Servicio Cristiano

Capítulo 24

Requisitos para el servicio cristiano eficaz

Eficiencia

El descuido y la ineficiencia no son piedad. Cuando nos damos cuenta de que estamos trabajando para Dios, debemos tener un sentido más alto que el que jamás hayamos tenido del carácter sagrado del servicio espiritual. Esta comprensión pondrá vida y vigilancla y energía perseverante en el desempeño de todo deber.--Testimonies for the Church 9:150.

El tiempo exige más capacidad y una consagración más profunda. Estoy tan compenetrada de este pensamiento que clamo a Dios: "Levanta y envía mensajeros que tengan conciencia de su responsabilidad, mensajeros en quienes la idolatría del yo, fuente de todo pecado, sea crucificada."--Joyas de los Testimonios 3:296.

La obra encomendada a los discípulos requeriría gran eficiencia; porque la corriente del mal que fluía contra ellos era profunda y fuerte.--Los Hechos de los Apóstoles, 25.

La cultura del habla

La debida cultura y el uso de la facultad del habla es parte de todo ramo de servicio cristiano: entra en la vida familiar y en toda nuestra relación mutua. Hemos de acostumbrarnos a hablar en tonos agradables, a usar un lenguaje puro y correcto, y palabras bondadosas y corteses.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 307.

Todo ministro y todo maestro debe recordar que está dando a la gente un mensaje que encierra intereses eternos. La verdad que prediquen los juzgará en el gran día de ajuste final de cuentas. Y en el caso de algunas almas, el modo en que se presente el mensaje, determinará su recepción o rechazamiento. Entonces, háblese la palabra de tal manera que despierte el entendimiento e impresione el corazón. Lenta, distinta y solemnemente debiera hablarse la palabra, y con todo el fervor que su importancia requiere.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 307.

Al procurar atraer a otros dentro del círculo del amor de Cristo, que la pureza de vuestro lenguaje, el desprendimiento de vuestro servicio, y vuestro comportamiento gozoso, den testimonio del poder de su gracia.--El Ministerio de Curación, 146.

Todo cristiano está llamado a dar a conocer a otros las inescrutables riquezas de Cristo; por lo tanto debiera procurar la perfección en el habla. Debiera presentar la Palabra de Dios de un modo que la recomiende a sus oyentes. Dios no desea que sus intermediarios humanos sean incultos. No es su voluntad que el hombre rebaje o degrade la corriente celestial que fluye por medio de él al mundo.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 307.

Se educarán en paciencia, bondad, afabilidad y utilidad voluntaria. Pondrán en práctica la verdadera cortesía cristiana, teniendo presente que Cristo, su compañero, no puede aprobar las palabras o los sentimientos duros y carentes de bondad. Sus palabras serán purificadas. Considerarán el don de la palabra como talento precioso, a ellos prestado para hacer una obra elevada y santa.--Obreros Evangélicos, 101.

Cultura mental

La cultura de la mente es lo que, como pueblo, necesitamos, y lo que debemos poseer a fin de llenar las demandas de la época.--Testimonies for the Church 4:414.

No debemos entrar al azar en la obra del Señor y esperar éxito. El Señor necesita hombres de intelecto, hombres de reflexión. Jesús pide colaboradores, no personas que siempre cometan errores. Dios necesita hombres inteligentes, que piensen correctamente, a fin de hacer la gran obra necesaria para la salvación de las almas.--Joyas de los Testimonios 1:454.

Algunos necesitan disciplinar la mente por medio del ejercicio. Han de esforzarla a pensar. Mientras dependan de alguien para que piense por ellos, para resolver sus dificultades y rehusen sobrecargar sus mentes con el pensar, les aquejará la incapacidad para recordar, para mirar adelante y discernir. Todo individuo ha de hacer esfuerzos para educar la mente.--Testimonies for the Church 2:188.

Dios no quiere que nos conformemos con mentes perezosas, sin disciplina, pensamientos embotados y memoria deficiente.--Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 386.

Los hombres de Dios deben ser diligentes en el estudio, fervientes en la adquisición de conocimiento, y no malgastar jamás una hora. Por perseverante esfuerzo ellos pueden elevarse a casi cualquier grado de eminencia como cristianos, como hombres de poder e influencia.--Testimonies for the Church 4:411.

Atesórense los momentos. ... El tiempo que pasamos viajando; ... los momentos que pasamos en espera de la comida, o de aquellos que llegan tarde a una cita; si se tuviera un libro en la mano y se aprovecharan estos fragmentos de tiempo en estudiar, leer o en pensar cuidadosamente, ¡cuánto podría realizarse!--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 314.

Un propósito resuelto, un trabajo persistente y la cuidadosa economía del tiempo capacitarán a los hombres para adquirir los conocimientos y la disciplina mental que los calificarán para casi cualquier posición de influencia y utilidad.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 314.

Los hombres que ocupan puestos de responsabilidad deben progresar continuamente. No deben aferrarse a los métodos antiguos y creer que no es necesario convertirse en obreros que empleen métodos científicos. Aunque cuando viene al mundo el hombre es el más impotente de los seres que ha creado Dios, y es el más perverso por naturaleza, es capaz, sin embargo, de progresar constantemente. Puede ser ilustrado por la ciencia, ennoblecido por la virtud, y puede progresar en dignidad mental y moral, hasta alcanzar una perfección de la inteligencia y una pureza de carácter tan sólo un poco inferiores a la perfección y la pureza de los ángeles.--Joyas de los Testimonios 1:480, 481.

Y todos los que quieran ser obreros juntamente con Dios, deben esforzarse por alcanzar la perfección de cada órgano del cuerpo y cada cualidad de la mente. La verdadera educación es la preparación de las facultades físicas, mentales y morales para la ejecución de todo deber; es el adiestramiento del cuerpo, la mente y el alma para el servicio divino. Esta es la educación que perdurará en la vida eterna.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 300, 301.

Los mecánicos, los abogados, los negociantes, los hombres de todos los oficios y profesiones, se educan a fin de llegar a dominar su ramo. ¿Deben los que siguen a Cristo ser menos inteligentes, y mientras profesan dedicarse a su servicio ignorar los medios y recursos que han de emplearse? La empresa de ganar la vida eterna es superior a toda consideración terrenal. A fin de conducir a las almas a Cristo, debe conocerse la naturaleza humana y estudiarse la mente humana. Se requiere mucha reflexión cuidadosa y ferviente oración para saber cómo acercarse a los hombres y las mujeres a fin de presentarles el gran tema de la verdad.--Joyas de los Testimonios 1:454, 455.

La dignidad y cortesía cristianas

La falta de verdadera dignidad y refinamiento cristiano en las filas de los observadores del sábado milita contra nosotros, y hace que la verdad que profesamos parezca insípida. La obra de educar la mente y los modales puede ser llevada a la perfección. Si los que profesan la verdad no tratan ahora de aprovechar sus privilegios y oportunidades de crecer hasta alcanzar la estatura de hombres y mujeres perfectos en Cristo Jesús, no reportarán honor a la causa de la verdad, ni a Cristo.--Testimonies for the Church 4:358, 359.

