Falta de espíritu misionero
Ha habido sólo poco espíritu misionero entre los adventistas y observadores del sábado. Si los ministros y el pueblo estuvieran suficientemente despiertos, no descansarían así en forma indiferente, mientras Dios los ha honrado haciéndolos los depositarios de su ley, al grabarla en su mente y escribirla en su corazón.--Testimonies for the Church 3:202.
El verdadero espíritu misionero ha abandonado las iglesias que han hecho tan exaltada profesión; sus corazones ya no bullen encendidos de amor por las almas y del deseo de guiarlas al aprisco de Cristo. Necesitamos trabajadores fervorosos. ¿No hay nadie que responda al clamor que surge por doquiera: "Pasa y ayúdanos"?--Testimonies for the Church 4:156.
Se me mostró que como pueblo somos deficientes. Nuestras obras no están de acuerdo con nuestra fe. Nuestra fe testifica que vivimos bajo la proclamación del mensaje más solemne y más importante que haya sido dado jamás a los mortales. Sin embargo, a la plena vista de este hecho, nuestros esfuerzos, nuestro celo, nuestro espíritu de abnegación, no guarda paso con el carácter de la obra. Debemos despertarnos de entre los muertos, y Cristo nos dará vida.--Testimonies for the Church 2:114.
Mi corazón se conduele cuando pienso en cuán poco sienten nuestras iglesias su solemne responsabilidad ante Dios. No son sólo los ministros los soldados, sino todo hombre y mujer que se ha alistado en el ejército de Cristo. ¿Y están ellos dispuestos a compartir la suerte de un soldado, tal como Cristo les dió un ejemplo en su vida de abnegación y sacrificio? ¿Qué abnegación han manifestado nuestras iglesias como conjunto? Pueden haber dado donaciones en dinero, pero no se han dado a sí mismas.--Boletín de la Asociación General, 1893, 131.
Muchos de los profesos seguidores de Cristo no sienten más que el mundo la preocupación por las almas. La concupiscencia de los ojos, la soberbia de la vida, el amor a la ostentación, el amor a la comodidad, separan a los profesos cristianos de Dios, y el espíritu misionero existe en realidad solamente en pocos. ¿Qué puede hacerse para abrir los ojos de estos pecadores en Sión, y para hacer templar a los hipócritas?--Ibid. 132 (1893).
Hay una clase representada por Meroz. El espíritu misionero nunca ha tomado posesión de sus almas. Los llamamientos de las misiones en el extranjero no los han conmovido para obrar. ¿Qué cuenta rendirán a Dios los que no están haciendo nada en su causa, nada para ganar almas para Cristo? Los tales recibirán la denuncia: "Malo y negligente siervo."--Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 290.
Como ilustración de que habéis fallado en acudir a colaborar en la obra de Dios, como era vuestro privilegio hacerlo, se me han señalado estas palabras: "Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Jehová: maldecid severamente a sus moradores, porque no vinieron en socorro a Jehová, en socorro a Jehová contra los fuertes."--Testimonies for the Church 2:247.
Una clase de personas que buscan la propia complacencia
Me fué presentada una clase de personas conscientes de que poseen impulsos generosos, sentimientos de devoción y un deseo de hacer el bien; sin embargo, al mismo tiempo no hacen nada. Poseen un sentimiento de propia complacencia, y se halagan a sí mismas con la idea de que si tuvieran la oportunidad, o si las circunstancias fueran más favorables, podrían hacer una obra grande y buena, y estarían dispuestas a hacerla; pero les falta la oportunidad. Desprecian la estrechez mental del pobre hombre mezquino que da de mala gana la pequeña pitanza a los necesitados. Ven que vive para sí, y que no decidirá por propia iniciativa beneficiar a los demás y bendecirlos con los talentos de influencia y de recursos que le han sido confiados para su uso, y no para su abuso, ni para permitir que se herrumbren, o para guardarlos enterrados. Los que se dejan dominar por su avaricia y egoísmo, son responsables por sus actos de tacañería, y por los talentos de los cuales abusan. Pero más responsables aún son los que poseen impulsos generosos, y tienen una disposición natural para discernir las cosas espirituales, si permanecen inactivos, esperando una oportunidad que suponen no ha venido, y contrastan sin embargo su espíritu dispuesto a obrar con la falta de disposición de los avaros, manifestando que su condición es más favorable que la de sus vecinos de alma mezquina. Se engañan a sí mismos. La mera posesión de cualidades que no se usan, tan sólo acrecienta su responsabilidad; y si conservan los talentos de su Señor sin hacerlos producir, o los esconden, su condición no es mejor que la de sus vecinos por quienes sus almas sienten desprecio. A ellos se les dirá: Conocisteis la voluntad de nuestro Señor, y sin embargo no la hicisteis.--Testimonies for the Church 2:250, 251.
