Testimonios Selectos Tomo 5

Capítulo 21

¿Seremos hallados faltos?

Nuestra situación en el mundo no es lo que debiera ser. Estamos lejos de lo que seríamos si nuestra vida cristiana hubiese estado en armonía con la luz y las ocasiones que nos han sido dadas, si desde el principio hubiésemos marchado adelante y siempre hacia arriba. Si hubiésemos andado en la luz que nos ha sido dada, si hubiésemos continuado en el conocimiento del Señor, nuestro sendero estaría siempre más alumbrado. Pero muchos de aquellos que han tenido luces especiales, se conforman tanto con el mundo, que no pueden distinguirse ya de los mundanos. No se destacan, como pueblo peculiar escogido por Dios y precioso en sus ojos. Es difícil discernir entre el que sirve a Dios y aquel que no le sirve.

La iglesia adventista del séptimo día debe ser pesada en la balanza del santuario. Será juzgada conforme a las ventajas que habrá recibido. Si su experiencia espiritual no corresponde a los privilegios que el sacrificio de Cristo le tiene asegurados; si las bendiciones conferidas no la han calificado para cumplir la obra que le ha sido confiada, la sentencia será dada contra ella: "Hallada falta." Será juzgada según la luz y las ocasiones que le fueron deparadas.

El plan de Dios para su pueblo

Dios tiene en reserva amor, gozo, paz y un triunfo glorioso para todos aquellos que le sirven en espíritu y en verdad. Su pueblo que guarda sus mandamientos debe estar siempre listo para servirle. Debe recibir una medida siempre mayor de gracia, de poder y del conocimiento de la obra del Espíritu Santo. Pero muchos de los hijos de Dios no están listos para recibir los preciosos dones que el Espíritu de Dios está dispuesto a concederles. No se esfuerzan por obtener de lo alto un poder siempre más grande para que, ricos en dones celestiales, ellos sean reconocidos como el pueblo peculiar de Dios, celoso para buenas obras.

Arrepiéntete y haz las primeras obras

Las solemnes advertencias que nos han sido dadas por la destrucción de instituciones valiosas y útiles,* nos dicen: "Recuerda por tanto de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras." Apocalipsis 2:5. ¿Por qué no se percibe mejor el estado espiritual de la iglesia? ¿No están cegados los centinelas que velan sobre los muros de Sión? ¿No están muchos siervos del Señor, indiferentes y satisfechos como si la nube durante el día y la columna de fuego por la noche descansasen sobre el santuario? Aquellos que ocupan posiciones de responsabilidad y que pretenden conocer a Dios, ¿no lo están negando en sus vidas y caracteres? Aquellos que se cuentan entre el pueblo elegido de Dios, ¿no están ellos satisfechos de una vida que transcurre sin dar la evidencia de que Dios está verdaderamente en su medio, para salvarlos de las trampas de Satanás? ¿No tendríamos más luz si, en lo pasado, hubiésemos recibido las advertencias del Señor, si hubiésemos conocido su presencia, y si nos hubiésemos apartado de todo lo que es contrario a su voluntad? Si hubiésemos procedido de este modo, la luz del cielo habría brillado en el templo de nuestras almas; nos habría hecho capaces de comprender la verdad y de amar a Dios por encima de todo, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. ¡Cuán gravemente es deshonrado Cristo por aquellos que, pretendiendo ser cristianos, traen el desprecio sobre el nombre que llevan, no conformando sus vidas a su profesión de fe, al omitir en su trato unos con otros el amor y respeto que Dios desea ver revelados por medio de palabras amables y actos corteses!

Las potencias infernales son intensamente activas. Siembran la guerra y la efusión de sangre. La atmósfera moral está envenenada por actos de una crueldad espantosa. El espíritu de rebeldía se extiende; abunda en todas partes. Muchas almas caen bajo el poder de un espíritu de fraude, de engaño. Muchos se alejarán de la fe para seguir a espíritus seductores y a doctrinas de demonios. No disciernen el espíritu que se ha apoderado de ellos.

