Servicio Cristiano

Capítulo 8

La organización de las fuerzas cristianas

La organización es esencial

El tiempo es corto y nuestras fuerzas deben organizarse para hacer una obra más amplia.--Joyas de los Testimonios 3:295.

La formación de pequeños grupos como base del esfuerzo cristiano me ha sido presentada por Uno que no puede errar.--Joyas de los Testimonios 3:84.

Haya en cada iglesia grupos bien organizados de obreros que trabajen en el vecindario de la misma.--The Review and Herald, 29 de septiembre de 1891.

En toda ciudad debe haber un cuerpo de obreros organizados y bien disciplinados; no solamente uno o dos, sino veintenas deben ser puestos al trabajo.--Boletin de la Asociación General, 1893, 37.

Organícense nuestras iglesias en grupos para servir. Unanse diferentes personas para trabajar como pescadores de hombres. Procuren arrancar almas de la corrupción del mundo y llevarlas a la pureza salvadora del amor de Cristo.--Joyas de los Testimonios 3:84.

La iglesia de Cristo sobre la tierra fué organizada con propósitos misioneros, y el Señor desea ver a la iglesia entera ideando formas y medios por los cuales los encumbrados y los humildes, los ricos y los pobres, puedan escuchar el mensaje de la verdad.--Testimonies for the Church 6:29.

Si hay muchos miembros en la iglesia, organícense en pequeños grupos para trabajar no sólo por los miembros de la iglesia, sino en favor de los incrédulos. Si en algún lugar hay solamente dos o tres que conocen la verdad, organícense en un grupo de obreros.--Joyas de los Testimonios 3:84.

Si la disciplina y el orden son necesarios para una acción que tenga éxito en el campo de batalla, ellas son tanto más indispensables en la guerra en que estamos empeñados cuanto el objeto a alcanzarse es de mayor valor y de un carácter más elevado que aquellos por los cuales contienden las fuerzas opositoras en el campo de batalla. En el conflicto en que estamos empeñados, se encuentran en juego intereses eternos.--Testimonies for the Church 1:649.

Dios es un Dios de orden. Todo lo que se relaciona con el cielo está en orden perfecto; la sumisión y una disciplina cabal distinguen los movimientos de la hueste angélica. El éxito sólo puede acompañar al orden y a la acción armónica. Dios exige orden y sistema en su obra de nuestros días tanto como los exigía en los días de Israel. Todos los que trabajan para él han de actuar con inteligencia, no en forma negligente o al azar. El quiere que su obra se haga con fe y exactitud, para que pueda poner sobre ella el sello de su aprobación.--Historia de los Patriarcas y Profetas, 393.

Debe hacerse obra bien organizada en la iglesia, para que sus miembros sepan cómo impartir la luz a otros, y así fortalecer su propia fe y aumentar su conocimiento. Mientras impartan aquello que recibieron de Dios, serán confirmados en la fe. Una iglesia que trabaja es una iglesia viva. Somos incluidos en la edificación como piedras vivas, y cada piedra ha de emitir luz. Cada cristiano es comparado a una piedra preciosa que capta la gloria de Dios y la refleja.--Joyas de los Testimonios 3:68.

Lecciones de perfecta organización

El [Dios] se propone que aprendamos lecciones de orden y organización del orden perfecto instituido en los días de Moisés, para beneficio de los hijos de Israel.--Testimonies for the Church 1:653.

El primer paso en la organización de la iglesia

Al ordenar a los doce, se dió el primer paso en la organización de la iglesia que después de la partida de Cristo habría de continuar su obra en la tierra.--Los Hechos de los Apóstoles, 16.

Un modelo de organización eclesiástica

La organización de la iglesia de Jerusalén debía servir de modelo para la de las iglesias que se establecieran en muchos otros puntos donde los mensajeros de la verdad trabajasen para ganar conversos al Evangelio. ... Más adelante en la historia de la iglesia primitiva, una vez constituidos en iglesias muchos grupos de creyentes en diversas partes del mundo, se perfeccionó aún más la organización a fin de mantener el orden y la acción concertada. Se exhortaba a cada uno de los miembros a que desempeñase bien su cometido, empleando útilmente los talentos que se le hubiesen confiado.--Los Hechos de los Apóstoles, 75.

Cada uno en el lugar adecuado

A cada uno que se añada a las filas por la conversión ha de asignársele su puesto de deber. Cada miembro debe estar dispuesto a ser o a efectuar algo en esta guerra.--Testimonies for the Church 7:30.

