En la iglesia de _____ hay algo que es perjudicial para sus intereses espirituales. Falta la piedad vital, la religión práctica. No quiero mencionar nombres. Que cada cual examine su propio corazón y conozca sus imperfecciones personales. Hay algunos que constantemente se inclinan hacia el mundo, que siempre rebajan las normas religiosas por medio de sus conversaciones mundanales. No tienen el amor de Dios en sus corazones. Son de manos flojas cuando se necesita su ayuda en la iglesia. Esta debilidad espiritual viene como consecuencia de no estar dispuestos a hacer su parte en el lugar y la ocasión donde pueden ser de mayor ayuda. Sin embargo, cuando tienen algún plan o negocio personal que realizar, están listos para aceptar cualquier responsabilidad; su finalidad es lograr sus propósitos personales. Si dichos propósitos fueran santificados, la situación no andaría tan mal; pero no lo son.
Hay gran necesidad de obreros celosos y desinteresados en la causa de Dios. Un solo miembro dedicado que ame a Jesús hará mayor bien que cien obreros medio convertidos, profanos y autosuficientes. Es imposible que la iglesia sea viviente y activa, a menos que sus miembros estén dispuestos a hacer su parte y asumir responsabilidades. En la congregación se relacionan entre sí personas de diferentes temperamentos y caracteres. En la iglesia de _____-- hay algunas almas decididas, temerosas de Dios que oran mucho, que llevan las cargas de la iglesia y cuya felicidad consiste en ver prosperar a sus miembros. Aquí, como en otros lugares, Satanás está constantemente obrando para derribar y desmoralizar. El enemigo de las almas tiene como propósito debilitar y destruir toda organización, la cual, teniendo éxito, pueda glorificar a Dios.
Hay jóvenes que han aceptado la verdad y marchado bien por un tiempo, pero Satanás ha envuelto sus redes en torno a ellos a través de vínculos amorosos imprudentes y de matrimonios insatisfactorios. Ha visto que esta es la manera más eficaz de seducirlos y apartarlos del camino de la santidad. Por un tiempo algunos de estos jóvenes lucieron la armadura evangélica con dignidad y gracia. Mientras el corazón y la mente estaban sujetos a la voluntad divina, había prosperidad; pero cuando la vista se desvió de Jesús y fue atraída hacia fines frívolos, entonces el yo se afianzó, la razón carnal se sobrepuso al sano juicio e integridad, y se consideró que la armadura cristiana era demasiado pesada para ser llevada por personas tan jóvenes en edad. Era adecuada para soldados del Evangelio experimentados, pero demasiado pesada para los jóvenes. El tentador ofreció muchas sugestiones con el propósito de producir inconstancia y vacilación en el curso de la vida cristiana.
El mandato del Capitán de su salvación era: "Estad atentos, velad y orad" (Marcos 13:33) "para que no caigáis en tentación" (Marcos 14:38); pero se pensó que era demasiado inconveniente defender fielmente el alma, y el engañoso poder de Satanás y del corazón los apartó de Cristo. Si estos jóvenes y señoritas hubiesen considerado las palabras del apóstol, "no sois vuestros... Porque habéis sido comprados por precio..." (1 Corintios 6:19, 20), no se hubieran sentido libres para negarle a Dios lo que él compró a un precio infinito.
No hay ni siquiera un joven de cada cien que sienta la responsabilidad que Dios le ha dado. Cada aptitud física y mental debe ser cuidadosamente preservada y puesta en el uso mejor y mayor para el adelanto de la gloria de Dios. Aquellos jóvenes que permiten que sus facultades se perviertan y que abusan así de los dones de Dios, tendrán que rendir una cuenta estricta por el bien que hubieran podido hacer aprovechando la provisión hecha mediante Jesús. Dios espera que cada facultad sea bien usada.
Hay jóvenes en la iglesia de _____ que deben estar cultivando la gracia de la perseverancia cristiana, llegando a ser hombres de fe. Deben convertirse en personas firmes, constantes, arraigadas y cimentadas en la verdad. La iglesia necesita esa misma ayuda que según el propósito de Dios ellos deben brindarle. Quienes profesan el nombre de Dios no han consagrado sus talentos completamente a él, pero los han cedido, en cierta medida, al servicio de Satanás. Estas personas han estado y siguen aún robándole a Dios. Como el mayordomo infiel a quien se le encomendaron los talentos, han ocultado los dones de Dios en el mundo.
Otro gran mal en la iglesia de _____ ha sido el material que ha entrado en ella. Este material necesita ser derretido por el Espíritu de Dios. La escoria se nota en rasgos de carácter bruscos y cortantes, los cuales pudieron haber sido eliminados si estos individuos hubieran sido discípulos de Cristo; pero no se han desvinculado completamente del espíritu y las influencias del mundo. Le roban a Dios entremezclando diariamente con el elemento mundano, el tiempo, los talentos y la fuerza que él les dio. Estas facultades no le pueden ser negadas a Dios sin resultar en la ruina eterna. Habéis sido comprados con precio, aunque perezcáis por rehusar ser salvados de la manera que Dios ha designado.