Estupor de muerte satánico
El pueblo de Dios debe recibir la amonestación y discernir las señales de los tiempos. Las señales de la venida de Cristo son demasiado claras para que se las pongan en duda; en vista de estas cosas, cada uno de los que profesan la verdad debe ser un predicador vivo. Dios invita a todos, tanto predicadores como laicos, a que se despierten. Todo el cielo está conmovido. Las escenas de la historia terrenal están llegando rápidamente a su fin. Vivimos en medio de los peligros de los postreros días. Mayores peligros nos esperan, y sin embargo, no estamos despiertos. La falta de actividad y fervor en la causa de Dios es espantosa. Este estupor mortal proviene de Satanás.--Joyas de los Testimonios 1:88, 89.
La incredulidad, como una mortaja, está rodeando a nuestras iglesias, porque no utilizan los talentos que Dios les ha dado, impartiendo la luz a los que no conocen la verdad preciosa. El Señor pide que las almas perdonadas, que se regocijan en la luz, hagan conocer la verdad a otros.--Boletín de la Asociación General, 1893, 133.
Satanás procura mantener al pueblo de Dios en un estado de inactividad, e impedirle que desempeñe su parte en la difusión de la verdad, para que al fin sea pesado en la balanza y hallado falto.--Joyas de los Testimonios 1:88.
Los hombres están en peligro. Las multitudes perecen. ¡Pero cuán pocos de los profesos seguidores de Cristo sienten anhelo por esas almas! El destino de un mundo se halla en juego en la balanza; pero esto apenas si conmueve a los que pretenden creer las verdades más abarcantes que jamás hayan sido dadas a los mortales. Hay falta de aquel amor que indujo a Cristo a abandonar su hogar celestial y tomar la naturaleza humana a fin de que la humanidad pudiera tocar a la humanidad, y llevarla a la divinidad. Hay un estupor, una parálisis sobre el pueblo de Dios, que le impide entender el deber de la hora.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 278, 279.
Satanás usa la descuidada y soñolienta indiferencia de los profesos cristianos para robustecer sus fuerzas y ganar almas para su bando. Muchos de los que piensan estar del lado de Cristo aunque no hacen una obra real por él, están, por el contrario, habilitando al enemigo para ganar terreno y obtener ventajas. Mediante su fracaso en ser obreros diligentes para el Maestro, al dejar de cumplir sus deberes y no pronunciar las palabras que deben, han permitido que Satanás domine las almas que podrían haber sido ganadas para Cristo.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 256.
Cuando estudio las Escrituras, me alarmo ante la condición del Israel de Dios en estos últimos días. Se los exhorta a huir de la idolatría. Temo que estén dormidos, y tan conformes con el mundo que será difícil distinguir entre el que sirve a Dios y el que no le sirve. La distancia entre Cristo y su pueblo se amplía, y se estrecha la que separa a los cristianos del mundo. Las señales de distinción entre el profeso pueblo de Cristo y el mundo casi han desaparecido. Así como el Israel de antaño, ellos van tras las abominaciones de las naciones que los rodean.--Testimonies for the Church 1:277.
