Servicio Cristiano

Capítulo 27

La recompensa del servicio

Inestimable

No es una cosa vana servir a Dios. Hay una recompensa inestimable para los que dedican la vida a su servicio.--Testimonies for the Church 4:107.

Todo sacrificio hecho en su ministerio, será recompensado conforme a "las abundantes riquezas de su gracia".--El Deseado de Todas las Gentes, 209.

Nuestra recompensa por trabajar con Cristo en este mundo es el mayor poder y el más amplio privilegio de trabajar con él en el mundo venidero.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 329.

Base de evaluación

El valor del servicio para Dios se mide por el espíritu con que se efectúa, más bien que por el tiempo empleado en el trabajo.--Testimonies for the Church 9:74.

Su éxito en el progreso de la vida divina depende del aprovechamiento de los talentos que les han sido confiados. Su recompensa futura estará en proporción con la integridad y el fervor con que sirvan al Maestro.--The Review and Herald, 1 de marzo de 1887.

El Señor tiene una gran obra que ha de ser hecha, y él recompensará en mayor escala, en la vida futura, a los que presten un servicio más fiel y voluntario en la vida presente.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 299, 300.

Los que vinieron a la viña a la hora undécima estaban agradecidos por la oportunidad de trabajar. Sus corazones estaban llenos de gratitud hacia la persona que los aceptó; y cuando al final de la jornada el jefe de la casa les pagó por el día entero, estaban grandemente sorprendidos. Sabían que no habían ganado ese salario. Y la bondad revelada en el semblante de su empleador los llenó de gozo. Nunca olvidaron la bondad del dueño de la casa, ni la generosa recompensa que habían recibido.

Esto es lo que ocurre con el pecador, que, conociendo su falta de méritos, ha entrado en la viña del Señor a la hora undécima. Su tiempo de servicio parece muy corto, no se siente digno de recompensa alguna, pero está lleno de gozo porque por lo menos Dios lo ha aceptado. Trabaja con un espíritu humilde y confiado, agradecido por el privilegio de ser un colaborador de Cristo. Dios se deleita en honrar este espíritu.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 365.

Recompensa segura

El que ha señalado a "cada uno su obra", conforme a su capacidad, jamás dejará sin recompensa al que haya cumplido fielmente su deber. Toda acción de lealtad y fe será coronada con muestras especiales del favor y la aprobación de Dios. A todo obrero se hace la promesa: "Irá andando y llorando el que lleva la preciosa simiente; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas."--Testimonies for the Church 5:395.

Por corto que sea nuestro servicio o humilde nuestro trabajo, si con una fe sencilla seguimos a Cristo, no seremos chasqueados en cuanto a la recompensa. Aquello que aun los mayores o los más sabios hombres no pueden ganar, el más débil y el más humilde puede recibir. Los áureos portales del cielo no se abrirán ante el que se exalta a sí mismo. No darán paso a los de espíritu soberbio. Pero los eternos portales se abrirán de par en par ante el toque tembloroso de un niñito. Bendita será la recompensa de gracia concedida a los que trabajaron por Dios con simplicidad de fe y amor.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 372.

Las sienes de los que hacen esta obra llevarán la corona del sacrificio. Pero recibirán su galardón.--Testimonies for the Church 6:348.

Para todo obrero de Dios este pensamiento debiera ser motivo de estímulo y animación. En esta vida nuestra obra para Dios parece a menudo casi estéril. Nuestros esfuerzos en hacer bien pueden ser fervientes y perseverantes. No obstante, puede que no se nos permita presenciar sus resultados. Para nosotros, el esfuerzo puede parecer perdido. Pero el Salvador nos asegura que nuestra obra queda anotada en los cielos, y que la recompensa no puede fallar.--Testimonies for the Church 6:305.

Todo acto, toda obra de justicia, misericordia y benevolencia, produce música en el cielo. El Padre mira desde su trono y cuenta a los que las ejecutan como sus más preciados tesoros. "Y ellos me serán un tesoro especial, dice Jehová de los ejércitos, en aquel día que yo preparo." Toda acción de misericordia hecha a los necesitados o a los que sufren se considera como hecha a Jesús. Todo el que socorre al pobre, simpatiza con los que están angustiados u oprimidos, o acoge al huérfano, se coloca en una relación más íntima con Jesús.--The Review and Herald, 16 de agosto de 1881.