Cercioraos de que mantenéis la dignidad de la obra por medio de una vida bien ordenada y una conversación piadosa. No temáis jamás elevar demasiado la norma. ... Toda aspereza y rudeza debiera desaparecer de nosotros. Han de practicarse la cultura, el refinamiento y la cortesía cristiana. Guardaos de ser bruscos y descorteses. No consideréis tales peculiaridades como virtudes; porque Dios no las tiene por tales. Esforzaos por no ofender a nadie innecesariamente.--The Review and Herald, 25 de noviembre de 1890.

Hay gran necesidad de que los hombres y mujeres que poseen un conocimiento de la voluntad de Dios aprendan cómo llegar a ser obreros de éxito en su causa. Los tales han de ser personas refinadas y de entendimiento, y no tener el engañoso pulimiento exterior ni la tonta afectación de los mundanos, sino ese refinamiento y verdadera cortesía que son característicos del cielo y propios de todo cristiano participante de la naturaleza divina.--Testimonies for the Church 4:358.

Poseemos la verdad, la esperanza y la fe más grandes que hayan sido jamás dadas a nuestro mundo: y queremos representarlas en su exaltado carácter ante el mundo. No es necesario que adoptemos la actitud de que pasamos por el mundo implorando su perdón porque nos aventuramos a creer esta preciosa y sagrada verdad; sino que hemos de caminar humildemente con Dios y conducirnos corno hijos que somos del Dios altísimo, y, aunque débiles instrumentos, encargados de los asuntos más importantes e interesantes, más elevados y exaltados, asuntos que están por encima de cualesquiera otros temporales o mundanos.--The Review and Herald, 26 de julio de 1887.

El que trabaja por las almas necesita consagración, integridad, inteligencia, laboriosidad, energía y tacto. Poseyendo estas calificaciones ningún hombre puede ser inferior; sino que, al contrario, ejercerá poderosa influencia para bien.--Obreros Evangélicos, 116.

Debieran dedicarse a la obra hombres dispuestos a recibir instrucción respecto a las mejores formas de aproximarse a los individuos y familias. Su atavío ha de ser aseado pero no ostentoso, y sus maneras tales que no desagraden a la gente. Hay gran necesidad de verdadera cortesía entre nuestro pueblo. Debieran cultivar esa virtud todos los que se ocupen en la obra misionera.--Testimonies for the Church 4:391, 392.

Sinceridad

No debe haber afectación en la vida de quienes poseen un mensaje tan solemne y sagrado como el que se nos ha llamado a proclamar. El mundo está observando a los adventistas del séptimo día porque conoce algo de su profesión de fe y de sus altas normas; y cuando ve que algunos no viven conforme a lo que profesan, los señala con escarnio.--Testimonies for the Church 9:23.

Puede que haya hombres que tengan excelentes dones, mucha capacidad, espléndidas cualidades; pero un defecto, un solo pecado albergado, ocasionará al carácter lo que al barco una tabla carcomida: un completo desastre y una ruina absoluta.--Joyas de los Testimonios 1:480.

Pablo llevaba consigo la atmósfera del cielo. Todos los que se asociaban con él sentían la influencia de su unión con Cristo. El hecho de que su propia vida ejemplificara la verdad que él proclamaba, daba poder convincente a su predicación. En esto reside la fuerza de la verdad. La influencia natural e inconsciente de una vida santa es el sermón más convincente que pueda predicarse en favor del cristianismo. Los argumentos, aun cuando sean incontestables, pueden provocar tan sólo oposición; mientras que un ejemplo piadoso tiene un poder al cual es imposible resistir completamente.--Obreros Evangélicos, 60.

El verdadero carácter no se forma desde el exterior, para revestirse uno con él; irradia desde adentro. Si queremos conducir a otros por la senda de la justicia, los principios de la justicia deben ser engarzados en nuestro propio corazón. Nuestra profesión de fe puede proclamar la teoría de la religión, pero es nuestra piedad práctica la que pone de relieve la palabra de verdad. La vida consecuente, la santa conversación, la integridad inquebrantable, el espíritu activo y benévolo, el ejemplo piadoso, tales son los medios por los cuales la luz es comunicada al mundo.--El Deseado de Todas las Gentes, 263.

Las oraciones, la exhortación y la conversación son frutos de poco precio, y frecuentemente se presentan juntos; pero los frutos que se manifiestan en buenas obras, en cuidar de los necesitados, los huérfanos, las viudas, son los verdaderos y los produce naturalmente un buen árbol.--Testimonies for the Church 2:24.

Agresividad

Dios no obra milagros, por lo común, para el avance de su verdad. Si el labrador descuida el cultivo del terreno, Dios no obra milagros para contrarrestar los resultados seguros. El obra de acuerdo con los grandes principios que se nos han revelado, y es nuestra parte hacer planes sabios y poner en operación los medios por los cuales Dios producirá ciertos resultados. Los que no hacen esfuerzos decididos, sino que simplemente esperan que el Espíritu Santo los fuerce a obrar, perecerán en las tinieblas. No habéis de sentaros tranquilamente y permanecer ociosos en la obra de Dios.--The Southern Watchman, 1 de diciembre de 1903.

Algunos de los que se dedican al servicio misionero, son débiles, sin nervio, sin ánimo, fáciles de desalentar. Les falta energía. No tienen aquellos rasgos positivos de carácter que dan fuerza para obrar--el espíritu y la energía que encienden el entusiasmo. Los que quieren obtener éxito deben ser valientes y llenos de esperanza. Deben cultivar no sólo las virtudes pasivas, sino también las activas.--Obreros Evangélicos, 307.

El Señor necesita obreros que lleven adelante los triunfos de la cruz de Cristo.--The Review and Herald, 6 de mayo de 1890.

El mensaje no ha de ser dado en tono sumiso y sin vida, sino con expresión clara, decidida y conmovedora.--Testimonies for the Church 8:16.

No son oradores de lengua de plata los que se necesitan para dar el mensaje. La verdad ha de proclamarse en toda su aguda severidad. Se necesitan hombres de acción, hombres que trabajen con fervor, con energía incesante, por la purificación de la iglesia y para amonestar al mundo.--Testimonies for the Church 5:87.

Dios no tiene lugar en su causa para los perezosos. El desea hombres previsores, amables, afectuosos y fervientes.--Testimonies for the Church 4:411.

Determinación

Los que sirven a Dios deben manifestar animación y firmeza en la obra de salvar almas. Recordemos que hay quienes perecerán a menos que nosotros, como instrumentos de Dios, obremos con resolución inquebrantable. Debemos depender de continuo del trono de la gracia.--Joyas de los Testimonios 3:51.

[Cristo] nos ha confiado una gran obra. Hagámosla con exactitud y resolución. Demostremos por nuestra vida lo que la verdad ha hecho para nosotros.--Joyas de los Testimonios 3:51.

Celo

Lo que se necesita es ferviente celo cristiano, un celo que se manifieste en obras. ... Más fácil es impedir que las aguas del Niágara se despeñen por las cataratas, que impedir a un alma poseedora de Cristo que lo confiese.--Joyas de los Testimonios 1:234.

Todo aquel que acepta a Cristo como a su Salvador personal deseará con ansia tener el privilegio de servir a Dios. Al considerar lo que el cielo ha hecho por él, su corazón se sentirá conmovido de amor sin límites y de agradecida adoración. Ansiará manifestar su agradecimiento, dedicando sus capacidades al servicio de Dios. Anhelará demostrar su amor por Cristo y por los hombres que Cristo compró. Deseará pasar por pruebas, penalidades y sacrificios.--El Ministerio de Curación, 402.