Los santos ángeles observan con profundo interés para ver si los miembros individuales de la iglesia honran a su Redentor, para ver si se vinculan con el cielo y dejan de robarle a Dios, a quien profesan amar, honrar y servir. Dios llama a los suyos. Sois doblemente de él, por creación y redención; pero cuando dejáis que el fuego de lag pasiones no santificadas se encienda en vuestros ojos, cuando proferís palabras que ahuyentan a los santos ángeles de vuestro lado, cuando pensáis mal de vuestros hermanos, cuando profanáis vuestras manos con el lucro de la impiedad, estáis ofreciendo vuestros miembros como instrumentos de injusticia.
Hermano _____, vi que la palabra "falto" estaba escrita contra su nombre en el registro del cielo; falto de paciencia, tolerancia, dominio propio, humildad y mansedumbre. Su carencia de estos dones celestiales seguramente hará que los portales del cielo se cierren contra usted. Dios reclama como suyos su cuerpo, su alma, su ser entero, y todas sus aptitudes. Ese genio descontrolado y precipitado tiene que ser vencido. La enfermedad espiritual es sin duda alguna el resultado de ceder a este espíritu de descontento, quejoso y murmurador; y es usted mismo el responsable por esta enfermedad. Deje de expresar el descontento, deje de ser empecinado, de engreírse a sí mismo y sea un hombre noble de corazón y valeroso ante Dios. Jesús lo ama. ¿Acaso no ha provisto ampliamente en su favor para que disponga usted de ayuda cuando se vea en aprietos? Dice el Señor: "¿Qué más se podía haber hecho a mi viña, que yo no lo haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?" (Isaías 5:4) El fruto que Cristo espera, después de haber cuidado pacientemente de su iglesia, es la fe, la paciencia, el amor, la tolerancia, el pensamiento en las cosas de arriba y la humildad. Estos son los racimos de fruta que maduran en medio de la tormenta, de nubarrones y de oscuridad, como también en la luz del sol.
El hermano _____ está unido a la iglesia, pero no al Señor. Su religión es de tipo dispéptico. No está bien con Dios; rebosa de egoísmo. Ha perdido mucho al unirse con individuos que no poseen el espíritu de Cristo. Carece casi de toda virtud. No es de ninguna ayuda para sí mismo y es un gran obstáculo para la iglesia. Estimado hermano, Satanás lo tiene en gran parte controlado; sus pensamientos no son santificados ni están sus hechos en conformidad con el verdadero espíritu cristiano. Usted mismo es el causante de su propia enfermedad; y tendrá usted que ser su propio restaurador de su salud con la ayuda del Médico divino. Sus fuerzas morales están debilitadas por falta de alimento. Padece de hambre espiritual por la verdad bíblica, por el pan de vida. Necesita alimentarse diariamente de la Vid viviente. La iglesia no deriva fuerza de usted; y dada su presente condición, estaría mejor sin usted, ya que ahora, si algo surge que lo contraría y usted no puede controlar la situación, se echa atrás empecinado, y se convierte en carga muerta para la iglesia. No lleva usted ninguna carga o peso en favor de la causa. Dios ha sido muy paciente con usted; pero su longanimidad tiene sus límites, y podría ser que se aventure a traspasar apenas un poquito esos límites y así quede desprovisto de la obra del Espíritu en su favor, sumido en su propia perversidad, contaminado por el egoísmo y degenerado por el pecado.
El hermano _____ no posee un espíritu recto. Su inclinación por el liderazgo le hace daño, porque no está capacitado para semejante trabajo. Puede actuar bien en la iglesia siempre y cuando el yo no sobresalga. Una medida mayor de mansedumbre y humildad hará que sus esfuerzos sean una bendición en lugar de una carga para la iglesia.
Hermano y hermana _____, también vi al lado de vuestros nombres en el registro divino la palabra "falto". Tenéis que despojaros del yo y purificar el templo de vuestras almas. Ambos poseéis la capacidad de hacer el bien, aunque no está santificada. Sois grandemente deficientes en la sencillez de la piedad. Si la iglesia tuviera que ser amoldada por vuestra norma de religión, se desmoralizaría hasta el punto de llegar a ser un mero formalismo secular, falto de consagración. Pudisteis haber sido una gran bendición para la iglesia, pero en gran manera habéis fracasado. Jesús os implora que huyáis del espíritu mundanal. Hermana _____, estoy alarmada por usted y por los que se ponen en contacto con su influencia. Sus normas son bajas. "Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará". (Gálatas 6:7) Por medio de sus palabras y acciones está ahora esparciendo la semilla. Debemos sembrar bien tanto para la carne como para el Espíritu. En el día final de rendimiento de cuentas, toda persona tendrá que tomar la hoz y recoger la cosecha que su propia mano sembró.