Cristo considera todo acto de misericordia, benevolencia y atenta consideración por el desgraciado, el cojo, el ciego, el enfermo, la viuda y el huérfano, como hecho a él mismo; estas obras permanecen registradas en el cielo y serán recompensadas.--Testimonies for the Church 3:512, 513.

Una recompensa justa

El Señor es bueno, misericordioso y tierno de corazón. Conoce a cada uno de sus hijos. Sabe con exactitud lo que cada uno de nosotros está haciendo, y cuánto mérito tiene cada uno. ¿No queréis dejar a un lado vuestra lista de mérito y vuestra lista de condenación y permitir que Dios haga su obra? Se os dará la corona de gloria si efectuáis la obra que Dios os ha dado para hacer.--The Southern Watchman, 14 de mayo de 1903.

El Señor desea que confiemos en él sin hacer preguntas con respecto a nuestra recompensa. Cuando Cristo mora en el alma, el pensamiento de recompensa no primará. Este no es el motivo que impulsa nuestro servicio.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 365.

De buhardillas, de chozas, de calabozos, de patíbulos, de montañas y desiertos, de cuevas de la tierra y cavernas del mar, Cristo reunirá a sus hijos a sí. En la tierra, han sido destituidos, afligidos y atormentados. Millones han descendido a la tumba cargados de infamia por haber rehusado rendirse a las engañosas pretensiones de Satanás. Los hijos de Dios han sido ajusticiados por los tribunales humanos como los más viles criminales. Pero está cerca el día cuando Dios será "el juez". Entonces las decisiones de la tierra serán invertidas. "Quitará la afrenta de su pueblo." A cada hijo de Dios se le darán ropas blancas. "Y llamarles han pueblo santo, redimidos de Jehová."--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 166.

La recompensa actual

Felicidad--Aquellos que dedican sus vidas al ministerio cristiano conocen el significado de la verdadera felicidad. Sus intereses y sus oraciones alcanzan hasta más allá de sí mismos. Crecen mientras tratan de ayudar a otros. Llegan a familiarizarse con los planes más amplios y las empresas más admirables, y ¿cómo podrán hacer otra cosa que crecer cuando se colocan en el canal divino de luz y bendición? Los tales reciben sabiduría de los cielos. Llegan a identificarse más y más con Cristo en todos sus planes. No hay lugar para un estancamiento espiritual.--Testimonies for the Church 9:42.

La iglesia que se entrega con éxito a esta obra, es una iglesia feliz. El hombre o la mujer cuya alma se siente atraída con compasión y amor hacia el que yerra, y se esfuerza por llevarlo al aprisco del buen Pastor, se ocupa en una bendita obra. Y ¡qué pensamiento arrobador el de que, cuando un pecador queda de este modo rescatado, hay más gozo en el cielo que por noventa y nueve personas justas!--Testimonies for the Church 2:22.

Nada es trabajoso para el que se somete a la voluntad de Dios. Hacedlo "como al Señor", es un pensamiento que presta encanto a toda obra que Dios da para hacer.--Testimonies for the Church 9:150.

El obrero cristiano no halla penoso el trabajo en la obra que el cielo le ha asignado. Entra en el gozo de su Señor al ver almas libertadas de la esclavitud del pecado; y este gozo lo recompensa de todo sacrificio.--The Southern Watchman, 2 de abril de 1903.

El afanarse, el continuar pacientemente haciendo bienes que requieran una labor abnegada, es una obra gloriosa, grata al cielo.--Testimonies for the Church 2:24.

Cristo se deleita en tomar material aparentemente sin esperanza, aquellos a quienes Satanás ha degradado y por medio de quienes ha trabajado, y hacerlos súbditos de su gracia. ... El hace a sus hijos agentes suyos en el cumplimiento de esta obra, y al efectuarla, aun en esta vida, ellos hallan un precioso galardón.--Testimonies for the Church 6:308, 309.