Hay un amplio campo para las Martas, con su celo por la obra religiosa activa. Pero deben sentarse primero con María a los pies de Jesús. Sean la diligencia, la presteza y la energía santificadas por la gracia de Cristo; y entonces la vida será un irresistible poder para el bien.--El Deseado de Todas las Gentes, 470.

En el nombre de Dios, con la incansable perseverancia y el persistente celo que Cristo manifestó en sus labores, hemos de llevar adelante la obra del Señor.--Testimonies for the Church 9:25.

Necesitamos romper la monotonía de nuestra labor religiosa. Estamos haciendo una obra en el mundo, pero no manifestamos suficiente actividad y celo. Si fuésemos más fervorosos, los hombres se convencerían de la verdad de nuestro mensaje. La manera innocua y monótona en que servimos a Dios, rechaza a muchas almas de una clase superior, que necesitan ver un celo profundo, ferviente y santificado.--Joyas de los Testimonios 3:50.

Paciencia

Para ser colaboradores con Jesús, habéis de tener mucha paciencia con las personas por quienes trabajáis, no menospreciando la sencillez de la obra, sino considerando los benditos resultados. Cuando aquellos por quienes trabajáis no se avienen exactamente a vuestros pensamientos, a menudo decís en vuestro corazón: "No me preocuparé más por ellos; no son dignos de ser salvos." ¿Qué hubiera sido si Cristo hubiera tratado a los pobres parias de una manera similar? El murió para salvar a miserables pecadores, y si obráis con el mismo espíritu y de la misma manera indicada por el ejemplo de Aquel a quien seguís, confiando en Dios por los resultados, jamás en esta vida podréis medir la suma de bien que habréis efectuado.--Testimonies for the Church 4:132.

Trabajad desinteresada, amante y pacientemente por todos aquellos con quienes os relacionáis. No mostréis impaciencia. No profiráis ni una palabra que no sea amable. Permitid que el amor de Cristo habite en vuestros corazones, la ley de bondad en vuestros labios.--Testimonies for the Church 9:41.

Tacto

Los que se entregan plenamente a Dios han de poner reflexión, oración y tacto consagrado y ferviente en sus labores.--The Signs of the Times, 29 de mayo de 1893.

El hombre que posee tacto, laboriosidad y entusiasmo, obtiene éxito en los negocios temporales, y las mismas cualidades consagradas a la obra de Dios, resultarán doblemente eficientes; porque el poder divino se combinará con el esfuerzo humano.--Testimonies for the Church 5:276.

En la obra de ganar almas, se necesita mucho tacto y sabiduría. El Salvador no suprimió nunca la verdad, sino que la declaró siempre con amor. En su trato con los demás, él manifestaba el mayor tacto, y era siempre bondadoso y reflexivo. Nunca fué rudo, nunca dijo sin necesidad una palabra severa, nunca causó pena innecesaria a un alma sensible. No censuró la debilidad humana. Denunció sin reparos la hipocresía, la incredulidad e iniquidad, pero había lágrimas en su voz cuando pronunciaba sus penetrantes reprensiones. Nunca hizo cruel la verdad, sino que manifestó siempre profunda ternura hacia la humanidad. Cada alma era preciosa a su vista. Se portaba con divina dignidad y se inclinaba con la más tierna compasión y consideración sobre cada miembro de la familia de Dios. En todos veía almas que era su misión salvar.--Obreros Evangélicos, 123.

Algunas personas impulsivas, aunque sinceras, después que se ha dado un discurso categórico, suelen acercarse de una manera muy abrupta a los que no creen como nosotros y hacerles así repelente la verdad que deseamos verlos recibir. "Los hijos de este siglo son en su generación más sagaces que los hijos de luz." Los negociantes y los políticos estudian la cortesía. Es su costumbre hacerse tan atrayentes como les sea posible. Procuran que sus discursos y modales ejerzan la mayor influencia sobre la mente de cuantos los rodeen. Emplean su conocimiento y capacidad tan hábilmente como les resulta posible a fin de alcanzar su objeto.--Joyas de los Testimonios 1:455.

Este mensaje ha de ser proclamado, pero no obstante ello, hemos de ser cuidadosos de no acosar ni condenar a los que no poseen la luz que nosotros tenemos. No hemos de apartarnos de nuestro camino para hacer rudos ataques a los católicos. Entre ellos hay muchos que son cristianos muy concienzudos: andan según toda la luz que brilla sobre ellos, y Dios obrará en su favor.--Testimonies for the Church 9:243.

Constancia

El verdadero cristiano trabaja para Dios, no por impulso, sino por principio; no un día ni un mes, sino durante toda su vida.--Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 518.

El Salvador era un obrero incansable. No medía su trabajo por horas. Su tiempo, su corazón, su fuerza, estaban dedicados a trabajar para el provecho de la humanidad. Dedicaba sus días por entero al trabajo y pasaba noches enteras en oración, a fin de poder adquirir vigor para hacer frente al astuto enemigo en toda su obra engañosa, y obtener fortaleza para la obra de elevación y restauración de la humanidad. El hombre que ama a Dios no mide su obra por el sistema de ocho horas. Trabaja a toda hora, sin apartarse de su deber. Y cada vez que se le presenta la oportunidad, obra el bien. Por todas partes, en cualquier ocasión y en todo lugar, halla oportunidades de trabajar para Dios. Lleva fragancia consigo y la esparce dondequiera que vaya.--Testimonies for the Church 9:45.

El que por un acto desprevenido expone al oprobio la causa de Dios, o debilita las manos de sus colaboradores, echa sobre su propio carácter una mancha que no se quitará con facilidad, y pone un obstáculo grave en el camino de su utilidad futura.--La Historia de Profetas y Reyes, 488.

"Llevad mi yugo sobre vosotros", dice Jesús. El yugo es un instrumento de servicio. Se enyuga a los bueyes para el trabajo, y el yugo es esencial para que puedan trabajar eficazmente. Por esta ilustración Cristo nos enseña que somos llamados a servir mientras dure la vida. Hemos de tomar sobre nosotros su yugo, a fin de ser colaboradores con él.--El Deseado de Todas las Gentes, 284.

Simpatía y sociabilidad

En cada departamento de la causa de Dios hay necesidad de hombres y mujeres que sientan simpatía por los pesares de la humanidad; pero una simpatía tal es rara.--The Review and Herald, 6 de mayo de 1890.

Necesitamos manifestar más simpatía de la clase que sintió Cristo; no meramente simpatía por aquellos que nos parecen sin falta, sino para con las pobres almas que sufren y luchan, que son a menudo sorprendidas en falta, pecan y se arrepienten, son tentadas y se desalientan. Debemos ir a nuestros semejantes, conmovidos, como nuestro misericordioso Sumo sacerdote, por el sentimiento de sus flaquezas.--Obreros Evangélicos, 148.

Como pueblo, perdemos mucho por falta de simpatía y sociabilidad unos con otros. El que habla de independencia y se encierra en sí mismo no está ocupando el puesto que Dios le destinó. Somos hijos de Dios y dependemos mutuamente unos de otros para nuestra felicidad. Sobre nosotros pesan los derechos de Dios y de la humanidad. Debemos desempeñar todos nuestra parte en esta vida. El debido cultivo de los elementos sociales de nuestra naturaleza es lo que nos hace simpatizar con nuestros hermanos y nos proporciona felicidad en nuestros esfuerzos por beneficiar a otros.--Joyas de los Testimonios 1:459.