Su esposo yerra en su trabajo. Cuando humille su corazón como el de un niño, y cuando se sienta menos importante y más necesitado de la ayuda divina, entonces llegará a estar donde pueda ser usado para la gloria del Señor; pero en la condición en que se encuentra, no se da cuenta de las necesidades de la causa. Se exhibe tanto el gran YO y se da tan poca importancia a Jesús en la vida y el carácter de muchos, que Dios no puede aceptar nada de sus manos. Muy pocos se dan cuenta de la solemnidad del tiempo en que vivimos: el día de preparación del Señor. Si ambos os consagraseis y dedicaseis vuestras aptitudes para estudiar cómo hacer crecer la iglesia, no debilitándola y ayudando al enemigo en su obra de atraer a los miembros hacia el mundo, adquiriríais una experiencia valiosa durante vuestra jornada terrenal. El hermano _____ ha sido un gran estorbo para la iglesia. No debe ser miembro de ella a menos que su vida cotidiana esté en armonía con su profesión. Dios no lo reconoce como su hijo. Hoy está bajo la bandera negra de los poderes de las tinieblas. Satanás lo tiene completamente bajo su control.
Esta ola de fuertes y desalentadoras influencias ha sido casi demasiado recia para que la iglesia la resista. Diez miembros que anduviesen con toda humildad de espíritu tendrían mayor influencia sobre el mundo que lo que toda la iglesia con su feligresía actual y su falta de unidad ha tenido. Mientras más exista el elemento dividido y carente de armonía, menos poder para el bien de la humanidad poseerá la iglesia.
Mis hermanos, ¡ojalá pudiera hacer claro a vuestros sentidos entenebrecidos el peligro en que os encontráis! Cada acto, bueno o malo, prepara el camino para repetirse. ¿Cuál fue el caso de Faraón? La Sagrada Escritura declara que Dios endureció su corazón, y esta declaración se repetía cada vez que la luz brillaba al manifestarse el poder de Dios. Cada vez que rehusaba someterse a la voluntad de Dios, su corazón se endurecía más y se hacía menos sensible al Espíritu de Dios. Sembró la semilla de la obstinación, y Dios permitió que ésta echara raíz. Pudo haberlo impedido mediante un milagro, pero no era ése su plan. La dejó crecer y producir una cosecha según su especie comprobando así la veracidad del pasaje de la Escritura que dice: "Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará". Si un hombre siembra dudas, segará dudas. Al rechazar la luz primera y todo rayo subsiguiente, el faraón progresó de un grado de dureza hacia otro hasta que los cuerpos fríos e inertes de los primogénitos detuvieron su incredulidad y obstinación por sólo un instante; y luego, determinando que no accedería al propósito de Dios, siguió su curso voluntarioso hasta ser envuelto por las aguas del Mar Rojo.
Este caso quedó registrado para nuestro beneficio. Precisamente lo que ocurrió en el corazón de Faraón se llevará a cabo en toda alma que olvide atesorar la luz y andar prontamente en sus rayos. Dios no destruye a nadie. El pecador se destruye a sí mismo por medio de su propia impenitencia. Cuando una persona desatiende las invitaciones, reprensiones y amonestaciones del Espíritu Santo, su conciencia se cauteriza y al ser amonestado una vez más se le hará más difícil obedecer que antes; y sucesivamente ocurrirá lo mismo. La conciencia es la voz de Dios, la cual se escucha en medio de las pasiones humanas; cuando se resiste, se contrista al Espíritu de Dios.
Queremos que todos comprendan la manera en que un alma es destruida. No es que Dios expida un decreto declarando que el hombre no se salvará; no envía una oscuridad impenetrable para la vista; pero el hombre resiste una sugerencia del Espíritu de Dios y ya habiendo resistido una vez, es menos difícil hacerlo la segunda, la tercera y menos aún la cuarta. Luego viene la cosecha producida por la semilla de incredulidad y resistencia. Oh, ¡qué cosecha más grande de indulgencia pecaminosa está siendo preparada para la hoz!
Cuando se descuidan hoy la oración secreta y la lectura de las Escrituras, mañana también podrán ignorarse con menos remordimiento de conciencia. Resultará una larga lista de omisiones, todo por causa de un solo grano sembrado en el terreno del corazón. Por el contrario, todo rayo de luz atesorado producirá una cosecha de luz. El resistir la tentación una vez dará poder para hacerle frente con mayor firmeza la segunda; cada nueva victoria que se obtenga sobre el yo suavizará el camino para triunfos más elevados y nobles. Cada victoria es una semilla que se siembra para vida eterna.