Se ha nublado el discernimiento espiritual
Y no solamente en el mundo vemos los resultados del descuido en que la iglesia ha incurrido por no trabajar en favor de Cristo. Debido a este descuido se ha originado en la iglesia una situación que ha eclipsado los altos y santos intereses de la obra de Dios. Un espíritu de crítica y amargura ha invadido a la iglesia, y el discernimiento espiritual de muchos ha sido entenebrecido. Debido a esto la causa de Cristo ha sufrido gran pérdida.--Testimonies for the Church 6:297.
Me lleno de tristeza cuando pienso en nuestra condición como pueblo. El Señor no nos ha cerrado el cielo, pero nuestra propia conducta de permanente apostasía nos ha separado de Dios. El orgullo, la codicia y el amor al mundo han vivido en el corazón sin temor a la expulsión o la condenación. Pecados dolorosos cometidos con presunción se manifiestan entre nosotros. Y sin embargo la opinión general es que la iglesia está floreciendo, y que existe paz y prosperidad espiritual en todos sus términos. La iglesia ha dejado de seguir en pos de Cristo, su líder, y está volviéndose firmemente hacia Egipto. Sin embargo pocos están alarmados o sorprendidos por su falta de poder espiritual. La duda y hasta el descreimiento de los testimonios del Espíritu de Dios están leudando nuestras iglesias por doquiera. Satanás quiere que esto ocurra así.--Testimonies for the Church 5:217.
Un estado de debilidad espiritual
Una luz acumulada ha brillado sobre el pueblo de Dios, pero muchos han descuidado el seguir la luz, y por esta razón se hallan en un estado de gran debilidad espiritual. No es por falta de conocimiento por lo que el pueblo de Dios perece actualmente. No serán condenados a causa de que no conocen el camino, la verdad y la vida. La verdad que alcanzaron a comprender, la luz que ha brillado en su alma pero que han descuidado o rechazado, los condenará. Los que nunca han tenido una luz que rechazar, no serán condenados. ¿Qué más podía haberse hecho por la viña del Señor? Luz, luz preciosa brilla sobre el pueblo de Dios; pero ella no los salvará, a menos que consientan en ser salvados por ella, vivan plenamente a la altura de ella, y la transmitan a los demás que se hallan en tinieblas.--Testimonies for the Church 2:123.
La necesidad del colirio celestial
Las iglesias necesitan tener los ojos ungidos con el colirio celestial, para que vean las muchas oportunidades que por doquiera se les presentan para servir a Dios. El Señor ha pedido reiteradamente a su pueblo que salga a los caminos y los vallados y fuerce a los hombres a entrar, para que se llene su casa; y sin embargo a la sombra de nuestras propias puertas, hay familias en las cuales no hemos manifestado suficiente interés para inducirlas a pensar que cuidamos de sus almas. Es esta obra, que está más cerca de nosotros, la que el Señor nos llama a realizar. No hemos de estar en pie y preguntar: "¿Quién es mi prójimo?" Hemos de recordar que nuestro prójimo es aquel que necesita nuestra simpatía y nuestra ayuda. Nuestro prójimo es toda alma que ha sido herida por el adversario. Nuestro prójimo es todo aquel que pertenece a Dios. En Cristo han desaparecido las distinciones que hicieron los judíos con respecto a quién era su prójimo. No hay límites territoriales, ni distinciones artificiales, ni casta, ni aristocracia.--Testimonies for the Church 6:294.
Fanatismo y frío formalismo
Satanás trabaja ahora con todo su poder insinuante y engañoso, para desviar a los hombres de la obra del mensaje del tercer ángel, que ha de ser proclamado con gran poder. Cuando el enemigo vea que el Señor bendice a su pueblo, y lo prepara para discernir sus engaños, él trabajará con su poder magistral para introducir el fanatismo por una parte y el frío formalismo por la otra, a fin de que pueda recoger una cosecha de almas. Ahora es el tiempo de velar incesantemente. Vigilad el primer paso de avance que Satanás puede hacer entre nosotros.--The Review and Herald, 24 de enero de 1893.
Hay témpanos morales en nuestras iglesias. Hay abundancia de formalistas que pueden hacer una ostentación impositiva, pero no pueden brillar como luces en el mundo.--The Review and Herald, 24 de marzo de 1891.