El Salvador era huésped en la fiesta de un fariseo. El aceptaba las invitaciones tanto de los ricos como de los pobres, y, según su costumbre, vinculaba la escena que tenía delante con lecciones de verdad.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 201.

Sencillez

Cuando Cristo dijo a sus discípulos: Salid en mi nombre para traer a la iglesia a todos los que crean, les presentó claramente la necesidad de conservar la sencillez. Cuanto menor fuera su ostentación, mayor sería su influencia para el bien. Los discípulos habían de hablar con la misma sencillez con que había hablado Cristo.--Los Hechos de los Apóstoles, 23.

Millares de personas pueden ser alcanzadas en la forma más sencilla y humilde. Los intelectuales, aquellos que son considerados como los hombres y las mujeres mejor dotados, son frecuentemente refrigerados por las palabras sencillas de alguien que ama a Dios, y que puede hablar de ese amor tan naturalmente como los mundanos hablan de las cosas que más les interesan. A menudo las palabras bien preparadas y estudiadas no tienen sino poca influencia. Pero las palabras llenas de verdad y sinceridad con que se expresa un hijo o una hija de Dios, habladas con sencillez natural, tienen poder para desatrancar la puerta de los corazones que por largo tiempo ha estado cerrada contra Cristo y su amor.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 212.

Fe

Los obreros de Dios necesitan fe en Dios. El no se olvida de sus labores, sino que aprecia su trabajo. Hay agentes divinos destinados a cooperar con los que colaboran juntamente con Dios. Cuando pensamos que Dios no hará lo que ha dicho, y que no tiene tiempo para prestar atención a sus obreros, deshonramos a nuestro Hacedor. The Southern Watchman, 2 de agosto de 1904.

El que trabaja para Dios necesita una fe fuerte. Las apariencias pueden ser adversas; pero en la hora más sombría es cuando la luz está por amanecer. La fuerza de aquellos que, con fe, aman y sirven a Dios, será renovada día tras día.--Obreros Evangélicos, 276.

Hay en la fe genuina un bienestar, una firmeza de principios y una invariabilidad de propósito que ni el tiempo ni las pruebas pueden debilitar.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 134.

A menudo la vida cristiana está acosada de peligros, y se hace difícil cumplir el deber. La imaginación concibe la ruina inminente delante, y la esclavitud o la muerte detrás. No obstante, la voz de Dios dice claramente: "Avanza". Debemos obedecer este mandato aunque nuestros ojos no puedan penetrar las tinieblas, y aunque sintamos las olas frías a nuestros pies. Los obstáculos que impiden nuestro progreso no desaparecerán jamás ante un espíritu que se detiene y duda. Los que postergan la obediencia hasta que toda sombra de incertidumbre desaparezca y no haya ningún riesgo de fracaso o derrota no obedecerán nunca. La incredulidad nos susurra: "Esperemos que se quiten los obstáculos y podamos ver claramente nuestro camino"; pero la fe nos impele valientemente a avanzar esperándolo todo y creyéndolo todo.--Historia de los Patriarcas y Profetas, 294.

Valor

Ha de efectuarse una gran obra; han de trazarse planes más amplios; una voz debe elevarse y despertar las naciones. Los hombres cuya fe es débil y vacilante no son los que han de llevar adelante la obra en esta impórtante crisis. Necesitamos el valor de los héroes y la fe de los mártires.--Testimonies for the Church 5:187.

Cuando por fe nos aferramos a su fortaleza, él cambiará, cambiará milagrosamente las perspectivas más desanimadoras y sin esperanza. Lo hará por la gloria de su nombre. Dios exhorta a sus fieles, a los que creen en él, a que infundan valor a los incrédulos y desesperanzados. Quiera el Señor ayudarnos a socorrer a otros y a probarlo por una fe viva.--Testimonies for the Church 8:12.

La esperanza y el valor son esenciales para dar a Dios un servicio perfecto. Son el fruto de la fe. El abatimiento es pecaminoso e irracional.--La Historia de Profetas y Reyes, 120.

Deben poseer valor, energía y perseverancia. Aunque imposibilidades aparentes obstruyan su camino, por su gracia deben avanzar. En vez de deplorar las dificultades, están llamados a vencerlas. No han de desesperar por nada, sino estar de buen ánimo en toda ocasión. Con la áurea cadena de su amor sin par, Cristo los ha ligado al trono de Dios. Es propósito suyo que la más elevada influencia del universo, que dimana de la Fuente de todo poder, sea suya. Han de tener poder para resistir al mal, un poder que ni la tierra, ni la muerte, ni el infierno puedan dominar, un poder que los habilite para vencer como venció Cristo.--Obreros Evangélicos, 40.

Consagración

La verdadera santidad es integridad en el servicio de Dios. Esta es la condición de la verdadera vida cristiana. Cristo pide una consagración sin reserva, un servicio indiviso. Pide el corazón, la mente, el alma, las fuerzas. No debe agradarse al yo. El que vive para sí no es cristiano.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 38.

Lo primero que deben aprender todos los que quieran trabajar con Dios, es la lección de desconfianza en sí mismos; entonces estarán preparados para que se les imparta el carácter de Cristo. Este no se obtiene por la educación en las escuelas más científicas. Es fruto de la sabiduría que se obtiene únicamente del Maestro divino.--El Deseado de Todas las Gentes, 209.

No es una evidencia concluyente de que un hombre sea cristiano el que manifieste éxtasis espiritual en circunstancias extraordinarias. La santidad no es arrobamiento: es una entrega completa de la voluntad a Dios; es vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios; es hacer la voluntad de nuestro Padre celestial; es confiar en Dios en las pruebas y en la oscuridad tanto como en la luz: es caminar por fe y no por vista; confiar en Dios sin vacilación y descansar en su amor.--Los Hechos de los Apóstoles, 42.

Entrega cabal del corazón

Los hijos de Dios han de distinguirse como un pueblo que le sirva completamente y de todo corazón, sin buscar el propio honor, y recordando que por un pacto solemne se han comprometido a servir al Señor, y sólo a él.--Testimonies for the Church 9:17.

Los hombres y mujeres decididos, que hayan hecho una entrega cabal del corazón a Cristo, son los que permanecerán en pie. Cristo zarandeó a sus seguidores una y otra vez, hasta que, por fin, quedaron sólo once hombres y algunas mujeres para echar el fundamento de la iglesia cristiana. Hay quienes se quedan rezagados cuando hay que llevar cargas, pero cuando toda la iglesia arde de celo, el entusiasmo se apodera también de ellos; cantan, vociferan y quedan arrobados; pero observadlos. Cuando el fervor ha pasado, sólo unos pocos y fieles Calebs se adelantan y exponen sus firmes principios. Son ellos cual la sal que conserva su sabor. Al progresar la obra con dificultad, es cuando la iglesia descubre los fieles ayudantes.--Testimonies for the Church 5:130.

Nadie puede tener éxito en el servicio de Dios a menos que todo su corazón esté en la obra, y tenga todas las cosas por pérdida frente a la excelencia del conocimiento de Cristo. Nadie que haga reserva alguna puede ser discípulo de Cristo, y mucho menos puede ser su colaborador.--El Deseado de Todas las Gentes, 233.