Hay gran necesidad de obreros celosos, fieles y abnegados en nuestras iglesias a través de todo el país. No puede nadie trabajar en la escuela sabática o en la causa de la temperancia sin que recoja una abundante cosecha, no solamente en lo que al fin del mundo se refiere, sino en la vida presente también. Al esforzarse por llevar luz y bendición a los demás, sus propias ideas se harán más claras y amplias. Mientras más nos esforcemos por explicarle la verdad a otros, guiados por el amor por las almas, más clara se nos hará a nosotros mismos. La verdad se expande con nueva belleza y vigor ante el entendimiento del que la expone.
Hay unos pocos obreros buenos en nuestra iglesia, y estas personas abnegadas nunca sabrán cuánto bien han hecho a través de sus perseverantes esfuerzos misioneros. Sin embargo, el Señor reclama para sí a un mayor número de hombres y mujeres que los que han respondido a sus demandas. Algunas de las piedras que componen el templo sagrado de Dios reflejan la luz que el Señor Jesucristo hace brillar sobre ellas, mientras que otras no emiten luz alguna, demostrando así que no son piedras vivas, escogidas y preciosas. No son personas devotas, no oran, son parlanchinas e irreligiosas. Los verdaderos cristianos imitarán el ejemplo que el Salvador les ha dado y serán mansos, humildes, pacientes, tiernos, accesibles, libres de pomposidad y obstinación.
Peligros que encaran los jóvenes
El Sr. _____ tiene una disposición que Satanás maneja a su gusto con éxito admirable. Este es un caso que debe ser una lección para los jóvenes con relación al matrimonio. En la selección de un compañero, su esposa se dejó llevar por el sentimiento y los impulsos, y no por la razón y el buen juicio. ¿Fue su matrimonio el resultado de un amor verdadero? No, no; fue más bien el resultado del impulso, de una pasión no santificada. Ninguno de los dos estaba preparado para afrontar las responsabilidades de la vida conyugal. Cuando la novedad de un nuevo orden de cosas se disipó y el uno llegó a conocer al otro, ¿se hizo más fuerte su amor y se entrelazaron sus vidas en una bella armonía? Fue enteramente lo contrario. Comenzaron a acentuarse, mediante la repetición, los peores rasgos de sus caracteres, y, en lugar de ser su vida conyugal feliz, ha sido más bien una vida de crecientes dificultades, especialmente para la esposa. Dios en su infinita misericordia, la ha probado, le ha salvado la vida y extendido su tiempo de gracia, para que se haga apta para la vida futura.
Su marido tiene un carácter lleno de defectos. Sin una transformación cabal por medio de la gracia de Dios, no estaría capacitado para unirse en matrimonio con ninguna mujer. Está tan abastecido de egoísmo, tan enteramente entregado a los hábitos de complacencia propia, desidia y holgazanería que realmente necesita ser disciplinado él mismo en lugar de desentenderse de la disciplina de su esposa o sus hijos. La mente de este hombre se forjó dentro de un molde inferior. Ha fomentado la brusquedad y otros rasgos de carácter objetables, hasta el punto que me fue presentado como persona que no tiene casi ninguna cualidad de carácter que pueda redimirlo. Hay una sola esperanza, y es que llegue a verse tal cual es y que de tal manera se desprecie y se repugne a sí mismo, que procure tener un corazón nuevo; que nazca de nuevo, y se convierta en un nuevo hombre en Cristo Jesús. Deberá transformarse en un hombre diligente. Sería una gran ventaja para él si fuera hacendoso. Su comportamiento ofende al Señor en el sentido de que atrae la tentación. Su brusquedad, sus amenazas, su espíritu indomable y descortés, harán que él sea una maldición para consigo mismo y para con los demás. Se ha portado de manera áspera y descortés con la madre de su esposa. Cómo evitar todo lo que cause disensión y cómo mantener inviolado el voto matrimonial, debiera ser de ahora en adelante la preocupación de toda una vida, tanto del esposo como de la esposa.
Son precisamente estos matrimonios no santificados los que están engrosando las filas de los observadores del sábado. Dios anhela que sus hijos sean felices y, si ellos aprenden de él, los salvará de la miseria diaria que viene como consecuencia de estas uniones desdichadas. Muchos matrimonios nunca podrán producir otra cosa sino miseria; y, sin embargo, la mente de los jóvenes se encauza por este rumbo, porque Satanás los induce hacia allá, haciéndoles creer que para ser felices tienen que casarse, cuando no tienen la capacidad para dominarse a sí mismos o sostener una familia. Los que no están dispuestos a adaptarse al temperamento del otro para así evitar las desavenencias y contiendas, no debieran dar el paso; pero esta es una de las trampas seductoras de los últimos días, donde miles echan a perder su vida presente y futura. El ensueño, el romanticismo enfermizo, debieran evitarse como si fueran lepra. Muchos de los jóvenes de ambos sexos carecen de pudor; por lo tanto, es esencial la precaución. Un carácter virtuoso es el cimiento sobre el cual hay que construir; pero faltando el cimiento, el edificio es inservible. Quienes han conservado un carácter virtuoso, aunque carezcan de otras cualidades deseables, poseen verdadero valor moral.