Estrechados por el egoísmo
La razón por la cual los hijos de Dios no tienen más propósito misionero, y no tienen más fe, según se me ha mostrado, es que han sido estrechados por el egoísmo... No es la abundancia de vuestras reuniones lo que Dios acepta. No es el número de vuestras oraciones, sino el obrar correcto, el hacer lo que corresponde a su debido tiempo.--Testimonies for the Church 2:36.
La codicia
Sin embargo, algunos rehusaban convertirse; no estaban dispuestos a andar en las sendas de Dios, y cuando se hacía un pedido de ofrendas voluntarias para el adelanto de la obra de Dios, se aferraban egoístamente a sus bienes terrenales. Esas personas avarientas se separaron de la compañía de los creyentes.--Joyas de los Testimonios 3:345.
Ni siquiera uno de cada veinte está preparado
Es una solemne declaración la que hago a la iglesia, de que ni uno de cada veinte de aquellos cuyos nombres están registrados en los libros de la iglesia se halla preparado para terminar su historia terrenal, y que estaría tan ciertamente sin Dios y sin esperanza en el mundo como el pecador común. Profesan servir a Dios, pero están sirviendo fervientemente a Mammón. Esta obra que se hace a medias es una negación constante de Cristo, más bien que una confesión de Jesús. Muchos han traído a la iglesia su propio espíritu insubordinado, carente de refinamiento. Su gusto espiritual está pervertido por sus propias corrupciones inmorales y degradantes, y simbolizan al mundo en espíritu, en corazón y en propósito, confirmándose a sí mismos en prácticas lujuriosas, completamente llenos de engaño en su profesa vida cristiana. ¡Viven como pecadores, y pretenden ser cristianos! Los que pretenden ser cristianos y confesar a Cristo deben salir de entre ellos, y no tocar cosa inmunda, y separarse. ...
Dejo mi pluma y elevo mi alma en oración, para que el Señor sople su aliento vivificante sobre sus hijos desviados, que son huesos secos, para que vivan. El fin está cerca, se insinúa sobre nosotros tan imperceptible y silenciosamente, como las furtivas pisadas del ladrón en la noche, para sorprender a los que duermen, estando desprevenidos y sin preparación. Conceda el Señor que su Espíritu Santo descienda sobre los corazones dominados hoy por la comodidad, para que no sigan durmiendo como los demás, sino que velen y sean sobrios.--Boletín de la Asociación General, 1893, 132, 133.
Se necesita un reavivamiento y una reforma
Los cristianos deben prepararse para lo que pronto ha de estallar sobre el mundo como sorpresa abrumadora, y deben hacerlo estudiando diligentemente la Palabra de Dios y esforzándose por conformar su vida con sus preceptos. ... Dios pide un reavivamiento y una reforma.--La Historia de Profetas y Reyes, 461.
Un reavivamiento de la verdadera piedad entre nosotros es la mayor y más urgente de todas nuestras necesidades. El buscar esto debe ser nuestro primer trabajo.--The Review and Herald, 22 de marzo de 1887.
Ha llegado la hora de hacer una reforma completa. Cuando ella principie, el espíritu de oración animará a cada creyente, y el espíritu de discordia y de revolución será desterrado de la iglesia.--Joyas de los Testimonios 3:254.
Debe realizarse un reavivamiento y una reforma bajo la ministración del Espíritu Santo. Reavivamiento y reforma son dos cosas diferentes. El reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de los poderes de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual. La reforma significa una reorganización, un cambio en las ideas y las teorías, en los hábitos y las prácticas. La reforma no traerá los buenos frutos de la justicia a menos que esté vinculada con el reavivamiento del espíritu. El reavivamiento y la reforma han de realizar la obra señalada, y al hacer esta obra ambas deben combinarse.--The Review and Herald, 25 de febrero de 1902.