No debe dejarse arrastrar a la especulación, ni asociarse con los incrédulos en empresas comerciales; porque eso entorpecería su acción en la obra de Dios.--Joyas de los Testimonios 3:288.

El Redentor no aceptará un servicio a medias. Diariamente el que trabaja para Dios debe aprender el significado de la entrega propia.--Obreros Evangélicos, 118.

Lealtad

El Señor aborrece la indiferencia y la deslealtad en tiempo de crisis para su obra. Todo el universo contempla con interés indecible las escenas finales de la gran controversia entre el bien y el mal. Los hijos de Dios se están acercando a las fronteras del mundo eterno; ¿qué podría resultar de más importancia para ellos que el ser leales al Dios del cielo? A través de los siglos, Dios ha tenido héroes morales; y los tiene ahora en aquellos que, como José, Elías y Daniel, no se avergüenzan de reconocerse como su pueblo particular. La bendición especial de Dios acompaña las labores de los hombres de acción que no se dejan desviar de la línea resta ni del deber, sino que con energía divina preguntan: "¿Quién es de Jehová?" Son hombres que no se conforman con hacer la pregunta, sino que piden a quienes decidan identificarse con el pueblo de Dios que se adelanten y revelen inequívocamente su fidelidad al Rey de reyes y Señor de señores. Tales hombres subordinan su voluntad y sus planes a la ley de Dios. Por amor hacia él no consideran preciosa su vida. Su obra consiste en recibir la luz de la Palabra y dejarla resplandecer sobre el mundo en rayos claros y constantes. Su lema es ser fieles a Dios.--La Historia de Profetas y Reyes, 108.

Destreza

Es deber de todo cristiano adquirir hábitos de orden, minuciosidad y prontitud. No hay excusa para hacer lenta y chapuceramente el trabajo, cualquiera sea su clase. Cuando uno está siempre en el trabajo, y el trabajo nunca está hecho, es porque no se ponen en él la mente y el corazón. La persona lenta y que trabaja con desventajas, debiera darse cuenta de que ésas son faltas que deben corregirse. Necesita ejercitar su mente haciendo planes referentes a cómo usar el tiempo para alcanzar los mejores resultados. Con tacto y método, algunos realizarán tanto trabajo en cinco horas como otros en diez. Algunos que se ocupan en las tareas domésticas están siempre trabajando, no porque tengan tanto que hacer, sino porque no hacen planes para ahorrar tiempo. Por su manera lenta de trabajar, se dan mucho trabajo por cosas pequeñas. Pero todos los que deseen pueden vencer esos hábitos de morosidad y excesiva minuciosidad. Tengan los tales un propósito definido en su obra. Decidan cuánto tiempo se requiere para hacer una tarea determinada, y entonces dedíquese todo esfuerzo a terminar el trabajo en ese tiempo. El ejercicio de la voluntad hará más diestras las manos.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 314, 315.

El servicio de Cristo exige pronta obediencia.--The Southern Watchman, 9 de agosto de 1904.

El Señor requiere que sus siervos abriguen un espíritu pronto para comprender el valor de las almas, pronto para discernir los deberes que han de efectuarse, pronto para responder a las obligaciones que el Señor les haya encomendado.--Testimonies for the Church 9:123.

La diligencia en cumplir el deber señalado por Dios es una parte importante de la religión verdadera. Los hombres deben valerse de las circunstancias como de los instrumentos de Dios con que se cumplirá su voluntad. Una acción pronta y decisiva en el momento apropiado obtendrá gloriosos triunfos, mientras que la dilación y la negligencia resultarán en fracaso y deshonrarán a Dios.--La Historia de Profetas y Reyes, 499.

Mantened normas elevadas

Muchos de los que están calificados para hacer una obra excelente hacen poco porque sólo intentan poco. Millares son los que pasan por la vida como si no tuviesen ningún objeto por el cual vivir, ninguna elevada norma que alcanzar. Una razón de ello es la baja estima en que se tienen. Cristo pagó un precio infinito por nosotros, y desea que nos valoremos de acuerdo con el precio que él pagó.--Obreros Evangélicos, 308.

Durante su vida terrenal, Jesús trabajó con fervor y constancia. Esperaba mucho resultado; por lo tanto intentaba grandes cosas.--El Deseado de Todas las Gentes, 58.

Los que están dedicados al servicio del Maestro necesitan una experiencia mucho más elevada, profunda y amplia de lo que muchos han pensado obtener. Muchos de los que son ya miembros de la gran familia de Dios saben muy poco de lo que significa contemplar su gloria, y ser transformados de gloria en gloria. Muchos tienen una vaga percepción de la excelencia de Cristo, y sus corazones vibran de gozo. Anhelan tener un sentimiento más pleno y profundo del amor del Salvador. Encaminen los tales todo anhelo del alma en pos de Dios.--Obreros Evangélicos, 290.

Tengo un mensaje para nuestros ministros, médicos, maestros y todos los que están ocupados en cualquier ramo de servicio para el Maestro. El Señor os insta a ascender, a alcanzar una norma más santa. Debéis poseer una experiencia más profunda de lo que habéis pensado tener. Muchos de los que ya son miembros de la gran familia de Dios conocen muy poco de lo que significa contemplar su gloria y ser transformados de gloria en gloria. Muchos de vosotros tenéis una débil percepción de la excelencia de Cristo, y vuestras almas se estremecen de gozo. Anheláis un conocimiento más pleno y profundo del amor del Salvador. No estáis satisfechos. Pero no desesperéis. Dad a Jesús los mejores y más santos afectos del corazón. Atesorad todo rayo de luz. Acariciad todo deseo del alma en pos de Dios. Entregaos al cultivo de pensamientos espirituales y comunión santa. Habéis visto sólo los primeros rayos del amanecer de su gloria. Mientras perseveréis en conocer al Señor, sabréis que su salida está preparada como la mañana. "La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto." Habiéndonos arrepentido de nuestros pecados, habiéndolos confesado y hallado el perdón, hemos de continuar aprendiendo de Cristo, hasta que lleguemos al perfecto apogeo de una perfecta fe evangélica.--Testimonies for the Church 8:317.

Prudencia y previsión

Mientras Nehemías imploraba la ayuda de Dios, no se cruzó de brazos, pensando que no tenía más responsabilidad en el cumplimiento de su propósito de restaurar a Jerusalén. Con admirable prudencia y previsión, procedió a tomar todas las providencias necesarias para asegurar el éxito de la empresa. Cada movimiento se caracterizaba por una gran cautela.--The Southern Watchman, 15 de marzo de 1904.

El ejemplo de este santo hombre [Nehemías] debiera ser una lección para todos los hijos de Dios, a fin de que no sólo oren ellos con fe, sino que trabajen también con diligencia y fidelidad. ¡Cuántas dificultades encontramos, cuán a menudo impedimos que la Providencia obre en nuestro favor, debido a que se considera que la prudencia, la previsión y el esmero tienen poco que ver con la religión! Es ésta una gran equivocación. Es deber nuestro cultivar y ejercitar toda facultad que nos haría más eficientes obreros para Dios. La consideración cuidadosa y los planes bien pensados, son tan esenciales para el éxito de las empresas sagradas hoy en día como en el tiempo de Nehemías.--The Southern Watchman, 15 de marzo de 1904.