Bendición--Todo esfuerzo hecho por Cristo repercutirá en bendición sobre nosotros mismos.--Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 323.

Cada deber cumplido, cada sacrificio hecho en el nombre de Jesús, produce una excelsa recompensa.--Joyas de los Testimonios 1:487.

Debemos vivir en este mundo para ganar almas para el Salvador. Si perjudicamos a otros, nos perjudicamos a nosotros también. Si beneficiamos a otros, nos beneficiamos a nosotros mismos; porque la influencia de toda buena acción se refleja en nuestro corazón.--Joyas de los Testimonios 1:459, 460.

Cada rayo de luz que arrojemos sobre otros se reflejará en nuestros corazones. Toda palabra bondadosa y de simpatía hablada al afligido, cada acción hecha para aliviar al oprimido, y cada ofrenda dada para suplir las necesidades de nuestros semejantes, para gloria de Dios, resultará en bendiciones para el dador. Los que de este modo trabajan están obedeciendo a la ley del cielo, y recibirán la aprobación de Dios.--Testimonies for the Church 4:56.

Aunque la gran recompensa final se dará en ocasión de la venida de Cristo, el servicio prestado a Dios de todo corazón trae consigo una recompensa, aun en esta vida. El que trabaje para él tendrá que afrontar obstáculos, oposición y desánimos amargos y descorazonadores. Puede que no vea el fruto de sus afanes. Pero frente a todo esto halla en su trabajo una bendita recompensa. Todos los que se entregan a Dios en un servicio abnegado en favor de la humanidad, cooperan con el Señor de gloria. Este pensamiento endulza todos los afanes, fortalece la voluntad y vigoriza el espíritu para cualquier cosa que pudiera acontecer.--Testimonies for the Church 6:305, 306.

Salud--Hacer el bien es un remedio excelente para la enfermedad. A los que se ocupan en la obra se les invita a clamar a Dios y él, que ha prometido contestarnos, contestará. Las almas serán satisfechas en la sequía, y regadas como un jardín, cuyas aguas no faltan.--Testimonies for the Church 2:29.

Estando en comunión con Dios, con Cristo y con los ángeles santos, ellos [los obreros] se hallan rodeados de una atmósfera celestial, una atmósfera que proporciona salud al cuerpo, vigor al intelecto y gozo al alma.--Testimonies for the Church 4:56.

El placer de hacer bien a otros imparte un ardor a los sentimientos que electriza los nervios, vivifica la circulación de la sangre y estimula la salud física y mental.--Testimonies for the Church 4:56.

Fuerza--Impídasele a un hombre fuerte trabajar y se volverá débil. La iglesia o las personas que se abstienen de llevar cargas para otros, que se encierran en sí mismas, pronto sufren de debilitamiento espiritual. Es el trabajo lo que mantiene fuerte al hombre fuerte. Y la labor espiritual, el trabajo arduo y el llevar cargas, es lo que dará fuerza a la iglesia de Cristo.--Testimonies for the Church 2:22.

Paz--Al trabajar para otros, se experimentará una dulce satisfacción, una paz interior que será en sí suficiente recompensa. Cuando estén animados por un elevado y noble deseo de hacer bien a otros, ellos [los seguidores de Dios] hallarán verdadero deleite en el cumplimiento de los múltiples deberes de la vida. Esto traerá más que una recompensa terrenal; porque los ángeles toman nota de cada ejecución fiel y abnegada del deber, la cual brilla en el registro de la vida.--Testimonies for the Church 2:132.

Recompensa futura

Vida eterna--Por medio de esfuerzos fervientes y cuidadosos para ayudar donde la ayuda es necesaria, el verdadero cristiano muestra su amor por Dios y sus semejantes. Puede perder su vida en el servicio; pero la volverá a hallar cuando Cristo venga a buscar sus joyas.--Testimonies for the Church 9:56.

Una benévola bienvenida al hogar--Poneos en el umbral de la eternidad y oid la benévola bienvenida dada a los que en esta vida hayan cooperado con Cristo, habiendo considerado como un privilegio y un honor el sufrir por su causa. ... Allí los redimidos saludan a aquellos que los encaminaron hacia el Salvador levantado en alto. Se unen en alabanzas a Aquel que murió para que los humanos tuvieran la vida que se mide con la de Dios. Acabó el conflicto. Acabaron las tribulaciones y las luchas. Cantos de victoria llenan todo el cielo. Todos entonan el alegre coro: "Digno, digno es el Cordero que fué inmolado", y que nos rescató para Dios.--El Ministerio de Curación, 405.