¿No nos llaman las Escrituras a realizar una obra más pura y santa que la que hemos visto hasta ahora? ... Dios llama a los que están dispuestos a ser dirigidos por su Espíritu Santo a encabezar una obra de completa reforma. Veo una crisis delante de nosotros, y el Señor llama a sus obreros a entrar en la liza. Cada alma debe ahora asumir una posición de más profunda y verdadera consagración a Dios que en los años pasados. ... He sido profundamente impresionada por escenas que recientemente han pasado delante de mí durante la noche. Parecía haber un gran movimiento--una obra de reavivamiento--que se desarrollaba en muchos lugares. Nuestros hermanos acudían respondiendo al llamado de Dios.--Boletín de la Asociación General, 19 de mayo de 1913, 34.
En visiones de la noche pasó delante de mí un gran movimiento de reforma en el seno del pueblo de Dios. Los enfermos eran sanados y se efectuaban otros milagros. Se advertía un espíritu de oración como lo hubo antes del gran día de Pentecostés. Veíase a centenares y miles de personas visitando las familias y explicándoles la Palabra de Dios. Los corazones eran convencidos por el poder del Espíritu Santo, y se manifestaba un espíritu de sincera conversión. En todas partes las puertas se abrían de par en par para la proclamación de la verdad. El mundo parecía iluminado por la influencia divina. Los verdaderos y sinceros hijos de Dios recibían grandes bendiciones.--Joyas de los Testimonios 3:345.
Hay gran necesidad de una reforma entre el pueblo de Dios. La condición actual de la iglesia nos induce a preguntar: ¿Es ésta una representación correcta de Aquel que dió su vida por nosotros?--Joyas de los Testimonios 1:402.
Cuando la iglesia haya dejado de merecer el reproche de indolencia y pereza, el Espíritu de Dios se manifestará misericordiosamente. La potencia divina será revelada. La iglesia verá las dispensaciones providenciales del Señor de los ejércitos. La luz de la verdad se derramará en rayos claros y poderosos, como en los días apostólicos, y muchas almas se apartarán del error a la verdad. La tierra será alumbrada con la gloria del Señor.--Joyas de los Testimonios 3:308.
La demora es fatal
Vi que los hijos de Dios aguardaban a que sucediese algún cambio, y se apoderase de ellos algún poder compelente. Pero sufrirán una desilusión, porque están equivocados. Deben actuar; deben echar mano del trabajo y clamar fervorosamente a Dios para obtener un conocimiento verdadero de sí mismos. Las escenas que se están desarrollando delante de nosotros son de suficiente magnitud como para hacernos despertar y grabar la verdad en el corazón de todos los que quieran escuchar. La mies de la tierra está casi madura.--Joyas de los Testimonios 1:89.
Por otra parte, hay algunos que, en lugar de aprovechar sabiamente las oportunidades presentes, están esperando ociosamente que alguna ocasión especial de refrigerio espiritual aumente grandemente su capacidad de iluminar a otros. Descuidan sus deberes y privilegios actuales y permiten que su luz se empañe a la espera de un tiempo futuro en el cual, sin ningún esfuerzo de su parte, sean hechos los recipientes de bendiciones especiales que los transformen y capaciten para servir.--Los Hechos de los Apóstoles, 44.
No productores sino consumidores
Los profesos seguidores de Cristo están siendo probados ante el universo celestial; pero la frialdad de su celo y la debilidad de sus esfuerzos en el servicio de Dios los señalan como infieles. Si lo que están haciendo fuera lo máximo que pueden hacer, no caería la condenación sobre ellos; pero si su corazón estuviera ocupado en la obra, podrían hacer mucho más. Ellos saben, y el mundo también lo sabe, que han perdido en gran medida el espíritu de abnegación y sacrificio. Hay muchos frente a cuyos nombres se encontrará escrito en los libros del cielo lo siguiente: No son productores, sino consumidores. Muchos de los que llevan el nombre de Cristo, oscurecen su gloria, velan su belleza, lo privan de su honor. Hay muchos cuyos nombres están en los libros de la iglesia, pero que no están bajo el dominio de Cristo. No hacen caso de sus instrucciones ni cumplen con su obra. De aquí que están bajo el dominio del enemigo. No están haciendo un bien positivo; por lo tanto, están realizando un daño incalculable. Debido a que su influencia no es un sabor de vida para vida, es un sabor de muerte para muerte.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 279.