Cómo contrarrestar el desaliento

Los siervos del Señor han de contar con tener que hacer frente a toda clase de desalientos. Serán probados, no sólo por la ira, el menosprecio y la crueldad de los enemigos, sino también por la indolencia, la inconsecuencia, la tibieza y la traición de amigos y ayudantes. ... Aun algunos de los que parezcan desear que la obra de Dios prospere, debilitarán las manos de sus siervos oyendo, llevando y creyendo a medias las calumnias, jactancias y amenazas de sus adversarios. ... En medio de grandes desalientos, Nehemías confió en Dios; y en él está también nuestra defensa. El recuerdo de lo que Dios ha hecho por nosotros resultará un apoyo en todo peligro. "El que aun a su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?" Y "si Dios está por nosotros, ¿quién puede estar contra nosotros?" Por astutos que sean los planes de Satanás y sus agentes, Dios puede descubrirlos y anular todos sus consejos.--The Southern Watchman, 19 de abril de 1904.

Los que destacándose en el frente del conflicto, se ven impelidos por el Espíritu de Dios a hacer una obra especial, experimentarán con frecuencia una reacción cuando cese la presión. El abatimiento puede hacer vacilar la fe más heroica y debilitar la voluntad más firme. Pero Dios comprende, y sigue manifestando compasión y amor. Lee los motivos y los propósitos del corazón. Aguardar con paciencia, confiar cuando todo parece sombrío, es la lección que necesitan aprender los dirigentes de la obra de Dios. El cielo no los desamparará en el día de su adversidad. No hay nada que parezca más impotente que el alma que siente su insignificancia y confía plenamente en Dios, y en realidad no hay nada que sea más invencible.--La Historia de Profetas y Reyes, 129.

El Señor pide soldados que no fracasen ni se desanimen, sino que acepten la obra con todos sus rasgos desagradables. El quisiera que todos tomásemos a Cristo como nuestro Modelo.--The Review and Herald, 17 de julio de 1894.

Los que enseñan hoy verdades poco populares no necesitan desanimarse si en ocasiones no son recibidos más favorablemente, aun por los que pretenden ser cristianos, de lo que lo fueron Pablo y sus colaboradores por la gente entre la cual trabajaron. Los mensajeros de la cruz deben velar y orar y seguir adelante con fe y ánimo, trabajando siempre en el nombre de Jesús.--Los Hechos de los Apóstoles, 186, 187.

Benevolencia

El espíritu que se mantiene amable bajo la provocación hablará más eficazmente en favor de la verdad que cualquier argumento, por enérgico que sea.--El Deseado de Todas las Gentes, 306.

Como el rocío y las lluvias suaves caen sobre las plantas agostadas, caigan también con suavidad vuestras palabras cuando procuréis sacar a los hombres del error. El plan de Dios consiste primero en alcanzar al corazón. Debemos decir la verdad con amor, confiando que él le dará poder para reformar la vida. El Espíritu Santo aplicará al alma la palabra dicha con amor.--El Ministerio de Curación, 147.

Un espíritu bondadoso y un trato benigno y persuasivo, pueden salvar a los perdidos y cubrir multitud de pecados. La revelación de Cristo en vuestro propio carácter tendrá un poder transformador sobre aquellos con quienes os asociéis. Dejad que Cristo se manifieste diariamente en vosotros, y él revelará en vosotros la energía creadora de su palabra, una influencia amable, persuasiva, y a la vez poderosa para restaurar en otras almas la perfección del Señor nuestro Dios.--El Discurso Maestro de Jesucristo, 105.

Imparcialidad

Mientras vivió entre los hombres, nuestro Salvador compartió la suerte de los pobres. Conoció por experiencia sus cuidados y penurias, y podía consolar y estimular a todos los humildes trabajadores. Los que tienen un verdadero concepto de la enseñanza de su vida, no creerán nunca que deba hacerse distinción entre las clases, que los ricos han de ser honrados más que los pobres dignos.--El Deseado de Todas las Gentes, 58.

Cuando te apartas de los que no parecen promisorios ni atractivos, ¿te das cuenta de que estás descuidando las almas que está buscando Cristo? En el preciso momento en que te apartas de ellos, quizá es cuando necesiten más de tu compasión. En cada reunión de culto, hay almas que anhelan descanso y paz. Quizá parezca que viven vidas descuidadas, pero no son insensibles a la influencia del Espíritu Santo. Muchas de ellas pueden ser ganadas para Cristo.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 175.

La invitación del Evangelio no ha de estrecharse, y presentarse solamente a unos pocos elegidos, quienes, suponemos nosotros, nos honrarán con aceptarla. El mensaje ha de proclamarse a todos. Dondequiera haya corazones abiertos para recibir la verdad, Cristo está listo para instruirlos.--El Deseado de Todas las Gentes, 162.

Honradez, fidelidad, laboriosidad

Cuando han de confiarse responsabilidades a un individuo, no se pregunte si es elocuente o rico, sino si es honrado, fiel y laborioso; porque sean cuales fueren los conocimientos que posea, sin estas últimas calificaciones resultará totalmente inapto para cualquier puesto de responsabilidad.--Testimonies for the Church 4:413.

Abnegación

La obra de Cristo debe servirnos de ejemplo. Continuamente iba de un lugar a otro haciendo bienes. En el templo y en la sinagoga, en las calles de las ciudades, en los mercados y en los talleres, a la orilla del mar y sobre los montes, predicaba el Evangelio y sanaba a los enfermos. Su vida de servicio desinteresado debe servirnos de manual. Su tierno amor compasivo condena nuestro egoísmo y la dureza de nuestro corazón.--Joyas de los Testimonios 3:298, 299.

El motivo que nos impulsa a trabajar para Dios no debe tener nada que se asemeje al egoísmo. La devoción abnegada y un espíritu de sacrificio han sido siempre y seguirán siendo el primer requisito de un servicio aceptable. Nuestro Señor y Maestro quiere que no haya una sola fibra de egoísmo entretejida con su obra. Debemos dedicar a nuestros esfuerzos el tacto y la habilidad, la exactitud y la sabiduría, que el Dios de perfección exigió de los constructores del tabernáculo terrenal; y sin embargo en todas nuestras labores debemos recordar que los mayores talentos o los servicios más brillantes son aceptables tan sólo cuando el yo se coloca sobre el altar, como un holocausto vivo.--La Historia de Profetas y Reyes, 47.

De todos los hombres del mundo, los reformadores deben ser los más desprendidos, los más bondadosos, los más corteses. En sus vidas debe manifestarse la verdadera bondad de las obras de desprendimiento.--El Ministerio de Curación, 147.

Dejad de acongojaros

Las cosas irán mal por causa de los obreros no consagrados. Podéis derramar lágrimas por el resultado de esto; pero no os acongojéis. El bendito Maestro tiene toda su obra de un extremo a otro, bajo su dominante vigilancia. Todo lo que él pide es que los obreros acudan a él para recibir sus órdenes y obedezcan sus instrucciones. Todo--nuestras iglesias, nuestras misiones, nuestras escuelas sabáticas, nuestras instituciones--pesa sobre su divino corazón. ¿Por qué, pues, acongojarse? El intenso anhelo de ver que la iglesia sea una luz viva y resplandeciente, como Dios se ha propuesto que sea, debe ser templado por una completa confianza en Dios.--The Review and Herald, 14 de noviembre de 1893.

