad en toda forma de ayudar a aquellos con quienes os relacionáis. ... Hablad con vuestro Hermano Mayor quien completará vuestra educación, línea sobre línea, precepto tras precepto, un poco aquí y otro poco allá. Una estrecha relación con Aquel que se ofreció como sacrificio para salvar al mundo perdido, os hará obreros aceptables.--Testimonies for the Church 6:416.

Organizados para el servicio

Jóvenes y señoritas, ¿no podéis formar grupos y, como soldados de Cristo, alistaros en la labor, poniendo todo vuestro tacto, y capacidad y talento al servicio del Maestro, para que podáis salvar almas de la ruina? Organícense grupos en todas las iglesias para hacer esta obra. ... ¿Se organizarán los jóvenes y señoritas que realmente aman a Jesús como obreros, no sólo para trabajar en favor de los que profesan ser observadores del sábado, sino también de aquellos que no son de nuestra fe?--The Signs of the Times, 29 de mayo de 1893.

Vayan los jóvenes, las señoritas y los niños al trabajo en el nombre de Jesús. Unanse en algún plan de acción. ¿No podéis formar un grupo de obreros, y dedicar un tiempo para orar juntos y pedir al Señor que os dé de su gracia, y realizar una acción unificada?--The Youth's Instructor, 9 de agosto de 1894.