La observancia de los mandamientos como manto para el pecado
El mismo peligro existe hoy en día para los que profesan ser depositarios de la ley de Dios. Están demasiado listos para adularse a sí mismos, pensando que la consideración en la cual tienen a los mandamientos los preservará del poder de la justicia divina. Rehusan ser reprobados por el mal, y acusan a los siervos de Dios de ser demasiado celosos por eliminar el pecado del campamento. Un Dios que odia el pecado exige que aquellos que profesan guardar su ley se aparten de toda iniquidad. El dejar de arrepentirse y obedecer su Palabra traerá serias consecuencias sobre el pueblo de Dios hoy en día, como lo hizo el mismo pecado sobre el Israel antiguo. Hay un límite más allá del cual Dios no demorará sus juicios.--Testimonies for the Church 4:166, 167.
Muertos en delitos y pecados
Hoy muchísimos de los que componen nuestras congregaciones están muertos en delitos y pecados. Van y vienen como la puerta sobre sus goznes. Durante años han escuchado complacientemente las verdades más solemnes y conmovedoras del alma, pero no las han puesto en práctica. Por lo tanto, son menos y menos sensibles a la preciosidad de la verdad. ... Aunque profesan tener piedad, niegan el poder de ella. Si continúan en este estado, Dios los rechazará. Se están incapacitando para ser miembros de su familia.--Joyas de los Testimonios 3:60.
Moralistas humanos
Muchos de los que se llaman cristianos, son meros moralistas humanos. Han rechazado el don que podía haberlos capacitado para honrar a Cristo representándolo ante el mundo. La obra del Espíritu Santo es para ellos una obra extraña. No son hacedores de la palabra. Los principios celestiales que distinguen a los que son uno con Cristo de los que son uno con el mundo, ya casi no se pueden distinguir. Los profesos seguidores de Cristo no son más un pueblo separado y peculiar. La línea de demarcación es borrosa. El pueblo se está subordinando al mundo, a sus prácticas, a sus costumbres, a su egoísmo. La iglesia ha vuelto al mundo en la transgresión de la ley, cuando el mundo debiera haber vuelto a la iglesia por la obediencia al Decálogo. Diariamente la iglesia se está convirtiendo al mundo.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 291, 292.
Un registro manchado
Muchos tienen una forma de piedad, sus nombres están en los registros de la iglesia, pero tienen un registro manchado en el cielo. El ángel anotador ha escrito con fidelidad sus actos. Todo hecho egoísta, toda palabra incorrecta, todo deber no cumplido, todo pecado secreto, todo artero fingimiento, es fielmente asentado en el libro de registro que lleva el ángel anotador.--Testimonies for the Church 2:442.
Los portaestandartes se están cansando
Debido a que algunos no levantan las cargas que podrían levantar, o no hacen la obra que podrían realizar, la tarea es demasiado grande para los pocos que se empeñan en ella. Ven tanto que hacer que sobrecargan sus fuerzas, y están cansándose rápidamente.--Testimonies for the Church 2:645.
Incapaces de dar razón inteligente de la fe
Muchos de los que profesan creer la verdad para estos últimos días, serán hallados faltos. Han descuidado los asuntos de más peso. Su conversión es superficial; no es profunda, ferviente y cabal. No saben por qué creen la verdad; sólo la creen porque otros la han creído, y dan por sentado que es la verdad. No pueden dar razón inteligente de lo que creen. ... Otros no están iluminados o edificados por su experiencia, o por el conocimiento que tuvieron el privilegio y el deber de obtener. La fortaleza y la estabilidad pertenecen a los que profesan la verdad con corazón sincero.--Testimonies for the Church 2:634.
Algunos seguirán el desarrollo profético
Dios tiene en la tierra un pueblo que con fe y santa esperanza está siguiendo el rollo de la profecía que rápidamente se cumple, y cuyos miembros están tratando de purificar sus almas obedeciendo a la verdad, a fin de no ser hallados sin manto de boda cuando Cristo aparezca.--Joyas de los Testimonios 1:506.