Si el registro muestra que ésta ha sido su vida, que sus caracteres han puesto en evidencia ternura, abnegación y benevolencia, ellos recibirán la bendita seguridad y bendición de Cristo: "Bien hecho". "¡Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo!"--Testimonies for the Church 3:525.

Medio ambiente celestial--La iglesia es ahora militante. Actualmente nos confronta un mundo en las tinieblas, entregado casi todo entero a la idolatría. Pero día viene en que la batalla habrá concluido, y en que la victoria habrá sido ganada. La voluntad de Dios ha de ser hecha en la tierra, como en el cielo. Las naciones de los salvados no conocerán más ley que la del cielo. Todos constituirán una familia dichosa, unida, vestida con las prendas de alabanza y de acción de gracias, con el vestido de la justicia de Cristo. Toda la naturaleza, en su incomparable belleza, ofrecerá a Dios tributo de alabanza y de adoración. El mundo quedará bañado en luz celestial. La luz de la luna será como la del sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte que ahora. Los años transcurrirán en medio de la alegría. Y por encima de todo las estrellas de la mañana cantarán juntas, y los hijos de Dios clamarán de gozo, mientras que Dios y Cristo declararán unidos que ya no habrá más pecado, ya no habrá más muerte".--El Ministerio de Curación, 490.

Gozo--Es la recompensa de los que trabajan para Cristo entrar en su gozo. Ese gozo, al cual Cristo mismo aguarda con anhelante deseo, se presenta en su pedido al Padre: "Aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, ellos estén también conmigo."--Testimonies for the Church 6:309.

En nuestra vida terrenal, aunque restringida por el pecado, el mayor gozo y la más elevada educación se encuentran en el servicio. Y en el estado futuro, libre de las limitaciones de la humanidad pecaminosa, hallaremos nuestro mayor gozo y nuestra más elevada educación en el servicio: testificando y al testificar conociendo nuevamente "la riqueza de la gloria de este misterio", "el cual es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria."--La Educación, 298.

Comparten los sufrimientos de Cristo y compartirán también la gloria que será revelada. Estuvieron unidos con él en su obra, apuraron con él la copa del dolor, y participan también de su regocijo.--El Discurso Maestro de Jesucristo, 19.

Frutos de la siembra de la semilla--Todo impulso del Espíritu Santo que induce a los hombres a la bondad y a Dios, es registrado en los libros del cielo, y en el día de Dios a cada uno que se haya entregado a sí mismo como instrumento para la obra del Espíritu Santo le será permitido contemplar lo que su vida ha producido.--Testimonies for the Church 6:310.

Cuando los redimidos se hallen en la presencia de Dios, responderán a sus nombres almas preciosas llevadas allí por los esfuerzos pacientes y fieles hechos en su favor, por las súplicas y la ferviente persuasión de buscar su refugio en el Fuerte. De este modo los que en este mundo han sido colaboradores con Dios recibirán su recompensa.--Testimonies for the Church 8:196, 197.

¡Qué regocijo reinará mientras estos redimidos encuentren y saluden a los que llevaron cargas en su favor! Y ¡cómo vibrarán de satisfacción los corazones de los que no vivieron para agradarse a sí mismos, sino para beneficiar a los desdichados que tienen tan pocas bendiciones! Para ellos se realizará la promesa: "Serás bienaventurado; porque no te pueden retribuir; mas te será recompensado en la resurrección de los justos".--Obreros Evangélicos, 536.

En los cielos veremos a los jóvenes que hemos ayudado, a aquellos que hemos invitado a nuestros hogares, a los que apartamos de la tentación. Veremos sus rostros reflejar el fulgor de la gloria de Dios.--Testimonies for the Church 6:348.