El olvido de honrar a Dios

Aquel que ve debajo de la superficie, que lee en los corazones dice así de aquellos que han tenido grandes luces: "No se afligen ni se sorprenden de su estado moral y espiritual." "Y pues escogieron sus caminos, y su alma amó sus abominaciones, también yo escogeré sus escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron; antes hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que a mí desagrada." "Por tanto, pues, les envía Dios operación de error, para que crean a la mentira;" "por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos" "antes consintieron a la iniquidad." Isaías 66:3, 4; 2 Tesalonicenses 2:11, 10, 12.

El Maestro celestial preguntó: "¿Qué engaño más grave puede seducir la mente que el aseverar estar construyendo sobre un buen fundamento y que Dios acepta vuestro trabajo, cuando en realidad estáis haciendo muchas cosas conforme a las ideas del mundo, pecando contra Jehová? Es un gran extravío, y una alucinación fascinante que se apoderan de las mentes, cuando los hombres que han conocido la verdad, adoptan la forma de la piedad en vez de su espíritu y potencia; cuando suponen que son ricos y que no necesitan nada, y en realidad lo necesitan todo."

Dios no ha cambiado para con sus siervos que guardan sus vestiduras sin manchas. Empero muchos dicen: "Paz y seguridad," entretanto que una ruina repentina va a sobrecogerlos. Nunca entrarán los hombres en el cielo, a menos que se arrepientan cabalmente, humillen su corazón por la confesión de sus pecados y reciban la verdad tal como es en Jesús. Cuando la purificación se efectúe en nuestras filas, no permaneceremos más tiempo ociosos, enorgullecidos de nuestras riquezas y de nuestra falta de necesidades.

¿Quién puede decir con verdad: "Nuestro oro es probado en el fuego y nuestros vestidos no están manchados por el mundo"? He visto a nuestro Instructor señalar pretendidas vestiduras de justicia. Al desgarrarlas puso al descubierto la suciedad que cubrían. Luego me dijo: "¿No puedes ver de qué manera pretenciosa han cubierto su inmundicia y la corrupción de su carácter? '¿Qué, pues, la ciudad fiel ha venido a ser una ramera?' ¡La casa de mi Padre es hecha un lugar de comercio, un lugar de donde se han retirado la gloria y la presencia divinas! Por esta causa hay debilidad y falta la fuerza."

Llamado a una reforma

A menos que la iglesia contaminada por la apostasía, se arrepienta y convierta, comerá del fruto de sus propias obras, hasta que se aborrezca a sí misma. Si resiste el mal y busca el bien; si busca a Dios con toda humildad y responde a su vocación celestial en Jesucristo; si permanece sobre la plataforma de la verdad eterna, y si por fe, realiza los planes que han sido trazados a su respecto, ella será sanada. Ella aparecerá en la sencillez y pureza que provienen de Dios, exenta de todo compromiso terrenal, demostrando que la verdad la ha hecho realmente libre. Entonces sus miembros serán verdaderamente elegidos de Dios para ser sus representantes.

Ha llegado la hora para una completa reforma. Cuando esta reforma principie, el espíritu de oración animará a cada creyente, y el espíritu de discordia y de revolución será desterrado de la iglesia. Aquellos que no hayan vivido en comunión con Cristo, se acercarán unos a otros. Un miembro que trabaje en una buena dirección invitará a otros miembros a unirse a él para pedir la revelación del Espíritu Santo. No habrá confusión, porque todos estarán en armonía con el pensamiento del Espíritu. Las barreras que separan a los creyentes serán derribadas, y todos los siervos de Dios dirán las mismas cosas. El Señor trabajará con sus siervos. Todos pronunciarán de una manera inteligente la oración que Cristo les ha enseñado: "Venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra." Mateo 6:10.