Cultivad la tranquilidad y confiad el cuidado de vuestras almas a Dios como a un fiel Creador. El guardará aquello que ha sido confiado a su cuidado. No se agrada en que cubramos su altar de lágrimas y quejas. Tenéis ya bastante por lo cual alabar a Dios, si no veis otra alma convertida. Pero la buena obra continuará sólo si seguís adelante, y no tratáis de ajustar cada cosa a vuestras ideas. Dejad que la paz de Dios rija vuestros corazones, y estad agradecidos. Dad al Señor lugar donde trabajar. No le obstaculicéis el camino. El puede obrar y obrará si se lo permitimos.--Testimonies for the Church 9:136.

Presentad las credenciales divinas

Dios puede emplear a cada uno en la medida en que le es posible derramar su Espíritu en el templo de su alma. El trabajo que él acepta es el que refleja su imagen. Sus discípulos deben llevar, como credenciales para el mundo, las características indelebles de sus principios inmortales.--Joyas de los Testimonios 3:146.

El nombre de Cristo había de ser su consigna, su divisa distintiva, su vínculo de unión, la autoridad para su curso de acción y la fuente de su éxito. Nada que no llevara su nombre y su inscripción había de ser reconocido en su reino.--Los Hechos de los Apóstoles, 23.

Sed fieles soldados

Sed fieles soldados para anunciar las virtudes de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.--The Review and Herald, 24 de enero de 1893.

Los siervos de Dios deben ser como milicianos, siempre dispuestos a avanzar tan pronto como su providencia les abra el camino. Cualquier tardanza que haya de su parte da tiempo a que Satanás obre para derrotarlos.--Historia de los Patriarcas y Profetas, 448.

El pueblo que guarda sus mandamientos ha de hallarse constantemente listo para servir.--Testimonies for the Church 8:247.

Los que son verdaderamente representantes de Cristo trabajan para el bien de los demás. Se deleitan en hacer progresar la causa de Dios tanto en su país como en el extranjero. Se los ve y se los oye, y su influencia se siente en la reunión de oración. Tratarán de suplir el lugar del ministro cuyas labores no pueden tener. No tratan de exaltar el yo, o de recibir crédito como quien aparenta estar haciendo una gran obra, sino de trabajar humilde, mansa y fielmente, haciendo pequeñas diligencias o realizando una gran tarea, si es necesario, porque Cristo ha hecho tanto por ellos.--The Review and Herald, 6 de septiembre de 1881.

Valiente y veraz

Lo que la iglesia necesita en estos días de peligro es un ejército de obreros que, como Pablo, se hayan educado para ser útiles, tengan una experiencia profunda en las cosas de Dios y estén llenos de fervor y celo. Se necesitan hombres santificados y abnegados; hombres que no esquiven las pruebas y la responsabilidad; hombres valientes y veraces; hombres en cuyos corazones Cristo constituya la "esperanza de gloria", y quienes, con los labios tocados por el fuego santo, prediquen la Palabra. Por carecer de tales obreros la causa de Dios languidece, y errores fa tales, cual veneno mortífero, corrompen la moral y agostan las esperanzas de una gran parte de la raza humana.--Los Hechos de los Apóstoles, 404.

La obra de salvar almas ha de avanzar gracias a una guerra agresiva, en medio de la oposición, el peligro, la pérdida y el sufrimiento humano. En cierta batalla, cuando uno de los regimientos de las fuerzas atacantes era rechazado por las hordas del enemigo, el abanderado permaneció al frente mientras las tropas retrocedían. El capitán le gritó que regresara con la bandera, pero la respuesta del abanderado fué: "¡Traiga a los hombres hasta la bandera!" Esta es la obra que le toca a cada abanderado fiel, llevar a los hombres hacia la bandera. El Señor pide sinceridad. Todos sabemos que el pecado de muchos cristianos profesos es la carencia de valor y energía para ir ellos mismos, y llevar a los que se relacionan con ellos hacia la bandera.--Testimonies for the Church 9:45, 46.

Dios no puede usar hombres que, en tiempo de peligro, cuando se necesita la fortaleza, el valor y la influencia de todos, temen decidirse firmemente por lo recto. Llama a los hombres que pelearán fielmente contra lo malo, contra principados y potestades, contra los gobernantes de las tinieblas de este mundo, contra la impiedad espiritual de los encumbrados. A los tales dirigirá las palabras: "Bien, buen siervo y fiel."--La Historia de Profetas y Reyes, 105.

Dios llama a hombres como Elías, Natán y Juan el Bautista, hombres que darán su mensaje con fidelidad, sean cuales fueren las consecuencias; hombres que dirán la verdad con valor, aun cuando ello exija el sacrificio de todo lo que tienen.--La Historia de Profetas y Reyes, 104.

Cuidado pastoral

El pastor que descubre que falta una de sus ovejas, no mira descuidadamente el rebaño que está seguro y dice: "Tengo noventa y nueve, y me sería una molestia demasiado grande ir en busca de la extraviada. Que regrese, y yo abriré la puerta del redil y la dejaré entrar." No; tan pronto como se extravía la oveja, el pastor se llena de pesar y ansiedad. Cuenta y recuenta el rebaño, y no dormita cuando descubre que se ha perdido una oveja. Deja las noventa y nueve dentro del aprisco y va en busca de la perdida. Cuanto más oscura y tempestuosa es la noche, y más peligroso el camino, tanto mayor es la ansiedad del pastor y más ferviente su búsqueda. Hace todos los esfuerzos posibles por encontrar esa sola oveja perdida.

¡Con cuánto alivio siente a la distancia su primer débil balido! Siguiendo el sonido trepa por las alturas más empinadas, y va al mismo borde del precipicio con riesgo de su propia vida. Así la busca, mientras el balido, cada vez más débil, le indica que la oveja está por morir. Al fin es recompensado su esfuerzo; encuentra la perdida. Entonces no la reprende porque le ha causado tanta molestia. No la arrea con un látigo. Ni aun intenta conducirla al redil. En su gozo pone la temblorosa criatura sobre sus hombros; si está magullada y herida, la toma en sus brazos, la aprieta contra su pecho para que le dé vida el calor de su corazón. Agradecido porque su búsqueda no ha sido vana, la lleva de vuelta al redil.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 172, 173.

Humildad

Al escoger a hombres y mujeres para su servicio, Dios no averigua si poseen erudición, elocuencia o riqueza mundanal. Pregunta más bien: "¿Andan ellos con tal humildad que yo pueda enseñarles mi camino? ¿Puedo poner mis palabras en sus labios? ¿Me representarán?"--Testimonies for the Church 7:144.

Al tratar de ayudar al pobre, al despreciado, al olvidado, no trabajéis por ellos abrigando el sentimiento de vuestra superioridad y dignidad, porque de este modo no lograréis nada.--Testimonies for the Church 6:277.

Lo que hará que nuestras iglesias sean vigorosas y tengan éxito en sus esfuerzos, no es la obra bulliciosa, sino la silenciosa y humilde; no es la ostentación y la pompa, sino el esfuerzo paciente, perseverante y acompañado de oración.--Testimonies for the Church 5:130.

La humillación de la derrota resulta a menudo en una bendición al mostrarnos nuestra incapacidad para hacer la voluntad de Dios sin su ayuda.--Historia de los Patriarcas y Profetas, 687.

Los talentos del hombre humilde se necesitan para la obra de casa en casa, y pueden lograr mucho más en esta obra que los dones brillantes.--Testimonies for the Church 9:37, 38.