Para que la iglesia prospere, los miembros que la integran deben esmerarse por cultivar la preciosa planta del amor. Permitid que ella disfrute de todas las ventajas para que pueda florecer en el corazón. Todo verdadero cristiano debe desarrollar en esta vida las características del amor divino; ha de manifestar espíritu de tolerancia, de beneficencia, y estar libre de celos y envidia. Semejante carácter, desarrollado en palabra y en comportamiento, no repelerá y no será inaccesible, frío o indiferente a los intereses ajenos. La persona que cultiva la preciosa planta del amor será abnegada de espíritu, y no perderá el dominio propio bajo la provocación. No culpará a otros de malos motivos o intenciones, pero se lamentará profundamente cuando el pecado sea descubierto en cualquiera de los discípulos de Cristo.
El amor no se ensalza. Es humilde; nunca hace que una persona se jacte o se exalte a sí misma. El amor hacia Dios y hacia nuestro prójimo no se revelará en actos precipitados ni nos hará dominantes, criticadores o dictatoriales. El amor no se envanece. El corazón en el cual reina el amor será guiado hacia un comportamiento bondadoso, cortés y compasivo hacia los demás, sean éstos o no de nuestro agrado, sea que nos respeten o que nos traten mal. El amor es un principio activo; nos hace tener presente siempre lo bueno que hay en los demás, guardándonos de esta manera de las acciones desconsideradas para que no perdamos de vista nuestro objetivo de ganar almas para Cristo. El amor no procura lo suyo. No inducirá a las personas a que busquen su propia comodidad y complacencia. Es la pleitesía que le rendimos al yo lo que a menudo nos impide crecer en amor.
Hay hombres de cuna humilde y desconocidos, cuyas vidas Dios está dispuesto a aceptar y hacerlas plenamente útiles en la tierra y colmarlas de gloria en el cielo, pero Satanás trabaja persistentemente para derrotar sus propósitos y arrastrarlos a la perdición por medio de casamientos con personas cuyo carácter es tal, que los desvía completamente del camino de la vida. Son muy pocos los que salen triunfantes de esta clase de relación. Hermano _____, usted está dispuesto a experimentar y a intentar comprobar que es la excepción a la regla general. José fue uno de los pocos capaces de resistir la tentación. Logró demostrar que mantenía una singularidad de propósito para la gloria de Dios. Manifestó elevado respeto por la voluntad de Dios, lo mismo cuando ocupaba la celda de una cárcel que cuando estaba junto al trono. Su religión le acompañaba adondequiera que iba o en cualquier situación que fuese colocado. La verdadera religión posee un poder que todo lo compenetra; ennoblece todo lo que la persona hace. No hay que salirse del mundo para ser cristiano, pero su religión, con todas sus influencias santificadoras, puede ser introducida en todo lo que usted haga y diga. Manteniendo anclado el corazón en las cosas celestiales, podrá desempeñar bien los deberes que atañen a cualquier situación donde Dios lo haya colocado, rompiendo así el hechizo que se ha echado encima por causa de una insensata relación. Si hubiera seguido la luz, ahora sería usted capaz de librarse de las trampas que los que no disciernen la voluntad de Dios han puesto para cautivar su alma.
Otro punto sobresaliente en el carácter de José, digno de ser emulado por todo joven, es su profundo afecto filial. Al encontrarse con su padre, con sus ojos llenos de lágrimas, se abrazó afectuosa y amorosamente de su cuello. Al parecer sentía que todo lo que hiciera para brindarle comodidad a su padre no era suficiente, y lo cuidó durante sus últimos años con un amor tan tierno como el de una madre. No escatimó esfuerzo alguno para mostrarle respeto y amor en toda ocasión. José es un ejemplo de lo que debe ser un joven. Si manifestase usted amor hacia su madre, exhibiría un hermoso rasgo de carácter digno de ser aprobado por Dios.
La ausencia del respeto por el consejo de padres consagrados es uno de los grandes pecados de esta generación depravada. En nuestro país hay muchas vidas que están en tinieblas y que son desdichadas por haber dado un paso a ciegas. Por medio de un acto desobediente, muchos jóvenes han malogrado su vida entera y cargado de angustia el corazón de una madre amante. Dios no lo tendrá por inocente a usted si sigue este rumbo. Al despreciar el consejo de una madre temerosa de Dios, que gustosamente daría su vida por sus hijos, infringe el quinto mandamiento. No se da cuenta usted a dónde lo han de conducir sus pasos.