Lo que Dios requiere no son numerosas instituciones, grandes edificios, ni mucha ostentación, sino la acción armoniosa de un pueblo peculiar, un pueblo escogido por él y precioso. Cada uno debe ocupar su lugar, pensando, hablando y actuando en armonía con el Espíritu de Dios. Entonces, pero no antes, será la obra un conjunto completo y simétrico.--Joyas de los Testimonios 2:531.

La fuerza de un ejército se mide mayormente por la eficiencia de los hombres que componen sus filas. Un general inteligente ordena a sus oficiales que preparen a cada soldado para un servicio activo. Trata de desarrollar el más alto grado de eficiencia de parte de todos. Si tuviese que depender únicamente de sus oficiales, nunca podría pensar en realizar una campaña de éxito. El cuenta con el servicio leal e incansable de todos los hombres de su ejército. La responsabilidad descansa mayormente sobre los hombres que forman en las filas.--Testimonies for the Church 9:116.

El Maestro pide obreros evangélicos. ¿Quién quiere responder? No todos los que entran en el ejército han de ser generales, capitanes, sargentos, ni siquiera cabos. No puede recaer sobre todos el cuidado y la responsabilidad de los directores. Hay dura labor de otras clases que hacer. Unos deben cavar trincheras y construir fortificaciones: algunos han de estarse de plantón como centinelas, otros han de llevar mensajes. Aunque son necesarios tan sólo pocos oficiales, se requieren muchos soldados para formar las filas del ejército; y sin embargo el éxito depende de la fidelidad de cada soldado. La cobardía o la traición de un solo hombre puede atraer el desastre sobre todo el ejército.--Obreros Evangélicos, 88.

El secreto del éxito

El secreto de nuestro éxito en la obra de Dios se hallará en el trabajo armonioso de nuestro pueblo. Debe haber acción concentrada. Todo miembro del cuerpo de Cristo debe desempeñar su parte en la causa de Dios, de acuerdo con la capacidad que Dios le ha dado. Debemos avanzar juntos para vencer obstrucciones y dificultades, hombro con hombro, y corazón con corazón.--The Review and Herald, 2 de diciembre de 1890.

Si los cristianos actuaran de concierto, avanzando como un solo hombre, bajo la dirección de un solo Poder, para la realización de un solo propósito, conmoverían al mundo.--Testimonies for the Church 9:221.

Los ángeles trabajan armoniosamente. Un orden perfecto caracteriza todos sus movimientos. Cuanto más de cerca podamos imitar la armonía y el orden de la hueste angelical, mayor será el éxito que coronará los esfuerzos de estos agentes celestiales en nuestro favor. Si no vemos necesidad de acción armoniosa, y somos desordenados, indisciplinados y desorganizados en nuestra conducta, los ángeles, que se hallan cuidadosamente organizados y se mueven en perfecto orden, no podrán trabajar por nosotros con éxito. Se apartan con pesar, porque no están autorizados a bendecir la confusión, la distracción, y la desorganización. Todos los que desean la cooperación de los mensajeros celestiales, deben trabajar al unísono con ellos. Los que tengan la unción de lo alto, estimularán en todos sus esfuerzos el orden, la disciplina y la unidad de acción, y entonces los ángeles de Dios podrán cooperar con ellos. Pero, estos mensajeros celestiales nunca darán su apoyo a la irregularidad, la desorganización y el desorden.--Testimonies for the Church 1:649, 650.

Una amonestación oportuna

Se necesita trabajo sistemático; pero donde algunos de vosotros empleáis tanto tiempo en proyectar y planear, y prepararos para el trabajo, Satanás ocupa de antemano el campo con fábulas fascinadoras, y la atención de los hombres llega a estar absorbida en las decepciones del archiengañador.--The Review and Herald, 13 de marzo de 1888.

¡Cuánto se regocijaría Satanás si pudiese obtener éxito en sus esfuerzos de penetrar en este pueblo, y desorganizar la obra en un tiempo en que es esencial la organización cabal, y en que ésta será el mayor poder para preservarnos de los levantamientos espurios, y para refutar las pretensiones que no estén sostenidas por la Palabra de Dios! Queremos sujetar las riendas de una manera pareja, para que no destruya el sistema de organización y orden que ha sido levantado mediante labor prudente y cuidadosa. No se debe dejar libertad a los elementos desordenados que desean regir la obra en este tiempo. Obreros Evangélicos, 502.