Todo el cielo está interesado en esta obra que los mensajeros de Dios están llevando a cabo en el mundo, en el nombre de Jesús de Nazaret. Es ésta una gran obra, hermanos y hermanas, y hemos de humillarnos diariamente delante de Dios y no pensar que nuestra sabiduría es perfecta. Debemos echar mano de la obra con fervor. No hemos de orar a Dios que nos humille, porque cuando él tome posesión de nosotros, nos humillará de un modo que no nos gustará. Pero hemos de humillarnos nosotros mismos día tras día bajo la poderosa mano de Dios. Hemos de obrar nuestra propia salvación con temor y temblor. Aunque Dios es quien obra en nosotros el querer como el hacer por su buena voluntad, nosotros hemos de cooperar con él mientras él obra por medio nuestro.--The Review and Herald, 12 de julio de 1887.

Debemos esforzarnos por entrar por la puerta estrecha. Pero esta puerta no gira fácilmente sobre sus goznes. No admite caracteres dudosos. Hemos de luchar hoy por la vida eterna con una intensidad proporcionada al valor del galardón que se nos promete. No es el dinero o las tierras o nuestra posició en el mundo lo que nos abrirá las puertas del paraíso. No es la dignidad ni los progresos intelectuales lo que nos permitirá ganar la corona de la inmortalidad. Sólo los mansos y humildes, los que han hecho de Dios su eficiencia, recibirán este don.--The Southern Watchman, 16 de abril de 1903.

Cuando volváis de hacer obra misionera, no os alabéis a vosotros mismos, sino exaltad a Jesús; elevad la cruz del Calvario.--Testimonies for the Church 5:596.

Antes de la honra viene la humildad. Para ocupar un lugar elevado ante los hombres, el cielo elige al obrero que como Juan el Bautista, toma un lugar humilde delante de Dios. El discípulo que más se asemeja a un niño es el más eficiente en la labor para Dios. Los seres celestiales pueden cooperar con aquel que no trata de ensalzarse a sí mismo sino de salvar almas.--El Deseado de Todas las Gentes, 385.

Templados

Ojalá que todo hijo de Dios sintiera la impresión de la necesidad que hay de ser templado en el comer, en el vestir, y en el trabajo, a fin de que pudiera hacer mejor obra para la causa de Dios. Cuando el obrero ha estado bajo la presión del trabajo y los cuidados, y está cansado mental y físicamente, ha de volverse y descansar por un tiempo, no por mera complacencia propia, sino para que pueda prepararse mejor para los deberes futuros. Tenemos un enemigo vigilante, que está siempre tras nuestras huellas para sacar ventaja de cada debilidad y hacer así que sus tentaciones sean eficaces para el mal. Cuando la mente se ha esforzado demasiado y el cuerpo está debilitado, él lo aprovecha y abruma el alma con sus más fieras tentaciones, hasta causar la ruina del hijo de Dios. Economice el obrero de Dios cuidadosamente sus fuerzas; y cuando se halle fatigado por las tareas que descansan sobre él, apártese, descanse y tenga comunión con Jesús.--The Review and Herald, 14 de noviembre de 1893.

El uso indebido de nuestras facultades físicas acorta el período de tiempo en el cual nuestras vidas pueden ser usadas para la gloria de Dios. Y ello nos incapacita para realizar la obra que Dios nos ha dado para hacer. Al permitirnos formar malos hábitos, acostándonos a horas avanzadas, complaciendo el apetito a expensas de la salud, colocamos los cimientos de nuestra debilidad. Descuidando el ejercicio físico, cansando demasiado la mente o el cuerpo, desequilibramos el sistema nervioso. Los que así acortan su vida y se incapacitan para el servicio al no tener en cuenta las leyes naturales, son culpables de estar robando a Dios. Y están robando también a sus semejantes. La oportunidad de bendecir a otros--la misma obra para la cual Dios los envió al mundo--, ha sido estorbada por su propia conducta. Y se han incapacitado para hacer aun aquello que podían haber efectuado en un tiempo mucho más breve. El Señor nos considera culpables cuando por nuestros hábitos perjudiciales privamos así al mundo del bien.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 316, 317.

Nuestro Dios es muy misericordioso, lleno de compasión y razonable en todos sus requerimientos. El no pretende que sigamos una conducta que resultará en la pérdida de nuestra salud o el debilitamiento de nuestras facultades mentales. No quiere que trabajemos bajo presión y tensión, hasta que quedemos exhaustos y suframos de postración nerviosa. El Señor nos ha dado el uso de la razón y espera que obremos en armonía con ella y actuemos según las leyes de la vida implantadas en nosotros, obedeciéndolas, a fin de que podamos tener una organización bien equilibrada. Un día sigue a otro, y cada día trae consigo sus responsabilidades y deberes, pero el trabajo de mañana no ha de entrar en el día de hoy. Los obreros que trabajan en la causa de Dios han de sentir cuán sagrado es el carácter de esa obra, y han de prepararse para la obra de mañana haciendo hoy un juicioso empleo de sus facultades.--The Review and Herald, 7 de noviembre de 1893.

Reposo y reflexión

Los discípulos de Jesús necesitaron que se les enseñara a trabajar y descansar. Hay necesidad hoy en día de que los obreros escogidos de Dios oigan el mandato de Cristo de apartarse y reposar un poco. Muchas vidas preciosas se han sacrificado, innecesariamente, por descuidar este mandato. ... Aunque la mies es mucha y los obreros pocos, nada se gana con sacrificar la salud y la vida. ... Hay muchos obreros débiles y gastados que se sienten profundamente desanimados cuando consideran lo que hay para hacer y cuán poco pueden realizar ellos. ¡Cuánto anhelan tener más fuerzas físicas para poder efectuar más! Pero es a éstos a quienes Jesús dice: "Venid vosotros aparte al lugar desierto, y reposad un poco."--The Review and Herald, 7 de noviembre de 1893.

La vida cristiana no está constituida de actividad incesante ni de continua meditación. Los cristianos deben trabajar fervorosamente por la salvación de los perdidos, pero también han de tomarse tiempo para la meditación, la oración y el estudio de la Palabra de Dios. De nada sirve estar siempre bajo la tensión del trabajo y la excitación, porque de esta manera se descuida la piedad personal, y las facultades de la mente y el cuerpo sufren menoscabo.--The Review and Herald, 7 de noviembre de 1893.

Todos los que están en la escuela de Dios, necesitan de la hora tranquila para la meditación, a solas consigo mismos, con la naturaleza y con Dios. En ellos tiene que manifestarse una vida que en nada se armoniza con el mundo, sus costumbres, o sus prácticas; necesitan pues, experiencia personal en adquirir el conocimiento de la voluntad de Dios. Cada uno de nosotros tiene que oirlo a él hablar a nuestro corazón. Cuando toda otra voz calla, y tranquilos en su presencia esperamos, el silencio del alma hace más perceptible la voz de Dios. El nos dice: "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios." Esta es la preparación efectiva para todo trabajo por Dios. En medio de la atareada muchedumbre, y de la tensión de las intensas actividades de la vida, el que así se refresca, se verá envuelto en un ambiente de luz y paz. Recibirá una nueva provisión de fuerza física y mental. Su vida exhalará fragancia, y dará prueba de un poder divino que alcanzará a los corazones de los hombres.--El Ministerio de Curación, 51.