Otra vez suplico en nombre del derecho y el amor de una madre. No puede haber ingratitud más vil que la que puntualiza el pecado de la desobediencia hacia una madre cristiana. En los días de su infancia indefensa, ella cuidó de usted; el cielo fue testigo de sus ruegos y lágrimas al cuidarlo con afecto. Fue por sus hijos que ella se afanó, t razó planes, pensó, oró y practicó la abnegación. A través de toda su vida, su leal corazón ha estado ansioso y preocupado por su bienestar. Sin embargo, ahora escoge usted su propio camino; sigue su propia ciega y pertinaz voluntad, no importándole la amarga cosecha que recogerá y el sufrimiento que le ocasionará.
Su madre está achacosa. Ella lo necesita; cualquier atención que usted le brinde será algo precioso para ella. No puede contar con ninguno de sus hijos. Ellos no sienten obligación hacia ella; pero usted se dará cuenta que el privilegio que tiene ahora lo puede perder pronto. Sin embargo, no piense que si no ejerce su privilegio y deber como hijo, su madre ha de sufrir. Ella tiene amigos verdaderos que considerarían un honor asumir los deberes de los cuales usted se desentiende. Dios ama a su madre y cuidará de ella. Si sus propios hijos la desprecian, él hará que otros acudan a hacer la labor que ellos pudieron haber hecho, y que les hubiera proporcionado la bendición que les había sido ofrecida. Es un privilegio hacer que sus últimos días sean los mejores y más felices de todos.
Claramente le digo que a Dios no le agrada su proceder. Todavía tiene que hacer frente a problemas que ahora usted no alcanza a discernir y los cuales puede evitar si escoge seguir el sabio consejo. Nuestro Salvador le ha hecho objeto de sus incansables esfuerzos y tierna solicitud para que usted sea sabio y no se arruine. Suspira por usted con una compasión y un amor sin límites, clamando: "¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!" (Mateo 23:37) Su necio corazón ha despreciado el consejo de sus mejores amigos. Por causa de las serias y fieles amonestaciones que se han dado para protegerlo de los errores de toda su vida, usted ha creído que es un gran beneficio para la iglesia. Es cierto que es capaz de ser útil en Cristo Jesús; no obstante, el Señor y la iglesia pueden desenvolverse sin usted. Si así lo desea, puede unirse al ejército de los seguidores de Cristo; puede compartir sus conflictos y sus triunfos; pero si no escoge hacerlo, el ejército abnegado que marcha bajo la bandera ensangrentada de la cruz avanzará hacia una victoria segura y usted quedará a la zaga. Si escoge conducir su propia frágil barca a través de las aguas turbulentas de la vida, tendrá que dar cuenta de su osadía y será considerado culpable por los resultados.
Si se diera cuenta cómo ya ha flaqueado usted con relación a sus principios, si pudiera ver el peligro en que están su honor y su honradez, vería que Dios no está con usted y que no debiera ocupar el puesto de responsabilidad que tiene; usted no es digno. Mi corazón se entristece de veras cuando me doy cuenta de lo que pudo haber llegado a ser si se hubiera entregado enteramente al Señor y visto entonces el poder que el enemigo ejercía sobre usted.
La obra de la escuela sabática es importante, y todos los que están interesados en la verdad deben esforzarse para hacerla prosperar. El Hno. _____ pudo haber servido bien en este ramo de la obra si él y otros en la iglesia hubieran seguido el camino recto; pero lo han alabado y engreído demasiado, lo cual casi lo ha destruido. El Señor puede obrar sin él, pero él no puede estar sin Dios. El Señor encomendará su obra a hombres de manos limpias y corazón puro; por lo tanto, es un honor llevar las responsabilidades de su causa.
La obra de temperancia también merece nuestros mejores esfuerzos; pero debe ejercerse con gran cuidado para que las reuniones de temperancia sean lo más elevadas y ennoblecedoras que sea posible. Evitad la obra superficial y todo lo que sea de carácter teatral. Los obreros que se dan cuenta del solemne carácter de esta obra mantendrán normas elevadas; pero hay una clase de personas que no tienen respeto por la causa de la temperancia; su única preocupación es hacer alarde de su ingenio sobre el escenario. A los que son puros, a los considerados y los que entienden el propósito de la obra, se les debe animar a ocuparse en los grandes ramos de la obra de la reforma. Pueden no ser grandes en lo que al intelecto se refiere, pero si son puros y humildes, temerosos de Dios y leales, el Señor aceptará su servicio.
Con bastante frecuencia se organizan sociedades literarias; pero en nueve casos de cada diez, han resultado ser dañinas para las almas, en lugar de ser una bendición. Esto se debe a que se crea un vínculo con el mundo, o bien con una clase de personas cuya influencia e inclinación tiende siempre a apartarse de lo sólido para ir a lo superficial, de lo real a lo ficticio. Las sociedades literarias podrían ser de gran valor si fueran dirigidas por un elemento religioso; pero tarde o temprano, el elemento irreligioso está casi seguro de ganar la supremacía y de ejercer una influencia controladora. Lo mismo sucede con nuestras sociedades de temperancia. La solemnidad de la obra es completamente opacada por lo que es de carácter superficial y, por consiguiente, se presenta de continuo una tentación ante la juventud que anhelamos salvar.