Un sueño impresionante
En un sueño que tuve el 29 de septiembre de 1886, andaba yo con un numeroso grupo de personas que buscaban fresas. Había entre el grupo muchos jóvenes de ambos sexos que debían ayudar a recoger dichas frutas. Parece que estábamos en una ciudad, porque había muy poco terreno baldío; pero en derredor de la ciudad había campos abiertos, hermosos huertos, quintas cultivadas. Delante de nosotros iba un carro cargado de provisiones pare nuestra comitiva.
Pronto se detuvo el carro, y el grupo se dispersó por todas partes en busca de frutas. En derredor del carro había matorrales altos y bajos, cargados de grandes y hermosas fresas; pero todos miraban demasiado lejos para verlas. Empecé a juntar fruta allí cerca, pero con mucho cuidado, para no cosechar la fruta verde que estaba de tal manera mezclada con la madura que podía sacar tan sólo una o dos fresas de cada racimo.
Algunas fresas hermosas y grandes habían caído al suelo, y estaban medio consumidas por gusanos e insectos. "¡Oh!--pensaba yo--, si hubiésemos entrado en este campo antes, toda esta preciosa fruta podría haberse salvado. Pero ahora es demasiado tarde. Sin embargo, voy a alzar esto del suelo para ver si queda algo de bueno. Aun cuando toda la fruta esté echada a perder, por lo menos podré mostrar a los hermanos lo que habrían encontrado si no hubiesen llegado demasiado tarde."
En este preciso instante, se acercaron lentamente dos o tres miembros de la comitiva adonde yo estaba. Iban charland, y parecían muy entretenidos con la compañía mutua que se hacían. Al verme, dijeron:
Hemos buscado por todas partes, y no podemos encontrar fruta.
Miraron con asombro la cantidad que yo tenía. Dije:
Se puede juntar más en estos matorrales.
Empezaron a juntar, pero en seguida dejaron, diciendo:
No es justo que nosotros trabajemos acá; Vd. encontró este lugar, y la fruta es suya.
Pero yo repliqué:
Esto no importa nada. Junten fruta dondequiera que la encuentren. Este es el campo de Dios, y la fruta le pertenece; es privilegio de Vds. juntarla.
Pero no tardé en estar sola otra vez. A cada rato oía conversar y reir al lado del carro.
¿Qué están haciendo?--pregunté en alta voz a los que estaban allí.
No podíamos hallar fruta--contestaron--, y como estábamos cansados y con hambre, pensamos venir al carro y comer. Después de descansar un rato, saldremos otra vez.
Pero--dije yo--, no trajeron nada todavía. Están comiendo todas nuestras provisiones, sin habernos dado nada. Yo no puedo comer ahora; hay demasiada fruta que juntar. Vds. no la encontraron porque no buscaron con bastante detenimiento. No cuelga en el exterior de los matorrales; hay que buscarla con atención. Es cierto que no se puede juntar a puñados; pero mirando con cuidado entre las fresas verdes, encontrarán fruta escogida.
Mi pequeño recipiente no tardó en estar lleno, y lo llevé al carro. Dije:
Es la fruta más hermosa que haya recogido en mi vida, y la junté aquí cerca, mientras que Vds. se cansaron buscando lejos sin éxito.
Todos vinieron entonces para ver mi fruta. Dijeron:
Estas son fresas de matorrales altos, firmes y buenos. No pensábamos que pudiese hallarse algo en los matorrales altos, así que buscamos tan sólo fresas de matorrales bajos, y hallamos unas pocas.
¿Quieren Vds. guardar esta fruta, y luego venir conmigo a buscar en los matorrales altos?--pregunté entonces.
Pero no habían hecho preparativos para guardar la fruta. Había platos y bolsas en abundancia, pero los habían empleado en contener alimentos. Me cansé de esperar, y finalmente pregunté:
¿No vinieron Vds. para juntar fruta? ¿Por qué no están preparados para guardarla?
Hna. White--me respondió un miembro del grupo--, en realidad no esperábamos encontrar fruta donde había tantas casas, y tanto tránsito; pero como Vd. parecía tan ansiosa de juntar fruta, decidimos venir con Vd. Pensamos traer bastante que comer y disfrutar del recreo si no juntábamos fruta.