¡Ser colaboradores de Cristo y de los ángeles celestiales en el gran plan de salvación! ¿Qué otra obra podría compararse con ésta? Con cada persona salvada aumenta el caudal de la gloria de Dios, y esa gloria se refleja tanto en el que ha sido salvado como en el que sirvió de instrumento para su salvación.--Testimonies for the Church 2:232.

Los redimidos encontrarán y reconocerán a aquellos cuya atención dirigieron al ensalzado Salvador. ¡Qué bendita conversación tendrán con estas almas! "Yo era pecador--dirá alguno--, sin Dios y sin esperanza en el mundo; y tú viniste a mí, y atrajiste mi atención al precioso Salvador como única esperanza mía, y creí en él. Me arrepentí de mis pecados y se me hizo sentar con sus santos en los lugares celestiales en Cristo Jesús." Otros dirán: "Yo era pagano en tierras paganas. Tú dejaste tus amigos y tu cómodo hogar, para ir a enseñarme cómo encontrar a Jesús, y creer en él como único Dios verdadero. Destruí mis ídolos y adoré a Dios, y ahora lo veo cara a cara. Estoy salvo, eternamente salvo para contemplar siempre a Aquel a quien amo. Entonces lo veía únicamente con el ojo de la fe, pero ahora lo veo tal cual es. Puedo expresar ahora mi gratitud por su misericordia redentora a Aquel que me amó y lavó mis pecados con su sangre." Obreros Evangélicos, 535.

Otros expresarán su gratitud a los que alimentaron a los hambrientos y vistieron al desnudo. "Cuando la desesperación envolvía mi alma en la incredulidad, el Señor os envió a mí--dirán--, para decirme palabras de esperanza y consuelo. Me trajisteis alimento para mis necesidades físicas, y me abristeis la Palabra de Dios despertándome para que viese mis necesidades espirituales. Me tratasteis como a un hermano. Simpatizasteis conmigo en mis tristezas, y alentasteis mi alma herida, para que pudiese asir la mano de Cristo que se extendía para salvarme. Yo ignoraba que tenía un Padre en los cielos que se interesaba por mí, y vosotros me lo enseñasteis pacientemente. Me leisteis las preciosas promesas de la Palabra de Dios. Inspirasteis fe en que él me salvaría. Mi corazón fué enternecido, subyugado, quebrantado, mientras contemplaba el sacrificio que Cristo había hecho por mí. Tuve hambre del pan de vida y la verdad fué preciosa a mi alma. Heme aquí, salvo, eternamente salvo, para vivir siempre en su presencia y para alabar a Aquel que dió su vida por mí."--Obreros Evangélicos, 535, 536.

Paciente espera de la recompensa

Si el tiempo de espera de la llegada de nuestro Libertador parece largo; si, agobiados por la aflicción y gastados por el trabajo, sentimos impaciencia porque nuestra comisión termine, y se nos dé de alta honorablemente de la guerra, recordemos--y el recuerdo impida toda murmuración--que Dios nos ha dejado en la tierra para que hagamos frente a tormentas y conflictos, para adquirir el perfecto carácter cristiano, para llegar a conocer mejor a Dios nuestro Padre y a Cristo nuestro Hermano Mayor, y a trabajar por el Maestro ganando muchas almas para Cristo, para que con corazón gozoso podamos oir las palabras: "Bien hecho, siervo bueno y fiel; ... entra en el gozo de tu Señor."--The Review and Herald, 25 de octubre de 1881.

Sé paciente, soldado cristiano. Aún un poco, y el que ha de venir vendrá. La noche de cansadora espera, vigilia y aflicción, casi ha pasado. Pronto se dará la recompensa; el eterno día amanecerá. No hay tiempo para dormir ahora; no hay tiempo que perder en inútiles lamentos. El que ahora se aventure a dormitar perderá preciosas oportunidades de hacer bien. Se nos ha concedido el bendito privilegio de recoger gavillas en la gran siega; y cada alma salvada será una estrella adicional en la corona de Jesús, nuestro adorable Redentor. ¿Quién está ansioso por deponer la armadura, cuando, continuando la batalla un poco más, obtendrá nuevas victorias y logrará nuevos trofeos para la eternidad?--The Review and Herald, 25 de octubre de 1881.