Tenemos presentes los hechos. Los que entre nosotros portan las cargas están bajando a la tumba muda. Los miembros activos de la iglesia, los verdaderos obreros en toda labor de reforma, han pasado ya el apogeo de sus vidas, y están decayendo tanto en vigor físico como mental. Debiéramos estar anticipando con ansias quiénes serán los que han de tomar su lugar. ¿A quiénes se les encomendarán los intereses vitales de la iglesia? Con la más profunda preocupación nos debiéramos preguntar quiénes llevarán las responsabilidades de la causa de Dios cuando caigan los pocos portaestandartes que aún quedan. No podemos menos que poner la mira con ansias sobre los jóvenes de hoy día como aquellos que han de asumir estas cargas y sobre cuyos hombros recaerán las responsabilidades. Deben hacerse cargo del trabajo donde otros lo han dejado; y el camino por el cual se encaucen determinará si ha de prevalecer la moral, la religión y la piedad vital, o si la inmoralidad y la infidelidad han de corromper y malograr todo lo que sea de valor. La manera como se lleve el estandarte ahora, determinará cómo será el futuro.
Padres, ¿no demostraréis ahora, por medio de vuestro comportamiento que los principios guiadores serán la sana reprensión, el buen orden, la armonía y la paz? ¿O será que aquellos cuyo rumbo en la vida demuestra que tienen mentes frívolas y que están bajos en la escala de los valores morales ejercerán una influencia que forje y controle? Dios llama a su pueblo creyente para que se vincule con él, que purifique su alma siguiendo humildemente los pasos de Jesús. Dios os llama para que os despojéis de vanas opiniones, de la vanidad en el vestir, de la exaltación propia, y que permitáis que las bondadosas y nobles facultades mentales se fortalezcan mediante el ejercicio.
Los hombres y mujeres que profesan las verdades más solemnes que se hayan dado a los mortales, ¿se mantendrán fieles a sus principios? Tienen que hacerlo si es que han de influir para que el mundo reflexione seriamente; su indumentaria y conversación tienen que estar en armonía con su creencia especial. Los que son mayores han de educar a los que son jóvenes, por medio del precepto y del ejemplo, y han de enseñarles cómo cumplir lo que la sociedad y su Hacedor esperan de ellos. Sobre estos jóvenes se han de imponer serias responsabilidades. Lo que nos preguntamos es si serán capaces de gobernarse a sí mismos y de mantenerse firmes en la pureza de la hombría que Dios les ha dado, aborreciendo todo aquello que tenga sabor a libertinaje y discordia.
¿Qué puedo decir que impresione a los jóvenes? Nunca antes ha habido tanto en juego; nunca antes habían dependido de ninguna generación resultados tan trascendentales como los que dependen de la generación actual que está entrando en acción. Que nadie piense ni por un instante que puede ocupar algún puesto de responsabilidad sin poseer un buen carácter. Mejor le sería esperar que puede cosechar uvas de las espinas o higos de los abrojos. Un buen carácter se ha de edificar ladrillo por ladrillo, creciendo cada día en proporción al esfuerzo que haga. Los rasgos que han de llevar consigo al cielo se obtendrán mediante el ejercicio diligente de sus propias facultades, aprovechando cada oportunidad que la Divina Providencia les permita, y vinculándose con la Fuente de toda sabiduría. Apuntad hacia un blanco elevado. No permitáis que vuestra mente se fragüe en un molde inferior. Los caracteres de José y Daniel son buenos modelos que podéis seguir; pero el ejemplo perfecto es Jesús.
Algunos de los hermanos de la iglesia de _____ han hecho una buena labor misionera, pero no deben permitir que disminuya su interés. Unos pocos han hecho más de lo que sus fuerzas les permitían, pero el hacerlo era su comida y bebida. Todos pueden hacer su parte en esta obra, y ninguno está exento. Jesús desea que todos los que profesan su nombre se conviertan en fervorosos obreros. Es preciso que cada miembro individual edifique sobre la Roca, que es Cristo Jesús. Se está levantando una tormenta que violentará y probará hasta lo sumo la base espiritual de cada uno. Por lo tanto, evitad los arenales; buscad la roca. Cavad bien hondo; echad y asegurad bien el cimiento. ¡Edificad, oh, edificad para la eternidad! Edificad con lágrimas, con oraciones que nazcan del corazón. Que de ahora en adelante cada uno de vosotros adorne su vida de buenas obras. Lo que más se necesita en estos últimos días son hombres como Caleb. Lo que hará que los esfuerzos de la iglesia sean más vigorosos y tengan éxito no es el bullicio, sino la obra silenciosa y humilde; no es el alarde o la rimbombancia, sino el esfuerzo paciente, suplicante y perseverante.