No puedo comprender este modo de obrar--contesté--. Voy a volver a los matorrales. Casi transcurrió el día ya; pronto llegará la noche; y entonces no podremos juntar fruta.
Algunos fueron conmigo, pero otros se quedaron al lado del carro para comer.
En un lugar se había reunido un pequeño grupo, y hablaban animadamente de algo en que parecían muy interesados. Me acerqué y vi que era un niñito en brazos de una mujer lo que había atraído su atención.
Vds. tienen poco tiempo, y sería mejor que trabajasen mientras pueden.
La atención de muchos era atraída por una joven pareja que corría una carrera hacia el carro. Al llegar estaban tan cansados que se sentaron a descansar. Había otros tirados sobre la hierba para descansar.
Así transcurrió el día, y se hizo muy poco. Al fin dije:
Hermanos, Vds. dirán que esta excursión no ha tenido éxito. Si trabajan así, no me extraña que no lo obtengan. El éxito o fracaso depende de cómo se dedican al trabajo. Hay fruta aquí; ya ven que yo he encontrado. Algunos de Vds. han estado revisando en vano los matorrales bajos; otros han encontrado unas pocas fresas; pero pasaron por alto los matorrales altos, simplemente porque no esperaban encontrar fruta en ellos. Ya ven que la fruta que yo he recogido es grande y madura. Antes de mucho madurarán otras fresas y podremos recorrer de nuevo los matorrales. Así es como se me enseñó a juntar fruta. Si Vds. hubiesen buscado cerca del carro, habrían encontrado fruta tan fácilmente como yo.
"La lección que Vds. dieron hoy a los que están aprendiendo a hacer este trabajo, será copiada por ellos. El Señor puso estos fructíferos matorrales en medio de estos lugares muy poblados, y espera que Vds. los encuentren. Pero Vds. estuvieron demasiado ocupados en comer y en divertirse. No vinieron al campo con una ardiente resolución de encontrar fruta.
"De ahora en adelante deberán trabajar con más celo y fervor, y teniendo en vista un objeto completamente diferente, o sus labores no tendrán jamás éxito. Si trabajan de la debida manera, enseñarán a los obreros más jóvenes que las cosas como el comer y recrearse son de menor importancia. Ha costado duro trabajo traer el carro de provisiones hasta el terreno, pero Vds. pensaron más en las provisiones que en la fruta que debieran llevar a casa como resultado de sus labores. Deben ser diligentes, recoger primero la fruta que esté más cerca, y luego buscar la que está más lejos; después pueden volver y trabajar de nuevo cerca, y así tendrán éxito."--Obreros Evangélicos, 142-146.
La prueba a que ha de hacerse frente
En la última obra solemne se ocuparán pocos hombres grandes. Ellos son orgullosos, independientes de Dios, y el Señor no puede usarlos. Dios tiene fieles siervos, que en el tiempo del zarandeo y de prueba aparecerán en escena. Son hombres preciosos, ahora escondidos, que no han doblado la rodilla a Baal. No han tenido la luz que ha estado brillando en concentrados raudales sobre vosotros. Pero puede ser que bajo un exterior tosco y poco atractivo se revele el brillo de un genuino carácter cristiano. De día miramos al cielo, pero no vemos las estrellas. Están allí, fijas en el firmamento, pero el ojo no puede distinguirlas. De noche contemplamos sin embargo su brillo genuino.
No está distante el tiempo en que sobrevendrá la prueba a toda alma. ... En ese tiempo, el oro será separado de la escoria en la iglesia. La verdadera piedad se distinguirá claramente de la apariencia y del oropel. Más de una estrella que hemos admirado por su brillo, se apagará entonces en las tinieblas. Como una nube, el tamo será llevado por el viento, aun en lugares donde vemos sólo eras de rico trigo. Todos los que llevan los ornamentos del santuario, pero no están vestidos de la justicia de Cristo, aparecerán en la vergüenza de su desnudez.--Testimonies for the Church 5:80, 81.