Dijo Cristo: "El que no está conmigo, está contra mí". (Mateo 12:30) Los que se mantendrán en pie ahora, son los hombres y las mujeres de corazón íntegro y que se han decidido completamente. Vez tras vez Jesús seleccionó a sus seguidores hasta que en cierta ocasión quedaron sólo once y algunas mujeres fieles con los cuales edificaría el fundamento de la iglesia cristiana. Existen personas que se echan atrás cuando hay cargas que llevar; pero cuando la iglesia resplandece, se contagian del entusiasmo, cantan y exclaman, y se arrebatan; pero observadlos. Cuando se disipa el fervor, solamente algunos fieles como Caleb se adelantarán y darán evidencia de principios constantes. Estos son la sal que retiene su sabor. Es cuando la obra se mueve con dificultad que surgen dentro de las iglesias verdaderos obreros. Estos no se pasarán hablando de sí mismos o justificándose a sí mismos, sino que se identificarán completamente con Cristo Jesús. Ser grande en el reino de Dios significa ser un niño pequeño en humildad, sencillez de fe, y en pureza de amor.
Perecerá el orgullo; se vencerá toda envidia; se abandonará todo afán de supremacía; y se alentarán la mansedumbre y la confianza de niño. Todos los que hacen esto encontrarán que Cristo es su roca defensora, su torre fuerte. Podrán confiar en él plenamente, y él nunca les faltará.
¡Ojalá que fuera posible amonestar a todos los que profesan la verdad presente que busquen al Señor! Al meditar sobre la misericordia infinita de Dios y su amor inigualable, todos debieran sentirse inclinados a imitar su ejemplo; pero no sucede así. Algunas de nuestras hermanas participan con demasiada libertad en el amor por el vestido y la ostentación; no visten en absoluto en conformidad con nuestra santa fe. Esto es cierto en el caso de la Hna. _____. El mundo se merece un mejor ejemplo que el que esta hermana le ha dado. Ella debe sentir la responsabilidad que Dios le ha impuesto de ejercer todo el peso de su influencia del lado de Cristo y de procurar que aquellos con quienes se asocia sean menos mundanos. Ella y la Hna. _____ serían de mayor beneficio para la iglesia si fomentaran la sencillez en el vestir tanto en ellas mismas como en los demás. A menudo las hermanas que son modistas y que estudian los figurines influyen para que otras de la iglesia hagan lo que no es del agrado de Dios, animándolas a que imiten al mundo en el corte y adorno de sus vestidos. Los esfuerzos de estas hermanas en favor del bien serían mucho más aceptables a la vista de Dios si hubiera en sus vidas menos interés en vestimentas, menos conversación vulgar y mundana, y menos visitación; menos quejas y murmuraciones contra los ministros que trabajan en vuestro favor, y más oración y lectura de la Biblia.
El Señor no está conforme con el procedimiento de muchos en la iglesia hacia algunos de sus hermanos que ministran en su favor. Os implora que dejéis vuestros crueles pronunciamientos y que permitáis que las palabras de ánimo reemplacen a vuestras murmuraciones, quejas y críticas. Cristo os habla por intermedio de sus santos, y habéis despreciado su consejo y rechazado su reprensión. No lo hagáis más. El pastor _____ tiene una labor que realizar, no sólo en el este, sino en muchos otros lugares. Dios lo acompañará y prosperará si él se esconde en Jesús. No es infalible; a veces su criterio fallará; pero tened cuidado de la manera en que decís aquellas cosas que harán ineficaces las palabras que Dios le pide que hable.
Una vez que sabe cuál es la voluntad de Dios, no vacilará en cumplirla aunque le cueste la vida. Mientras muchos de vosotros trazáis planes solamente para la complacencia propia y la vida fácil, su vida entera y su interés están envueltos en la causa de Dios. Al estudiar y trazar planes en favor de la causa, él a veces ha empleado la astucia y ha sido cortante, lo cual ha causado que otros lo juzguen mal. Su propósito no era de sacar provecho para sí mismo, sino para la obra que tanto amaba. Aunque es del agrado de Dios que fielmente sostengáis las manos de sus siervos agotados, también quiere amonestaros que no pongáis demasiada confianza en los que son nuevos en la fe o en aquellos cuya vida pasada y obras desconocéis.
Es vuestro privilegio ser una iglesia feliz y próspera. Que cada uno de vosotros examine su propio corazón, limpie el contaminado templo del alma, y vele en oración. Determinad que buscaréis a Jesús hasta que lo encontréis; que no lo soltaréis hasta que su amor more en vuestro corazón y el Espíritu subyugue vuestra vida y amolde vuestro carácter. Luego creed, y con confianza acercaos a su trono, sabiendo que él escuchará vuestras oraciones.